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EL SUPUESTO MAYORDOMO INJUSTO - Por Bishop K.C. Pillai

Del libro: “Orientalismos De La Biblia.” (Vol. 1)

Traducción Española - Juan Luis Molina

Dijo también a sus discípulos: Había un hombre rico que tenía un mayordomo, y éste fue acusado ante él como disipador de sus bienes.
Entonces le llamó, y le dijo: Da cuenta de tu mayordomía, porque ya no podrás más ser mayordomo.
Entonces el mayordomo dijo para sí: ¿Qué haré? Porque mi amo me quita la mayordomía. Cavar, no puedo; mendigar, me da vergüenza.
Ya sé lo que haré para que cuando se me quite la mayordomía,
me reciban en sus casas.
Y llamando a cada uno de los deudores de su amo, dijo al primero:
¿Cuánto debes a mi amo?
Él dijo: Cien barriles de aceite, Y le dijo: Toma tu cuenta, siéntate pronto, y escribe cincuenta.
Después dijo a otro: Y tú, ¿Cuánto debes? Y él dijo, Cien medidas de trigo. Él le dijo: Toma tu cuenta, y escribe ochenta.
Y alabó el amo al mayordomo malo por haber hecho sagazmente; porque los hijos de este siglo son más sagaces en el trato con sus semejantes que los hijos de luz.
(Lucas: 16:1-8)

 En el versículo uno, el mayordomo es acusado. En ningún sitio se nos dice que sea culpable. De hecho, lo que es verdad es exactamente lo contrario, en vez de declarado como culpable, recibe una alabanza. Eso es por lo que le llamo "el supuesto mayordomo injusto."

El reconocimiento dado por nuestro Señor acerca de este mayordomo debe ser apropiado al punto de vista Oriental. Este hombre era un mayordomo Oriental empleado en una casa Oriental. Así, pues, tenemos que conocer los hábitos Orientales con respecto a la mayordomía.
Se tiene por costumbre que, el cabeza de familia, junte en su casa a uno de sus parientes más pobres para ser su mayordomo. Además del hecho de ser un familiar, el tiene la doble certeza en su elección, porque sabe que el pariente fue "envuelto en pañales" y "salado" cuando nació - salado para ser honesto y leal, y envuelto en pañales para ser libre de los desvíos deshonestos. Casi todos los Orientales fueron salados y envueltos en pañales. Igual sucedió con Jesucristo.

Si fuese necesario emplear a un extraño como mayordomo, la persona que lo emplea le pedirá que haga con él un pacto de sal, que significa que el mayordomo nunca hará nada dañino mientras ocupe la profesión, que no le permitirá a nadie que dañe el interés de quien le emplea.

Al día siguiente del mayordomo ser empleado, todas las pertenencias de la casa de la familia se le ponen en sus manos. Se le entregan todas las llaves de todas las propiedades, los registros y los libros de contabilidad. Todas las cosas se le ponen en sus manos. En realidad, él pasa a ser el cabeza de la familia con toda la autoridad que lleva consigo. El tiene el sello de los negocios. Puede vender y comprar propiedades. Puede sellar acuerdos. Él puede prestar dinero y perdonar deudas. Puede reducir créditos. Puede hacer todo lo que el cabeza de familia puede hacer.

Un mayordomo en el Oriente no es asalariado. Él vive en el hogar de su señor como un miembro de la familia. No tiene horario fijo, sino que siempre está disponible para lo que se le demande. No es un contratado por dinero, y no se le paga como a un siervo.
Como es natural, de vez en cuando los siervos llegan a enfadarse y se ponen a acusar al mayordomo delante del señor de la casa. Y algunas veces un siervo se encuentra tan enfadado con el mayordomo, que lo acusa de deshonestidad al maestro.

Si la acusación envuelve su deshonestidad, el maestro entonces querrá hacer una auditoría de sus libros de contabilidad, de la misma manera que un hombre de negocios Occidental lo hace periódicamente. Este es el mismo caso que estamos considerando, y el mayordomo fue instruido a que diera cuenta de su mayordomía Y si fuese hallado culpable de daño, ya no podrás ser más mayordomo.

Obviamente, existe siempre la posibilidad de ser encontrado como culpable con falsos cargos. Las opciones le pasan en un momento por su mente: cavar, mendigar, o hacer algunas razonables provisiones para sí mismo. Escoge esta última opción.

La cantidad debida por el primer deudor contactado por el mayordomo quedó reducida por la mitad. La deuda del segundo se redujo en un 20 por ciento. Y si había otros deudores, podemos imaginar que debió hacer los mismos ajustes. Sin embargo, tenemos que entender y tener bien claro que tiene todo su derecho de actuar así. Él no tenía salario, ni provisión alguna para el futuro, ni tampoco bienes. Si viniese a caer en falsas acusaciones, podría entonces acercarse a uno de estos hombres y pedirle ayuda hasta que encontrase otro trabajo. Si hubiese sido un mayordomo injusto, bien podía haber robado a su "ciego" empleador. Podría haber estado vendiendo casas y tierras y guardándose el dinero para sí mismo. Él poseía la autoridad de hacer transacciones como esas, sin embargo él no había estado robando a su señor.

Si llegase el caso de no poder ser más mayordomo, podría entonces dirigirse a cualquiera de las granjas y obtener lo que precisase si fuese destituido. Cualquier persona en el Oriente puede hacer eso. Cuando el propietario sabe el motivo por el cual tal persona se encuentra a la puerta de su casa, le proveerá de lo que sea necesario. De hecho, cuando se acaba alguna cosecha, algunas uvas se dejan en las viñas, algunos frutos en los árboles, o algunos granos en las espigas de los campos para los extranjeros, las viudas y los huérfanos. Esto todavía se hace así en los días de hoy en el Oriente. Así que considerando la cantidad de cosas que hay envueltas, al mayordomo de Lucas 16 se le debería permitir acumular aquella cantidad aunque no tuviese la capacidad oficial de hacerlo.

Cuando su señor se dio cuenta de lo que había hecho, supo que su mayordomo había actuado en todo su derecho. Supo que estaba sencillamente haciendo provisiones para su futuro. De hecho, la escritura dice con toda claridad,....y el señor alabó al mayordomo malo, por haber hecho sagazmente. El señor no estaba alabando un engaño. ¡Claro que no! La acusación no se mantuvo firme.

Y yo os digo: Ganad amigos por medio de las riquezas injustas, para que cuando estas falten, os reciban en las moradas eternas. (Lucas 16:9)

Cristo Jesús nos salvó y nos hizo mayordomos de la multiforme gracia de Dios. Pero somos también solo mayordomos de las cosas materiales. Todas las cosas le pertenecen a Dios. Él simplemente nos ha permitido ejercitar la autoridad sobre ellas durante un corto espacio de tiempo.

Si fuésemos llamados a prestar declaración acerca de nuestra mayordomía, a la mayoría de nosotros nos resultaría difícil justificar nuestro comportamiento. Dios ha prometido que si ponemos primero Su Reino en nuestras vidas, Él nos garantiza el sustento, el vestido y el refugio.

En vez de satisfacer nuestras necesidades, y destinarnos solo para la gloria de Dios como fieles mayordomos, nosotros hemos malgastado muy a menudo todo en pos de nuestros propios deseos.

El hombre del texto se hizo de provisiones contra las necesidades del futuro. Eso es sabiduría. Y sin embargo, la mayor parte de la gente no hace planes para la eternidad. Después de habernos olvidado de Dios durante toda nuestra vida, desperdiciando nuestras vidas y Sus bendiciones, ¿cuál crees tú que podrá ser el veredicto cuando nuestros libros sean inspeccionados?

Ojalá que Dios nos ayude para que nos guiemos como mayordomos que no se desvían y se vuelven al mammon (dios de la riqueza) de la injusticia buscando una habitación eterna.      

       


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