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DELEÍTATE EN DIOS ( CAP. 5 y 6)- Una biografía de George Mueller


Muy amada familia de Dios:

¡Dios los bendiga!

Reciban un amoroso saludo en el dulce nombre de Jesucristo.

Hace poco más de un año, hicimos la publicación de una entrevista que le hicieron a George Mueller al final de su vida. En aquel punto, fue realmente inspirador ver en Mueller una relación de una plena confianza, un profundo amor y el gran respeto y admiración que desarrolló a lo largo de su vida por su Dios. Mueller cuidó de aproximadamente 10 000 niños huérfanos que se encontraban en unas situación de completo desamparo en las calles. Él los recibió, les dio un techo, comida y educación preparándolos para la vida, pero lo más importante, los instruyó en los caminos de Dios. Mueller hizo esta gran obra solamente tomado DE LA MANO DE DIOS, y jamás confiando ni en su propia capacidad, ni en la de nadie más. Decidió no pedirle un solo centavo a nadie, sino al Dios Vivo y verdadero confiando en El en todos los aspectos de su vida, incluyendo levantar estos orfanatos. Recibió millones de dólares a lo largo de su vida en donaciones, y cada centavo vino a él como respuesta a sus oraciones de fe, como él testificaba.

Su biografía es apasionante porque es una especie de “radiografía” de su humanidad, de su debilidad y carencias, y de los momentos difíciles que tuvo que enfrentar, así como de los incontables triunfos que tuvo dependiendo solo del poder de Dios. Mueller, tomado de la mano de Dios y mirando solo el dulce y bondadoso Rostro de nuestro Padre, el llegó a ser un creyente con una asombrosa fe y convicción de que nuestro Padre celestial es EL DIOS VIVO Y VERDADERO, UN DIOS MUY PODEROSO PARA HACER CUMPLIR CADA UNA DE SUS PROMESAS CON GRAN GENEROSIDAD.

Los colaboradores del blog no estamos de acuerdo con algunos puntos de vista de Mueller. Por ejemplo, su pequeño hijo Elías murió y Mueller estaba persuadido de que así había sido la voluntad de Dios, eso consoló y sano su corazón y él de su amada esposa en medio de semejante tragedia. Creemos que la voluntad de Dios es siempre SANIDAD Y VIDA y quien mata, hurta y destruye es el engañador, el padre de mentira, el ladrón, la astuta serpiente y jamás nuestro amoroso Dios.

Aun con estas pequeñas diferencias con Mueller, pensamos que es sumamente valioso para un hijo de Dios que desea caminar con el Padre estrechamente, leer un testimonio tan maravilloso como la vida de George Mueller que con todas sus carencias y debilidades, llegó disfrutar de una plena relación con su Dios, y a tener un crecimiento asombroso en la fe y el amor de Cristo. Esto puede realmente ser inspirador, un gran aliento y consuelo.

Aun así, pensamos que lo más hermoso de este testimonio es, sin duda alguna, LA GLORIOSA FIDELIDAD Y EL SUBLIME AMOR DE NUESTRO DIOS.

Les añadimos el enlace a “Una hora con George Mueller, un hombre de fe a quien Dios le dio millones”:


Con el amor de Cristo,

Claudia Juárez Garbalena
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DELEITATE EN DIOS
Una Biografía de George Mueller
Por Roger Steer
TRADUCCIÓN ESPAÑOLA – Juan Luis Molina

Con la colaboración de Claudia Juárez Garbalena


CAPÍTULOS 5 Y 6

Capitulo 5

Repican las Campanas


En la parte más alta del Precipicio Avon, donde los habitantes de Bristol disfrutaban de las suaves brisas del canal, Lady Elton había comenzado a edificar los cimientos de piedra de un nuevo puente once semanas antes de que los Mueller hubiesen llegado a Bristol. Pero poco tiempo después de la ceremonia en junio de 1831, los cofres de dinero estaban vacíos y las obras que se realizaban en el osado puente colgante tuvieron que ser temporalmente paralizadas. De hecho el puente no acabaría de ser construido totalmente sino después de la muerte de su diseñador en 1859, trazando una nueva carretera a cerca de doscientos cincuenta pies de altura sobre el rio Avon, que ligaban Clifton con los suburbios de Leigh Wood y Failand.
Siendo tan magnificentes, las altas rocas del desfiladero sobre el mar, hacían desafortunadamente que no hubiese el viento suficiente para los barcos de vela; además, si juntamos a ese inconveniente, los tortuosas encostas de los bancos de lodo y las nieblas de Bristol, comenzaremos a comprender la causa por la cual, al principio de siglo, la ciudad comenzaría a perder su lugar como segundo puerto marítimo de Inglaterra, a favor de Liverpool, con sus millas marítimas de fácil navegación y acceso en su estuario. Y posteriormente, en 1833, un año antes de la llegada de Mueller, la emancipación de la esclavitud en las Indias Occidentales condujo a una quiebra en Bristol acelerando su decline en la ciudad en los principios de la era Victoriana. Isambar Kingdom Brunel, a pesar de eso, se empeñó mucho en mantener el prestigio de la ciudad a través del poderío que poseía con el Gran Ferrocarril Occidental, y su construcción en Bristol de los barcos a vapor Gran Oeste y Gran Bretaña.
Después de su llegada, Mueller y Craik estuvieron algún tiempo buscando hospedaje. Alquilaron una casa por dieciocho chelines a la semana que tenía dos salas, tres dormitorios, ´ carbón y mantenimiento´. Craik vivía con los Mueller en ese tiempo.
A finales de junio se abrieron las puertas para que Mueller y Craik pudiesen llevar a cabo su obra en el corazón de la ciudad de Bristol, en la Iglesia de Bethesda que se encontraba en la Gran Calle George; esto además de su primer compromiso de llevarla también en la iglesia Gedeón en la Calle Newfounland. Grande y de estilo moderno, Bethesda había sido edificada unos pocos años antes por un clérigo llamado Cowan. La congregación, sin embargo, había sufrido una división en medio de una interna disputa teológica. El ofrecimiento a Mueller y a Craik para uso de sus vacías instalaciones, les dio la oportunidad de comenzar de raíz una obra en sus propias líneas de interpretación de las Escrituras. Un miembro local se dispuso a pagar el alquiler del primer año, y ellos comenzaron a predicar en Bethesda el día 6 de julio de 1832.
´Se alternaban para predicar´ escribe en su diario W. Elfe Tayler’; en uno de los días del Señor, el Sr. Craik predicaba por la mañana, y el Sr. Mueller por la noche; y al siguiente día del Señor alternaban el orden. Desde el primer día atrajeron grandemente la atención de la gente; la iglesia, especialmente por la noche, siempre se encontraba excesivamente llena. No cabe duda que eso también sucedía, en parte, debido a unas ciertas pintorescas cualidades que los ministros poseían. Ninguno de los dos eran ingleses, uno era escocés, y el otro un alemán con un acento peculiar y una pronunciación muy fuerte.´ Mueller era consciente de este lado pintoresco, y de que era una ventaja adicional que atraía a las personas a sus sermones; después de la conversión de una mujer de Bristol, recordaría posteriormente que, la mujer, se había acercado en aquel día a escuchar su sermón, meramente y con el sólo propósito de oírlo hablar, con su acento alemán, ‘algunas palabras que yo mal pronunciaba’. Escasamente poco tiempo después de adentrase en la iglesia, comenzó a reconocerse a sí misma como pecadora.´
Durante el mes de julio Mueller y Craik comenzaron a poner en práctica un principio que nunca abandonarían, de apartar algunas tardes en las cuales las personas que lo deseasen pudiesen en la sacristía hablar con ellos en particular. En la primera de estas tardes, eran tantos los que aparecieron, que los pastores se llevaron unas buenas cuatro horas para atenderlos a todos.
Julio de 1832 fue también el mes en que hubo un ataque de cólera en Bristol. A mediados de agosto, la incontrolable epidemia había alcanzado terribles proporciones y entre doscientas a trescientas personas se juntaron a las seis de la mañana en la iglesia Gedeón para orar por la liberación del sufrimiento.
En el 24 de agosto Henry Craik escribió en su diario: ´Nuestra vecina, la Srta. Williams, que vive a unas pocas yardas de nosotros, fue atacada a eso de las tres de la mañana, y falleció a las tres de la tarde. Su marido también fue atacado y no se espera que recobre su salud. Las campanas están continuamente repicando; es un tiempo horroroso. ‘En la misma tarde, Mueller registró: ´justo en este momento, que son las diez de la noche, las campanas están anunciando un funeral, y han estado repicando la mayor parte de esta tarde. Repican casi todo el día…Si esta noche me atacase el cólera, mi única esperanza y confianza se encuentra en la sangre de Jesucristo, derramada por la remisión de todos mis muchos pecados.´
Los dos hombres infundían ánimo y valor en todas partes y llevaban a cabo su labor pastoral sin temor alguno, visitando a muchas víctimas del cólera tanto de día como de noche; durante todo el mes de septiembre la epidemia no tenía síntomas de decrecer.
En medio de todo este peligro y amenaza, Mary Mueller estaba a punto de dar a luz. Cuando los trabajos de parto debían comenzar, ella se sintió muy enferma, si bien su problema no estuvo ligado con el cólera. Mueller se pasó toda una noche en oración; al día siguiente Mary dio a luz una niña. A pesar de todo, tanto la madre como la hija se encontraban bien de salud. A la pequeña niña le pusieron por nombre Lydia fue la única de sus hijos que sobrevivió a la infancia.
Una semana después, Mueller y Craik fueron levantados de sus camas para que se dirigiesen a la casa de una mujer aquejada intensivamente de cólera. Nunca habían visto un caso tan grave como aquel. Difícilmente podían decirle alguna cosa debido a los gritos que daba. Mueller se sintió como si él mismo hubiese sido infectado y contraído la enfermedad.
Posteriormente en su casa, los dos hombres se encomendaron a sí mismos en las manos de Dios. La pobre mujer murió al día siguiente.

A principios de octubre, la epidemia ya había pasado su pico más alto y Mueller y Craik señalaron una fecha para celebrar en ella un día de acción de gracias. De manera milagrosa, solamente uno de los miembros de las dos iglesias había fallecido.
La primera esposa de Craik había fallecido siendo joven a principios de 1832 en Teignmouth. En octubre volvió a contraer matrimonio. Por esta razón, y como consecuencia también del nacimiento de Lydia, su hospedaje se hizo demasiado pequeño para todos. Cundo un huésped que ocupaba una casa que pertenecía a la iglesia Gedeón salió de ella de manera inesperada, la iglesia se la ofreció  Mueller y a Craik.
´Estaríamos encantados de poder ponerla a vuestra disposición y de amueblarla a nuestro cargo para vosotros.´ dijeron los directivos de la iglesia.
Los dos hombres, sin embargo, objetaron que les daba recelo que fuese una carga financiera – pero sus objeciones fueron rebatidas. La casa estaba debidamente amueblada, y Mueller registró en su diario que ´el amor de los hermanos hizo que lo hicieran de manera más cara de lo que hubiesen ellos deseado.´
En mayo de 1833, las dos iglesias, la de Gedeón y Bethesda se dieron cita para tomar juntos el té. Fue la primera de muchas más ocasiones que se celebrarían, y Mueller  disfrutaba de todas muchísimo –y no era para menos, porque, según dijo él, ´nos dieron una dulce visión de lo que va a ser la reunión de la novia con el Cordero´. Las dos congregaciones oraron juntas, cantaron y después, de manera característica, Mueller anunció abiertamente a todos que ´cualquier hermano tenía la oportunidad de hablar lo que entendiese con el fin de edificar a los demás´.
Hacía justamente doce meses desde que habían llegado a Bristol, y mirando la multitud que se había juntado en el salón, Mueller meditó acerca del año que pasó. Bethesda contaba con sesenta miembros; y cerca de cincuenta nuevos miembros se habían apuntado a la congregación de Gedeón. Conoció a sesenta y cinco personas que se habían convertido bajo su predicación y la de Craik. Muchos que habían renegado de su primer amor hacia Cristo, habían vuelto, y un buen número de cristianos fueron fortalecidos en su fe. Sin duda alguna, pensaba Mueller, este hecho era una prueba muy contundente de que fue la voluntad de Dios que viniesen a Bristol.
Durante todo aquel tiempo, Mueller vivió de la misma manera como acostumbraba en Teignmouth –dependiendo de Dios en todas sus necesidades y las de su familia. Durante su segundo verano en Bristol (1833), él recordaba escrupulosamente, tanto sus más grandes como sus más pequeñas bendiciones.

Junio 22. Un hermano envió un sombrero al hermano Craik, y otro para mí, como señal de su amor y gratitud, como ofrenda de gratitud, dijo él. Este ha sido el cuarto sombrero que sucesivamente el Señor me ha hecho llegar a mis manos, siempre que precisase de alguno, y algunas veces antes. Entre el 19 y 27 de agosto nos fueron enviados, a través de varios individuos, una considerable cantidad de fruta. ¡Cuánta generosidad de parte del Señor, que no simplemente nos envía las cosas necesarias de la vida, sino que además nos manda cosas que, ya sea por una debilidad corporal, o por el simple deseo de algo apetitoso, podamos nosotros anhelar! El Señor nos ha enviado cosas como vino o cerveza cuando se lo hemos requerido; o, cuando había el deseo particular de algo apetitoso, y, teniendo en cuenta la pobreza de nuestros hermanos, no considerábamos adecuado gastar dinero en tales cosas, Él nos enviaba algún faisán, o algún juego de mesa, etc.,  para satisfacer nuestro deseo. Ciertamente no es un Señor severo al que hemos servido.

A finales de 1833 se completaban tres años después de que Mueller tomara la decisión de nunca pedirle a nadie nada al respecto de sus necesidades, sino depender absolutamente y solamente de Dios. En el primero de esos años había recibido alrededor de 150 libras, en el segundo cerca de 200 libras y en 1833: 267 libras 15 chelines, y 8 peniques y  cuarto – ¡A la contabilidad de Mueller nunca le faltó precisión!

En 1834 Mueller y Craik fundaron la ´Casa y Retiro para la Institución del Conocimiento Escritural´ que todavía subsiste hoy en día a pesar del inimaginable nombre que le dieron (Scriptural Knowledge Institusion for Home and Abroad). Los tres distintivos de la Institución eran, primero, asistir y establecer un Día Escolar, una Escuela Dominical y una Escuela para Adultos en las cuales fuesen dadas lecciones de las Escrituras; segundo, la distribución de Biblias; y tercero, auxiliar la obra misionera. Cuando se hicieron las cuentas finales financieras a finales de 1989, la Institución había enviado cerca de setenta mil libras al extranjero para las misiones.
En el 19 de marzo, Mary Mueller dio a luz un hijo al que dieron por nombre Elías -´Mi Dios es Jehová´. Por esta razón, después de haber vivido cerca de dos años con los Craik, George y Mary decidieron que ellos y sus dos hijos deberían vivir en una casa sólo para ellos. Por eso el 15 de mayo se cambiaron al número 21 de la Calle Pablo, a una casa de tierra al final de High Kingsdown. Sólida pero no bonita, nueve peldaños conducían a la puerta frontal del primer piso de los cuatro que se componía la casa. En la parte trasera había un pequeño jardín que Mueller frecuentaba para orar y meditar. En el siglo dieciocho Kingsdown había sido muy procurado como suburbio de la ciudad, lleno de mercaderes enriquecidos con el comercio de esclavos. Pero por el tiempo de Mueller, había pasado a ser un lugar mucho menos procurado y mal frecuentado. Los Mueller recibieron varias sumas de dinero para ayudar a amueblar la casa y algunas alfombras.
Dos días después de la llegada del otoño de 1834, se vio que el atuendo personal de Mueller todavía precisaba estar bien provisto de ropas de invierno: 18 de septiembre. ´Un hermano, un sastre, fue mandándome a mi medida nuevas ropas. Mis ropas están quedando otra vez algo viejas, y es muy generoso el Señor supliéndome de esa manera´. 25 de septiembre. ´Un hermano me ha enviado un sombrero nuevo hoy.´
A finales de 1834 Mueller registró que sus entradas habían sido alrededor de 230 libras, y que había recibido con donativos en género cerca de 60 libras más. La iglesia de Bethesda ahora contaba con ciento treinta y dos miembros. De estos, por encima de cincuenta almas habían sido convertidas bajo la predicación de Mueller y Craik

Mueller pasó unos pocos meses en Alemania a principios de 1835 permaneciendo la mayor parte del tiempo en Heimersleben con su padre y su hermano.
‘Háblame acerca de las condiciones sociales y políticas en Inglaterra´. le rogó su padre, ´Raramente haces mención de estas cosas en tus cartas, ¿será debido a que el gobierno inglés prohíba enviar para el extranjero cartas que traten sobre estos asuntos?´
Mueller se sintió obligado a informarle lo mejor que pudo. A mediados de abril regresó a Bristol, y se encontró a Henry Craik sufriendo de una infección en la garganta e incapacitado de predicar. En mayo Craik tuvo que viajar hasta Devon procurando una mudanza de aires.
El mes de junio de 1835 fue un mes muy triste para los Mueller –especialmente para Mary. En el día 22 perdió a su padre, y unos pocos días después a su hijo Elías, que contaba en aquella altura con quince meses de vida, cayó enfermo de pulmonía.
´Amadísimo Padre, complácete en dar soporte a mi esposa debajo de esta prueba’, oró Mueller. ´Si es Tu voluntad para el bebé que muera, te pido por favor que te lo lleves para ti y que le ahorres el sufrimiento´.
´Yo no oro para que recobre su salud’,  registró en su diario. Dos horas después de que Mueller terminara de orar, murió el niño. ´El Señor nos ha separado de nuestra familia en la misma semana al más anciano y al más joven. Mi querida Mary siente muchísimo sus ausencias, aunque está siendo grandemente confortada.´
¿Por qué no oró Mueller por el restablecimiento de Elías? Por causa de su distinción entre el ´don´ y la ´gracia´ de fe, este fue el tipo de situación donde, desde muy temprano en su vida cristiana, él algunas veces recibía el ´don´ de fe –que es cuando se sentía capacitado para pedirle a Dios incondicionalmente por la bendita sanidad. En esta ocasión no le pareció que pudiera hacerlo así. El día anterior a la muerte de Elías, Mueller simplemente registró en su periódico: ´El santo Señor hará como quiera concerniente al niño.´ Y algunos años después, escribió: ´Cuando el Señor quitó de mi lado al amado niño, mi alma se encontraba en paz, perfectamente en paz; yo solo podía derramar lágrimas de gozo cuando lloraba. ¿Y por qué? Porque mi alma descansaba con fe en aquella palabra: “De los tales es el Reino de los Cielos.” Mateo 19:14. Así que creyendo, como creí, sobre el fundamento de esta palabra, mí alma se regocijaba en vez de deprimirse, pensando que  mi querido hijo estaría más feliz con el Señor que conmigo.´
Las preocupaciones financieras también aparecieron después de estas pérdidas. A principios de abril, los impuestos de los Mueller debían de ser abonados, y por primara vez no tenían dinero para pagarlos, habiendo gastado el dinero que habían previamente puesto a parte para los impuestos, en los varios asuntos que surgieron relacionados con la muerte de los familiares.
´Querido Señor, por favor envíanos los fondos que precisamos para pagar nuestros impuestos´, oró Mueller.
Dos días después escribió: ´Me ha sido posible hoy, a través de las ofrendas depositadas en las cajas, y por lo que puse a parte, pagar los impuestos antes de que se me llamase la atención. Cuanta gentileza del Señor, para responder a mis oraciones de manera tan rápida.´  
Craik regresó de Devon a mediados de agosto pero todavía no era capaz de poder hablar demasiado tiempo, aunque es cierto que se sentía mucho mejor. Mueller a su vez, estaba sufriendo problemas de estómago y consideró la idea de salir de Bristol durante un cierto tiempo. Había recibido una invitación de una dama para pasar una semana en el campo con ella, pero no tenía lo suficiente para los gastos del viaje. Entonces le fueron enviadas 5 libras ´con el propósito expreso de que utilizara el dinero para un cambio de aires´; y en seguida otras 10 libras llegaron a sus manos con el mismo fin.
A principios de septiembre viajó con Mary, Lydia y una sirvienta que ahora empleaba, hacia Portishead donde se dedicó a leer el Libro de los Mártires de Foxe, porque se sentía demasiado débil para hablar, andar o escribir. El libro le sirvió de mucha inspiración; en cuanto recobró su fuerza comenzó a dar vueltas a caballo en el campo. Sin embargo, muy pronto comenzó a sentirse un tanto deprimido y de mal humor ´teniendo por mi principal ocupación comer, beber, pasear, bañarme y hacer ejercicios hípicos…Me gustaría mucho más estar otra vez en medio de mi labor en Bristol, si al Señor le placiera usar al más inútil de Sus siervos´.
La familia viajó hasta la Isla de Wight, y antes de retirarse a su dormitorio el 29 de septiembre Mueller se sintió capaz de orar por primera vez desde que se puso enfermo para que Dios le restaurase su salud. ´Yo ahora estoy deseando regresar a Bristol´, escribió en su diario, ´aunque sin impaciencia, y me siento seguro de que el Señor me fortalecerá para que regrese cuanto antes.´ en el 15 de octubre (1835), los Mueller salieron de la Isla de Wight en dirección a Bristol; Mueller estaba apto de nuevo para embarcar en la aventura de fe que le haría posteriormente tan famoso.


6

Una Prueba Visible



Por medio del libro de Oliver Twist (1837) llamó Charles Dickens la atención a los habitantes de Bristol para la desesperada situación de los huérfanos. El libro ponía de manifiesto una serie de denuncias contra la Enmienda Contra la Ley de los Pobres en Sistema de Ayudas de 1834, a la cual el periódico Times atacó con críticas y denominándola ´aquella terrible máquina de humillaciones…para la opresión del corazón de las viudas, para rehusarle el pan a los hambrientos, para aprisionar a los huérfanos en mazmorras deplorables, y para orillar a que abrazasen la prostitución las desprotegidas y sin techo amigo donde cobijarse, ¡niñas que vagueaban por las calles!´. El tajante objetivo de la nueva Ley era acabar con el benevolente Sistema de Ayudas – el cual se mantenía por el sufragio de  los trabajadores con un suplemento de sus contribuciones al Erario público– aboliendo la liberación de los más robustos fuera de las casa de trabajos forzados. Ningún hombre capacitado físicamente recibiría asistencia, a menos que entrase en la casa de trabajos forzados; las casas de trabajo forzado en sí mismas eran deliberadamente lugares desagradables con muchas ´carencias de higiene.´ De hecho las condiciones en las casas de trabajo llegaron a ser una desgracia nacional; y los niños aprisionados dentro de sus paredes rápidamente se deprimían debido a los inadecuados y rudos adultos que también residían allí.
Leah y Harriet Culliford vivieron en Bristol en 1835: Leah tenía cinco años y Harriet nueve. Los padres de estas niñas eran pobres y -al igual que muchos de sus contemporáneos– habían caído en las garras de la tuberculosis. La ciencia médica no tenía medios que ayudasen a combatir la enfermedad: el futuro de las pobres Leah y Harriet se mostraba muy sombrío. Si ya no podían esperar mucho del Estado para que las compensara de la pérdida de los progenitores, la actitud de la sociedad, en general, se mostraba también igual de adversa.
En 1835 los huérfanos raramente eran apoyados a través de la caridad privada. El Dr. Barnardo fundó su primer hogar en 1866 y Spurgeon siguió su ejemplo en 1867; el Hogar Nacional para Niños se fundó en 1869 y el Sr. Fegan comenzó su obra en 1870. La Iglesia Social de Inglaterra de los Niños (entonces denominada de los ´Niños Abandonados´) comenzó en 1881. Pero en 1835 los orfanatos privados estaban relegados a simples experiencias innovadoras.
En toda Inglaterra y Gales sólo es posible trazar una docena de orfanatos cuya data se ubique en 1830 o en años anteriores. Todos ellos eran muy limitados de espacio y ninguno se hallaba en Bristol. Ocho de los orfanatos se encontraban en Londres, y los otros cuatro en los denominados Hogares del Condado en otras ciudades predominantes. Pero aunque las hermanas Culliford hubiesen residido en estas áreas, su admisión en la mayoría de las casas les habría sido completamente vetada. Hubiesen desistido en primer lugar con el precio que tenían, la mayor parte de las casas estipulaban que la admisión debía ser a través de una selección hechas por suscriptores, o por la adquisición económica de una suscripción anual o de por vida. El precio de una suscripción válida de por vida, variaba entre las 100 y las 250 libras. Además, las hermanas Culliford también hubiesen sido rechazadas en la mayor parte de las casas debido a las distinciones que hacían en términos de clases sociales: había típicos decretos que establecían muy claramente que se destinaban a ´niños provenientes de padres de la clase media… que durante su tiempo de vida estuviesen en la condición de providenciar una educación liberal para sus hijos´ o ´Hijos que proviniesen de respetable ascendencia´; uno de los prospectos informativos se jactaba de que ´muchos de los niños de la fundación eran los huérfanos de clérigos, oficiales y hombres profesionales…no admitimos candidatos cuyos padres no hagan parte de respetables posiciones en la sociedad y, la certificación parental, será proporcional en su inscripción en base a la respetabilidad de esta familia´. Otro Orfanato dictaminó que: ´están prohibidas las inscripciones a los niños de sirvientas o siervos agrícolas y de jornaleros´.
Afortunadamente, suplir las necesidades de los huérfanos, pasó a ser entonces una de las mayores prioridades sociales de los británicos. Comenzando en los últimos meses de 1835, esta necesidad fue creciendo hasta ocupar los pensamientos de un ciudadano de Bristol. Mientras era estudiante en la Universidad Halla en 1826, Mueller se había hospedado durante dos meses en uno de los más grandes orfanatos construido a finales del siglo diecisiete por el Pietista Alemán, Augusto Herman Francke, profesor de hebreo en la Universidad de Leipzig. Nunca se olvidó de la experiencia; y posteriormente en 1835 se acordaba particularmente de la obra de Francke. El diario de Mueller contiene las siguientes anotaciones:

Noviembre 20. Esta tarde estuve tomando el té en casa de una hermana, donde encontré un libro de la vida de Francke. Tengo pensado frecuentemente, desde hace ya mucho tiempo, hacer una obra similar, aunque debería ser a más grande escala; no que quiera imitar a Francke, sino depender del Señor en todos los detalles. ¡Así quiera Dios prosperar esta idea!
Noviembre 21. Hoy tuve la impresión muy intensamente en mi corazón de no prolongar más meramente a pensamientos la fundación de un orfanato, sino que asentase ya sus bases, y me he pasado mucho tiempo orando sobre el asunto, para poder fundirme con los propósitos del Señor….
Noviembre 23. Hoy me han enviado 10 libras desde Irlanda para nuestra Institución. Así que el Señor, respondiendo a mis oraciones, me ha dado, en pocos días, cerca de 50 libras. Yo le había pedido solamente 40 libras. Esto es algo que me ha infundido mucho coraje y denuedo, y me ha hecho orar y pensar todavía más intensamente acerca en poner en pie el orfanato…
Noviembre 25. He pasado de nuevo mucho tiempo orando entre ayer y hoy por el Orfanato, y estoy cada día que pasa más y más convencido que es la voluntad de Dios. ¡Así quiera Él seguir guiándome para que se cumplan Sus propósitos!

Mueller se pasó muchas horas orando acerca de su propósito con el orfanato. Examinó sus motivos preguntándose a sí mismo si toda aquella idea no tendría origen en un deseo de vanagloria para sí mismo. Por eso pidió la ayuda de Henry Craik para que su amigo pudiese tener la oportunidad de probar su corazón.
´No puedo hallar nada que crea indebido en tus motivos´, le dijo Craik. ´Me gustaría incentivarte para que lleves a cabo el proyecto´. 
El interés de Mueller con respecto al orfanato en el siglo diecinueve en Inglaterra, comenzó más de un año antes de que Dickens popularizase la situación en Oliver Twist. Restaban pocas duda tanto de las trágicas proporciones del problema, como de que el interés de Mueller fuera verdaderamente genuino. Cuando llegó por primera vez a Bristol le afectó mucho ver a los niños mendigando por las calles; y cuando llamaban a su puerta siempre tenía el deseo de hacer algo positivo para ayudar resolver la situación. En octubre de 1834, había registrado en su periódico su amargura oyendo ´el relato de un pobre niño huérfano, que durante un tiempo estuvo asistiendo a una de nuestras escuelas, y quien parecía que allí, al punto que pudimos juzgar,  había adquirido una verdadera conciencia de su alma…y quien algún tiempo antes había sido retirado de una pobre casa a pocas millas de Bristol´. El informe concluía: ´Quiera esto, si es la voluntad del Señor, guiarme a hacer alguna cosa también por el anhelo temporal de los pobres niños, de cuyas presiones resultó que este pobre muchacho nos fuese retirado de nuestra escuela!´.
Pero había otra razón igualmente importante acerca del motivo por el cual Mueller contempló la idea de fundar un orfanato: conseguir demostrarle al mundo que los asuntos de Dios eran reales. Cuando iba a visitar a los miembros de sus dos congregaciones en Bristol se daba cuenta de que las personas precisaban ser fortalecidas en la fe. En una ocasión visitó a un hombre que tenía por hábito trabajar en su ocupación durante dieciséis horas diarias. Su salud estaba siendo afectada y su fe cristiana significaba muy poco para él.
´Si trabajases menos´, le sugirió Mueller, ´tu salud mejoraría y tendrías más tiempo para leer tu Biblia y orar. Y tendrías mucho más gozo espiritual.´
´Pero si yo trabajase menos´, le respondió el hombre, ´No podré tener lo suficiente para sustentar a mi familia. Aun así, trabajando tantas horas, difícilmente obtengo lo que preciso.´
´Eso no es confiar en Dios´, pensó Mueller. ´Eso no es creer en las palabras de Cristo, “Buscad primero el Reino de Dios y Su justicia: y todas estas cosas os serán añadidas.´
Mi querido hermano´, le dijo, ´no es tu trabajo lo que sustenta a tu familia, sino el Señor; y Aquel que te ha alimentado a ti y a tu familia cuando tú no pudiste trabajar, por causa de tu enfermedad, ten por seguro que proveerá lo que necesites tanto tú como los tuyos, si, con el fin de obtener alimento para tu hombre interior, fueses a trabajar solo durante tantas horas al día como las que dejases de lado para recrearte. Y además ¿no es verdad que al comenzar el trabajo diario después de haber tenido solamente unos pocos momentos apresurados para orar, y cuando dejas de trabajar al anochecer, y quieres ponerte a leer un poco de la palabra de Dios, estás tan cansado en tu cuerpo y alma que ya no puedes disfrutarla? Y,  ¿no es verdad que generalmente te quedas dormido mientras estás leyendo las Escrituras, o mientras estás de rodillas orando?´
Mientras esperaba que le respondiese, Mueller observaba la expresión en el rostro de su amigo. Podía ver como el hombre concordaba con lo que decía; pero todavía tenía dudas. No estaba todavía plenamente listo para tomar a Dios conforme a Su palabra.
´ ¿Cómo podría yo alcanzar algo así? ¿Cómo podría yo llevar a cabo tu consejo?´
Mueller no se sintió molesto. Estaba triste. Pensó, ´ ¿!Cómo he de conseguir llegar al punto de que este hermano se dé cuenta!? Algo que le dé una prueba visible de que nuestro Dios y Padre es el mismo Dios fiel que ha sido siempre, tan deseoso como siempre de probar que es el Dios Viviente, en nuestros días como lo ha sido desde el principio, para todos los que ponen su confianza en Él.´
Algunas veces, Mueller se encontraba con hombres de negocios que conducían sus quehaceres de manera poco honesta. Como resultado se sentían culpables en sus conciencias; algunos justificaban su comportamiento señalando la agresividad de la competencia o el depresivo estado del mercado, y sostenían que si realizasen sus negocios de acuerdo a los principios bíblicos, nunca jamás prosperarían. Solamente de manera muy rara hacían algo conforme a los designios de Dios; sólo en raras ocasiones encontró Mueller en alguien la determinación de confiar en Dios todas las cosas. Cuando así sucedía, también, Mueller anhelaba demostrar que Dios no cambiaba: que Él recompensaría aquellos que no mirasen en su corazón a la iniquidad´ (Salmos 66:18). Mueller había experimentado a Dios en su propia vida; estaba ansioso de que otros disfrutasen también de la misma experiencia.
´Yo me juzgo a mí mismo limitado´, escribió, ´para ser siervo de la Iglesia de Cristo, particularmente en lo que obtuve misericordia: en ser capaz de tomar a Dios conforme a Su palabra y descansar en ella.´
Él sentía que Dios había utilizado su encuentro con cristianos que carecían de seguridad y convicción en sus vidas ´para despertar en mi corazón el deseo de asentar ante la iglesia, y ante el mundo, una prueba de que Él no había cambiado nada; ‘y este objetivo me pareció a mí, que lo haría mejor a través del establecimiento de un orfanato. Se precisaba alguna cosa que pudiese ser apreciada por los sentidos naturales.´
Mueller había decidido embarcarse en una aventura que precisaba más cuidado y excitación que la construcción realizada por Brunel en su majestuoso puente en Clifton. Él comparó así el desafío que tenía por delante:

Ahora bien, si yo, siendo como soy un pobre hombre, a través simplemente de la oración y fe, he conseguido, sin pedirle a nadie (palabras puestas in itálico por Mueller) los medios para establecer y realizar un orfanato: Debe haber algo que con la bendición del Señor, pueda servir de instrumento para fortalecer la fe de los hijos de Dios, además de ser un testimonio para las conciencias de la inmutable realidad de los asuntos de Dios.

¿Sería un deseo de aliviar el estado de los huérfanos la consideración que más influyó a Mueller a fundar un orfanato, o el intento de demostrar la veracidad de Dios?

Ciertamente lo hice por el deseo que tenía en mi corazón de beneficiar a los pobres niños, destituidos de sus padres, y procurando, por otra parte, con la ayuda de Dios, hacerles bien a sus vidas –También anhelaba particularmente ser instrumento para Dios y conseguir que los queridos huérfanos fuesen instruidos en el amor con respeto a Dios– pero aun así, el primer y principal objetivo de la obra era que Dios pudiese ser magnificado por el hecho de que los huérfanos bajo mi cuidado estén provistos de todo lo necesario, a través solamente de oración y de fe, sin que a nadie le sea pedido nada o por mí, o por cualquiera de mis colaboradores, y así pueda ser comprobado que Dios es fiel y escucha las oraciones.

Una tarde de ese diciembre (1835) Mueller estaba maravillado por las palabras de Salmos 81:10, ´Abre tu boca y yo la llenaré´. Hasta esa tarde, aunque él ya había orado mucho acerca de los pros y contras del establecimiento del orfanato, todavía no lo había hecho específicamente para que Dios supliera los medios para su fundación. Pero leyendo este Salmo decidió aplicar la Escritura sobre las necesidades del orfanato.
´Querido Dios´, oró, ‘¿quieres hacer el favor de providenciar lo necesario, mil libras y el apropiado cuerpo de colaboradores, que sirvan en pro de los niños?´
 Mueller ya había aprendido a depender de Dios solamente para las necesidades de su familia. Ahora buscaba el Rostro de Dios para hospedar, alimentar y vestir a una familia mucho más grande; se atrevió a pedirle a Dios que le diese una prueba más de Su veracidad y amor.





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Comentarios

  1. Hola hermana Claudia Juárez, solo quiero contar un testimonio sobre Jorge Muller y quizá no sea tan relevante ya que tal vez usted practique desde tiempo la oración y la fe del mismo modo, pero ciertamente cerca de dos años atrás llego a mis manos el libro de Jorge Muller y me cautivo tanto que funde la iglesia y decidí junto con mi esposa practicar los mismos principios de este hombre de Dios para el sostenimiento de la iglesia y de nuestras vidas, ahora por la gracia de Dios llevamos dos años con esta práctica y Dios me ha suplido casi iguales a las formas en las que redactaste, y tengo en mi corazón hace unos años por un llamado del Señor con mi esposa de fundar un centro de restauración juvenil en España- Madrid practicando los mismos principios, y por eso te quiero dar las gracias por tomarte el tiempo de escribir, ya que yo también he escrito mi segundo libro llamado las huellas de la divina providencia , y todo empezó porque vi un artículo tuyo y luego cuando fui a la casa de un hermano me regalo el libro de Jorge Muller y saltaron mis ojos.
    Muchas gracias por escribir o transcribir
    Pastor Federico Valencic

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  2. @Federico Valencic Bendito testimonio Federico! Gracias por compartirlo! Gloria y honor sean dadas a nuestro todopoderoso Abba Padre! Que Él le siga abriendo puertas y caminos de entendimiento y siga siendo luz para otros que buscan a nuestro Dios!! Qué bendición! saludos en Cristo Pastor y bemdiciones! Nuevamente gracias por tomarse el tiempo de compartir su testimonio!

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