"EL CONOCIMIENTO DE ÉL" Por Charles Spurgeon
“Y
ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del
conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor” Filipenses 3:8
El
conocimiento espiritual de Cristo debe ser un conocimiento personal. No puedo
conocer a Jesús a través del conocimiento de otra persona de él. ¡No! tengo que
conocerlo yo; yo tengo que conocerle por mi propia cuenta. Este debe ser un
conocimiento inteligente, debo conocerle a él no como un sueño visionario o
imaginario, sino como la Palabra de Dios lo revela. Debo conocer sus
naturalezas: divina y humana. Tengo que conocer su ministerio: sus atributos,
su obra, su vergüenza, su gloria. Debo meditar en él hasta que "comprenda
con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la
altura, y que conozca el amor de Cristo, que excede todo conocimiento".
Será un conocimiento afectuoso de él, de hecho, si yo le conozco plenamente,
voy a amarlo. Una onza de conocimiento de corazón vale una tonelada de
aprendizaje intelectual. Nuestro conocimiento de él, debe ser un conocimiento
satisfactorio. Cuando conozco a mi Salvador, mi mente estará llena hasta los
topes. Sentiré que tengo lo que mi espíritu anhelaba. "Este es el pan del
cual, si un hombre comiere nunca más tendrá hambre". Al mismo tiempo, conocerlo
a él será un conocimiento apasionante, cuanto más conozca a mi Amado, cuanto
más querré saber de él. Mientras escale más alto, mas altas serán las cumbres
que inviten mis pasos ansiosos. Desearé más, mientras más tenga. Al igual que
el tesoro del avaro, mi oro me hará ambicionar más.
Para concluir, este
conocimiento de Cristo Jesús será el conocimiento más feliz de todos, de hecho,
será tan alto, que a veces me llevará completamente por encima de todas las
adversidades, y dudas y penas; y lo hará, mientras yo disfruto de aquellas
alturas, me hará algo más que "un hombre nacido de mujer, quien vivirá
solo unos días, hastiado de sinsabores", porque se ha arrojado sobre mí la
inmortalidad del Salvador viviente, y me ceñirá con el cinturón de oro de la
alegría eterna. ¡Ven, alma mía, siéntate a los pies de Jesús y aprende de él
todo en este día!
Charles Spurgeon
Traducción:
Claudia Juárez Garbalena
Precioso ! Las Palabras de mi Amado son mas dulces que la miel que la que destilan los panales !! Gracias Claudia ! Matias.
ResponderEliminarDios te bendiga muy amado de Dios!!! me alegra muchísimo que saborees la deleitosa miel de la Palabra de Dios y tu amor por nuestro Señor Jesucristo!!! :) Un caluroso saludo!
ResponderEliminar