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FRAGMENTO DEL LIBRO: "EL PODER CREATIVO DE DIOS PARA SANAR". Por Charles Capps

Introducción
Según la ciencia médica, existen enfermedades incurables; por ejemplo, algunos tipos de cáncer, la artritis, enfermedades del corazón, y el SIDA. Este libro presenta una ayuda sobrenatural para todas las personas que padecen de alguna enfermedad incurable. La Palabra de Dios es sobrenatural y la mezcla de nuestra fe con la Palabra de Dios hablada, representa una manera de aplicar la medicina de Dios. El resto depende de la confianza que el individuo tenga para tomar la medicina de Dios con regularidad.

El propósito de este libro consiste en revelarle al lector los principios que aparecen en  la Palabra de Dios e instruirle a cómo cooperar con ellos y aplicarlos para recibir la sanidad. Muchas personas quieren ser sanados, pero sin embargo, hablan palabras de enfermedad y sufrimiento a ellos mismos. Sus pensamientos y sus palabras producen un programa detallado dentro del cual se limitan a vivir. En los capítulos siguientes, usted aprenderá cómo puede hacer que ese programa se alinee con la Palabra de Dios.

Capítulo 1
Construye la Vida o la Muerte Con Tus Palabras

Nuestras palabras son bloques de construcción con los cuales construimos nuestra vida y nuestro futuro. Nuestras palabras establecen la piedra angular de nuestra vida, y nuestra vida sólo puede abarcar los confines que hemos creado con nuestras propias palabras. Toda situación, toda circunstancia y toda condición esta sujeta a cambio, pero con la ayuda de nuestras palabras, podemos establecerlas en nuestra vida para siempre.

El artículo titulado “El Paciente Lo Sabe Todo” (Patient Knows Best), edición de agosto de 1991 del Reader’s Digest dice:

Según los últimos descubrimientos la respuesta de una persona cuando le preguntan: “¿Cómo cataloga usted su salud: excelente, buena, regular o mala?” es un pronóstico extraordinario que indica quiénes habrán de vivir o morir en los próximos años.

En un estudio que se llevó a cabo en más de 2.800 hombres y mujeres mayores de 65 años de edad, se descubrió que las personas que catalogan su salud como ‘mala’  tienen de 4 a 5 veces más probabilidades de morir en los próximos cuatro años que las personas que consideran que tienen una salud ‘excelente’. Este fue el caso aunque el examen haya mostrado que los participantes tuvieran una salud similar.

Además de estos estudios, la socióloga Ellen Idler de la Universidad de Rutgers y el epidemiólogo Stanislav Kasl de la Universidad de Medicina de Yale han realizado nuevos estudios y han llegado a similares conclusiones científicas en un total de 23.000 personas.

Las personas que se consideran enfermizas van a decir que tienen una mala salud. Aunque estén saludables, tal parece que viven la realidad de la imagen que tienen de si mismo aunque les ocasione la muerte.

Esto confirma lo que dice la Biblia en Proverbios 18:21: “La muerte y la vida están en poder de la lengua, y el que la ama comerá de sus frutos.”

Lo que cada persona cree y dice no sólo afecta a su cuerpo, sino todo su sistema de inmunidad. Las palabras pueden ser una bendición o una maldición.

Jesús lo expresa de esta manera: “El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca” (Lucas 6:45).

Después de estudiar la Palabra de Dios, estoy convencido de que las palabras pueden mejorar o empeorar el sistema inmune. (Santiago 3:2-7). Las palabras que hable son de vital importancia para la salud y el bienestar. Creo que hay casos de enfermedades que son imposibles de sanar a menos que las personas aprendan el idioma de salud que el cuerpo entiende. Al dar la voz a la Palabra de Dios a través de su propia boca implanta en usted la Palabra y este es el idioma que el cuerpo entiende.

La afirmación continua de la Palabra de Dios en fe llenará su sistema inmune de una unción sobrenatural lo cual es capaz de eliminar toda enfermedad y todo malestar.

Bloques Edificantes De Dios

A continuación encontrará algunas de las razones bíblicas por las cuales creo firmemente en esto:

“Determinarás asimismo una cosa, y te será firme, y sobre tus caminos resplandecerá luz” (Job  22:28).

“La boca del necio es quebrantamiento para si, y sus labios son lazos para su alma” (Proverbios 18:7).

“Porque de cierto os digo que malquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho” (Marcos 11:23).

“El corazón del hombre piensa su camino; mas Jehová endereza sus pasos” (Proverbios 16:9).

“Del fruto de la boca del hombre se llenará de su vientre; se saciará del producto de sus labios. La muerte y la vida están en poder de la lengua, y el que la ama comerá de sus frutos” (Proverbios 18:20,21).

“Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad. La lengua está puesta entre nuestros miembros, y contamina todo el cuerpo, e inflama la rueda de la creación, y ella misma es inflamada por el infierno” (Santiago 3:6).

“El que guarda su boca y su lengua, su alma guarda de angustias” (Proverbios 21:23).

“Produciré fruto de labios: Paz, paz, al que está lejos y al cercano, dijo Jehová; y lo sanaré” (Isaías 57:19).

“Manantial de vida es la boca del justo; pero violencia cubrirá la boca de los impíos” (Proverbios 10:11).

“La boca de los rectos los librará” (Proverbios 12:6).

“El hombre será saciado de bien del fruto de su boca” (Proverbios 12:14).

“La lengua de los sabios es medicina” (Proverbios 12:18).

“El que guarda su boca guarda su alma; mas el que mucho abre sus labios tendrá calamidad” (Proverbios 13:3).

“Los labios de los sabios los guardarán” (Proverbios 14:3).

“La lengua apacible es árbol de vida; mas la perversidad de ella es quebrantamiento de espíritu” (Proverbios 15:4)

“La lengua de los labios adornará la sabiduría” (Proverbios 15:2).

“El corazón del sabio hace prudente su boca, y añade gracia a sus labios” (Proverbios 15:2).

“Panal de miel son los dichos suave; suavidad al alma y medicina para los huesos” (Proverbios 16:24).

Con sólo unos cuantos versículos usted puede comprobar que la Palabra de Dios tiene mucho que decir acerca de las palabras y los efectos que tienen sobre usted y su salud.


Capítulo 2
La Sanidad Divina Es Una Cura Espiritual

La ciencia médica contribuye al proceso de sanidad a través de medios físicos al administrar la medicina al cuerpo humano. La Sanidad Divina de Dios es Espiritual. Se administra a través del espíritu humano (1 Cor. 2:9 -12). El Salmo 107:20 dice que Dios envió Su Palabra y LOS sanó.

Observe que Dios no envió Su Palabra para sanarlos, sino que Dios envió Su Palabra y los sanó. Para Dios está hecho. Dios no hace acepción de personas, pero sí respeta la FE que tenemos en Su Palabra.

“Hijo mío, está atento a mis palabras; inclina tu oído a mis razones, no se aparten de tus ojos; guárdalas en medio de tu corazón; porque son vida a los que las hallan, y medicina a todo su cuerpo” (Proverbios 4:20-22).

Primero que nada, observe que la palabra de Dios es VIDA, y también es SANIDAD, o medicina para todo el cuerpo.

La Palabra de Dios SANARÁ SU CUERPO, pero lo hace a través de medios espirituales. La sanidad puede ser recibida al espíritu humano a través de la Palabra. Una vez concebida, penetra todo el cuerpo físico.

De la misma manera en que usted toma medicinas para ayudar a sanar su cuerpo físico, ASI TAMBIÉN DEBE RECIBIR LA PALABRA DE DIOS en su espíritu para obtener sanidad sobrenatural.

La Palabra Implantada

La Palabra de Dios es una LEY ESPIRITUAL PERFECTA (Salmo 19:7). Es una MEDICINA SOBRENATURAL que funciona a través del espíritu humano. Es una cura espiritual, pero al igual que cualquiera otra medicina natural, es necesario tomarla regularmente. USTED DEBE HABLAR LA PALABRA DE DIOS a su circunstancia o situación individual, ya que nadie lo puede hacer por usted. Santiago 1:21 nos exhorta a recibir con mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar nuestras almas. Una vez que la Palabra de Dios haya sido implantada en su espíritu, produce resultados en el cuerpo.

Jesús dijo: “Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho” (Juan 15:7). Cuando la Palabra de Dios es implantada en su espíritu se convierte en parte de usted. ¡No puede ser separada de usted! No solamente se convierte en su manera de pensar y afirmar, es usted. LA PALABRA HECHA CARNE. Entonces su carne reflejará la vida que hay en la Palabra. Cuando la Palabra de sanidad se arraiga en su carne, es mayor que la enfermedad y el resultado es la sanidad.

La imagen que la Palabra de Dios crea en usted ya es una realidad en el mundo espiritual. Cuando usted de corazón habla de la Palabra de Dios, entonces la fe da sustancia a las promesas de Dios. Diariamente la fe enmarca su mundo. Jesús lo dijo de manera sencilla: “El hombre bueno, del buen tesoro del corazón saca buenas cosas” (Mateo 12:35).

Notará que en el primer capítulo de Génesis, cada vez que Dios habla, se llevó a cabo creación. ¡Las palabras son PORTADORAS DE FE! El universo fue constituido por la Palabra de Dios (Hebreos 11:3). Sin palabras, no existiría la creación. Las palabras que usted habla crean imágenes hasta que eventualmente vive la realidad de esa imagen.

Cada vez que hable fe, se crea en usted una imagen más fuerte. Si lo que desea es sanidad, la imagen de sanidad se va creando por medio de la Palabra de Dios y por medio de su afirmación continua. Con el tiempo, esta imagen será perfeccionada a través de la Palabra de Dios y usted comenzará a verse a si mismo completamente sano. Cuando la Palabra es implantada, inculca vida con usted (Juan 6:63; Romanos 8:11).

La Fe Posee Realidad

En Marcos 5:25-28 aparece un ejemplo de esto, donde la mujer con el flujo de sangre dijo: “Si tocare tan solamente su manto, seré salva.” Ella continuó diciéndolo, ¡HASTA QUE SE VIO A SI MISMA SANA!

Esta mujer tenía la esperanza de ser sanada según iba caminando entre la multitud. La Biblia Nueva Versión Internacional  lo explica de esta manera: “Si logro tocar siquiera su ropa, quedaré sana.”

Esta esperanza era su meta, sin embargo, ella no se SENTÍA SANA, ni se VEÍA SANA. Pero comenzó a llenar su esperanza con palabras llenas de fe: “Quedaré sana. Quedaré sana. Quedaré… QUEDARÉ…”

Estoy seguro que su mente decía: “¿Cuándo?” “NO PARECES ESTAR BIEN.” “Es mas, ¡NO TE VES NADA DE BIEN!”

Entonces ella comenzó a responderle al razonamiento humano con palabras más específicas. “Si logro tocar siquiera su ropa, quedaré sana.”

Ella estaba llenando su ESPERANZA con una IMAGEN DE FE. Ella estableció el punto de contacto para recibir su sanidad. Sus palabras penetraron su espíritu y comenzó a verse sana. Aquella imagen que tenía de desesperación y derrota tuvo que darle lugar a las PALABRAS LLENAS DE FE que salían de su propia boca.

Cuando ella tocó el manto,  su toque de fe le hizo una demanda al pacto de Dios y a la UNCIÓN que había en Jesús.

Lo que ella estaba diciendo era su fe hablando. Cuando actuó lo que estaba diciendo y tocó el manto, esa fe que estaba en ella se CONVIRTIO EN LA SUSTANCIA de su esperanza, y sus palabras se convirtieron en una realidad.


La Fe Le Da Sustancia A La Esperanza

La fe fue lo que realmente dio lugar al derramamiento de la unción de sanidad que había en Jesús. La fe le dio sustancia a su esperanza y por consiguiente, la sanidad se manifestó EN SU CUERPO.

“La fe es la certeza (sustancia) de lo que se espera” (Hebreos 11:1). La esperanza es importante pero la esperanza carece de sustancia hasta que es llenada de fe. La esperanza simplemente establece metas. La ESPERANZA  de aquella mujer era recibir sanidad, pero la ESPERENZA NO LA SANO. Fue la FE la que dio sustancia a su esperanza.

Su fe le dio sustancia y produjo la manifestación de la sanidad que ya le pertenecía a ella a través del pacto. Pero ella tuvo que pedirla. Observe las palabras de Jesús: “Si puedes creer, al que cree todo le es posible” (Marcos 9:23). “Si tuvierais fe como un grano de mostaza, podríais decir…”   (Lucas 17:6) “El que cree… tiene…” (Juan 3:36). “Cualquiera que dijere… lo que diga le será hecho” (Marcos 11:23). Es un principio bíblico que consiste en CREER Y LLAMAR LAS COSAS QUE NO SON COMO SI YA FUESEN MANIFESTADAS.

Las palabras de Jesús son claras y precisas. “Hija, TU FE TE HA HECHO SALVA…” (Marcos 5:34). Comience a darle voz a su fe en la Palabra de Dios para que usted también sea salvo.

Capítulo 3
La Palabra De Dios Es Medicina

Proverbios 4:22 se refiere a la Palabra de Dios como medicina para todo nuestro cuerpo. Es la medicina más poderosa disponible hoy día y capaz de sanar el cuerpo sin causar efectos secundarios.

En el Salmo 107:20 dice que Dios envió Su Palabra y los sanó. Según Isaías 53:5,6 y 1 Pedro 2:24, la sanidad es un hecho de acuerdo a Dios. Nos pertenece porque es parte de la redención (Isaías 53:5,6).

Nuestra confesión de la Palabra de Dios reclama la sanidad la cual ya nos pertenece pero que no está manifestada en nuestro cuerpo.

No, no estoy predicando en contra de los médicos o la medicina. Pero no dependa de los médicos ni la medicina únicamente para mantenerse saludable. Hay ciertas enfermedades que la ciencia médica no puede curar. Pero si usted necesita un médico, vaya a un médico.

Todos  los años muchas vidas son salvadas a través de la ayuda médica. Hoy día hay medicinas que son beneficiosas para ayudar al cuerpo en el proceso de sanidad.

Si está tomando una medicina, mézclela con fe y diga: “Creo que recibo sanidad en el nombre de Jesús”. Las medicinas del hombre no lo sanarán, y generalmente no evitarán el que usted sea sanado. Sin embargo, hay ciertas medicinas que tienen efectos secundarios tan fuertes que son peor que la enfermedad misma. De modo que haga averiguaciones para conocer bien qué tipo de medicina está tomando. La mayoría de las medicinas ayudan a aliviar los síntomas mientras usted aplica los principios de Dios acerca de la sanidad y salud.

No soy partidario de que las medicinas se boten y que dependa sólo de la confesión, a menos que el Señor se lo indique. Toma tiempo renovar la mente y desarrollar fe en sus palabras tanto como en la Palabra de Dios. Pero las cosas que usted continuamente confiese llegarán a convertirse en parte de usted. Es cierto, Dios ha provisto sanidad a través de Su Palabra. Pero debemos de aprender a cómo apropiarnos de esa sanidad al hacer que la Palabra de Dios sea parte e nuestro vocabulario diario.

Creo que al ser enseñados debidamente y al practicar la fe, podrá madurar de manera que será una cosa común el recibir sanidad a través  de la Palabra de Dios. Pero esto no ocurre de un día para otro. El desarrollo de nuestra fe es un proceso que toma tiempo. Ahora bien, si usted está en una situación de vida o muerte, y el médico dice que necesita una cirugía inmediatamente, en otras palabras la enfermedad se le adelantó a su fe, le aconsejo que se opere y crea que Dios le dará una recuperación rápida. Use el sentido común y no cometa una necedad a causa de su orgullo espiritual y luego lo llame fe.

Toma tiempo desarrollar fe para llegar a operar en estos principios. No permita que nadie le traiga condenación por el hecho de que consulte un médico o se someta a una operación. Simplemente funcione según el nivel de fe donde usted se encuentra. Eso sí, no se mantenga al mismo nivel. Continúe creciendo en la Palabra de Dios hasta que desarrolle fe en el poder sanador de la Palabra de Dios.

La Palabra de Dios es un poder creativo. El universo fue creado por la Palabra de Dios. La confesión de la Palabra de Dios también puede cambiar su mundo. Además, puede cambiar la imagen de enfermedad que usted tiene hasta convertirla en una imagen de sanidad y salud.

No es cosa fácil operar en estos principios. Hace falta disciplina, entrega y compromiso. Con leer estas confesiones que aparecen en este libro no será suficiente. Por eso le exhorto a que confiese la Palabra de Dios audiblemente sobre su cuerpo dos o tres veces al día. Pronúnciela con autoridad. No es necesario hacer estas confesiones delante de otras personas, pues hablamos estas palabras para nuestro propio beneficio.

Malas Noticias Y Noticias de Dios

Puede que los médicos le hayan dicho que médicamente no hay esperanza, pero usted siempre podrá encontrar una ESPERANZA sobrenatural en la Palabra de Dios.

“Pero clamaron a Jehová en su angustia, y los libró de sus aflicciones.
Envió su palabra, y los sanó, y los libró de su ruina” (Salmo 107:19,20).

“Así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mi vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié” (Isaías 55:11).

“Produciré fruto de labios; Paz, paz al que está lejos y al cercano, dijo Jehová; y los sanaré” (Isaías 57:19).


Cómo Hacer Regresar La Palabra De Dios


Dios declara que Su Palabra no volverá a Él vacía. Hemos de hacer regresar Su Palabra al dar VOCES ACERCA DE ELLA y Él creará el fruto de nuestros labios. Cuando confesamos la Palabra de Dios tenemos comunión con Dios y al mismo tiempo, elevamos nuestro nivel de fe. Le hago un reto de afirmar audiblemente estas confesiones tres veces al día. No deje pasar esta oportunidad. Hágase el propósito de tomar la medicina de Dios regularmente igual que lo hace con la medicina física. Entonces será VIDA para usted y SALUD a su cuerpo.


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