LLEGANDO A CONOCER A JESÚS. Por Carolyn Molica
Hace muchos años me di
cuenta de que realmente no conocía muy bien a Jesús. Me habían enseñado mucho
acerca de relacionarme con, y orar a Dios, pero Jesús de alguna manera había sido
pasado por alto. Me habían enseñado que era Cristo EN nosotros, pero nunca me
enseñaron cómo relacionarme con Él como una persona real. No pude evitar
cuestionarme: “Si Él es nuestro hermano, ¿no deberíamos ser capaces de hablar y
relacionarnos con Él? Nosotros no tenemos que ir a nuestros padres para a
través de ellos hablar con nuestros hermanos terrenales, así que ¿por qué sería
diferente con Jesús?”
En Hechos 2:36 se nos
dice que “Dios le ha hecho Señor y Cristo”. Leemos en los evangelios que cuando
las personas se acercaron a Jesús le llamaron “Señor”. Cuando los discípulos
hablaron con Él, tanto antes como después de la resurrección (Juan 20:26 a 21:
25), ellos también lo llamaron “Señor”. ¿Nosotros deberíamos hacer menos?
De acuerdo a Romanos
10:9: “si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu
corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo”.
Cuando renacemos
renunciamos al señorío o reinado de nuestras vidas y a partir de ese momento confesamos
a Jesús como Señor. Pero me pregunto si hemos estado metiendo la pata un poco a
este respecto. ¿Estamos conversando solamente con Dios nuestro Padre, y pasando
por alto relacionarnos con Su hijo, quien Dios dijo que hizo Señor?
Dios me mostró algo
asombroso el otro día en las Escrituras acerca de esto. Estaba leyendo en
Hechos 7 sobre Esteban. “Y apedreaban a Esteban, mientras él invocaba y decía:
Señor Jesús, recibe mi espíritu. (ver. 59). En este versículo en este incidente
Esteban habló directamente a Jesús diciendo: “Señor Jesús, recibe mi espíritu”.
Y, ¿quién creen que estaba de pie allí mismo? ¡Saulo de Tarso!
“Y echándole fuera de
la ciudad, le apedrearon; y los testigos pusieron sus ropas a los pies de un
joven que se llamaba Saulo” (ver.58). Saúl oyó a Esteban hablar con Jesús.
Más tarde cuando Saúl
estaba de camino a Damasco “respirando aún amenazas y muerte contra los
discípulos del Señor” (Hechos 9:1), una luz del cielo brilló y Saulo cayó a tierra
y todo el mundo oyó una voz. Cuando Saúl preguntó quién estaba hablando, “¿Quién
eres, Señor? Y le dijo: Yo soy Jesús, a quien tú persigues” (ver. 5). Esto en
realidad no sorprendió a Saúl porque él había estado allí cuando Esteban habló
con Jesús.
Cuando Saulo llegó a
Damasco, Ananías fue instruido para ir a él. “Fue entonces Ananías y entró en
la casa, y poniendo sobre él las manos, dijo: Hermano Saulo, el Señor Jesús,
que se te apareció en el camino por donde venías, me ha enviado para que
recibas la vista y seas lleno del Espíritu Santo” (vers. 17).
¿! No es eso
asombroso!? Hay muchos más versículos en las epístolas que documentan una real
y verdadera relación personal con Jesucristo. Pablo dijo a los Corintios: “¿No
he visto a Jesús el Señor nuestro?” (1Co.9:1). Pedro escribió: “como nuestro
Señor Jesucristo me ha declarado” (2ª Pedro 1:14).
No estoy tratando de
alejar a nadie del Dios Todopoderoso y de la relación que tenemos con Él. Sólo
estoy tratando de mostrarles que nuestra relación personal con nuestro Señor
Jesús puede ser desarrollada e incrementada también. Quizás tu seas como yo era,
y no has desarrollado aun en tu caminar, una relación viva con Jesucristo.
1 Tesalonicenses 3:11
nos muestra que tanto Dios como nuestro Señor Jesús nos guían: “Mas el mismo
Dios y Padre nuestro, y nuestro Señor Jesucristo, dirija nuestro camino a
vosotros”. Y 2ª Tesalonicenses 2:16,17: Y el mismo Jesucristo Señor nuestro, y
Dios nuestro Padre, el cual nos amó y nos dio consolación eterna y buena
esperanza por gracia, conforte vuestros corazones, y os confirme en toda buena
palabra y obra”.
Mi trabajo secular es
dirigido y orquestado por Jesús. Eso no sucedió milagrosamente de la noche a la
mañana. Eso no sucedió a través de un sueño o revelación audible ni nada
espectacular. Yo oré al respecto, y un día simplemente sabía en mi corazón que
Jesús era quien estaba a cargo de mi trabajo. Yo sabía que secularmente Él
suministraría los puestos de trabajo y el dinero que necesitaba para vivir y
pagar las cuentas y hacer lo que tenía que hacer. Cada vez que estoy sin
trabajo, conscientemente voy a Jesús para saber que sigue, y le doy las gracias
por lo que Él está preparando y organizando. En esta categoría de mi vida yo sé
que Dios quiere que confíe en las instrucciones de Su hijo Jesucristo.
1 Timoteo 1:12: “Doy
gracias al que me fortaleció, a Cristo Jesús nuestro Señor, porque me tuvo por
fiel, poniéndome en el ministerio”.
Yo creo que debe haber
un maravilloso equilibrio en nuestra vida espiritual entre las cosas que Dios
maneja con nosotros y las cosas que nuestro Señor Jesús maneja y lo que el espíritu
santo maneja. Y simplemente nos mantenemos aprendiendo.
Con amor,
Carolyn
Mi libro en inglés “WINGS”
(“ALAS”) está disponible en Amazon. Cada semana ofrezco uno GRATIS. Pero si no
se puedes bajarlo gratis de Amazon, puedo enviarte un documento de Word o PDF para
que puedas leerlo GRATIS en tu computadora. Si te interesa escríbeme a: carolynmolica@yahoo.com
Traducción por Claudia Juárez Garbalena
El blog de Carolyn:
Si deseas contactarnos escríbenos a: mirasoloadios@live.com
Comentarios
Publicar un comentario