Testimonio: Sanada De Ataques De Pánico, Y No Más Dependiente De Medicación
El
siguiente es un testimonio compartido en el sitio web del pastor Prince, es mi
oración que les sea de bendición y edificación. Dios les bendice
Con
amor en Cristo,
Claudia
Juárez Garbalena
Testimonio:
Sanada De Ataques
De Pánico, Y No Más Dependiente De Medicación
Estuve tomando
antidepresivos para el desorden de pánico por cerca de dos años. A pesar del
medicamento, tenía aun fuertes ataques de pánico. Los ataques eran tan severos
que fui admitida en la sala de emergencia algunas veces.
La medicación
también me daba efectos secundarios indeseables. Si olvidaba tomar una dosis
tenia síntomas de abstinencia y me ponía nerviosa y llegaba a estar muy
inestable. También me despertaba a mitad de la noche con taquicardia incluso si
no estaba experimentando ningún miedo o estrés.
También me ponía
muy ansiosa al pensar cuándo me sucedería el próximo ataque y esto alimentaba
los síntomas y empeoraba mi condición.
Era muy frustrante
porque los ataques venían sin aviso y sin provocación. Estaba cansada de esta
situación, pero en vez de cambiar el tratamiento, mi médico sugirió que
incrementara la dosis. Yo me rehusé porque no quería ser más dependiente de la
droga.
No mucho tiempo
después fui a un retiro en Florida con una colega. En la primera noche tuve un
muy fuerte ataque de pánico. Incluso durante el seminario a menudo tenía que
excusarme algunas veces por que los temas que se discutían me causaban
taquicardia.
Cuando el retiro
terminó, fuimos de compras y paramos en una librería. En los aparadores vi el
libro "El Poder de Vivir Correctamente", que había visto mencionado
en un programa televisivo de Joseph
Prince. Simplemente estaba en el mostrador yo camine hacia el e inmediatamente
lo tomé y lo compré. Esta ha sido una de las mejores decisiones que he tomado.
Cuando regresé a casa comencé a leerlo. Leía un capitulo cada noche y fue como
si el Señor me estuviera proveyendo el capítulo correcto en el momento correcto
cada noche.
Después de leer
los testimonios de otros, y de aprender lo que el Señor Jesús había hecho por
estas personas cuando ellos se enfocaron en Jesús y no en ellos mismos, decidí
poner mi confianza en Cristo en vez de enfocarme en mi misma.
Comencé a leer el
libro un martes por la noche. Para el jueves por noche de la misma semana,
decidí parar de tomar la medicación. Cuándo lo hice, no tuve ningún episodio o
síntomas de abstinencia. Y no le dije a mi esposo que había dejado la
medicación durante tres días, y él no notó ningún problema en mi
comportamiento. El Señor verdaderamente me había liberado de este círculo
vicioso de medicación, efectos secundarios, y de síntomas de abstinencia.
El siguiente
sábado por la noche, algunas cosas pasaron que causaron que no durmiera bien. A
causa de eso estaba preocupada durante el siguiente día de que no pudiera
dormir bien esa noche. Pero decidí enfocarme en Cristo, aunque a través de toda
esa preocupación se drenó mi energía y estaba cansada de esa lucha que había
tenido en mi mente todo el día.
El capítulo que
leí esa noche mencionaba que algunas veces la mejor manera de pelear con el
enemigo es ignorar al enemigo y descansar en Jesús.
Así que después de
leer un capítulo, me recosté sobre la almohada, puse mi fe en Jesús,
enfocándome en su obra finalizada, y fui a dormir. Para mi alivio tuve
realmente una noche de sueño muy buena y muy refrescante.
Desde que decidí cambiar
el enfoque de mi misma y ponerlo en Jesús, he experimentado dramáticos efectos de sanidad. Cuándo mi
corazón comienza a acelerarse o comienzo a sentirme nerviosa, inmediatamente
cambio mi enfoque de mirarme a mí misma y me enfoco en la obra finalizada de
Jesús.
Ahora no necesito
más medicamentos desde que Jesús me ha brindado verdadero alivio. Lo que el
medicamento no pudo hacer por mí, Jesús lo hizo. La gracia me ha dado a conocer
una vida de libertad.
Después de
experimentar lo que Dios ha hecho por mí, no puedo sino estar muy emocionada.
Nunca entendí el poder de la gracia del Señor hasta ahora y ha revolucionado mi
vida.
Doy alabanza y
gloria a Dios. Me ha sacado del pozo de la desesperación a un lugar de majestad
con Cristo Jesús. Doy gracias por su ministerio Pastor Prince. Siga haciendo su
buena obra y le aliento a continuar con el mandato que el Señor le ha dado.
De Jamaica. Anónimo.
Comentarios
Publicar un comentario