"Firmes en el terreno donde no hay maldición" y "Sanada De Ataques De Pánico, Y No Más Dependiente De Medicación"
Firmes en el terreno
donde no hay maldición
De Joseph Prince
Génesis
8:4 Y reposó el arca en el mes séptimo, a los diecisiete días del mes, sobre
los montes de Ararat.
Por cuarenta días y
noches llovió tan fuerte que la tierra entera pereció, excepto Noé y aquellos
que estaban con él en el arca. Al final de ciento cincuenta días, en el día
diecisiete del séptimo mes el arca descansó en las montañas de Ararat.
En hebreo, la palabra “Ararat" significa "la
maldición es revertida". Las aguas del juicio cesaron causando que el arca
descansara en las montañas de Ararat, en una nueva tierra donde la maldición es
revertida. Y esto sucedió en el día diecisiete en el séptimo mes en la fiesta
de las primicias −el día exacto que Jesús resucitó de entre los muertos cuatro
mil años más tarde.
Cuando Cristo resucitó de
entre los muertos, fuimos resucitados juntamente con Él (Colosenses 2:12),
aquellos que estamos en Cristo, nuestra verdadera arca permanece en la tierra
de la resurrección donde la maldición ha sido revertida (Gálatas 3:13), donde
enfermedades, pobrezas y carencias no tienen derecho a operar.
Un miembro de nuestra
iglesia compartió como Dios lo había liberado de una espondilitis cervical, una
condición médica que causa que la espina dorsal se deteriore. Unos rayos x
tomados cuatro o cinco años antes mostraron que esa área de la columna estaba
deteriorándose rápidamente, él vivía en dolor y tomaba medicina para manejar
esta condición y cuando tenía una recaída, se deprimía.
Durante su última recaída,
fue al médico confiando en Dios que él había sido sanado. Le tomaron otros
rayos x y le dieron medicación. Él tomo la medicación, aun creyendo que Dios lo
había sanado. La siguiente mañana, el dolor en su cuello se había ido y fue
capaz de girar su cabeza. Finalmente fue a recoger el resultado de su rayos x
una semana después, y su médico de hecho le dijo que su espina dorsal lucía mucho
mejor que la de el mismo médico. El doctor estaba muy sorprendido porque pacientes
con esta condición generalmente no mejoran. Dios revirtió la maldición de esta
espondilitis cervical de él.
Amigo mío, como creyente
tu estas en una tierra donde no hay maldición. Permanece firme en este terreno
de bendiciones donde es muy sencillo para Dios traer una lluvia de bendiciones
sobre ti.
Gálatas
3:13 Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición
(porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero).
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Testimonio:
Sanada De Ataques De
Pánico, Y No Más Dependiente De Medicación
Estuve tomando
antidepresivos para el desorden de pánico por cerca de dos años. A pesar del
medicamento, tenía aun fuertes ataques de pánico. Los ataques eran tan severos
que fui admitida en la sala de emergencia algunas veces.
La medicación también me
daba efectos secundarios indeseables. Si olvidaba tomar una dosis tenia
síntomas de abstinencia y me ponía nerviosa y llegaba a estar muy inestable.
También me despertaba a mitad de la noche con taquicardia incluso si no estaba
experimentando ningún miedo o estrés.
También me ponía muy
ansiosa al pensar cuándo me sucedería el próximo ataque y esto alimentaba los
síntomas y empeoraba mi condición.
Era muy frustrante porque
los ataques venían sin aviso y sin provocación. Estaba cansada de esta
situación, pero en vez de cambiar el tratamiento, mi médico sugirió que
incrementara la dosis. Yo me rehusé porque no quería ser más dependiente de la
droga.
No mucho tiempo después
fui a un retiro en Florida con una colega. En la primera noche tuve un muy
fuerte ataque de pánico. Incluso durante el seminario a menudo tenía que
excusarme algunas veces por que los temas que se discutían me causaban
taquicardia.
Cuando el retiro terminó,
fuimos de compras y paramos en una librería. En los aparadores vi el libro
"El Poder de Creer Correctamente", que había visto mencionado en un
programa televisivo de Joseph Prince.
Simplemente estaba en el mostrador yo camine hacia el e inmediatamente lo tomé
y lo compré. Esta ha sido una de las mejores decisiones que he tomado. Cuando
regresé a casa comencé a leerlo. Leía un capitulo cada noche y fue como si el
Señor me estuviera proveyendo el capítulo correcto en el momento correcto cada
noche.
Después de leer los
testimonios de otros, y de aprender lo que el Señor Jesús había hecho por estas
personas cuando ellos se enfocaron en Jesús y no en ellos mismos, decidí poner
mi confianza en Cristo en vez de enfocarme en mi misma.
Comencé a leer el libro
un martes por la noche. Para el jueves por noche de la misma semana, decidí
parar de tomar la medicación. Cuándo lo hice, no tuve ningún episodio o
síntomas de abstinencia. Y no le dije a mi esposo que había dejado la
medicación durante tres días, y él no notó ningún problema en mi
comportamiento. El Señor verdaderamente me había liberado de este círculo
vicioso de medicación, efectos secundarios, y de síntomas de abstinencia.
El siguiente sábado por
la noche, algunas cosas pasaron que causaron que no durmiera bien. A causa de
eso estaba preocupada durante el siguiente día de que no pudiera dormir bien
esa noche. Pero decidí enfocarme en Cristo, aunque a través de toda esa
preocupación se drenó mi energía y estaba cansada de esa lucha que había tenido
en mi mente todo el día.
El capítulo que leí esa
noche mencionaba que algunas veces la mejor manera de pelear con el enemigo es
ignorar al enemigo y descansar en Jesús.
Así que después de leer
un capítulo, me recosté sobre la almohada, puse mi fe en Jesús, enfocándome en
su obra finalizada, y fui a dormir. Para mi alivio tuve realmente una noche de
sueño muy buena y muy refrescante.
Desde que decidí cambiar
el enfoque de mi misma y ponerlo en Jesús, he experimentado dramáticos efectos de sanidad. Cuándo mi
corazón comienza a acelerarse o comienzo a sentirme nerviosa, inmediatamente
cambio mi enfoque de mirarme a mí misma y me enfoco en la obra finalizada de
Jesús.
Ahora no necesito más
medicamentos desde que Jesús me ha brindado verdadero alivio. Lo que el
medicamento no pudo hacer por mí, Jesús lo hizo. La gracia me ha dado a conocer
una vida de libertad.
Después de experimentar
lo que Dios ha hecho por mí, no puedo sino estar muy emocionada. Nunca entendí
el poder de la gracia del Señor hasta ahora y ha revolucionado mi vida.
Doy alabanza y gloria a
Dios. Me ha sacado del pozo de la desesperación a un lugar de majestad con
Cristo Jesús. Doy gracias por su ministerio Pastor Prince. Siga haciendo su
buena obra y le aliento a continuar con el mandato que el Señor le ha dado.
De Jamaica. Anónimo.
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