Dios puede servirse de aquellos que el mundo rechaza. De Joseph Prince
1
Corintios (NTV) 1:26 Recuerden, amados hermanos, que pocos de ustedes eran
sabios a los ojos del mundo o poderosos o ricos cuando Dios los llamó.
Puedes pensar que eres un
don nadie o un perdedor a los ojos del mundo, tal vez incluso has sido alguien
notable o exitoso y ya no lo eres más. Que tu corazón tome aliento porque la Palabra
de Dios dice que si no eres sabio, ni poderoso, ni noble de acuerdo a la carne,
¡entonces eres un gran candidato para que Él te llame! Y cuando El empiece a
servirse de ti, verás Su favor, poder e incremento cambiando tu vida.
En los ojos del mundo
antiguo, Moisés era la estrella naciente de Egipto. La Biblia nos dice que en
los primeros 40 años de su vida, "fue enseñado Moisés en toda la sabiduría
de los egipcios; y era poderoso en sus palabras y obras" (Hechos 7:22).
Pero Dios no podía servirse de él entonces porque era demasiado inteligente,
fuerte y lleno de sí mismo.
Fue sólo 40 años más
tarde, después de haber estado en el nada glamuroso desierto de Madián, vaciado
de sí mismo y pensando que era un fracasado, que Dios lo envió a estremecer el
poder de Faraón.
El mundo puede hacerlos a
un lado −a los débiles, a los pequeños, a los olvidados y a los perdedores,
pero Dios los elige para confundir y estremecer a los poderosos en el mundo.
Sé que esto es cierto.
Cuando era un niño pequeño, crecí frente al rechazo y el ridículo debido a mi mezcla
racial indio-china. Y cuando era un adolescente, yo era el blanco de muchos chistes
debido a mi nerviosismo y tartamudez.
Cuando yo estaba en mi adolescencia,
recuerdo haber orado a Dios: "No sé qué puedo hacer para ti o qué puedo darte,
pero mi vida es Tuya, en espíritu, alma y cuerpo". No sé cuántas veces
hice esta oración. Pero yo supe que Dios me había escuchado porque Él me llamó.
Sólo Dios se atrevería a elegirme, a un tartamudo y nervioso, para pastorear
una iglesia para Él, que desde entonces ha crecido a más de 30,000 miembros.
Yo sé quién era y de
dónde vengo. Sé que no he hecho nada y no puedo hacer nada sin Su unción y Su gracia
en mi vida.
Amigo mío, cuando pienses
que eres débil y pequeño comparado con otros en el mundo, ¡es cuando Dios puede
servirse de ti para hacer cosas grandes y maravillosas para Él!
Extraído del sitio “Joseph Prince Ministries”
Comentarios
Publicar un comentario