¿Qué es la Santa Comunión? De Joseph Prince
La Santa Comunión, conocida también como la Cena del Señor, representa la mayor expresión del amor de Dios por Su pueblo.
En la Santa Comunión se usan dos cosas: el pan que representa el cuerpo de Jesús que fue azotado y molido antes y durante su crucifixión, y la copa que representa su sangre derramada.
Cuando Jesús caminó sobre la tierra, él estaba lleno de energía y entusiasmo, y su cuerpo estaba lleno de vida y salud. Nunca estuvo enfermo. Pero antes de que Jesús fuera a la cruz, él fue duramente azotado por los soldados romanos, y su cuerpo fue perforado mientras colgaba en la cruz.
En la cruz, Dios tomó todas nuestras enfermedades y padecimientos y los puso en el cuerpo originalmente perfecto y sano de Jesús, para que podamos caminar en salud divina. Es por eso que la Biblia dice que por su herida, fuimos nosotros curados.
Isaías 53:5: Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.
1 Pedro 2:24: quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados.
En Lucas 22:20, Jesús nos dice que la copa es el "nuevo pacto en mi sangre", y el apóstol Pablo nos dice que la sangre de Jesús trae perdón de pecados.
Colosenses 1:14: en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados.
Efesios 1:7: en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia.
¿Por qué los creyentes participan de la Santa Comunión?
Aparte de ser renacido en Cristo, un cuerpo y una mente sanos son las mayores bendiciones que cualquier persona puede tener. Y la Santa Comunión es el conducto, el medio, el canal de la sanidad y la plenitud ordenados por Dios.
En la noche en que fue traicionado, Jesús comió su última cena con sus discípulos. Y sabiendo lo que él lograría a través de Su sacrificio, instituyó la Santa Comunión.
Lucas 22:19-20: Y tomó el pan y dio gracias, y lo partió y les dio, diciendo: Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado; haced esto en memoria de mí.
De igual manera, después que hubo cenado, tomó la copa, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama.
1 Corintios 11: 24-25: y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en memoria de mí.
Asimismo, tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las veces que la bebiereis, en memoria de mí.
Su amorosa instrucción es que debemos recordarlo mientras participamos de la Santa Comunión. Jesús quería que fuéramos conscientes de cómo su cuerpo fue partido por nuestra integridad física y emocional, y de cómo su sangre fue derramada para el perdón de nuestros pecados. Y cada vez que participamos consientes de esto, "la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga" (1 Corintios 11:26).
Hoy, cuando participamos del pan, estamos declarando que la salud divina y la vida divina de Jesús fluyen en nuestros cuerpos mortales. Y cuando participamos de la copa, estamos declarando que somos perdonados y hemos sido hechos justos. La sangre de Jesús nos da una posición inmejorable delante de Dios, y podemos ir con denuedo, confiadamente a la presencia de Dios. ¡Cuando oramos, podemos estar seguros de que Dios nos oye!
Hebreos 4:16 Acerquémonos, pues, confiadamente [denodadamente KJV] al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.
¿Cómo puedo participar de la Santa Comunión?
Antes de participar, recuerda que la Santa Comunión no es un ritual a ser observado, sino una bendición para ser recibida.
Ya que no es un ritual, no hay pan prescrito o bebida especial requerida. En la Última Cena, Jesús usó lo que tenía en la mesa: pan que era comúnmente comido en la cena, y lo que ellos estaban bebiendo.
Para participar, primero, sostén el pan en tu mano y di:
Gracias, Padre, por el regalo de Tu Hijo. Por los azotes que cayeron sobre su espalda, mi cuerpo fue sanado desde la coronilla de mi cabeza hasta las plantas de mis pies. Cada célula, cada órgano, cada función de mi cuerpo es sanada, restaurada y renovada. En el nombre de Jesús, creo y recibo. [Come el pan.]
A continuación, toma la copa en tu mano y di:
Señor Jesús, gracias por tu preciosa sangre. Tu vida libre de pecado, libre de enfermedad y libre de pobreza está en tu sangre. Y tu sangre derramada ha removido cada pecado de mi vida. A través de tu sangre, he sido perdonado de todos mis pecados -pasados, presentes y futuros- y he sido hecho completamente justo. Hoy, celebro y participo de la herencia de los justos, que es protección, sanidad, integridad física y emocional y toda provisión. Gracias Señor Jesús, por amarme. Amén. [Bebe el vino.]
1 Corintios 11:23 Porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado: Que el Señor Jesús, la noche que fue entregado, tomó pan;
11:24 y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en memoria de mí.
11:25 Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las veces que la bebiereis, en memoria de mí.
11:26 Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga.
Traducción por Claudia Juárez Garbalena
Discerniendo el Cuerpo del Señor para tener la mejor salud. Primera Parte:
Discerniendo el Cuerpo del Señor para tener la mejor salud. Segunda Parte:
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