Donaciones
Fuera de México:

Check out with PayPal

Quién eres a los ojos de Dios. Joseph Prince

 

1 Juan 4:19 Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero.

¿Crees que Dios te ama hoy con un amor inmutable? ¿Incluso si acabas de fallar o cometiste un error? Aquí, amigo mío, es donde la hora de la verdad llega en nuestro caminar cristiano todos los días.

Estoy aquí para decirte sin lugar a dudas que Dios te ama con un amor eterno. Su amor por ti es incondicional (Tito 3:3–5 NASB). Es un amor tan puro, prístino y maravilloso. No tiene nada que ver con tu desempeño, sino con quién eres ante Sus ojos: Su amado.

El énfasis del antiguo pacto de la ley tenía que ver con tu amor por Dios, mientras que el énfasis del nuevo pacto de gracia tiene que ver con el amor de Dios por ti. La suma total de la ley bajo el antiguo pacto es: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas” (Deuteronomio 6:5, Mateo 22:37, 40).

Seamos honestos aquí. ¿Alguna vez has conocido a alguien que pueda amar a Dios de esta manera? Por supuesto que no. Es una imposibilidad humana. La ley fue diseñada para mostrarnos que somos incapaces de amar a Dios perfectamente.

Sabiendo que el hombre no podría cumplir Su mandamiento de amarlo con todo su corazón, toda su alma, toda su mente y todas sus fuerzas, ¿sabes lo que hizo Dios? Él demostró cómo sólo Él podía amarnos con todo Su corazón, toda Su alma, toda Su mente y todas Sus fuerzas cuando envió a Su amado Hijo, Jesucristo, para redimirnos de todos nuestros pecados con Su propia sangre.

¡Es por eso que el nuevo pacto se trata del amor de Dios por ti y no de tu amor por Él! Bajo la gracia, Dios no quiere que centres sus pensamientos en: “¿Realmente amo a Dios?” Ese no es el enfoque del nuevo pacto. Bajo la gracia, Dios quiere que te concentres en Su amor por ti. Por lo tanto, las preguntas que deberías hacerte son:

“¿Sé cuánto me ama Dios hoy?”

“¿Realmente creo que Dios me ama ahora mismo?”

Elige creer correctamente acerca de cómo Dios te ama hoy. La rapidez con la que puedas volver a ponerte de pie y pasar de fe en fe y de fortaleza en fortaleza en tu caminar con Él hace toda la diferencia del mundo.

Comentarios