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Jesús es el resplandor de la gloria de Dios! Por Claudia Juárez Garbalena

 

El tema central de las Escrituras ES CRISTO. Toda la Escritura habla de profecías y tipologías que describen del Redentor. Las Escrituras hablan de su carácter, de sus cualidades, de su hermosura, de su belleza, de su sacrificio, de sus logros, de su gloria, hablan del periodo de Apocalipsis o El Día del Señor que será “el día de la venganza del Dios nuestro”, hablan del reinado del Milenio.

En los grandes creyentes del Antiguo Testamento está tipificado Cristo. Vemos el carácter de Jesús en la creencia de Abraham, en la fuerza de Sansón, en la fidelidad de Samuel, en la mansedumbre de Moisés, en la valentía de Josué, en el denuedo de Caleb, en el amor del pariente redentor de Ruth, en el corazón adorador del rey David, en la sabiduría de Salomón, en el amor y la pasión de “el Amado” en el libro de Cantares, en el compromiso y obediencia de Oseas, en el celo de Elías, en el discernimiento y revelación de Daniel, entre otras características.

Jesús imitó en todo al Padre, y anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo porque Dios estaba con él. Jesús trajo y manifestó la voluntad de Dios en esta tierra al traer sanidad y liberación a la gente de Dios.

Jesús simplemente es EL SEÑOR entre los señores. EL REY entre los reyes.

Jesús manifestó una mezcla de poder, ternura, autoridad y compasión únicas y asombrosas. Fue severo con los duros de corazón, y tierno, gentil y en extremo amoroso y compasivo con el sediento de Dios y el necesitado.

Todo se multiplicaba en sus manos. En su presencia toda necesidad era suplida y ninguna enfermedad o espíritu diabólico e incluso la muerte, prevalecieron.

Nuestro Señor Jesucristo fue capaz de ofrendar su propia vida en el acto más sublime de amor, entrega, adoración y obediencia a Dios que la humanidad haya presenciado jamás.

Nuestro Señor Jesús eligió obedecer a Dios de la forma más sublime. Él se entregó a sí mismo como un holocausto llevando en él, el pecado de toda la humanidad. Su sacrificio fue olor fragante, sacrificio acepto y agradable a Dios.

Quiero que veamos juntos un par de relatos en el huerto de Getsemaní, que hablan de la hora más difícil de nuestro Salvador:

Mateo 26:36 Entonces llegó Jesús con ellos a un lugar que se llama Getsemaní, y dijo a sus discípulos: Sentaos aquí, entre tanto que voy allí y oro.

Mateo 26:37 Y tomando a Pedro, y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a entristecerse y a angustiarse en gran manera.

38 Entonces Jesús les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí, y velad conmigo.

Las Escrituras nos describen que nuestro Señor Jesucristo justo antes de comenzar a vivir aquellos días que sabía serían espantosos, él “comenzó a entristecerse y a angustiarse en gran manera. Entonces Jesús les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí, y velad conmigo”. Él sintió gran tristeza, gran agonía y angustia hasta la muerte.

Isaías 53:3 dice que nuestro Señor Jesucristo fue experimentado en quebranto, y Hebreos 4:15 dice que: no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. El sintió esa profunda tristeza y agonía. ¡Jesús comprende nuestra frágil humanidad! Jesús sintió la soledad, la traición, la enfermedad, enfrentó a la muerte de seres amados, la humillación, el desprecio, la necesidad, tuvo sed, hambre, cansancio. Él fue tentado en todo conforme a nuestra semejanza pero sin pecado.

Mateo 26:39 Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa

Al postrarse sobre su rostro, Jesús cayó de rodillas, extendió sus brazos y puso su frente en el suelo. Postrarse sobre su rostro representa la máxima expresión de entrega, sumisión y humildad delante de Dios. Él estaba a punto de hacer el acto más asombroso de obediencia en sujeción a Dios. Jesús sabía la terrible agonía que sufriría y viviría. No quería sufrir una muerte humillante, vergonzosa y en extremo dolorosa. Pero Jesús sabía que, como el Cordero de Dios, su ofrenda era absolutamente necesaria. Dice la última parte del versículo:

Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa …pero no sea como yo quiero, sino como tú.

¡Estas son las palabras de adoración más hermosas habladas jamás en esta tierra! La entrega y sacrificio de nuestro Salvador Jesucristo son indescriptibles y asombrosos. El Segundo Adán, en todo semejante a nosotros, excepto que la naturaleza de pecado de Adán no estaba en él, estaba eligiendo POR AMOR, OBEDECER A DIOS PARA REDIMIR A LA HUMANIDAD. ÉL ESTABA A PUNTO DE PAGAR CON SU PROPIA VIDA Y DERRAMAMIENTO DE SANGRE NUESTRA REDENCIÓN. ¡Su obra fue tan completa y tan asombrosa que nos llevará toda la eternidad entenderla y aquilatarla debidamente!

Mateo 26:40 Vino luego a sus discípulos, y los halló durmiendo, y dijo a Pedro: ¿Así que no habéis podido velar conmigo una hora?

41 Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil.

42 Otra vez fue, y oró por segunda vez, diciendo: Padre mío, si no puede pasar de mí esta copa sin que yo la beba, hágase tu voluntad.

43 Vino otra vez y los halló durmiendo, porque los ojos de ellos estaban cargados de sueño.

26:44 Y dejándolos, se fue de nuevo, y oró por tercera vez, diciendo las mismas palabras.

Jesús hizo la misma oración tres veces: Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú”.

El evangelio de Lucas nos proporciona otros detalles que enriquecen el relato:

Lucas 22:40 Cuando llegó a aquel lugar, les dijo: Orad que no entréis en tentación.

41 Y él se apartó de ellos a distancia como de un tiro de piedra; y puesto de rodillas oró,

42 diciendo: Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.

43 Y se le apareció un ángel del cielo para fortalecerle.

44 Y estando en agonía, oraba más intensamente; y era su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra.

¡Nuestro Señor estaba en agonía extrema! ¡Él no quería morir! ¡Pero eligió morir por amor a Dios, y a ti y a mí, y lo sufrió y lo soportó por el gozo puesto delante de él!

Hebreos 12:2 puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.

Pensando en el sufrimiento y la humillación extremos que sufrió nuestro Salvador, a los cinco sentidos es muy difícil comprender que Él lo haya hecho “por el gozo puesto delante de Él”.

¿Qué fue lo que le dio esa fuerza e incluso GOZO para ofrendarse a sí mismo como el Cordero de Dios? ¿Por qué nuestro Señor Jesucristo pudo enfrentar una muerte tan brutalmente espantosa?

¡Por las glorias que seguirían tras su sacrificio!

Isaías 53:10 ...Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada.

11 Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos.

12 Por tanto, yo le daré parte con los grandes, y con los fuertes repartirá despojos; por cuanto derramó su vida hasta la muerte, y fue contado con los pecadores, habiendo él llevado el pecado de muchos, y orado por los transgresores.

Salmos 89:27 Yo también le pondré por primogénito, el más excelso de los reyes de la tierra.

Nuestro Señor Jesucristo es la máxima expresión de amor que esta tierra haya presenciado jamás. Nuestro Señor Jesucristo es la Palabra y la voluntad de Dios encarnadas. Nuestro Señor Jesucristo es el camino, la verdad y la vida que nos ha llevado al Padre. Nuestro Señor Jesucristo es la puerta de acceso al Padre. Nuestro Señor Jesucristo, con el precio de su propia sangre, nos ha rescatado y librado de todas las formas en que necesitábamos ser rescatados y librados. ¡Este es el gran Salvador y Señor y Rey que tenemos y a quien esperamos que aparezca entre las nubes por nosotros!

Emanuel fue la presencia misma de Dios entre nosotros. Siendo él EL REY, eligió amar y servir. Su vida entera fue una ofrenda de olor fragante a nuestro Padre. Su huella en esta tierra fue una mezcla de amor, gran compasión, ternura, sabiduría, fuerza, virilidad, supremo poder y gran denuedo. Él impactó por completo la historia de la humanidad. En Él hubo un antes y un después. Su vida y sacrificio marcaron la historia de la humanidad y nuestra historia personal con Dios.

Simplemente no había forma de entrar abiertamente a la presencia misma de Dios, no existía una comunicación directa entre el hombre y Dios desde la caída de Adán. No podía el hombre, bajo ninguna circunstancia, presentarse dignamente y sin culpa delante de Dios.

La obra perfecta y finalizada de nuestro Señor Jesús, partió en dos el velo del templo que se rasgó de arriba abajo cuando Él clamo: “¡consumado es!”. Ese velo grueso representaba la separación de Dios de la humanidad ¡cuando fue rasgado de arriba abajo, el camino al Dios fue abierto nuevamente! Al nosotros aceptar a Jesús como nuestro Señor y Salvador, no sería más como siervos que de aquí en adelante nos presentaríamos delante de Dios, sino como una hija o un hijo amado de Dios.

Juan 1:29 El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.

1 Corintios 5:7 …porque nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros.

Nuestro Señor Jesucristo nos ha librado del Egipto de este mundo y de su cruel faraón. En Él hemos sido librados del pecado y las consecuencias del pecado, de ahí nacen todas nuestras bendiciones en la vida presente y en la venidera!

Estas son algunas escrituras que describen la gloria de nuestro Salvador:

Hebreos 1:2-4 en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo;

3 el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas,

4 hecho tanto superior a los ángeles, cuanto heredó más excelente nombre que ellos.

Hebreos 1:2 (BLA) hasta que en estos días, que son los últimos, nos habló a nosotros por medio del Hijo, a quien hizo destinatario de todo, ya que por él dispuso las edades del mundo.

Él es el resplandor de la Gloria de Dios y en él expresó Dios lo que es en sí mismo. Él, cuya palabra poderosa mantiene el universo, también es el que purificó al mundo de sus pecados, y luego se sentó en los cielos, a la derecha del Dios de majestad.

Colosenses 1:13 el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo,

14 en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados.

15 Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación.

16 Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él.

17 Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten;

18 y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia;

19 por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud,

20 y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz.

Colosenses 2:12 sepultados con él en el bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con él, mediante la fe en el poder de Dios que le levantó de los muertos.

13 Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados,

14 anulando el acta de los decretos que había contra nosotros [toda la deuda de nuestros pecados], que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz,

15 y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz.

Hechos 10:38 cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo este anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.

Nuestro Señor Jesucristo es la representación misma del amor y compasión del corazón de Dios. Mientras anduvo en esta tierra, Él fue sanidad, restauración y liberación. Él fue la imagen misma del corazón de Dios y Su voluntad, y hoy nos ha dejado una herencia riquísima con Su perfecto sacrificio!

Hechos 1:8 pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.

Marcos 16:17-18 Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán.

Juan 14:12-14 De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre. Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré.

¿No es asombroso que Dios diga que tú eres como él es??? ¡TU NUEVA Y VERDADERA IDENTIDAD SE ENCUENTRA EN CRISTO!

Gálatas 2:20 Con Cristo estoy [fui] juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.

21 No desecho la gracia de Dios; pues si por la ley fuese la justicia, entonces por demás murió Cristo.

La mejor forma de honrar a nuestro DIOS y a Su Hijo Jesucristo, es CREER EN SU OBRA REDENTORA. ¡ACEPTAR CON MANSEDUMBRE SU PALABRA sin buscar, como Caín, acercarnos a Dios con la obra de nuestras manos! ¡Recibe hoy Su justicia! ¡Acepta hoy ese divino intercambio que ocurrió en la cruz! Has pasado de muerte a VIDA y esa vida “está escondida con Cristo en Dios”.

Juan 15:4 Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. 5 Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.

2 Corintios 5:21 Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.

1 Juan 4:17 …pues como él es, así somos nosotros en este mundo.

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