Donaciones
Fuera de México:

Check out with PayPal

El suministro es mayor que la demanda. Capítulo 1. Joseph Prince

 


INTRODUCCIÓN

¿Estás abrumado por el clamor de las responsabilidades que compiten en tu vida? ¿Te sientes como si estuvieras en una rueda sin fin, como si en el momento en que terminas una tarea, una docena de otras se apresuraran a ocupar su lugar?

Si vives en un estado constante de estrés y sientes que siempre estás tratando de mantenerte al día con los pagos de la hipoteca, con los plazos en el trabajo y con muchas expectativas, escribí este libro para ti.

Las presiones que enfrentas pueden parecer increíblemente abrumadoras, pero quiero que sepas que, como hijo de Dios, realmente tienes a un Padre cuya ayuda, provisión y suministro exceden por mucho a las demandas que estás enfrentando en este momento.

Tus manos son demasiado pequeñas, pero las Suyas no lo son... Y hoy Él quiere invitarte a poner esas cargas y preocupaciones en Sus manos amorosas. Cualquier situación que pueda hacer que te sientas abrumado por la preocupación y la ansiedad, y cualquier cosa que puedas necesitar hoy, el Señor Jesús ya la ha suplido a través de Su obra consumada en la cruz.

Quiero que sepas que estás arrojando tus preocupaciones sobre Alguien que se interesa por las necesidades prácticas de tu vida. Jesús dijo: “El que me ha visto a mí ha visto al Padre” (Juan14:9), y durante su ministerio terrenal, Él reveló constante y vívidamente el corazón del Padre mientras él:

·       Dio una red que se rompía, en un barco que se hundía con una carga de peces a pescadores cansados y desalentados que estuvieron trabajando toda la noche y no pescaron nada.

·       Multiplicó cinco panes y dos peces y alimentó a una multitud hambrienta de 5,000 hombres (sin contar mujeres y niños) hasta que no pudieron comer más, y todavía hubo doce cestas llenas de sobras (Juan 6:1-13).

Pero no se detuvo ahí. Él también:

·       Sanó a todos los que le buscaron por sanidad, incluyendo aquellos que estaban sufriendo de enfermedades de largo plazo y enfermedades que no tenían cura en lo natural.

·       Respondió al clamor de padres que le pidieron que liberara a sus hijos de las garras del enemigo.

Estos preciosos registros en los evangelios nos dicen que nuestro Padre en el cielo se preocupa por todas las luchas que enfrentamos, ya sean grandes o pequeñas, ya sea que pertenezcan a lo físico, emocional, o en áreas prácticas en las vidas de nuestras familias.

Él se interesa por el tiempo difícil que estás enfrentando en tu matrimonio, por la crianza de tus hijos y el estrés que has estado enfrentando en tu trabajo. Él se preocupa por esa condición debilitante en tu cuerpo que a menudo te deja exhausto y el dolor de espalda que ha estado enviando dolores punzantes a través de tu cuerpo.

Él se interesa pos tus finanzas y por lo difícil que es llegar a fin de mes. Él se interesa acerca de la tormenta en tu corazón y la turbación en tu mente mientras batallas con inseguridades, miedos y ataques de pánico incluso cuando tus seres amados no lo entienden por completo.

A Él le interesa, amigo mío, y Él tiene más suministro del que necesitas para cada una de las demandas que enfrentas.

Hoy, si puedes identificarte con las situaciones desafiantes que he descrito, recibe aliento en tu corazón. Yo creo que el Señor quiere que recibas ánimo y que encuentres nueva esperanza a través de esa de esta recopilación de seis mensajes seleccionados que he predicado.

Oro porque permitas que Su Palabra en “Sobreabundante gracia” expulse cada miedo mientras contemplas a nuestro Salvador quien mostró una y otra vez en los evangelios, su deseo y habilidad de sobre-suplir diferentes situaciones de carencia. Él es el mismo ayer, hoy, y para siempre. Oro porque aprendas cómo puedes hacer de tu situación de insuficiencia el blanco de Su sobreabundante gracia.

Mientras lees “Experimenta Su Poder En Tu Debilidad”, que sea perfectamente silenciada la voz que te ha estado diciendo que no tienes derecho a esperar Su provisión en tu vida.

O quizá has estado esperando por tu avance, pero no parece que nada esté cambiando en tu situación. Si este eres tú, toma algún tiempo para leer Qué Es Lo Que Realmente Está Ocurriendo Detrás De Escena. Yo creo que serás alentado al ver como Él está trabajando a tu favor incluso cuando no puedes verlo, y encontrar nueva fuerza para seguir adelante y recibir Su suministro más que suficiente que está en camino hacia ti.

Estos son solo unos pocos mensajes en este libro que yo sé que el Señor quiere que queden anclados en tu alma. En cada uno de estos mensajes no solamente encontrarás historias de las Escrituras para inspirar tu fe, también encontrarás testimonios de gente que ha experimentado avances que nunca pensaron posibles. Mientras lees estos reportes de alabanza, que seas alentado para saber que lo que Dios ha hecho por ellos, Él quiere y puede hacerlo también por ti.

Estoy orando para que mientras te sumerjas en cada mensaje, no puedas sino encontrar el extravagante amor de nuestro Padre celestial y la persona de nuestro Señor Jesús. Sé que mientras lo haces, encontrarás una paz inamovible reemplazando tus pensamientos negativos y una fe imparable levantándose en tu corazón.

¡Y estoy creyendo contigo que lo que seguirá es un fluir fresco de la sobreabundante sanidad, sabiduría, favor, protección, habilidad, libertad y victoria del Señor para cada demanda y desafío! Oro para que crezcas en la revelación de que Su suministro es verdaderamente más grande que todas las demandas en tu vida.

 

 

1.

Sobre abundante suministro de gracia

 

 

Una vez hubo un muro,

Profundo y ancho,

Fuerte y alto.

Allí estaba,

Construido con toda nuestra impiedad.

Pero este Hombre, con Su sangre,

Rompió el muro,

Desató el torrente

De las misericordias de Dios

Para toda la humanidad.

 

Siempre he amado esta canción. Me recuerda que desde que Jesús exclamó: “¡Consumado es!” (Juan 19:30), Dios desató un torrente de gracia sobre este mundo, y esa gracia ha estado fluyendo desde entonces. Sea lo que sea que estés necesitando hoy, amigo mío, nuestro Señor Jesús ya lo suplió mediante la cruz. Puedes decirte a ti mismo: “¡Sea cual sea la situación en la que me encuentre, el suministro de Dios está ahí!”

 

¿ESTÁS ORIENTADO A LA DEMANDA O ESTÁS ORIENTADO A LA PROVISIÓN?

Sabes, le pregunté al Señor qué significaba vivir bajo la gracia. Él dijo: “Cuando estás consciente de Mi constante provisión hacia ti, estás viviendo bajo la gracia”. Dicho de manera sencilla, el principio de la gracia es provisión.

Bajo la gracia, nuestro Padre celestial dice: “Yo haré... Yo haré... Yo haré...” (Hebreos 8:10-12). Bajo la gracia, se trata de que Él está proveyendo para ti por todo lo que Su Hijo ha hecho. Se trata de que veas el generoso suministro que tu Padre celestial está proveyendo frente a las demandas que te apremian.

¿Cuál es el resultado de esto? Comienzas a vivir una vida de confianza y a caminar en una paz sobrenatural que sobrepasa todo entendimiento. Y comienzas a experimentar la provisión de Dios porque tu mirada está puesta en Su suministro inagotable y no en las circunstancias que enfrentas.

 

SÉ CONSCIENTE DEL SUMINISTRO

Mientras nos enfrentamos a la vida en el día a día, podemos estar orientados a la demanda o al suministro. Estar orientado al suministro significa que, incluso cuando enfrentamos un desafío, somos más conscientes de la grandeza de nuestro Dios que de la magnitud de la necesidad. Hace un tiempo, fui a los Estudios Universal en la isla de Sentosa, Singapur, con mi familia. Mientras comíamos en un patio de comidas, una señora que trabajaba allí caminó directo hacia mí y me saludó: “¡Pastor Prince!”.

Así que le dije: “Hola”, y ella dijo: “¡Guau! ¡Qué alegría verle aquí!”. Habló un rato conmigo y luego dijo: “Sabe, llevo un tiempo con un dolor de espalda. Oré y le pedí a Dios que me enviara a alguien, y le envió a usted. ¿Podría orar por mí, por favor?".

Miré a mi alrededor. El ambiente no era el “correcto”. No había música ungida de adoración de fondo. De hecho, el patio de comidas estaba lleno de ruido con el parloteo de la gente y el tintineo de cubiertos y vajilla. Pensé: “¿Quieres que ore por ti aquí? ¿Ahora?”.

Entonces recordé lo que el Señor me había estado diciendo acerca de estar orientado en el suministro. Así que me puse de pie, puse mi mano gentilmente sobre ella y dije: “Señor, simplemente te agradezco por tu suministro de gracia. Te agradezco porque hay más gracia aquí que dolor. Te doy las gracias porque estás sanando su espalda ahora, ajustando y restaurando lo que necesite ajustarse y restaurarse. Te agradezco que ella es completamente sana en el nombre de Jesús”.

Ninguna fanfarria, ninguna sensación de piel de gallina corriendo por mis brazos, solo una simple oración en medio de este ruidoso centro de comida.

Después de orar por esta preciosa señora, le dije: “Bueno, no te preocupes más por el dolor. No seas consciente de él. El Señor ya te ha sanado”. Me dio las gracias y siguió hablando de su familia y otras cosas. Entonces, de repente, exclamó emocionada: “¡Oh, se ha ido! ¡El dolor que me había estado molestando SE HA IDO!”. Recuerdo estar allí de pie, mirándola, conmovido por el amor de Dios por esta querida mujer y asombrado por la sencillez de Su gracia hacia nosotros.

Amigo mío, justo en la normalidad de la vida diaria, tú puedes recibir del suministro que está constantemente fluyendo hacia ti. ¿Necesitas sanidad hoy? ¿Necesitas sabiduría? ¿Paz para tu corazón turbado? Tú puedes recibirlo ahora mismo si puedes ver Su suministro alrededor de ti, dándote todo lo que necesitas.

 

 

 

QUITA TU MIRADA DE TU DEMANDA.

EN VEZ DE ESO MIRA SU PROVISIÓN Y

RECIBE POR GRACIA LO QUE NECESITAS.

 

No importa dónde te encuentres. No tienes que esperar el tiempo, el lugar o las circunstancias externas “correctas” cuando se trata de pedir y recibir de Dios. Simplemente aparta la mirada de la demanda, mira Su suministro y recibe por gracia lo que necesitas.

 

LA GRACIA SOBREABASTECE

Nuestro Señor Jesucristo caminó en una conciencia de suministro y provisión. En el registro de la alimentación de los cinco mil, vemos como el Señor estaba claramente consciente del suministro del cielo enfrentando la escasez (Juan 6:1-13).

Cuando Jesús vio los cinco panes y dos pequeños peces, a diferencia de sus discípulos, Él no vio la demanda imposible puesta en Él: alimentar a más de cinco mil personas hambrientas con el pequeño almuerzo de un niño. Él vio el suministro.

Sus discípulos, por otro lado, vieron la demanda. Sus ojos estaban en la vastedad de la necesidad y la pequeñez del suministro. Ellos estaban concentrados en que no tenían suficiente comida para todos ni tenían suficiente dinero para comprar tanta comida. Les molestó tanto que ellos urgieron a Jesús para que enviara a la gente a casa.

Pero debido a que Jesús vio el suministro, fue capaz de darle gracias al Padre por lo poco que había en sus manos, y lo poco se multiplicó y multiplicó ¡y siguió multiplicándose! No solamente la gente fue alimentada hasta que sus estómagos estuvieron llenos, ¡sino que quedaron doce cestas llenas de sobras! ¡Qué asombroso milagro! ¡Cuando la gracia suple, es de forma sumamente excesiva, abundante y por encima de todo lo que puedas pedir o imaginar (Efesios 3:20)!

Detente y piensa acerca de esto por un momento.

¿Estás enfrentando una situación de cinco panes y dos pequeños peces en tu vida ahora mismo? ¿Hay una situación de escasez en tus finanzas o en tu vida familiar? ¿Estás luchando para encontrar suficiente tiempo para concluir tu trabajo y también para pasar tiempo de calidad con tu familia? O quizá hay necesidades en tu comunidad por las cuales has estado orando. Pueden ser bajos ingresos familiares con los que ellos están luchando para llevar comida a su mesa, un misionero a quién deseas apoyar, o un deseo en tu corazón de ser una bendición para las madres solteras que conoces. En lo natural, puede que no tengas los recursos para ayudar, ¿Pero sabes qué? Tú puedes ir a tu Padre celestial, quién tiene un suministro inagotable.

Cualquiera que sea el área de carencia, ¿puedo alentarte a enfocarte en la abundancia del Señor en vez de en la imposibilidad de la situación? Yo estoy creyendo contigo que vas a recibir Su suministro con “doce cestas llenas de sobras” en cada área de insuficiencia.

LA RAZÓN DE NUESTRO SUMINISTRO

¿Sabes por qué podemos ver que la provisión está alrededor de nosotros? No es porque seamos buenos ni lo merezcamos. Es porque hace dos mil años, una figura solitaria y azotada más allá del reconocimiento colgaba en la cruz del Calvario.

Jesús eligió tomar nuestro lugar y convertirse en maldición por nosotros. Mientras cargaba con nuestros pecados y nuestra maldición, fue cortado de todas las bendiciones de Dios. Fue maldecido para que nosotros pudiéramos ser bendecidos. Él clamó: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?” (Mateo 27:46). Para que hoy, tú y yo podamos decir: “Padre mío, Padre mío, ¿por qué me has bendecido tanto?”.

Él estuvo en tinieblas para que nosotros pudiéramos estar en la luz eterna. ¡Él tomó todo lo que merecíamos para que pudiéramos recibir todo lo que Él merece!

 

LA GRACIA PROVEE PORQUE

EL AMOR SIEMPRE ESTÁ DANDO

Amigo mío, no es difícil entender cómo la gracia de Dios siempre provee cuando sabes que la esencia de Dios mismo es amor y que el AMOR DA. La Biblia dice en dos LUGARES que “Dios es amor” (1 Juan 4:8,16). Interesantemente, la palabra hebrea para “amor” se compone de tres letras: Aleph, Hey y Bet (nota que el hebreo se lee de derecha a izquierda).

 

Si remueves la letra central Hei, que significa “gracia”, obtendrás AlephBet, que es la palabra hebrea para “padre”.

En otras palabras, pon Hei (gracia) de nuevo en el centro de la palabra “padre” y obtienes la palabra “amor”. ¿Puedes verlo? En el corazón de tu Padre hay amor. ¡El Padre se trata todo acerca del amor!

Ahora bien, ¿qué hace el amor? Juan 3:16 nos dice: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que DIÓ a Su Hijo unigénito”. ¡El amor da! El amor no quita. ¡El amor da! De hecho, ¡el amor da más de lo que puedes tomar! Así pues, Dios, quien se define como amor y personifica el amor perfecto, siempre está dando, dando, dando.

 

LA ESENCIA DE DIOS ES AMOR

Y EL AMOR DA.

Si lees los Evangelios, encontrarás que durante su ministerio terrenal, nuestro Señor Jesús siempre estaba dando. Jesús quería decir cada palabra cuando dijo: “El Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos” (Mateo 20:28). Incluso en su forma glorificada y resucitada en el cielo, sigue siendo siervo para siempre, como lo representa el cinto de oro alrededor de su cintura (Apocalipsis 1:23). Sí, Él es Señor de señores, Rey de reyes, pero de acuerdo con Su Palabra, ¡también es un siervo que se deleita en servirte y darte!

 

EL TOQUE PERSONAL

A lo largo de los Evangelios, siempre encontrarás a nuestro Señor Jesús predicando, enseñando y sanando, y a menudo otorgaba más que solo salud al sanar a los enfermos. Recuerdo al leproso que acudió al Señor y le pidió que lo limpiara. Este hombre debió estar desesperado: no solo quebrantó la ley al salir de la colonia de leprosos para buscar a Jesús, sino que también arriesgó su vida porque podría haber sido apedreado hasta la muerte por quebrantar la ley y poner en peligro la salud de los demás.

Cuando el leproso se encontró con Jesús, lo adoró y dijo: “Señor, si quieres, puedes limpiarme”. Me alegra mucho que Jesús no lo tratara según las demandas de la ley. No le dijo: “¿Cómo te atreves a quebrantar la ley rabínica y salir abiertamente? ¡Eres un pecador! ¡Eres impuro! ¡Vete antes de que te apedreen hasta la muerte!”. No, Su gracia fluía abundantemente hacia el hombre. Su provisión de sanidad estaba disponible.

El Señor, lleno de compasión y amor incondicional, extendió la mano y tocó al hombre, diciendo: “Quiero; sé limpio”. E inmediatamente, el hombre fue sanado (Mateo 8:1-3). Observa que Jesús lo tocó primero antes de sanarlo. Ahora bien, ¿por qué es esto significativo?

Ese simple toque devolvió el sentido de humanidad y dignidad al hombre que no había sido tocado durante mucho tiempo. Debido a su condición impura y probablemente físicamente repulsiva, nadie quería tocarlo, y mucho menos abrazarlo o besarlo. Él mismo no podía tocar, abrazar ni besar a sus seres queridos. ¿Te imaginas lo que eso le hace a la autoestima y la cordura de un ser humano? Solamente Jesús comprendió que no solo había estado enfermo, sino también alienado y deshumanizado.

Quiero que vean que el amor le dio al hombre más que solo salud. Jesús sabía que este hombre necesitaba más que solo sanidad física, así que le dio mucho más de lo que esperaba. Además de la salud, Jesús le devolvió la dignidad y la alegría de poder abrazar y ser abrazado por sus amigos y seres queridos. ¡Oh, el amor y la gracia inagotables de nuestro Señor!

 

EL AMOR DA MÁS

DE LO QUE PIDES

Vemos esto nuevamente cuando sanó al hombre que tenía la mano seca (Lucas 6:6-10).

Cuando todos a su alrededor solo veían la desesperanza en la situación (¿cómo sanar una mano seca?), Jesús vio el suministro para que el hombre fuera sanado. Él vio el suministro celestial de sanidad alrededor de ese hombre y su mano seca, y esa mano seca fue reemplazada por una mano sana y completa.

El Evangelio de Lucas dice que era “la mano derecha” del hombre la que estaba seca. Ahora bien, fuera diestro o no, perder el uso de una mano debió haber afectado enormemente su capacidad para ganarse la vida. Y cuando una persona no puede realmente ganarse la vida, cuando no puede mantener a su familia, pierde el respeto de los demás, incluso de sus seres queridos.

Así que, cuando Jesús sanó al hombre, le dio más que una mano derecha nueva. Le devolvió su sustento y, con ello, su autoestima y el respeto de los demás. ¡Ese es mi Jesús! ¡Ese es el estilo con el que Él nos ama y suple nuestras necesidades!

Amigo mío, quizá necesites un gran avance hoy. Quizá estés desanimado porque sientes que tu situación es desesperada. O, como los dos hombres de los relatos anteriores, quizá sufras una condición física y desees sanidad y restauración.

Escucha, nuestro Señor Jesús es el mismo ayer, hoy y mañana.

Del mismo modo que Él tuvo compasión con el hombre con lepra y el hombre con la mano seca y sobre suplió sus necesidades, en la misma manera Él tiene compasión de ti y quiere que experimentes Su sobre suministro.

No te enfoques en la desesperanza de tu situación. En vez de eso, mira el sobre suministro de gracia y espera que el Señor te dé más allá de tu más grande imaginación.

 

LA FE TOMA DEL MÁS GRANDE

El Señor me dijo esto una vez: “la gracia suple, el amor da, la fe toma”. ¿Qué es lo que hace la fe? La fe toma. Esta es nuestra parte como creyentes. Nuestra parte es tomar. No estoy hablando acerca de avaricia. Estoy hablando acerca de entender lo que simplemente es la fe: la fe es la mano que toma de la mano de Dios.

Pero pastor Prince, ¿no dice la Biblia que es más bienaventurado dar que recibir” (Hechos 20:35)?

Sí, esto es verdad cuando se trata de nuestra relación con los hombres. Con los hombres, es más bienaventurado dar que recibir. Pero cuando se trata de Dios, lo agradamos a Él cuando recibimos de Él. La Biblia dice que el menor es siempre bendecido por el mayor (Hebreos 7:7). Obviamente, entre Dios y nosotros, Dios siempre es el más grande. Entonces, cuando nos humillamos a nosotros mismos y tomamos nuestro lugar como el receptor, estamos permitiendo a Dios ser Dios en nuestras vidas y Él ama eso.

Bueno, pastor Prince, ¿y qué hay acerca de darle a Dios y a otros? ¿No es eso importante?

Yo creo que cuando tú eres bendecido por Dios, cuando experimentas Su amor y favor inmerecido, no puedes sino servirle a Él y ser una bendición a otros. Es cuando recordamos que todo vino de Él primero, que vamos a estar dando y sirviéndolo a Él y a otros con el espíritu correcto. Como David, bien dijo: “Pues todo es tuyo, y de lo recibido de tu mano te damos” (1 Crónicas 29:14).


“OH HOMBRES DE POCA FE”

Nuestro problema con la fe, como con los discípulos de Jesús, es que tomamos tan poco de Dios. ¿Qué era lo que Jesús usualmente les decía a sus discípulos cuando los reprendía? Él usualmente decía: “Oh hombres de poca fe” (Mateo 8:26, 14:31). ¿Poca fe? ¿Qué era lo que Jesús les estaba diciendo en esencia? Yo creo que les estaba diciendo: “Si estoy tan lleno de suministro, ¿por qué toman tan poco de mí?

¡Incluso la reprensión de Jesús a sus discípulos era tan llena de amor y aliento! Noten que Él no dijo: “oh hombres de poco ayuno” o, “oh hombres de poca oración”. Él dijo: “oh hombres de poca fe”. Él les estaba diciendo: “tomen más de mí, tomen más de mi suministro”. ¡Oh, qué hermoso Salvador tenemos!

Entonces, amigo mío, nuestra fe es pequeña cuando tomamos poco de Dios. Cuando tomamos poco de Él para nuestras necesidades debemos estar tomando más de alguien o de otro lugar. Esto significa que nuestra fe está en alguien o en algo y Dios es sólo un “apoyo” o el último recurso. Eso no debería ser así. Dios siempre debe estar primero. El hombre va a fallarte y a desilusionarte, ¡pero Dios nunca lo hará!

Típicamente, la mayoría de nosotros no somos buenos receptores. Cuando le das a alguien un regalo, usualmente escuchas decir: “oh no debiste. Yo no merezco esto”. Todos nosotros necesitamos pedirle al Señor que nos haga mejores receptores, que ensanche nuestra capacidad para recibir no basados en cuanto pensamos que merecemos, ¡sino basados solamente en Su gracia para suplir y dar!

 

¡TOMA TANTO COMO QUIERAS!

Debido a que somos pobres receptores, cuando tomamos, tomamos muy poco o solo lo suficiente. Nos decimos a nosotros mismos que es que es educado y refinado hacer eso. Ahora, otra vez, no estoy hablando de ser ambicioso, codicioso o materialista. Estoy hablando de la forma en que el Señor da.

Veamos la alimentación de los cinco mi otra vez. Quiero que veas algo:

Juan 6:11-12 Y tomó Jesús aquellos panes, y habiendo dado gracias, los repartió entre los discípulos, y los discípulos entre los que estaban recostados; asimismo de los peces, cuanto querían.  Y cuando se hubieron saciado, dijo a sus discípulos: Recoged los pedazos que sobraron, para que no se pierda nada.

Los hombres, mujeres y niños comieron “cuanto querían”, hasta que fueron saciados. “Señor, ¿quiere más pan? Aquí hay tanto como usted quiera”. “Tío Pedro, ¿puedo tener más pescado? Claro, pequeño, ten dos más, no ten tres más”. Todos comieron hasta que su corazón estuvo contento, y aun así hubo doce cestas de fragmentos que sobraron.

Quizá de alguna forma has creído que el Señor es un Dios que siempre retiene o toma de ti. Oro para que este registro haya abierto tus ojos para que veas cómo el corazón del Señor es proveer más que suficiente, ¡y cómo Su suministro se detuvo solamente cuando la gente estuvo saciada!

 

VIVIENDO UNA VIDA DE ACCIÓN DE GRACIAS

Así que aquí está la conclusión: en el reino de Dios, el suministro nunca se acaba. En lo que a ti respecta, sólo se detiene cuando le dices a Él que deje de suministrarte. decides. Como tu amoroso Padre celestial, Dios quiere darte abundante y libremente.

Y Él puede hacerlo legalmente gracias a la obra consumada de Su Hijo en la cruz. Nuestro Padre celestial no da con mano tacaña. Dios te ama y Su amor da. Su amor provee en exceso.

Tu parte es ejercitar la fe tomando del Señor. La gente suele decir: “Depende de Dios. Depende de Dios”. A veces esto suena un poco abstracto. ¿Cómo dependes de Dios? Eliges ver Su corazón amoroso y Su generoso suministro incluso en áreas donde otros sólo ven la demanda. Y extiendes tu mano con fe y tomas de Dios. ¡Toma Su sabiduría, Su fuerza, Su gozo, Su salud divina, Su provisión, Su paz!

Cuando te des cuenta de que todo se trata del amor y el favor inmerecido del Señor hacia ti, le estarás dando las gracias todo el tiempo. En lugar de quejarte y estresarte, porque estás centrado en la demanda, estarás descansado y confiado en que Él proveerá. Amigo mío, que elijas vivir en el reino del suministro constante y el amor generoso y espléndido de Dios, ¡sabiendo que eres bendecido para ser una bendición!

 

Comentarios