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Tienes la presencia y el favor de Dios sin importar tus circunstancias. Joseph Prince

 


Salmo 139:7-10 ¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia? Si subiere a los cielos, allí estás tú; y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás. Si tomare las alas del alba y habitare en el extremo del mar, aun allí me guiará tu mano, y me asirá tu diestra.

Hebreos 13:5 dice que la presencia de Dios en tu vida es una constante garantizada. Pero quiero que sepas que no puedes evaluar la presencia de Dios y Su favor inmerecido en tu vida basándote en tus circunstancias. Para ayudarte a entender lo que esto significa, veamos la vida de José.

José rechazó las insinuaciones de la esposa de Potifar, y como dice el dicho popular: “¡El infierno no tiene furia como la de una mujer despreciada!”. Ella acusó maliciosamente a José de intentar violarla, blandiendo como "prueba" las prendas que José había dejado en sus manos cuando huyó de ella. Cuando Potifar escuchó a su esposa contar su versión de la historia, se enfureció y agarró a José, lo despojó de la autoridad que le había otorgado y lo metió en prisión.

Ponte en el lugar de José. ¿Qué está pasando aquí? Suena demasiado familiar, ¿verdad? Con el doloroso recuerdo de sus hermanos arrojándolo a la cisterna aún fresco en su mente, aquí está una vez más, arrojado a un calabozo a pesar de ser inocente.

Cualquier persona promedio estaría amargada y enojada con Dios. La mayoría se preguntaría: "¿Dónde está Dios? ¿Por qué lo trajo hasta aquí, solo para abandonarlo y desampararlo? ¿Cómo pudo pasar esto? ¿Dónde está la justicia contra esta falsa acusación?".

Pero José no era un hombre cualquiera. Sabía que el Señor nunca lo dejaría ni lo abandonaría. José no consideró sus circunstancias, sino que se enfocó en la presencia del Señor.

Independientemente de si era un simple esclavo, un capataz en la casa de Potifar o ahora un prisionero que enfrentaba la posibilidad de cadena perpetua por un crimen que ni siquiera cometió, José no evaluó el favor inmerecido de Dios en su vida basándose en sus circunstancias. En lugar de amargarse, mantuvo su esperanza en el Señor. En lugar de tirar la toalla y renunciar a Dios y a la vida, mantuvo su confianza, sabiendo que todo su éxito dependía de la presencia del Señor.

¡Y vaya si el Señor lo libró! Quiero que leas esto para que veas lo que el Señor hizo por José:

Génesis 39:21-23 Pero Jehová estaba con José y le extendió su misericordia, y le dio gracia en los ojos del jefe de la cárcel. Y el jefe de la cárcel entregó en mano de José el cuidado de todos los presos que había en aquella prisión; todo lo que se hacía allí, él lo hacía. No necesitaba atender el jefe de la cárcel cosa alguna de las que estaban al cuidado de José, porque Jehová estaba con José, y lo que él hacía, Jehová lo prosperaba

¿Qué te dice esto? Si te niegas a inclinarte a tus circunstancias y sigues siendo consciente de la presencia del Señor, dondequiera que estés, sea cual sea tu entorno, alcanzarás prominencia. Tendrás el favor de tus jefes y te ascenderán para estar a cargo. ¡Y todo lo que hagas prosperará!

 

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