Participando en memoria. Joseph Prince
1 Corintios 11:23-25 …el
Señor Jesús, la noche que fue entregado, tomó pan; y habiendo dado gracias, lo
partió, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es partido;
haced esto en memoria de mí. Asimismo tomó también la copa, después de haber
cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas
las veces que la bebiereis, en memoria de mí.
Los resultados de las
dietas y el ejercicio provienen de reglas, rutinas y disciplina. Los resultados
de la Santa Cena provienen de la relación, la revelación y la comprensión de la
obra redentora de Cristo.
La Comunión se trata de
Su amor. Se trata de Su poder para sanarte y librarte de toda enfermedad y
dolencia. Y es por eso que el apóstol Pablo escribió en los versículos
anteriores que nuestro Señor Jesús quiere que participemos de la Santa Cena en
memoria de Él.
Cuando la gente judía usa
la palabra "memoria", es una palabra mucho más fuerte que un simple
recuerdo pasivo o sentimental. Implica una recreación, revivir el evento.
Se trata de recrear todo
lo que Jesús vivió, ver su cuerpo quebrantado al partir el pan en tus manos y
ver Su sangre derramada por ti al beber de la copa. Se trata de valorar
activamente la cruz y ver cuán poderosa es para ti hoy al recordar que fue por
ti que el Rey de reyes sufrió. ¿Has notado que nuestro Señor Jesús nos dijo que
participáramos de la Santa Comunión en memoria de Él y no en memoria de
nuestras condiciones médicas? Hubo una época en que muchos israelitas morían
por mordeduras de serpiente en el desierto. Cuando Moisés oró al Señor para que
quitara las serpientes, Él respondió: " Hazte una
serpiente ardiente, y ponla sobre un asta; y cualquiera que fuere mordido y
mirare a ella, vivirá" (Números 21:8).
Dios no quitó las
serpientes. Su respuesta fue instruir a Moisés para que hiciera una réplica de
lo mismo que los estaba matando —la serpiente— y la pusiera sobre una asta para
que todos la vieran. "Y Moisés hizo una serpiente de bronce, y la puso
sobre un asta; y cuando alguna serpiente mordía a alguno, miraba a la serpiente
de bronce, y vivía." (Números 21:9).
La serpiente en el asta
representa a nuestro Señor Jesús siendo elevado en la cruz, suspendido entre el
cielo y la tierra, rechazado por los hombres y también por su propio Padre
porque cargó con todos nuestros pecados. En esa cruz, cargó con todas las consecuencias
y maldiciones del pecado que tú y yo deberíamos haber experimentado, incluyendo
todas las enfermedades y dolencias.
Hoy, sea cual sea tu
condición, acércate a la Mesa del Señor. Ven, contempla Su amor y comienza a
participar más y más de la sanidad que Él pagó para que tú tuvieras.
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