Dando gracias a Dios en todo tiempo. Devocional. De Joseph Prince
Hebreos
13:15 Así que, ofrezcamos siempre a Dios, por medio de él, sacrificio de
alabanza, es decir, fruto de labios que confiesan su nombre.
Levantar las manos y dar
gracias a Dios es espontáneo y fácil cuando acabas de recibir una maravillosa
bendición: "Dios, no puedo agradecerte lo suficiente por este
milagro".
"¡Gracias, Padre,
por responder mi oración!"
"¡Padre, gracias por
tu bendición inesperada!"
Tal vez estuviste cerca
de un accidente fatal, pero Dios te sacó del peligro justo a tiempo. O tu
abuela, que fue incrédula durante muchos años, finalmente recibió a Jesús como
su Salvador y sanó de una enfermedad prolongada.
Pero hay momentos en los
que no tienes ganas de alzar tus manos para agradecer y alabar a Dios, pero aun
así lo haces. Quizás te sientas muy desalentado últimamente. Quizás todo va mal
para ti y sientes que tu vida está hecha un desastre. No puedes contener las
lágrimas. Sin embargo, tomas la decisión consciente de levantar las manos y
agradecer a Dios por estar en la situación contigo. Abres tu boca y comienzas a
alabarlo aunque realmente no tengas ganas de hacerlo.
En medio de la aflicción por
la que estás pasando, lo alabas porque Él es tu justicia a pesar de todos los
errores que has cometido. Le agradeces que Él es tu Príncipe de Paz, y que Su
paz se levantará en ti y aquietará las tormentas en tu vida.
Amigo mío, Dios ve y
aprecia esos momentos cuando, a pesar de sentirte tan desanimado, le ofreces
una ofrenda de acción de gracias voluntaria. De hecho, tu acción de gracias en
momentos como ese es más altamente apreciada por Él que tu acción de gracias en
esos momentos en que te sientes gozoso porque acabas de ser bendecido.
Y cuando eliges
agradecerle por Su amor infalible, y Su fidelidad para liberarte, protegerte y
proveer para ti incluso cuando no ves las bendiciones aún, en poco tiempo, ¡te
encontrarás experimentando y disfrutando de las bendiciones! ¡Entonces levanta
tus manos y alaba al Señor, porque Él es bueno, y Su misericordia es para
siempre! (Salmo 106: 1)
Le doy gracias por estas traducciones en español.
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