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EL GOZO DE DAR ¿DIEZMO U OFRENDA?. Presentación del libro "Los cristianos deberían ser prosperados" por V.P. Wierwille.


Romanos 13:7 Pagad a todos lo que debéis: al que tributo, tributo; al que impuesto, impuesto; al que respeto, respeto; al que honra, honra.
8 No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros; porque el que ama al prójimo, ha cumplido la ley.
9 Porque: No adulterarás, no matarás, no hurtarás, no dirás falso testimonio, no codiciarás, y cualquier otro mandamiento, en esta sentencia se resume: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
10 El amor no hace mal al prójimo; así que el cumplimiento de la ley es el amor.

“El cumplimiento de la Ley, es el amor”. ¡Todo aquel que anda por la Ley del espíritu de vida en Cristo Jesús, que es la Ley del amor (agapē), cumple NATURALMENTE los principios inmutables escritos en Ley de Moisés! “Porque: No adulterarás, no matarás, no hurtarás, no dirás falso testimonio, no codiciarás, y cualquier otro mandamiento, en esta sentencia se resume: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.”

Vivir en la Ley del amor de Dios en Cristo en nosotros, es un andar mucho más alto, amplio, sublime y generoso que cumplir con La Ley de Moisés que sólo intentaba regular los apetitos de la carne. Vivir por La Ley del espíritu de vida en Cristo Jesús es un asunto totalmente espiritual y concerniente sólo a la Nueva Naturaleza, en total contraste con la Ley de Moisés, que regulaba a personas sin el espíritu de Dios en ellos, y que intentaba contener la carne. Esta es una verdad que brilla como una gran marquesina en el tema del DAR.

Hay leyes inmutables establecidas por Dios en Su Palabra. En la Ley estaba escrito:

Levítico 27:30 Y el diezmo de la tierra, así de la simiente de la tierra como del fruto de los árboles, de Jehová es; es cosa dedicada a Jehová.

Números 18:21 Y he aquí yo he dado a los hijos de Leví todos los diezmos en Israel por heredad, por su ministerio, por cuanto ellos sirven en el ministerio del tabernáculo de reunión.

Este diezmo era dado para el sostenimiento del Tabernáculo y después del Templo, como un reconocimiento a Dios por Su rica bondad y gracia. Era un mandamiento de Dios que Él Mismo estableció. Hoy he escuchado a muchos hermanos afirmar que “el fin de la Ley es Cristo”, pareciendo significar que no estamos obligados más a cumplir con los principios inmutables de la Ley, pero Romanos claramente dice que cualquiera que vive en el amor de Cristo, cumplirá automáticamente la Ley. Lógicamente no estoy hablando de ritos y ofrendas continuas de expiación por los pecados que terminaron con el sacrificio perfecto de Cristo, pero sí estoy hablando de principios y mandatos que por simple lógica el hijo de Dios debe cumplir andando en amor.

No hay ningún registro en las Epístolas a la Iglesia que hable de que el hijo de Dios hoy debe dar un diezmo. ¿Pero acaso un hijo de Dios deseará hacer menos en reconocimiento a Dios, que lo que hizo el pueblo de Israel?

Los grandes Patriarcas diezmaron aún cuando no estaba escrita la Ley de Moisés. Jacob dijo en Génesis 28:22b…y de todo lo que me dieres, el diezmo apartaré para ti. Reconociendo así a Dios como el Dador de todo lo que recibía.

Nuestro Señor Jesucristo expresó:

Mateo 23:23 ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque diezmáis la menta y el eneldo y el comino, y dejáis lo más importante de la ley: la justicia, la misericordia y la fe. ESTO ERA NECESARIO HACER, SIN DEJAR DE HACER AQUELLO.

La Versión “Dios habla hoy” dice:

Mateo 23:23 ¡Ay de ustedes, maestros de la ley y fariseos, hipócritas!, que separan para Dios la décima parte de la menta, del anís y del comino, pero no hacen caso de las enseñanzas más importantes de la ley, que son la justicia, la misericordia y la fidelidad. Esto es lo que deben hacer, sin dejar de hacer lo otro.

Nuestro amado Señor Jesucristo cumplió con la ley del diezmo, la practicaba y alentaba a hacerlo CON UN CORAZÓN CORRECTO delante de Dios. Él sabía que para traer a los pies de Dios una ofrenda que sea agradable a Sus ojos, debe ser hecha con un corazón genuino de amor, honra y reverencia por Dios, practicando la justicia, la misericordia y la fe.

En la Iglesia de la Era de Gracia, el compartir de nuestra abundancia para la edificación del Cuerpo de Cristo, es vital para los creyentes que deseamos participar en esta Obra, ya que este principio de dar para el sostenimiento de aquellos que sirven genuinamente en la Iglesia de Dios está CLARAMENTE ESCRITO en la Palabra. El apóstol Pablo escribió por revelación:

1 Corintios 9:7 ¿Quién fue jamás soldado a sus propias expensas? ¿Quién planta viña y no come de su fruto? ¿O quién apacienta el rebaño y no toma de la leche del rebaño?
8 ¿Digo esto sólo como hombre? ¿No dice esto también la ley?
9 Porque en la ley de Moisés está escrito: No pondrás bozal al buey que trilla. ¿Tiene Dios cuidado de los bueyes,
10 o lo dice enteramente por nosotros? Pues por nosotros se escribió; porque con esperanza debe arar el que ara, y el que trilla, con esperanza de recibir del fruto.
11 Si nosotros sembramos entre vosotros lo espiritual, ¿es gran cosa si segáremos de vosotros lo material?
12 Si otros participan de este derecho sobre vosotros, ¿cuánto más nosotros? Pero no hemos usado de este derecho, sino que lo soportamos todo, por no poner ningún obstáculo al evangelio de Cristo.
13 ¿No sabéis que los que trabajan en las cosas sagradas, comen del templo, y que los que sirven al altar, del altar participan?
9:14 Así también ordenó el Señor a los que anuncian el evangelio, que vivan del evangelio.

Para más información sobre a quién podemos dirigir nuestras ofrendas o compartir abundante, recomiendo ampliamente la lectura de “Las Autoridades Superiores De Romanos 13”, que es el capítulo seis de “Ordena mis Pasos con Tu Palabra” de V.P. Wierwille, junto con el resto de los capítulos de la Parte II del libro denominada “El Orden de Dios para el liderazgo”. El libro está disponible en nuestra sección de libros.

Ahora, hoy en día SE HA ABUSADO TANTO Y TAN VILMENTE del diezmo, del compartir abundante o las ofrendas, como sea que ustedes le deseen llamar, que actualmente hay muchos cristianos totalmente reticentes a DAR.

Las palabras de nuestro Señor Jesucristo son una verdad y una realidad extraordinaria: “Más bienaventurado es dar, que recibir”. Hay un principio y beneficio absolutamente extraordinario en el DAR, y no sólo hablamos de dar recursos financieros, sino dar de nuestro amor, dedicación y tiempo a otros CON EL CORAZÓN CORRECTO. Es absolutamente maravilloso, y de un inmenso provecho para nosotros que mientras damos por amor y libremente, recibimos toda clase de bendición de parte de nuestro Padre.

Es muy triste y lamentable, que hoy día muchos cristianos compartan de su abundancia en sus iglesias motivados por temor, por condenación, por obligación o porque literalmente sean obligados por sus líderes con una enseñanza errónea.

Para quienes comprenden lo que es LA GRACIA  –el gran favor divino e inmerecido de Dios derramado en nuestras vidas a través del sacrificio perfecto del Cordero de Dios, todo les es poco para demostrar su amor, gratitud y obediencia a nuestro Padre Celestial, y a nuestro precioso Salvador Jesucristo. Ya que hemos sido amados con un amor TAN sublime e incondicional que no tiene medida, nuestra respuesta lógica al conocer y experimentar ese AMOR, es que ANHELAMOS DAR.

Realmente en la Iglesia (y no estoy hablando de denominaciones) nos hace mucha falta crecer en una auténtica comprensión de lo que es la verdadera GRACIA.

Si queremos andar en esta tierra como Jesucristo anduvo, AMAREMOS Y ANHELAREMOS DAR OBEDIENTEMENTE DE CORAZÓN en los términos de Dios, y no en los nuestros. No daremos por compulsión, por deber, por miedo, por obligación o porque de plano no nos quede de otra. Aquellos que hemos hecho a Jesucristo no sólo nuestro salvador, sino también el señor de nuestras vidas, anhelamos AMAR (DAR) LIBREMENTE como hemos sido amados. ¡Presentar una ofrenda a nuestro Padre POR AMOR, EN AMOR Y CON EL CORAZÓN COMPLETAMENTE AGRADECIDO, es un privilegio y bendición indecible!

Juan 13:34 Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros.

La naturaleza de Adán, la vieja naturaleza en nosotros, definitivamente no sabe amar ni dar con el amor “agapē”, que es espiritual. Para dar genuinamente una ofrenda a Dios, nos es NECESARIO dar con el corazón de Cristo, libremente y sin compulsión. ¡Esa nueva naturaleza con la cual hemos sido revestidos, Cristo en nosotros, AMA DAR CON EL CORAZÓN DE ALABANZA, FIDELIDAD Y ALEGRÍA DEL REY DAVID!

Aquellos que amamos a Dios, anhelamos la edificación del Cuerpo de Cristo, anhelamos dar para que la Palabra de Dios se expanda y que otros lleguen al conocimiento de la verdad, y para que juntos seamos fortalecidos y edificados. Hay una Obra comandada por Jesucristo que se realiza en el Cuerpo hasta su retorno que está claramente especificada en Efesios:

Efesios 4:11 Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros,
12 a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo,
13 hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo.

Esta tarea se lleva a cabo ahora mismo por ministros fieles de Dios diseminados por todo el mundo. (Para reconocerlos, de nuevo refiero los capítulos ya mencionados de “Ordena mis Pasos con Tu Palabra” de V.P. Wierwille).

Lamentablemente se ha abusado tanto respecto a este tema de las ofrendas por charlatanes inescrupulosos que piden, exigen, que chantajean, que engañan y estafan a la gente de Dios, que muchos hijos de Dios no quieren dar más.

Aquí hay una verdad muy simple. Si queremos hacer la voluntad de Dios, si amamos a Dios y queremos hacer la totalidad de Su Palabra, anhelaremos DAR en todas las formas posibles. Daremos de nuestro tiempo, amor, recursos y espacio por amor a Dios y a los Suyos. El principio de dar lo dejó escrito Dios en Su Palabra, y “si somos lógicos y consistentes, o toda la Palabra de Dios es verdad o no lo es en ninguna parte”. Si yo desecho lo que no me conviene o gusta, y tomo lo que me agrada, no estoy siendo un obrero diligente que “usa bien” la Palabra de Verdad.

Pero, ¿Cómo hacemos para dar una ofrenda en medio de tantos abusos y tanta mala enseñanza?

¡Pidiendo guía a nuestro Dios y disponiendo el corazón!, Si nos disponemos a dar, hemos de dar POR AMOR y CON EL CORAZÓN CORRECTO. “Dios VERDADERAMENTE ama al dador alegre” y ninguno debe dar “con tristeza o por necesidad”. Que un líder o un grupo usando las Escrituras obligue o empuje a la gente de Dios a dar por cualquier medio de coacción, ES COMPLETAMENTE DIABÓLICO.

Pensemos en las ofrendas que presentaron Abel y Caín. ¿Por qué una ofrenda agradó a Dios, y la otra no? Por la OBEDIENCIA y EL CORAZÓN envueltos en una, y en la otra no. Hebreos 11:4 dice “Por la fe Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio que Caín”. Caín dio “el fruto de sus manos” lo que él quiso dar a Dios en sus propios términos y condiciones. Abel dio libremente con un corazón agradecido y obediente lo que Dios había ordenado. Si yo deseo dar genuinamente una ofrenda, es necesario que el corazón correcto esté involucrado. ¿A qué le sabrá a Dios una ofrenda dada por obligación, por temor, por deber o buscando comprar Su favor? ¿A qué le supo a nuestro Padre la ofrenda de Caín?...

El rey Saúl después de haber desobedecido la Palabra de Dios que había recibido por boca del fiel profeta Samuel, se excusó diciendo: 1 Samuel 15:21 Mas el pueblo tomó del botín ovejas y vacas, las primicias del anatema, para ofrecer sacrificios a Jehová tu Dios en Gilgal.” Pero Samuel le respondió: 1 Samuel 15:22,23 Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros. Porque como pecado de adivinación es la rebelión, y como ídolos e idolatría la obstinación.

Para Dios lo más importante al ofrecerle algo, es EL CORAZÓN envuelto en ello.

Ahora, he visto gran frustración entre no pocos cristianos porque dan, esperando recibir prosperidad, y cuando no “ven” esa prosperidad, se enojan o frustran literalmente contra Dios pensando que Él no está cumpliendo con su parte… ¿este será un corazón alegre del cual se agrade el Padre?... ¿Qué es o involucra realmente una ofrenda a Dios?...

Pensemos un poco en aquella ofrenda que Abraham estuvo dispuesto a dar. Abraham fue hasta el monte Moriah dispuesto a obedecer a Dios y a darle a su único hijo en sacrificio. Abraham dijo a sus siervos que lo acompañaban en Génesis 22:5: “Esperad aquí con el asno, y yo y el muchacho iremos hasta allí y adoraremos, y volveremos a vosotros.”  Es decir, para Abraham, dar una ofrenda a Dios fue sinónimo de ADORAR.

Nuestro Señor Jesucristo dijo en Juan 4:23,24: Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren. Para Abraham, dar una ofrenda fue una expresión de adoración. Él estaba ofreciendo a Dios lo más precioso y amado que tenia, ¡su propio hijo unigénito! Jesucristo dijo que vendría la hora en que los verdaderos adoradores adorarían en espíritu y en verdad. Es cierto que el hablar en lenguas es adoración perfecta, pero, ¿es esta la única expresión de adoración que podemos brindar a nuestro Dios? ¿Podemos ofrendar algo más a nuestro Dios como señal de gratitud, amor y reconocimiento al Dador de todo lo que somos y tenemos espiritual y físicamente?

Los israelitas entregaban diferentes tipos de ofrendas al Templo, y el Padre les amonestó en ocasiones por el corazón con el que le eran dadas esas ofrendas, y también les amonestó cuando esas ofrendas no eran dadas.

Hageo 1:1 En el año segundo del rey Darío, en el mes sexto, en el primer día del mes, vino palabra de Jehová por medio del profeta Hageo a Zorobabel hijo de Salatiel, gobernador de Judá, y a Josué hijo de Josadac, sumo sacerdote, diciendo:
2 Así ha hablado Jehová de los ejércitos, diciendo: Este pueblo dice: No ha llegado aún el tiempo, el tiempo de que la casa de Jehová sea reedificada.
3 Entonces vino palabra de Jehová por medio del profeta Hageo, diciendo:
4 ¿Es para vosotros tiempo, para vosotros, de habitar en vuestras casas artesonadas, y esta casa está desierta? [Cada uno se ocupaba solamente de lo suyo]
5 Pues así ha dicho Jehová de los ejércitos: Meditad bien sobre vuestros caminos.
6 Sembráis mucho, y recogéis poco; coméis, y no os saciáis; bebéis, y no quedáis satisfechos; os vestís, y no os calentáis; y el que trabaja a jornal recibe su jornal en saco roto.
7 Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Meditad sobre vuestros caminos.

Y el mandato de Dios fue:

8 Subid al monte, y traed madera, y reedificad la casa; y pondré en ella mi voluntad, y seré glorificado, ha dicho Jehová.
9 Buscáis mucho, y halláis poco; y encerráis en casa, y yo lo disiparé en un soplo. ¿Por qué? dice Jehová de los ejércitos. Por cuanto mi casa está desierta, y cada uno de vosotros corre a su propia casa.
10 Por eso se detuvo de los cielos sobre vosotros la lluvia, y la tierra detuvo sus frutos.
11 Y llamé la sequía sobre esta tierra, y sobre los montes, sobre el trigo, sobre el vino, sobre el aceite, sobre todo lo que la tierra produce, sobre los hombres y sobre las bestias, y sobre todo trabajo de manos.

Como hemos visto, Dios mismo ordenó las ofrendas desde tiempos antiguos. Y el libro de Malaquías capitulo tres expone esta verdad de forma absolutamente contundente. Dios se agrada que le demos con el corazón correcto y hay promesas muy hermosas al brindar con honor esa ofrenda a Dios.

Malaquías 3:10 Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde.
11 Reprenderé también por vosotros al devorador, y no os destruirá el fruto de la tierra, ni vuestra vid en el campo será estéril, dice Jehová de los ejércitos.
12 Y todas las naciones os dirán bienaventurados; porque seréis tierra deseable, dice Jehová de los ejércitos.

Esto fue en La Ley, pero, ¿los hijos de Dios con tamaña redención que hemos recibido, desearemos hacer menos que lo que hicieron los hijos de Israel? Hoy la Obra de Dios es diferente, ya no se hacen sacrificios en un templo hecho de manos, pero sí se lleva a cabo la edificación del cuerpo de Cristo, ahora nosotros somos el templo del Dios vivo.

Hay leyes y principios que Dios estableció en la Ley que siguen absolutamente vigentes, como por ejemplo Efesios 6:2 Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa… Vivir bajo la gracia no es un permiso para vivir como nos plazca, quien vive bajo la Ley del espíritu de vida en Cristo Jesús, simplemente cumple con los principios de la Ley. Por supuesto que debemos y es necesario discernir lo que corresponde a cada administración.

El Pueblo de Dios ha sido muy robado, herido, ofendido y sacudido muy particularmente con el tema de los diezmos y ofrendas. Pero el que gente inescrupulosa haya torcido las Escrituras y haya abusado del Pueblo de Dios, no invalida ni este principio, ni sus benditas promesas envueltas en él.  

Es curioso como vemos preciosas y grandísimas promesas en Salmos, Proverbios o en cualquier otra parte del Antiguo Testamento y pensamos que Dios no haría menos por nosotros. Pero vemos la promesa en Malaquías tres y pensamos “que el fin de la ley fue Cristo”, y desechamos así esas preciosas promesas que vistas a la luz espiritual, ¡SON TREMENDAS! Es cierto, el fin de la Ley es Cristo, ¡pero eso NO invalida las leyes y principios inmutables que Dios estableció! ¡El cumplimiento de la Ley es el amor de Dios en la mente renovada en manifestación! Hermanos, no seamos robados de nuestro privilegio, gozo y bendición de DAR y RECIBIR por la malísima práctica y el abuso que hoy está a la orden del día entre iglesias o denominaciones. Aquí el asunto no es si los líderes o iglesias hacen buen uso de las ofrendas, aquí te estoy hablando hermano, hermana de algo muy simple: de tu corazón delante del Padre. ¿Anhelamos hacer la voluntad del Dios o no? ¿Anhelamos cumplir Su Palabra y anhelamos ver esta promesa Suya o no? ¿Saben cuál es el punto aquí? Disponer el corazón a entender, y que a puerta cerrada, en comunión íntima con el Padre, Él nos muestre a cada uno Su verdad. Él simplemente lo hará si nosotros se le pedimos y anhelamos comprender más de Su voluntad.

Ahora, nadie que presuma de servir a Dios, obligará a la gente de Dios a dar. El dar una ofrenda a Dios debe absolutamente nacer de un corazón de amor y gratitud, porque estamos convencidos de ese principio, y porque queremos dar, dar de lo mucho que hemos recibido.

Pero, ¿a quién le doy? ¿Cómo, cuándo y cuánto?... El Pueblo escogido de Dios daba el diezmo, y otras ofrendas en el templo. Hoy que el Templo de Dios somos el Cuerpo de Cristo, HAY FIELES SERVIDORES DE DIOS MUY DIGNOS DE RECIBIR UNA OFRENDA A DIOS EN SUS MANOS PARA CONTINUAR SU LABOR EN LA CASA DE DIOS.

Ya en la Era de Gracia, el apóstol Pablo y otros hombres de Dios dedicaron su vida de cuerpo entero al servicio de la Iglesia, y Pablo mismo dice que él no abusaba de su derecho como trabajador del evangelio, de vivir del evangelio. Cuando él recibía el sustento para dedicarse de lleno a predicar libremente la Palabra, lo agradecía y seguía adelante con La Obra, y cuando no le era proporcionado su sustento, trabajaba con sus propias manos y seguía adelante con La Obra del evangelio. Pablo, como siervo de Dios y de nuestro Señor Jesucristo, no estaba esperanzado a que los demás le dieran su sustento. El decía “todo lo puedo en Cristo que me fortalece” y, “sé auto-adecuarme cualquiera que se mi situación”. Un verdadero servidor del Padre no busca ganancias deshonestas del evangelio, no cobra por servir el Pan de Vida, sino que sirve de corazón y siempre va adelante en su servicio CON AMOR a pesar de todo y de todos.

George Müller es otro tremendo ejemplo de alguien que sirvió el evangelio con un corazón correcto al Padre. Él hizo una obra monumental PARA LA GLORIA DE DIOS sin buscar “lo suyo propio”. George Müller no pidió un sólo centavo a nadie, no hacía recolectas, no tenia patronatos, él simplemente oraba creyentemente al Dios vivo, y Dios trabajaba en los corazones de hombres y mujeres que daban ofrendas a Müller para la Obra de Dios. Haciendo cuentas de todos los donativos que Müller recibió a lo largo de 70 años en que realizó su ministerio, él hoy perfectamente podría haber sido uno de los hombres más ricos de mundo. Pero el dinero que él recibía, lo reencaminaba para la obra de Dios y lo fue gastando conforme llegaba a sus manos. George Müller se propuso mostrarle al mundo que el Padre de nuestro Señor Jesucristo es un Dios Vivo y poderoso que escucha hoy las oraciones de Su gente.

Meditemos en los ejemplos que la Palabra de Dios nos brinda de hombres y mujeres que brindaron a nuestro Padre lo más preciado y precioso que tenían. En el A.T., Ana dedicó a su primogénito Samuel a Dios; una mujer importante en Sunem deseaba bendecir al hombre de Dios, Eliseo, porque sabía que era “varón santo de Dios” (2 Reyes 4:8 y sigs.). El rey David dejó dispuestas las cosas más preciosas para que su hijo Salomón construyera templo a Jehová. Hubo mujeres que sirvieron de sus bienes a nuestro Señor Jesucristo durante su ministerio (Lucas 8:1-3); una mujer derramó un valiosísimo vaso de alabastro sobre nuestro Salvador ungiéndolo así para su sepultura (Mateo 26:6-13).

Nuestro amado Señor Jesucristo destacó a una viuda que echó dos modestas monedas al arca de las ofrendas, y dijo: Lucas 21:3 y 4“En verdad os digo, que esta viuda pobre echó más que todos. Porque todos aquéllos echaron para las ofrendas de Dios de lo que les sobra; mas ésta, de su pobreza echó todo el sustento que tenía”.

En 1 Samuel 16:7 dice: Y Jehová respondió a Samuel: No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón.

¿Quién sustenta la Obra de la edificación del Cuerpo? ¡DIOS MISMO! Y un verdadero siervo de Dios no pide, ni exige recolectas por su servicio. Una cosa es que reciba libremente lo que de corazón le quieran brindar, y otra cosa es que llegue hasta torcer las Escrituras para su beneficio propio. Por sus frutos los conoceréis.

LA CLAVE, LA GRAN CLAVE amados de Dios, es ANDAR POR EL ESPÍRITU. Los hijos de Israel eran hombres y mujeres sin espíritu en ellos, simplemente obedecían leyes y mandatos. Hoy tenemos los ojos, las manos, los oídos, la mente de Cristo, y si nos conectamos con nuestro Padre y pedimos Su guía disponiendo nuestro corazón, deseamos dar libremente en retribución a lo maravillosamente bendecidos que hemos sido por Él. Él nos dirá en dónde dar, a quién y cómo, basta que le preguntemos. (Mateo 7:7,8).

En el Primer Siglo, se practicaban también las ofrendas para suplir las necesidades de los santos. Los hermanos se ayudaban unos a otros cuando había necesidades específicas.

1 Corintios 16:1 En cuanto a la ofrenda para los santos, haced vosotros también de la manera que ordené en las iglesias de Galacia. 2 Cada primer día de la semana cada uno de vosotros ponga aparte algo, según haya prosperado, guardándolo, para que cuando yo llegue no se recojan entonces ofrendas.

Y más adelante dice:

1 Corintios 16:14 Todas vuestras cosas sean hechas con amor.

Yo no he visto repetido en este día y tiempo el tremendo registro en Hechos 2:

Hechos 2:41 Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas.
42 Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones.
43 Y sobrevino temor a toda persona; y muchas maravillas y señales eran hechas por los apóstoles.
44 Todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas;
2:45 y vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno.
46 Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón,
47 alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos.

¡Esta es la Palabra de Dios! ¡Son registros que nuestro Padre nos dejó en esta Era de Gracia! Hoy, conforme a las Escrituras deben usarse las ofrendas para bendición de la gente de Dios además de para la edificación del Cuerpo. ¡Cómo hemos sido robados de nuestro gozo y privilegio de dar porque hay quienes abusan vergonzosamente, enseñan y generan una pésima práctica de todo esto. Cada uno dará a Dios cuenta de sí.

“Donde está el espíritu del Señor, ahí hay libertad”. ¡En ningún lugar que te obliguen a dar hermano, está el espíritu de Dios ni el corazón correcto! Si un “servidor de Dios” amenaza a la gente DE DIOS para que dé por temor, condenación, culpa o para comprar “un favor de Dios” está completamente equivocado y está jugando para el “equipo contrario”.

Hermano, si tú vas a dar, ¡da con alegría y sencillez de corazón! ¡Da con libertad! Busca tu mismo LA VERDAD en la mismísima Palabra de Dios, y da con gozo, no por esperar recibir retribución, sino por la inmensa gratitud que nos inunda cuando comprendemos cómo hemos sido amados y la tamaña REDENCIÓN que hemos recibido con el pago de Jesucristo en la Cruz del Calvario.

Hermano, que NADIE te obligue a dar. Pero considera que este dar sí es un principio establecido en la Palabra de Dios que será de gran bendición a tu vida espiritual y física, y a las vidas de quienes tú consideres poner tu ofrenda DE AMOR a nuestro ABBA PADRE.

Lucas 6:38 Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo; porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir.

Proverbios 11:25 El alma generosa será prosperada; Y el que saciare, él también será saciado.

Esa prosperidad de la que habla Proverbios 11:25 no es solamente física, ¡sino espiritual  también! ¡La gente generosa es realmente bendecida en toda forma y con gran luz y entendimiento en Su Palabra! Cornelio el centurión, fue el primer gentil, junto con su casa, en recibir el don del espíritu santo, según registra Hechos 10. El ángel de Dios le dijo: “Tus oraciones y tus limosnas han subido para memoria delante de Dios”. Otras versiones traducen “limosnas” como “obras de caridad” o que “daba mucho dinero a los necesitados”. La versión “The Message” en inglés dice de Cornelio en Hechos 10:2 que “El había guiado a todos los de su casa a vivir reverentemente delante de Dios, siempre estaba ayudando a las personas en necesidad y tenía el hábito de la oración”. La versión Phillips en inglés dice que Cornelio “reverenciaba a Dios y era un verdadero hombre de oración”. Este hombre con un corazón generoso, respetuoso y adorador de Dios con toda su casa, fue el escogido de Dios para derramar por primera vez el don del espíritu santo entre los gentiles.  

Proverbios 11:24 Hay quienes reparten, y les es añadido más; Y hay quienes retienen más de lo que es justo, pero vienen a pobreza.

No hay gente más pobre, que la que no da. Y no hay gente más rica que aquella que es generosa. Esto es sencillamente lo que dice la Palabra acerca de la generosidad.

La Ley habla del diezmo. El Nuevo Testamento habla del dar alegre y generoso. La Ley que nos rige en la actual administración hermanos, es La Ley del Amor.

El Dr. Wierwille habla del diezmo en el libro “Los Cristianos deberían ser prosperados”. Yo iría más allá. Yo hablaría de compartir abundantemente, hablaría de las ofrendas dadas  libremente a nuestro Dios con y por profunda gratitud y amor. Yo hablaría de dar como una expresión de adoración a Dios. Abraham, el “amigo de Dios”, estuvo dispuesto a dar lo que más querido para Aquel a quien él más amaba. Un hijo de Dios desbordado en gratitud y amor, ¿qué puede ofrecer al Dios vivo que le ha recibido en Su Casa y le ha llamado “hijo”?

Le pido a Dios que nos muestre a Sus amados EL GOZO DE DAR no sólo en este campo, sino en cualquier otro campo de la vida. Renacimos por amor y para amar; y amar, definitivamente ES DAR.

¡Que cortos nos quedamos cuando damos por obligación, por deber o temor! Quienes aman y conocen íntimamente a Dios, anhelan dar, amar y servir, y lo hacen en y con el espíritu de Cristo. Si no tenemos nada que ofrendarle a Dios en retribución a todo lo que Él nos ha dado, entonces nos es necesario comprender más de LA TAN RICA GRACIA con la que hemos sido rescatados de la muerte a la vida.

Ponemos hoy a consideración este pequeño estudio del Dr. Wierwille “Los cristianos deberían ser prosperados”. Quiera Dios hermano o hermana que desees leerlo con el corazón de aprender algo más de Su Palabra. El diezmo, las ofrendas o compartir abundante, es mucho más que una obligación o un deber, es el privilegio de compartir libremente de lo que Dios en Su gracia nos ha dado. Yo no recomendaría propiamente “disciplina” al dar, pero sí recomendaría estudiar por nuestra cuentas más la Palabra de Dios sobre este tema, y preparar la tierra de nuestro corazón para ESCUCHAR DE DIOS cuál es SU VOLUNTAD.

¡Ojalá que dispongamos nuestro corazón para que “nuestras ofrendas suban al Padre como el incienso, como la ofrenda de la tarde”.

¡Que el Señor nos de entendimiento en todo!

Con amor en Cristo y buscando Su gloria,

Claudia Juárez Garbalena. 



                            "LOS CRISTIANOS DEBERÍAN SER PROSPERADOS"
Por Victor Paul Wierwille

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