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EL CIEGO BARTIMEO (Orientalismos) - Por Bishop KC Pillai

Vamos al evangelio de Marcos capítulo 10, comenzando en el versículo 46 y vamos a leerlo hasta el final. "Entonces vinieron a Jericó; y al salir de Jericó él y sus discípulos y una gran multitud, Bartimeo el ciego, hijo de Timeo, estaba sentado junto al camino mendigando. Y oyendo que era Jesús nazareno, comenzó a dar voces y a decir: ¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí! Y muchos le reprendían para que callase, pero él clamaba mucho más: ¡Hijo de David, ten misericordia de mí! Entonces Jesús, deteniéndose, mandó llamarle; y llamaron al ciego, diciéndole: Ten confianza; levántate, te llama. Él entonces, arrojando su capa (prenda- en la versión inglesa), se levantó y vino a Jesús. Respondiendo Jesús, le dijo: ¿Qué quieres que te haga? Y el ciego le dijo: Maestro, que recobre la vista. Y Jesús le dijo: Vete, tu fe te ha salvado. Y en seguida recobró la vista, y seguía a Jesús en el camino."

Así que recibió su vista, no se fue a dormir, ¡sino que siguió a Jesús en el camino! Muchos de nosotros recibimos la vista, y tal vez, algunos la vista física también, y se nos olvida después todo; pero este hombre en cambio siguió a Jesús "en el camino." A mí me encantan estas palabras y me gustaría hacer un comentario al respecto para mi propio beneficio y edificación. Muchos de nosotros que hemos sido salvos desde hace tal vez 20 o 30 años, no andamos en el camino con Jesús. Andamos en nuestro "propio camino," pero en los domingos por la mañana o los domingos por la tarde cuando hay un programa o reunión especial, entonces intentamos "andar en el camino." Cualquier otro camino, que no sea "EL CAMINO," es el camino del hombre. La razón por la que tenemos tantas miserias y tantos temores se debe a que, en el momento en que fuimos salvos, no andamos simplemente en el camino, conforme se nos ha dejado dicho por Su palabra, en Su libro. Este es el motivo por el cual caemos en todo tipo de enredos en este mundo. Así que esta noche, como resultado de este encuentro, espero que todos nosotros acabemos andando en "el camino." Si se nos iluminan los ojos de nuestro entendimiento de alguna manera especial como resultado de este tiempo en que nos junta Dios esta noche, deberíamos determinadamente andar en "el camino."

Volviendo ahora al versículo 50, "Él entonces arrojando su CAPA, se levantó y vino a Jesús." Te debes estar preguntando, "¿Por qué no admito la palabra - Prenda?" (Prenda es como traduce la palabra "capa" la King James Versión. N. T.) La razón se debe a que la palabra "prenda” (Garment) puede referirse a cualquier parte de mi vestuario; puede referirse a mi camiseta, o a mi jersey, o a mi corbata. Puede ser un abrigo o un vestido. Así que la palabra "prenda" puede ser cualquier cosa. Sin embargo una "capa” (robe) (En la versión Reina- Valera está correcta. N. T.), se refiere a una pieza en particular: a la capa.

¿Por qué  algunas veces digo cosas que parecen contradictorias a las que se exponen en la Biblia? Algunos de vosotros, os habréis dado cuenta de que trato de sacar lo que está expuesto en la Biblia y lo sustituyo por algo diferente. Ya expliqué esto anteriormente muchas veces, pero te diré lo siguiente, que los traductores de la Biblia fueron todos personas Occidentales, que no entendían las costumbres de los Orientales, y le dieron una traducción literal del idioma arameo, al griego, o entonces del hebreo al griego, y del griego al inglés. Por tanto, cuando las personas que traducían no conocían las costumbres de la tierra, por eso cada una de las palabras para ellos tiene muchos significados. Para probar este punto, tenemos un pasaje en la Biblia que acaba de venirme a la memoria y voy a recordarte. Juan el Bautista le dijo a los Fariseos que vinieron a bautizarse al Jordán, "Oh, generación de víboras, ¿quién os enseñó a huir de la ira venidera?" (Lucas 3:7). Este pasaje debería leerse así, "Oh, generación de escorpiones," no de víboras. No tiene sentido así, diciendo los traductores que es "víboras."

Yo obtengo mi información proveniente del uso cotidiano de la lengua de las personas entre las cuales he nacido y crecido, y no en los comentarios, que están llenos de incertidumbre, porque los autores de los comentarios solamente suponían lo que dijeron. Por tanto, te puedes fiar de mi información, porque yo no voy a engañarte, y esta información que tú recibas de mi, hará que la Biblia sea más clara y real y más maravillosa para ti. Así que aquí debería leerse: "Oh generación de escorpiones," en vez de "generación de víboras." Ese es el lenguaje que utilizamos. Ese fue el mismo que utilizó Juan el Bautista. Aquel que mi abuelo utilizó, y aquel es el mismo lenguaje que uso yo cuando estoy en el Oriente.

Hay dos tipos de escorpiones en el Oriente, ¿sabes? Los escorpiones negros, que son raros, preciosamente raros, y los escorpiones azules, que son muy numerosos. Juan el Bautista se refería a los escorpiones negros, porque en orden al uso de la expresión, "Oh generación de víboras," siempre te estás refiriendo al escorpión negro. Ahora bien, el escorpión negro tiene una tendencia muy particular - en el momento de su concepción, el padre muere; y cuando el escorpión nace, la madre muere. La madre muere porque el escorpión, desde el interior, come su salida hasta el exterior de la madre. Durante el tiempo que se pasa comiendo la salida, y se hace un pequeño escorpión, la madre muere. Esa es la razón por la cual hay tan pocos escorpiones negros, porque los padres mueren cuando las crías son concebidas, y las madres cuando nacen. Así que, en el Oriente, a los que son impíos, poco religiosos, que solo piensan en comer, de mente materialista, y que nunca piensan en Dios, entonces les llamamos generación de escorpiones. ¿Por qué? Porque un escorpión nace hecho un huérfano. El escorpión no tiene quien le guíe y le enseñe. Así es el hombre que no tiene espíritu - es como un escorpión sin luz alguna, sin sabiduría, sin verdad, sin aprendizaje y sin espiritualidad. Así como el escorpión negro nace huérfano, así es el hombre que viene a este mundo y que no aprende las cosas del Espíritu. Nosotros denominamos a estos hombres una "generación de escorpiones," Tales hombres son solamente barrigas pensantes; comen, comen, comen, se van a dormir y mueren. No tienen espiritualidad alguna - nadie les guía - son huérfanos espirituales.

En Hechos 28:3, la Biblia nos cuenta acerca del incidente de Pablo con una víbora - ésta si era una víbora real, y no se está refiriendo a un escorpión. Así que, ¿te das cuenta?, para poder traducir correctamente, tienes que conocer bien el contexto y las circunstancias de la lengua y las condiciones en que se está empleando. Esto es cierto, porque en la lengua aramea UNA PALABRA puede tener CUATRO diferentes significados. Así que si eres Oriental, tú sabes a cuál de esas cuatro palabras se está refiriendo cuando hay una cierta fraseología que está siendo utilizada de acuerdo a ciertas condiciones. Si tú naciste en el Occidente, a la hora de traducir la palabra aramea, no sabes a cuál de esas cuatro se refiere y no sabrás cuál de ellas escoger, y te decidirás por la que mejor te parezca a ti. Así es como se ha hecho en la Biblia revisada. Ellos la revisaron, pero no te dieron la información que tú pretendías. ¡Ve nuevamente a este pasaje de la Escritura y procura a ver si te da esta información en tu Biblia revisada! ¿Por qué no te dicen nada? ¡Pues porque no lo saben, y además, porque tampoco les interesa saberlo! La actitud que tienen puede resumirse así: "Mantengamos a la pobre gente ignorante, porque ellos no entienden nada, de todas formas." Ha llegado el tiempo de que seamos iluminados, despertados, vivificados - para conocer realmente la verdad. "Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres," dijo Jesús. (Juan 8:32). 

Volvamos al versículo 50 de nuevo, "Y él, entonces, arrojando su capa, se levantó, y vino a Jesús." Arrojo de sí su CAPA, se levantó, y vino a Jesús. Voy a explicarte por qué es una "capa" y no una "prenda" (como dice en la versión Inglesa), y voy a probártelo de acuerdo con la Palabra de Dios. Así que el ciego Bartimeo se sentaba al borde "del camino" mendigando. En uno de esos días, Jesús iba pasando por aquel lugar, y aunque él no podía verlo pasar, si podía oírlo y oír a las multitudes. A cualquier parte donde Jesús se dirigía, siempre iban con él miles de personas gritando y cantando: "Hosanna, Hosanna," y Jesús. 

En los países Orientales, una persona importante, un gran hombre, nunca anda solo. Adonde quiera que Mahatma Gandhi iba, había siempre miles y miles de personas alineadas a lo largo de centenas de kms en los caminos, solo para verlo pasar por allí. Muchas personas se dirigían a pie descalzos durante dos días seguidos, solo para ver pasar a Gandhi en el tren. Así, que, en el tiempo de Jesucristo, por donde quiera que fuese, debía haber tantas personas yendo con él, que hasta las ciudades vecinas oían decir por dónde estaba pasando.

Cuando Jesús estaba pasando cerca de él, este hombre ciego, que se llamaba Bartimeo, comenzó a llamarlo, "Jesús, hijo de David, ten misericordia de mí." Y hubo muchos alrededor de él que le dijeron, "Hey, tú, cállate," sin embargo él no se cayó, porque estaba convencido de que esta era su gran oportunidad. ¡Jesús estaba en ese momento pasando y era el único que podía darle su vista! A Bartimeo no lo detendría nadie. ¡Más y más fuerte clamaba!

Cuando le pidas algo a Dios, no te quedes solo pidiéndole siempre la misma vieja cosa, sino que dale gracias a Dios, y actúa como si lo hubieras recibido, así obtienes lo pedido. Jesús dijo, "Todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis y os vendrá." (Marcos 11:24). O Jesús está diciendo la verdad, o está mintiendo cuando dice esto. Una de dos. Y yo creo, y sé por experiencia, que ESTÁ diciendo la verdad. Cuando no tienes respuestas a tus oraciones, no digas que Dios es un mentiroso, sino espera pacientemente, mantente agradecido a Dios por lo que vas a tener. ¡Y entonces de repente, aparecerá, en una mayor escala de lo que tú te suponías!

Así que el ciego Bartimeo estaba convencido solo de que Jesús podría darle su vista, y de que aquella era su gran oportunidad. Nadie le impediría alcanzar lo que se propuso. Clamó a gran voz, diciendo: "Jesús, hijo de David, ten misericordia de mí." “Jesús se paró en el acto, por supuesto! "Aquel que viene a mí, yo no le echo fuera." había dicho anteriormente, en Juan 6:37. Así, pues, siendo como era, se paró en el acto, así que oyó al ciego Bartimeo llamándole. Jesús no hacía caso de la opinión de la mayoría; ni convocaba reuniones de comité y les decía: "Ahora bien, compañeros, tenemos aquí a este muchacho, ¿debo hacer algo por éste pobre hombre ciego? A ver, a ver  - todos los que estén a favor de un milagro que levanten la mano; los que se opongan que la mantengan bajada."

Solo porque todo el mundo lo hace, o porque todo el mundo piensa de una manera, no significa que sea correcto. Nosotros muchas veces seguimos la corriente de la mayoría, pero no deberíamos hacerlo; ¡deberíamos andar de acuerdo a la Palabra de Dios! En América, y en casi todo el Occidente, todo se rige por la mayoría; y tenemos comités de gente para esto y comités para aquello. Solo tenemos comités, comités, comités, pero solo un poquito de Cristo. Debemos tener más de Cristo y menos comités. Debemos tener más oraciones y menos organizaciones.

Así que cuando Jesús oyó al ciego Bartimeo llamarle, se paró en el acto y mandó que le llamasen. Cuando Jesús les dijo que fueran y le llamasen, el ciego Bartimeo no sabía como acercarse, claro, pero algunas de las personas se le acercaron y le dijeron, "Anímate, te está llamando." Entonces, "arrojando su capa, se levantó y vino a Jesús" Jesús no le dijo que arrojase su capa antes de ir a él; ni sus discípulos le dijeron, "Mira, pórtate bien y sé un buen chico, y arroja tu capa, y ven," ¡No! ¡sino que arrojar su capa fue una iniciativa propia! ¿Por qué lo haría? ¿Cuál es el significado que tiene echar fuera o arrojar la capa?  Muy bien, vamos a verlo ahora.

Antes de comenzar a comprenderlo, permíteme situarte en el Oriente y déjame que te haga un retrato de este hombre, Bartimeo. Por supuesto que yo no vi nunca a este hombre, pero la tierra de la cual se habla en el relato sí la conozco y me dice muchas cosas acerca de él. La escritura dice que se sentaba "al borde del camino mendigando," y además, que arrojó su capa. Estos dos hechos puede que no signifiquen mucho para ti, pero de acuerdo con las costumbres Orientales, a mí me cuentan muchas más cosas acerca de Bartimeo de las que tú piensas.

Cuando tú llegas a Oriente, te encuentras con muchos más mendigos allí, aparentemente, de los que te encuentras en Occidente. Ahora, quiero hacerte recordar lo siguiente. Cuando vas a Palestina, Egipto o India, te encuentras con muchos mendigos en ciertos y determinados lugares. Hay muchas personas en el Occidente que piensan, que todos estos mendigos son personas pobres, y de que ese es el motivo por el cual están mendigando, ¡PERO ESO NO ES VERDAD! La mayoría de los mendigos que se sientan en ciertos lugares y piden limosna no están allí pidiendo dinero. Se encuentran allí, con aquella actitud de mendigar, porque están buscando la sanidad sobre alguna enfermedad incurable. Según la filosofía Oriental, tanto si se es hindú, o mahometano o judío, si a un hombre le da una enfermedad incurable, y los doctores lo han desahuciado, entonces se vuelve un mendigo, no buscando dinero, sino sanidad.

Suponte que yo tengo un hijo que es ciego. No nació ciego, sino que se volvió ciego, y que yo ya lo haya llevado a los mejores doctores de India. Y que los doctores finalmente me dicen: "Hemos hecho todo lo que hemos podido por tu hijo, no podemos hacer ya nada más. Solamente Dios puede sanar a tu hijo." Si se te ha diagnosticado una lepra incurable, o tu mujer ha contraído una enfermedad incurable, entonces el único recurso que te resta es Dios. Y entonces, de acuerdo a la religión, y para obtener el favor y la simpatía de Dios, debes comenzar a mendigar. Debes comportarte como un mendigo.

Cuando te comportas como un mendigo, entonces has perdido todo el respeto por ti mismo. No tienes amor propio ninguno, pierdes toda tu posición social, y llegas a ser el más humilde de los humildes, cuando te comportas como un mendigo. Y entonces Dios, a través de Su misericordia, puede darte sanidad, de alguna manera, a través de un hombre santo. Este es el tipo de enseñanza que se imparte en el Oriente.

Así que, por la mañana, me pongo a vestir a mi hijo ciego de acuerdo con la casta a la cual pertenece, y lo pongo en mi coche. Si es un hindú, le pongo un turbante en la cabeza, y le visto ropas que condigan con su condición social, y así, aunque no pueda ver, sin embargo las personas que lo vean cuando pasen junto a él le tendrán el debido respeto, y no le insultarán. También le pondré una bolsa de lana en su mano y le llevaré en mi automóvil a uno de tres sitios. Los tres lugares donde los mendigos van se sitúan, junto al camino de entrada de la ciudad o principal, donde se encontraba el ciego Bartimeo; a las puertas del templo, o a la orilla de los ríos sagrados. Miles de personas pasan diariamente por estos tres sitios, y oramos para que un hombre santo pase por mi hijo por uno de estos tres sitios y, mientras que pase, su sombra al menos pueda tocar en mi hijo y le sane. Y así, esperando y confiando en que Dios pueda en Su misericordia sanar a mi hijo a través de un hombre santo, y con esta esperanza y fe y confianza, yo cojo a mi hijo por la mañana y lo pongo junto al camino.

¿Y por qué "junto al camino"? Se trata del camino de entrada a la ciudad, y es que ese camino principal es el lugar por donde pasan muchas caravanas. Miles de personas se cruzan viajando por él durante el día y la noche. Si te sentases junto al camino de una pequeña y estrecha calle, no podrías encontrarte con muchas personas que estuviesen pasando, pero por una avenida principal pasan diariamente miles de personas. Eso es por lo que el ciego Bartimeo se sentaba al borde del camino (del camino principal). Así, pues, por la mañana temprano dejo a mi hijo en esta calle principal y él se pasará el día entero clamando, "limosna, limosna, limosna." Y las personas Orientales se darán cuenta de que tiene el turbante vestido y dirán, "Oh, es un hombre culto, es un hindú, es un hijo educado de padre rico. No es un mendigo pobre, no está mendigando pan - ¿no ves que tiene el turbante? ¡pobrecillo! Se pasa todo el día como un mendigo para mostrar su humildad." - Las personas que entienden la cultura y la religión del Oriente comprenderán que este muchacho no está haciendo eso por dinero, ni para llenar su estómago con unas pocas monedas que pueda venir a recibir. ¡Nosotros los Orientales lo entendemos bien! Hay cientos de personas así en ambos lados de estas avenidas o caminos principales, en las ciudades y en las vías de tránsito. Adonde quiera que mires, ves cojos, ciegos, leprosos, y enfermos incurables.

Hay muchos Occidentales como vosotros, que van al Oriente y que no entienden nada acerca de nuestra cultura ni de nuestra religión, y lo que os suponéis está casi siempre equivocado. Veis a estas personas incurables, a todos estos indigentes, y la primera cosa que os viene a la cabeza hacer es enfocarles con vuestras cámaras de fotos para enseñar sus retratos cuando volvéis vuestros hogares y a vuestros amigos. Este hábito vuestro Occidental de tirar fotografías a todo lo feo y deteriorado o enfermo y después difundirlas en Occidente no está bien visto en el Oriente. La gente está resentida. ¿Por qué no os dedicáis a tirar fotografías a los sitios bonitos; a las personas que lucen bien; a los elegantes monumentos y a las bellas ciudades? Es por eso que todo el mundo en el Occidente tiene tan mala impresión del Oriente, y las personas Orientales tan mala impresión de los Occidentales, porque el Oriental solamente ve al Occidental con su cámara, captando imágenes de las peores cosas del Oriente.

Por eso las personas del hemisferio Occidental vienen y ven a mi hijo mendigando, y se piensan que está allí pidiendo dinero, y le ponen unas cuantas monedas en su bolsa. ¿Te das cuenta? Los Occidentales no comprenden la manera de pensar Oriental. Si entendieseis la manera de pensar Oriental, comprenderíais que este muchacho no se encuentra allí mendigando dinero, sino esperando su sanidad. Mi propósito viniendo aquí al Occidente es abriros el entendimiento y educaros en cuanto a las costumbres de la gente en el Oriente, para que podáis comprenderla, y una vez que entendáis a su gente, entonces podréis entender mejor la Biblia. Yo soy lo que se llama un mercader cultural y espiritual, y no estoy aquí representando a ninguna denominación, sino simplemente para traeros a la Biblia y la verdad.

Así, pues, al final de la tarde, voy hasta la avenida a buscar a mi hijo, lo monto en mi coche, y si tiene algunas monedas en su bolsa, recojo ese dinero antes de llevarme a mi hijo a casa, y se lo doy a los que son verdaderamente pobres. Claro que estamos rebosando de personas realmente pobres en el Oriente, por supuesto, de la misma manera que vosotros aquí en el Occidente. En América, es posible que no mendiguéis abiertamente, pero los tenéis por las calles muchas veces intentando vender lo que raramente alguien compra, o lavando los cristales de los coches en los semáforos, o de miles de otras maneras. Lo que verdaderamente están haciendo es mendigar, pero a escondidas y disimuladamente, queriendo aparentar que venden algo o que prestan algún servicio. La gente raramente se lleva el lápiz o el objeto que vende el ciego, la gente le dejan la moneda y se marchan; esa es la manera de mendigar en el Occidente, nada más.

En el Oriente, todo lo que se hace, se hace de acuerdo a la religión, y nuestra religión está basada en nuestra vida social. En el occidente, la vida social es una cosa, y la religión es otra muy distinta, sin embargo en el Oriente la vida social y la religión son inseparables - eso es por lo que nosotros no podemos pensar nada que no esté de acuerdo a nuestra religión. Espero que puedas comprender bien este asunto tan importante. La religión en el Oriente es la vida de todo, y la vida de todo es la religión. ¡Tienes que tener bien en cuenta este punto para comprender a la gente y a las costumbres Orientales! Nosotros, los orientales, estamos sumergidos en religión, nuestros pensamientos están embebidos de religión. Vosotros, sin embargo, en el Occidente, establecéis vuestros pensamientos de acuerdo a vuestra posición social en la vida. Esta es la gran diferencia que existe entre el Oriente y el Occidente, pero a mí me gustan tanto el Oriente como el Occidente.

El hecho de que el ciego Bartimeo estuviese sentado mendigando junto aquel "camino", me dice, por tanto, que no estaba mendigando por dinero. Los mendigos que verdaderamente piden comida en el Oriente se acercan a las puertas de las casas. No llaman a la puerta, sino que golpean en el suelo con su bordón. Así reconocemos que son mendigos, y entonces la mujer de la casa saldrá fuera y le dará alguna cosa para comer. Pero el mendigo que frecuenta el "camino principal", así como el que se sienta a las puertas del templo, esos son generalmente mendigos que están buscando sanidad. ¿Cuáles son las puertas del templo? - las puertas del templo son las que se encuentran a uno y otro lado atravesando el templo. Tal vez encontremos unos cien en una de las puertas, y otros cien en la puerta del lado opuesto. De esa manera, todos los que se dirijan al templo, tendrán que pasar por ellos, porque ambas dan para entrar y salir del templo. Así que estos mendigos incurables se sientan en las puertas del templo esperando ser sanados.

Tomemos como ejemplo el caso de Pedro y de Juan cuando se dirigían al templo, como se relata en el Libro de Hechos. Allí se encontraron a la puerta con un hombre cojo pidiendo limosna. Y Pedro le dijo, "No tengo oro ni plata; pero lo que tengo te doy: En el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda." Pedro y Juan, conociendo la manera de pensar Oriental y a los tales "mendigos" en el Oriente comprendieron bien este caso.

Ellos podrían haberle dado algunas monedas, pero no, porque sabían el verdadero motivo por el cual este hombre estaba allí. Ellos hablaron de una manera muy típicamente Oriental cuando le dijeron, " No tengo oro ni plata," lo que verdaderamente le estaba diciendo Pedro y significaba era: "Por un millón de dólares que te diera no lograrías tener un par de piernas como las que tu quieres, y de lo que tú necesitas realmente, mi querido amigo, es de un nuevo par de piernas. Entendemos bien lo que te ocurre -  el oro y la plata no te pueden dar esas nuevas piernas que tú buscas." Por eso le dijo Pedro, "Míranos," y cuando fijó su vista en ellos, le dijo, "!En el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda!!" Y él se puso de pie y comenzó a andar.

Una vez que este hombre cojo fue sanado, no se fue para su casa y se puso a dormir, sino que siguió a Pedro y a Juan. Muchos de nosotros, después de recibir la salvación de Jesucristo, nos ponemos a dormir espiritualmente. Vamos a la iglesia los domingos por la mañana, sí,  pero no andamos consistentemente en Cristo momento a momento. Ese es el motivo por el cual no damos testimonio ni tenemos poder. ¡Estamos desprovistos del poder cristiano porque SIMPLEMENTE NO ANDAMOS CON CRISTO!

Si lees un poco más adelante en el Libro de los Hechos de los Apóstoles, en el capítulo 5 versículo 15, te darás cuenta de que un poco después de que se diera la sanidad de este mendigo a la puerta del templo, las personas comenzaron a sacar a los enfermos a las calles y los ponían en camas y hamacas, para que al menos la sombra de Pedro pudiese tocar al pasar sobre algunos de ellos y así poder sanarlos. Por este pasaje de las escrituras puedes darte cuenta de la manera de pensar de los orientales ¿no es cierto?

Y la manera de pensar Oriental de aquel tiempo es exactamente la misma que la actual, funciona de la misma manera en los días de hoy como sucedía en los días de Abraham, y como se hacía en los días de Jacob, o como ocurría en los días de Jesús. Así sucede en mis días también. Nuestra gente es la misma, y nuestra manera de pensar y de vivir está igualmente de acuerdo que entonces a nuestra religión. Si yo te puedo confirmar todas estas cosas, no es solamente porque haya nacido en la India, sino porque también he viajado mucho a través de todas estas tierras Bíblicas y he podido comprobar todos estos puntos y detalles. Eso es por lo que puedo de forma tan abierta y exacta exponerte todos estos hechos.

Así, pues, yo te recomiendo que vayas a los países Orientales y que aprendas acercas de estas cosas, y que después vuelvas y se las enseñes a tu gente. Pero lo que sucede normalmente es exactamente lo contrario. En vez de ir y aprender alguna cosa, generalmente los Occidentales van pensando más en enseñarnos alguna cosa. Nosotros los Orientales nos sentimos satisfechos de que vengáis, pero también debíais venir a saber algunas cosas y a aprender, pero muy a menudo lo que ocurre es que los occidentales salen del Oriente sin haber aprendido nada de nada. Pues en vez de venir pensando venís a enseñarles algo a los nativos orientales de India, debíais venir para aprender algunas cosas que después podríais llevaros con vosotros y enseñar a los nativos de vuestros países. Hay muchas personas a las que no les gusta la manera como soy, porque hablo así, de esta manera tan clara. Pero es que yo he venido para hablaros así, ese es precisamente mi trabajo. La verdad es que si quieres conocer los antecedentes religiosos de la Biblia, entonces tienes que acercarte primero al Oriente para poder obtenerlos. Seamos humildes y vayamos al sitio correcto donde se aprender religión y filosofía.

Otro de los lugares donde los mendigos van buscando sanidad para su enfermedad incurable, además de junto al camino principal y a las puertas del templo, es a las aguas santas, que generalmente son ríos considerados sagrados. Por ejemplo, a las orillas del Ganges, del Éufrates y del Tigris, cientos de mendigos se agolpan en sus márgenes esperando que sus aguas se agiten. Durante miles y miles de años, de generación en generación, la gente en el Oriente siempre ha estado convencida de que una de las formas de obtener sanidad se encuentra en esperar en las márgenes de los ríos considerados sagrados, y bañarse en sus aguas cuando están agitadas. Muy raramente se obtiene la sanidad por este medio, sin embargo, esta es la única esperanza a la cual se aferran y que poseen.

En este contexto, en el quinto capítulo de Juan, cuando Jesús se dirigió al estanque de Betesda, había allí un cierto hombre que llevaba 38 años esperando, dice el Libro. Estaba esperando una oportunidad para ser el primero en meterse en el agua  cuando las aguas se agitasen, para poder ser sanado. ¿Puedes tú esperar algo de Dios durante 38 años? ¡Yo creo que no! La mayor parte de nosotros si le pedimos algo a Dios hoy, nos quedamos deprimidos si no obtenemos ahora lo que le acabamos de pedir para mañana. Sin embargo, éste hombre llevaba pacientemente esperando 38 largos años. Y lo que la Biblia nos dice es que Jesús sabía cuánto tiempo llevaba esperando; dice así, "Cuando Jesús lo vio acostado, y sabiendo que llevaba ya mucho tiempo así..." Algunas de vosotras decís que lleváis orando 38 años por vuestros maridos, pues bien, ¿Qué son 38 años para Dios, cuando mil años para Él son como un día, y un día como mil años? - Mira, no te quedes nunca impaciente por nada. No te quedes angustiada. Porque Cristo Jesús sabe muy bien desde hace cuanto tiempo llevas deseando en tu corazón las cosas por las cuales le has pedido al Padre.

Jesús le preguntó, "¿Quieres ser sano?" y el hombre le respondió, "Señor, no tengo quien me meta en el estanque cuando se agita el agua; y entre tanto que yo voy, otro desciende antes que yo." Es decir, en vez de decirle, ¡Si! ¡quiero, quiero ser sano! ¡No! éste hombre lo que le presentó fueron sus quejas y fracasos a Jesús. Muchos de nosotros, igual que hizo éste hombre imposibilitado, nos ponemos delante de Jesús a presentarle nuestros fracasos y nuestras debilidades. ¡Mira! no importunes ni seas pesado con Jesús mostrándole tus derrotas, ¡porque tus fracasos no son los fracasos de Dios! - Olvídate del pasado y comienza siempre de nuevo en Cristo. Echa fuera de ti, arroja de ti tus viejos pensamientos de fracaso, miedos, y temores y ansiedades, y vístete del nuevo hombre en Cristo Jesús.

Una de las cosas que más aprendemos en el Hinduismo es que TÚ controlas TU mente, y que TÚ controlas TU cuerpo, así que TÚ puedes mantener cautiva a TU carne y a tus pensamientos. Porque TÚ eres el que manda, TÚ puedes decirle a Tu mente, "Hey, mente, mírame, piensa solo como yo te digo, piensa de esta manera, solo debes pensar en CRISTO JESÚS, y nada más." Eso es por lo que los hindús podemos arrodillarnos y quedarnos orando por horas y horas seguidas sin nada que nos perturbe ni distraiga, ni nos quite la concentración nada de lo que suceda a nuestro alrededor. Pues igual, tú también le puedes decir a tu mente que no deje pasar ningún pensamiento de temor, o duda, o de incredulidad, o de orgullo, ni de apatía o de arrogancia, ni de ignorancia o de sectas, sino que puedes vestirte de los pensamientos del nuevo hombre, de la mente de Cristo - ¡de pensamientos de amor, de fe, de éxito, de victoria y de gozo siempre! ¡Oh Dios mío, qué gran enseñanza es ésta!!!

Tú no tienes que ponerte a rezar a Dios como un parásito y clamarle, "Señor, Señor, Señor, por favor, !llévame al cielo! Señor! porque ni soy útil ni bueno aquí."

¡Este tipo de cristiano es un parásito! ¡Nosotros hemos re-nacido para triunfar ahora y aquí! ¡Hemos sido hechos victoriosos aquí!!! ¡Ya vivimos la vida eterna ahora y aquí!!! ¡Hemos re-nacido para amar ahora y aquí!!! ¡Somos más que vencedores por medio de Cristo Jesús ahora y aquí!!! - Si nosotros no ejercitamos ni manifestamos el poder de Cristo en nosotros, eso se debe a que estamos embebidos de miedo y llenos de miedo. Temerosos de morir. Y eso es por lo que las personas no se acercan a Cristo - porque no ven ninguna manifestación ni testimonio de su vida resucitada en nosotros.

Así, pues, el ciego Bartimeo se sentaba junto al camino principal mendigando. Y cuando Cristo pasaba se puso a gritar, "Jesús, hijo de David, ten misericordia de mí," y no paraba de gritarle así a Jesús, porque se encontraba junto a aquel camino justo con ese mismo propósito. Aquí la Biblia no nos dice durante cuánto tiempo se sentaba en aquel lugar; podía llevar cincuenta años, yo no lo sé. Pero el hombre cojo en el estanque llevaba esperando 38 años. Yo sé de personas que llevan esperando en lugares así durante más de 35 años, y que todavía no han sido sanados.

Jesús mandó que lo fuesen a llamar. Y entonces él, arrojando su capa, se levantó y vino hasta donde estaba Jesús. ¿Por que arrojó su "capa."? Esta capa es una prenda de vestir que se ponen los palestinos para mostrar su dignidad y su prestigio. En India, los hindús se visten un turbante sobre sus cabezas con ese mismo propósito, para mostrar a los demás la casta a la cual proceden o pertenecen, su dignidad y su prestigio. Los judíos en Palestina no se ponen un turbante, pero se visten una capa, y mientras más largos sean los bordes de la capa, eso significa que más importante es la persona. La capa es de color blanco, y a medida que la persona va andando, la capa y sus bordes van arrastrándose por el suelo.

Cuando un hombre quiere luchar contra otro, o quiere declararle la guerra, o quiere defender a alguien, se pone su capa a sus espaldas y se la ata a su cuello. Eso le permite mantener sus brazos desnudos y libres para poder luchar. En Isaías 52:10, la Biblia dice, "Jehová desnudó su santo brazo ante los ojos de todas las naciones..." "Dios desnudó su santo brazo" quiere decir que Dios está listo y dispuesto para sanar y para defender a todos cuantos ha llamado hacia Él. Se ha puesto Su capa a Sus espaldas. Sus manos son muy poderosas; Sus manos se encuentran libres para salvar  todo aquel que se le acerque, tanto para salvar como para sanar. ¿Ves cómo son las cosas en el Oriente?

Así, pues, los judíos se visten este tipo de capa, y el ciego Bartimeo tenía una capa de este tipo. Aunque fuese ciego, aun así se vestía diariamente esta capa mientras mendigaba, para que las personas pasando pudieran decir, "Oh mira este hombre. Es un buen hombre, una persona educada y con cultura. No es un pobre cualquiera. Está allí buscando sanidad." Eso es lo que la capa quiere decir en Palestina; es lo mismo que significa el turbante en la India. Nosotros en el Oriente somos identificados por la ropa que vestimos. El ciego Bartimeo se vestía su capa para identificar su posición social, su dignidad. Pero cuando Jesús lo mandó llamar, él arrojó de sí su capa - Jesús no le dijo que arrojase su capa, lo hizo sin que nadie se lo pidiera. Jesús le preguntó, "¿Qué quieres que te haga?" Y Bartimeo le respondió: "Señor, que reciba mi vista."

¡Qué placer más grande debió darle a Jesús el tiempo que pasó con este hombre, le debió gustar el hecho de que arrojase de sí esta capa de dignidad y de prestigio! - Este hombre, se vestía habitualmente su capa para que las personas le reconociesen su debido respeto, siempre la llevaba consigo, sin embargo, antes de presentarse ante Jesús, la arrojó de sí mismo para fuera, ¿por qué? - él podía haberse acercado con la capa y decirle: "Yo soy hijo de una gran casta, ¿sabes?, Nunca le hice agravio a nadie, Señor, siempre he hecho lo bueno y recto." ¡La gente hoy en día habla así! Dicen que cumplen hasta con el sermón de la montaña, que van a la iglesia cuando pueden, y que nunca le hacen mal a nadie. Son muy sinceros. Aquí en América, hasta se enfadan si dudas y les preguntas si son cristianos, la enfadada respuesta que dan es: "¿Pues claro, qué te crees que soy?, ¿Chino?!!" - Es que, porque HAN NACIDO EN AMÉRICA, creen que la mayor parte de la gente, deben pensar asumir que son cristianos. Sin embargo eso no es verdad. Hay muchos rabinos judíos nacidos en EEUU, ¿No es cierto? - y sin embargo,  ¿no son cristianos, verdad? ¡claro que no! - Un hombre no es cristiano porque vaya a la iglesia - así como tampoco es cristiano por haber nacido en la puerta de al lado de la iglesia. - ¡UN HOMBRE SOLO ES CRISTIANO CUANDO RENACE! y "renacer de nuevo" significa aceptar a Jesucristo individual y personalmente, es decir en tu corazón, "Señor Jesús, yo soy un pecador, y tú moriste por mi pecado. Así que entra en mi corazón y sálvame, Señor, gracias." Cuando haces esto, pasas a ser salvo y eres renacido. En el mismo instante que crees, renaces. La Biblia dice, "cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo." Hechos 16:31. Eso es lo que significa ser cristiano. Eso es por lo que soy cristiano, porque he hecho esto.

A la India llegaron cristianos muchos años antes que a Europa. Sin embargo, la India no proclama ser un país cristiano. Sí, hay cristianos en India; sin embargo la India no es una nación eminentemente cristiana. En India escuchamos hablar de Cristo 60 años antes que en Europa a través de S. Tomás, el discípulo de Jesús, pero aunque la India oyese hablar de la historia del Evangelio a través suyo, sus habitantes no fueron salvos. Oír hablar de la historia del Evangelio y escuchar acerca del Señor Jesucristo es una cosa, ¡oír, y creer, y aceptar a Jesucristo como Señor y salvador  es otra muy distinta!  Multitudes de personas en América han oído hablar acerca de Jesús, y sin embargo no son cristianos, ¿por qué?, pues porque no han aceptado a Jesucristo. ¡No se puede ser cristiano sin aceptar a Jesucristo! Eso es lo único que hace ser a una persona un cristiano.

¡Ciego como era, Bartimeo tenía mucha sabiduría y sentido común! se debió decir a sí mismo: "¿Cómo voy a acercarme yo del Rey de reyes y Señor de señores mostrándome justo, o con mi dignidad y dándome de importante? Todas estas cosas las tengo por basura y no son más que viejos harapos. Iré ante su presencia y me humillaré delante de Jesús." - Todo aquello que le parece justo a los ojos del mundo y de la humanidad, todo lo que le parece bueno a nuestra sociedad, no son más que viejos harapos al parecer de Dios. La Biblia dice, "!Porque todos nosotros somos como cosas impuras, y toda nuestra justicia como sucios harapos! Isaías 64:6. Así es, porque Dios no mira las apariencias sino al corazón. ¿Lo ves? ¡Y éste hombre, Bartimeo, creyó en su corazón que no sería bueno presentarse ante el Rey de reyes, el salvador de la humanidad, todo vestido en sus sucios harapos de su propia importancia social, de su propia justicia! ¡Él se persuadió en su corazón que ganaría una capa nueva de justicia de manos de Jesucristo, además de su sanidad!

¡Un hombre no puede ganarse la simpatía ni la misericordia de Jesucristo si está lleno de orgullo y se cree muy importante, o es arrogante, o cuando de manera ignorante se comporta con arrojo y confianza en sí mismo! Tienes que arrojar de ti y echar fuera todas esas capas cuando te acercas a él. Una persona tiene que decir, "Señor, Señor, yo estoy vacío en mí mismo, en mi corazón, en mi mente. En todo lo mío. Ya he arrojado a la basura mi orgullo y mi superstición y toda mi ignorancia. Yo vengo hasta ti, Señor Jesucristo, fuente de aguas vivas. Echa de mí toda importancia y justicia propia, Señor, porque solo me sirven de obstáculo en mi vida." - Eso es precisamente lo que quiso decir el ciego Bartimeo cuando arrojó de sí su capa. ¡Dios mío! ¡Qué gran decisión!

Cada noche, en vuestras reuniones, observé que el Pastor pide a la gente que se acerque para ser salva. Todas las noche requiere que se dé un paso al frente y que ores con ellos. ¿Cuántos son los que se acercan? Aunque no sea profeta puedo decirte aquellos que están gozosos, felices y contentos en su interior, porque lo que habita en su interior, eso es lo que manifestará en su exterior el hombre. Hay demasiadas personas aquí que tienen un complejo de superioridad muy grande y se sienten muy importantes en sí mismos, y satisfechos con su propia justicia, pero que son miserables, y están oprimidos y cargados de preocupaciones y fardos y problemas, y sin embargo no se acercarán para ser salvos, y ¿por qué? a causa del miedo - miedo de lo que la gente pueda decir si dan un paso en frente hasta el altar. Tus pensamientos te dicen cosas tales como, "! Eh! ¡Mira! tu eres un miembro de tu iglesia, ¿qué es lo que diría fulanito si vas ahora ahí en frente para ser salvo? ¿Qué es lo que van a decir mis clientes? ¿Qué van a decir mis vecinos cuando descubran que di un paso en frente para ser salvo? Estos son los tipos de temores que te están manteniendo alejado de Jesucristo, y alejado del gozo y la paz de un hombre a quien cuyos pecados les han sido perdonados. ¡Le prestas atención a esas estúpidas ideas de tu mente, y te dejas robar y sacar fuera de la Palabra de Dios!

Pero el ciego Bartimeo no se vio privado por ninguna estúpida idea de estas. Le dio igual su propia importancia, no se importó con su justicia propia. No se importó un comino con nada, excepto con que allí había un hombre, Jesús de Nazaret, que le podría abrir sus ojos si quisiese. Iba a encontrase con un hombre que podía hacer, lo que su capa no podía. Oiré lo que Jesús tenga para decirme, pensó Bartimeo, antes que a cualquier doctor, o ingeniero o sabio hombre, porque Jesucristo puede librarme y hacerme libre, y los demás pueden solo proferir insultos. Los demás solo podrán abrumarnos con su propia importancia y su propia justicia, PERO CRISTO PUEDE HACERNOS LIBRES.

Entonces el ciego Bartimeo se acercó a Jesús, y amigo mío, Jesús estaba maravillado. "¿Qué quieres que te haga?"

"Señor, que reciba mi vista."

Tú has echado de ti tu yugo. Tú estás listo, tú estás preparado; "Ve, y como creíste te sea hecho, tu fe te ha salvado." Fue la fe lo que hizo que Bartimeo arrojase de sí su propia importancia y su justicia propia, su amor a sí mismo, su temor a lo que los demás dirían y su preocupación acerca de como le mirarían. En América, las personas no se avergüenzan si alguien los encuentra asistiendo a un juego de futbol, o si los ven en la mesa del billar, pero se avergüenzan si alguien los encuentra dando un paso en frente acercándose a Jesucristo para ser salvos. ¡Oh, Dios mío!! ¡Ten misericordia de nosotros esta noche!!!

¿No Te gustaría acercarte de Jesucristo esta noche? No te costaría nada venir y llenarte de sus riquezas si te aproximas. Cuando los hindús se convierten al Señor Jesucristo, les cuesta un montón. Son despojados de todo su dinero, de toda su posición social, de todas sus tierras y casas, de toda su familia, como vosotros, los que ya habéis oído mi historia, sabéis. Vosotros no tenéis que despojaros de todas estas cosas, así que, ¿de qué tenéis miedo?

Echad fuera de vosotros el viejo hombre de temor, y vestíos del nuevo hombre de fe, y acercaos a Jesucristo, ¡claro que puedes hacerlo, porque Jesucristo es tu ayudador! Acércate andando y ven en frente hasta aquí esta noche, con las palabras de aquel gran himno en tus labios, "Just as Im without one plea, but that Thy blood was shed for me, and that Thou bidd´st me come to Thee, O Lamb of God! I come, I come."

Bartimeo recibió su vista, pero tuvo que desvestirse de sí mismo primero. ¿Nos hemos vaciado esta noche de todo el sucio y polvoriento auto impuesto hombre hecho de temor, para venir delante de él esta noche? - Tú no tienes por qué ser miembro de esta iglesia aquí, tú puedes asistir a tu propia iglesia. Yo estoy predicando aquí, y soy un Obispo de la Iglesia Ortodoxa Oriental, así que, ¿de qué tienes miedo? ¿Estás con miedo de que mi iglesia me expulse si se entera que estoy predicando aquí? ¡No señor!!! Yo no tengo miedo de mandar a la basura mi religión con su alto precio para acercarme a la CRISTIANDAD. ¡Yo temo a Dios primero, y a nadie más, porque yo no tengo tiempo para tenerle miedo a nadie!

No tengas miedo de ningún hombre. Mantente alineado en justicia con Dios, y se libertado desde tu interior. Arroja de ti todo el viejo yugo primero y entonces deja que Cristo te haga de nuevo. Entonces tendrás paz y gratitud en el interior, y te irás a casa esta noche con el León de Judá, un hijo de Dios, una hija de Dios. ¡Entonces estarás capacitado para andar con tus espaldas firmes y derechas mirando a Jesucristo y sabiendo que, desde ese momento en adelante, tu ya no perteneces a ninguna religión, sino que tú perteneces solamente a Cristo, el Hijo del Dios Viviente!

Que Dios te siga bendiciendo, buenas noches.

Del Libro “Light Throught n Eastern Window” de Bishop K. C. Pillai

Traducción Española - Juan Luis Molina.