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¿ATACADO POR TODOS LADOS? INVOCA A DIOS COMO JEHOVÁ-NISSI PARA LA VICTORIA TOTAL. Por Carolyn Molica

Amados de Dios:
Dios los bendiga. El siguiente escrito fue compartido por Carolyn Molica, y me fue de gran provecho. Nuestro Dios me ha inspirado a traducirlo para ustedes, ya que muchos hermanos que conozco están enfrentando grandes batallas en sus vidas.
Las Sagradas Escrituras tienen LA RESPUESTA para TODO, y el espíritu de Cristo que llevamos dentro nos guía al Padre cuando clamamos por ayuda.
Dios NO NOS HA DADO UN ESPÍRITU DE COBARDÍA, SINO DE PODER, DE AMOR Y DOMINIO PROPIO. Así que seamos valientes de la mano del Padre ante toda y cada adversidad.
Las Escrituras claramente nos dicen que nos fortalezcamos en el Señor y en el poder de Su fuerza porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra huestes espirituales de maldad, y que nos vistamos de toda la armadura de Dios para que podamos resistir en el día malo, y habiendo acabado todo estemos firmes.

¿ATACADO POR TODOS LADOS? INVOCA A DIOS COMO JEHOVÁ-NISSI PARA LA VICTORIA TOTAL. Por Carolyn Molica
Me levanté a las 3:30 de la mañana, fui a la cocina a hacer café y cuando encendí la luz, noté dos pequeños bichos huyendo (aproximadamente 1/6 a 1/8 de pulgada como máximo). Los aplasté y no pensé mucho más al respecto. A la mañana siguiente, cuando encendí la luz vi un par más. Luego la mañana siguiente, había más. Abrí el lavavajillas y ¡Dios mío! Más que sólo un par estaban ocultas en la parte superior. Me asusté, llamé al exterminador, y puse algunos de ellos muertos en un frasco para mostrárselos. No tenía ni idea de lo que vendría después.
Mi cocina estaba siendo atacada. Ahora había bichos más grandes también, alrededor de ¾ de pulgada de largo y se veían como una especie de cucarachas raras. Parecían estar escondidas por todas partes. Cuando encendía la luz, se escabullían por todas partes, después las vi descender al plato del perro, salir de las esquinas del horno y subir a las paredes por los gabinetes. Levanté la tapa de mi hermosa cafetera nueva para hacer mi café de la mañana, y una de ellas estaba mirándome desde el interior. Pude ver sus ojos, y parecía que me desafiaba de una forma casi humana. ¡Eso fue espeluznante! Eso fue el colmo y yo estaba totalmente asustada. Llamé al exterminador, él vino y determinó que eran cucarachas alemanas. Juntos tomamos la lucha contra estos atacantes que se multiplicaban rápidamente. Fue una pelea que tomó mucho más tiempo que yo pensaba y hubiera deseado, y había veces que honestamente no sabía si iba a ganar.
Al principio de la batalla le pregunté a Dios qué rayos estaba pasando. Él me dirigió a comenzar a estudiar a los amalecitas en la Biblia, porque así Él me mostraría el fondo espiritual de este ataque y qué hacer al respecto.
Aprendí que los amalecitas eran una tribu seminómada. Merodeaban, pero si encontraban un lugar acogedor para asumir el control, lo hacían. Eran un pueblo temible. Los espíritus diabólicos que actuaban a través de estas personas eran intrigantes y sagaces. Su método consistía en atacar en diversas y mañosas formas por todos los lados, como soldados especialmente entrenados para una guerra. Atacaban de una manera que no eran percibidos hasta que era demasiado tarde. Ellos eran expulsados pero no se rendían. Agredieron a los israelitas en ataques incesantes, robando su tranquilidad, junto con cualquier otra cosa que pudieran robar en sus manos.
En Éxodo, Dios dice que esta guerra contra Amalec era de generación en generación. (Éxodo 17:16). Nuestra batalla es espiritual y yo llamo a este tipo de espíritus diabólicos “espíritus amalecitas”, ya que trabajan a través de personas, animales, objetos o cucarachas horribles.
En 1 Samuel 15:18, Dios le dijo a Saúl que la única manera de deshacerse de ellos era: “destruye a los pecadores de Amalec, y hazles guerra hasta que los acabes”. Saúl aparentemente pensó que estaría bien mantener vivo al rey y conservar a las ovejas y vacas y algunos otros despojos también. Pero Dios sabía que los espíritus que moraban en los amalecitas podían estar alojados más allá que en los guerreros, por lo que todas las personas, el ganado y las posesiones debían ser destruidas. Saúl no obedeció y las consecuencias fueron devastadoras. Él perdió su dignidad real, su sanidad, su reino y su vida.
Aprendemos de Éxodo 17 que se necesita de vigilancia para derrotar a los amalecitas. Josué estaba al frente de la batalla, pero Moisés estaba a cargo. Cuando Moisés levantaba la vara de Dios, Israel prevalecía. Cuando llegó a estar cansado y bajaba sus manos, Amalec prevalecía. Moisés necesitó otros dos hombres que le ayudaron a sostener el estandarte de Dios hasta el final de la batalla y obtener la victoria.
Esa es una tremenda lección para nosotros hoy. En medio de una lucha contra este tipo de ataque espiritual, no hay lugar para cansarse. Incluso Moisés necesitó ayuda. Y si llegamos a estar cansados será mejor que encontremos buenos creyentes con conocimiento y experimentados que nos ayuden también; eso hará la diferencia entre la victoria y la derrota.
Cuando todo terminó, Moisés edificó un altar a Dios, para honrarlo por Su capacidad y poder de ser Jehová-Nissi, que significa “El Señor es mi estandarte”. Ese es el nombre de Dios que pone en fuga al enemigo. Como dice en Isaías 59:19: “porque vendrá el enemigo como río, mas el Espíritu de Jehová levantará bandera contra él”. Jehová-Nissi era considerado el nombre bajo el cual Israel podría congregarse para obtener la victoria. El nombre del Señor era el grito de guerra.
Los insectos que atacaron mi cocina eran de la misma calaña espiritual que los amalecitas que atacaron a Israel. Llegaron como una inundación.
Clamar a Dios como Jehová-Nissi, en el nombre de Jesucristo, me dio la victoria total en este horrible ataque. Tomo determinación y diligencia para lo que me pareció una eternidad (ya que el ataque duró varios meses en realidad). Al igual que Moisés, tuve que pedir ayuda. Mi exterminador era impresionante. Nos hicimos buenos amigos y él terminó dejándome el “spray especial” para que yo pudiera ir tras los insectos entre sus visitas.
Tuve que no sólo destruir las cucarachas, sino también tuve que destruir todos los artículos que tocaban. Yo, como Saúl, no quería acabar con ellos. Me deshice de mi lavavajillas, de mi cafetera, y otros aparatos eléctricos (ya que les gustaban lugares acogedores y cálidos) y de muchos más, pero valió totalmente la pena.
Cuando el último bicho fue destruido, me di cuenta de que habían empezado a comerse unos a otros y que las toxinas en el insecticida, los habían consumido por completo hasta que el último había muerto. Es repulsivo, pero cierto. Esto sucedió hace varios años y nunca más regresaron. ¡Gracias a Dios!
Espero que nunca tengas que encontrarte este tipo de espíritu en personas, animales,  insectos o en cualesquiera otras criaturas u objetos. Pero si tú o alguien quien conoces alguna vez tiene esta desgracia, te he dado las escrituras para pelear y la munición que necesitas. Úsala.
Con amor, Carolyn

¡Se valiente en Cristo mi hermano o hermana! Ninguna cosa creada puede separarte ya de Su amor, y somos más que vencedores por medio de Aquel que nos amó. En Cristo siempre está la contundente victoria. El altísimo precio por nuestro triunfo en cada lucha ya fue pagado en la Cruz del calvario.
Dios nos alienta muchísimas veces en Su Palabra “!No temas!” ya que el temor es la principal  puerta que el enemigo usa para reducir al polvo muchas vidas creyentes. Así que en medio de tu lucha, desecha el temor, busca la paz de Dios la guía de nuestro Padre. ¡Él vela por ti celosamente! ¡Aun los cabellos de tu cabeza están todos contados! Si Dios Todopoderoso ya dio la vida de Su amado Hijo para rescatarnos de la muerte a la vida, ¿habrá alguna cosa que no nos dé con él?

Josué 1: 5-9 (De la Versión en inglés “The Message”)
En toda tu vida, nadie será capaz de oponerse o prevalecer contra ti. De la misma forma que estuve con Moisés, estaré contigo. No renunciaré a ti; no voy a dejarte. ¡Ten fuerza! ¡Ten coraje y valor! Tu conducirás a este pueblo a heredar la tierra que prometí dar a sus antepasados. Pon en esto todo lo que tienes, el corazón y el alma. Asegúrate de llevar a cabo La Revelación de que Moisés te mandó, cada pedacito de ella. No desvíes la mirada, ni a la izquierda ni a la derecha, con el fin de que te asegures de que llegues a donde te diriges. Y ni por un minuto dejes que este Libro de La Revelación esté fuera de tu mente. Reflexiona, considera y medita en él día y noche, asegurándote de que practiques todo lo escrito en él. Entonces lo pondrás delante de ti dondequiera que vayas y tendrás éxito. ¿No te lo he ordenado? ¡Ten fuerza! ¡Ten coraje y valor! No te dejes asustar fácilmente; no te desanimes. DIOS, tu Dios, estará contigo en cada paso que des.

A la luz de todo esto, recomiendo ampliamente la lectura a conciencia del libro “La Autoridad del Creyente” de Keneth E. Haggin; el escrito “Job: de victima a vencedor” de V.P. Wierwille y el libro “Manifestando el poder de Dios en este mismo momento- Cómo sanar a los enfermos y echar fuera demonios” por Sangat Bains. Todos ellos disponibles en nuestra sección de libros.
Para quienes hablan inglés, la autora del artículo sugiere la siguiente lectura disponible en Amazon:


Dios te bendiga,
Con amor en Cristo,
Claudia Juárez Garbalena

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