JUAN 4 - LA MUJER EN EL POZO (La Samaritana)
Amados de Dios: La forma tan maravillosa en la que nuestro Señor y Salvador Jesucristo nos amó es simplemente indescriptible. Él manifestó una clase de amor desconocida para el mundo: el amor de Dios, un amor que nace y florece sólo del espíritu. Al nacer desde lo alto, recibimos el potencial para amar con este mismo amor con el que Cristo nos ha amado, un amor que le llevó a ofrendar su vida en la muerte más espantosa y humillante para redimir a toda la humanidad, para que ahora nosotros podamos vivir de victoria en victoria. Su perfecto sacrificio restableció la conexión al Padre que habían perdido Adán y Eva. Cuando Cristo colgado en aquel madero dijo “consumado es” y entregó el espíritu, consumó nuestra redención, abrió la puerta, el camino para llegar a Dios y nos dio la bendición de ser llamados hijos de Dios. Juan 13:34 Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. 35 En esto conocerán todos que sois mi