EL CORAZÓN DE "MIRA SÓLO A DIOS": "!DIOS SE DELEITA EN TI!" Y "EL AMOR DEL PADRE"
Amados en Cristo:
El próximo 24 del mes
en curso nuestro sitio cumplirá 3 años en línea. El corazón de “Mira sólo a
Dios” ha sido y es, exponer el corazón amoroso y fiel de nuestro Abba Padre,
que brille Su magnificencia, majestad y gran bondad en los corazones de los que
le buscamos. Nuestro Dios nos ha encomendado el ministerio de la reconciliación,
es decir, señalar a Sus amados El Camino hacia nuestro Padre y que Él y sólo Él
sea glorificado.
Solo podemos BRINDAR
NUESTRO MAS SINCERO AGRADECIMIENTO A NUESTRO ABBA PADRE por permitirnos compartir
el Pan de Vida con aquellos que le aman y buscan Su verdad. ¡A ÉL DAMOS LA
GLORIA! ¡Y ROSTRO EN TIERRA LE ADORAMOS Y AGRADECEMOS SU INMENSA BONDAD!
El siguiente escrito, “Dios
se deleita en ti” refleja el corazón de nuestro Dios y el corazón de “Mira sólo
a Dios”. Nuestro hermano Sal Arico lo publicó hoy su muro en Facebook y nuestro
Padre me conmovió profundamente al darme cuenta que justamente coincide con la
primera publicación que hicimos en el blog el 24 de septiembre de 2010, y que también
publicamos hoy de nuevo. En aquel punto fue la voluntad de Dios que expusiéramos
el corazón del blog, hoy, este sigue siendo SU PROPÓSITO: ¡MOSTRAR SU
HERMOSURA!
¡Que el corazón de
nuestro Dios y Su buena voluntad brille entre los que le amamos! ¡Que Él siga
alumbrando los ojos de nuestro entendimiento! ¡Que Su hermosura brille delante
de nuestros ojos y a una alabemos y glorifiquemos Su santo Nombre!
Un caluroso abrazo a
todos nuestros queridos hermanos que nos acompañan en “Mira sólo a Dios” en
nuestro camino a Casa. ¡DIOS LOS BENDIGA!
Con amor en Cristo,
Claudia Juárez Garbalena
DIOS SE DELEITA EN TI
Por Sal Arico
2
Samuel 22:20 Me libró, porque se agradó de mí.
Si le
preguntas a la mayoría de la gente si creen que Dios los ama, ellos comúnmente responderán
que sí, ¡porque se nos han enseñado la doctrina de que Dios es amor! Pero si se
les pregunta si Dios “se agrada” de ellos, lo más probable es que hagan una
pausa y se lo pregunten, considerando todas sus faltas y fracasos antes de
contestar. Bueno, Dios no solamente nos Ama, ¡sino que también se Deleita en
nosotros!
El rey
David entendió que el deleite de Dios era Su pueblo, ¡y eso le permitió vivir
con la gran confianza de que la buena voluntad de Dios en él resultaría en su
liberación, una y otra vez y otra vez!
2
Samuel 22:20 Y me sacó a lugar espacioso; me
libró, porque se agradó de mí.
Dios se deleita en
nosotros y queridos hermanos y hermanas, ¡de hecho Él se complace y embelesa en
nosotros! Somos Sus hijos que Él ama y adora, que Él cuida y aprecia, se
regocija en nosotros, incluso nos canta, ¡como un padre puede cantar a un bebé
recién nacido!
Sofonías
3:17 Jehová está en medio de ti, poderoso, él salvará; se gozará sobre ti con
alegría, callará de amor, se regocijará sobre ti con cánticos.
!Él es poderoso para
salvar, y se complace en rescatarnos, en proveer para nosotros y en ayudarnos!
Ahora nosotros somos su familia, el Cuerpo de Cristo y los hijos que Él planeó
tener incluso antes que el mundo fuese hecho aún, (hablando de “planificación
familiar”). Ahora estamos hechos a “la imagen de Su Hijo”, Jesucristo, ¡y todo
fue por causa de Su buena voluntad, ¡Es Su deleite de todos los tiempos!
Efesios
1:3 -5 Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo
con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, según nos
escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin
mancha delante de él en amor: habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos
suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad.
Hemos sido traídos a la
siempre gloriosa, siempre bella, siempre maravillosa Presencia del Dios
Altísimo, nuestro Abba Padre, nuestro Papá, ¡que nos mira con gran regocijo! La
misma confianza que tuvo David, el mismo gozo que Jesús tuvo en que Dios se
deleitaba en él (Mateo 3:17) y que le fue otorgado, ¡ahora lo tenemos!
Romanos
8:29-32 Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen
hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre
muchos hermanos. Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que
llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también
glorificó. ¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra
nosotros? El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos
nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?
Mientras nos deleitamos
en Dios y Él se deleita en nosotros, nuestro Padre entonces nos da los deseos
de nuestros corazones, nos muestra los verdaderos propósitos de nuestras vidas,
¡somos capaces de ver los grandes deleites de Su Corazón!
¡Porque
Dios es el que produce en vosotros tanto el querer
(motiva el deseo) como el hacer
(energizándote / inspirándote) por su
buena voluntad! (Fil. 2:13) ¡Qué privilegio representar al Rey, y la buena
voluntad de nuestro Padre, reconciliando a los hombres y mujeres de regreso a
Dios, para que Él así, ¡pueda deleitarse con ellos también!!
Traducción:
Claudia Juárez Garbalena
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EL AMOR DEL PADRE
CARTAS ENTRE CREYENTES.
Archivo de artículos anteriores.
Publicado el 24 de Septiembre de 2010.
Por Claudia Juárez Garbalena
CARTAS ENTRE CREYENTES.
Archivo de artículos anteriores.
Publicado el 24 de Septiembre de 2010.
Por Claudia Juárez Garbalena
Muy amados de Dios y preciosas Obras
Maestras del Altísimo:
El Dios de paz y de toda consolación
continúe bendiciéndonos con su gran amor, ternura y compasión.
Hoy meditaba: ¿Qué fue lo que hizo caer
de rodillas a David, el dulce cantor de Israel, ante la Presencia de Su Dios?
¿Qué hacía a David hablarle con tanto respecto, amor, reconocimiento,
reverencia y ternura a su Dios? ¿Qué lo hacía derramarle alabanzas y adoración
de continuo y tener esa plena confianza en Él?
Salmos 18:1
Te amo, oh Jehová,
fortaleza mía.
18:2 Jehová, roca mía
y castillo mío, y mi libertador;
Dios mío, fortaleza
mía, en él confiaré;
Mi escudo, y la
fuerza de mi salvación, mi alto refugio.
18:3 Invocaré a
Jehová, quien es digno de ser alabado,
Y seré salvo de mis
enemigos.
David hablaba de Dios con un sentido de
pertenencia, de pleno amor y confianza: “fortaleza mía”, “roca mía”, “castillo
mío”, “Dios mío”. Seguramente él conocía de la Ley el primer y grande
mandamiento. Pero, ¿qué es lo que genera en el corazón de un hombre o mujer
amar a Su Dios? Este amor es una respuesta natural y llena de agradecimiento al
Amor que primeramente Él le ha dado.
Esto dijo Dios al pueblo de Israel:
Deuteronomio 7: 7
No por ser vosotros más que todos los
pueblos os ha querido Jehová y os ha escogido, pues vosotros erais el más
insignificante de todos los pueblos;
8 SINO POR CUANTO JEHOVÁ OS AMÓ, y
quiso guardar el juramento que juró a vuestros padres, os ha sacado Jehová con
mano poderosa...
1 Juan 4:10
4:10 En esto consiste el amor: no en
que nosotros hayamos amado a Dios, SINO EN QUE ÉL NOS AMÓ A NOSOTROS, y envió a
su Hijo en propiciación por nuestros pecados.
4:11 Amados, si Dios nos ha amado así,
debemos también nosotros amarnos unos a otros.
4:16 Y nosotros hemos conocido y creído
el amor que Dios tiene para con nosotros. DIOS ES AMOR; y el que permanece en
amor, permanece en Dios, y Dios en él.
Un día, esperando hacer un trámite en
una oficina gubernamental, me tocó ver a una de las criaturas más hermosas que
he visto en toda mi vida. Era una pequeñita lindísima de poco más de dos
añitos. ¡Era tan preciosa y graciosa! ¡En seguida llamó mi atención! Tenía una
vocecita muy dulce. Estaba con su padre, un hombre muy joven de poco más de 20
años. Esta niña le cantaba y platicaba de una forma muy tierna a su padre
muchas cosas, ¡no paraba de hablar!, bailaba muy graciosa ante su papá y él la
miraba con tanto amor, completamente embelesado y cuando ella se acercaba a
abrazarlo él la tomaba en sus brazos con muchísima ternura. Enseguida se notaba
el inmenso amor que este padre tenía por su pequeña. Esta niñita tenía los
ojitos más dulces, tiernos y limpios que me ha tocado ver. Yo estaba cautivada
contemplando la dulzura, el amor entre ambos, y la forma en la que la niña se
acercaba a su padre. En un punto ella tratando de subirse a una silla, se cayó
y lloró enseguida por supuesto, se había dado un fuerte golpe en su cabecita y
en una de sus rodillas, inmediatamente su padre la tomó entre sus brazos y la
consoló, la acarició y no la soltó hasta que ella se tranquilizó de nuevo y
siguió bailando y jugando con su papi.
Ver un amor así tan limpio y precioso
es un paisaje bellísimo. Y es una muy pequeña ilustración del bellísimo
amor del Padre perfecto.
Mateo 7:9
¿Qué hombre hay de vosotros, que si su
hijo le pide pan, le dará una piedra?
7:10 ¿O si le pide un pescado, le dará
una serpiente?
7:11 Pues si vosotros, siendo malos,
sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿CUÁNTO MÁS VUESTRO PADRE QUE
ESTÁ EN LOS CIELOS DARÁ BUENAS COSAS A LOS QUE LE PIDAN?
¡DIOS ES AMOR! ¡EL PADRE PERFECTO! Si
un padre y una madre sanos y amorosos, se esmeran por cuidar del fruto de su
vientre y observan hasta el más mínimo detalle de sus vidas, muchísimo más si
son pequeños, ya que son completamente dependientes de ellos; si ellos toman
tiempo, esfuerzo y dedicación para procurar lo mejor para sus vidas, si ellos
pueden y quieren hacer esto, EL DIOS DE AMOR, TU PADRE CELESTIAL, ¿Qué bendito
cuidado tendrá por ti que eres Su hijo tan amado? ¿Cuánto anhelo tendrá por
bendecirte?
La Palabra nos muestra La Naturaleza
Perfecta de nuestro Abba: AMOR, compasión, bondad, misericordia…
Salmos 103:11
Porque como la altura de los cielos
sobre la tierra,
Engrandeció su misericordia sobre los
que le temen.
103:12 Cuanto está lejos el oriente del
occidente,
Hizo alejar de nosotros nuestras
rebeliones.
103:13 Como el padre se compadece de
los hijos,
Se compadece Jehová de los que le
temen.
103:14 Porque él conoce nuestra
condición;
Se acuerda de que somos polvo.
Muy al contrario de lo que la religión
enseña, Dios es un Padre clemente, amoroso, misericordioso y muy compasivo.
Veamos el siguiente relato que describe un amplio periodo de tiempo del pueblo
de Israel y como Dios tuvo sumo cuidado de ellos. Romanos 10:21 dice: “…todo el
tiempo extendí mis manos a un pueblo rebelde y contradictor”.
Nehemías 9:6
Tú solo eres Jehová; tú hiciste los
cielos, y los cielos de los cielos, con todo su ejército, la tierra y todo lo
que está en ella, los mares y todo lo que hay en ellos; y tú vivificas todas
estas cosas, y los ejércitos de los cielos te adoran.
9:7 Tú eres, oh Jehová, el Dios que
escogiste a Abram, y lo sacaste de Ur de los caldeos, y le pusiste el nombre
Abraham;
9:8 y hallaste fiel su corazón delante
de ti, e hiciste pacto con él para darle la tierra del cananeo, del heteo, del
amorreo, del ferezeo, del jebuseo y del gergeseo, para darla a su descendencia;
Y CUMPLISTE TU PALABRA, PORQUE ERES JUSTO.
9:9 Y MIRASTE LA AFLICCIÓN DE NUESTROS
PADRES en Egipto, y oíste el clamor de ellos en el Mar Rojo;
9:10 e hiciste señales y maravillas
contra Faraón, contra todos sus siervos, y contra todo el pueblo de su tierra,
porque sabías que habían procedido con soberbia contra ellos; y te hiciste
nombre grande, como en este día.
9:11 Dividiste el mar delante de ellos,
y pasaron por medio de él en seco; y a sus perseguidores echaste en las
profundidades, como una piedra en profundas aguas.
9:12 Con columna de nube los guiaste de
día, y con columna de fuego de noche, para alumbrarles el camino por donde
habían de ir.
9:15 Les diste pan del cielo en su
hambre, y en su sed les sacaste aguas de la peña; y les dijiste que entrasen a
poseer la tierra, por la cual alzaste tu mano y juraste que se la darías.
9:16 Mas ellos y nuestros padres fueron
soberbios, y endurecieron su cerviz, y no escucharon tus mandamientos.
9:17 No quisieron oír, ni se acordaron
de tus maravillas que habías hecho con ellos; antes endurecieron su cerviz, y
en su rebelión pensaron poner caudillo para volverse a su servidumbre. PERO TÚ
ERES DIOS QUE PERDONAS, CLEMENTE Y PIADOSO, TARDO PARA LA IRA, Y GRANDE EN
MISERICORDIA, PORQUE NO LOS ABANDONASTE.
9:18 Además, cuando hicieron para sí
becerro de fundición y dijeron: Este es tu Dios que te hizo subir de Egipto; y
cometieron grandes abominaciones,
9:19 tú, con todo, POR TUS MUCHAS
MISERICORDIAS NO LOS ABANDONASTE en el desierto. La columna de nube no se
apartó de ellos de día, para guiarlos por el camino, ni de noche la columna de
fuego, para alumbrarles el camino por el cual habían de ir.
9:20 Y ENVIASTE TU BUEN ESPÍRITU PARA
ENSEÑARLES, y no retiraste tu maná de su boca, y agua les diste para su sed.
9:21 Los sustentaste cuarenta años en
el desierto; de ninguna cosa tuvieron necesidad; sus vestidos no se
envejecieron, ni se hincharon sus pies.
9:22 Y les diste reinos y pueblos, y
los repartiste por distritos; y poseyeron la tierra de Sehón, la tierra del rey
de Hesbón, y la tierra de Og rey de Basán.
9:23 Multiplicaste sus hijos como las
estrellas del cielo, y los llevaste a la tierra de la cual habías dicho a sus
padres que habían de entrar a poseerla.
9:25 Y tomaron ciudades fortificadas y
tierra fértil, y heredaron casas llenas de todo bien, cisternas hechas, viñas y
olivares, y muchos árboles frutales; COMIERON, SE SACIARON, Y SE
DELEITARON EN TU GRAN BONDAD.
Nuestro Padre, el Dios Vivo y
Verdadero, es muy bueno y ampliamente generoso.
Romanos 5:6:
Porque Cristo, cuando aún éramos
débiles, a su tiempo murió por los impíos.7 Ciertamente, apenas morirá alguno
por un justo; con todo, pudiera ser que alguno osara morir por el bueno. 8 Mas
Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo
murió por nosotros.
Romanos 8:32
El que no escatimó NI A SU PROPIO HIJO,
sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas
las cosas?
¿Por qué David adoraba y alababa a su
Dios como lo hacía? ¡Porque llegó a contemplar SU HERMOSURA, pues la HERMOSURA
de DIOS es SU ABSOLUTO, INCONMENSURABLE, ETERNO, FIEL y PERMANENTE AMOR QUE
ABSOLUTAMENTE EXCEDE TODO CONOCIMIENTO!
Ninguna mente humana puede concebir
tanto amor que nos ha derramado el Padre en Cristo si no recibimos como niños
tanta gracia de Dios.
Lucas 18:17
De cierto os digo, que el que no recibe
el reino de Dios como un niño, no entrará en él.
Un niño pequeño no hace ningún esfuerzo
por ganar o merecer el amor de sus padres, simplemente extiende sus bracitos y
lo recibe. Aunque no lo entienda, sabe y reconoce que es amado y acepta el
completo cuidado y dependencia de sus padres. Y un padre terrenal tampoco busca
que su hijo “se gane” o “merezca” su amor, ¡sólo se lo da porque es carne de su
carne y sangre de su sangre! Un padre sano solo espera y anhela que su hijo sea
feliz.
¿Cómo nos ve nuestro Padre Perfecto de
Amor? ¿Qué querrá o necesitará de nosotros? ¿!Es mejor un padre o madre
terrenal que Él!!!???
Hace poco tiempo, mi hijo de 11 años
debía realizar una tarea manual de la escuela y estaba pasando muchísimos
trabajos para lograr hacerla. Varias veces le ofrecí mi ayuda, pero él
simplemente la rechazó, al menos 3 veces. Lo vi sufrir y renegar por lo menos
media hora y terminó muy frustrado con sus pobres resultados. Sé que en menos
de un minuto yo habría hecho lo que él necesitaba, pero simplemente no me lo
permitió. Muchas veces así somos con nuestro Abba Padre. Queremos luchar y
hacer todo por nuestro propio esfuerzo. El mundo nos instruye que un hombre o
mujer exitoso, es aquel que es “independiente”, “autosuficiente”. Pues Dios
dice que debemos hacernos mansos y humildes como niños para ver Su Reino.
Cuando contemplamos Su salvación tan
grande, que recibimos por gracia y la Obra completa y finalizada de Su Hijo
Cristo, SIN NINGÚN MERITO DE NUESTRA PARTE, con la cual nos trajo a Su Casa,
nos ha perdonado y nos ha hecho justos y limpios delante de Él, cuando como
niños aceptamos y entendemos que SIN MERECERLO, NI GANARLO, ¡EL NOS AMA
TANTO!!!…caemos de rodillas a Sus Pies para ADORARLO. Acudimos a Él, ya no para
alcanzar Su favor, sino para agradecerle Su Amor
incondicional, bendito, santo y sublime que excede por mucho el amor de un
padre terrenal por sus hijos. Dios nos ama como jamás soñamos ser amados y
aceptados, y nos mira con una ternura como jamás nadie nos ha mirado. Nos
acercamos a Él para agradecer que en Cristo TODO ha sido ya hecho y consumado:
Tu salvación y la mía; tu libertad y la mía de la esclavitud del pecado y de
las consecuencias del pecado. ¡Eres libre! ¡estás
en paz con él por Cristo! (Romanos 5:1,2).
Dios, tu Padre, te ama
incondicionalmente y SIEMPRE te extiende los Brazos llenos de amor y compasión
por ti. El relato del “hijo prodigo” que debería ser llamado “del padre que
perdona”, habla de dos hijos a quienes su padre les repartió por igual
una herencia. Uno de ellos se fue con sus bienes heredados y los malgastó
todos. Quedó en una condición tan miserable que trabajaba cuidando cerdos y
deseaba llenar su vientre con las algarrobas que les daban de comer. Hasta que
él reaccionó y dijo:
Lucas 15: 17
Y volviendo en sí, dijo: !Cuántos
jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de
hambre!
18 Me levantaré e iré a mi padre, y le
diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti.
19 Ya no soy digno de ser llamado tu
hijo; hazme como a uno de tus jornaleros.
20 Y levantándose, vino a su padre. Y
cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia, y
corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó.
21 Y el hijo le dijo: Padre, he pecado
contra el cielo y contra ti, y ya no soy digno de ser llamado tu hijo.
22 Pero el padre dijo a sus siervos:
Sacad el mejor vestido, y vestidle; y poned un anillo en su mano, y calzado en
sus pies.
23 Y traed el becerro gordo y matadlo,
y comamos y hagamos fiesta;
24 porque este mi hijo muerto era, y ha
revivido; se había perdido, y es hallado. Y comenzaron a regocijarse.
El padre parece ni haber escuchado
completa la disculpa que su hijo le había preparado, simplemente lo recibió con
los brazos abiertos, con mucho gozo e inmediatamente lo hizo sentirse amado,
aceptado y bienvenido. Nuestro Dios y Padre SIEMPRE nos recibe así, con su
perdón, con su ternura y no le importa nuestra condición, nuestras fallas, y ve nuestro arrepentimiento ¡sabe que somos polvo!
¡Con que anhelo esperó este padre a su
hijo! ¡Que dolor debió sentir sabiendo que estaba fuera de casa! ¡Y que gozo
cuando lo vio venir de lejos! No le cuestionó, ni reclamó nada, ¡sólo lo
recibió en sus brazos! Esta es una parábola que describe muy bien a nuestro
Padre y Su gran misericordia por nosotros.
Es muy curiosa la actitud que tuvo el
hermano, el otro hijo en esta parábola:
Lucas 15:25
Y su hijo mayor estaba en el campo; y
cuando vino, y llegó cerca de la casa, oyó la música y las danzas;
26 y llamando a uno de los criados, le
preguntó qué era aquello.
27 Él le dijo: Tu hermano ha venido; y
tu padre ha hecho matar el becerro gordo, por haberle recibido
bueno y sano.
28 Entonces se enojó, (¡se enojó! Le dieron
celos, envidia!) y no quería entrar. Salió por tanto su padre, y le
rogaba que entrase.
29 Mas él, respondiendo, dijo al padre:
He aquí, tantos años te sirvo, no habiéndote desobedecido jamás, y nunca me has
dado ni un cabrito para gozarme con mis amigos. (Lo cual era mentira, él había
recibido su herencia igual que el otro hermano, solo que él no se fue de casa).
30 Pero cuando vino este tu hijo, que
ha consumido tus bienes con rameras, has hecho matar para él el becerro gordo.
31 Él entonces le dijo: Hijo, tú
siempre estás conmigo, y todas mis cosas son tuyas.
32 Mas era necesario hacer fiesta y
regocijarnos, porque este tu hermano era muerto, y ha revivido; se había
perdido, y es hallado.
Esta es una triste actitud de la
naturaleza pecaminosa de Adán: juzgar, señalar, enjuiciar, envidiar, tener
celos.
Este padre de la parábola, amaba por
igual a sus hijos, y nuestro Padre Celestial también ama por igual a todos Sus
hijos, los que están lejos y los que están cerca, a todos nos espera, con todos
se goza, a todos nos tiene especial y dedicado cuidado, pero depende, DEPENDE
de cómo nos acercamos cada uno de nosotros para recibir todas las riquezas y la
herencia que ya nos ha sido dada en Cristo.
La Gracia de Dios, es simplemente una
hermosa expresión del INCONMENSIRABLE AMOR que DIOS TODOPODEROSO ha derramado
en ti y en mí. Con esta Gracia, Él te ofrece una vida nueva por medio del
espíritu con el cual te ha investido. Esta vida nueva produce naturalmente los
frutos más maravillosos, ricos y abundantes que la carne NO puede producir
jamás: Amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza. (Gálatas 5:22,23).
Dios, como tu Padre, lo que desea es
que disfrutes la plenitud de La Vida que te ha regalado en Cristo, llenarte de todo bien, sobreabundar bendiciones en ti y
en tu familia, ¡mostrarte cuanto te ama! Y tal como un padre terrenal sano (¡y
muchísimo más porque EL ES DIOS!) sólo anhela tu comunión con El, sólo anhela
amarte y disfrutar contigo la nueva vida que te ha dado por y en Cristo.
Jesucristo dijo, y esto absolutamente
expresa el corazón del Padre:
Apocalipsis 3 3:20
He aquí, yo estoy a la puerta y llamo;
si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él
conmigo.
En las tierras del oriente, sólo comían
juntos la familia o aquellos amigos muy cercanos e íntimos. Si alguien era
invitado a comer a una casa, el anfitrión le serviría y permanecería de pie, a su
lado, pero no se sentaría con él a menos que tuvieran una relación muy intima y
personal. Al sentarse a la mesa juntos, ellos celebraban el “pacto de sal” que
era un compromiso de que sus palabras serian profundas y verdaderas entre
ambos. Esta invitación a “cenar con él y él Conmigo”, habla de esa profunda
relación de intimidad entre dos seres. Eso desea tu Padre de ti, que lo invites
a cenar y que tú cenes con Él y Él contigo.
Dios nos ama con un amor que nos hace
derramar lágrimas de gozo y agradecimiento. Sabernos aceptados y cobijados por
El, nos llena el alma. El desea mostrarte Sus caminos y pensamientos tal como lo
hizo con Su siervo David, “un varón conforme a Su corazón”. David contempló ese
corazón hermosísimo de Dios que ES AMOR.
Hermano mío, he orado por tu vida
mientras escribía esta carta, Dios conoce tu nombre y tu corazón delante de Él,
y he agradecido y pedido porque los ojos de tu entendimiento sean alumbrados
para que contemples cada día más lo tanto que Dios te ama. Él te ha dado
el privilegio de ser tu Padre y de llamarte: “MI HIJO MUY AMADO”.
Que Dios te bendiga hermano mío.
SOLO PARA TI, DIOS Y PADRE, TODA LA
GLORIA, LA HONRA, EL HONOR, LA REVERENCIA, LA ALABANZA, Y EL PODER.
¡BENDITO SEAS POR LOS SIGLOS DE LOS
SIGLOS!!! AMEN.
De rodillas adorando a nuestro bendito
Dios por Su amor, grandeza y misericordia,
Claudia Juárez Garbalena.
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