Viviendo En Dos Mundos. Por Wayne Jacobsen
La
Vida del Cuerpo- Febrero 2004
Traducción
por: Charo Quesada
No
alcanzo a imaginar cómo sería ese despertar por la mañana y encontrarme libre
de todo lo que me dificulta y distrae de la vida en Jesús.
Ya no
tendría que ir a tientas atravesando la niebla de mi egoísmo que desvanece la
visión de la Presencia de Dios, y podría ver Su rostro con la claridad que Él
ve el mío. No me entretendría, ni un momento más con mis dudas acerca de Su
amor por mi o de Su habilidad de atraerme a la plenitud de Su vida. Ya no
enfrentaría los estragos de los apetitos carnales que me atraen a la esclavitud
sofocante de mis propios deseos.
Sólo
puedo imaginarme como sería esta vida si cada uno de esos apetitos pecaminosos,
fuesen repentinamente silenciados y todo lo que desease fuera lo que Dios desea
para mí. ¿Cómo sería vivir sin indicio de miedo, autocompasión o envidia porque
la demanda de nuestro propio ser ha sido absorbida por la grandeza de Dios? No
tendría nada que ocultar, nada que probar, nada que ganar, porque estaría tan
plenamente satisfecho de Dios, completamente descansado en todo lo que me
otorga. ¿Cómo sería ya no tener necesidades que me acosen, no tener conflictos
que me aflijan, carecer de dolor o enfermedad que me limiten, y vivir sin miedo
a que me hiriesen?
Entonces
podría disfrutar durante tiempo ilimitado, sin restricciones, de la bella
naturaleza de Dios y de la bondad de Su Ser. Podría finalmente sumergirme en la
altura, anchura y profundidad de Su amor que fluye por mí y gozar por siempre
de Su creatividad infinita y de Su sabiduría sin límites. ¡Qué vida sería esta!
Por
supuesto que nadie leyendo estas palabras tiene ni idea de cómo será esta
aventura, pero ese día se está acercando velozmente para todos nosotros y está
más cerca ahora de cuando empezaste a leer estas palabras. Este es el propósito
para el cual Dios nos creó y al cual nos guía constantemente a abrazar.
Más Allá De La Puerta De La Muerte
Obviamente
la plenitud de la gloria que aquí describo, está más allá de las puertas de la
muerte, lo cual desde nuestra perspectiva no es fácil de ver. Este mundo no
escatima en recursos para convencernos de que lo que vemos aquí, es todo lo que
hay. Nos lleva a buscar la plenitud en esta época como si estuviera diseñada
para proporcionarla. Pero la realidad es que el mundo nunca podrá satisfacer lo
que nuestros corazones anhelan. Pensar de la forma en que el mundo piensa, nos
lleva por caminos errados y nos hace dudar de las intenciones de Dios para
nosotros cuando las cosas no salen del modo cómo nos las habíamos imaginado.
La
vida de esta época es una mezcla. A veces vemos la magnificencia de la gloria
de Dios en Su creación y experimentamos momentos maravillosos llenos de sus
bendiciones refrescantes. Otras veces nos enfrentamos con sufrimientos y con el
caos de este mundo des sincronizado con su Creador. Aun cuando el mundo fue
diseñado para la gloria de Dios, este se vio empañado por el pecado y cercado por
la muerte. Por eso expulsó Dios del Jardín a Adán y a Eva después de haber
pecado. Si hubieran comido del Árbol de la Vida en su estado pecaminoso,
habrían sido eternos pecadores. ¿Cómo puede rescatarse algo que es eterno? Al
condenar el mundo al pecado y a su propia devastación de esta era, Dios
preservó la pureza y santidad de la eternidad y el refugio de los cielos, para
aquellos con quienes pudiera compartir la plenitud de Su gloria.
A
pesar de que la muerte es la herramienta que Dios usa para preservar la
eternidad sin mancha de pecado, esta no es Su amiga. Pablo dice: “Y el poster
enemigo que será destruido es la muerte” (1ª Corintios 15:26). Él nunca quiso
que tuviéramos que lidiar con la muerte; ni con la física, la cual acecha
nuestra era, ni con la muerte espiritual, la cual magnifica nuestro egoísmo y
nos aleja y esconde del amor del Padre. Podemos percibir la muerte y el egoísmo
con toda claridad ante las devastadoras guerras, terrorismo, crímenes,
accidentes de tráfico, enfermedades. Ante cada pérdida de un ser amado, ante el
avance de la edad y sus limitaciones, tenemos constantemente presente que todo esto está destinado a
perecer.
Pero
para aquellos que anhelamos conocer a Dios en Su plenitud, la muerte no es un
aguijón. Es simplemente una pausa entre dormir en Cristo y la reunión con él a
través de la cual encontraremos nuestra total libertad. No sufrimos temor por
acabarse nuestra vida en la tierra, porque será una pausa hacia la última y
maravillosa aventura: La libertad para
conocerle sin limitación o distracción. Para nosotros, dormir en Cristo y ser
resucitados será como el despertar de una mañana finalmente libres de un mundo
roto, y libres de nuestros cuerpos llenos de cicatrices por el pecado.
Sólo Un Prólogo
En la
última página del último libro “Cuentos de Narnia”, justo cuando el lector cree
que la historia ha acabado, porque el mundo había acabado, C.S. Lewis cierra la
cortina más allá. “Para ellos es tan sólo el comienzo de la verdadera historia.
Para ellos, toda la vida de este mundo… ha sido sólo la portada y el prólogo de
la primera página: ahora, finalmente empieza el Capítulo Uno de la Gran
Historia, el que nadie sobre la tierra ha leído. Esta historia es eterna y en
ella, cada capítulo es incluso mejor que el anterior”. Lewis lo tiene
exactamente discernido. El tiempo entre nuestro nacimiento y nuestra muerte, es
solo una pequeña porción de la historia. Cuando desde la eternidad miremos
hacia atrás, veremos como toda nuestra vida aquí, que parecía ser todo para
nosotros, era sin embargo apenas el comienzo. Sospecho que lo recordaremos como
recordamos nuestro jardín de infancia. De este modo es como Dios ve nuestras
vidas y las Escrituras nos exhortan a que lo veamos también así. Repetidamente
habla de cómo este mundo y nuestras vidas en él, son tan cortas como el rocío
de la mañana sobre la hierba, o como la nube de humo que se cierne brevemente
en el aire. Si supiéramos esto, no seríamos devastados por nuestras propias
luchas, o no desaprovecharíamos nuestras vidas con sus decepciones. No
temeríamos a la muerte porque no la veríamos como el trágico final de nuestras
vidas, sino como una pausa hacia el principio de la verdadera vida que Dios
diseñó para nosotros.
Si
queremos entender el despliegue del plan de Dios en nuestras vidas, debemos
poner nuestra mira más allá del prólogo incluyendo la totalidad de la historia.
Si no lo hacemos así, nos perderemos la Obra de Dios en nuestras vidas, y
buscaremos la plenitud o satisfacción en un mundo que no puede ofrecérnosla.
Este mundo coexiste en la corrupción y el caos del pecado, a lo que el pueblo
de Dios se enfrenta cada día. Puede que nuestras circunstancias no sean las
mejores. Nunca tendremos todo lo que queremos y puede que tengamos que encarar
momentos de conflicto, dolor y contienda. Incluso el mejor de los momentos no
nos brindará una satisfacción duradera porque nunca nos sentiremos realmente en
casa.
Nuestro
hogar está en el corazón de nuestro Padre. A pesar de que no experimentaremos
esta plenitud hasta el final de esta era, esto no nos impedirá disfrutar de los
frutos de Su amor en nuestras vidas cada día. Los primeros apóstoles no
entendían la vida eterna como una vida que durara para siempre, sino como la
calidad de vida que vivían en Él. La vida eterna está ahora disponible en
Jesús. No es de extrañar que nos sintamos atrapados entre dos mundos: viviendo
en uno, pero sintiéndonos arrastrados
por la corriente del otro.
El Mundo En Que Vivimos
Cuando
Jesús oró por sus discípulos en Juan 17, específicamente dijo que no pedía a
Dios que los quitara del mundo, sino que los guardase del mal que hay en él.
Estarán en el mundo, pero no pertenecerán más a él. Si tomamos ventaja de la realidad de Dios,
esta reemplaza todo lo perteneciente a este mundo y nos esclarece como podemos
vivir libremente en él.
Pero
todos sabemos que no es fácil. Cuan distante puede apreciarse la eternidad
cuando estamos sumergidos en nuestras responsabilidades laborales, caseras,
incluso en la cantidad de distracciones que el mundo nos ofrece. Creemos que
encontraremos mayor gozo en un trabajo mejor, en una casa más bonita o más
grande, o si tuviésemos más dinero. Es mentira que esto ocurrirá. Estamos
constantemente bombardeados de nuevas historias, shows televisivos, anuncios,
películas que alimentan la ilusión de que la vida de este tiempo puede llenar
nuestros sueños más anhelados. Creando en nosotros la frustrante idea de que
podemos llegar a ser ricos con cierto negocio o ganando la lotería, o nos lleva
a pensar que nos llenará de satisfacción encontrar un alma gemela, escribir un
libro exitoso o alcanzar tiempo libre para desarrollar nuestra creatividad, o
hobbies, donde pensamos que finalmente encontraremos la plenitud tan
desesperadamente anhelada.
Nos
olvidamos de que los medios de comunicación sólo venden ilusiones, no
realidades, como esa engañosa publicidad que promete que perderás centímetros
de cintura y peso sin el más mínimo esfuerzo de nuestra parte. Lo que hace todo
más difícil, es saber que todos estos ilusionistas no solo están en el mundo,
sino también entre el pueblo de Dios, substituyendo la vida de la realidad de
Dios prometiendo que si sólo seguimos su programa, sus formulas de oración o
algún esquema, Dios hará realidad nuestros más descabellados o locos sueños.
Por
supuesto que estas mercancías se venden bien. Las mentiras siempre se venden
bien. Pero ¿qué ocurre cuando no funcionan? Los comerciantes de sueños vuelan
en sus aviones, mientras que los compradores quedan preguntándose que está
errado en ellos, o con Dios porque no labró una vida próspera y fácil para
ellos. Esta frustración hacia Dios y el celo hacia las cosas materiales, han
hecho naufragar a muchos creyentes. Mientras Dios nos ofrecerá momentos de
júbilo y refrigerio, vivimos en el caos de un mundo manchado por el pecado,
donde también experimentaremos temporadas de grandes dificultades, tristeza y
dolor. Cualquiera que te diga otra cosa, estará intentando venderte algo, y ese
algo no durará. Esto es por lo que Pablo criticó a los falsos maestros de
quienes dijo que toman la piedad como fuente de ganancia (1ª Timoteo 6),
continuó diciendo que los seguidores de Jesús teniendo sustento y abrigo,
estarían contentos con eso. Aquellos que buscan la satisfacción en las
riquezas, nunca experimentarán el tesoro que jamás podrá comprar cantidad
alguna de dinero.
Fuera Del Mundo En Que Vivimos
Jesús
ofreció una vida abundante a aquellos que le sigan, pero nunca la definió en
términos materiales. He visto gente en la plenitud de esta vida incluso
mientras han soportando pobreza extrema, luchando con enfermedades, incluso
sufriendo persecución por su fe. No viven fuera de las circunstancias que les
acechan, pero sí viven llenos de la plenitud de la Presencia de Dios.
Nuestro
hogar nunca será Oxnard, California, Lagos, Nigeria, España, Portugal o
cualquier lugar de este mundo. Nuestro hogar está en el corazón del Dios vivo.
La verdadera vida viene sólo de Él. No se mide conforme a circunstancias
convenientes o fáciles. La abrumadora y maravillosa sensación de plenitud y
dependencia en Él, viene simplemente reconociendo la Presencia del Padre en cada
circunstancia ya sea buena o mala. Esta vida se expresa así misma en Su voz que
nos guía, Su confort que nos sostiene, Su poder que nos transforma para ser
cada día más como Él.
En
nuestras vidas, Dios continúa invadiendo este mundo corrupto y a pesar de que
no resuelva todas las circunstancias para mi confort, Él me ha ofrecido
compartir toda Su vida conmigo. Él me sostendrá en momentos de sufrimiento y
reirá conmigo en momentos de júbilo. Él dará sentido a mi vida, no por lo que
yo pueda ganar en este mundo, sino haciéndome parte de Su desplegado propósito:
ganar al mundo para Sí Mismo a través de su infinito amor.
Su
realidad en nuestras vidas y nuestro vivir para Él, es el único bien que
saciará la búsqueda de la plenitud en este mundo. Esta es la vida eterna y
comenzó el día que entregaste tu vida para Él. A medida que le permitimos vivir
en nosotros, llega a ser más real que el mundo que tocamos, vemos y oímos todos
los días, Él crea en nosotros un oasis de eternidad en medio de la tierra
estéril de nuestra cultura.
Viviendo En La Eternidad
Adoro
la forma en cómo Pablo lo enseñó diciendo esto:
· Por tanto, no desmayamos;
antes aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no
obstante se renueva de día en día.
Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez
más excelente y eterno peso de gloria; no mirando nosotros las cosas que se
ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las
que no se ven son eternas. (2ª Corintios
4:16-18).
Pablo
encaró plenamente el hecho de que la muerte va desgastando el exterior del
cuerpo y consume esta vida, pero la renovación de Dios nos ofrece una gloria
interna que tiene un peso mucho mas excelente que cualquier otra cosa en esta
vida. Por tanto la determinación de Pablo fue fijar su perspectiva, no
considerando o mirando a su alrededor, sino mirando las realidades que no se
ven, las realidades eternas.
El
único modo de vivir en este mundo y no formar parte de él, es permanecer
mirando el Rostro de nuestro gentil y elegante Padre. Su vida eterna ya ha
comenzado en Sus seguidores. Si vivimos en esta realidad, no seremos absorbidos
por las ilusiones de esta era, ni creeremos que encontraremos respuestas en sus
sistemas. Entonces nos encontraremos realmente libres para cooperar con la obra
de Dios en nuestras vidas y en las de los demás alrededor nuestro.
Es por
esto que Pablo encontrándose en peligrosas circunstancias, pudo salir
victorioso de todas ellas. “Estamos atribulados en todo, mas no angustiados; en
apuros, mas no desesperados; perseguidos, más no desamparados; derribados, pero
no destruidos” (2ªCor 4:8-9). Su Presencia en nosotros, es mucho mayor que
cualquier cosa que el mundo quiera arrojarnos. Con nuestros ojos puestos en Él,
no tenemos que rendirnos al mundo en el que vivimos o retirarnos de él. Podemos
afrontar cualquier circunstancia persuadidos de que los propósitos de Dios irán
por delante en nuestras vidas. Esto es vivir en la eternidad: Saborear y
deleitarnos en la riqueza de Su Presencia cada día, que no sólo nos guiara a
través de esta era, sino que nos desbordará y salpicará a este mundo sediento
de Él.
Comienza
el día mirándolo y continúa haciéndolo a lo largo de él. Pídele que Su
Presencia se haga más real que cualquier cosa de este mundo. Permítele que te
muestre como seguir Su voz y vislumbrar donde Su poderosa mano se mueve en tu
vida. No pienses que sólo ocurrirá durante tiempos de especial devoción, ni
trates de incluirlo durante las demandas del día a día. Dios quiere invadir tu
mundo y caminar contigo a través de él, no quiere llevarte fuera del mundo para
realizar actividades religiosas.
Encontrarás
que tus valores irán cambiando de las cosas temporales, las cuales están
destinadas a perecer, para abrazar estas realidades que son eternas.
Posesiones, distracciones y logros llegaran a ser nada, al final de esta
era. Puedes disfrutar de todo lo que
Dios te da, sin ser esclavo de ello. Puedes deleitarte y recrearte en todo lo
que Dios te brinda, sin ser prisionero o cautivo de las cosas y del poder que
tienen cuando no las miramos en una perspectiva correcta. Podrás hacer todo lo
que Dios desea que hagas, sin mantener un registro que te exalte o vanaglorie
por encima de los demás.
Mantener
tus ojos en lo que es eterno, te ayudará a navegar por encima de las
distracciones de este mundo. Cuando tomé mis clases de vuelo siendo un
adolescente, mi instructor me enseñó a tener confianza en los instrumentos de
control del avión, antes de en mis propias emociones. Para dejármelo bien claro,
me dijo que cerrara los ojos y manejara el avión recto y nivelado. Seguidamente
me preguntó como creía que lo estaba haciendo. Creí que estaba haciéndolo bien
hasta que me dijo que abriera mis ojos, entonces pude apreciar que el avión
estaba en un despeñadero y dirigiéndose hacia el suelo.
Capté
la idea. Manteniendo mis ojos en los instrumentos de control, podía mantener el
avión equilibrado incluso aún sin visualizar el horizonte. Por eso, Dios quiere
que mantengamos nuestros ojos fijos en Él echando una ojeada a este mundo, y no
al revés.
La Vida Es Digna De Compartirse
Obviamente
caminar con los ojos clavados en lo eterno, es mucho más fácil cuando conocemos
a creyentes que mantienen este mismo enfoque. ¿Has notado como nuestro corazón
ansía las cosas de este mundo cuando te encuentras en medio de gente que vive
sólo para ellas? Lo mismo ocurre caminando con gente que se enfoca en lo
eterno. Nos contagiamos del pensar y sentir de la gente con la que caminamos.
Las verdaderas relaciones son las que nos ayudan y guían a ver como Dios
trabaja en nuestras vidas, llenándonos de una pasión mayor por lo que tiene
valor eterno.
Me
preocupa un poco el hecho de que nos perdamos en controversias teológicas,
especulaciones sobre el fin de los tiempos, o intentando encontrar el modelo
correcto para la real comunidad del Nuevo Testamento. Encuentra gente viviendo
con sus ojos fijos en lo eterno y te encontrarás a ti mismo en medio de una
reunión verdadera, edificante y divertida. Ellos te ayudarán a abrazar la vida
que realmente es vida, en vez de llevarte a los asuntos de este mundo y a la
multitud de distracciones que este nos ofrece para seducirnos y atraparnos.
Viviendo
en la eternidad, no sólo te reavivará la Presencia de Dios, sino que también
descubrirás que Él hará en ti un oasis de vida eterna para las personas
maltratadas por este mundo roto. Serás capaz de ayudar a sanar a los
quebrantados de corazón, vendar a los heridos, dar amor a los marginados y
liberar a los cautivos.
Sin
duda, la plenitud de la vida eterna espera en un día futuro, pero no tienes que
esperar para participar en ella, desde que el Padre ya la hizo disponible aquí
y ahora.
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¡Shalom!...es impactante, refrescante y motivante el percibir la presencia de Dios en nuestras vidas. "Viviendo en dos mundos" es para mí muy clarificante y ya perdí la cuenta de todas las veces que fuí a esta parte de LP de Dios.
ResponderEliminarEl lograr entender que la vida eterna comenzó desde que soy hijo de Dios, es muy gratificante. Así es como nos ama nuestro Padre, dandonos todo en cuanto a sabiduria y entendimiento en Cristo.
Dios los bendice hermanos...¡SHALOM!!
JESUCRISTO VUELE!!!!
@Fe AMÉN!! BENDICIONES FE! ESTE ARTÍCULO ES UNO DE MIS FAVORITOS DE WAYNE JACOBSEN! SALUDOS! SHALOM!
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