AHORA. de E.W. Kenyon

 

Dios ha hecho algo que el hombre no puede hacer por sí mismo ni para sí mismo y la mayoría de nosotros apenas puede darse cuenta de ello. Él ha acabado con el pasado de cada hombre que viene a Su familia. El hombre en la familia de Dios no tiene pasado: “Amado ahora somos hijos de Dios.”

Él ha acabado con todas las nubes que había en el trasfondo de la vida. El pasado nos ha hecho cobardes para el futuro. La capacidad de olvidar los fracasos y el avanzar libres hacia el futuro es el precursor del éxito.

La gran aventura de la vida es para aquel que puede olvidar los fracasos del pasado y fuera de ellos construir una base o fundamento para el futuro. El secreto es vivir una vida grande AHORA. No debemos pasar ningún tiempo por las oportunidades perdidas. Salgan y tengan nuevas oportunidades. Pablo sabía de esto cuando dijo:

Filipenses 3:13, 14

Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante,

prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.

En esto están los tesoros ocultos que nos pertenecen. Se trata de una tierra del AHORA. La tierra del AHORA debe ser conquistada. Efesios 1:3 es el desafío. Tenemos la bendición AHORA “que nos bendijo con toda bendición espiritual.” Somos más que conquistadores AHORA.

AHORA somos hijos de Dios. No es una cuestión del mañana. No es una cuestión del ayer. Es una cuestión del AHORA. AHORA mismo puedo vivir y conquistar. En este mismo momento puedo superar cosas. AHORA mismo puedo estrechar la victoria y seguir adelante con el futuro.

Ganando AHORA, usted asegura el mañana. Al conquistar circunstancias del AHORA almacena la energía y la fuerza y el coraje para la batalla del mañana. Su sabiduría, Su gracia y Su fuerza son suyos AHORA. Todo lo que Él tiene para usted es para AHORA. “No temas; porque yo estoy contigo” es una promesa del AHORA. Él está con usted AHORA. Él es suyo AHORA. Él es la fuerza de su vida AHORA. Por lo tanto exclama tu canción de victoria y alaba a Dios que eres un vencedor AHORA.

(Fragmento del artículo Olvidando el Pasado de E.W. Kenyon)