¡Recupera tu identidad en Cristo! Joseph Prince
NOTAS
OFICIALES DEL SERMÓN
¡Recupera
tu identidad en Cristo!
Joseph
Prince
Domingo,
30 de octubre de 2022
Estas son notas sobre el
sermón, “¡Recupera tu identidad en Cristo!”, predicado por el pastor Joseph
Prince el domingo 30 de octubre de 2022 en El Centro de Artes Escénicas “The
Star”, en Singapur. ¡Esperamos que las notas de este sermón sean de gran
aliento para ti!
Visión general
1.
Introducción: En tiempos de carencia,
encuentra tus respuestas en la Palabra de Dios.
2.
¡Posee tu herencia como coheredero con
Cristo!
3.
Cómo prosperar en tiempos de hambruna:
arráigate en tu identidad en Cristo.
4.
En Cristo, eres siempre aceptado y estás
en la amorosa presencia del Padre.
5.
¿Te identificas a ti mismo con lo que ves
o con quien Dios dice que eres?
6.
Ve poderosos resultados en tu vida cuando
eliges la fe sobre los sentimientos.
7.
Dios peleará tus batallas por ti mientras
descansas en Él.
8.
Oración final.
9.
Oración de salvación.
Introducción: En tiempos
de carencia, encuentra tus respuestas en la Palabra de Dios
El pastor Prince comienza
el servicio alentando a la congregación a conectarse con un grupo de célula,
especialmente mujeres y madres. No es fácil ser esposa y madre con todos los
nuevos desafíos que enfrentan nuestros hijos en los tiempos de hoy. Cuando habitamos
entre el pueblo de Dios, recibimos consejos piadosos sobre cómo ser padre o
madre y cómo criar mejor a nuestros hijos.
Génesis 26:1-2 Después
hubo hambre en la tierra, además de la primera hambre que hubo en los días de
Abraham; y se fue Isaac a Abimelec rey de los filisteos, en Gerar. 2 Y se le
apareció Jehová, y le dijo: No desciendas a Egipto;
habita en la tierra que yo te diré.
“No desciendas a Egipto”: Los
tiempos que estamos viviendo son similares a los tiempos cuando los hijos de
Israel experimentaron hambruna. Aunque
parece haber más problemas y escasez (por ejemplo, recesión, escasez de
alimentos, etc.), Dios nos instruye a no descender a Egipto, que es una representación
de seguir los caminos del mundo. Incluso mientras el mundo continúa
experimentando hambruna o recesión, nosotros, como hijos de Dios, veremos más
de la provisión que Dios tiene para nosotros en estos tiempos.
1 Corintios 10:11 Y estas
cosas les acontecieron como ejemplo (“tupos”-tipos, modelos), y están
escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de
los siglos.
Los eventos que
sucedieron en el Antiguo Testamento son ejemplos y tipos o modelos escritos
para nuestro aprendizaje y beneficio hoy. Incluso en estos tiempos de
escasez, podemos encontrar las respuestas a nuestras necesidades en la Palabra
de Dios.
¡Posee tu herencia como
coheredero con Cristo!
Gálatas 3:29 Y si
vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según
la promesa.
Como creyentes,
pertenecemos a Cristo y, por lo tanto, somos simiente de Abraham. Ya que somos
la simiente de Abraham, ¡todas las promesas que Dios le dio a Abraham y a su
descendencia son nuestras!
La primera bendición de
Abraham es la justicia. Dios le
imputó justicia (Rom. 4:3) y lo consideró justo a Sus ojos. Todas las demás
bendiciones provienen de esto.
La segunda bendición que
recibió Abraham fue la salud y la renovación de la juventud para él y su
esposa Sara. Incluso a una edad avanzada, Sara pudo concebir un hijo (Gén.
21:2). Para que esto haya sucedido, Dios debió haber renovado su juventud y
restaurado su salud, revirtiendo las dolencias físicas de la vejez (por
ejemplo, la menopausia). Sara también era físicamente hermosa en su vejez,
hasta el punto en que incluso un rey pagano la encontraba atractiva. La Biblia también
nos dice que Abraham vivió una larga vida de 175 años (Gén. 25:7).
La tercera bendición de
Abraham fue las bendiciones materiales. Génesis 13:2 y Génesis 24:35 nos
dicen que Dios bendijo a Abraham y fue rico en ganado, plata y oro. El pastor
Prince advierte contra el materialismo porque el amor al dinero es la raíz de
todos los males (1 Timoteo 6:10).
También puede llevarnos a desarrollar una codicia insaciable por las
riquezas. En lugar de acumular estas cosas para nosotros, Dios quiere
bendecirnos para que podamos ser una bendición para los demás.
¡COMO CREYENTES, SOMOS
COHEREDEROS CON CRISTO, Y PODEMOS CREER A DIOS POR LAS BENDICIONES DE ABRAHAM!
Cómo prosperar en tiempos
de hambruna: arráigate en tu identidad en Cristo
Cuando estudiamos Génesis
26 y vemos cómo prosperó Isaac en un tiempo de hambruna, podemos recibir la
sabiduría de Dios sobre cómo prosperar, ser provistos y disfrutar de una vida
victoriosa mientras enfrentamos las hambrunas en el mundo de hoy.
Génesis 26:1 Después hubo
hambre en la tierra, además de la primera (רִאשׁוֹן) hambre que hubo en
los días de Abraham. Y se fue Isaac a Abimelec, rey de los filisteos, en Gerar.
“La primera (רִאשׁוֹן)
hambre”: Esta primera hambre se refiere a la hambre que experimentó Abraham
(Gén. 12:10). La traducción hebrea de “primera” es “רִאשׁוֹן (ri'šôn)”. La
etimología de “רִאשׁוֹן (ri'šôn)” es “רִאשׁ (rō'š)”, que significa “cabeza” o
“jefe”. רִאשׁ (rō'š) también es la misma palabra hebrea para Rusia. Esto es
significativo porque nos dice que esta historia de hambruna que experimentó
Abraham contiene sabiduría relacionada con una hambruna relacionada con
Rusia. ¡El mundo ahora mismo está
experimentando una hambruna como esta!
La sabiduría de Dios para
nosotros en tiempos de hambruna se construye sobre el fundamento de la obra
terminada de Jesús.
Necesitamos recordar que
la salvación es un regalo, un don. En la historia de la creación, vemos
que Dios creó al hombre por última vez, en el sexto día, antes de descansar en
el séptimo día. Dios descansó porque Su obra estaba terminada. Dios creó al
hombre en último lugar porque no quería que el hombre se jactara de su propia
gloria, pensando que había tenido un papel que desempeñar en la creación. ¡En vez
de eso, Dios creó al hombre al último para que disfrutara de una creación
completa! De manera similar, no podemos atribuirnos el mérito de ganar
nuestra salvación y perdón a través de nuestras buenas obras y moralidad. Dios
ve eso como orgullo porque la obra de nuestra salvación ya se ha terminado y
tuvo un gran costo para Dios, a través de Su amado Hijo que murió por
nosotros en la cruz.
A través de la obra
consumada de Jesús, ahora somos nuevas criaturas en Cristo (2 Corintios 5:17),
creados en verdadera justicia y santidad (Efesios 4:24).
Debido al pecado de Adán, el espíritu del hombre fue separado de Dios. Pero a
través de Jesús, nuestros espíritus nacen de nuevo, y renacemos como nuevas
criaturas, establecidos en justicia y santidad de la verdad.
Después de que el primer
Adán pecó, el pecado vino sobre todas las generaciones del hombre, y es por eso
que vemos vejez, enfermedad, padecimientos y muerte. Los problemas que vemos
hoy (por ejemplo, depresión, guerra) son el resultado del pecado de Adán. Pero
este no es el plan de Dios para nosotros. ¡El sueño de Dios es que
disfrutemos de un paraíso perfecto como lo vemos en el libro de
Apocalipsis, donde habrá un cielo nuevo y una tierra nueva, donde no habrá más
enfermedad ni muerte y viviremos para siempre jóvenes, fuertes y saludables! Es
por eso que Jesús vino como el segundo Adán, para ser la nueva cabeza de una
nueva raza humana (1 Corintios 15:45–47). ¡Como nuevas creaciones en Cristo,
todo lo que Jesús ha logrado y cada victoria que Él ha ganado son nuestros para
disfrutarlos hoy!
¿Con quién te identificas
tú hoy?
Si te identificas con
asuntos o problemas heredados de tus padres o abuelos, te estás identificando
erróneamente con el primer Adán en lugar del segundo Adán. ¡Dios quiere que te
identifiques con Jesús!
TODO LO QUE JESÚS HA
LOGRADO A TRAVÉS DE SU OBRA TERMINADA ES TU HERENCIA HOY.
Tú estás en Cristo:
siempre aceptado y en la presencia amorosa del Padre.
Nuestro Señor Jesús nació
naturalmente, como cualquier otro niño, y creció como nosotros. A medida que
Jesús creció en Su entendimiento, también creció para comprender el verdadero
propósito por el cual nació. Aunque era tan humano como cada uno de nosotros,
Jesús era sin pecado, santo y justo. Él fue el único ser humano que pudo
cumplir con todos los requisitos de la ley de Dios, y se convirtió en la
ofrenda perfecta por el pecado por nosotros en la cruz.
La cruz fue la única
forma en que Dios podía recibir con justicia al hombre pecador.
Comprender lo que Jesús
logró por nosotros en la cruz es fundamental para saber cómo responder en
tiempos de hambruna. Todo está basado en el evangelio.
En la cruz, Jesús cumplió
la ley. Él pagó el precio por todo nuestro desenfreno y satisfizo las demandas
de la ley. ¡Así es como fuimos sacados de estar bajo el antiguo pacto de la ley
a estar bajo el nuevo pacto de la gracia!
Bajo este nuevo pacto,
las bendiciones de Dios no dependen de ti —de tu comportamiento o
desempeño—sino que dependen de la obra perfecta que Jesús ya completó en la
cruz.
Es importante que sepamos
que Jesús murió en la cruz como hombre y resucitó de entre los muertos como
hombre. En la cruz, Él no solo cargó con nuestros pecados, sino que también nos
cargó a nosotros. Fuimos crucificados con Él.
Romanos 6:6 sabiendo
esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para
que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado.
“Que nuestro viejo hombre
fue crucificado con Él”: nuestro “viejo hombre” se refiere a
nuestra carne, nuestra vieja naturaleza que tiene la propensión al pecado.
Con lo que muchos de
nosotros luchamos hoy no son tanto los pecados externos que cometemos, sino el
constante impulso de pecar dentro de nosotros (por ejemplo, impulsos de
lujuria, ira o incluso pensamientos blasfemos que a veces experimentamos
incluso en medio de la oración). Ante esto, es importante recordar que Dios
no nos ve en nuestra carne. Dios nos ve en el Espíritu.
Romanos 8:10 Pero si
Cristo está en vosotros, el cuerpo en verdad está muerto a causa del
pecado, mas el espíritu vive a causa de la justicia.
Romanos 8:9 Mas
vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el
Espíritu de Dios mora en vosotros…
¡Esto significa que
debido a que estamos en Cristo, todo lo que es verdad en Jesús es verdad en
nosotros!
1
Juan 4:17 …pues como él es, así somos nosotros en este mundo.
“Como Él es”:
¡Dios no se refiere a Jesús durante Su ministerio terrenal en la tierra, sino a
Cristo que está ahora glorificado a la diestra del Padre (Heb. 1:3)!
Cuando nos vemos a
nosotros mismos en Cristo, nos estamos alineando con la forma en que Dios nos
ve: Él nos ve a Su diestra en Cristo.
Cuando Jesús murió y
resucitó de entre los muertos, conquistó la muerte como hombre para que la
muerte ya no tenga derecho sobre nosotros. Jesús también resucitó como
hombre. ¡Hoy en el cielo donde Jesús está glorificado y sentado con el
Padre, Él tiene un cuerpo nuevo como hombre! Un cuerpo que nunca puede envejecer, nunca puede
decaer o morir.
Hebreos 1:3 …habiendo
efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se
sentó a la diestra de la Majestad en las alturas.
Hebreos 10:12 pero
Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por
los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios.
Nuestro Señor Jesús purificó
todos nuestros pecados. ¡Él fue el sacrificio perfecto que pagó por el perdón
de todos nuestros pecados para siempre! El enemigo siempre intentará hacer que
nos enfoquemos en nosotros mismos, en nuestra carne y en los errores que
cometemos. En lugar de condenarnos a nosotros mismos, debemos ser conscientes
de que nuestros pecados ya han sido llevados por la sangre de Jesús y
que somos aceptados por el Padre y estamos cerca de Él en el Lugar Santísimo.
Esta es la mejor manera
de superar los hábitos o comportamientos pecaminosos que aún podemos ver en
nosotros mismos: tener la mentalidad de que nuestros pecados han sido
perdonados y estamos en la presencia amorosa de Dios.
Hebreos 4:16 Acerquémonos,
pues, confiadamente (“con denuedo” KJV) al trono de la gracia, para
alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.
Muchos a menudo
malinterpretan este versículo para decir que necesitamos hacer nuestro camino
hacia Dios, una perspectiva que hace que Dios parezca estar muy lejos de nosotros.
Pero cuando leemos este versículo en su contexto, vemos cómo esto en realidad
fue escrito a los hebreos incrédulos en ese momento, razón por la cual se usó
la palabra “acerquémonos”. Sin embargo, como creyentes hoy, ya estamos cerca
de Dios como los muchos miembros del cuerpo de Cristo (1 Corintios 12:12–13).
¿Te identificas con lo
que ves o con quien Dios dice que eres?
Hebreos 9:12 Y no por
sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre,
entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna
redención.
Por la obra consumada de
nuestro Señor Jesús, hemos sido perfeccionados (Hebreos 10:14) y hechos justos
(Romanos 5:17). Dios no nos imputará
pecado porque ya le fue imputado a Jesús en la cruz (Rom. 4:8).
Hebreos 10:17 añade: Y nunca
más me acordaré más de sus pecados y transgresiones.
“Nunca más”: esto
implica que hubo un tiempo en el Antiguo Testamento cuando Dios se acordaba de
los pecados del hombre porque estaban bajo la ley. ¡Pero hoy, bajo el nuevo pacto
de gracia, Dios ya no lleva más un registro de nuestros errores porque nuestra
justicia y perdón se basan en lo que hizo nuestro Señor Jesús!
Cuando aceptamos a Jesús
como nuestro Señor y Salvador, Dios nos acepta no por misericordia sino por
justicia. Al aceptarnos, Él demuestra Su justicia. Él es justo al hacer justo
al pecador (Rom. 3:26).
1 Juan 4:17 …pues como
él es, así somos nosotros en este mundo.
¡Esta es nuestra realidad
hoy!
Sin embargo, muchos de
nosotros no nos identificamos con Cristo y nos identificamos con nuestros
problemas. Aceptamos lo que atravesamos físicamente como nuestra realidad. Por
ejemplo, damos más peso a lo que nos dice nuestro informe de salud que a lo que
la Biblia nos dice sobre la salud de Jesús.
Con Dios, las cosas que
están en el ámbito físico (como las cosas que podemos ver y tocar) son
temporales, mientras que las cosas en el ámbito espiritual son eternas (2
Corintios 4:18). Esto incluye quiénes somos en Cristo. Nuestros cuerpos
actuales y lo que experimentamos en ellos es temporal. ¡Cuando nuestro Señor
Jesús regrese por nosotros nuevamente, tendremos un nuevo cuerpo glorificado
sin enfermedades ni anormalidades!
Necesitamos
identificarnos con nuestro Señor Jesús. En este momento, nos
identificamos con nuestro Señor Jesús en fe. Algunos podrían pensar que la fe
no es “real” ya que no podemos ver las cosas que son de la fe. Sin embargo, el
ámbito espiritual donde operamos con fe, es más real que el ámbito físico. ¡La
Biblia nos dice que la fe es la evidencia o sustancia de las cosas que no se
ven (Hebreos 11:1)!
Ve resultados poderosos
en tu vida cuando eliges la fe sobre los sentimientos
Identificarnos con el
Señor comienza con vernos como Dios nos ve. Hoy cuando Dios nos mira, no ve
pecado en nosotros porque Sus ojos están puestos en la sangre de Jesús, el pago
por nuestro perdón.
Aquí es donde entra la
fe: mira, cree que la parte de ti que le gusta pecar (la carne) fue consumada
en la cruz de Jesucristo.
Rom. 6:6 sabiendo esto,
que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo
del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado.
Esto no significa que no
experimentemos el pecado. Pero incluso durante los momentos en que sentimos que
nuestra carne o impulsos de pecar se levantan, podemos estar seguros de que
Dios ve esta parte de nosotros como muerta porque se terminó en la cruz. ¡Es
importante para nosotros tomar esta posición en vez de basar nuestra realidad
en nuestros sentimientos!
Cuando sientas impulsos
pecaminosos, simplemente reconócelos como remanentes de la carne que ya se fue.
Al igual que todavía puedes sentir el movimiento de las olas después de bajar
de un crucero, aún puedes sentir los sentimientos restantes de la carne. ¡Pero
no dejes que eso te engañe haciéndote pensar que todavía estás en la carne! ¡Tú
no lo estas!
No vives en la carne sino
en el Espíritu (Rom. 8:9). Tus sentimientos carnales no son un reflejo de quién
eres realmente. ¡Identifícate con el verdadero tú con el que Dios te
identifica! Cuando Jesús murió en la cruz, nos representó y murió como un
substituto por nosotros. Así que cuando Dios lo resucitó de entre los muertos,
también nos resucitó a nosotros de entre los muertos sin la carne.
Podemos vencer el pecado
y vivir victoriosamente cuando nos mantenemos firmes en nuestra posición en
Cristo. Cuando somos conscientes de nuestra posición correcta y aceptación ante
Dios, podemos lidiar con nuestros pecados en la presencia amorosa de nuestro
Padre en lugar de huir de Él con miedo.
Hebreos 10:17–19 añade: Y
nunca más me acordaré de sus pecados y transgresiones. Pues donde hay remisión
de estos, no hay más ofrenda por el pecado. Así que, hermanos, teniendo
libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo,
por
el camino nuevo y vivo que él nos abrió a
través del velo, esto es, de su carne.
Cuando Adán cayó, todo lo
que él hizo se convirtió en nuestro destino. Del mismo modo, debido a que Jesús
es el segundo Adán, todo lo que Él tiene, ¡nosotros también lo tenemos! Ya que
Él está hoy en el Lugar Santísimo a la diestra del Padre, ¡ahí es donde estamos
nosotros también! Ya estamos en el Lugar Santísimo. Estar en el Lugar
Santísimo significa que siempre estamos en la presencia de Dios, siempre
aceptados y amados.
Cuando te das cuenta de
que siempre eres aceptado, amado, justo en Cristo y estás siempre en la
presencia de Dios, tú puedes juzgar tu pecado.
1 Juan 5:6 Y el Espíritu
es el que da testimonio; porque el Espíritu es la verdad.
El Espíritu Santo sólo
puede dar testimonio con la verdad de Dios. A veces, podemos encontrar que
nuestras oraciones no son respondidas porque no están alineadas con la verdad
de Dios, por ejemplo, oramos como si estuviéramos lejos de Dios. Esto no es
verdad y el Espíritu Santo no puede dar testimonio con una mentira.
Cuando oramos “en el
nombre de Jesús”, no estamos usando estas palabras como una fórmula mágica.
Orar “en el nombre de Jesús” en realidad significa orar en la posición de
Jesús, ¡sentado a la diestra del Padre!
Tener fe no se trata de
creer en la existencia de algo que no es real. La fe es sustanciar lo que ya es
verdad y está presente en el reino del Espíritu. Es actuar sabiendo que Dios está
cerca, sabiendo que Dios está escuchando cada oración y que todos tus pecados han
sido perdonados.
TUS SENTIMIENTOS PUEDEN
FLUCTUAR PERO TU IDENTIDAD EN CRISTO ES CONSTANTE: ERES ACEPTADO Y ESTÁS EN LA
PRESENCIA DE DIOS SIEMPRE.
Solo cuando conoces esta verdad puedes hacer morir las obras pecaminosas del cuerpo. La revelación viene antes que la acción.
Dios peleará tus batallas
por ti mientras descansas en Él
Volviendo a la hambruna
que experimentó Abraham (Gén. 26:1), esta es un retrato de una hambruna
relacionada con nuestros tiempos, un tiempo en el que Rusia es prominente.
Puede que algunos de
nosotros estemos muy preocupados por lo que sucederá en el futuro cercano con
respecto a Rusia. El profeta Ezequiel nos da una idea de esto y nos da seguridad
para nuestros tiempos.
En su profecía, Ezequiel
predijo una guerra que ocurriría más allá de nuestro tiempo.
Ezequiel 38:1-3 Vino a mí
palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, pon tu rostro contra Gog en
tierra de Magog, príncipe soberano de (“Rosh”), Mesec y Tubal, y
profetiza contra él, y di: Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí, yo estoy
contra ti, oh Gog, príncipe soberano de Mesec y Tubal.
“Gog”:
si bien esta palabra se traduce como montaña, la etimología de “Gog” significa
expansión.
“Magog”:
la raíz de la palabra “Magog” significa extensión.
“príncipe de Rosh, Mesec
y Tubal”: “Rosh” se refiere a Rusia, Mesec es Moscú y Tubal es
Tobolsk en Rusia.
Esta profecía nos asegura
que en nuestro tiempo no habrá una gran guerra nuclear que acabe con la
humanidad. Esto se debe a que Ezequiel 38 aún no ha sucedido, por lo que no
puede llegar todo a su fin. Ezequiel 38 termina con la victoria de Dios sobre
las naciones que vienen contra Israel.
Una excelente manera de prepararnos para los tiempos que estamos
viviendo es estudiar las profecías bíblicas para que no nos alarmemos por lo
que está sucediendo.
En las próximas semanas,
el Pastor Prince continuará compartiendo cómo podemos prepararnos en este
tiempo de hambruna. Estas verdades solo pueden ser beneficiosas para nosotros
cuando primero estamos establecidos en nuestra identidad en Cristo: como hijos
de Dios en el Lugar Santísimo, aceptados para siempre, perfeccionados para
siempre, con una conciencia limpia.
Todo lo natural puede
decirte que nada ha cambiado y que eres la misma persona con los mismos
hábitos. Pero lo importante es lo que Dios ve y dice de ti que estás en Cristo,
sentado a Su diestra.
Salmo 110:1 Siéntate a
mi diestra,
hasta que ponga a
tus enemigos por estrado de tus pies.
“Siéntate”: esta es una postura de
descanso.
Cuando surja un nuevo
problema o dificultad, descansa. Siéntate y agradece al Padre por lidiar con
ello. ¡Nuestra parte es trabajar para entrar en Su reposo (Hebreos 4:11)!
Esta semana, practica
esto: recuerda quién eres y descansa. Cuando ores, se consciente de que estas
cerca de tu Padre celestial. Estás en el Lugar Santísimo. No se trata de qué
tan alto o bajo, de qué tan fuerte o bajo ores. Él te escucha.
Oración de salvación
“Padre Celestial,
confieso que Jesucristo es mi Señor, mi Salvador. Te agradezco que Cristo llevó
mis pecados en esa cruz en Su propio cuerpo. Murió, y esa fue mi muerte. Yo
morí con Él. Y cuando lo resucitaste de entre los muertos, me resucitaste en
él. Y hoy, Jesucristo está vivo, sentado a Tu diestra, y ahí es donde Tú también
me has sentado. Jesucristo es mi Señor y mi Salvador. Gracias Padre. Te amo
porque Tú me amaste primero. Amén.”
Oración final
“Esta semana que viene,
Dios les dé el Espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de Él,
alumbrando los ojos de su entendimiento, para que sean fortalecidos con todo
poder según el poder de Su gloria, para toda perseverancia y paciencia con gozo.
Dios los fortalezca para que habite Cristo por la fe en sus corazones, para que
conozcan las riquezas de la gloria de Su herencia en los santos, y la supereminente
grandeza del poder de la resurrección que resucitó a Cristo de entre los
muertos. En el nombre de Jesús, amén”.
POSEE LA PALABRA
(aplicación de vida)
¿Tus sentimientos te
están mintiendo?
“Siempre me equivoco. Nunca soy lo suficientemente bueno”.
“Han pasado muchos años.
Nunca saldré de este mal hábito”.
“Mi matrimonio es un
desastre y no hay forma de arreglarlo”.
“Con la economía como
está, me espera un momento difícil”.
“Esta enfermedad es
hereditaria. Es simplemente mi destino en la vida”.
“Cuando oro…Dios se
siente tan lejos”.
Cuando la adversidad nos golpea
y nuestras emociones se levantan dentro de nosotros, es fácil dejar que definan
cómo vemos nuestras circunstancias y, lo que es más importante, a nosotros
mismos. Muy a menudo, terminamos viéndonos atrapados, impotentes, inadecuados y
sin ayuda. Y una vez que nos
identificamos de esta manera, no podemos evitar responder a nuestros desafíos
desde una posición de derrota.
Por eso es tan importante
saber que nuestros sentimientos no siempre dicen la verdad. Lo único en lo que
podemos confiar para ser verdaderos y permanecer fieles en cada situación y
temporada es la Palabra de Dios.
Y la Palabra de Dios nos
dice que la obra consumada de Jesús en la cruz nos ha puesto en una posición de
victoria, donde somos justos en Cristo, completamente aceptados y amados por
nuestro Padre celestial, bajo un cielo abierto de Sus bendiciones y
provisiones, cerca de Él, y siempre con la disponibilidad de pedir Su ayuda en
tiempos de necesidad!
Cuando eliges creer esta
verdad inmutable, estás eligiendo la fe sobre los sentimientos. ¡Y así es como
comienzas a caminar en la victoria y los avances que Dios tiene para ti!
Entonces, esta semana,
aunque parezca que nada ha cambiado porque sigues siendo la misma persona con
las mismas luchas... comienza a verte a ti mismo de manera diferente.
¡Identifícate con lo que la Palabra de Dios y la obra consumada de Jesús dicen
sobre ti, y afronta cada día y cada desafío desde una posición de victoria!
SUGIERO LAS
ENSEÑANZAS “¿QUÉ SIGNIFICA ESTAR MUERTO AL PECADO?:
Comentarios
Publicar un comentario