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GUIADO POR EL ESPÍRITU - UNA LÁMPARA A MIS PIES Por Tony y Cindy Barbera

Por Tony y Cindy Barbera
Extraído del Blog “In the Heavenlies”: http://seatedintheheavenlies.com/
Traducción: Claudia Juárez G.

Lucas 4:1 Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán, y fue llevado por el Espíritu al desierto.

 “¿Será que algunos de nosotros (tal vez por causa de nuestro profundo amor y reverencia genuinos a la Biblia), hemos sido por error inducidos a creer que la Palabra de Dios es únicamente el contenido de la Santa Biblia? Pero, ¿acaso las palabras que Dios habla directamente a nosotros por medio de su espíritu son menos que su Palabra escrita?

Hebreos 1:2 En estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo.

Permítanos ser claros acerca de esto para no tener un error en nuestro entendimiento. Nosotros amamos profundamente la Palabra de Dios, las Sagradas Escrituras. La Biblia es nuestra principal fuente de la verdad, nuestro manual de la vida. En este manual se nos instruye a que aquellos que confesamos a Jesús como nuestro Señor, podemos hablar con nuestro Creador ahora por medio del espíritu de Cristo dentro de nosotros, y también que Él puede hablar con nosotros. El ámbito de nuestra existencia es ahora lo sobrenatural en Su presencia. En consecuencia, se nos alienta constantemente a tener una relación con Dios, y a caminar por el espíritu de Dios permitiendo que Él dirija nuestro caminar.

1 Juan 4:13 En esto conocemos que permanecemos en él, y él en nosotros, en que nos ha dado de su Espíritu.

Entonces, ¿la Biblia es menos importante o de menor valor, ahora que podemos hablar directamente con nuestro Padre celestial? ¡No! ¡Y mil veces no! Lo que Dios, el Creador nos habla ahora es de igual valor, a lo que Él ha escrito.

Mateo 4:4 Él respondió y dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”.

Nuestra conexión con Dios es el espíritu de Cristo dentro de nosotros; esta conexión es directa. Tú y yo podemos recibir directamente la palabra o palabras de Dios por medio del Espíritu de Dios. No hay velo o separación. Por lo tanto, si Dios nos habla y nos pide, por medio de su palabra hablada, hacer algo (una asignación) si así lo quieres, entonces lo harás. Muchas veces la revelación viene directamente a través del conocimiento de las Escrituras. Una escritura en particular (integrada en nuestra memoria) puede ser la respuesta exacta que necesitas, a la vez que Dios nos inspira con Su Palabra viva.

Juan 1:1En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.

Debemos Andar Por El Espíritu

Debemos andar por fe, y no por vista, caminar por el espíritu y no por nuestros cinco sentidos. Debido a que somos una nueva creación, que nunca antes había existido hasta que Cristo se formó en nosotros (el día en que nacimos de nuevo), este "nuevo hombre" está diseñado para caminar y hablar con Dios por el espíritu. La Palabra de Dios revelada a ti por medio del espíritu, no es menos válida, importante y oportuna que la Santa Biblia. Simplemente piensa de nuevo. ¿Estaba el Nuevo Testamento a disposición de Jesús durante su ministerio? No, no lo estuvo. Indiscutiblemente, que él conocía a perfección el Antiguo Testamento, caminó con Dios, hablaba con Dios, y siempre hizo la voluntad del Padre.

Juan 12:49-50 Porque yo no he hablado por mi propia cuenta; el Padre que me envió, él me dio mandamiento de lo que he de decir, y de lo que he de hablar. Y sé que su mandamiento es vida eterna. Así pues, lo que yo hablo, lo hablo como el Padre me lo ha dicho.

Jesús habló las palabras que Dios el Padre le dio para hablar. Las palabras dadas a Jesús para hablar con el mundo, se escribieron después en los evangelios. Todo es la Palabra de Dios, y mientras tú y yo hablamos en nombre de nuestro Padre Celestial, nosotros también estamos hablando la Palabra de Dios. Dios es capaz de proporcionarnos al máximo todo lo que necesitamos, y lo hace a través de proporcionar información muy específica (revelación) para  nosotros en el momento justo, para que podamos operar en Su nombre y llevar a cabo Sus deseos. Las palabras de Dios en la Biblia van mano a mano con las palabras de Dios de Su espíritu: Cristo en ti, la esperanza de gloria.

¡La Palabra de Dios es el Fundamento para la verdad!

Con todo, sin lugar a dudas, las Escrituras nunca estarán en contraposición con la revelación de Dios dada a nosotros por el espíritu. La una complementa y confirma la otra. Algunos podrían decir: "Bueno, estas eran cartas para las primeras iglesias. No había Nuevo Testamento cuando los apóstoles comenzaron a moverse con las cosas de Dios, después de que Jesús había muerto". Esto es cierto, sin embargo, no le tomó mucho tiempo a Dios tener el Nuevo Testamento elaborado por sus escritores: los santos hombres de Dios que fueron movidos por el espíritu santo. Mientras guardamos la Palabra en nuestros corazones, Dios es capaz de traernos a la mente las mismas escrituras que necesitamos para una situación específica.

Efesios 3:5 Misterio que en otras generaciones no se dio a conocer a los hijos de los hombres, como ahora es revelado a sus santos apóstoles y profetas por el Espíritu.

¿De quién eran las palabras que Jesús habló en Juan 12:49-50?

Juan 12: 49-50 Porque yo no he hablado por mi propia cuenta; el Padre que me envió, él me dio mandamiento de lo que he de decir, y de lo que he de hablar. Y sé que su mandamiento es vida eterna. Así pues, lo que yo hablo, lo hablo como el Padre me lo ha dicho.

Jesús habló las palabras que Dios su Padre le dio para hablar. Las palabras le fueron dadas a Jesús, y él las habló al mundo. Estas palabras fueron pronto registradas en los evangelios por cuatro de sus discípulos más cercanos, de primera mano, por testigos oculares. Sin lugar a dudas, el Autor es Dios, y Él inspiró a sus santos hombres a hablar y a escribir. Las buenas nuevas de Jesús fueron dadas al mundo, para que podamos conocerle, y saber que él vino de Dios el Padre. Podrías decir: "!Bueno, así fue con Jesús, no con nosotros!" Nosotros respondemos: "Hemos sido comisionados para seguir los pasos del Cristo resucitado en la tierra. Todo lo podemos en Cristo que nos fortalece".

Juan 14: 12 De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre.

Enseñanza, Predicación e Inspiración

La enseñanza y la predicación no son lo mismo. Ellas comparten cualidades. Ambas entregan un mensaje, pero lo hacen de una forma única. En realidad, la gente comparte la Palabra de Dios de distintas maneras. Algunos aman simplemente predicar la Palabra, a otros les encanta enseñar. (Planear sus enseñanzas. Meditar sobre el tema o argumento). Algunos pueden ser expertos en ambas. Ninguno es mejor, o más avanzado espiritualmente que el otro. (Obviamente, ambas situaciones requieren que la persona sea inspirada por Dios). ¡De cualquier manera pueden servir de una función diferente dependiendo de la situación, o de las necesidades y el hambre espiritual, o de la madurez (o falta de ella) de los oyentes!

Ahora vamos a hacer una digresión o paréntesis por un momento. Algunos recientemente, han sugerido que es mucho mejor compartir la Palabra de Dios sin haber pensado lo que va a ser enseñado. De esta manera, a la manera de pensar de algunos, el mensaje se hace espiritualmente más vibrante, no contaminado, y de interés inmediato para las necesidades espirituales en ese momento. Tal vez se apunta a la declaración de Pedro en el día de Pentecostés. Él sólo se puso de pie, predicó la Palabra, y  alrededor de 5.000 personas creyeron. Sin pretender entrar en una definición formal de las diferencias entre la predicación y la enseñanza, (hay muchas palabras griegas que desearíamos tener en cuenta), el uso común y la práctica puede sugerir que la predicación ocurre en una forma menos pensada o preconcebida. Y puede involucrar cualquier número de personas a las que se les predica. Pueden ser una o miles de personas. Se trata de un momento inspirado, caminando con Dios en la situación. Pero tenemos que decir: sólo la persona misma sabe lo mucho que pudo haber meditado en algo y hablado con Dios sobre el tema previamente.

La enseñanza suele ser pensada, planificada y quizá meditada sobre un evento, donde tú estás profundizando en la Palabra de Dios de una manera estructurada. En la enseñanza hay el despliegue de una idea, o cualidades de la vida de una persona, o cualquier número de cosas fantásticas. El punto relevante es: la enseñanza o la predicación se pueden producir en múltiples formas diferentes. Puedes predicar a una persona, o puedes enseñar a una persona. Por otra parte, es posible, que puedas ser inspirado (meditación profunda) en el transcurso de días, semanas o incluso meses para escribir o enseñar, para sacar a la luz gran comprensión espiritual.

El punto que nos gustaría destacar es este: Una no es mejor que la otra. La predicación no es mayor que la enseñanza o la enseñanza que la predicación, son simplemente diferentes. Dios trabaja con cada miembro del cuerpo de forma individual. Cada medio para compartir la Palabra requiere de caminar por el espíritu para que sea realmente útil. No deberíamos considerar relevante la forma en cómo Dios se comunica a través de nosotros, es más importante lo que Él hace.

Isaías 55:11 Así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié.

La Predicación No Es Mayor Que La Enseñanza, Simplemente Son Diferentes

La Palabra de Dios ha estado, está y siempre estará con Dios. Dios creó todas las cosas en el principio por medio de su Palabra. Su Palabra fue hablada a los patriarcas. Moisés dijo que la Palabra de Dios estaba en los corazones y las bocas de los hijos de Israel; esta misma Palabra vino a los profetas. Dios envió su Palabra a la tierra en la forma humana de su Hijo, Jesucristo, que predicó esa Palabra, quien vivió y murió en la cruz y resucitó para vida eterna. El primogénito de entre muchos hermanos.

Juan 12:49, 50 Porque yo no he hablado por mi propia cuenta; el Padre que me envió, él me dio mandamiento de lo que he de decir, y de lo que he de hablar. Y sé que su mandamiento es vida eterna. Así pues, lo que yo hablo, lo hablo como el Padre me lo ha dicho.

Cabe destacar que hay muchos tipos diferentes de personas en el Cuerpo de Cristo (el Cuerpo de Cristo es lo que Dios llama la iglesia del cuerpo en la actualidad). ¡Cristo es la cabeza! De una forma maravillosa, Dios dio a la iglesia cinco dones de ministerio: habilidades especiales a los hombres y mujeres que sirven al pueblo de Dios específicamente para el perfeccionamiento de los santos. (Sí, en caso de que lo dudes, Dios se refiere a ti como un santo. Lo sé, es difícil de creer).

Los Cinco Dones de Ministerio

Apóstoles: Son aquellos que traen nueva luz a su generación.

Profetas: Son aquellos que hablan de parte de Dios, prediciendo lo que ocurrirá si el pueblo de Dios escucha, o no lo escuchan a Él; o prediciendo Palabras de Dios, comunicadas a su pueblo para un propósito específico en un momento dado.

Evangelistas: Son aquellos que ganan gente para Cristo, anunciando las buenas nuevas por medio de predicar y dar testimonio de la bondad de Dios y de lo que está disponible para ellos.

Pastores: Aquellos que continuamente instruyen y cuidan a la gente de Dios.

Maestros: Aquellos que enseñan adecuadamente la exactitud e integridad de la Palabra de Dios al pueblo de Dios, para traer un entendimiento más profundo de Su Palabra y Su voluntad en sus vidas.

Efesios 4:11-16 Y ÉL MISMO constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros,  a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error, sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor.

Tu palabra es una lámpara a mis pies y lumbrera a mi camino

Dios nos dio su Palabra escrita, la cual cuando es enseñada y creída en forma clara y precisa, es nuestra norma para la verdad, así, no vamos a ser engañados por los falsos maestros. Él nos dio su espíritu para caminar con Él momento a momento. Nos corresponde, como hijos suyos, tomar el tiempo en nuestras vidas para hilar y guardar Su Palabra en lo más profundo de nuestros corazones, lo cual beneficiará nuestra vida entera, mientras el espíritu de Dios en nosotros puede traer a nuestra memoria la escritura correcta, o concepto Divino, en el momento adecuado. Y así ya no seremos zarandeados o llevados por doquier.

Nosotros permitimos a Dios que nos enseñe y guie mientras leemos y estudiamos Su Palabra y somos guiados por el espíritu. Estudiar no es sólo la lectura del libro, o materiales de estudio, sino también meditar sobre ella, digerirla hasta que se convierte en una parte permanente de nuestro ser. Es Dios Quien ilumina los ojos de nuestro entendimiento. Dios quiere que sepamos sin lugar a duda, lo que nos está enseñando.

Salmos 119:105 Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino.

Esto viene simplemente mientras comenzamos a caminar con él en los pasos de nuestro hermano Jesucristo, momento a momento, día tras día, siendo guiados por el espíritu. Entonces comenzamos a desarrollar confianza en que Dios trabaja dentro de nosotros: el produce el querer como el hacer por su buena voluntad. ¡El espíritu llega a ser nuestra naturaleza misma sin ningún tipo de estrés o tensión! Las palabras de la Palabra de Dios comienzan a reemplazar a los viejos pensamientos e ideas que se levantan sobre el conocimiento de Dios. Siendo guiados por el espíritu y permitiendo que la Palabra de Dios, escrita y hablada, nos guíe, se iluminará nuestro camino, nos hará brillar como luces resplandecientes en este mundo de tinieblas.

Con gran gozo, sirviendo amorosamente contigo en el Cuerpo de Cristo,

Tony y Cindy Barbera

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