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Génesis 1-3 EN LENGUAJE CONTEMPORÁNEO

¡Qué hermoso y preciado Tesoro es, para aquellos que amamos a Dios y Su Verdad, las Sagradas Escrituras! ¡Ellas son tan ricas! ¡Una fuente inagotable de sabiduría que nos permiten conocer al Dios Vivo y verdadero, al Creador de todo! Cuando buscamos a Dios, a Su conocimiento y sabiduría en ella, las palabras simplemente saltan, cantan, brillan hermosas brindándonos los más bellos paisajes y luz a nuestro entendimiento. ¡Qué riqueza inagotable contiene la maravillosa e incomparable Palabra de Dios!!!

Hay muchas cosas bellísimas que apreciar en esta sección de las Sagradas Escrituras, pero sobre todo podemos contemplar el estado tan lastimoso en que quedó la Tierra y el ser humano después de la caída de Adán. Y al ver esto, ¡brilla hermosa y refulgente La Redención que hemos recibido de nuestro precioso Salvador Jesucristo! ¡A DIOS SEA LA GLORIA!!!

Proverbios 24:13 Come, hijo mío, de la miel, porque es buena, Y el panal es dulce a tu paladar. Así será a tu alma el conocimiento de la sabiduría; Si la hallares tendrás recompensa, Y al fin tu esperanza no será cortada.

¡Dios los bendiga!
Con amor en Cristo,
Claudia Juárez Garbalena


Génesis 1-3 EN LENGUAJE CONTEMPORÁNEO
De la versión en inglés “The Message” (“El Mensaje”)
(MSG)



El Cielo y la Tierra
1:1- 2 Primero sucedió esto: Dios creó los Cielos y la Tierra, todo lo que ves, y todo lo que no ves. La Tierra era un caos, un vacío sin fondo, una negra oscuridad. El Espíritu de Dios daba vueltas como un pájaro por encima del abismo acuoso.

3-5 Y Dios habló: "! Que sea la Luz!"
Y la luz apareció.
Y vio Dios que la luz era buena
Y separó la luz de la oscuridad.
Dios llamó a la luz Día,
Y llamó a la oscuridad Noche.
Transcurrió una tarde y una mañana
 Fue el Día uno.

6-8 Dios habló: “! Que haya Cielo en el medio de las aguas!
¡Sepárense el agua del agua! "
 Y Dios hizo el cielo.
 Él separó el agua debajo del cielo
 Del agua que está por encima del cielo.
 Y fue así:
 Él nombró cielo al Firmamento;
 Transcurrió una tarde y una mañana
 Fue el Día Dos.

9-10 Dios habló: “! Sepárate
Agua que estás debajo del Cielo, y reúnanse en un solo lugar!
Suelo, ¡aparece!”
Y el suelo apareció.
Dios llamó al terreno sólido Tierra.
Y llamó al agua acumulada Océano.
Y vio Dios que era bueno.

11-13 Dios habló: “Tierra, ¡tíñete de verde! Que crezcan todas las variedades
De plantas con semilla,
Y muchas especies de árboles frutales”.
Y así fue.
Tierra produce plantas verdes con semilla,
De todas las variedades,
Produce árboles frutales y árboles de todo tipo.
Y vio Dios que era bueno.
Transcurrió una tarde y una mañana
Fue el Día Tres.

14-15 Dios habló: “¡Luces! ¡Salgan!
 ¡Brillen en el Firmamento!
 Separando el Día de la Noche.
 Señalando las estaciones y los días y los años,
 Brillen en el Firmamento para alumbrar a la Tierra”.
 Y fue así.

16-19 Dios hizo dos grandes luceros, el más grande
Para hacerse cargo de Día,
El más pequeño para estar a cargo de la Noche;
E hizo las estrellas.
Dios las puso en la bóveda celeste
Para iluminar la Tierra
Y dirigir el Día y la Noche,
Para separar la luz y la oscuridad.
Y vio Dios que era bueno.
Transcurrió una tarde y una mañana,
 Fue el Día Cuatro.

20-23 Dios habló: “! Cólmate, Océano, de pescados y de toda vida marina!
¡Pájaros, vuelen por el cielo sobre la Tierra!”
También Dios creó las grandes ballenas,
Y una multitud de vida en las aguas,
Y todo tipo y especie de las aves que vuelan.
Y vio Dios que era bueno.
Dios los bendijo: “! Prosperen! ¡Reprodúzcanse! ¡Llenen  el Océano!
Aves, ¡reprodúzcanse en la tierra!”
Transcurrió una tarde y una mañana,
Fue el Día Cinco.

24-25 Dios dijo: “! Tierra, genera vida! De toda especie y clase:
Ganado y reptiles y animales salvajes, de todo tipo”.
Y fue así:
Llegaron a existir animales salvajes de todo tipo,
Ganado de todo tipo, toda clase de reptiles y de insectos.
Y vio Dios que era bueno.

26-28 Dios habló: “Hagamos seres humanos a nuestra imagen, hagámoslos para que
Reflejen nuestra naturaleza
Y así puedan ser responsables de los peces del mar,
De las aves del cielo, del ganado,
Y, sí, de la Tierra misma,
Y de todo animal que se mueve sobre la faz de la Tierra”.
Dios creó a los seres humanos;
Los creó en forma divina, celestial, con poder,
Reflejando la naturaleza de Dios.
Él los creó hombre y mujer.
Y Dios los bendijo:
“¡Prosperen! ¡Reprodúzcanse! ¡Llenen la Tierra! ¡Háganse cargo de todo!
Sean responsables de los peces en el mar y los pájaros que cruzan el aire,
Y de todas las bestias que se mueven sobre la faz de la Tierra”.

29-30 Entonces Dios dijo: “Yo les he dado
Toda especie de planta con semilla, que está sobre la Tierra
Y toda clase de árboles frutales,
Se las he dado para comer.
Para todos los animales y todas las aves,
Para todo lo que se mueve y respira,
Les doy todo lo que crece de la tierra para comer”.
Y fue así.

31 Dios miró todo lo que había hecho;
Y era tan bueno, ¡tan, tan bueno!
Transcurrió una tarde y una mañana,
Fue el Día Seis.

2:1 Y así el cielo y la tierra fueron acabados,
Hasta en el más mínimo detalle.

2-4 Para el séptimo día
Dios ya había terminado Su trabajo.
En el séptimo día
Él reposó de toda Su obra.
Dios bendijo el séptimo día.
Lo hizo un Día Santo
Porque en ese día descansó de Su obra,
Toda la creación Dios la había concluido.
Esta es la historia de cómo empezó todo,
Del Cielo y de la Tierra cuando fueron creados.

Adán y Eva
5-7 A mismo tiempo que Dios hacía la Tierra y el Cielo, antes de que cualquier pasto o arbusto hubiese brotado de la tierra, pues Dios aún no había hecho llover sobre la Tierra, ni había nadie ahí para trabajar los campos (por cierto que la Tierra entera fue regada a través de manantiales subterráneos), Dios formó al Hombre del polvo de la tierra y sopló en su nariz aliento de vida. El hombre cobró vida, ¡fue un alma viviente!

8-9 Entonces Dios plantó un jardín en el Edén, al oriente. Él puso al Hombre que acababa de hacer en él. Dios hizo todo tipo de árboles que crecen de la tierra, árboles hermosos a la vista y buenos para comer. El Árbol de la Vida estaba en medio del jardín, y también el Árbol del Conocimiento del Bien y del Mal.

10-14 Y un río fluía del Edén para regar el jardín y desde allí se dividía en cuatro ríos. El primero se llama Pisón, y fluye a través de Havila, donde hay oro. El oro de esta tierra es bueno. Esta tierra también es conocida por una suave esencia a resina y por el ónice. El segundo río se llama Guihón, y fluye a través de la tierra de Cus. El tercer río se llama Tigris y corre al oriente de Asiria. Y el cuarto río es el Éufrates.

15 Dios tomó al Hombre y lo puso en el huerto de Edén, para que labrase la tierra y para mantenerla en orden.

16-17 Dios ordenó al hombre: “Puedes comer de todos los árboles del jardín, excepto del Árbol del Conocimiento del bien y del mal. No comas de él. Porque en el momento en que comas de ese árbol, estarás muerto”.

18-20 Dios dijo: “No es bueno que el hombre esté solo; le haré un ayudante, para que tenga compañía”. Entonces Dios formó del polvo de la tierra a todos los animales del campo y a todas las aves del cielo. Él los llevó al Hombre para ver qué nombre les pondría. El nombre que el Hombre puso a los animales vivientes, ese es su nombre. El Hombre le dio nombre al ganado, les dio nombre a las aves del cielo, les dio nombre a los animales salvajes, pero él no encontró una compañía adecuada.

21-22 Entonces Dios puso al hombre en un profundo sueño. Mientras dormía le quitó una de sus costillas y la reemplazó con carne. Dios entonces usó la costilla que había tomado del Hombre para hacer a la Mujer y la presentó al Hombre.

23-25 ​​El Hombre dijo:
“¡Por fin! ¡Hueso de mis huesos,
Carne de mi carne!
Y la llamó Mujer
Pues ella fue hecha del hombre”.
Por eso el hombre deja a su padre y a su madre y recibe, acoge en sus brazos a su esposa. Llegan a ser una sola carne.
Los dos, el Hombre y su Mujer, estaban desnudos, pero no se sentían avergonzados.

3:1 La serpiente era astuta, más astuta que cualquier animal salvaje que Dios había hecho. Ella habló a la Mujer: “Tengo entendido que Dios les dijo que no comieran de ningún árbol del jardín, ¿verdad?”

2-3 La mujer dijo a la serpiente: “No, en lo absoluto. Podemos comer de los árboles del jardín. Es sólo sobre el árbol en medio del jardín que Dios dijo: “No coman de él, ni siquiera lo toquen o algún día morirán”.

4-5 La serpiente dijo a la Mujer: “No van a morir. Dios sabe que en el momento que coman de ese árbol, verán realmente como son las cosas. ¡Van a ser como Dios!, sabiéndolo todo, viendo el horizonte de todo el camino del bien al mal”.

6 Cuando la Mujer vio que el árbol parecía bueno para comer y se dio cuenta lo que iba a obtener de ello -¡ella iba a saberlo todo!- tomó y comió el fruto y luego dio a probar a su marido, y él también comió.

7 E inmediatamente ambos “vieron cómo son realmente las cosas”-¡se vieron a sí mismos desnudos! Entonces cosieron hojas de higuera, como ropa improvisada para vestirse.

8 Cuando oyeron el sonido de Dios paseando en el jardín en la brisa de la tarde, el Hombre y su Mujer se escondieron entre los árboles del jardín, ¡se escondieron de Dios!

9 Y Dios llamó al Hombre: “¿Dónde estás?”

10 Él dijo: “Te escuché en el jardín y tuve miedo, porque estaba desnudo. Y me escondí”.

11 Dios dijo: “¿Quién te dijo que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol de que te dije que no comieras?”

12 El Hombre dijo: “La Mujer que me diste como compañera, ella me dio del fruto del árbol, y, sí, comí de él.”

Dios dijo a la Mujer: “¿Qué has hecho?”

13 “La serpiente me sedujo”, dijo ella, “y yo comí”.

14-15 Dios dijo a la serpiente:

            “Porque has hecho esto, eres maldita,
            Maldita más que todo el ganado y que los animales salvajes,
            Maldita serás escabulléndote en tu vientre
            Y comiendo tierra toda tu vida.
            Estoy declarando la guerra entre ti y la mujer,
            Entre tu simiente y la de ella.
            Esa simiente te herirá en la cabeza,
            Y tu le herirás en el talón”.

16 Él le dijo a la mujer:

            “Multiplicaré tus dolores de parto;
            Vas a dar a luz a tus bebés con dolor.
            Tú querrás complacer a tu marido,
            Pero él se enseñoreará de ti”*.

17-19 Él le dijo al hombre:

            “Por haber escuchado a tu mujer
            Y haber comido del árbol
            Del que yo te mandé que no comieras de él,
            Yo te dije: “No comas de este árbol”,
            Toda la tierra será maldita por tu causa;
            Obtendrás tu alimento de la tierra.
            Será tan doloroso como el dolor de tu esposa al tener bebés;
            Vas a trabajar con dolor toda tu vida.
            La tierra dará espinas y malezas,
            Obtendrás tu comida de forma difícil,
            Sembrando y cultivando y cosechando,
            Sudarás en los campos de sol a sol,
            Hasta que vuelvas a la tierra de donde saliste, y seas muerto y sepultado;
            Procedes del barro, vas a terminar en el barro”.

20 El hombre, conocido como Adán, llamó a su mujer Eva, porque ella era la madre de todos los vivientes.

21 Dios hizo ropa de piel para Adán y su mujer, y los vistió.

22 Dios dijo: “El hombre es como uno de nosotros, capaz de saberlo todo, todo lo bueno y todo malo. ¿Y que si él extiende la mano y toma del fruto del Árbol de la Vida y come, y ​​vive para siempre? ¡No, esto no puede suceder!”

23-24 Así que Dios los expulsó del Jardín del Edén y los envió a trabajar la tierra, la misma tierra de la que habían sido hechos. Él los echó del jardín y colocó un ángel-querubín y una espada de fuego que gira al este de él, cuidando la ruta de acceso al Árbol de la vida.

*“Siempre te hará falta un hombre, y él te dominará”. (Versión Latinoamericana-Nota de traductor).

Traducción Claudia Juárez Garbalena

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Sección de Escrituras tomadas de la Versión “El Mensaje”
Copyright © 1993, 1994, 1995, 1996, 2000, 2001, 2002.
Usado con permiso del NavPress Publishing Group.
Scripture taken from The Message.
Copyright © 1993, 1994, 1995, 1996, 2000, 2001, 2002.
Used by permission of NavPress Publishing Group.

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