Estamos cerca del arrebatamiento, ¡PREPARA TU CORAZÓN! Por Claudia Juárez Garbalena
Vemos a nuestro alrededor
suceder cosas estremecedoras: rumores de guerras, cambios climáticos,
convulsiones económicas, políticas y sociales. Vemos un mundo desmoronándose en
total deterioro y decadencia, un mundo que gime con dolores de parto esperando
su redención.
Hay gran expectativa
entre muchos cristianos hoy por la gran señal de Apocalipsis 12 que será
visible en los cielos el próximo 23 de septiembre de este 2017, y mientras nos acercamos
al inminente arrebatamiento, observamos básicamente dos actitudes entre los
creyentes hoy:
1)
Están distraídos, o
2)
Tienen temor.
Los incrédulos, pero
también muchos hijos de Dios, viven como en “los días de Noé”, cada uno en lo
suyo, en sus actividades diarias pasando totalmente desapercibido que la venida
de Cristo se acerca. Oro para que Dios despierte a aquellos que no velan. Esta
es la exhortación de la Palabra:
1
Tesalonicenses 5:4 Mas vosotros, hermanos, NO ESTÁIS EN TINIEBLAS, PARA QUE AQUEL DÍA OS SORPRENDA COMO
LADRÓN.
5:5
Porque todos vosotros sois hijos de luz e hijos del día; no somos de la noche
ni de las tinieblas.
5:6
Por tanto, no durmamos como los demás, sino velemos y seamos sobrios.
También hay aquellos que
están despiertos y velando, orando, estudiando y gozándose en que aquel Día se
acerca.
Ahora, es comprensible
que nos sintamos estremecidos por lo que vemos suceder a nuestro alrededor,
pero nuestro Padre que es FIEL guarda de los Suyos. Hay un relato tremendo en
el libro de Éxodo. Una de las plagas de Egipto fue la de las tinieblas:
Éxodo
10:21 Jehová dijo a Moisés: Extiende tu mano hacia el cielo, para que haya
tinieblas sobre la tierra de Egipto, tanto que cualquiera las palpe.
10:22
Y extendió Moisés su mano hacia el cielo, y hubo densas tinieblas sobre toda la tierra de Egipto, por tres días.
10:23
Ninguno vio a su prójimo, ni nadie se levantó de su lugar en tres días; mas todos los hijos de Israel tenían luz
en sus habitaciones.
Esta luz en las casas de
los hijos de Israel en definitiva fue sobre natural, una protección y bendición
divina, así que EL DIOS QUE HIZO LOS CIELOS Y LA TIERRA y que es nuestro Padre,
VELA POR LOS SUYOS HOY Y SIEMPRE.
Salmos
91:1 El que habita al abrigo del Altísimo
Morará
bajo la sombra del Omnipotente.
91:2
Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío;
Mi
Dios, en quien confiaré.
91:3
El te librará del lazo del cazador,
De
la peste destructora.
91:4
Con sus plumas te cubrirá,
Y
debajo de sus alas estarás seguro;
Escudo
y adarga es su verdad.
91:5
No temerás el terror nocturno,
Ni
saeta que vuele de día,
91:6
Ni pestilencia que ande en oscuridad,
Ni
mortandad que en medio del día destruya.
91:7
Caerán a tu lado mil,
Y
diez mil a tu diestra;
Mas
a ti no llegará.
91:8
Ciertamente con tus ojos mirarás
Y
verás la recompensa de los impíos.
91:9
Porque has puesto a Jehová, que es mi esperanza,
Al
Altísimo por tu habitación,
91:10
No te sobrevendrá mal,
Ni
plaga tocará tu morada.
91:11
Pues a sus ángeles mandará acerca de ti,
Que
te guarden en todos tus caminos.
91:12
En las manos te llevarán,
Para
que tu pie no tropiece en piedra.
91:13
Sobre el león y el áspid pisarás;
Hollarás
al cachorro del león y al dragón.
91:14
Por cuanto en mí ha puesto su amor, yo también lo libraré;
Le
pondré en alto, por cuanto ha conocido mi nombre.
91:15
Me invocará, y yo le responderé;
Con
él estaré yo en la angustia;
Lo
libraré y le glorificaré.
91:16
Lo saciaré de larga vida,
Y
le mostraré mi salvación.
¡Cree este Salmo! ¡Confiésalo
y decláralo sobre ti y sobre los tuyos! ¡DIOS, TU PADRE ES FIEL Y NUNCA DE
NINGUN MODO VA A DESAMPARARTE! ¡Pide sabiduría! Hoy MAS QUE NUNCA la
necesitamos, Y Dios promete que SIN REPROCHE te será dada.
Isaías
41:10 No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que
te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi
justicia.
Isaías
30:15 Porque así dijo Jehová el Señor, el Santo de Israel: En descanso y en
reposo seréis salvos; en quietud y en confianza será vuestra fortaleza.
Salmos
46:10 Estad quietos, y conoced que YO SOY DIOS;
Seré
exaltado entre las naciones; enaltecido seré en la tierra.
Y recordemos también la
exhortación de nuestro Señor Jesucristo:
Mateo
10:8 Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios;
de gracia recibisteis, dad de gracia.
Lucas
10:19 He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda
fuerza del enemigo, y nada os dañará.
Recordemos que:
Efesios
6:12 ...no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados,
contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo,
contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.
Y que debemos “orar en todo tiempo con toda oración y
súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por
todos los santos.”
Antes de ascender Jesús
dijo a sus discípulos:
Hechos
1:8 pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo,
y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último
de la tierra.
¡No nos amedrentemos ante
el enemigo! Seamos valientes, sobrios y recordemos usar nuestra autoridad en el
nombre de Jesucristo ante los embates del enemigo. Así que no temamos y
velemos.
Me han hecho llegar
algunas preguntas interesantes respecto al tema del Rapto, una de ellas que
quiero cubrir aquí es:
“Los cristianos tienen
dos pensamientos: Los que estamos seguros de que la salvación es por gracia y
que de acuerdo a cómo hayamos vivido u obrado recibirán diferentes coronas; y los
que piensan que el galardón es la salvación y que las coronas son todas por
igual. ¿Qué opina usted?"
Según el testimonio claro
de las Escrituras, la salvación
definitivamente es por gracia al creer en nuestro Señor Jesucristo, pero
qué hacemos con esa gracia recibida, puede proporcionarnos recompensas si la
"administramos apropiadamente". La parábola de los talentos nos
brinda una clara idea de esto aunque no es una escritura dirigida directamente
a la Era de Gracia, sin embargo el principio es el mismo: se nos ha otorgado:
un don, y nuestra bendición, privilegio y deber es administrarlo para recibir
recompensas que serán eternas.
El mundo, y tristemente
muchos hijos de Dios, valoran las cosas del mundo como lo más importante a
guardar y administrar, pero Dios dice que sobre toda cosa guardada debemos
guardar el corazón, porque de él mana o proviene la calidad de vida que
manifestamos. El administrar el don de
espíritu santo, que es el talento que nos ha sido dado, brinda recompensas hoy
y en la vida venidera.
Hay cinco coronas
mencionadas en las Escrituras:
Apocalipsis
3:11 He aquí, yo vengo pronto; retén lo que tienes, para que ninguno tome tu
corona.
1) La
corona de gozo. A los que ganan vidas para Cristo. 1Tesalonicenses 2:19 Porque ¿cuál es nuestra esperanza, o gozo, o
corona de que me gloríe? ¿No lo sois vosotros, delante de nuestro Señor
Jesucristo, en su venida?
2) La
corona de justicia para los que aman la venida de Cristo. 2 Timoteo 4:8 Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la
cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a
todos los que aman su venida.
3) La
corona de gloria para aquellos que apacientan la grey de Dios “cuidando de
ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con
ánimo pronto; no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado,
sino siendo ejemplos de la grey.” 1 Pedro
5:4 Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis la
corona incorruptible de gloria.
4) La
corona incorruptible para aquellos que corren la buena carrera del creyente. 1 Corintios 9:25 Todo aquel que lucha, de
todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero
nosotros, una incorruptible.
5) La
corona de vida para aquellos que sufren por el nombre de Cristo. Apocalipsis 2:10 No temas en nada lo que vas
a padecer…Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida.
Después que seamos transformados
y arrebatados entre las nubes, y nos reunamos con el Señor, iremos a morar con
él a la casa de nuestro Padre, donde él ha preparado moradas para nosotros
(Juan 14:1,2). Mientras tanto, la tierra atravesará por el periodo de
tribulación mas extrema y dolorosa que haya vivido jamás, el periodo de
Apocalipsis o el Día del Señor. Eruditos entienden que este periodo es “la
semana setenta de Daniel”, y en base a eso calculan el periodo durará 7 años.
Lo que es cierto, es que Dios dice que esos días “serán acortados a causa de
los escogidos”.
Al terminar ese periodo,
Cristo vendrá como Rey de reyes y Señor de señores a esta tierra para reinar
por mil años, y nosotros vendremos con él. Satanás con sus huestes será atado
por mil años. Este será el periodo más próspero, pacífico y bendito que haya
vivido esta tierra, ya que tendrá un Gobernante justo, amoroso, fiel y conforme
al corazón de Dios. El renuevo de David, tomará su trono, y gobernará la tierra
en donde habrá gente que haya sobrevivido del Apocalipsis, los hijos de Dios transformados
en el rapto y a la gente que haya vuelto a la vida en la Primera Resurrección,
la de los justos, que sucederá al comienzo de este periodo, en ella, volverán a
la vida todos aquellos que han tenido su esperanza en Cristo desde el principio
de los tiempos hasta los que hayan perecido en el tiempo de la Gran Tribulación,
esto incluye a los Patriarcas y todos los hombres y mujeres de Dios mencionados
en el A.T.
La siguiente es una de
las profecías que hablan de ese periodo de tiempo:
Isaías
11:1 Saldrá una vara del tronco de Isaí, y un vástago retoñará de sus raíces.
11:2
Y reposará sobre él el Espíritu de Jehová; espíritu de sabiduría y de
inteligencia, espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de
temor de Jehová.
11:3
Y le hará entender diligente en el temor de Jehová. No juzgará según la vista
de sus ojos, ni argüirá por lo que oigan sus oídos;
11:4
sino que juzgará con justicia a los pobres, y argüirá con equidad por los
mansos de la tierra; y herirá la tierra con la vara de su boca, y con el
espíritu de sus labios matará al impío.
11:5
Y será la justicia cinto de sus lomos, y la fidelidad ceñidor de su cintura.
11:6
Morará el lobo con el cordero, y el leopardo con el cabrito se acostará; el
becerro y el león y la bestia doméstica andarán juntos, y un niño los
pastoreará.
11:7
La vaca y la osa pacerán, sus crías se echarán juntas; y el león como el buey
comerá paja.
11:8
Y el niño de pecho jugará sobre la cueva del áspid, y el recién destetado
extenderá su mano sobre la caverna de la víbora.
11:9
No harán mal ni dañarán en todo mi santo monte; porque la tierra será llena del
conocimiento de Jehová, como las aguas cubren el mar.
11:10
Acontecerá en aquel tiempo que la raíz de Isaí, la cual estará puesta por
pendón a los pueblos, será buscada por las gentes; y su habitación será
gloriosa.
El tiempo del Milenio
descrito en la Palabra será glorioso, y es parte de nuestra esperanza futura.
Al terminar este periodo, satanás será desatado y engañará a las naciones
intentando derrocar a Dios y a Su Cristo del trono, lo cuál por supuesto no
lograrán, habrá una gran batalla en donde Satanás con sus huestes serán
finalmente anulados:
Apocalipsis
20:7 Cuando los mil años se cumplan, Satanás será suelto de su prisión,
20:8
y saldrá a engañar a las naciones que están en los cuatro ángulos de la tierra,
a Gog y a Magog, a fin de reunirlos para la batalla; el número de los cuales es
como la arena del mar.
20:9
Y subieron sobre la anchura de la tierra, y rodearon el campamento de los
santos y la ciudad amada; y de Dios descendió fuego del cielo, y los consumió.
20:10
Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde
estaban la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los
siglos de los siglos.
20:11
Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual
huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos.
20:12
Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron
abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron
juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según
sus obras.
20:13
Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron
los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras.
20:14
Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte
segunda.
20:15
Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de
fuego.
Este pasaje habla de la
Segunda Resurrección, la de los injustos.
Finalmente será
instaurado el Paraíso de nuevo, y Juan describe lo que vio:
Apocalipsis: 21:1 Vi un cielo nuevo y una tierra
nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no
existía más.
21:2
Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios,
dispuesta como una esposa ataviada para su marido.
21:3
Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los
hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará
con ellos como su Dios.
21:4
Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá
más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron.
21:5
Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las
cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas.
21:6
Y me dijo: Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que
tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida.
21:23 La ciudad no tiene necesidad de sol
ni de luna que brillen en ella; porque la gloria de Dios la ilumina, y el Cordero
es su lumbrera.
21:24
Y las naciones que hubieren sido salvas andarán a la luz de ella; y los reyes
de la tierra traerán su gloria y honor a ella.
21:25
Sus puertas nunca serán cerradas de día, pues allí no habrá noche.
21:26
Y llevarán la gloria y la honra de las naciones a ella.
Tremendas profecías que
sin duda alguna SE CUMPLIRÁN y todos aquellos que hemos creído en Cristo
seremos parte de ellas.
Nuestra salvación es un
hecho (si has creído en Cristo), pero una exhortación que te hago hoy es a CUIDAR
TU CORAZÓN, Busca a Dios en oración, busca la paz de Cristo descansando y
confiando en su obra finalizada. Pasa tiempo con Dios y Su Palabra. Perdona a
quien te haya ofendido como has sido perdonado en Cristo. Serás reconocido y
premiado por la forma en que hayas administrado la gracia que te ha sido dada.
Regocíjate en ello y glorifica a Dios y a Su Cristo con tus palabras y, sobre
todo, ¡con tu andar!
¿Qué harías tu si vas a
encontrarte con la reina de Inglaterra, con el presidente de tu país, con tu
cantante o actor o deportista favorito? ¿qué harías si tuvieras una cita preparada
con una de estas personalidades? Seguramente vestirías tus mejores galas,
buscarías lucir impecable, buscarías las palabras más adecuadas para expresarte,
pensarías y meditarías mucho en el momento y lo atesorarías, ¿no es así?
Bueno… ¡en breve vas a estar delante de
tu Dios, Señor y Rey!!!!! ¡Cuánto más debes meditar y prepararte para un
momento tan sublime como este! Sabemos que, como venimos a este mundo, nada
podremos sacar…entonces ¿de qué forma nos preparamos? Con la única ofrenda que
podemos brindar a Dios sin NADA en nuestras manos: ¡NUESTRO CORAZÓN RENDIDO Y
LLENO DE AMOR, GRATITUD ALABANZAS Y ADORACIÓN A ÉL!
¿Te has preguntado porqué
la ofrenda de Abel fue acepta y porqué la de Caín no? Abel ofreció un cordero,
tal como Dios lo había pedido y ordenado, ese cordero representaba al Mesías
venidero y la necesidad de él. Caín en cambio quiso ofrecer el fruto del
trabajo de sus manos porque pensó que sería mejor. Uno obedeció a Dios, el otro
actuó como le dio la gana. Uno fue acepto, el otro no.
Si eres hijo de Dios, ya
eres salvo, pero puedes ofrendar a Dios tu vida y corazón en alabanza y adoración
a Él. ¡Dios a final de cuentas nos hizo, formó y creó para Su gloria y
alabanza! Y realmente ANHELA tener una relación estrecha, intima, muy cercana
con Su gente.
El libro del Cantar de
los cantares habla de un hombre y una mujer que se aman apasionadamente, pero este
libro en su profundidad representa la relación tanto de Dios con Sus hijos,
como de Jesús con su Amada Iglesia.
Cantares
4:8 Ven conmigo desde el Líbano, oh esposa mía;
Ven
conmigo desde el Líbano.
Mira
desde la cumbre de Amana,
Desde
la cumbre de Senir y de Hermón,
Desde
las guaridas de los leones,
Desde
los montes de los leopardos.
4:9
Prendiste mi corazón, hermana, esposa mía;
Has
apresado mi corazón con uno de tus ojos,
Con
una gargantilla de tu cuello.
4:10
¡Cuán hermosos son tus amores, hermana, esposa mía!
¡Cuánto
mejores que el vino tus amores,
Y
el olor de tus ungüentos que todas las especias aromáticas!
4:11
Como panal de miel destilan tus labios, oh esposa;
Miel
y leche hay debajo de tu lengua;
Y
el olor de tus vestidos como el olor del Líbano.
4:12
Huerto cerrado eres, hermana mía, esposa mía;
Fuente
cerrada, fuente sellada.
4:13
Tus renuevos son paraíso de granados, con frutos suaves,
De
flores de alheña y nardos;
4:14
Nardo y azafrán, caña aromática y canela,
Con
todos los árboles de incienso;
Mirra
y áloes, con todas las principales especias aromáticas.
Cantares
2:10 Mi amado habló, y me dijo:
Levántate,
oh amiga mía, hermosa mía, y ven.
2:11
Porque he aquí ha pasado el invierno,
Se
ha mudado, la lluvia se fue;
2:12
Se han mostrado las flores en la tierra,
El
tiempo de la canción ha venido,
Y
en nuestro país se ha oído la voz de la tórtola.
2:13
La higuera ha echado sus higos,
Y
las vides en cierne dieron olor;
Levántate,
oh amiga mía, hermosa mía, y ven.
2:14
Paloma mía, que estás en los agujeros de la peña, en lo escondido de escarpados
parajes,
Muéstrame
tu rostro, hazme oír tu voz;
Porque
dulce es la voz tuya, y hermoso tu aspecto.
2:16
Mi amado es mío, y yo suya;
El
apacienta entre lirios.
2:17
Hasta que apunte el día, y huyan las sombras,
Vuélvete,
amado mío; sé semejante al corzo, o como el cervatillo
Sobre
los montes de Beter.
Ese es el amor de Cristo
por su Iglesia y así la mira, contempla y anhela, y así debería la Iglesia
anhelar a su Amado.
¡Hoy más que nunca busca
a tu Dios que te ama y a nuestro Señor Jesucristo! Descansa en Su amor que es
mejor que el vino más exquisito, confía en Él que ha dado TODO por ti
entregando a Su Hijo. Tu vida y la de los tuyos están seguras en Sus manos. ¡Él
vela por ti, y anhela recibirte en casa y bendecirte como nunca jamás has
soñado!
Cantares
1:2 ¡Oh, si él me besara con besos de su boca!
Porque
mejores son tus amores que el vino.
1:3
A más del olor de tus suaves ungüentos,
Tu
nombre es como ungüento derramado;
Por
eso las doncellas te aman.
1:4
Atráeme; en pos de ti correremos.
El
rey me ha metido en sus cámaras;
Nos
gozaremos y alegraremos en ti;
Nos
acordaremos de tus amores más que del vino;
Con
razón te aman.
Hermano, hermana, es
tiempo de velar en oración y de confiar, de descansar en El, de meditar
profundamente en Su Palabra y de vivir Su Palabra. Nuestro testimonio
hablado y sobre todo, viviente, puede alcanzar a muchos aun. Nuestras vidas
después del rapto van a cambiar súbitamente, en un abrir y cerrar de ojos
seremos libres de la corrupción de este mundo, del pecado, de la muerte y
pasaremos literalmente al reinado de Dios donde viviremos conforme a Su sabiduría,
amor, gracia y justicia y no con las reglas de este mundo.
Allá no importaran tus
títulos, posición social y económica, serás un hijo de Dios y tu obra en el
Señor será manifiesta y tendrás recompensas o perdida, según lo que hayas
hecho. Tu salvación está garantizada si eres hijo de Dios, pero tus tesoros
eternos los recibirás de acuerdo a tu administración de la gracia que te ha
sido otorgada.
Un aspecto importante que
Dios me pide recalque es EL PERDÓN. Muchas enfermedades físicas son resultado
del rencor. Perdona como Cristo te ha perdonado y pon en paz tu corazón. Ofrece
eso como una ofrenda a Dios. No mires si la otra persona lo merece o no, CUIDA,
OCÚPATE DE TU CORAZÓN que es el tesoro que puedes ofrecer a Dios al llegar a Su
Presencia. No hacemos esto para ser salvos, sino porque somos salvos.
Es como los preparativos
para una boda. En el Oriente, como en Occidente, se hacen una serie de rituales
y preparativos para un matrimonio, sin embargo, en el oriente o tiempos
bíblicos, los preparativos eran más de orden espiritual, aunque claro que
incluían asuntos físicos. El compromiso era profundo y sumamente serio, y hasta
solemne. Entre los ritos que hacían, se encontraba el pacto de sal que
consistía en un compromiso delante de Dios a hablarse siempre con la verdad y a
portarse con rectitud y honorabilidad en uno con el otro, y no hablo de un
compromiso superficial como suelen ser los matrimonios en Occidente, sino de un
verdadero compromiso, profundo y sublime.
Quiero compartir con
ustedes lo que escribió sobre el matrimonio el maestro de costumbres bíblicas
K.C. Pillai:
“La
luna de miel se prolongaba durante un año. La pareja vivía un mes primeramente
con los padres de la novia y en el mes siguiente con los del novio. Ellos
comían siempre juntos. En el Oriente, si a un hombre se le invita a cenar en el
transcurso de un año desde el día de su casamiento, contestará diciendo: “Acabo
de casarme, por tanto, no puedo aceptar la invitación.” (Lucas 14:20). Los europeos y los americanos
piensan, sin embargo, que esta es realmente una excusa muy infantil y endeble;
sin embargo no es para nada una débil excusa; aceptar comer fuera del hogar y
alejado de su esposa es impensable. Simplemente es algo que no hacen los
orientales.
Al
final del periodo de los doce meses, tiene lugar el inicio de una nueva
ceremonia. La pareja se ha pasado el último mes en la casa de los padres de la
novia. Tanto la familia como los amigos, así como muchas de las vírgenes que
fueron damas de honor y que puedan ser localizadas, se juntan de nuevo para
esta ocasión. El marido se aproxima a la esposa y le hace una solemne
declaración en presencia de toda la asamblea:
Y
le dice: No se turbe tu corazón; crees en
Dios, cree también en mí. En la casa de mi padre muchas moradas hay; si así no
fuera, yo te lo hubiera dicho. Y si me fuere y te preparare lugar, vendré otra
vez, y te llevaré conmigo, para que donde yo estoy, tú también puedas estar. Y
sabes a dónde voy, y sabes el camino.
Estoy
seguro de que estas palabras te suenan muy familiares. Son las palabras que
Jesús les refirió a sus discípulos en la última cena (Juan 14:1-4).
La
pareja establecerá entonces su residencia permanente en la casa del esposo. Él
debe partir y preparar allí un lugar donde tengan su nido apropiado. Ellos
podrán comer con el resto de la familia, pero este sitio será su nido privado. El
novio está dándole garantías a su novia de que sale para preparar su nido, y que
a su debido tiempo regresará por ella para que también pueda vivir allí con él.
La
novia escucha muy cuidadosamente esta solemne declaración, y después le da su
respuesta.
Ella
le dice: “Todo lo que tu digas haré”.
A
mí me sorprende que muchos cristianos de hoy en día no sean capaces de creer la
promesa que Cristo nos hizo y que no estén tan sosegados y gozosos como la
esposa en el Oriente con respecto a su marido. Yo creo que eso se debe a que no
conocemos a Cristo como la esposa conoce a su marido. Ellos habían pasado un
año entero juntos; no habían aceptado ninguna invitación de fuera para pasar el
tiempo necesario en conocerse.
Si
nosotros los que confesamos a Cristo pasásemos un año entero creciendo en los
asuntos y pensamientos del Espíritu, no tomando una sola comida sin orar
primero, y siempre pensando en cómo agradar al Señor, podríamos perfectamente
creer en las promesas que nos ha hecho.”
De “Costumbres sobre el matrimonio”,
de K.C Pillai.
Como vemos, la
declaración y promesa que hace el marido a su esposa es muy hermosa, pero lo
más hermoso es que nuestro glorioso señor Jesucristo dijo estas mismas palabras
poco antes de ofrendar su preciosa vida por nosotros:
Juan
14:1-4 No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si
así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para
vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí
mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis. Y sabéis a dónde voy,
y sabéis el camino.
¡Que el Padre alumbre
nuestro entendimiento para que así como la novia en el oriente se rinde al
novio en su casamiento, nosotros nos rindamos a nuestro Señor y salvador
Jesucristo y digamos: “Todo lo que tu
digas, haré”, tal y como las orientales prometen a sus maridos en su
casamiento!
Efesios
5:29-32 Porque nadie aborreció jamás a su propia carne, sino que la sustenta y
la cuida, como también Cristo a la iglesia,
porque somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos. Por
esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos
serán una sola carne.
GRANDE
ES ESTE MISTERIO; MAS YO DIGO ESTO RESPECTO DE CRISTO Y DE LA IGLESIA.
¡Esperemos con gozo a
nuestro Señor entre las nubes, porque El Día se acerca!
A nuestro Dios brindamos
toda nuestra admiración, alabanza, honra y honor. Nuestra más rendida adoración
al Dios eterno.
En Su amor,
Claudia Juárez Garbalena
"Costumbres sobre el matrimonio", del Obispo K.C. Pillai:
Gloria a Dios por su palabra
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