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El Poder Sanador De La Santa Comunión. De Joseph Prince



Estas son las notas sobre el sermón, El Poder Sanador De La Santa Comunión, predicado por el pastor Joseph Prince el domingo 24 de febrero de 2019, en Centro de Artes Escénicas “The Star”, en Singapur. ¡Esperamos que las notas de este sermón sean de gran aliento para ti!

Visión General

Dios ha dado a Sus hijos un poderoso regalo para que ninguno de nosotros esté enfermo, débil o muera joven. ¡En este mensaje que rompe cadenas de esclavitud, el Pastor Prince revela de las Escrituras cómo puedes liberarte de la maldición de la enfermedad a través de la Santa Comunión!
Esperamos que estas notas te ayuden a:

        Ver el corazón de Dios para ti para que puedas caminar en salud y completitud divinas.

        A centrarte en la obra terminada de Jesús y dejar de preocuparte por tu nivel de fe.

        A entender lo que significa "participar dignamente" de la Cena del Señor.

        A estar confiado en que no recibirás el juicio de Dios cuando participes de ella.

Amado, toma la invitación para participar de esta cena divina. ¡Te encontrarás a ti mismo más saludable y más fuerte en los próximos días!

Introducción

La iglesia está formada por muchos miembros del cuerpo Cristo. No es un edificio; se compone de creyentes que se reúnen.

La Biblia nos llama "piedras vivas" (1 Pedro 2:5). Piedras que se encuentran dispersas en el suelo son comunes, pero una vez que se usan para construir una casa, se convierten en "piedras vivas".

También somos como agua viva, no agua estancada. Estamos hechos para estar constantemente fluyendo y moviéndonos.

La Biblia describe al Espíritu como “ríos de agua viva” (Juan 7:38–39).

No descuides el don del Espíritu Santo, que es orar en lenguas.

2 Timoteo 1:6-7 Por lo cual te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está en ti por la imposición de mis manos. Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.

Nosotros fluimos con el Señor cuando despertamos el don de Dios, que es el don de lenguas que recibimos a través de la imposición de manos.

Las lenguas son el único don del Espíritu que podemos avivar a voluntad, en cualquier momento y en cualquier lugar. Cuando oramos en lenguas, somos provistos con poder, amor y una mente sana.
No descuides este don del Espíritu. Déjalo fluir.

Puede que te resulte un poco difícil si no lo ha hecho en algún tiempo, pero no te detengas. Si sigues persistiendo, se convertirá en un flujo.

Entonces tu vida comenzará a fluir suavemente también. Y tú serás usado por el Señor.

Juan 7:37-38 Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva.

Todos estamos sedientos de Jesús.

Nuestra sed de vida eterna se apagó una vez que recibimos a Jesús como nuestro Señor. Pero ahora, hay una sed por Su presencia.

Todos nosotros tenemos la misma posición como la justicia de Dios en Cristo, pero algunos de nosotros estamos más cerca del Señor en términos de relación.

HAY AQUELLOS QUE SE SIENTEN ATRAÍDOS POR LA SALVACIÓN, Y HAY AQUELLOS QUE SE SIENTEN ATRAÍDOS POR EL SALVADOR.

Mateo 8:17 …El mismo tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias.

El enfoque debe estar en Jesús mismo.

Puedes ser la justicia de Dios en Cristo pero estar fuera de contacto con Jesús. Y eso se siente como si te estuvieras secando.

Pero cuando estás en contacto con Jesús, cuando abres la Palabra, sientes una conexión con Él. Sientes una corriente, como la electricidad que fluye cuando todos los cables están en el lugar correcto. Experimentas una conexión con Jesús cuando lees Su Palabra que hace que la luz entre en ti.
El Pastor Prince nos alienta a todos a tener esta relación cercana y una conexión con Jesús.

El rey David tenía muchos hombres poderosos, pero algunos hicieron sus obras poderosas para el reino, y algunos los hicieron para el rey.

Tengamos un corazón para nuestro Rey, Jesús.

Dios no envió ángeles para llevar nuestras enfermedades y nuestros dolores, Él envió a Su propio Hijo. Él envió a Jesús mismo.

En el rapto, será el Señor mismo quien será enviado desde el cielo. Él vendrá por nosotros con voz de mando, con voz de un arcángel (ver 1 Tes. 4:16).
Hoy continuaremos enseñando sobre el grano, el vino y el aceite.

El grano y el vino representan la Santa Comunión.

Algunas veces, tenemos que profundizar en las Escrituras (incluso en los idiomas hebreo y griego originales) para que podamos entenderlas. Entonces, cuando la gente venga contra nosotros, nuestra fe no será sacudida. Nuestra fe será robusta.

Hay muchas veces que las palabras "juzgar" y "condenar" aparecen en el Nuevo Testamento en la Biblia en inglés [y también en español].

Nosotros que creemos, como dice las Escrituras, que ya no estamos bajo la ley sino bajo la gracia, necesitamos entender el verdadero significado de estas palabras en el contexto del Nuevo Testamento.
Romanos 6 y 7 nos dicen claramente que ya no estamos bajo la ley sino bajo la gracia. Romanos 6 nos dice que debido a lo que Cristo hizo, el pecado ya no es nuestro amo. Romanos 7 nos dice que ya no estamos casados con la ley.

[Romanos 7:6 Pero ahora estamos libres de la ley, por haber muerto para aquella en que estábamos sujetos, de modo que sirvamos bajo el régimen nuevo del Espíritu y no bajo el régimen viejo de la letra].

Así que hoy, ya no operamos o nos movemos por el conocimiento de lo que es bueno o malo. Operamos por el Espíritu de Dios que nos guía por dentro.

Como seres humanos, todos nacimos sujetos al pecado y la ley. Todos los hombres pecan. Todos los hombres tienen una comprensión innata del bien y el mal (por lo tanto, tenemos conciencia).

Pero la ley ya no tiene derecho a hablarnos. La ley solo puede hablar a aquellos que están vivos para la ley, no a aquellos que han muerto y resucitado en Cristo Jesús.

Cuando recibimos a Jesús como nuestro Señor, su muerte se convirtió en nuestra muerte y su resurrección se convirtió en nuestra resurrección. Hoy estamos en Cristo, muertos y resucitados.
Incluso si sientes que no estás viviendo en la vida de resurrección, ¡la realidad es que lo estás!
El juicio quedó detrás de ti. La muerte quedó detrás de ti.

Ese es por qué los creyentes, no esperamos la muerte. Estamos expectantes de que llegue el rapto. Cuando suceda el rapto, todos recibiremos nuevos cuerpos y nos sentiremos más vivos que nunca.
La Biblia nos dice que el rapto puede suceder en cualquier momento. Estamos viendo todas las señales de los últimos días.

Espiritualmente ahora, estamos muertos y resucitados en Cristo. Y ahora vivimos para él.

Estamos llamados a vivir una vida celestial. Cuando las personas son vulgares y profanas, nosotros optamos por no participar en eso. Cuando la gente dice cosas malas sobre nosotros, simplemente sonreímos y nos vamos. No tenemos que bajar al nivel de pequeñez de las personas.

La ley es santa, pero no tiene derecho sobre alguien que está muerto y resucitado en Cristo.

Aunque estemos en la carne, Dios no te mira en la carne sino en el Espíritu.

La Santa Comunión es un regalo poderoso que Dios te ha dado.

Cada vez más, el ministerio del Pastor Prince está recibiendo testimonios de personas que reciben su sanidad debido a la Santa Comunión.

El Pastor Prince comparte 3 de estos testimonios:

1.     Una anciana que había sido devastada por la enfermedad de Alzheimer hasta el punto de no poder reconocer a su familia fue sanada después de 3 noches de participar de la Santa Comunión. Ella se despertó con su mente y su juventud visiblemente restaurada. Ahora, ella recuerda a todos los miembros de su familia, ella ha dejado de repetirse cosas a sí misma y se ve 10 años más joven. Ella ahora sigue tomando la Santa Comunión diariamente.

2.     Un hombre que había sufrido ataques de pánico y ansiedad y que había sido adicto a Xanax desde su adolescencia temprana, fue sanado después de participar regularmente de la Comunión. Él escribe que Dios le enseñó a reemplazar el Xanax con la Santa Comunión durante un año y medio. Hoy, a los 34 años, ha estado libre de ansiedad y del Xanax durante 2 años.

3.     Este hombre también fue ingresado recientemente en la sala de emergencias debido a un quiste en su testículo. Él y su esposa tomaron la Comunión juntos, y cuando los médicos hicieron un chequeo antes de su cirugía, ¡encontraron que el quiste había desaparecido!

Disputas sobre la Santa Comunión.

Puedes decir cuán poderoso es algo por el nivel de ataques que el diablo hace contra ello. Hay muchos ataques contra la Santa Comunión, al igual que hubo muchos ataques contra la reforma llevada a cabo por Martín Lutero.

Lutero fue levantado por Dios. Tenía un buen amigo llamado Zwingli, y tuvieron una disputa sobre la Santa Comunión.

En aquel entonces, algunas personas creían que el pan era el cuerpo literal de Jesús. Otros creían que la Comunión era solo un símbolo de Jesús, y nada más.

Lutero y Zwingli tuvieron esta disputa: Lutero dijo que cuando uno participaba de la Comunión, la presencia de Jesús estaba "dentro del" pan y la copa. Zwingli creía que la Comunión era solo un símbolo de Jesús, nada más. Discutieron por este desacuerdo.

El Pastor Prince comparte que una de las mayores disputas que rodean su enseñanza sobre la Santa Comunión es que la gente dice: "Los creyentes solo deben tomar la Comunión en la iglesia y no solos".

Pero de acuerdo con Hechos 2:46, los creyentes de la temprana iglesia "partieron el pan de casa en casa", lo que significa que lo hicieron por su cuenta.

La Comunión es más que un símbolo del cuerpo y la sangre de Jesús.

Mateo 26:27-28 Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio, diciendo: Bebed de ella todos; porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados.

De este versículo, no podemos decir si los discípulos bebieron de la copa antes de que Jesús explicara lo que significaba o si Él lo explicó antes de que bebieran.

El orden en el que participaron (ya sea que Jesús lo explicó primero o los discípulos bebieron de la copa primero) nos dirá si la Comunión es un símbolo o es literal.

El registro en el libro de Mateo no nos dice el orden, pero el registro en el libro de Marcos sí lo hace.
De todos los evangelios, el registro más cronológico del ministerio de Jesús es el evangelio de Marcos.

Marcos 14:22-24Y mientras comían, Jesús tomó pan y bendijo, y lo partió y les dio, diciendo: Tomad, esto es mi cuerpo. Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio; y bebieron de ella todos. Y les dijo: Esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada.

Este relato nos dice que los discípulos bebieron de la copa primero, y luego Jesús dijo: "Esta es mi sangre del nuevo pacto, que es derramada por muchos".

Esto nos dice que cuando participas de la Comunión, el pan y el jugo que tienes en la mano son comunes (no sagrados, no separados) HASTA que participas de ella. Después de que participas, después de que entra en tu cuerpo, se vuelve santa y poco común, extraordinaria, especial: el cuerpo de Jesús partido por tu salud y la sangre de Jesús derramada por la remisión de tus pecados.

No necesitas tener "gran fe" para participar de la Comunión

La Santa Comunión es la sustancia de la sombra en el Antiguo Testamento.

En el Antiguo Testamento, la sombra de la Comunión era el Cordero de la Pascua.

En la noche de la Pascua en Éxodo 12, Dios les dijo a los hijos de Israel que llevaran un cordero a cada hogar. Debían comer el cordero asado al fuego (simbolizando a Jesús en la cruz). No debían comerlo con agua (simbolizando una apreciación de Jesús como el sacrificio divino, no una versión diluida de Jesús como simplemente un buen hombre).

Mientras los israelitas comían el cordero asado, el juicio estaba sucediendo fuera de sus casas. El Ángel de la Muerte andaba por ahí matando al hijo primogénito de todos los que no tenían la sangre del cordero en los postes de sus puertas.

DIOS NO REQUIERE UNA GRAN FE PARA QUE TÚ COMAs. SOLO REQUIERE HAMBRE Y OBEDIENCIA PARA COMER LO QUE ÉL TE DA.

Incluso si algunos israelitas no tuvieran fe, incluso si estuvieran llorando y temiendo en sus hogares, mientras la sangre del cordero estuviera en sus postes de la puerta, ellos se salvaron.

Su seguridad estaba en la sangre, no en su fe.

De manera similar, incluso si los egipcios estuvieran tranquilos y tuvieran una "mentalidad positiva", aún habrían muerto si no tuvieran la sangre del cordero en el poste de su puerta.

No se trata de un pensamiento positivo, se trata de la sangre. Sin el derramamiento de sangre, no hay perdón de los pecados.

Jesús MURIÓ POR TI. Su sangre ha sido derramada para la remisión de tus pecados.
Participa dignamente de la Comunión siendo consciente de esta verdad.

Dios quiere que disfrutes plenamente de salud y sanidad a través de la Comunión

La Comunión debe ser importante para la iglesia como para que Dios le haya dicho a Pablo acerca de ella y como para que Pablo la haya incluido en sus escritos.

Pablo recibió más revelación de Jesús que todos los discípulos que caminaron con Jesús. Fue llevado al cielo y recibió visiones y revelaciones del trono de Dios directamente (véase 2 Cor. 12: 2–4).

Dios levantó a Pablo para escribir tres cuartas partes del Nuevo Testamento. Pablo explicó lo que ocurrió cuando Jesús murió por nosotros, por qué Jesús tuvo que morir y resucitar, lo que Jesús está haciendo ahora a la diestra del Padre, etc. Estas son revelaciones directas del Señor.

Y la Santa Comunión es tan importante que Dios personalmente también se la reveló a Pablo:

1 Corintios 11:23 Porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado: Que el Señor Jesús, la noche que fue entregado, tomó pan; 24 y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en memoria de mí. 25 Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las veces que la bebiereis, en memoria de mí. 26 Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga. 27 De manera que cualquiera que comiere este pan o bebiere esta copa del Señor indignamente, será culpado del cuerpo y de la sangre del Señor. 28 Por tanto, pruébese cada uno a sí mismo, y coma así del pan, y beba de la copa. 29 Porque el que come y bebe indignamente, sin discernir el cuerpo del Señor, juicio come y bebe para sí. 30 Por lo cual [“por esta razón” KJV] hay muchos enfermos y debilitados entre vosotros, y muchos duermen. 31 Si, pues, nos examinásemos a nosotros mismos, no seríamos juzgados;32 mas siendo juzgados, somos castigados por el Señor, para que no seamos condenados con el mundo.

Sin una revelación de la Comunión, "hay muchos enfermos y debilitados entre vosotros, y muchos duermen".

El Señor cuida esta revelación. Es importante para Él.

Él te quiere saludable. Él te quiere fuerte. Él quiere que vivas una vida plena.

La Comunión es más poderosa de lo que te das cuenta.

Cuando una mujer gentil se acercó a Jesús por sanidad para su hija poseída por un demonio, Jesús le dijo que la sanidad es el "pan de los hijos". La mujer respondió: "... incluso los perrillos comen las migajas que caen de la mesa de sus amos".  Y Jesús sanó a su hija (ver Mateo 15:22–28).

Incluso las migajas pueden expulsar a un demonio. Las migajas pueden expulsar el cáncer.

Y tú, hijo de Dios, no solo tienes una migaja. Tienes la pieza entera de pan.

El extraordinario poder del pan y la copa.

Dios usa las cosas débiles para confundir a los poderosos (ver 1 Co. 1:27).

Dios usó a una ama de casa para matar al rey enemigo de Israel con un martillo y una estaca en la cabeza (ver Jueces 4:21).

Dios no está pidiendo más de lo que tienes a la mano. La Santa Comunión puede ser pequeña, pero es poderosa.

La Comunión es tan poderosa que el diablo le tiene miedo.

Incluso en la temprana iglesia, él la atacó. El tiempo de la Comunión llegó a ser algo torcido y la gente bebió el vino para emborracharse.

Pablo se enfrentó a este problema.

La Santa Comunión es la provisión de Dios para nosotros para que no tengamos que sufrir la enfermedad y la muerte que el mundo está sufriendo.

Dios está diciendo: “Te he dado una provisión: el cuerpo y la sangre de mi Hijo. Si participas, escaparás de la condenación y la sentencia del mundo".

Hay una sentencia en este mundo a causa del pecado: enfermedad y muerte.
Los cristianos no deben sufrir esa sentencia porque la sangre de Jesús fue derramada por la remisión de nuestros pecados.

A veces nos enfermamos, pero podemos estar seguros de que cuando estamos enfermos, no es la voluntad de Dios para nosotros. No tenemos que preguntarnos: "Tal vez Dios me dio esta enfermedad para enseñarme algo".

No, la enfermedad es una maldición. No hubo enfermedad ni muerte hasta que Adán pecó. Así que la enfermedad no es el plan de Dios para nosotros.

De la misma manera que Dios aborrece el pecado, aborrece la enfermedad y la muerte.
La cosa # 1 que hizo Jesús además de predicar es sanar a todos los que estaban enfermos. Él NUNCA le dio enfermedad a nadie.

Siempre estaba proveyendo. Siempre suministrando.

La enfermedad y la muerte comenzaron con un acto simple de comer. LA SANIDAD EN NUESTRAS VIDAS COMENZARÁ CON UN ACTO SIMPLE DE COMER.

No solo escuches acerca de la Comunión. Participa activamente de ella.

1 Corintios 11:25-26 Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las veces que la bebiereis, en memoria de mí. Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis [“proclamáis” KJV] hasta que él venga.
Proclamar la muerte del Señor es poderoso.

Cuando los filisteos atacaron a Israel en 1 Samuel 7, el profeta Samuel ofreció un cordero de leche como un holocausto a Dios. Esta es una representación de proclamar la muerte del Señor. Entonces peleó Dios por Israel, e Israel venció a los filisteos.

Debido a un corderito, ejércitos de hombres fuertes fueron derrotados.

Cuando David trajo el arca del pacto a Jerusalén, ofreció sacrificios de animales cada 6 pasos del camino, y las bendiciones lo siguieron.

Cómo participar dignamente de la Comunión: mírate a ti mismo perdonado y aceptado por Dios

1 Corintios 11:27 De manera que cualquiera que comiere este pan o bebiere esta copa del Señor indignamente, será culpado del cuerpo y de la sangre del Señor.

Cuando participas de la Comunión consciente de tus pecados, estás participando de una manera indigna.

1 Corintios 11:28 Por tanto, pruébese [“examínese” KJV] cada uno a sí mismo, y coma así del pan, y beba de la copa.

“Examínese” o “pruébese”: Esta palabra en griego es "dokimazo", que significa "poner a prueba con vistas a aprobar / o para aprobación". En otras palabras, buscar para encontrar algo bueno.

Entonces esto prueba que no debemos examinarnos a nosotros buscando pecado cuando participamos. Debemos examinarnos a nosotros mismos para aprobación. Esto significa que decimos: "Sé el propósito de la Cena del Señor. Sé que el cuerpo de Jesús fue molido por mis enfermedades. Participo, recibiendo su salud. Sé que su sangre fue derramada por mis pecados. Participo, recibiendo perdón. Estoy demostrando que soy aprobado debido a la obra terminada de Jesús".

1 Corintios 11:29 Porque el que come y bebe indignamente, sin discernir el cuerpo del Señor, juicio come y bebe para sí.


“Juicio come y bebe para sí”: “Para sí” es un sustantivo reflexivo en griego. La persona que participa indignamente se juzga a sí misma, no es Dios quien la juzga. Él está consciente de pecado, se siente juzgado, y bebe ese juicio para sí mismo.

Si eres consciente del pecado, estás participando indignamente. Porque la copa es la PRUEBA de que tus pecados han sido removidos. Si no crees eso, recibirás tu propio juicio.

EL CUERPO DEL SEÑOR FUE PARTIDO PARA QUE ESE JUICIO (ENFERMEDAD Y MUERTE) NO SEAN PARTE DE TU VIDA.

La clave para tener salud, fuerza y una larga vida es entender la diferencia entre el pan y la copa.

1 Corintios 11:29 Porque el que come y bebe indignamente, sin discernir el cuerpo del Señor, juicio come y bebe para sí.

“Sin discernir el cuerpo del Señor”: La palabra "discernir" en griego es "diakrinō", que significa "hacer distinción" o "separar". Esta parte habla de la importancia de discernir el pan y la copa.
Esta palabra "diakrinō" también aparece en Marcos 11, cuando Jesús habla acerca de la fe.

Marcos 11:21-23: Entonces Pedro, acordándose, le dijo: Maestro, mira, la higuera que maldijiste se ha secado. Respondiendo Jesús, les dijo… Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare (diakrinō) en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho.

“no dudare en su corazón”: La palabra "dudare" en este versículo es "diakrinō". Lo que Jesús está diciendo es: "No hagas una distinción entre maldecir una higuera y mover una montaña. No pienses que maldecir una higuera es una cosa pequeña y mover una montaña es algo grande. No hay diferencia".

1 Corintios 11:29-30 Porque el que come y bebe indignamente, sin discernir (diakrinō) el cuerpo del Señor, juicio come y bebe para sí. Por lo cual hay muchos enfermos y debilitados entre vosotros, y muchos duermen.

Es debido a que la gente no hace una distinción entre el pan y la copa que muchos están enfermos. No es por la falta de ejercicio. No es por la falta de una determinada dieta. Es por falta de discernir el cuerpo de Jesús roto por tu sanidad y la sangre de Jesús derramada para tu perdón. Por esta única razón, muchos están débiles, enfermos y mueren antes de tiempo.

¿Te arriesgas a recibir el juicio de Dios cuando participas de la Comunión? ¡No!

Muchas personas entienden mal la palabra "juzgados" que aparece muchas veces en este versículo:

1Corintios 11:31-32 Si, pues, nos examinásemos [“juzgásemos” KJV] a nosotros mismos, no seríamos juzgados; mas siendo juzgados, somos castigados por el Señor, para que no seamos condenados con el mundo.

Ellos piensan que significa juicio y condenación de parte de Dios. Pero eso no es lo que significa.
1Corintios 11:31-32 Si, pues, nos (1) examinásemos (diakrinō) a nosotros mismos, no seríamos (2) juzgados (krinō); mas siendo (3) juzgados (krinō), somos castigados por el Señor, para que no seamos condenados con el mundo.

(1) La primera vez que aparece "juzgásemos” (“examinásemos” en RV1960)" en este versículo, es la palabra griega "diakrinō".

"Diakrinō" significa "distinguir" o "separar".

"Pues si nos juzgásemos (diakrinō) a nosotros mismos", esto de hecho significa "si HICIÉRAMOS UNA DISTINCIÓN entre nosotros y el mundo ..."

CUANDO TOMAMOS LA CENA DEL SEÑOR, ESTAMOS HACIENDO UNA DISTINCIÓN ENTRE NOSOTROS Y EL MUNDO.

(2) y (3) La segunda y tercera vez que aparece la palabra "juzgar", es la palabra griega "krinō".

"Krinō" tiene muchos significados diferentes: Separar / aprobar / tener una opinión / determinar / juzgar, pronunciar una opinión con respecto a lo correcto e incorrecto / emitir un juicio, someter a censura (reprender o corregir).

La definición más aplicable de "krinō" en este versículo es la última.

"Si nos juzgáramos (diakrinō) a nosotros mismos, no seríamos juzgados (krinō)". Esto significa que si hacemos una distinción entre nosotros y el mundo al participar de la Cena del Señor, no estaremos sujetos a la corrección.

Esta ocurrencia de "juzgar” (krinō) no se refiere a la condenación de Dios. Podemos estar seguros de esto porque:

Jua 3:16-18 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar (krinō) al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.

Juan 3 nos dice que el mundo “ya ha sido condenado” y Jesús vino a salvarnos de él.

Entonces, "juzgar (krinō)" en 1 Corintios 11:31 no puede referirse a la condenación de Dios.
Se refiere a la corrección de Dios.

Lo que realmente dice el versículo es esto:

Si nosotros mismos nos diferenciamos del mundo al participar de la Cena del Señor, juzgándonos sanados por el cuerpo de Jesús y perdonados por la sangre de Jesús, no estaremos sujetos a la corrección de Dios.

Dios quiere que participes de la Comunión.

1 Corintios 11:32 mas siendo juzgados (krinō—sujetos a corrección), somos castigados por el Señor, para que no seamos condenados con el mundo.

"Castigados por el Señor": la palabra "castigados" en griego es "paideuō", y significa "educar, formar, instruir como a niño". Solo instruyes a un niño que amas, a tus hijos, a aquellos que te importan.
Ninguna corrección es agradable, pero después produce un fruto apacible de justicia (ver Hebreos 12:11).
Dios no INSTRUYE a SUS HIJOS con enfermedad.

1 Corintios 11:32 … somos castigados (“instruidos” KJV) por el Señor, para que no seamos condenados con el mundo.


condenados con el mundo”: La palabra "condenado" es la palabra griega "katakrinō" que significa "dictar sentencia".

Cuando Dios nos corrige para que tomemos la Cena del Señor de una manera digna, nos está separando del mundo para que "no seamos condenados con el mundo".

¿Qué significa ser condenado con el mundo? Tener debilidad, enfermedad y muerte.

DIOS NO QUIERE QUE SUFRAMOS LA SENTENCIA QUE YA ESTÁ EN EL MUNDO: ENFERMEDAD Y MUERTE PREMATURA.
¿Por qué? Porque Dios nos ama.
Cómo participar prácticamente de la Comunión cuando estás enfermo o débil

Una de las cosas que hicieron los israelitas cuando participaron del cordero pascual (una representación de la Cena del Señor) fue que se comieron la cabeza. Entonces, cuando participes de la Cena del Señor, imagina la cabeza de Jesús con tu Alzheimer, tu demencia, tu olvido. Participa del pan como si estuvieras participando de la mente sana y aguda de Jesús.

Los israelitas también participaron de las piernas del cordero. Después de eso, hubo "ningún débil o enfermo" entre ellos (Sal. 105:37). ¿Tiene dificultades para caminar? Cuando participes de la Comunión, mírate a ti mismo participando de las piernas sanas y fuertes de Jesús.

A veces, la sanidad no sucede al instante. Sucede incrementalmente. Pero seguramente sucederá.

Oración de Cierre

“Padre en el cielo, te agradezco por todos bajo el sonido de mi voz. Pido en el nombre de Jesús, que cuando entren en esta semana venidera, entren en una semana que ya ha sido bendecida y preparada por Ti, Padre. Tú haces que tus ángeles estén alrededor de ellos y de sus familias para liberarlos de todo daño y de todo mal. Yo oro, Padre, que los pongas lejos del mal. Siempre estarán en el lugar correcto, en el momento correcto. Haz que disfruten de tu bondad y de tus favores gratuitos en todas partes. Dondequiera que vayan, que Tu presencia sea muy evidente y haga que Tu vida celestial fluya en sus vidas. Cuando las personas se encuentren con ellos, podrán sentir que hay un toque celestial. Y yo oro, Padre, porque pongas un espíritu de evangelización en los corazones de tu gente aquí para que salgan y compartan las buenas nuevas de Jesucristo y su amor. En el nombre de Jesús y toda la gente dice: Amén"

¡Esperamos que las notas de este sermón te hayan bendecido! Si lo hicieron, te animamos a que adquieras el sermón y permitas que el Señor te hable personalmente mientras lo miras o escuchas.

© Copyright JosephPrince.com 2019
Las notas de este sermón fueron tomadas por voluntarios durante el servicio. No son una representación textual del sermón.


Extraído del sitio:

Traducido por:
Claudia Juárez Garbalena

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