Se Quitó El Zapato. De K.C. Pillai
Había ya desde hacía tiempo esta costumbre en Israel
tocante a la redención y al contrato, que para la confirmación de cualquier
negocio, el uno se quitaba el zapato y lo daba a su compañero; y esto servía de
testimonio en Israel.
Entonces el pariente dijo a Booz: Tómalo tú. Y se
quitó el zapato. (Rut 4:7,8)
Yo
sé que estás familiarizado con los bellos acontecimientos acerca la devoción de
Rut hacia Noemí, pero déjame que vuelva a relatártelos señalándote algunos
puntos que han bendecido particularmente mi corazón. Estoy convencido de que
también te servirán de aliento en el Señor.
La
depravación del hambre que devastó la región de Belén de Judá, hizo que
Elimelec y su esposa Noemí procurasen refugio en la tierra de Moab. Allí fue
donde la tragedia cercó la vida de Noemí. Su marido y sus dos hijos murieron.
Sintiendo
nostalgia del entorno familiar y de su tierra de origen, Noemí decidió
regresar. Sus dos nueras estaban decididas a irse con ella, pero Noemí les
rogaba que permaneciesen en su tierra. Finalmente, Orfa besó a su suegra y se despidió.
Sin embargo a Rut no le pasó por sus pensamientos dejar que Noemí se fuera sin
ella.
La
forma en que se dirigió a su suegra, y que hizo que dejase Noemí de insistirle
a Rut que debía de permanecer en Moab, es la declaración, pienso yo, más bella
y conmovedora que alguna vez hayan
escuchado mis oídos: "......no me
ruegues que te deje y me aparte de ti; porque donde quiera que tu fueres, iré
yo, y donde quiera que vivieres, viviré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi
Dios. Donde tú murieres, moriré yo, y allí seré sepultada......" (Rut
1:16,17). A Noemí se le derritió el corazón y Rut regresó con ella.
El
ser humano no ha cambiado tanto en todos estos años que nos separan desde los
días de Noemí. Ella fue tan azotada por las tragedias que le habían sucedido
que hasta su apariencia externa estaba completamente cambiada. Cuando aquellos
que la conocían la vieron llegar y se le acercaron, ella les pidió que ya no la
llamasen más ni se refiriesen a ella como Noemí, que significa
"Placentera." Quería que la llamasen Mara que significa
"Amarga." Una vez que la mayor parte de nosotros en un momento u otro
de nuestras vidas ya hemos probado el sabor amargo de las aguas de la
adversidad, estoy seguro de que podemos muy bien identificarnos con ella en su
trágica experiencia.
En
el Oriente, la mayor parte de los matrimonios se dan entre familiares. Uno de
los motivos para que así suceda tiene que ver con el hecho de que, siendo así,
las riquezas se quedan en la familia, y otra es que una mujer que se quede
viuda, queda siempre al cuidado de la familia del esposo. Porque no se trata
simplemente de ser solo un familiar, por ley de casamiento, a la familia
inmediata, sino que además es un familiar de sangre también en la mayoría de
los casos.
Rut
tenía que dedicarse a espigar en los campos para poder sustentarse a sí misma y
a su suegra. La gente pobre en el Oriente puede siempre espigar en los campos
(recoger las sobras de las espigas después de la siega). Se tiene por costumbre
y es un hecho, que los segadores vayan dejando para atrás apropósito algunas
espigas en el campo para que las viudas, los huérfanos y los extranjeros puedan
recogerlas. Esta es la ley cultural que tienen. Su sistema de bienestar social.
La
manera como Noemí creyó que podría encontrar descanso para el trabajo que Rut
estaba teniendo con ella, fue a través del pariente de su fallecido marido,
Booz. Rut ya había caído en la gracia de Booz, le había causado buena impresión
a sus ojos. Ya les había instruido a los hombres jóvenes diciéndoles que
"no la molestasen." Había mostrado tener compasión por ella
asegurándose que nada le faltase y tuviese siempre lo suficiente, tanto para
ella, como para Noemí. Se había sentado con ella a la hora de la comida. La
había tratado de igual a igual. La reconoció como un pariente más.
Noemí
entonces le sugirió a Rut que fuese a encontrarse con Booz aquella noche donde
estaría, aventando la parva de la cebada. Ese es el sitio donde se tira al aire
el grano para que el viento pueda llevarse la paja.
Esta
instrucción que Noemí le da a Rut, hace que inmediatamente le surja la
sospecha, a quienes no están familiarizados con las costumbres de las personas
en el Oriente. Juzgan que Rut se dirige a Booz con segundas intenciones
inmorales para "atrapar un casamiento" con Booz. Nada de eso tiene
que ver con el caso.
El
sitio donde el grano y la paja se echaban al aire y se separaban estaba
generalmente situado sobre una gran roca por encima del pueblo, a la vista de
todos y donde los vientos predominantes soplaban con más fuerza. Así que ese
sería probablemente el sitio más ridículo escogido para un plan de inmoralidad
de ese tipo.
Así
que, el hecho de ella recostarse a los pies de Booz en la era, no es otra cosa
sino una señal para él y los que con él estaban de su humildad, y no una
evidencia de malos designios. Y finalmente, el hecho de que le pidiera que
extendiera su capa sobre ella no tiene tampoco la connotación que muchos se han
imaginado, sino que tiene un bellísimo significado. Permíteme que te explique.
En
primer lugar, "capa" no es una buena traducción". Debía ser "fular"
(pañuelo). Algunas veces leemos en la Reina-Valera que alguien "rasgó sus
vestiduras." Suena como un espectáculo de "strip tees." Claro
que no tiene nada que ver con eso. Lo que se "rasga" siempre es el fular,
no la ropa en general.
El
fular es una pieza de paño que tiene cerca de un metro de largo y que se dobla
en cuatro partes y se usa alrededor del cuello. Una especie de bufanda. El
"rasgar el fular" es una manera Oriental de expresar exteriormente
una ira o angustia interior.
Pero
también, como en este caso cuando se extiende es un símbolo de protección. Así
que cuando Rut le pidió a Booz que extendiese su fular sobre ella, lo que
estaba sencillamente pidiéndole era su protección. Booz fue muy decidido
dándole este símbolo de su cuidado, pues quería casarse con ella - quería
redimirla porque ella era la viuda de un familiar suyo.
De
acuerdo a la ley Oriental, la tierra solamente puede ser vendida a un familiar.
Si una viuda, por ejemplo, tuviese que vender la tierra de su fallecido marido
a un extraño, un familiar puede venir posteriormente, anular la transacción y
comprar él la tierra.
Yo
conozco bien este caso por experiencia propia. La tierra y la casa que
pertenecieron a mi abuelo en India fueron vendidas fuera de la familia. Muchos
años después yo estaba en una posición de redimir la tierra. La venta anterior
fue puesta a un lado y yo compré la propiedad con la casa. Esa es la manera
como funciona la ley. Y en Palestina la tierra debía ser restaurada en el año
del Jubileo, aun cuando no hubiese un pariente que quisiese ser redentor. Cada
quince años había uno que se consideraba el año del Jubileo. Todas las
propiedades se devolvían entonces a sus dueños, y todas las deudas eran
perdonadas.
El
familiar que servía de redentor tenía que reunir por lo menos tres
características: Debía ser un pariente próximo, debía estar capacitado para
pagar el precio de la redención, y debía de tener la buena voluntad de
efectuarla.
Por
ejemplo, en el caso de la tierra que estuviese perdida a través de una
hipoteca, una copia del documento y los términos de su recuperación se guardaba
para poder ser inspeccionada en el Templo. Esta copia era y servía de registro
público. Y otra copia era entonces sellada con siete sellos.
Cuando
un pariente llegaba posteriormente que poseía las cualificaciones de un
redentor, él podía ir a inspeccionar la copia pública y podía ver cuáles eran
las clausulas necesarias para redimir la propiedad. Si estaba capacitado y
tenía la buena voluntad de pagar el precio, los siete sellos entonces eran
abiertos en señal de que el documento había sido recuperado.
Eso
es lo precisamente lo que tenemos y a lo que se refiere el capítulo cinco de
Apocalipsis. El "rollo" con los siete sellos siempre tiene que ver
con la redención de la tierra. Dios está listo y preparado para que su pueblo
posea la tierra y ejercite el dominio
sobre aquello que, desde Adán, ha estado en las manos del "dios de este
mundo," Satanás. - Y la inspección por un pariente para redimir la tierra
ya ha sido efectuada; así que, habiendo sido pagado el documento como fue, ahora
el pueblo de Dios puede y debe heredar y sacar provecho la tierra. Juan se puso
a llorar porque no se hallaba a nadie, ni en el cielo, ni en la tierra, ni
debajo de la tierra que reuniese las condiciones de un redentor que tuviese la
capacidad de pagar la deuda del documento, y que se pudiesen abrir los siete
sellos en señal de que se había cumplido la remisión. Pero le llegaron buenas
noticias a Juan de uno de los ancianos:
".........No llores, he aquí que el León de la
tribu de Judá, la raíz de David, ha vencido para abrir el libro y desatar sus
siete sellos." (Apocalipsis: 5:5)
Cristo
reunía las condiciones. Él era un pariente próximo de la familia humana. Así que, por cuanto los hijos participaron
de carne y sangre, él también participó de lo mismo...." (Hebreos 2:14).
Y el verbo se hizo carne, y habitó entre
nosotros,..." (Juan 1:14). Y él además tenía el deseo y la capacidad
en la profecía para traer de vuelta a la tierra que estaba debajo del dominio
de Satanás para su pueblo. ¡Aleluya! Aquello que aún todavía ahora es
profético, un día será una realidad.
Había
solo un obstáculo para Booz: Existía un pariente más cercano que él quien tenía
el derecho de decidir primero, antes que él. Si éste decidiese usar su derecho
o prerrogativa como pariente que era más cercano, entonces Booz no podía hacer
nada. La cuestión estaba en suspenso, al aire.
La
mañana siguiente Booz se dirigió a la puerta de la ciudad. Ese es el sitio
donde los ancianos de la ciudad se encuentran para discutir y analizar
cualquier problema que se les presente. Vosotros probablemente comparáis a los
"Ancianos de la Puerta" con vuestros "Consejeros en el
Senado." Finalmente, el otro pariente se acercó y Booz lo llamó aparte.
Después llamó también a diez ancianos para que asistiesen a la conversación
como testigos, y se dirigió diciendo a su pariente:
Luego dijo al pariente: Noemí, que ha vuelto del campo
de Moab, vende una parte de las tierras que tuvo nuestro hermano Elimelec. Y yo
decidí hacértelo saber, y decirte que la compres en presencia de los que están
aquí sentados, y de los ancianos de mi pueblo. Si tú quieres redimir, redime; y
si no quieres redimir, decláramelo para que yo lo sepa; porque no hay otro que
redima sino tú, y yo después de ti. Y él respondió: Yo redimiré.
Entonces replicó Booz: El mismo día que compres las
tierras de mano de Noemí, debes tomar también a Rut la moabita, mujer del
difunto, para que restaures el nombre del muerto sobre su posesión. Y respondió
el pariente: No puedo redimir para mí, no sea que dañe mi heredad. Redime tú,
usando de mi derecho, porque yo no podré redimir. (Rut
4:3-6).
Entonces
él se quitó el zapato y se lo dio a Booz en la presencia de los ancianos. ¿Por
qué el zapato? ¿Cuál es su significado?
Cuando
una persona compra bueyes, tierra, casas o cualquier otra cosa que sea
tangible, se le da un contrato de venta, y la transacción sería hecha y
registrada exactamente de la misma manera como hacéis también aquí en América
vosotros. Pero cuando se transfería intangible como el "derecho" que
se estaba aquí traspasando, entonces la costumbre era dar un zapato en la
presencia de testigos, queriendo con eso significar que el "derecho"
había sido transferido al otro. Eso es justo lo que el pariente hizo en este
caso. Y fue muy claro y bien comprendido por todos los que asistieron al acto.
Así que ahora Booz poseía el derecho no solamente de comprar todo lo que había
pertenecido a Elimelec, Mahlón y Quelión, sino además también tomar la mano de
Rut en casamiento. Eso fue lo que hizo.
Que
maravilloso final para estas mujeres que parecían estar hundidas por la
tragedia y la derrota. La amargura de Noemí una vez más se transformó en
placentera vida, porque su fe estaba puesta en Dios Quien nunca falla a Su
gente. Y Rut, que había hecho del Dios de Noemí su Dios, se encuentra ahora viviendo
en medio de Su magnánima generosidad para con ella. Una extraña en una tierra extranjera,
ella llega a ser un directo antepasado de Jesucristo. Su hijo fue Obed el padre
de Isaí, el padre de David.
Amigo
mío, nunca fracasarás si tú vas con Dios. Puede haber momentos de desastres.
Puede haber pruebas. Puede que tengas que andar entre diluvios y llamas. Puede
parecer que no hay esperanza. Pero Dios nunca falla, porque Él es Dios.
Dale
una oportunidad. Cuando tú dependas de Él en absolutamente todas tus cosas,
esta verdad pasará a ser tuya de una manera efectiva, experimentalmente. Y una
vez que hayas experimentado la milagrosa provisión de Dios, entonces puedes
tener esperanza en el próximo desafío con lo imposible. En poquísimo tiempo tu
fe estará tan fuerte como una firme roca sólida contra las cortantes arenas que
vengan contra ti de los vientos adversos, y no te moverás ni serás zarandeado,
porque tú sabes que no tienes ningún otro lugar al que acudir.
Amigo mío, nunca fracasarás si tú vas con Dios. Puede haber momentos de desastres. Puede haber pruebas. Puede que tengas que andar entre diluvios y llamas. Puede parecer que no hay esperanza. Pero Dios nunca falla, porque Él es Dios. (K.C. Pillai)...¡¡AMÉN !!
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