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El poder del cuerpo de Jesús en el tuyo. De Joseph Prince


Mateo 26: 26 …Tomad, comed; esto es mi cuerpo.

¿Te imaginas al Señor enfermo, resfriado o con fiebre mientras caminaba en la tierra? ¡No, nuestro Señor Jesús nunca estuvo enfermo! Estaba vibrante, lleno de vida y de salud. Cuando les dijo a sus discípulos: “Tomad, comed; esto es mi cuerpo", podían visualizar prácticamente lo que significaba porque habían vivido y caminado con este hombre. Habían visto personas sin manos o pies ser hechos enteros cuando tocaban su cuerpo (véase Mateo 15:30–31).

Mateo 15:30 Y se le acercó mucha gente que traía consigo a cojos, ciegos, mudos, mancos, y otros muchos enfermos; y los pusieron a los pies de Jesús, y los sanó;
31 de manera que la multitud se maravillaba, viendo a los mudos hablar, a los mancos sanados, a los cojos andar, y a los ciegos ver; y glorificaban al Dios de Israel.

¡Incluso su ropa estaba impregnada de su salud! Una mujer que tenía una condición de sangrado durante 12 años, y ningún médico podía curarla, fue sanada inmediatamente cuando tocó el borde de su manto. Si el borde de su manto estaba impregnado con Su salud, vitalidad, energía y resplandor divino, ¡cuánto más su cuerpo!

Algunos de los versículos más alentadores en los Evangelios son estos: "Y todos los que le tocaban quedaban sanos" (Marcos 6:56), porque "porque poder salía de él y sanaba a todos" (Lucas 6:19) ¡Amo estos versículos! Ese es nuestro Jesús!

La Biblia dice que llevaban a los enfermos a lo largo de las calles, y Jesús caminaba, los tocaba y los sanaba. Ahora, ves a las estrellas de cine haciendo esto: van aquí y allá, tocan las manos de sus fanáticos, pero nadie es sanado. Pero donde quiera que Jesús caminaba, a cualquiera que tocaba, lo sanaba. Imagínense esto: hileras de personas. ¡Los que están enfrente de Jesús están acostados, pero los que están detrás de él y a quienes ha tocado están saltando de alegría y siguiéndolo! Así es como Jesús sanó a los enfermos.

Entonces esa noche, cuando él dijo: “Tomad, comed; este es mi cuerpo”, mientras partía el pan y se lo daba a sus discípulos para que comieran, ellos sabían lo que significaba. Probablemente estaban pensando: "¡Vamos a ingerir Su salud en nuestros cuerpos! ¡Aleluya!

Eso es lo que debes creer cuando participas de la Santa Comunión. Que no es solo un ritual o un acto simbólico. ¡No, debes creer que Él es el verdadero pan del cielo que se llevó tu cáncer, diabetes y enfermedades del corazón, para que puedas tener su salud sobrenatural! Y cuando comes de su cuerpo partido con esta revelación, ¡tendrás vida en abundancia y la salud del Señor!

Extraído del sitio Joseph Prince Ministries:
https://www.josephprince.org/


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