La única cosa que trae éxito en cada área. Capítulo 16 de "Vive la vida dejando ir". De Joseph Prince
¿Sabes cuál es la única
cosa puede traer éxito en cada área de tu vida? Meditar en la Palabra de Dios.
Es algo que el Señor me enseñó a hacer cuando yo era un adolescente, y por la
gracia de Dios, yo creo que esto ha hecho de mi vida lo que es hoy. Incluso
antes de aprender acerca de la gracia, el Señor me enseñó a meditar en Su
Palabra. De hecho, pienso que meditar en los versículos que el Señor me resaltó
cuando era más joven es una de las razones por las que pude entender la gracia
cuando realmente comenzó a abrirme los ojos. Escuchar la Palabra es muy importante,
pero no te detengas ahí. Mientras escuches, aférrate a lo que llama tu atención,
medita en ello y hazlo tuyo.
Al leer la Palabra de
Dios, una de las cosas que más disfruto es meditar las imágenes de fe que la
Biblia articula tan elocuentemente para nosotros. En el mundo que vivimos, las
noticias, las redes sociales, los informes médicos y otras fuentes de
información tienden a pintar imágenes negativas de enfermedad, muerte, pobreza,
terror y oscuridad. Pero alabado Señor, podemos estar en este mundo, pero no
somos de este mundo (ver Juan 17:11, 16). En Cristo, hemos sido redimidos de la
maldición y no tenemos que vivir con miedo ni desesperanza. Mientras el mundo
se pone más y más oscuro, la iglesia (que te incluye a ti y a mi) está llegando
a ser más y más brillante (ver Isaías 60:2). Así que no permitas que los medios
de comunicación pinten imágenes que asfixien tu corazón con miedo. Busca imágenes
de Dios de fe en Su Palabra eterna e inamovible que establecerá y estabilizará
tu corazón.
En
Cristo, hemos sido redimidos de la maldición y no tenemos que vivir con miedo ni
desesperanza.
Ten
una imagen de fe de Su Palabra
Una de mis imágenes de fe
favoritas desde siempre se encuentra en el Salmo 1. ¿Lo leerías conmigo ahora?
¡Mientras lo lees, que el Señor pinte un cuadro de fe en tu corazón de las
bendiciones que deberías estar disfrutando en Cristo!
Salmo 1:1-3 Bienaventurado
el varón que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni
en silla de escarnecedores se ha sentado; sino que en la ley de Jehová está su
delicia, y en su ley medita de día y de noche. Será como árbol plantado junto a
corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo, y su hoja no cae; y todo lo
que hace, prosperará.
En lugar de ver las representaciones
negativas del mundo, puedes verte a ti mismo como un árbol plantado junto a corrientes
de aguas. Estamos hablando de muchas corrientes, no solo de una. Qué hermosa
imagen de provisión constante, con ríos de agua sustentándote y refrescándote
todo el tiempo. Incluso si un río se seca, hay otros ríos que fluyen. No tienes
que temer los informes sobre nuevas cepas de enfermedades, ataques terroristas,
y recesiones económicas porque lo que sea que esté sucediendo a tu alrededor,
incluso si hay sequía en el resto de la tierra, eres ese árbol plantado junto a
corrientes de aguas frescas, agua que está fluyendo. Y no te pierdas este
detalle: que no solo creces por casualidad en esas corrientes. ¡Alguien te
plantó! ¡Ciertamente Aquel que te plantó también tomará cuidado de ti!
El salmo continúa
diciendo que darás fruto en su tiempo. Mírate a ti mismo no siendo de ninguna forma
estéril, sino fructífero en todas las áreas, incluidas tus finanzas, en tu
cuerpo y en tu ministerio. Mírate con hojas que no se marchitan; sino que serán
perennemente verdes, frescas y llenas de savia. De lo que esto habla es que
siempre vas a estar joven, fuerte y lleno de vida y energía. El Señor hace que
tu juventud se renueve como la del águila (mira Salmos 103:5). Las hojas en la Biblia
también hablan de sanidad. En Apocalipsis 22:2 dice: “Las hojas del árbol eran
para la sanidad de las naciones”. Esto significa que tu salud será siempre
verde; ¡que no te fallará!
Pero el Salmo 1:1-3 no se
detiene allí. Continúa diciendo “y todo lo que hace prosperará”. ¡Qué promesa
tan poderosa! Si eres juez, enfermera, ama de casa, empresario, estudiante o
banquero, ¡lo que sea que hagas prosperará! ¡Incluso si tú cometes un error, el
Señor puede hacer que eso prospere!
¿No amas la Palabra de
Dios? En solo unos pocos versículos, te ha dado una imagen de las bendiciones
que Él tiene para ti. Cualesquiera que sean las circunstancias desafiantes que
puedas estar enfrentando en lo natural, permite que Su Palabra eterna reemplace
cada expectativa negativa del mal con una expectativa positiva del bien por lo
que Cristo ha hecho para ti.
La
clave para caminar en Sus bendiciones
Entonces, ¿cuál es la
clave para ser un hombre bendecido plantado junto a corrientes de aguas? El
Salmo 1:2 nos dice que “en la ley de Jehová está su delicia, y en su ley medita
de día y de noche”. Su deleite está en la Palabra del Señor: Él saborea
y disfruta la Palabra del Señor. El pasar tiempo en la Palabra no es algo que él
hace legalistamente, sino que lo hace con revelación, la Palabra le da deleite,
o “gran placer” y “un alto grado de satisfacción”, ¡tanto que medita en la
Palabra de Dios día y noche!
Veamos la palabra medita
en el Salmo 1:2. Se traduce de la palabra hebrea hagah, que
significa proferir o murmurar, hablar en voz baja como hacen a menudo aquellos
que están reflexionando. La forma de meditación de Dios no es solo pensar en tu
cabeza sino también murmurar con tu boca.
En el último capítulo,
vimos lo importante que es escuchar la Palabra de Dios a través de un
predicador. Pero el milagro de la meditación es este: Que mientras meditas y
murmuras la Palabra de Dios para ti mismo, ¡estás siendo un predicador para ti
mismo! Mientras hablas versículos, ¿sabes lo que estás haciendo? Te estás
escuchando predicar acerca del Señor Jesús. Te estás escuchando predicar vida
en tu situación. ¡Y como vimos en el último capítulo, la fe viene mientras te
mantienes escuchando y escuchando la palabra de Cristo!
Mira lo que Dios le dice
a Josué cuando recién tomó las riendas del liderazgo por primera vez de Moisés:
Josué 1:8 Nunca se
apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás
en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito;
porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.
Nota que Dios le dice a
Josué que el Libro de la Ley no se apartará de su boca: Es tu boca, no tanto tu
mente, la que usas en la meditación. Toma una palabra de la Escritura y murmúrala
en voz baja día y noche “para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él
está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá
bien".
¿No piensas que es
interesante que la meditación y la prosperidad en cada área estén vinculadas tanto
en el Salmo 1 como en Josué 1? Quiero dejar claro que cuando uso la palabra prosperidad,
no estoy hablando sólo de finanzas. La verdadera prosperidad es holística. Esta
toca cada área de tu vida, incluidas tus relaciones, tu familia, la paz en tu
mente y tu salud. También pienso que es interesante que la Biblia especifique
que tendrás buen éxito. Esto implica que hay un mal éxito. Si tú
eres financieramente “exitoso” pero no tienes tiempo para disfrutar con tu
familia, estas alejado de tus amigos, y siempre estás trabajando y no puedes
hacer las cosas que disfrutas, eso no suena como un buen éxito para mi. Por
cierto, en el Antiguo Testamento, meditaban en la Torá o la ley de Dios. Cuanto
más bendecido estaremos tú y yo hoy cuando meditemos en la obra perfecta y finalizada
de nuestro Salvador bajo el nuevo pacto!
Quizás estás pensando
para ti mismo, ¡no sé cómo meditar en la Palabra de Dios, ¡mucho menos meditar
en ella día y noche! Déjame preguntarte esto: ¿Sabes cómo preocuparte? Si sabes
cómo preocuparte, si puedes pensar en las cosas negativas que te pueden pasar,
temes todas las cosas que podrían salir mal, o ves un futuro sombrío, entonces
sabes cómo meditar. La verdad es que todos meditamos sobre algo día y noche.
Muchos están meditando sobre sus problemas laborales, sus condiciones de salud,
o sus desafíos financieros.
Nuestro Padre celestial
nos está mostrando una mejor forma. Nos muestra cómo vivir la vida de dejar ir
nuestras preocupaciones y reemplazarlas con Su Palabra. ¡Y mientras lo hacemos,
seremos como el árbol fresco y floreciente descrito en el Salmo 1! Es posible
que no tengas tiempo para muchas cosas, pero no puedes permitirte no tener
tiempo diariamente con la Palabra. Realmente no te toma mucho tiempo leer y
memorizar sólo un versículo y meditar en ello durante todo el día. ¿Puedo alentarte
a que lo intentes hoy?
Vivimos
la vida de dejar ir cuando dejamos ir nuestras preocupaciones y las
reemplazamos con la Palabra de Dios.
Poder
para vencer nuestros desafíos
El Salmo 1 es muy
especial para mí porque hubo un período en el que tuve que manejar diversos
problemas al mismo tiempo. Durante este tiempo, nuestra iglesia también se
enfrentó con el desafío de tener que recaudar fondos para pagar nuestras nuevas
instalaciones en “The Star”. Yo era acosado con demandas, y sabía que en mí
mismo no tenía la capacidad de hacer lo que se requería. Durante este período
de prueba, en lugar de preocuparme y correr tratando de resolver todos los
problemas, decidí quedarme quieto y descansar en el conocimiento de que la
batalla no era mía sino del Señor.
Comencé a meditar en la
Palabra más que nunca antes, y el pasaje que el Señor me llevó a estudiar fue
el Salmo 1:1-3. Lo que he compartido contigo sobre este pasaje apenas roza la
superficie de lo que puedes descubrir al estudiarlo. A pesar de los desafíos
que enfrentamos en lo natural, seguí viéndome a mí mismo como un hombre
bendecido, y reclamé la promesa de que cualquier cosa que tocara prosperaría.
Por la asombrosa provisión de la gracia de Dios, el proyecto de construcción de
“The Star” está totalmente pagado hoy. Verdaderamente, a menos que el Señor edifique
la casa, nuestros trabajos son en vano. Meditar en Su Palabra nos da el poder
de dejar ir nuestras preocupaciones y entregárselas a Él.
Viéndonos
a nosotros mismos plantados junto a las aguas
Cuando visité Israel con
mis pastores ese año, el Señor hizo un momento tan especial para nosotros. Él
nos estuvo hablando sobre meditar en Su Palabra a lo largo de nuestro tiempo
ahí. Por ejemplo, realmente quería visitar un lugar llamado Tel Dan a pesar de
que estaba fuera del camino. Cuando llegamos allí, supe por qué Dios había
puesto ese deseo en mi corazón.
Muchos lugares eran
calurosos y secos durante esa temporada, pero cuando llegamos a Tel Dan, nos
encontramos en un hermoso y refrescante oasis de exuberante vegetación, con
árboles plantados junto a ríos que fluyen. Era un lugar de tranquilidad y florecimiento,
vida vibrante en medio del paisaje árido que lo rodea. Simplemente tuve que pedir
a uno de los chicos que me tomara una foto junto a las aguas. ¡Era como si el
Señor me hubiera traído allí para poder verme literalmente como ese hombre
bendecido plantado junto a las corrientes de aguas!
Rumiando
en la Palabra
Durante ese viaje a
Israel, también subimos al Monte Arbel, una de las más altas montañas en
Galilea. Mis pastores y yo decidimos que, como todos éramos hombres machos,
intentaríamos descender desde el lado escarpado de la montaña en lugar de usar
la ruta tomada por la mayoría de los turistas. No estoy seguro de que fue una
buena idea, al día siguiente, ¡todos estábamos adoloridos por usar músculos que
nunca antes habíamos usado!
Pero durante ese descenso,
creo que el Señor organizó las cosas divinamente para que yo pudiera ver algo acerca
de lo que me estaba hablando. A medida que avanzamos lentamente hacia abajo,
encontramos una enorme cueva. Y qué crees que nos estaba mirando en esa cueva
en el medio de la pendiente traicionera? ¡Una vaca! No sé cómo llegó allí, pero
mientras estaba sentada ahí despreocupadamente masticando y masticando, ¡me
sorprendí al darme cuenta que yo estaba mirando un retrato de meditación!
La vaca, como las ovejas
y las cabras, es un rumiante, lo que significa que puede adquirir nutrientes de
alimentos de origen vegetal al descomponer los alimentos que come en un
estómago especial de cuatro compartimentos antes de la digestión. En los dos primeros
compartimentos, la saliva y las bacterias ayudan a descomponer los alimentos en
capas de sólidos y material líquido. Los sólidos se agrupan para formar el bolo
alimenticio y luego el bolo alimenticio parcialmente fermentado se regurgita y
se mastica lentamente. El proceso de volver a mascar el bolo alimenticio para
descomponer aún más la materia vegetal y ayudar a la digestión se llama rumiar.
Incidentalmente, la palabra rumiante proviene del latín ruminare, que
significa “masticar de nuevo”. El material de la comida luego pasa a la
siguiente cámara del estómago, donde el agua y muchos de los elementos
minerales se absorben en el torrente sanguíneo. Después, la comida se traslada
a la última cámara, donde tiene lugar una mayor digestión.
La meditación es muy
parecida a la rumia. Después de leer la Palabra de Dios, podemos sacarla y
masticarla una y otra vez. Durante el día, siempre hay espacios de tiempo
inactivo cuando podríamos estar esperando a alguien, respondiendo al llamado de
la naturaleza, haciendo fila, o atrapado en el tráfico a la hora pico. Siempre
podemos sacar versículos que pueden alimentarnos de nuevo. Podemos alimentarnos
de versículos como “el Señor es mi pastor; nada me faltara” (Salmos 23:1) o “caerán
a tu lado mil, y diez mil a tu diestra; más a ti no llegará” (Salmos 91:7), rumiando
en la Palabra hasta que hayamos obtenido todos los nutrientes y extraído toda
el agua de ella. Mientras otros están aburridos o se sienten frustrados,
¡podemos estar teniendo un avivamiento personal y teniendo iglesia por nosotros
mismos! Eso es lo que Dios quiere que hagamos: que rumiemos en Su inagotable Palabra
durante todo el día y que continuamente nos alimentemos de sus verdades hasta
que hayamos extraído todos los nutrientes que podemos de un solo versículo.
La
meditación es como la rumia. Después de leer la Palabra de Dios, tráela y vuelve
a masticarla una y otra vez.
Cómo
meditar en la Palabra de Dios
¿Te gustaría aprender
cómo puedes meditar en Su Palabra? Hay otras formas para hacerlo, por supuesto,
pero déjenme compartir cómo comencé yo. Cuando estaba pasando por mi
entrenamiento militar de joven (es obligatorio para todos los hombres en mi
nación servir en el ejército), solía guardar en el bolsillo tarjetas con versículos
de la Biblia en mi uniforme de camuflaje. Durante nuestros descansos
ocasionales, sacaba las tarjetas y leía uno o dos versículos. No tenía tiempo
de leer la Biblia en esos momentos, pero por supuesto que tenía tiempo de leer
al menos un versículo, y me asombraba la cantidad de alimento que puedes
obtener al rumiar en incluso un versículo. Cada vez que masticaba un versículo
que el Señor me daba me fortalecía, cambiaba mis perspectivas y me daba
descanso y paz en lugar de preocupación.
Hoy en día, no necesitas
escribir versículos en tarjetas para tenerlos contigo. Con las aplicaciones de
la Biblia disponibles gratuitamente hoy, muchas personas literalmente caminan
con Biblias en sus bolsillos. Incluso podrías tener varias aplicaciones de la
Biblia en tu teléfono inteligente ¿Por qué no intentas meditar en un versículo
cuando tienes espacios de tiempo durante el día, alimentándote en lugar de
pasar todo tu tiempo libre revisando tus redes sociales? Puedo garantizar que
meditar en Su Palabra te beneficiará más que averiguar qué almorzaron tus
amigos o qué están haciendo sus mascotas. Por ejemplo, si estás pasando por una
situación financiera y tus pensamientos te están causando que tengas ataques de
pánico, deja de aferrarte a tus preocupaciones. ¡Déjalo ir y contrarresta esos
miedos murmurando Sus promesas para ti mismo durante todo el día!
Cuando estás siendo
atacado por pensamientos preocupantes, meditar en Su Palabra es el mejor
remedio. Cada vez que el enemigo te mantiene despierto con pensamientos
temerosos, simplemente di: “¡Ya que quieres mantenerme despierto, meditaré en
la Palabra!”. Eso es lo que aprendí de David, quien dijo: “cuando medite en ti
en las vigilias de la noche” (Salmos 63:6). Yo tomo un versículo y lo cito para
mí mismo varias veces, masticándolo una y otra vez. Muchas veces, me quedo
dormido y me despierto sintiéndome tan descansado al día siguiente. Yo no creo
que sea un descanso natural, ¡sino un descanso sobrenatural debido al poder de
la Palabra de Dios!
Cuando
estás siendo atacado por pensamientos preocupantes, meditar en Su Palabra es el
mejor remedio.
El
poder en meditar en un versículo
Déjame mostrarte cómo puede
bendecirte meditar en un solo versículo:
Romanos 8:32 El que no
escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no
nos dará también con él todas las cosas?
Un versículo como este
puede durarte al menos una semana entera. No te apresures al pasar a través de
él. Divídelo en porciones y tómate tu tiempo para meditar en cada porción, dándoles
vuelta para permitir que cada verdad en ellas hable a tu corazón y te alimente.
Por ejemplo, medita en “el que no escatimó a Su propio Hijo”. ¿A quién no
escatimo Dios? A Su propio hijo. No a un ángel o una persona, sino a Su propio
Hijo. La palabra propio es tan preciosa. Nos dice que Dios fue personalmente
y profundamente afectado. No envió al hijo de alguien más; Él envió a Su propio
Hijo. Él no escatimó a Su propio Hijo, a Su único Hijo, al Hijo a quien amaba.
¿No te recuerda a otro padre en la Biblia que no escatimó a su hijo? Génesis
22:12 registra cómo Dios retuvo la mano de Abraham de sacrificar a su hijo como
un holocausto. Pero Dios no retuvo Su mano cuando se trató de Su propio Hijo.
¿Por qué Dios no escatimó a Jesús? Para que tú y yo pudiéramos ser salvados
¡Quiénes somos nosotros para que Dios Todopoderoso haga esto por nosotros!
También puedes meditar
cómo Dios “lo entregó por todos nosotros”. Dios entregó a Su propio
Hijo. Él entregó a Jesús en manos de los despiadados soldados para ser
cruelmente azotado, golpeado, despojado, burlado y, finalmente, clavado en la
cruz, quedando suspendido entre el cielo y la tierra durante seis agonizantes
horas. Nuestro Señor Jesús no fue tomado por los soldados. Su Padre lo entregó
en sus manos. ¿Puedes imaginarte cómo debe haberse sentido Dios el Padre al
abandonar a Jesús, sabiendo lo que Su hijo tendría que atravesar como nuestra
ofrenda por el pecado? ¿Sabiendo que tendría que apartarse de Su propio Hijo
cuando llegó a ser pecado en la cruz?
Y Dios lo entregó “por
todos nosotros”. Él entregó a Jesús, no por los ángeles, sino por nosotros.
Y no por aquellos que lo merecen o que han vivido vidas perfectas, sino por
todos nosotros. Su amor por nosotros es incondicional y completamente inmerecido.
Él murió por nosotros cuando aún éramos pecadores. No teníamos nada que
ofrecerle excepto nuestra rotura, nuestra vergüenza y nuestros fracasos. ¡Sin
embargo, Dios eligió entregar a nuestro Señor Jesús por todos nosotros! ¡Oh,
asombrosa gracia que salvó a un desdichado como yo!
Rumia también en la
porción que dice: “¿Cómo no nos dará también con él todas las cosas?” Cuando
sabemos cuánto Dios ha hecho por nosotros, el enemigo no tiene forma de
vendernos sus mentiras con éxito. Cuando el enemigo trata de plantar la mentira
de que Dios no suplirá esa necesidad financiera que tienes ni sanará ese
síntoma en tu cuerpo, puedes declarar: “¡Cómo no lo hará!” ¡Y meditar sobre
cómo Dios responde las oraciones no con una mano miserable o con condiciones
añadidas, sino libremente! ¡Dios da libremente! ¿Eso no te hace querer
saltar y cantar? Si Dios ya nos dio Su mejor cuando nos dio a Jesús, ¿qué es el
resto para él? ¿Qué es para Él una oportunidad de trabajo, un hijo, favor con
un cliente, sanidad para tu cuerpo, sabiduría para tus exámenes o un compañero
de vida? ¡Aleluya!
Si
Dios ya nos dio Su mejor cuando nos dio a Jesús, ¿qué es lo demás para Él?
¿La fe está estallando en tu corazón como en
el mío? Todo lo que hemos hecho es meditar en un versículo. Ahora que
has visto cómo meditar en un solo versículo puede producir verdades tan ricas, oro
para que comiences a hacer un hábito diario el meditar la Palabra de Dios, ¡un
versículo a la vez!
Meditación
en el Nuevo Testamento
Anteriormente, vimos el
Salmo 1 y Josué 1, que nos dieron un retrato de cómo el Señor nos bendice
mientras meditamos en Su Palabra. Veamos lo que tiene que decir el Nuevo
Testamento sobre la meditación:
1 Timoteo 4:15–16 (KJV) Medita
en estas cosas; entrégate por completo a ellas; para que tu provecho sea manifiesto
a todos. Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; Persiste en ello; porque
haciendo estas cosas, te salvarás a ti mismo y a los que te oyeren.
Mientras meditas en la
enseñanza y la doctrina y te entregas totalmente a ellas, el pasaje de las Escrituras
arriba dice que verás “provecho” en tu vida. Lo que tienes en el interior se
manifestará en el exterior de tal forma que será obvio para todo el mundo: Tu
provecho será demostrado o evidente para todos. El pasaje continúa diciendo: “haciendo
estas cosas te salvarás a ti mismo y a los que oyeren”.
Ahora, el apóstol Pablo
le estaba escribiendo a Timoteo, quien ya era salvo. ¿Entonces por qué Dijo
Pablo que Timoteo se salvaría a sí mismo y a los que lo oyeren? Porque la
palabra “salvar” aquí se traduce de la palabra griega sozo, y como hemos
aprendido, sozo es una palabra muy rica que también significa sanar,
preservar y proteger. En este contexto, no se refiere a ser salvo del infierno.
Pablo le estaba diciendo a Timoteo: “Si predicas sobre lo que meditas y prestas
atención a la enseñanza en la que has meditado, ambos se sanarán a sí mismos, tanto
el predicador, como también otros serán sanos. Te preservarás a ti mismo y a
los demás. Te prosperarás a ti mismo, así como a otros”. ¡Amén!
Por cierto, si no
quieres que tu camino sea próspero, ¿puedo darte un pequeño consejo? No toques
la Palabra de Dios, ya que tiene poder para prosperar tu camino. Yo no sé si
has experimentado esto antes, pero personalmente, cuando descuido leer la
Palabra, parece que ese día se siente tan corto sin suficientes horas para
resolver mis problemas. Por el contrario, cuando le doy tiempo a la Palabra de
Dios, incluso cuando muchas otras cosas claman mi atención, el día es largo
pero pleno, con más logros. Es por eso que creo que es tan importante para
nosotros hacer la “cosa necesaria” (mira Lucas 10:42). Lo más que necesitemos
lograr en un día, ¡lo más que no podemos permitirnos no pasar tiempo con
el Señor y meditar en Su Palabra!
Lo
más que necesitemos lograr en un día, lo más que no podemos permitirnos no
pasar tiempo con el Señor y meditar en Su Palabra.
Libérate
de la depresión a largo plazo
Fui tan alentado cuando
recibí este informe de alabanza de Paula y quiero compartirlo contigo:
Escribo para agradecerle
al pastor Prince por señalarme a Jesús.
Aunque me enseñaron que
Jesús es mi Salvador, pasé muchos años bajo las obras de la ley. Siempre traté
de ser buena pero siempre me sentí que una cosa que me faltaba. Luché con la
depresión constantemente, incluso cuando era una niña pequeña, esto fue una fortaleza
crónica y poderosa que me mantuvo cautiva. Muchas horas y mucho dinero gastado
en asesoramiento profesional, médicos, médicos alternativos, suplementos y
medicamentos no me ayudaron en nada.
Un día, mi hijo de seis
años dejó la televisión encendida cuando salió de la habitación. Me dirigí a
apagarla y fue entonces cuando escuché al Pastor Prince siendo entrevistado.
Sus palabras atraparon mi corazón como no lo había experimentado antes. Pensé
para mí misma: “¡Él conoce a mi Jesús!” Inmediatamente, agarré el control
remoto y grabé la entrevista. Yo la miraba una y otra vez, deteniéndola a
menudo para tomar notas. Empecé a leer su libro “Destinados para Reinar” y
me enamoré completamente de Jesús y de mi Biblia. Pasé muchas horas leyendo,
mirando y tomando notas diariamente.
Cuando escuché por
primera vez al Pastor Prince cantar las palabras del Salmo 34 en su programa,
inmediatamente se convirtió en mi canción favorita. Lo canté día y noche cuando
sea que era turbada y me atrapaba el miedo. Algunas veces, podía apenas ahogar
las palabras, pero seguí cantando el salmo y nunca falló en traerme consuelo.
Tuve el privilegio de
asistir al evento del Pastor Prince en Dallas, Texas. Cuando dijo que algunas
personas serían liberadas de condiciones crónicas, creí que esa palabra era
para mí. No sentí ningún cambio inmediato en mi cuerpo, solo una fe más
profunda para confiar en Dios que mi avance vendría.
Algún tiempo después,
sufrí otra ronda de depresión marcada por sentimientos abrumadores de angustia
y desesperación. Fue extremadamente desalentador ya que me había centrado en
Jesús y el evangelio de la gracia por casi dos años, pasando tiempo en las
Escrituras y confesándolas sobre mi vida, participando diariamente de la Santa
Comunión, orando y cantando en lenguas, declarando libertad de mi justicia
propia y haciendo todo lo posible para descansar en Él.
Seguía preguntándome de
qué me estaba perdiendo para liberarme de la depresión. Un día, mientras
manejaba, le pedí a Dios que me librara de ser un poste de flagelación. ¡Incluso
solté un gran grito para que el diablo supiera que ya no iba a permitir que me
robara mas mi paz! Sentí un nuevo fuego en mí que realmente no puedo explicar,
pero sentí que llegué a un nivel completamente nuevo de no solo saber sino
realmente creer que mi Papá celestial me quería libre de la depresión. Rechacé
con denuedo la depresión en el nombre de Jesús, declarando Su victoria para mí
en la cruz. Inmediatamente sentí que la depresión comenzaba a disiparse, y
por la noche, me sentía mucho mejor. También hablé con mi Papá celestial sobre como
sentía que el día malo había durado ya demasiado tiempo, y denodadamente
declaré mi deseo de ver los días buenos que Su Palabra ha prometido.
Escribo porque siento la
necesidad de infundir esperanza a otros que tienen fortalezas crónicas. Les
diría que no importa cuánto tiempo tome, no importa cuán desesperanzado te
sientas, sigue creyendo, mantente enfocado en Jesús y Su victoria en la cruz, y
nunca te rindas. Creo que el diablo intenta golpear de manera más duro cuando
estás más cerca de tu victoria, ¡así que aguanta! La gracia hará por ti lo
que tú nunca podrás hacer por ti mismo. Mantente confesando la justicia que
tienes como un regalo y cree que eres amado sin importar cómo te sientas. ¡La
depresión no es de Dios!
La prueba y las emociones
todavía llegan algunos días, pero tengo confianza por dentro que no estoy sola
y sé que pasarán mientras lo alabo y confieso Su Palabra. De esta forma, ya no
vuelvo a caer sin esperanza en la depresión.
¡Muchas gracias, Pastor
Prince y a su equipo, por compartir su pasión por Jesús! ¡Los amo a todos!
¿Viste cómo Paula pasaba
tiempo diariamente leyendo, miraba sermones y tomaba notas sobre lo que estaba
escuchando? Ella cantaba las palabras del Salmo 34 para sí misma día y noche
cada vez que estaba turbada y atrapada por el miedo, y se mantuvo alabando a
Dios y declarando Su Palabra. Así es como ella se mantuvo meditando la Palabra
de Dios día y noche. Y mientras se mantenía alimentándose y nutriéndose de Sus
verdades, ella fue liberada de la depresión que la había mantenido atada por
años. Cualesquiera que sean las fortalezas que te han atado, oro para que el
testimonio de Paula te fortalezca y te aliente. Comienza por encontrar
Escrituras para que puedas hacer tu “canción favorita” y murmurarte esas
Escrituras una y otra vez hasta que te fortalezcas desde adentro. Si quisieras
ver un video de nuestra iglesia adorando con el Salmo 34 en el mismo programa
al que se refería Paula, visita la sección de recursos en
JosephPrince.com/LetGo (En español está disponible la traducción de este video
en el siguiente enlace: https://youtu.be/nB0Mgl8teL8
a partir del minuto 33). Mientras sigues meditando en la Palabra de Dios, ¡Su
Palabra promete que cualquier cosa que hagas prosperará!
No
devores, ¡rumia la Palabra de Dios!
Alimentarse de la Palabra
de Dios no es como el servicio sin bajarse del auto de comida rápida o como devorar
comida rápida. No hay nada de malo en escuchar sermones mientras te trasladas.
De hecho, ¡te aliento a hacer eso! Pero, ¿también puedo alentarte a que no solo
devores la Palabra de Dios mientras estas en movimiento, sino a que te tomes un
tiempo cada día para realmente meditar en los versículos que escuchas o lees?
No
solo devores la Palabra de Dios; toma un tiempo cada día para realmente meditar
en los versículos que oyes o lees.
Puedes comenzar con solo
un versículo al día. No se trata de cuántos capítulos leas, sino las
profundidades en las que te sumerjas, y cuán profundamente realmente vas a
digerir y pensar acerca de las palabras que eligió el Espíritu Santo y por qué
lo expresó de la manera en que lo hizo. Tómate el tiempo para ser como una vaca
rumiando en la Palabra, dándole vueltas y vueltas en tu boca y saboreándola
hasta que la esencia de un versículo se convierta en la verdad que ahoga los
hechos que podrían estar mirándote a la cara.
Puede ser un hecho que
haya un síntoma preocupante en su cuerpo. ¿Pero sabes qué? La verdad de Dios
declara: “Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en
vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también
vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros” (Romanos 8:11).
Puede ser un hecho que la cantidad que tienes en el banco está disminuyendo.
Pero la verdad es que “Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros
toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo
suficiente, abundéis para toda buena obra” (2 Corintios 9:8). Puede ser un
hecho que tu médico te haya dicho que no es posible que tengas hijos. Pero la
verdad es, “Bendito serás más que todos los pueblos; no habrá en ti varón ni
hembra estéril, ni en tus ganados” (Deuteronomio 7:14).
La luz y la oscuridad no
pueden existir en el mismo espacio. Medita en Su Palabra y permite que ella expulse
todo miedo y estrés. ¡Al tomar la decisión de priorizar y meditar diariamente
en Su Palabra, Sus verdades eclipsarán todo hecho negativo! Que llegues a ser
como el hombre bendecido plantado junto a corrientes de aguas, siempre dando
fruto en su tiempo. Que cualquier cosa que hagas prospere en el poderoso nombre
de Jesús. ¡Amén!
Traducción por Claudia Juárez Garbalena
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