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La única cosa que trae éxito en cada área. Capítulo 16 de "Vive la vida dejando ir". De Joseph Prince

 

https://youtu.be/p1NuOPuImWI

¿Sabes cuál es la única cosa puede traer éxito en cada área de tu vida? Meditar en la Palabra de Dios. Es algo que el Señor me enseñó a hacer cuando yo era un adolescente, y por la gracia de Dios, yo creo que esto ha hecho de mi vida lo que es hoy. Incluso antes de aprender acerca de la gracia, el Señor me enseñó a meditar en Su Palabra. De hecho, pienso que meditar en los versículos que el Señor me resaltó cuando era más joven es una de las razones por las que pude entender la gracia cuando realmente comenzó a abrirme los ojos. Escuchar la Palabra es muy importante, pero no te detengas ahí. Mientras escuches, aférrate a lo que llama tu atención, medita en ello y hazlo tuyo.

Al leer la Palabra de Dios, una de las cosas que más disfruto es meditar las imágenes de fe que la Biblia articula tan elocuentemente para nosotros. En el mundo que vivimos, las noticias, las redes sociales, los informes médicos y otras fuentes de información tienden a pintar imágenes negativas de enfermedad, muerte, pobreza, terror y oscuridad. Pero alabado Señor, podemos estar en este mundo, pero no somos de este mundo (ver Juan 17:11, 16). En Cristo, hemos sido redimidos de la maldición y no tenemos que vivir con miedo ni desesperanza. Mientras el mundo se pone más y más oscuro, la iglesia (que te incluye a ti y a mi) está llegando a ser más y más brillante (ver Isaías 60:2). Así que no permitas que los medios de comunicación pinten imágenes que asfixien tu corazón con miedo. Busca imágenes de Dios de fe en Su Palabra eterna e inamovible que establecerá y estabilizará tu corazón.

En Cristo, hemos sido redimidos de la maldición y no tenemos que vivir con miedo ni desesperanza.

Ten una imagen de fe de Su Palabra

Una de mis imágenes de fe favoritas desde siempre se encuentra en el Salmo 1. ¿Lo leerías conmigo ahora? ¡Mientras lo lees, que el Señor pinte un cuadro de fe en tu corazón de las bendiciones que deberías estar disfrutando en Cristo!

Salmo 1:1-3 Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado; sino que en la ley de Jehová está su delicia, y en su ley medita de día y de noche. Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo, y su hoja no cae; y todo lo que hace, prosperará.

En lugar de ver las representaciones negativas del mundo, puedes verte a ti mismo como un árbol plantado junto a corrientes de aguas. Estamos hablando de muchas corrientes, no solo de una. Qué hermosa imagen de provisión constante, con ríos de agua sustentándote y refrescándote todo el tiempo. Incluso si un río se seca, hay otros ríos que fluyen. No tienes que temer los informes sobre nuevas cepas de enfermedades, ataques terroristas, y recesiones económicas porque lo que sea que esté sucediendo a tu alrededor, incluso si hay sequía en el resto de la tierra, eres ese árbol plantado junto a corrientes de aguas frescas, agua que está fluyendo. Y no te pierdas este detalle: que no solo creces por casualidad en esas corrientes. ¡Alguien te plantó! ¡Ciertamente Aquel que te plantó también tomará cuidado de ti!

El salmo continúa diciendo que darás fruto en su tiempo. Mírate a ti mismo no siendo de ninguna forma estéril, sino fructífero en todas las áreas, incluidas tus finanzas, en tu cuerpo y en tu ministerio. Mírate con hojas que no se marchitan; sino que serán perennemente verdes, frescas y llenas de savia. De lo que esto habla es que siempre vas a estar joven, fuerte y lleno de vida y energía. El Señor hace que tu juventud se renueve como la del águila (mira Salmos 103:5). Las hojas en la Biblia también hablan de sanidad. En Apocalipsis 22:2 dice: “Las hojas del árbol eran para la sanidad de las naciones”. Esto significa que tu salud será siempre verde; ¡que no te fallará!

Pero el Salmo 1:1-3 no se detiene allí. Continúa diciendo “y todo lo que hace prosperará”. ¡Qué promesa tan poderosa! Si eres juez, enfermera, ama de casa, empresario, estudiante o banquero, ¡lo que sea que hagas prosperará! ¡Incluso si tú cometes un error, el Señor puede hacer que eso prospere!

¿No amas la Palabra de Dios? En solo unos pocos versículos, te ha dado una imagen de las bendiciones que Él tiene para ti. Cualesquiera que sean las circunstancias desafiantes que puedas estar enfrentando en lo natural, permite que Su Palabra eterna reemplace cada expectativa negativa del mal con una expectativa positiva del bien por lo que Cristo ha hecho para ti.

La clave para caminar en Sus bendiciones

Entonces, ¿cuál es la clave para ser un hombre bendecido plantado junto a corrientes de aguas? El Salmo 1:2 nos dice que “en la ley de Jehová está su delicia, y en su ley medita de día y de noche”. Su deleite está en la Palabra del Señor: Él saborea y disfruta la Palabra del Señor. El pasar tiempo en la Palabra no es algo que él hace legalistamente, sino que lo hace con revelación, la Palabra le da deleite, o “gran placer” y “un alto grado de satisfacción”, ¡tanto que medita en la Palabra de Dios día y noche!

Veamos la palabra medita en el Salmo 1:2. Se traduce de la palabra hebrea hagah, que significa proferir o murmurar, hablar en voz baja como hacen a menudo aquellos que están reflexionando. La forma de meditación de Dios no es solo pensar en tu cabeza sino también murmurar con tu boca.

En el último capítulo, vimos lo importante que es escuchar la Palabra de Dios a través de un predicador. Pero el milagro de la meditación es este: Que mientras meditas y murmuras la Palabra de Dios para ti mismo, ¡estás siendo un predicador para ti mismo! Mientras hablas versículos, ¿sabes lo que estás haciendo? Te estás escuchando predicar acerca del Señor Jesús. Te estás escuchando predicar vida en tu situación. ¡Y como vimos en el último capítulo, la fe viene mientras te mantienes escuchando y escuchando la palabra de Cristo!

Mira lo que Dios le dice a Josué cuando recién tomó las riendas del liderazgo por primera vez de Moisés:

Josué 1:8 Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.

Nota que Dios le dice a Josué que el Libro de la Ley no se apartará de su boca: Es tu boca, no tanto tu mente, la que usas en la meditación. Toma una palabra de la Escritura y murmúrala en voz baja día y noche “para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien".

¿No piensas que es interesante que la meditación y la prosperidad en cada área estén vinculadas tanto en el Salmo 1 como en Josué 1? Quiero dejar claro que cuando uso la palabra prosperidad, no estoy hablando sólo de finanzas. La verdadera prosperidad es holística. Esta toca cada área de tu vida, incluidas tus relaciones, tu familia, la paz en tu mente y tu salud. También pienso que es interesante que la Biblia especifique que tendrás buen éxito. Esto implica que hay un mal éxito. Si tú eres financieramente “exitoso” pero no tienes tiempo para disfrutar con tu familia, estas alejado de tus amigos, y siempre estás trabajando y no puedes hacer las cosas que disfrutas, eso no suena como un buen éxito para mi. Por cierto, en el Antiguo Testamento, meditaban en la Torá o la ley de Dios. Cuanto más bendecido estaremos tú y yo hoy cuando meditemos en la obra perfecta y finalizada de nuestro Salvador bajo el nuevo pacto!

Quizás estás pensando para ti mismo, ¡no sé cómo meditar en la Palabra de Dios, ¡mucho menos meditar en ella día y noche! Déjame preguntarte esto: ¿Sabes cómo preocuparte? Si sabes cómo preocuparte, si puedes pensar en las cosas negativas que te pueden pasar, temes todas las cosas que podrían salir mal, o ves un futuro sombrío, entonces sabes cómo meditar. La verdad es que todos meditamos sobre algo día y noche. Muchos están meditando sobre sus problemas laborales, sus condiciones de salud, o sus desafíos financieros.

Nuestro Padre celestial nos está mostrando una mejor forma. Nos muestra cómo vivir la vida de dejar ir nuestras preocupaciones y reemplazarlas con Su Palabra. ¡Y mientras lo hacemos, seremos como el árbol fresco y floreciente descrito en el Salmo 1! Es posible que no tengas tiempo para muchas cosas, pero no puedes permitirte no tener tiempo diariamente con la Palabra. Realmente no te toma mucho tiempo leer y memorizar sólo un versículo y meditar en ello durante todo el día. ¿Puedo alentarte a que lo intentes hoy?

Vivimos la vida de dejar ir cuando dejamos ir nuestras preocupaciones y las reemplazamos con la Palabra de Dios.

 

Poder para vencer nuestros desafíos

El Salmo 1 es muy especial para mí porque hubo un período en el que tuve que manejar diversos problemas al mismo tiempo. Durante este tiempo, nuestra iglesia también se enfrentó con el desafío de tener que recaudar fondos para pagar nuestras nuevas instalaciones en “The Star”. Yo era acosado con demandas, y sabía que en mí mismo no tenía la capacidad de hacer lo que se requería. Durante este período de prueba, en lugar de preocuparme y correr tratando de resolver todos los problemas, decidí quedarme quieto y descansar en el conocimiento de que la batalla no era mía sino del Señor.

Comencé a meditar en la Palabra más que nunca antes, y el pasaje que el Señor me llevó a estudiar fue el Salmo 1:1-3. Lo que he compartido contigo sobre este pasaje apenas roza la superficie de lo que puedes descubrir al estudiarlo. A pesar de los desafíos que enfrentamos en lo natural, seguí viéndome a mí mismo como un hombre bendecido, y reclamé la promesa de que cualquier cosa que tocara prosperaría. Por la asombrosa provisión de la gracia de Dios, el proyecto de construcción de “The Star” está totalmente pagado hoy. Verdaderamente, a menos que el Señor edifique la casa, nuestros trabajos son en vano. Meditar en Su Palabra nos da el poder de dejar ir nuestras preocupaciones y entregárselas a Él.

Viéndonos a nosotros mismos plantados junto a las aguas

Cuando visité Israel con mis pastores ese año, el Señor hizo un momento tan especial para nosotros. Él nos estuvo hablando sobre meditar en Su Palabra a lo largo de nuestro tiempo ahí. Por ejemplo, realmente quería visitar un lugar llamado Tel Dan a pesar de que estaba fuera del camino. Cuando llegamos allí, supe por qué Dios había puesto ese deseo en mi corazón.

Muchos lugares eran calurosos y secos durante esa temporada, pero cuando llegamos a Tel Dan, nos encontramos en un hermoso y refrescante oasis de exuberante vegetación, con árboles plantados junto a ríos que fluyen. Era un lugar de tranquilidad y florecimiento, vida vibrante en medio del paisaje árido que lo rodea. Simplemente tuve que pedir a uno de los chicos que me tomara una foto junto a las aguas. ¡Era como si el Señor me hubiera traído allí para poder verme literalmente como ese hombre bendecido plantado junto a las corrientes de aguas!

 

Rumiando en la Palabra

Durante ese viaje a Israel, también subimos al Monte Arbel, una de las más altas montañas en Galilea. Mis pastores y yo decidimos que, como todos éramos hombres machos, intentaríamos descender desde el lado escarpado de la montaña en lugar de usar la ruta tomada por la mayoría de los turistas. No estoy seguro de que fue una buena idea, al día siguiente, ¡todos estábamos adoloridos por usar músculos que nunca antes habíamos usado!

Pero durante ese descenso, creo que el Señor organizó las cosas divinamente para que yo pudiera ver algo acerca de lo que me estaba hablando. A medida que avanzamos lentamente hacia abajo, encontramos una enorme cueva. Y qué crees que nos estaba mirando en esa cueva en el medio de la pendiente traicionera? ¡Una vaca! No sé cómo llegó allí, pero mientras estaba sentada ahí despreocupadamente masticando y masticando, ¡me sorprendí al darme cuenta que yo estaba mirando un retrato de meditación!

La vaca, como las ovejas y las cabras, es un rumiante, lo que significa que puede adquirir nutrientes de alimentos de origen vegetal al descomponer los alimentos que come en un estómago especial de cuatro compartimentos antes de la digestión. En los dos primeros compartimentos, la saliva y las bacterias ayudan a descomponer los alimentos en capas de sólidos y material líquido. Los sólidos se agrupan para formar el bolo alimenticio y luego el bolo alimenticio parcialmente fermentado se regurgita y se mastica lentamente. El proceso de volver a mascar el bolo alimenticio para descomponer aún más la materia vegetal y ayudar a la digestión se llama rumiar. Incidentalmente, la palabra rumiante proviene del latín ruminare, que significa “masticar de nuevo”. El material de la comida luego pasa a la siguiente cámara del estómago, donde el agua y muchos de los elementos minerales se absorben en el torrente sanguíneo. Después, la comida se traslada a la última cámara, donde tiene lugar una mayor digestión.

La meditación es muy parecida a la rumia. Después de leer la Palabra de Dios, podemos sacarla y masticarla una y otra vez. Durante el día, siempre hay espacios de tiempo inactivo cuando podríamos estar esperando a alguien, respondiendo al llamado de la naturaleza, haciendo fila, o atrapado en el tráfico a la hora pico. Siempre podemos sacar versículos que pueden alimentarnos de nuevo. Podemos alimentarnos de versículos como “el Señor es mi pastor; nada me faltara” (Salmos 23:1) o “caerán a tu lado mil, y diez mil a tu diestra; más a ti no llegará” (Salmos 91:7), rumiando en la Palabra hasta que hayamos obtenido todos los nutrientes y extraído toda el agua de ella. Mientras otros están aburridos o se sienten frustrados, ¡podemos estar teniendo un avivamiento personal y teniendo iglesia por nosotros mismos! Eso es lo que Dios quiere que hagamos: que rumiemos en Su inagotable Palabra durante todo el día y que continuamente nos alimentemos de sus verdades hasta que hayamos extraído todos los nutrientes que podemos de un solo versículo.

La meditación es como la rumia. Después de leer la Palabra de Dios, tráela y vuelve a masticarla una y otra vez.

 

Cómo meditar en la Palabra de Dios

¿Te gustaría aprender cómo puedes meditar en Su Palabra? Hay otras formas para hacerlo, por supuesto, pero déjenme compartir cómo comencé yo. Cuando estaba pasando por mi entrenamiento militar de joven (es obligatorio para todos los hombres en mi nación servir en el ejército), solía guardar en el bolsillo tarjetas con versículos de la Biblia en mi uniforme de camuflaje. Durante nuestros descansos ocasionales, sacaba las tarjetas y leía uno o dos versículos. No tenía tiempo de leer la Biblia en esos momentos, pero por supuesto que tenía tiempo de leer al menos un versículo, y me asombraba la cantidad de alimento que puedes obtener al rumiar en incluso un versículo. Cada vez que masticaba un versículo que el Señor me daba me fortalecía, cambiaba mis perspectivas y me daba descanso y paz en lugar de preocupación.

Hoy en día, no necesitas escribir versículos en tarjetas para tenerlos contigo. Con las aplicaciones de la Biblia disponibles gratuitamente hoy, muchas personas literalmente caminan con Biblias en sus bolsillos. Incluso podrías tener varias aplicaciones de la Biblia en tu teléfono inteligente ¿Por qué no intentas meditar en un versículo cuando tienes espacios de tiempo durante el día, alimentándote en lugar de pasar todo tu tiempo libre revisando tus redes sociales? Puedo garantizar que meditar en Su Palabra te beneficiará más que averiguar qué almorzaron tus amigos o qué están haciendo sus mascotas. Por ejemplo, si estás pasando por una situación financiera y tus pensamientos te están causando que tengas ataques de pánico, deja de aferrarte a tus preocupaciones. ¡Déjalo ir y contrarresta esos miedos murmurando Sus promesas para ti mismo durante todo el día!

Cuando estás siendo atacado por pensamientos preocupantes, meditar en Su Palabra es el mejor remedio. Cada vez que el enemigo te mantiene despierto con pensamientos temerosos, simplemente di: “¡Ya que quieres mantenerme despierto, meditaré en la Palabra!”. Eso es lo que aprendí de David, quien dijo: “cuando medite en ti en las vigilias de la noche” (Salmos 63:6). Yo tomo un versículo y lo cito para mí mismo varias veces, masticándolo una y otra vez. Muchas veces, me quedo dormido y me despierto sintiéndome tan descansado al día siguiente. Yo no creo que sea un descanso natural, ¡sino un descanso sobrenatural debido al poder de la Palabra de Dios!

Cuando estás siendo atacado por pensamientos preocupantes, meditar en Su Palabra es el mejor remedio.

 

El poder en meditar en un versículo

Déjame mostrarte cómo puede bendecirte meditar en un solo versículo:

Romanos 8:32 El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?

Un versículo como este puede durarte al menos una semana entera. No te apresures al pasar a través de él. Divídelo en porciones y tómate tu tiempo para meditar en cada porción, dándoles vuelta para permitir que cada verdad en ellas hable a tu corazón y te alimente. Por ejemplo, medita en “el que no escatimó a Su propio Hijo”. ¿A quién no escatimo Dios? A Su propio hijo. No a un ángel o una persona, sino a Su propio Hijo. La palabra propio es tan preciosa. Nos dice que Dios fue personalmente y profundamente afectado. No envió al hijo de alguien más; Él envió a Su propio Hijo. Él no escatimó a Su propio Hijo, a Su único Hijo, al Hijo a quien amaba. ¿No te recuerda a otro padre en la Biblia que no escatimó a su hijo? Génesis 22:12 registra cómo Dios retuvo la mano de Abraham de sacrificar a su hijo como un holocausto. Pero Dios no retuvo Su mano cuando se trató de Su propio Hijo. ¿Por qué Dios no escatimó a Jesús? Para que tú y yo pudiéramos ser salvados ¡Quiénes somos nosotros para que Dios Todopoderoso haga esto por nosotros!

También puedes meditar cómo Dios “lo entregó por todos nosotros”. Dios entregó a Su propio Hijo. Él entregó a Jesús en manos de los despiadados soldados para ser cruelmente azotado, golpeado, despojado, burlado y, finalmente, clavado en la cruz, quedando suspendido entre el cielo y la tierra durante seis agonizantes horas. Nuestro Señor Jesús no fue tomado por los soldados. Su Padre lo entregó en sus manos. ¿Puedes imaginarte cómo debe haberse sentido Dios el Padre al abandonar a Jesús, sabiendo lo que Su hijo tendría que atravesar como nuestra ofrenda por el pecado? ¿Sabiendo que tendría que apartarse de Su propio Hijo cuando llegó a ser pecado en la cruz?

Y Dios lo entregó “por todos nosotros”. Él entregó a Jesús, no por los ángeles, sino por nosotros. Y no por aquellos que lo merecen o que han vivido vidas perfectas, sino por todos nosotros. Su amor por nosotros es incondicional y completamente inmerecido. Él murió por nosotros cuando aún éramos pecadores. No teníamos nada que ofrecerle excepto nuestra rotura, nuestra vergüenza y nuestros fracasos. ¡Sin embargo, Dios eligió entregar a nuestro Señor Jesús por todos nosotros! ¡Oh, asombrosa gracia que salvó a un desdichado como yo!

Rumia también en la porción que dice: “¿Cómo no nos dará también con él todas las cosas?” Cuando sabemos cuánto Dios ha hecho por nosotros, el enemigo no tiene forma de vendernos sus mentiras con éxito. Cuando el enemigo trata de plantar la mentira de que Dios no suplirá esa necesidad financiera que tienes ni sanará ese síntoma en tu cuerpo, puedes declarar: “¡Cómo no lo hará!” ¡Y meditar sobre cómo Dios responde las oraciones no con una mano miserable o con condiciones añadidas, sino libremente! ¡Dios da libremente! ¿Eso no te hace querer saltar y cantar? Si Dios ya nos dio Su mejor cuando nos dio a Jesús, ¿qué es el resto para él? ¿Qué es para Él una oportunidad de trabajo, un hijo, favor con un cliente, sanidad para tu cuerpo, sabiduría para tus exámenes o un compañero de vida? ¡Aleluya!

Si Dios ya nos dio Su mejor cuando nos dio a Jesús, ¿qué es lo demás para Él?

 ¿La fe está estallando en tu corazón como en el mío? Todo lo que hemos hecho es meditar en un versículo. Ahora que has visto cómo meditar en un solo versículo puede producir verdades tan ricas, oro para que comiences a hacer un hábito diario el meditar la Palabra de Dios, ¡un versículo a la vez!

 

Meditación en el Nuevo Testamento

Anteriormente, vimos el Salmo 1 y Josué 1, que nos dieron un retrato de cómo el Señor nos bendice mientras meditamos en Su Palabra. Veamos lo que tiene que decir el Nuevo Testamento sobre la meditación:

1 Timoteo 4:15–16 (KJV) Medita en estas cosas; entrégate por completo a ellas; para que tu provecho sea manifiesto a todos. Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; Persiste en ello; porque haciendo estas cosas, te salvarás a ti mismo y a los que te oyeren.

Mientras meditas en la enseñanza y la doctrina y te entregas totalmente a ellas, el pasaje de las Escrituras arriba dice que verás “provecho” en tu vida. Lo que tienes en el interior se manifestará en el exterior de tal forma que será obvio para todo el mundo: Tu provecho será demostrado o evidente para todos. El pasaje continúa diciendo: “haciendo estas cosas te salvarás a ti mismo y a los que oyeren”.

Ahora, el apóstol Pablo le estaba escribiendo a Timoteo, quien ya era salvo. ¿Entonces por qué Dijo Pablo que Timoteo se salvaría a sí mismo y a los que lo oyeren? Porque la palabra “salvar” aquí se traduce de la palabra griega sozo, y como hemos aprendido, sozo es una palabra muy rica que también significa sanar, preservar y proteger. En este contexto, no se refiere a ser salvo del infierno. Pablo le estaba diciendo a Timoteo: “Si predicas sobre lo que meditas y prestas atención a la enseñanza en la que has meditado, ambos se sanarán a sí mismos, tanto el predicador, como también otros serán sanos. Te preservarás a ti mismo y a los demás. Te prosperarás a ti mismo, así como a otros”. ¡Amén!

Por cierto, si no quieres que tu camino sea próspero, ¿puedo darte un pequeño consejo? No toques la Palabra de Dios, ya que tiene poder para prosperar tu camino. Yo no sé si has experimentado esto antes, pero personalmente, cuando descuido leer la Palabra, parece que ese día se siente tan corto sin suficientes horas para resolver mis problemas. Por el contrario, cuando le doy tiempo a la Palabra de Dios, incluso cuando muchas otras cosas claman mi atención, el día es largo pero pleno, con más logros. Es por eso que creo que es tan importante para nosotros hacer la “cosa necesaria” (mira Lucas 10:42). Lo más que necesitemos lograr en un día, ¡lo más que no podemos permitirnos no pasar tiempo con el Señor y meditar en Su Palabra!

Lo más que necesitemos lograr en un día, lo más que no podemos permitirnos no pasar tiempo con el Señor y meditar en Su Palabra.

 

Libérate de la depresión a largo plazo

Fui tan alentado cuando recibí este informe de alabanza de Paula y quiero compartirlo contigo:

Escribo para agradecerle al pastor Prince por señalarme a Jesús.

Aunque me enseñaron que Jesús es mi Salvador, pasé muchos años bajo las obras de la ley. Siempre traté de ser buena pero siempre me sentí que una cosa que me faltaba. Luché con la depresión constantemente, incluso cuando era una niña pequeña, esto fue una fortaleza crónica y poderosa que me mantuvo cautiva. Muchas horas y mucho dinero gastado en asesoramiento profesional, médicos, médicos alternativos, suplementos y medicamentos no me ayudaron en nada.

Un día, mi hijo de seis años dejó la televisión encendida cuando salió de la habitación. Me dirigí a apagarla y fue entonces cuando escuché al Pastor Prince siendo entrevistado. Sus palabras atraparon mi corazón como no lo había experimentado antes. Pensé para mí misma: “¡Él conoce a mi Jesús!” Inmediatamente, agarré el control remoto y grabé la entrevista. Yo la miraba una y otra vez, deteniéndola a menudo para tomar notas. Empecé a leer su libro “Destinados para Reinar” y me enamoré completamente de Jesús y de mi Biblia. Pasé muchas horas leyendo, mirando y tomando notas diariamente.

Cuando escuché por primera vez al Pastor Prince cantar las palabras del Salmo 34 en su programa, inmediatamente se convirtió en mi canción favorita. Lo canté día y noche cuando sea que era turbada y me atrapaba el miedo. Algunas veces, podía apenas ahogar las palabras, pero seguí cantando el salmo y nunca falló en traerme consuelo.

Tuve el privilegio de asistir al evento del Pastor Prince en Dallas, Texas. Cuando dijo que algunas personas serían liberadas de condiciones crónicas, creí que esa palabra era para mí. No sentí ningún cambio inmediato en mi cuerpo, solo una fe más profunda para confiar en Dios que mi avance vendría.

Algún tiempo después, sufrí otra ronda de depresión marcada por sentimientos abrumadores de angustia y desesperación. Fue extremadamente desalentador ya que me había centrado en Jesús y el evangelio de la gracia por casi dos años, pasando tiempo en las Escrituras y confesándolas sobre mi vida, participando diariamente de la Santa Comunión, orando y cantando en lenguas, declarando libertad de mi justicia propia y haciendo todo lo posible para descansar en Él.

Seguía preguntándome de qué me estaba perdiendo para liberarme de la depresión. Un día, mientras manejaba, le pedí a Dios que me librara de ser un poste de flagelación. ¡Incluso solté un gran grito para que el diablo supiera que ya no iba a permitir que me robara mas mi paz! Sentí un nuevo fuego en mí que realmente no puedo explicar, pero sentí que llegué a un nivel completamente nuevo de no solo saber sino realmente creer que mi Papá celestial me quería libre de la depresión. Rechacé con denuedo la depresión en el nombre de Jesús, declarando Su victoria para mí en la cruz. Inmediatamente sentí que la depresión comenzaba a disiparse, y por la noche, me sentía mucho mejor. También hablé con mi Papá celestial sobre como sentía que el día malo había durado ya demasiado tiempo, y denodadamente declaré mi deseo de ver los días buenos que Su Palabra ha prometido.

Escribo porque siento la necesidad de infundir esperanza a otros que tienen fortalezas crónicas. Les diría que no importa cuánto tiempo tome, no importa cuán desesperanzado te sientas, sigue creyendo, mantente enfocado en Jesús y Su victoria en la cruz, y nunca te rindas. Creo que el diablo intenta golpear de manera más duro cuando estás más cerca de tu victoria, ¡así que aguanta! La gracia hará por ti lo que tú nunca podrás hacer por ti mismo. Mantente confesando la justicia que tienes como un regalo y cree que eres amado sin importar cómo te sientas. ¡La depresión no es de Dios!

La prueba y las emociones todavía llegan algunos días, pero tengo confianza por dentro que no estoy sola y sé que pasarán mientras lo alabo y confieso Su Palabra. De esta forma, ya no vuelvo a caer sin esperanza en la depresión.

¡Muchas gracias, Pastor Prince y a su equipo, por compartir su pasión por Jesús! ¡Los amo a todos!

¿Viste cómo Paula pasaba tiempo diariamente leyendo, miraba sermones y tomaba notas sobre lo que estaba escuchando? Ella cantaba las palabras del Salmo 34 para sí misma día y noche cada vez que estaba turbada y atrapada por el miedo, y se mantuvo alabando a Dios y declarando Su Palabra. Así es como ella se mantuvo meditando la Palabra de Dios día y noche. Y mientras se mantenía alimentándose y nutriéndose de Sus verdades, ella fue liberada de la depresión que la había mantenido atada por años. Cualesquiera que sean las fortalezas que te han atado, oro para que el testimonio de Paula te fortalezca y te aliente. Comienza por encontrar Escrituras para que puedas hacer tu “canción favorita” y murmurarte esas Escrituras una y otra vez hasta que te fortalezcas desde adentro. Si quisieras ver un video de nuestra iglesia adorando con el Salmo 34 en el mismo programa al que se refería Paula, visita la sección de recursos en JosephPrince.com/LetGo (En español está disponible la traducción de este video en el siguiente enlace: https://youtu.be/nB0Mgl8teL8 a partir del minuto 33). Mientras sigues meditando en la Palabra de Dios, ¡Su Palabra promete que cualquier cosa que hagas prosperará!

 

No devores, ¡rumia la Palabra de Dios!

Alimentarse de la Palabra de Dios no es como el servicio sin bajarse del auto de comida rápida o como devorar comida rápida. No hay nada de malo en escuchar sermones mientras te trasladas. De hecho, ¡te aliento a hacer eso! Pero, ¿también puedo alentarte a que no solo devores la Palabra de Dios mientras estas en movimiento, sino a que te tomes un tiempo cada día para realmente meditar en los versículos que escuchas o lees?

No solo devores la Palabra de Dios; toma un tiempo cada día para realmente meditar en los versículos que oyes o lees.

Puedes comenzar con solo un versículo al día. No se trata de cuántos capítulos leas, sino las profundidades en las que te sumerjas, y cuán profundamente realmente vas a digerir y pensar acerca de las palabras que eligió el Espíritu Santo y por qué lo expresó de la manera en que lo hizo. Tómate el tiempo para ser como una vaca rumiando en la Palabra, dándole vueltas y vueltas en tu boca y saboreándola hasta que la esencia de un versículo se convierta en la verdad que ahoga los hechos que podrían estar mirándote a la cara.

Puede ser un hecho que haya un síntoma preocupante en su cuerpo. ¿Pero sabes qué? La verdad de Dios declara: “Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros” (Romanos 8:11). Puede ser un hecho que la cantidad que tienes en el banco está disminuyendo. Pero la verdad es que “Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra” (2 Corintios 9:8). Puede ser un hecho que tu médico te haya dicho que no es posible que tengas hijos. Pero la verdad es, “Bendito serás más que todos los pueblos; no habrá en ti varón ni hembra estéril, ni en tus ganados” (Deuteronomio 7:14).

La luz y la oscuridad no pueden existir en el mismo espacio. Medita en Su Palabra y permite que ella expulse todo miedo y estrés. ¡Al tomar la decisión de priorizar y meditar diariamente en Su Palabra, Sus verdades eclipsarán todo hecho negativo! Que llegues a ser como el hombre bendecido plantado junto a corrientes de aguas, siempre dando fruto en su tiempo. Que cualquier cosa que hagas prospere en el poderoso nombre de Jesús. ¡Amén!

Traducción por Claudia Juárez Garbalena

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