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Sé consciente del perdón. De Joseph Prince

 

Salmos 103:2-4 (KJV) Bendice, alma mía, al SEÑOR, y no olvides todos sus beneficios: Él es quien perdona todas tus iniquidades, el que sana todas tus dolencias, el que redime tu vida de la destrucción, el que te corona con bondad amorosa y tiernas misericordias.

No mucho tiempo atrás, iba conduciendo para ir a almorzar con mi esposa, Wendy, y por alguna razón, cada vez que ella hacía un comentario casual, me encontraba a mi mismo irritado o haciendo un comentario innecesariamente provocativo.

¿Has tenido uno de esos días?

Cuando reflexioné sobre por qué estaba tan irritable, me di cuenta de que era porque en realidad me sentía culpable por un par de asuntos que ocurrieron ese día temprano. No necesariamente había hecho nada malo, sino que simplemente permití que un poco de culpa se introdujera en mi corazón e inconscientemente permití que entrara la condenación.

Amigo mío, cuando estás caminando bajo una nube de juicio, puedes convertirte en una persona realmente desagradable. Créeme, sé de lo que estoy hablando. Incluso si eres un autor de libros sobre la gracia y el perdón de Dios, puede haber momentos en los que la condenación se cuela en tu corazón y te olvidas por completo o eres inconsciente de ella.

Doy gracias a Dios que cuando Wendy me preguntó si había una razón para mi irritabilidad, Él me dio ese momento de claridad donde pude ver la condición de mi corazón. Y alabado sea Jesús por una esposa que discierne y es perceptiva que no tomó mis comentarios de forma personal y sabía que algo no estaba bien conmigo. Recuerdo haberle dicho que me avisara la próxima vez que notara tal comportamiento en mí, porque es muy fácil caer en condenación y culpa.

Cuando te sientes culpable y condenado, puedes sentirte mal durante todo el día y todas tus respuestas tienen un aguijón. Esa no es la vida abundante, ¿y sabes a qué se trata todo esto? Se trata de tener un sentido constante del perdón de Dios sobre tu vida. En lugar de aceptar y albergar toda la culpa, la condenación y el juicio, debemos mantenernos seguros en nuestro perfecto perdón en Jesús.

Hay una cualidad redentora en ser consciente del perdón, en lugar de ser consciente de tus fallas, pecados y errores. Cuando eres consciente del perdón y ves tus fallas en la cruz de Jesús, recibes poder para salir de tu irritabilidad, impaciencia y mal genio con los demás. ¡Recibes poder para salir de tus desórdenes alimenticios, adicciones y ansiedades!

Cuando te das cuenta de que no merecemos el perdón y la gracia de Dios, pero que Él nos los da de todos modos, esta revelación de Su favor inmerecido nos cambia desde adentro. ¡Disuelve los nudos de ira e impaciencia en nosotros que se han acumulado a lo largo de los años y nos libera para disfrutar del amor de Dios y mostrárselo a los demás!

Traducción por Claudia Juárez Garbalena

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