EL APOCALIPSIS O "EL DIA DEL SEÑOR" - Por E.W Bullinger ( 8a. Publicación)
Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas; porque el tiempo está cerca. Apocalipsis 1:3
Por
E.W. Bullinger, D.D.
Segunda edición
(Revisada y corregida)
1909
Traducción al español por Juan Luis Molina
Con la colaboración de
Claudia Juárez Garbalena
LA
PRIMERA VISIÓN "EN EL CIELO".
Caps. 4 y 5.
Caps. 4 y 5.
El Trono y sus atuendos
Ahora viene el tema del
libro que hemos señalado por la letra X [en la sección el Alcance o cuadro completo del Apocalipsis Visto
por Su Estructura]. Consiste, como vimos, de siete pares de visiones.
La primera de cada pareja es una Visión
“en el cielo”; y la segunda de cada par, es una Visión “en la Tierra”.
Cada Visión “en el cielo” es
preparatoria a la Visión que aparece posteriormente “en la tierra”: y lo que se
ve “en la tierra” es la puesta en práctica de la Visión previamente vista “en
el cielo”. Una es mutuamente explicativa de la otra. La Visión celestial explica
lo que va a suceder sobre la tierra; y las declaraciones en cada una de las
Visiones celestiales contienen el especial objetivo de los acontecimientos
terrenales que seguidamente tendrán lugar. La primera Visión de cada par es,
por tanto, la llave para la posterior.
Estas divisiones han sido
hechas por el Espíritu Santo Mismo; y las divisiones, hechas por los hombres en
capítulos, cuando no coincidan con las divisiones Divinas, no las tenemos en
cuenta.
Lo que hemos hecho ha sido
ignorarlas por completo, exceptuando el propósito de referencia.
Estas Visiones celestiales y
terrenales formarán el gran capítulo o división de esta parte de nuestro
trabajo. Tomaremos cada una de estas catorce Visiones para poder: primero darle
la estructura, con algunas necesarias expansiones; seguida de nuestra propia
traducción, basada en un Texto Griego revisado, de acuerdo a los autores
citados en las notas; e interpondremos también algunas explicaciones cuando
sean necesarias en este desarrollo.
Las estructuras por sí mismas
están llenas de enseñanza, y nos darán el alcance o cuadro de cada sección;
demostrando, claramente, cuales son los sujetos o temas sobre los cuales
debemos fijar nuestra atención.
La siguiente es la estructura
(abreviada) de H1, la primera Visión “en el Cielo,” que consiste de
los capítulos 4 y 5.
H1. LA PRIMERA VISION "En el Cielo"
(caps. 4, y 5)
(caps. 4, y 5)
El Trono y sus atuendos
H1 | A | 4:
1-8-. El Trono, los Ancianos y los Zoa
B | -8-11. Las locuciones de los Zoa y los Ancianos. Tema: la Creación.
A | 5: 1-7. El Trono y el Libro: el León y el Cordero.
B | 8-14. La Nueva Canción de los Zoa y los Ancianos. Otras locuciones celestiales. Tema: la Redención.
B | -8-11. Las locuciones de los Zoa y los Ancianos. Tema: la Creación.
A | 5: 1-7. El Trono y el Libro: el León y el Cordero.
B | 8-14. La Nueva Canción de los Zoa y los Ancianos. Otras locuciones celestiales. Tema: la Redención.
Así, pues, veremos que
el gran sujeto o tema principal de esta Visión “en el cielo” es:
EL TRONO, EL LIBRO Y EL
CORDERO.
Aquello que se encuentra al
principio en el Libro nos da su importancia y significado a la totalidad del
Libro. Es la llave para todo lo que sigue, y nos transporta en frente por el
Espíritu a las edades futuras, al “Día del Señor” venidero. La primera cosa
vista y primeramente mencionada (en el vers. 2) es:
EL TRONO
"Y al instante, yo estaba
en el Espíritu; y he aquí, un
trono establecido en el cielo".
Ninguna otra palabra podría
ser tan importante para fijar nuestras mentes sobre el hecho central y
predominante que prevalece en todo el Libro de esta profecía.
Es el día del cual se habla en
Salmos 103:19.
“Jehová estableció en los
cielos Su trono; Y Su reino domina sobre todos”.
Y en Salmos 9 y 10, cuando se
refiere a la gran Tribulación venidera como “tiempo de angustia” (Salmos 9:9, y 10:1), declara: El Señor “ha
preparado Su trono para el Juicio.” Y en Salmos 11:4-6 leemos:
"Jehová está en su santo templo,
Jehová tiene en el cielo su trono:
Sus ojos ven,
Sus párpados examinan a los hijos de los hombres.
Jehová prueba al justo:
Pero al malo y al que ama la violencia, su alma los aborrece.
Sobre los malos hará llover calamidades,
fuego, azufre y viento abrasador:
será la porción del cáliz de ellos."
Jehová tiene en el cielo su trono:
Sus ojos ven,
Sus párpados examinan a los hijos de los hombres.
Jehová prueba al justo:
Pero al malo y al que ama la violencia, su alma los aborrece.
Sobre los malos hará llover calamidades,
fuego, azufre y viento abrasador:
será la porción del cáliz de ellos."
Estos tres salmos predicen y se refieren a las
escenas descritas más detalladamente en el Apocalipsis.
Daniel (7:9, 10) también habla
de este mismo momento cuando dice “Estuve mirando hasta que fueron puestos
tronos, y se sentó un Anciano de días…su trono llama de fuego, y las ruedas del
mismo fuego ardiente. Un rio de fuego procedía y salía de delante de él,
millares y millares le servían, y millones y millones asistían delante de él,
EL JUEZ SE SENTO y los libros fueron abiertos”.
Este trono tiene que ver con juicio; “el
trono de la gracia” ya no aparece aquí. Gracia es el carácter de esta presente
dispensación; mientras que juicio, derecho y justicia será lo que caracterizará
a la venidera. Eso es lo que anuncia la voz celestial. “justos y verdaderos son tus caminos,
Rey de los santos” (15:-3). “Tus juicios se han manifestado” (ver.4). “Justo eres tú,
Oh Señor, el que eres y que eras, el Santo, porque has
juzgado estas
cosas” (16:5; vea también el vers. 7, y 19:2, 11). A los mártires se les
representa clamando “¿Hasta cuándo, Soberano Señor*, santo y verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre en
los que moran en la tierra? (6:10). La respuesta es, no que este clamor esté
fuera de lugar, sino que simplemente es prematuro: Todavía tienen que esperar un
poco más de tiempo. Los Cielos también se regocijan viendo la ejecución del
juicio (18:20; 19:2). “Temed a Dios y dadle Gloria” (Es el clamor que se
expandirá entonces), porque la hora de Su juicio ha llegado” (14:7). La Visión final también
es el juicio (20:4); y se pronuncia a los santos que han resistido y vencido. En Salmos
149:5-9 también se nos muestra esta escena final.
* Griego, (...) (despotes), Despot, o Soberano Señor. Vea
posteriormente el estudio en 6:10.
"Regocíjense los santos por su gloria:
y canten aun sobre sus camas.
Exalten a Dios (El) con sus gargantas,
y espada de dos filos en sus manos;
para ejecutar venganza entre las naciones,
Y castigo entre los pueblos;
Para aprisionar a sus reyes con grillos,
y a sus nobles con cadenas de hierro;
Para ejecutar en ellos el juicio decretado:
Gloria será esto para todos sus santos. Aleluya."
y canten aun sobre sus camas.
Exalten a Dios (El) con sus gargantas,
y espada de dos filos en sus manos;
para ejecutar venganza entre las naciones,
Y castigo entre los pueblos;
Para aprisionar a sus reyes con grillos,
y a sus nobles con cadenas de hierro;
Para ejecutar en ellos el juicio decretado:
Gloria será esto para todos sus santos. Aleluya."
Así que, el Trono, con el cual
comienza la primera Visión “en el cielo”, es el punto objetivo principal. Eso
es lo que nos muestra la estructura; y además también nos muestra otros puntos
resaltantes, esto es, el Libro y el Cordero, y su relación con dos temas, la Creación
(cap. 4) y la Redención (cap. 5).
Antes de que procedamos a la
traducción debemos primeramente dar la expansión de A. 4:1-8-. Su importancia
se desprende por la descripción tan minuciosa que se le hace al Trono.
A. 4: 1-8-. El
Trono.
A | a | 1-3-. Sobre él: el Entronado.
b | d | -3. A su alrededor: un Arco iris.
e | 4. A su alrededor: 24 Tronos.
c | 5-. Proveniente de él: Relámpagos.
b | d | -5. Delante de él: Siete lámparas.
e | 6-. Delante de él: un Mar de Cristal.
a | -6-8-. En medio de él: los cuatro Zoa.
b | d | -3. A su alrededor: un Arco iris.
e | 4. A su alrededor: 24 Tronos.
c | 5-. Proveniente de él: Relámpagos.
b | d | -5. Delante de él: Siete lámparas.
e | 6-. Delante de él: un Mar de Cristal.
a | -6-8-. En medio de él: los cuatro Zoa.
Ahora vamos a seguir haciendo
la traducción de cada miembro por separado, señalando cada uno con su letra
correspondiente, para que su lugar en la estructura general y plan pueda ser
fácilmente referido, encontrado y seguido.
A. 4: 1-8-. EL TRONO.
a. 1-3-. En o sobre él: Uno Sentado.
4: 1. Después de esto] Siete
veces aparece en este libro esta misma o una similar expresión (4: 1; 7:
1, 9; 15: 5; 18: 1; 19: 1; 20: 3). Aunque en el último caso intervengan mil
años, está claro que aquello que se describe no necesariamente tiene que suceder
inmediatamente. (Es una manera de hablar Hebrea. Compare Génesis 22:1).
Mire, y he aquí una puerta
abierta EN EL CIELO] Hay cinco aperturas mencionadas en este Libro; y, aunque no
marquen una división especial literaria, aun así, todas tienen una gran importancia
y significado. Vea 11:19; 15:5; 19:11; y 21:1. Esta primera es una “puerta”
abierta para dejar pasar a Juan. Pero cuando los Ejércitos Celestiales entren
en escena, en esa ocasión, dice Juan: “Entonces vi el cielo abierto” (19:11), y
no meramente una puerta. Lo mismo le sucedió a Ezequiel cuando vio las
“visiones de (o provenientes de) Dios.”
Y la primera voz que
oí (al principio, 1: 10) como de trompeta, hablando
conmigo (1: 10), dijo,
"Sube acá, y yo te mostraré las cosas que sucederán después de estas"]
No tenemos necesidad de tomar estas palabras (...) (die genesthai) de
manera diferente a como se exponen en 1:
1, 19; 22: 6. Mt. 24: 6; 26: 64. Dn. 2: 28, 29. (...) (meta tauta)
significa (literalmente) después
de estas cosas, cuando se emplea en las narraciones históricas; pero cuando
se utiliza en promesa y profecía la expresión significa de aquí en adelante. Vea 1: 19
y 9: 12.
2. *Y al instante yo estaba
en el Espíritu] Vea cap. 1:10; 17: 3; y 21: 10. Y para el uso
posterior de (...) (en pneumati) en
espíritu, vea Ro. 9: 1; 14: 17; 15: 16. I Co. 12: 3, 9. 2a Co. 6: 6. I Ts. 1: 5. Judas 20 y Miqueas 3:
8.
* L.T.Tr.A. WH. y RV. omiten
(...) (kai) y.
Y he aquí, un trono
establecido en el cielo, y en el trono, uno sentado] Es evidente que se refiere al Padre;
quien desde aquí en adelante, a través de todo el libro, se describe como
“Aquel que se sienta sobre el trono”. Se distingue del Hijo en 6:16;
7:10.
3. Y el aspecto del que estaba sentado
era semejante a la piedra de jaspe y de cornalina; y había alrededor del trono
un arco iris, semejante en aspecto a la esmeralda] No podemos saber
exactamente el significado a través de la apariencia de estas piedras, ni
tampoco podemos identificarlas satisfactoriamente. Pero no cabe la menor duda
en cuanto al “arcoíris”. Está hablando de una escena de juicio – no de agua,
sino de fuego; y nos habla además de esperanza y liberación para todos aquellos
a quienes concierne el pacto de la “señal”. El arcoíris
se refiere al
pacto de Génesis 9:8-17; y el color siendo el opuesto al del fuego, nos habla de misericordia
en medio del juicio (Hebreos 3:3. Salmos 101:1).
4. Y alrededor del trono había
veinticuatro tronos, y vi sentados en los tronos a veinticuatro ancianos,
vestidos de ropas blancas] La palabra para los tronos de los Ancianos es la
misma que la que se emplea para “el trono” del vers. 2. Muy probablemente
serían tronos tanto más pequeños como más bajos; una vez que son evidentemente
subordinados.
Con coronas de oro en sus
cabezas] La
interpretación común y general es que los Ancianos representan simbólicamente a
la Iglesia de Dios. ¿Pero por qué no dejarlos así? ¿Por qué tendrían que ser diferentes de lo
que realmente son? David repartió los veinticuatro turnos del ministerio (1ª
Crónicas 24:3-5) después de oír el mandato celestial. Y lo hizo todo “por el
Espíritu”. “Todas estas cosas” dijo David, “me fueron trazadas por la mano de
Jehová, que me hizo entender todas las obras del diseño”. (1ª Crónicas
28:11-13, 19). Lo mismo sucedió en el caso del Tabernáculo que
sirvió “de figura y sombra de las cosas celestiales, como se le advirtió a Moisés
cuando iba a erigir el tabernáculo, diciéndole: Mira, haz todas las cosas
conforme al modelo que se te ha mostrado en el monte.” (Hebreos 8:5). Por eso se
les denomina “figuras de las cosas celestiales” (Hebreos 9:23). Y lo mismo
ocurrió con David y el Templo, cuando lo que David copió sobre la tierra era la
figura de las cosas verdaderas “en los Celestiales”. El Templo de adoración en
la tierra fue por tanto moldeado sobre aquella adoración que se lleva a cabo en
el cielo: la cual, si nos dimos cuenta, podemos ver que se lleva a cabo a
través de estos líderes celestiales de adoradores del cielo.
Estos ancianos son los líderes
del sacerdocio celestial; los sumos sacerdotes o ancianos de la adoración
Celestial y gobierno. El comparativo (...) (presbuteros) anciano) se ha distinguido de (...) (presbutes) hombre viejo), desde los
tiempos más antiguos, marca y denota una posición oficial. En el idioma ingles se preserva hoy en día el
término Alderman o elder man. En los papiros
se emplea constantemente tanto
para los gobernadores civiles como para los religiosos. Los asuntos del Sacerdocio egipcio se
regían por un concilio anual de 25 presbuteroi.
La palabra no significa meramente
“sacerdote” bajo ningún sentido, porque a menudo nos encontramos la expresión “presbítero-sacerdote” “empleado acerca de un
líder entre sacerdotes”, así pues, había tanto gobernadores sacerdotales como
gobernadores civiles. La palabra se utiliza con este sentido en el Antiguo
Testamento, acerca de los “ancianos de los sacerdotes”. (Vea Isaías 37:1. Jeremías
19:1). Este es el significado de la palabra aquí también.
David repartió sus
veinticuatro turnos, dieciséis de entre los hijos de Eleazar; y ocho de entre los hijos de Itamar. Todos
estos eran “gobernadores del santuario y gobernadores de la casa de Dios.” (1ªCrónicas
24:5). Si nos hacemos la pregunta de ¿por qué veinticuatro? La respuesta es
porque doce es el número de la perfección gubernamental; y donde quiera que lo encontremos, o
a cualquiera de sus múltiplos, siempre se asocia con gobierno y liderazgo.
Este fue el número (24.000) de
los Levitas que sirvieron en la casa de Jehová (1ª Crónicas 23:3, 4).
Este fue el número de los
profetas que lideraron las alabanzas a Dios con instrumentos y canciones (1ª
Crónicas 25:31).
Los porteros de los hijos de
Leví fueron veinticuatro (1ª Crónicas. 26: 17-19).
El mismo número se obtiene en
el Palacio así como en el Templo.
Doce capitanes presiden entre
los 24.000 (1ª Crónicas. 27: 1-15).
Doce oficiales fueron asignados sobre los
Tesoros (vers. 25-31).
Así, pues, estos veinticuatro
ancianos son los líderes principales, los responsables y los gobernadores de la
adoración en el Cielo. Son reyes y sacerdotes. No son de ninguna manera, y no
pueden ser, la Iglesia de Dios. Aparecen primero coronados y asentados en el
trono. Ya están coronados ahora. No son, ni hacen parte de los redimidos,
porque se distinguen entre ellos y de aquellos
que son redimidos. Vea la canción que entonan más adelante (cap. 5:9, 10).
Hablan del tiempo de “dar el galardón a tus siervos” (11:18), no dicen a nosotros (ellos mismos) tus siervos. Son seres
celestiales que no tomaron parte en la caída, y por eso están vestidos de
“ropas blancas”. Hablan de la Creación (4: 8-11). Y cuando cantan acerca de
la Redención (5: 8-14) la
llaman "una nueva canción". La Redención no es un cántico nuevo para
la Iglesia de Dios, porque entonces sería la antigua canción que tan a menudo
cantamos en la tierra como siendo “la antigua y pasada historia”. Uno de estos
ancianos habla con Juan (7:13-17) como estando separado y siendo diferente
tanto de la gran multitud como del propio Juan. Y ofrecen “copas de oro llenas
de incienso, que son las oraciones de los santos” (5: 8). Son sacerdotes que ministran a
favor de otros. ¿Es esta la labor de la Iglesia? Sus funciones son
completamente sacerdotales. Vea 2ª Crónicas 5:11-14. Y, como Ancianos que son,
también son gobernadores; y por eso aparecen sentados en los tronos (vea Gn.
24: 2. Ex. 3: 16. En 1ª Samuel. 30: 26,
y 2ª Samuel 3: 17; 5: 3). Están próximos
del Rey, son sus consejeros. (Compare con 2ª Samuel 17: 4 y 1ª Reyes 8: 1-3). De todo esto que acabamos de
ver obtenemos la posición de estos veinticuatro ancianos; y vemos que,
interpretarlos como parte de la Iglesia es violar muchos pasajes de la
Escritura y darles un significado que no tienen ni pueden tener.
5. Y del trono salían relámpagos y
truenos y voces; y delante del trono ardían siete lámparas de fuego, las cuales
son los siete espíritus de Dios] Vea arriba acerca de 1: 4; 3:
1; y compare con 5: 6. Estos siete espíritus están “delante del trono”
dispuestos a obedecer los mandamientos de Aquel que se sienta en el trono. El
trono tiene en sí mismo todos los accesorios del juicio que inspiran temor y
hablan de la ira venidera.
6. Y (he
aquí) delante del trono
había como un mar de vidrio, semejante al cristal] No se nos dice lo que era sino
solamente con lo que tenía “semejanza”. Una vez que se nos dice a lo que era
“semejante”, no nos corresponde a nosotros procurarle posteriores simbolismos. El
Cielo, creemos nosotros, es un lugar repleto de gloriosas realidades, y no un
sitio de sombras insustanciales. Algún día veremos lo que Juan vio, y entonces sabremos. Ahora,
tenemos simplemente que creer en lo que está escrito hasta que la fe sea sustituida por
la vista.
Y junto al trono, y alrededor
del trono, cuatro seres vivientes (Zoa) llenos de ojos delante y detrás. 7. Y
el primer ser viviente (Zoon) era semejante a un león, y el Segundo era
semejante a un becerro; el tercero tenía rostro como de hombre; y el cuarto era
semejante a un águila volando. 8. Y los cuatro seres vivientes (Zoa) tenían
cada uno seis alas; y alrededor y por dentro estaban llenos de ojos] La palabra “seres vivientes”
no es la misma que en los caps. 13 y 17. Aquí es (…) (zoon), y significa una criatura viviente; pero en los
capítulos 13 y 17 es (...) (therion), alma salvaje e indomable bestia.
Es difícil hallar un término que represente con exactitud el original. “Criatura
viviente” es tanto poco consistente, como confuso; y “seres vivientes” conlleva mucho de humanidad; así que “Vivientes” sería
una mejor traducción, pero como la palabra se usa a menudo en el singular
causaría alguna confusión si dijésemos “el Viviente”, ya que “Aquel que Vive” se emplea en este libro
como uno de los títulos Divinos del Señor Jesús. Por eso juzgamos mejor dejar
la palabra sin traducir, y emplear Zoon en el singular, y Zoa en el
plural. Así no tenemos obstáculos, una vez que, en parte, podemos comprenderla
a través de palabras derivadas castellanas tales como Zoología, Zoológico, Zoopatía, Zootomía, Zoonimia, etc., que tienen todas
que ver con cosas vivientes; animadas en oposición a las inanimadas.
La primera vez que los Zoa se
mencionan en la Biblia son nombrados, pero no descritos. En Génesis 3:24 son
llamados “los Querubines”, y esta palabra nunca ha sido traducida en ninguna de
las Versiones. Tenemos, por tanto, un buen antecedente para dejar los otros
nombres, Zoon y Zoa, también sin traducir.
Los Zoa son descritos en Ezequiel
(cap.1:5-14), y son identificados en Ezequiel 10:20 con los querubines. “Estos
eran los mismos seres vivientes que vi debajo del Dios de Israel
junto al rio Quebab; y conocí que eran querubines”. Los dos términos se emplean
intercambiados en Ezequiel. Compare 1:22 y 10:1, 15. Nadie nos puede decir más
acerca de ellos de lo que nos dice Dios Mismo. Las opiniones de los hombres
sobre lo que “representan” han creado muchas confusiones. Nuestras propias
opiniones son igualmente inútiles; lo único que podemos señalar a nuestros
lectores es lo que Dios ha revelado sobre ellos. Algunos sostienen que
representan los pensamientos de Dios; pero a duras penas se podrán identificar
con Dios, Quien nos mandó diciendo que no hiciésemos ningún emblema de la
Deidad Misma; especialmente con una apariencia “de buey que coma hierba.” (Vea
Deuteronomio 4:15, 16. Romanos 1:22, 23. Salmos 106:19, 20). Además, ellos
ofrecen adoraciones, pero nunca vemos que sean adorados (Isaías 6. Ap.4, y
5).Otros piensan que representan los Cuatro Evangelios; pero muy difícilmente los
animales podrían alguna vez representar libros. Además, es difícil imaginarse a
los cuatro Evangelios guardando al Árbol de la Vida, o que ocupen un lugar tan
especial en el Tabernáculo y en el Templo. Y que no pueden ser o representar a
la Iglesia se puede ver fácilmente por los hechos siguientes:
1. Tres de los cuatro son animales, y
deben tener algún punto en común entre el símbolo y la cosa representada.
2. Son llamados para juicio
(cap. 6), y ofrecen las copas “repletas de la ira de Dios” a las Siete Copas de
los Ángeles (cap. 15). Esta no es con toda seguridad la labor de la Iglesia, ni
en este tiempo ni en el tiempo futuro.
3. Ap. 5:9, 10, de acuerdo al
texto correcto y traducción, muestra que estos Zoa no dicen de sí mismos que sean
redentores, sino que se distinguen de los tales. Vea posteriormente nuestra
exposición de estos versículos
4. No pueden ser seres
angelicales comunes, una vez que se distinguen de los ángeles en el cap. 5:8, 11.
Ni reciben ninguna comisión que generalmente los ángeles reciben. Por el
contrario, son ellos que dan órdenes, lo cual es algo que nunca vemos que los
ángeles hagan.
5. Siempre se encuentran
próximos al Trono de Dios, y nunca se apartan de él.
6. Se mencionan primeramente,
como hemos dicho, en Génesis 3:24: “Echó, pues, fuera al hombre, y puso al
oriente del huerto de Edén querubines, y una espada encendida que se revolvía
por todos lados, para guardar el camino del Árbol de la vida.” El verbo
“guardar” aquí, significa preservar y proteger, y vigilar, tal como en Génesis
2:15 y 18:19, etc. Vemos que primeramente aparecen en conexión con la Caída; y
nos damos cuenta del hecho de que son representativos de la creación viva o animada, de ahí su nombre Zoa. Su número, cuatro, los conecta solamente con la
tierra; y en Romanos 8:19-21 se hace partícipe de los efectos de la Caída a
toda la creación “Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la
manifestación de los hijos de Dios. Porque la creación fue sujeta a vanidad, no
por su propia voluntad, sino por causa del que la sujetó en esperanza; porque
también la creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios,
porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de
parto hasta ahora” (Romanos 8:19-22).
Estas palabras reciben un
nuevo significado si conectamos a los Querubines, o Zoa, como siendo la concreta
representación de esta gimiente creación; y como siendo la garantía de que
estos dolores y gemidos cesarán un día, y su esperanza será cumplida. Esta
esperanza fue dada cuando fueron puestos, como en un Tabernáculo, a las puertas
del Edén. Allí, en aquel tiempo, se manifestó la presencia del Señor Jehová.
Aquí fue donde Caín y Abel trajeron sus ofrendas; y de esta “presencia de
Jehová” fue de donde Caín fue expulsado (Génesis 4:14-16).
Es posible que el Tabernáculo
de Dios continuase erguido hasta el tiempo del Diluvio. Porque de Sem se dice
que era guardián de esta “habitación”. La palabra “puso” en Génesis 3:24 es (…)
(shaken), y significa habitación o habitáculo en un tabernáculo, y se emplea
comúnmente hablando del lugar donde mora Dios con los hombres y de Su habitación*.
En Génesis 9:26, 27, leemos:
“Bendito
por Jehová mi Dios sea Sem
Y sea
Canaán su siervo
Engrandezca
Dios a Jafet
Y
habite (o ponga Dios Su tabernáculo) en
las tiendas de Sem.”
*Vea
Éxodo 25:8. 29:45, 46. Josué 18:1; 22:19. 1ª Reyes 6:13; 8:12. 2ª Crónicas 6:1.
Salmos 68:18. Es de este verbo que tenemos la palabra Shekinab.
Aquí se mencionan los tres
patriarcas. Canaán (Ham) y Jafet ocupan las dos líneas centrales; mientras que
Sem y el Señor Su Dios ocupan las líneas externas. Si esto es así, entonces,
este Tabernáculo de la Divina presencia continuó entre los hombres hasta el
Diluvio y contenía los Querubines.
Después del Diluvio, los Terafines
(probablemente una depravación de Querubines) fueron esculpidos en imitación de
ellos, y pasaron a ser objeto de culto y adoración. Estos ídolos se mantuvieron
después en la expansión de las naciones (Génesis 11), y probablemente las esculturas Asirias sean las tradicionales
corrupciones que hicieron los hombres de los Querubines originales, pues
consistían de figuras humanas con cabezas de águilas;
un león o de un buey con
cabeza de hombre.
Cuando Dios irguió el
Tabernáculo en Israel fue para poder tener un sitio donde “habitar en medio de
ellos” (Éxodo 25:8; donde aparece la misma palabra que se utiliza en Génesis
3:24: “santuario para mí”). Lo primero que se hizo no fue el Tabernáculo en sí,
sino el Arca del Pacto con su propiciatorio y los Querubines (Éxodo 25:16-18).
Estos no eran los verdaderos querubines, por supuesto; Eran simplemente copias
suyas en el propiciatorio. Sus representaciones se entretejían en el Velo
(Éxodo 26:31; 36:35). Todo esto se hizo para mostrar que, de ahí en adelante,
la esperanza de la creación estaría ligada con “la esperanza de
Israel”; y que ambas se basarían y fundarían en los méritos de la sangre de la
expiación. Dios hablaba “en medio de los querubines”; y ese era el lugar donde
Su gloria habitaba. (1ª Samuel 4:4. 2ª Samuel 6:2. Salmos 80:1, 3, 7, 14, 19. Isaías
37:16). El Pacto original con Adán, y con el Hijo del Hombre mismo, recae sobre
toda la creación animada, y dice respecto de la esperanza de su liberación
(Salmos 8:6-8; 148:7-11). Y la gloria de milenio no estaría completa sin que se
cumpla esa esperanza (Isaías 11:6-9).
En Apocalipsis 4 y 5 el Hijo
del Hombre está a punto de llevar a cabo esta esperanza de la creación; y,
por tanto, la creación se regocija en este bendito objetivo. Los Zoa se hallan
próximos del trono, y dicen respecto de la creación.
La tierra está a
punto de ser juzgada; y su liberación está a la mano. Por eso dicen, “Señor,
digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tú creaste todas
las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas” (4:11). También dicen
respecto de la redención en la cual se basa la liberación
venidera (cap. 5:9, 10); y así se explica el objetivo por el cual se encuentran
asociados con la sangre derramada en el propiciatorio.
Todo esto se basa en el
Antiguo Testamento; porque cuando se refiere a estas verdades temporales en
Romanos 8, se habla de una esperanza distinta de la que tiene la Iglesia,
aunque tenga también su propia conexión con ella, y dependiente de su
manifestación en gloria. En resumen, pues, podemos decir, que los querubines
son realidades celestiales; seres vivientes de los cuales no sabemos nada por
experiencia. Sin embargo, las referencias que se hacen sobre ellas en la
Escritura nos enseñan que de alguna manera tienen que ver con la asociación de
la Creación y los efectos de la Caída, y la futura esperanza de liberación de
todos esos efectos que produjo. Por eso aparecen aquí, una vez que esa
liberación se encuentra tan próxima; y por eso sus palabras también hablan de
que se encuentra a la mano.
Esto nos lleva a considerar
ahora las palabras pronunciadas de los Zoa y de los veinticuatro Ancianos en B,
4: -8-11.
B, cap. 4: 8-11.
LAS PALABRAS DE LOS ZOA Y LOS ANCIANOS.
El Tema —La Creación.
Ahora llegamos a B, 4:-811, el
sujeto o tema principal del cual es la adoración y las palabras de los Zoa y de los Ancianos. Estas hacen parte
de la larga estructura de H1, y además, de la primera visión que
aparece "en el Cielo".
La estructura es la siguiente:
B | f | -8-. Adoración de los Zoa.
"Y no cesaban
g | -8. Sus dichos (creación). "Santo, santo, santo...
f | 9, 10. Adoración de los Ancianos. "Y siempre...
g | 11. Su nueva canción (creación). "Digno eres...
g | -8. Sus dichos (creación). "Santo, santo, santo...
f | 9, 10. Adoración de los Ancianos. "Y siempre...
g | 11. Su nueva canción (creación). "Digno eres...
4: -8. Y no cesaban día y noche de decir,
"Santo, Santo, Santo
es el Señor Todopoderoso
el que era, el que es, y el que ha de venir."
"Santo, Santo, Santo
es el Señor Todopoderoso
el que era, el que es, y el que ha de venir."
Esta
es la primera de las diecisiete voces Celestiales. Comienza con Dios Mismo, y
tiene que ver con lo que es en Sí Mismo; y no con lo que tiene, o haya hecho, o
vaya a hacer. El énfasis recae sobre “Quien era”, porque se pone en primer
lugar*. El
objetivo de todo el Libro, y de todo lo que registra, es establecer la Santidad de Dios, que se encuentra aquí,
al principio mismo, y es la primera cosa proclamada. El reino de Cielo está a
punto de ser establecido en la Tierra, donde todo será santo, en vez de inmundo
como lo es ahora. Por eso tenemos la misma idea en la gran oración del Reino:
"Padre nuestro que estás en los
Cielos,
Santificado sea Tu Nombre,
Venga a nosotros Tu Reino,
Sea hecha Tu voluntad aquí en la Tierra, como en el Cielo".
Santificado sea Tu Nombre,
Venga a nosotros Tu Reino,
Sea hecha Tu voluntad aquí en la Tierra, como en el Cielo".
Entonces, y solo entonces,
tenemos “nosotros”. “Venga a nosotros”, “da (nos)” a nosotros,
etc. Es además
muy significativo que haya tres Salmos que hablen proféticamente de este mismo
reino venidero. El Salmo 93, el 97, y el 99. Los tres Salmos anteriores a
estos, comienzan con una exhortación a cantar, y después, a seguir, estos
Salmos siguientes comienza cada uno con la expresión “El reinado del Señor
Jehová”. Todavía no se pueden entonar
estos cánticos hasta que no se cumplan estos acontecimientos, pero el día se
está acercando cuando se puedan cantar, y serán, canticos de aquella presente y
gloriosa realidad venidera. El punto principal, sin embargo, que tenemos que
observar es que, cada uno de estos tres Salmos, finaliza con una referencia
hacia la “santidad” de Dios; y eso es así, porque, aquel
periodo, será llamado “el reinado del Señor”. Sin embargo las Voces celestiales
en Apocalipsis comienzan con la proclamación de esta santidad, porque quienes
dicen “Santo, Santo, Santo”, están a punto de llamar a juicio a todos aquellos
que serán introducidos en aquel Santo Reino. (Vea Isaías 23:18. Zacarías 14:20,
21). Estos tres Salmos deben ser leídos cuidadosamente, a la luz del
Apocalipsis.
* Compare 1: 8 y 11: 17, donde
el énfasis está en el presente.
El primero de los Salmos (93)
es llamado por el cántico del Sábado (92), que nos habla del mandamiento a
guardar el Sábado que habrá en el milenio venidero, y relata la destrucción de
los inicuos, la venganza sobre los enemigos y la dispersión de los hacedores de
maldad, antes de que el Señor sea exaltado al lugar más Alto por toda la
eternidad. (versículos. 7-9). Entonces viene la respuesta en Salmos 93, que
comienza diciendo “EL SEÑOR REINA”, y habla del Trono que está siendo
establecido, y acaba con la siguiente declaración, “la
santidad conviene
a tu casa, Oh Jehová, por los siglos y para siempre”.
El Segundo (97) es denominado
por el Salmo 96:1 “Cantad a Jehová cántico nuevo. Cantad a Jehová, toda la tierra”; y
nos habla de la gloria del Milenio, que está resumida en el versículo 11:
“Alégrense los cielos,
Y gócese la tierra.” *
*El Massorah
señala un remarcable acróstico en las cuatro palabras hebreas que forman este
versículo. Las cuatro palabras comienzan con las cuatro letras en griego que
forman la palabra Jehová (…) Así que este versículo marca en su contenido el
resultado de los tratos de Jehová.
Esto, además, es la suma de la
Voz celestial final en Ap. 19:5, 7. Después entonces viene la respuesta en
Salmos 97, que comienza con “EL SEÑOR JEHOVÁ REINA”, y nos cuenta cómo “la
Justicia y el Juicio son el cimiento de Su trono” (vers. 2; y compare con Ap.
15:3; 16:7; 19:2); y continua hablando de los mismos juicios que están
descritos en el Apocalipsis, y además de la misma exaltación de Jehová sobre toda
la tierra (vers.9; compare con 92:8). Termina con una exhortación para que los
justos “se regocijen en Jehová…y para que alaben la memoria de Su santidad”.
El tercero (99) es llamado por
lo que aparece en el Salmo 98:1-3: “Cantad a Jehová cántico nuevo, porque ha
hecho maravillas. Su diestra lo ha salvado, y su santo brazo…Se ha acordado de
su misericordia y de su verdad para con la casa de Israel”. Después entonces
viene la respuesta en el Salmo 99, el cual comienza diciendo “JEHOVÁ REINA;
temblarán los pueblos: Él está sentado sobre los querubines, se conmoverá la
tierra. Tres veces aparece en este Salmo la expresión “Santo” de los Zoa en
Apocalipsis 4:8 dándonos así su interpretación y significado:
Versículo 3. “Alaben tu nombre
grande y temible; Él es santo”
Versículo 5. “Exaltad a Jehová
nuestro Dios, y postraos ante el estrado de sus pies; Él es santo. Y:
Vers. 9. “Exaltad a Jehová
nuestro Dios, y postraos ante su santo monte, porque Jehová nuestro Dios es
santo.
Todas estas verdades y
enseñanzas llevan consigo esta primera Voz celestial, dichas por los cuatro Zoa.
Ya hemos llamado la atención al
el hecho de que cada Visión vista “EN EL CIELO” se encuentra señalada por las
voces celestiales; y hemos establecido que en estas locuciones debemos buscar la llave para las escenas del
juicio que se siguen después consecuentemente en la tierra. Tendremos, por
tanto, que darles más atención al significado de estas declaraciones o voces;
sopesar bien sus palabras, aprender sus lecciones, y notar lo que provocan y
sus efectos, en lo que viene a seguir “en la tierra.”
9. Y siempre que aquellos Zoa dan
Gloria y honra y acción de gracias al que está sentado en el trono, al que vive
por los siglos de los siglos.
10. Los veinticuatro ancianos se
postran delante del que está sentado en el trono, y adoran al que vive por los
siglos de los siglos, y echan sus coronas delante del trono, diciendo:
"Señor, digno eres,
de recibir la gloria y la honra y el poder;
porque tú creaste todas las cosas,
Y por tu voluntad existen, y fueron creadas"]
Así, pues, la creación es
el tema principal de la primera gran locución de los Zoa y de los Ancianos. Sus voces anuncian el hecho bendito de que
los juicios que van a suceder, tienen por objetivo principal remover y quitar
la maldición, y a todos los impíos de sobre la tierra; y el fin del gemido y de
los dolores de parto de la creación. Estos ancianos celestiales toman parte de
estas locuciones, y su reconocimiento es verdadero al postrar sus rostros en
adoración y homenaje.
A, Cap.5:1-7
EL TRONO Y EL LIBRO: EL LEÓN Y
EL CORDERO
Una vez que hemos considerado
el elemento B, 4:-8-11, ahora llegamos al elemento A, 5:1-7, el tema principal
que es El Trono, y el Libro: El León y el Cordero.
Aquí,
igual que en 4:18-, tenemos el Trono. Pero, aquí el tema es más bien Él que
está sentado sobre el Trono, y no el Trono mismo.
A | h | 1-. Mano derecha. "Y yo vi...
i | -1. Un Libro.
k | 2-5. El León. "Y vi...
k | 6. El Cordero. "Y miré...
i | 7-. El Libro. "Y vino...
h | -7. Mano derecha. "del que estaba sentado.
i | -1. Un Libro.
k | 2-5. El León. "Y vi...
k | 6. El Cordero. "Y miré...
i | 7-. El Libro. "Y vino...
h | -7. Mano derecha. "del que estaba sentado.
5: 1. Y vi en la mano derecha del que
estaba sentado en el trono, un Libro (O Rollo), escrito por dentro y por fuera, sellado con siete sellos). Hay
mucho de ingenuidad en las interpretaciones comunes que se han hecho de este
“Libro”, y de qué es lo que representa. Algunos han llegado a sugerir que es la
historia de la Iglesia Cristiana, pero estamos seguros de que nuestros
lectores, a estas alturas, están ya lo suficientemente convencidos de que la
Iglesia no es el tema del Apocalipsis.
Tampoco puede ser “el libro
del Pacto” que se hace con Israel, porque ese Nuevo Pacto asienta en
misericordia (Hebreos 10:16, 17), mientras que este libro tiene que ver con
juicio. ¿Para qué tendríamos que alejarnos buscando un significado imaginario,
cuando tenemos los planos indicados en la Palabra misma acerca de lo que un
libro sellado denota? En Isaías 29:11 leemos: “Y os será toda visión como
palabras de libro sellado, el cual si dieren al que sabe leer, y le dijeren: Leo
ahora esto; el dirá: No puedo, porque está sellado”. En Daniel 12:1-3, leemos
acerca de la Gran Tribulación, que es el tema central del Apocalipsis. Sin
embargo a Daniel no se le permite hacer más que darnos a conocer el aspecto de la
gran Tribulación de la cual el pueblo de Daniel será librado. Los detalles, y
las circunstancias de esos días, no le fueron dados a conocer a Daniel en aquel
tiempo. Por eso, se le dice así (Daniel 12:4): “Pero tú Daniel, cierra las
palabras y sella el libro hasta el tiempo del fin”. Y cuando Daniel preguntó
(vers.8) “¿Cuál será el fin de estas cosas? La respuesta es (vers.9): “Anda,
Daniel, pues estas palabras están selladas hasta el tiempo del fin.” Los
pormenores de la primera visión de Daniel también se le dijo que los sellase.
“Y tú guarda (esconde) la Visión, porque es para muchos días” (8:26).
¿Qué otra cosa podríamos
buscar como principal en el Apocalipsis, que como hemos visto contiene el fin
de los “muchos días” y “el tiempo del fin” como su gran sujeto o tema
principal, que no fuesen las cosas no selladas, si de las selladas habla tan
preeminentemente el libro de Daniel?
Cuando haya llegado el tiempo para que se cumpla todo lo que está escrito en
este libro, entonces será cuando los sellos sean abiertos. Hasta entonces,
aunque estos siete sellos hayan sido abiertos, todavía hay ciertos asuntos que
aun el propio Juan tuvo que “sellar”,
esto es, “las voces que emitieron los siete truenos” (10:4). Nosotros tomamos
por tanto, que la apertura de los sellos de este libro es la ampliación, el
desarrollo y la continuación del Libro
de Daniel, describiendo, de parte de Dios, los juicios necesarios para asegurar
el cumplimiento de todo lo que Él ha predicho antes. La apertura de cada uno de
los sellos contiene un juicio especial con un resultado inminente o inmediato. El
rollo dado a Ezequiel fue de contenido similar. “Y lo extendió delante de mí, y
estaba escrito por delante y por detrás; y había escritas en él endechas y
lamentaciones y ayes” (Ezequiel 2:10). De la misma manera la apertura de los
sellos de este libro despliegan tribulaciones, lamentaciones y ayes también. Pero hay más en el “Libro” que todo
esto. También contiene el objetivo de los juicios. Ese objetivo es la redención de la
herencia profetizada. (Vea las notas anteriores en el vers. 2). La especial importancia de
este “Libro” (y de todo lo que envuelve) se desprende por su estructura, que es
la siguiente:
LA
EXPANSIÓN DE k., 5: 2-5.
k
| l | 2-. La proclamación del Ángel. "Y vi...
m | -2. Pregunta. "¿Quién es digno...?
m | -2. Pregunta. "¿Quién es digno...?
Primera consecuencia: Inhabilidad
n | o | 3-. Y ninguno podía. (Agente).
p | -3. Abrir el Libro. (Acción).
n | o | 3-. Y ninguno podía. (Agente).
p | -3. Abrir el Libro. (Acción).
Segunda consecuencia: Lamentaciones.
n | o | 4-. Ninguno digno. (Agente).
n | o | 4-. Ninguno digno. (Agente).
l | 5-. La consolación del
Anciano. "Y uno...
m | 5. Respuesta a la pregunta. "He aquí...
m | 5. Respuesta a la pregunta. "He aquí...
LA
TRADUCCIÓN DE k, 5: 2-5.
5:2 Y vi a un ángel fuerte que
pregonaba a gran voz – “¿Quién es digno de abrir el libro y desatar sus
sellos?”] Parece como si hubiera
algo más en estos 7 sellos del Libro de lo que hemos dicho en el versículo 1.
Evidentemente hay más cosas en este libro que la mera continuación de las
profecías de Daniel. Están allí, sin sombra de dudas, pero deben ser aquellas
cosas por las cuales se da a continuación el juicio, y se requieren para
desencadenar todo este poder. Si el Libro tiene que ver con la totalidad del
tema o sujeto principal de la profecía, con su causa, y no meramente con sus
consecuencias y su final, entonces será bueno que regresemos al principio, al
punto que nos señala los querubines, cuando el hombre fue expulsado del
Paraíso, cuando perdió su heredad; y la promesa de un Libertador y Redentor
venidero fue dada.
La Primera Visión “en el
Cielo” (4:5) resalta la historia del hombre en relación al Trono, al punto que
dejamos atrás en Génesis 3:24. El Trono aquí está establecido; pero el hombre
no está ya aquí sino fuera, y además es incapaz de ganarse el acceso al “Árbol
de la Vida”. Por eso se proclama “¿Quién es digno?” ¿Quién tiene el derecho de
redimir la heredad perdida, el Paraíso perdido? Satán está en posesión de este
mundo ahora. Él es su “Dios” y “príncipe” (Juan 12:31; 14:30; 16:11. Efesios
2:2). Y como tal él fue capaz de tentar de una peculiar manera a Quien vino a
redimirle en la única ley posible en que podía ser redimido. (Vea Levítico 25;
Dt. 25:5; y Rut 4:1-6). Si esto es así, entonces entendemos esta proclamación,
que tiene tan importante posición o lugar en esta visión celestial. Y el asunto
resuelto será el mismo que aquel de Booz, que actuará como Mediador (o Redentor) para el hombre y para Israel, y
recobrará para ellos su posición perdida. Jeremías 32 nos muestra que un libro
sellado aparece y se da en conexión con una tal transacción (lea los versículos
6-16); y si es así, entonces sirve de ilustración para una redención mucho más
importante y de mayor peso, como la de la nueva canción que viene a
continuación en esta Visión Celestial; la canción cuyo tema es nada más y nada
menos que la Redención de toda la Creación, cumplida y llevada a cabo por Aquel
que es plenamente digno, tanto por
derecho irrefutable, como por ser inigualablemente poderoso y capaz. Porque el Mediador
es tanto vengador como
Redentor.
3. Y ninguno, ni en el cielo ni en la tierra ni debajo de la tierra podía
abrir el libro, ni aun mirarlo] La dignidad y capacidad requerida es tan
grande que ninguna criatura creada es capaz ni tan siquiera de contemplarlo. No
había ninguno que pudiese hacer frente a este heráldico desafío.
4. Y lloraba yo mucho porque no se había hallado a ninguno digno de abrir
el libro, ni de leerlo, ni de mirarlo] La escena ha debido ser muy viva y real
para Juan, para producirle esta tristeza. ¡Estas lágrimas no fueron causadas
solo por la decepción de su curiosidad! Seguramente, él se debe de haber dado
cuenta, de alguna cosa que, le hizo ver las serias consecuencias envueltas si
no se encontrase alguno digno. Debió haber surgido algo, y suficientemente
claro en el carácter o apariencia del Libro, para darse cuenta de eso: porque
ninguna voz se ha levantado todavía que nos diga algo acerca de la naturaleza
de su contenido. Pero
uno de los Ancianos rompió el silencio.
5. Y uno de los ancianos me dijo: “No llores. He aquí que el León de la
tribu de Judá, la raíz de David venció* para abrir el libro y desatar sus siete sellos] Ninguno de los
Ancianos, o de los Querubines, o Ángeles, o Espíritus, podía cumplir la obra
del Mediador (o Redentor). Ninguno de estos podía ser “próximo del
linaje,” ningún otro sino el Hijo del Hombre, que era el hijo de David y Señor
de David. Ningún otro sino Aquel que era al mismo tiempo la “Raíz” de donde
David procedía, y la “descendencia” que procedía de David, podía ser próximo al
linaje, y por tanto con el derecho a redimir la Heredad perdida del Trono, el
Territorio, y las Gentes. Él era “el León de la Tribu de Judá” (Génesis
49:8-10. Números
24:7-9. Isaías 9:6, 7. 11:1. Salmos 99:20-29).
*No “ha vencido”, como si
fuera refiriéndose a algún acto reciente, sino que “venció”, esto es, en la
Cruz.
El Señor Jesús vencerá como el
León; y es de esto que trata el Libro; pero, Él, primero venció como Cordero
inmolado. Por eso cuando Juan se volvió, lo que vio, no fue un León, de acuerdo
al anuncio del Anciano, sino un Cordero, de acuerdo al hecho histórico
anterior.
Él primero toma la posición de
hombre fuera del paraíso y del árbol de la vida (Génesis 3:24). Su obra de
Redención comenzó en la tierra y por Su venida, no en un paraíso o jardín, sino
en el desierto (Mateo 4:1). Él se acercó a la flameante espada y escuchó las
palabras de Aquel que dijo “Levántate, oh espada, contra mi Pastor, y contra el
hombre compañero mío, dice Jehová de los ejércitos” (Zacarías 13:7). Esta
espada le fue envainada en Él, y por eso llegó a estar titulado, o llegó
a tener el derecho para entrar y ser digno de tomar este Libro.
Cuando Juan al principio miró
(vers. 5: 1), solamente vio “el Trono y el Libro”, los cuales están separados
de lo segundo por la estructura. Porque cuando el mira la segunda vez (vers. 6),
él ve “el Cordero”. El Cordero es ahora visto en el medio del Trono. Ya no
ocupa una posición exterior. Él es titulado, recibió el derecho para entrar y
aproximarse al trono, porque sólo Él es “digno”.
6. Y miré, y vi que en medio del trono y de los cuatro Zoa, y en medio de
los ancianos – estaba en pie un Cordero como inmolado, que tenía siete cuernos,
y siete ojos, los cuales son los siete espíritus de Dios enviados por toda la
tierra] El anciano habló de un León: sin embargo Juan se vuelve y ve
un Cordero. El anciano habló de la consecuencia: Juan lo que vio fue la causa.
El León tiene que ver con Su poder y con quitarle al usurpador su dominio. “El
príncipe de este mundo (ya) ha sido juzgado” (Juan 16:11). Las sentencias han
sido cumplidas; un juicio se ha llevado a cabo (Juan 12:31; 16:11); y su
ejecución está a punto de tener lugar (Ap.12). Pero todo esto se nos muestra
aquí primeramente en virtud del “derecho” obtenido por el pago del precio de la
redención: eso es por lo que Juan ve un Cordero “como inmolado”.
El pago que se hizo en el
pasado, es la base del poder futuro (Colosenses 2:15. Hebreos 2:14). Eso es lo
que establece la dignidad del verdadero Mediador. Los cuernos del Cordero nos
relatan Su poder (1ª Samuel 2:1. 2ª Samuel 22:3; 132:17; 148:14. Lamentaciones
2:3. Ezequiel 29:21. Daniel 8:5, 20, 21, etc.). Este poder es Divino y tiene
que llevar a cabo un espiritual y todopoderoso cometido. Los siete ojos,
Zacarías 4:10 y 3:9, denotan el hecho que el Señor está a punto de quitar la iniquidad de la Tierra de Israel.
7. Y vino y lo tomó* de la mano
derecha del que estaba sentado en el trono] Aquí acaba el elemento que
tiene por sujeto “El Trono y el Libro; el León y el Cordero”. que corresponde
con Daniel 7:9-14, donde el Hijo del Hombre es visto acercándose a un Anciano
de Días y recibiendo un reino, dominio y gloria; y esto es lo que
inmediatamente es celebrado en la Nueva Canción que sigue en el cap. 5:8-14,
concluyendo esta primera Visión “En el Cielo”.
* Omiten "el Libro",
L.T.Tr.A. WH. y RV.
B., Cap. 5:8-14.
LA NUEVA CANCIÓN DE LOS ZOA Y LOS ANCIANOS.
El Tema – La Redención.
Llegamos ahora al último
miembro de C1. En la estructura está marcada B, y consiste del cap. 5:8-14 siendo su tema principal, “La Nueva
Canción de los Zoa, y los ancianos, y
las voces celestiales de otros Seres Angelicales”.
Se presenta en una secuencia
ordenada; siendo los oradores y sus palabras separadas y colocadas en cinco
pares, o grupos.
EXPANSIÓN DE B., cap. 5:8-14.
La Nueva Canción de los Zoa y de los Ancianos.
B | q1 | 8, 9-. Los cuatro Zoa, y 24 Ancianos.
r1 | -9, 10. Su Nueva Canción.
q2 | 11, 12. Muchos Ángeles.
r2 | -12. Sus voces, o proclamaciones.
q3 | 13-. Toda Criatura.
r3 | -13. Sus voces, o proclamaciones.
q4 | 14-. Los cuatro Zoa.
r4 | -14-. Sus voces, o proclamaciones.
q5 | -14-. Los 24 ancianos.
r5 | -14. Sus voces, o proclamaciones.
r1 | -9, 10. Su Nueva Canción.
q2 | 11, 12. Muchos Ángeles.
r2 | -12. Sus voces, o proclamaciones.
q3 | 13-. Toda Criatura.
r3 | -13. Sus voces, o proclamaciones.
q4 | 14-. Los cuatro Zoa.
r4 | -14-. Sus voces, o proclamaciones.
q5 | -14-. Los 24 ancianos.
r5 | -14. Sus voces, o proclamaciones.
Aquí en q1 a q5 tenemos los oradores celestiales y cantores;
mientras que, en r1 a
r5 tenemos su canción y sus voces. Las voces relatan
la escena que está a punto de tener lugar “en el cielo”, y el resultado a punto
de ser visto en los consecuentes juicios que siguen y tienen lugar “en la
tierra”. El punto en el cual comienzan las voces celestiales es el momento
cuando el Cordero, quien es el único digno y titulado, toma el Libro.
8. Y cuando hubo tomado el libro, los cuatro Zoa y los veinticuatro
ancianos se postraron delante del Cordero; todos tenían arpas, y copas de oro
llenas de incienso, que son las oraciones de los santos] En el
Antiguo Testamento, las arpas se asocian con gozo y regocijo (vea 1ª Crónicas 25:1, 6; 2ª Crónicas 29:25; Salmos
22; 92:3; 149:3); así como la tristeza se expresa por su ausencia: “Cesó la
alegría del arpa” (Isaías 24:8). Las arpas también se asocian especialmente con
profecía (1ª Samuel 10:5; 1ª Crónicas
25:3; Salmos 49:4).
Las copas de oro eran los
vasos que pertenecían al altar (Zacarías 14:20), y la Septuaginta utiliza la
palabra para los vasos del Templo (1ª Reyes 7:45, 50; 2ª Crónicas 4:22; Éxodo
25:23-29; 27:3; 37:10-16). Las “oraciones de los santos” son las oraciones
referidas por nuestro Señor en la parábola del Juez, donde se aplica la
parábola sobre sí mismo, y pregunta, “¿Y acaso Dios no hará justicia a sus
escogidos, que claman a Él de día y de noche? ¿Se tardará en responderles? Os
digo que pronto les hará justicia. Pero cuando venga el Hijo del Hombre,
¿hallará fe en la tierra?” (Lucas 18:7,8). La fe que se refiere aquí es la
misma de la que habla Ap. 2:19; 13:10; 14:12. Estos escogidos son los santos
referidos y de los cuales habla Mateo 24:31, y Daniel 7:18, 22, 27. Son los
“Santos del Altísimo”; El Altísimo, siendo como es un título Divino, siempre se
emplea en conexión con la tierra; y no con la Iglesia. Los Ancianos realizan
servicios sacerdotales, porque lo hacen en respaldo de otros. Esto es algo que la Iglesia no
puede hacer. Si los “Ancianos” son la Iglesia, entonces los “Santos” no lo
pueden ser, porque la Iglesia no puede ofrecer para sí misma; ¡ni una de sus
partes puede ofrecer por otra parte! ¡No! La Iglesia es “una sola en Cristo
Jesús”, y no puede ser separada o dividida.
9. Y cantaban un Nuevo cántico, diciendo] Los Zoa hablan solamente en esta primera
Visión “en el Cielo” y en la última, en
el cap. 19:4; y en ninguna otra parte. Los
Ancianos hablan en la primera y en la última, pero también una tercera vez en
11:17. Esto es significativo; mostrando el peso y la importancia de estas
locuciones respectivamente. En esta primera Visión “en el Cielo” sus voces son
oídas dos veces: primero, en conexión
con el Trono y con Aquel que se sienta sobre él (separadamente); porque los Zoa hablan primero (4:8); y los Ancianos
después (4:11); siendo su tema la Creación.
La segunda vez que hablan es en
conexión con el Cordero, y el Libro, y cantan juntos (cap. 5:9, 10), siendo su tema la Redención.
Seis veces en esta primera
Visión “en el Cielo”, son oídas estas Voces Celestiales. Todo el Cielo
participa y se dedica a cantar la dignidad de Dios como el Creador; y la dignidad del Cordero como el Redentor. Con toda certeza, pues,
estos son los personajes dominantes de todo el Libro. Estos son los
temas que forman su sujeto principal: esto es, la erradicación de la maldición
de la creación, la redención por precio pagado de la heredad, la expulsión del
gran usurpador; y todo eso cumplido legalmente a través del pago que hizo el precio de la Redención por los méritos
del Cordero, y la puesta en marcha del poder
de la Redención. Por lo tanto, en conexión con Él y con el libro tenemos la
primera de las cuatro locuciones celestiales:
La Nueva Canción de los Zoa y los Ancianos. 5:9,10.
“Digno eres
De tomar el Libro
Y de abrir sus sellos
Porque tú fuiste inmolado
Y con tu sangre has redimido* para nuestro Dios* *
De todo linaje y lengua y pueblo y nación
Y has hecho* para Dios
Un Reino/ y sacerdotes
Y “ellos” reinarán// sobre la tierra”]
* Lachmann, Tischendor, Alford,
Wordsworth, Westcott y Hort, y la RV. omiten (...) (hemas) nosotros, o nuestro. De hecho,
todas las autoridades críticas son unánimes en sustituir la 3ª persona por la 1ª
en el siguiente versículo. Pero si esto es así, entonces debemos tener la 3ª persona aquí y no la 1ª persona.
** Alford omite "para
nuestro Dios".
| Así traducen L.T.Tr.A. WH. y
RV.
|| Así traducen L.Tr.A. WH. y
RV.
Este es el tema de la Nueva
Canción. La dignidad del Cordero de tomar el Libro, debido a la Redención que
realizó y cumplió. El Pueblo había sido una vez redimido de Egipto, por eso
está en conexión con el Éxodo, porque es donde se menciona en la Biblia la Redención
por primera vez, en la Canción de Éxodo 15:13. “Condujiste en tu misericordia a
este pueblo que redimiste; lo
llevaste con tu poder a tu santa morada”. Pero ahora el Pueblo se encuentra
esparcido o disperso entre “todo linaje y lengua y pueblo y nación”, y por eso
tiene que ser redimidos “una segunda
vez”, “igual que lo fue Israel en el día en que salió de la tierra de Egipto”
(Isaías 9:11, 16).
Veremos y notaremos la
importancia de las diversas traducciones en el vers.9; porque sobre ellas gira
la interpretación de todo el Libro. Las traducciones verdaderas separan a los
cantores de los Redimidos, y estos cantores aparecen como seres celestiales que
no precisan de ser redimidos, sino que cantan la redención obtenida para
otros.
Pero el precio pagado es
solamente una parte de la obra de redención. Si el precio hubiese sido pagado y no hubiese el poder, para tomar
posesión y ejecutar el dominio, el pago hubiese sido en vano. Y si el poder fuese ejecutado y ejercitado para
expulsar al usurpador, sin el previo pago del precio de la redención, no podría
ser un acto justo. Así que para la redención de la herencia perdida son
absolutamente necesarias dos cosas, el precio
y el poder. La canción de la
primera redención tiene por tema el pago del precio. En la segunda se
celebra la puesta en marcha del poder.
Primeramente se nos dice por
quien es hecha esta segunda locución.
11. Y mire y oí la voz de muchos ángeles
alrededor del trono, y de los seres vivientes, y de los ancianos; y su número
era millones de millones que decían a gran voz:
“El Cordero que fue inmolado es digno
De tomar el poder
(y) Las riquezas
(y) La sabiduría
(y)La fortaleza
(y) La honra
(y) La gloria
Y la alabanza”
Le dan estos siete atributos
debido a la dignidad del Cordero. Las palabras “Poder” y “Fortaleza” divide las
siete entre tres y cuatro. Todas están marcadas en los
textos críticos por la Figura Polisíndeton
(la aparición de “muchas conjunciones y)
que nos lleva a considerar cada una de estas siete características de la
dignidad del Cordero separadamente. Cuando así se hace, notamos que el gran tema es el poder y la fortaleza de la Redención.
13. Y a todo lo creado que está en el cielo y sobre la tierra y debajo de la
tierra, y en el mar, y a todas las cosas que en ellos hay, oí decir
“Al que está sentado en el trono
Y al Cordero
Sea la alabanza
(Y) la honra
(Y) la gloria
Y el poder
Por los siglos de los siglos”]*
Estos son atributos hablando
de toda la creación. Por eso son cuatro, porque están en conexión con la
tierra (de la que cuatro es su
número) y porque Aquel que se sienta en el Trono está allí en relación a la
tierra. Mientras que las atribuciones a la Persona del Cordero inmolado son siete porque la sangre de la Redención
fue ofrecida “a través del Espíritu eterno” (Hebreos 9:14).
14. Y los cuatro Zoa decían
“Amén”
Y los veinticuatro ancianos se
postraron sobre sus rostros y adoraron]
* G.L.T.Tr.A. WH. y RV. omiten
“Por los siglos de los siglos”, por ser una adición posterior al texto por
algún escriba.
Nos parece casi profano
intentar explicar, y hacer algún comentario sobre estas locuciones celestiales.
Son los comentarios del propio Cielo sobre el hecho maravilloso visto y oído
por Juan, que se nos presentan en esta primera Visión contemplada “en el
Cielo”. Cuando en otra ocasión introdujo en el mundo su Unigénito, Él dijo
“Adórenle todos los ángeles de Dios” (Hebreos 1:6). Esta es la traducción
también de la Septuaginta de Deuteronomio 32:43, las palabras finales de la
canción de Moisés. ¿Y por qué son aquí llamadas todas las naciones a
“Regocijarse”? ¿Y por qué son llamados todos los ángeles de Dios a adorarle?
Debido a que está a punto de cumplirse la venganza que allí pronunció y registró:
“PORQUE
EL vengará la sangre de sus siervos
Y
tomará venganza de sus enemigos
Y hará
expiación por Su Tierra,
Y por Su
pueblo.”
Estas son las palabras
conclusivas de “la canción de Moisés”. Ahora, “toda la creación gime a una, y a
una está con dolores de parto” (Romanos 8:22), pero entonces, cuando llegue el
día en que se cante esta canción, y la gloria del Señor brille una vez más
sobre Israel, entonces la canción se entonará en las palabras escritas:
“Haga
resplandecer su rostro sobre nosotros
Para
que sea conocido en la tierra tu camino y en todas las naciones tu salvación
Alégrense
y gócense las naciones
Porque
juzgarás los pueblos con rectitud” (Salmos 67).
“Entonces
todos los árboles del bosque rebosarán de contento.” (Salmo 96)
“Los
ríos batan las palmas
Los
montes todos hagan regocijo” (Salmo 98).
“Las
bestias del campo
Las
aves de los cielos y los peces del mar
Todo
cuanto pasa por los senderos del mar
Oh
Jehová, Señor nuestro
Cuán
grande es tu nombre en toda la TIERRA” (Salmo 8)
“Y todo
lo que respira” alabe al Señor (Salmo 150) y diga
ALELUYA.
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