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EL APOCALIPSIS O "EL DIA DEL SEÑOR" - Por E.W Bullinger ( 8a. Publicación)


Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas; porque el tiempo está cerca. Apocalipsis 1:3

Por
E.W. Bullinger, D.D.
Segunda edición
(Revisada y corregida)
1909
Traducción al español por Juan Luis Molina
Con la colaboración de
Claudia Juárez Garbalena



LA PRIMERA VISIÓN "EN EL CIELO".
Caps. 4 y 5.
El Trono y sus atuendos
 Ahora viene el tema del libro que hemos señalado por la letra X [en la sección el Alcance o cuadro completo del Apocalipsis Visto por Su Estructura]. Consiste, como vimos, de siete pares de visiones.
La primera de cada pareja es una Visión “en el cielo”; y la segunda de cada par, es una Visión “en la Tierra”.
Cada Visión “en el cielo” es preparatoria a la Visión que aparece posteriormente “en la tierra”: y lo que se ve “en la tierra” es la puesta en práctica de la Visión previamente vista “en el cielo”. Una es mutuamente explicativa de la otra. La Visión celestial explica lo que va a suceder sobre la tierra; y las declaraciones en cada una de las Visiones celestiales contienen el especial objetivo de los acontecimientos terrenales que seguidamente tendrán lugar. La primera Visión de cada par es, por tanto, la llave para la posterior.
Estas divisiones han sido hechas por el Espíritu Santo Mismo; y las divisiones, hechas por los hombres en capítulos, cuando no coincidan con las divisiones Divinas, no las tenemos en cuenta.
Lo que hemos hecho ha sido ignorarlas por completo, exceptuando el propósito de referencia.
Estas Visiones celestiales y terrenales formarán el gran capítulo o división de esta parte de nuestro trabajo. Tomaremos cada una de estas catorce Visiones para poder: primero darle la estructura, con algunas necesarias expansiones; seguida de nuestra propia traducción, basada en un Texto Griego revisado, de acuerdo a los autores citados en las notas; e interpondremos también algunas explicaciones cuando sean necesarias en este desarrollo.
Las estructuras por sí mismas están llenas de enseñanza, y nos darán el alcance o cuadro de cada sección; demostrando, claramente, cuales son los sujetos o temas sobre los cuales debemos fijar nuestra atención.
La siguiente es la estructura (abreviada) de H1, la primera Visión “en el Cielo,” que consiste de los capítulos 4 y 5.
H1.   LA PRIMERA VISION "En el Cielo"
(caps. 4, y 5)
El Trono y sus atuendos
H1 | A | 4: 1-8-. El Trono, los Ancianos y los Zoa
            B | -8-11.  Las locuciones de los Zoa y los Ancianos.  Tema: la Creación.
        A | 5: 1-7.  El Trono y el Libro: el León y el Cordero.
            B | 8-14.  La Nueva Canción de los Zoa y los Ancianos.  Otras locuciones celestiales.  Tema: la Redención.
 Así, pues, veremos que el gran sujeto o tema principal de esta Visión “en el cielo” es:
EL TRONO, EL LIBRO Y EL CORDERO.
Aquello que se encuentra al principio en el Libro nos da su importancia y significado a la totalidad del Libro. Es la llave para todo lo que sigue, y nos transporta en frente por el Espíritu a las edades futuras, al “Día del Señor” venidero. La primera cosa vista y primeramente mencionada (en el vers. 2) es:
EL TRONO
"Y al instante, yo estaba en el Espíritu; y he aquí, un trono establecido en el cielo".
Ninguna otra palabra podría ser tan importante para fijar nuestras mentes sobre el hecho central y predominante que prevalece en todo el Libro de esta profecía.
Es el día del cual se habla en Salmos 103:19.
“Jehová estableció en los cielos Su trono; Y Su reino domina sobre todos”.
Y en Salmos 9 y 10, cuando se refiere a la gran Tribulación venidera como “tiempo de angustia”  (Salmos 9:9, y 10:1), declara: El Señor “ha preparado Su trono para el Juicio.” Y en Salmos 11:4-6 leemos:
"Jehová está en su santo templo,
Jehová tiene en el cielo su trono:
Sus ojos ven,
Sus párpados examinan a los hijos de los hombres.
Jehová prueba al justo:
Pero al malo y al que ama la violencia, su alma los aborrece.
Sobre los malos hará llover calamidades,
fuego, azufre y viento abrasador:
será la porción del cáliz de ellos."
Estos tres salmos predicen y se refieren a las escenas descritas más detalladamente en el Apocalipsis.
Daniel (7:9, 10) también habla de este mismo momento cuando dice “Estuve mirando hasta que fueron puestos tronos, y se sentó un Anciano de días…su trono llama de fuego, y las ruedas del mismo fuego ardiente. Un rio de fuego procedía y salía de delante de él, millares y millares le servían, y millones y millones asistían delante de él, EL JUEZ SE SENTO y los libros fueron abiertos”.
Este trono tiene que ver con juicio; “el trono de la gracia” ya no aparece aquí. Gracia es el carácter de esta presente dispensación; mientras que juicio, derecho y justicia será lo que caracterizará a la venidera. Eso es lo que anuncia la voz celestial. “justos y verdaderos son tus caminos, Rey de los santos” (15:-3). “Tus juicios se han manifestado” (ver.4). “Justo eres tú, Oh Señor, el que eres y que eras, el Santo, porque has juzgado estas cosas” (16:5; vea también el vers. 7, y 19:2, 11). A los mártires se les representa clamando “¿Hasta cuándo, Soberano Señor*,  santo y verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre en los que moran en la tierra? (6:10). La respuesta es, no que este clamor esté fuera de lugar, sino que simplemente es prematuro: Todavía tienen que esperar un poco más de tiempo. Los Cielos también se regocijan viendo la ejecución del juicio (18:20; 19:2). “Temed a Dios y dadle Gloria” (Es el clamor que se expandirá entonces), porque la hora de Su juicio ha llegado” (14:7). La Visión final también es el juicio (20:4); y se pronuncia a los santos que han resistido y vencido. En Salmos 149:5-9 también se nos muestra esta escena final.
 * Griego, (...) (despotes), Despot, o Soberano Señor. Vea posteriormente el estudio en 6:10.
"Regocíjense los santos por su gloria:
y canten aun sobre sus camas.
Exalten a Dios (El) con sus gargantas,
y espada de dos filos en sus manos;
para ejecutar venganza entre las naciones,
Y castigo entre los pueblos;
Para aprisionar a sus reyes con grillos,
y a sus nobles con cadenas de hierro;
Para ejecutar en ellos el juicio decretado:
Gloria será esto para todos sus santos. Aleluya."
Así que, el Trono, con el cual comienza la primera Visión “en el cielo”, es el punto objetivo principal. Eso es lo que nos muestra la estructura; y además también nos muestra otros puntos resaltantes, esto es, el Libro y el Cordero, y su relación con dos temas, la Creación (cap. 4) y la Redención (cap. 5).
Antes de que procedamos a la traducción debemos primeramente dar la expansión de A. 4:1-8-. Su importancia se desprende por la descripción tan minuciosa que se le hace al Trono.
A. 4: 1-8-.  El Trono.
A | a | 1-3-.  Sobre él: el Entronado.
        b | d | -3.  A su alrededor: un Arco iris.
                e | 4.  A su alrededor: 24 Tronos.
                    c | 5-.  Proveniente de él: Relámpagos.
        b | d | -5.  Delante de él: Siete lámparas.
                e | 6-.  Delante de él: un Mar de Cristal.
     a | -6-8-.  En medio de él: los cuatro Zoa.
Ahora vamos a seguir haciendo la traducción de cada miembro por separado, señalando cada uno con su letra correspondiente, para que su lugar en la estructura general y plan pueda ser fácilmente referido, encontrado y seguido.     
A. 4: 1-8-. EL TRONO.
a. 1-3-. En o sobre él: Uno Sentado.
4: 1. Después de esto]  Siete veces aparece en este libro esta misma o una similar expresión  (4: 1; 7: 1, 9; 15: 5; 18: 1; 19: 1; 20: 3). Aunque en el último caso intervengan mil años, está claro que aquello que se describe no necesariamente tiene que suceder inmediatamente. (Es una manera de hablar Hebrea. Compare Génesis 22:1).
Mire, y he aquí una puerta abierta EN EL CIELO]  Hay cinco aperturas mencionadas en este Libro; y, aunque no marquen una división especial literaria, aun así, todas tienen una gran importancia y significado. Vea 11:19; 15:5; 19:11; y 21:1. Esta primera es una “puerta” abierta para dejar pasar a Juan. Pero cuando los Ejércitos Celestiales entren en escena, en esa ocasión, dice Juan: “Entonces vi el cielo abierto” (19:11), y no meramente una puerta. Lo mismo le sucedió a Ezequiel cuando vio las “visiones de (o provenientes de) Dios.”
 Y la primera voz que oí (al principio, 1: 10) como de trompeta, hablando conmigo (1: 10), dijo, "Sube acá, y yo te mostraré las cosas que sucederán después de estas"] No tenemos necesidad de tomar estas palabras (...) (die genesthai) de manera diferente a como se exponen en  1: 1, 19; 22: 6. Mt. 24: 6; 26: 64. Dn. 2: 28, 29. (...) (meta tauta) significa (literalmente) después de estas cosas, cuando se emplea en las narraciones históricas; pero cuando se utiliza en promesa y profecía la expresión significa de aquí en adelante. Vea 1: 19 y 9: 12.
2. *Y al instante yo estaba en el Espíritu]  Vea cap. 1:10; 17: 3; y 21: 10. Y para el uso posterior de (...) (en pneumati) en espíritu, vea Ro. 9: 1; 14: 17; 15: 16. I Co. 12: 3, 9. 2a  Co. 6: 6. I Ts. 1: 5. Judas 20 y Miqueas 3: 8.
* L.T.Tr.A. WH. y RV. omiten (...) (kai) y.
Y he aquí, un trono establecido en el cielo, y en el trono, uno sentado] Es evidente que se refiere al Padre; quien desde aquí en adelante, a través de todo el libro, se describe como “Aquel que se sienta sobre el trono”. Se distingue del Hijo en 6:16; 7:10.  
3. Y el aspecto del que estaba sentado era semejante a la piedra de jaspe y de cornalina; y había alrededor del trono un arco iris, semejante en aspecto a la esmeralda]  No podemos saber exactamente el significado a través de la apariencia de estas piedras, ni tampoco podemos identificarlas satisfactoriamente. Pero no cabe la menor duda en cuanto al “arcoíris”. Está hablando de una escena de juicio – no de agua, sino de fuego; y nos habla además de esperanza y liberación para todos aquellos a quienes concierne el pacto de la “señal”. El arcoíris se refiere al pacto de Génesis 9:8-17; y el color siendo el opuesto al del fuego, nos habla de misericordia en medio del juicio (Hebreos 3:3. Salmos 101:1).
4. Y alrededor del trono había veinticuatro tronos, y vi sentados en los tronos a veinticuatro ancianos, vestidos de ropas blancas] La palabra para los tronos de los Ancianos es la misma que la que se emplea para “el trono” del vers. 2. Muy probablemente serían tronos tanto más pequeños como más bajos; una vez que son evidentemente subordinados.   
Con coronas de oro en sus cabezas] La interpretación común y general es que los Ancianos representan simbólicamente a la Iglesia de Dios. ¿Pero por qué no dejarlos así?  ¿Por qué tendrían que ser diferentes de lo que realmente son? David repartió los veinticuatro turnos del ministerio (1ª Crónicas 24:3-5) después de oír el mandato celestial. Y lo hizo todo “por el Espíritu”. “Todas estas cosas” dijo David, “me fueron trazadas por la mano de Jehová, que me hizo entender todas las obras del diseño”. (1ª Crónicas 28:11-13, 19).  Lo mismo sucedió en el caso del Tabernáculo que sirvió “de figura y sombra de las cosas celestiales, como se le advirtió a Moisés cuando iba a erigir el tabernáculo, diciéndole: Mira, haz todas las cosas conforme al modelo que se te ha mostrado en el monte.” (Hebreos 8:5). Por eso se les denomina “figuras de las cosas celestiales” (Hebreos 9:23). Y lo mismo ocurrió con David y el Templo, cuando lo que David copió sobre la tierra era la figura de las cosas verdaderas “en los Celestiales”. El Templo de adoración en la tierra fue por tanto moldeado sobre aquella adoración que se lleva a cabo en el cielo: la cual, si nos dimos cuenta, podemos ver que se lleva a cabo a través de estos líderes celestiales de adoradores del cielo.
Estos ancianos son los líderes del sacerdocio celestial; los sumos sacerdotes o ancianos de la adoración Celestial y gobierno. El comparativo (...) (presbuteros) anciano)  se ha distinguido de (...) (presbutes) hombre viejo), desde los tiempos más antiguos, marca y denota una posición oficial.  En el idioma ingles se preserva hoy en día el término Alderman o elder man. En los papiros se emplea constantemente tanto para los gobernadores civiles como para los religiosos. Los asuntos del Sacerdocio egipcio se regían por un concilio anual de 25 presbuteroi.  La palabra no significa meramente “sacerdote” bajo ningún sentido, porque a menudo nos encontramos la expresión  “presbítero-sacerdote” “empleado acerca de un líder entre sacerdotes”, así pues, había tanto gobernadores sacerdotales como gobernadores civiles. La palabra se utiliza con este sentido en el Antiguo Testamento, acerca de los “ancianos de los sacerdotes”. (Vea Isaías 37:1. Jeremías 19:1). Este es el significado de la palabra aquí también.
David repartió sus veinticuatro turnos, dieciséis de entre los hijos de Eleazar; y ocho de entre los hijos de Itamar. Todos estos eran “gobernadores del santuario y gobernadores de la casa de Dios.” (1ªCrónicas 24:5). Si nos hacemos la pregunta de ¿por qué veinticuatro? La respuesta es porque doce es el número de la perfección gubernamental; y donde quiera que lo encontremos, o a cualquiera de sus múltiplos, siempre se asocia con gobierno y liderazgo.
Este fue el número (24.000) de los Levitas que sirvieron en la casa de Jehová (1ª Crónicas 23:3, 4).
Este fue el número de los profetas que lideraron las alabanzas a Dios con instrumentos y canciones (1ª Crónicas 25:31).
Los porteros de los hijos de Leví fueron  veinticuatro (1ª Crónicas. 26: 17-19).
El mismo número se obtiene en el Palacio así como en el Templo.
Doce capitanes presiden entre los 24.000 (1ª Crónicas. 27: 1-15).
 Doce oficiales fueron asignados sobre los Tesoros (vers. 25-31).
Así, pues, estos veinticuatro ancianos son los líderes principales, los responsables y los gobernadores de la adoración en el Cielo. Son reyes y sacerdotes. No son de ninguna manera, y no pueden ser, la Iglesia de Dios. Aparecen primero coronados y asentados en el trono. Ya están coronados ahora. No son, ni hacen parte de los redimidos, porque se distinguen  entre ellos y de aquellos que son redimidos. Vea la canción que entonan más adelante (cap. 5:9, 10). Hablan del tiempo de “dar el galardón a tus siervos” (11:18), no dicen a nosotros  (ellos mismos) tus siervos. Son seres celestiales que no tomaron parte en la caída, y por eso están vestidos de “ropas blancas”. Hablan de la Creación (4: 8-11). Y cuando cantan acerca de la Redención (5: 8-14) la llaman "una nueva canción". La Redención no es un cántico nuevo para la Iglesia de Dios, porque entonces sería la antigua canción que tan a menudo cantamos en la tierra como siendo “la antigua y pasada historia”. Uno de estos ancianos habla con Juan (7:13-17) como estando separado y siendo diferente tanto de la gran multitud como del propio Juan. Y ofrecen “copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones de los santos” (5: 8). Son sacerdotes que ministran a favor de otros. ¿Es esta la labor de la Iglesia? Sus funciones son completamente sacerdotales. Vea 2ª Crónicas 5:11-14. Y, como Ancianos que son, también son gobernadores; y por eso aparecen sentados en los tronos (vea Gn. 24: 2. Ex. 3: 16. En 1ª  Samuel. 30: 26, y 2ª  Samuel 3: 17; 5: 3). Están próximos del Rey, son sus consejeros. (Compare con 2ª Samuel 17: 4 y 1ª  Reyes 8: 1-3). De todo esto que acabamos de ver obtenemos la posición de estos veinticuatro ancianos; y vemos que, interpretarlos como parte de la Iglesia es violar muchos pasajes de la Escritura y darles un significado que no tienen ni pueden tener.
5. Y del trono salían relámpagos y truenos y voces; y delante del trono ardían siete lámparas de fuego, las cuales son los siete espíritus de Dios]  Vea arriba acerca de 1: 4; 3: 1; y compare con 5: 6. Estos siete espíritus están “delante del trono” dispuestos a obedecer los mandamientos de Aquel que se sienta en el trono. El trono tiene en sí mismo todos los accesorios del juicio que inspiran temor y hablan de la ira venidera.
6. Y (he aquí) delante del trono había como un mar de vidrio, semejante al cristal] No se nos dice lo que era  sino solamente con lo que tenía “semejanza”. Una vez que se nos dice a lo que era “semejante”, no nos corresponde a nosotros procurarle posteriores simbolismos. El Cielo, creemos nosotros, es un lugar repleto de gloriosas realidades, y no un sitio de sombras insustanciales. Algún día veremos lo que Juan vio, y entonces sabremos. Ahora, tenemos simplemente que creer en lo que está escrito hasta que la fe sea sustituida por la vista.
Y junto al trono, y alrededor del trono, cuatro seres vivientes (Zoa) llenos de ojos delante y detrás. 7. Y el primer ser viviente (Zoon) era semejante a un león, y el Segundo era semejante a un becerro; el tercero tenía rostro como de hombre; y el cuarto era semejante a un águila volando. 8. Y los cuatro seres vivientes (Zoa) tenían cada uno seis alas; y alrededor y por dentro estaban llenos de ojos] La palabra “seres vivientes” no es la misma que en los caps. 13 y 17. Aquí es (…) (zoon), y significa una criatura viviente; pero en los capítulos 13 y 17 es  (...) (therion), alma salvaje e indomable bestia. Es difícil hallar un término que represente con exactitud el original. “Criatura viviente” es tanto poco consistente, como confuso; y “seres vivientes”  conlleva  mucho de humanidad; así que “Vivientes” sería una mejor traducción, pero como la palabra se usa a menudo en el singular causaría alguna confusión si dijésemos “el Viviente”, ya  que “Aquel que Vive” se emplea en este libro como uno de los títulos Divinos del Señor Jesús. Por eso juzgamos mejor dejar la palabra sin traducir, y emplear Zoon en el singular, y Zoa en el plural. Así no tenemos obstáculos, una vez que, en parte, podemos comprenderla a través de palabras derivadas castellanas tales como Zoología, Zoológico, Zoopatía, Zootomía, Zoonimia, etc., que tienen todas que ver con cosas vivientes; animadas en oposición a las inanimadas.  
La primera vez que los Zoa se mencionan en la Biblia son nombrados, pero no descritos. En Génesis 3:24 son llamados “los Querubines”, y esta palabra nunca ha sido traducida en ninguna de las Versiones. Tenemos, por tanto, un buen antecedente para dejar los otros nombres, Zoon y Zoa, también sin traducir.    
Los Zoa son descritos en Ezequiel (cap.1:5-14), y son identificados en Ezequiel 10:20 con los querubines. “Estos eran los mismos seres vivientes que vi debajo del Dios de Israel junto al rio Quebab; y conocí que eran querubines”. Los dos términos se emplean intercambiados en Ezequiel. Compare 1:22 y 10:1, 15. Nadie nos puede decir más acerca de ellos de lo que nos dice Dios Mismo. Las opiniones de los hombres sobre lo que “representan” han creado muchas confusiones. Nuestras propias opiniones son igualmente inútiles; lo único que podemos señalar a nuestros lectores es lo que Dios ha revelado sobre ellos. Algunos sostienen que representan los pensamientos de Dios; pero a duras penas se podrán identificar con Dios, Quien nos mandó diciendo que no hiciésemos ningún emblema de la Deidad Misma; especialmente con una apariencia “de buey que coma hierba.” (Vea Deuteronomio 4:15, 16. Romanos 1:22, 23. Salmos 106:19, 20). Además, ellos ofrecen adoraciones, pero nunca vemos que sean adorados (Isaías 6. Ap.4, y 5).Otros piensan que representan los Cuatro Evangelios; pero muy difícilmente los animales podrían alguna vez representar libros. Además, es difícil imaginarse a los cuatro Evangelios guardando al Árbol de la Vida, o que ocupen un lugar tan especial en el Tabernáculo y en el Templo. Y que no pueden ser o representar a la Iglesia se puede ver fácilmente por los hechos siguientes:
1. Tres de los cuatro son animales, y deben tener algún punto en común entre el símbolo y la cosa representada.
2. Son llamados para juicio (cap. 6), y ofrecen las copas “repletas de la ira de Dios” a las Siete Copas de los Ángeles (cap. 15). Esta no es con toda seguridad la labor de la Iglesia, ni en este tiempo ni en el tiempo futuro. 
3. Ap. 5:9, 10, de acuerdo al texto correcto y traducción, muestra que estos Zoa no dicen de sí mismos que sean redentores, sino que se distinguen de los tales. Vea posteriormente nuestra exposición de estos versículos
4. No pueden ser seres angelicales comunes, una vez que se distinguen de los ángeles en el cap. 5:8, 11. Ni reciben ninguna comisión que generalmente los ángeles reciben. Por el contrario, son ellos que dan órdenes, lo cual es algo que nunca vemos que los ángeles hagan.
5. Siempre se encuentran próximos al Trono de Dios, y nunca se apartan de él.
6. Se mencionan primeramente, como hemos dicho, en Génesis 3:24: “Echó, pues, fuera al hombre, y puso al oriente del huerto de Edén querubines, y una espada encendida que se revolvía por todos lados, para guardar el camino del Árbol de la vida.” El verbo “guardar” aquí, significa preservar y proteger, y vigilar, tal como en Génesis 2:15 y 18:19, etc. Vemos que primeramente aparecen en conexión con la Caída; y nos damos cuenta del hecho de que son representativos de la creación viva o animada, de ahí su nombre Zoa. Su número, cuatro, los conecta solamente con la tierra; y en Romanos 8:19-21 se hace partícipe de los efectos de la Caída a toda la creación “Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios. Porque la creación fue sujeta a vanidad, no por su propia voluntad, sino por causa del que la sujetó en esperanza; porque también la creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción,  a la libertad gloriosa de los hijos de Dios, porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora” (Romanos 8:19-22). 
Estas palabras reciben un nuevo significado si conectamos a los Querubines, o Zoa, como siendo la concreta representación de esta gimiente creación; y como siendo la garantía de que estos dolores y gemidos cesarán un día, y su esperanza será cumplida. Esta esperanza fue dada cuando fueron puestos, como en un Tabernáculo, a las puertas del Edén. Allí, en aquel tiempo, se manifestó la presencia del Señor Jehová. Aquí fue donde Caín y Abel trajeron sus ofrendas; y de esta “presencia de Jehová” fue de donde Caín fue expulsado (Génesis 4:14-16).   
Es posible que el Tabernáculo de Dios continuase erguido hasta el tiempo del Diluvio. Porque de Sem se dice que era guardián de esta “habitación”. La palabra “puso” en Génesis 3:24 es (…) (shaken), y significa habitación o habitáculo en un tabernáculo, y se emplea comúnmente hablando del lugar donde mora Dios con los hombres y de Su habitación*. En Génesis 9:26, 27, leemos:
“Bendito por Jehová mi Dios sea Sem
Y sea Canaán su siervo
Engrandezca Dios a Jafet
Y habite (o ponga Dios Su tabernáculo)  en las tiendas de Sem.”

*Vea Éxodo 25:8. 29:45, 46. Josué 18:1; 22:19. 1ª Reyes 6:13; 8:12. 2ª Crónicas 6:1. Salmos 68:18. Es de este verbo que tenemos la palabra Shekinab.
Aquí se mencionan los tres patriarcas. Canaán (Ham) y Jafet ocupan las dos líneas centrales; mientras que Sem y el Señor Su Dios ocupan las líneas externas. Si esto es así, entonces, este Tabernáculo de la Divina presencia continuó entre los hombres hasta el Diluvio y contenía los Querubines.
Después del Diluvio, los Terafines (probablemente una depravación de Querubines) fueron esculpidos en imitación de ellos, y pasaron a ser objeto de culto y adoración. Estos ídolos se mantuvieron después en la expansión de las naciones (Génesis 11), y probablemente las  esculturas Asirias sean las tradicionales corrupciones que hicieron los hombres de los Querubines originales, pues consistían de figuras humanas con cabezas de águilas; un león o de un buey con cabeza de hombre.
Cuando Dios irguió el Tabernáculo en Israel fue para poder tener un sitio donde “habitar en medio de ellos” (Éxodo 25:8; donde aparece la misma palabra que se utiliza en Génesis 3:24: “santuario para mí”). Lo primero que se hizo no fue el Tabernáculo en sí, sino el Arca del Pacto con su propiciatorio y los Querubines (Éxodo 25:16-18). Estos no eran los verdaderos querubines, por supuesto; Eran simplemente copias suyas en el propiciatorio. Sus representaciones se entretejían en el Velo (Éxodo 26:31; 36:35). Todo esto se hizo para mostrar que, de ahí en adelante, la esperanza de la creación estaría ligada con “la esperanza de Israel”; y que ambas se basarían y fundarían en los méritos de la sangre de la expiación. Dios hablaba “en medio de los querubines”; y ese era el lugar donde Su gloria habitaba. (1ª Samuel 4:4. 2ª Samuel 6:2. Salmos 80:1, 3, 7, 14, 19. Isaías 37:16). El Pacto original con Adán, y con el Hijo del Hombre mismo, recae sobre toda la creación animada, y dice respecto de la esperanza de su liberación (Salmos 8:6-8; 148:7-11). Y la gloria de milenio no estaría completa sin que se cumpla esa esperanza (Isaías 11:6-9).   
En Apocalipsis 4 y 5 el Hijo del Hombre está a punto de llevar a cabo esta esperanza de la creación; y, por tanto, la creación se regocija en este bendito objetivo. Los Zoa se hallan próximos del trono, y dicen respecto de la creación. La tierra está a punto de ser juzgada; y su liberación está a la mano. Por eso dicen, “Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas” (4:11). También dicen respecto de la redención en la cual se basa la liberación venidera (cap. 5:9, 10); y así se explica el objetivo por el cual se encuentran asociados con la sangre derramada en el propiciatorio.
Todo esto se basa en el Antiguo Testamento; porque cuando se refiere a estas verdades temporales en Romanos 8, se habla de una esperanza distinta de la que tiene la Iglesia, aunque tenga también su propia conexión con ella, y dependiente de su manifestación en gloria. En resumen, pues, podemos decir, que los querubines son realidades celestiales; seres vivientes de los cuales no sabemos nada por experiencia. Sin embargo, las referencias que se hacen sobre ellas en la Escritura nos enseñan que de alguna manera tienen que ver con la asociación de la Creación y los efectos de la Caída, y la futura esperanza de liberación de todos esos efectos que produjo. Por eso aparecen aquí, una vez que esa liberación se encuentra tan próxima; y por eso sus palabras también hablan de que se encuentra a la mano.
Esto nos lleva a considerar ahora las palabras pronunciadas de los Zoa y de los veinticuatro Ancianos en B, 4: -8-11.

B, cap. 4: 8-11.
LAS PALABRAS DE LOS ZOA Y LOS ANCIANOS.
El Tema —La  Creación.
Ahora llegamos a B, 4:-811, el sujeto o tema principal del cual es la adoración y las palabras de los Zoa y de los Ancianos. Estas hacen parte de la larga estructura de H1, y además, de la primera visión que aparece "en el Cielo".
La estructura es la siguiente:
B | f | -8-.  Adoración de los Zoa. "Y no cesaban
            g | -8.  Sus dichos (creación). "Santo, santo, santo...
     f | 9, 10.  Adoración de los Ancianos. "Y siempre...
            g | 11.  Su nueva canción (creación).  "Digno eres...

4: -8. Y no cesaban día y noche de decir,
"Santo, Santo, Santo
es el Señor Todopoderoso
el que era, el que es, y el que ha de venir."
Esta es la primera de las diecisiete voces Celestiales. Comienza con Dios Mismo, y tiene que ver con lo que es en Sí Mismo; y no con lo que tiene, o haya hecho, o vaya a hacer. El énfasis recae sobre “Quien era”, porque se pone en primer lugar*. El objetivo de todo el Libro, y de todo lo que registra, es establecer  la Santidad de Dios, que se encuentra aquí, al principio mismo, y es la primera cosa proclamada. El reino de Cielo está a punto de ser establecido en la Tierra, donde todo será santo, en vez de inmundo como lo es ahora. Por eso tenemos la misma idea en la gran oración del Reino:
"Padre nuestro que estás en los Cielos,
Santificado sea Tu Nombre,
Venga a nosotros Tu Reino,
Sea hecha Tu voluntad aquí en la Tierra, como en el Cielo".
Entonces, y solo entonces, tenemos “nosotros”. “Venga a nosotros”, “da (nos)” a nosotros, etc. Es además muy significativo que haya tres Salmos que hablen proféticamente de este mismo reino venidero. El Salmo 93, el 97, y el 99. Los tres Salmos anteriores a estos, comienzan con una exhortación a cantar, y después, a seguir, estos Salmos siguientes comienza cada uno con la expresión “El reinado del Señor Jehová”.  Todavía no se pueden entonar estos cánticos hasta que no se cumplan estos acontecimientos, pero el día se está acercando cuando se puedan cantar, y serán, canticos de aquella presente y gloriosa realidad venidera. El punto principal, sin embargo, que tenemos que observar es que, cada uno de estos tres Salmos, finaliza con una referencia hacia la “santidad” de Dios; y eso es así, porque, aquel periodo, será llamado “el reinado del Señor”. Sin embargo las Voces celestiales en Apocalipsis comienzan con la proclamación de esta santidad, porque quienes dicen “Santo, Santo, Santo”, están a punto de llamar a juicio a todos aquellos que serán introducidos en aquel Santo Reino. (Vea Isaías 23:18. Zacarías 14:20, 21). Estos tres Salmos deben ser leídos cuidadosamente, a la luz del Apocalipsis.
* Compare 1: 8 y 11: 17, donde el énfasis está en el presente.
El primero de los Salmos (93) es llamado por el cántico del Sábado (92), que nos habla del mandamiento a guardar el Sábado que habrá en el milenio venidero, y relata la destrucción de los inicuos, la venganza sobre los enemigos y la dispersión de los hacedores de maldad, antes de que el Señor sea exaltado al lugar más Alto por toda la eternidad. (versículos. 7-9). Entonces viene la respuesta en Salmos 93, que comienza diciendo “EL SEÑOR REINA”, y habla del Trono que está siendo establecido, y acaba con la siguiente declaración, “la santidad conviene a tu casa, Oh Jehová, por los siglos y para siempre”. 
El Segundo (97) es denominado por el Salmo 96:1 “Cantad a Jehová cántico nuevo. Cantad a Jehová, toda la tierra”; y nos habla de la gloria del Milenio, que está resumida en el versículo 11:
      “Alégrense los cielos,
         Y gócese la tierra.” *

*El Massorah señala un remarcable acróstico en las cuatro palabras hebreas que forman este versículo. Las cuatro palabras comienzan con las cuatro letras en griego que forman la palabra Jehová (…) Así que este versículo marca en su contenido el resultado de los tratos de Jehová.
Esto, además, es la suma de la Voz celestial final en Ap. 19:5, 7. Después entonces viene la respuesta en Salmos 97, que comienza con “EL SEÑOR JEHOVÁ REINA”, y nos cuenta cómo “la Justicia y el Juicio son el cimiento de Su trono” (vers. 2; y compare con Ap. 15:3; 16:7; 19:2); y continua hablando de los mismos juicios que están descritos en el Apocalipsis, y además de la misma exaltación de Jehová sobre toda la tierra (vers.9; compare con 92:8). Termina con una exhortación para que los justos “se regocijen en Jehová…y para que alaben la memoria de Su santidad”.
El tercero (99) es llamado por lo que aparece en el Salmo 98:1-3: “Cantad a Jehová cántico nuevo, porque ha hecho maravillas. Su diestra lo ha salvado, y su santo brazo…Se ha acordado de su misericordia y de su verdad para con la casa de Israel”. Después entonces viene la respuesta en el Salmo 99, el cual comienza diciendo “JEHOVÁ REINA; temblarán los pueblos: Él está sentado sobre los querubines, se conmoverá la tierra. Tres veces aparece en este Salmo la expresión “Santo” de los Zoa en Apocalipsis 4:8 dándonos así su interpretación y significado:
Versículo 3. “Alaben tu nombre grande y temible; Él es santo”
Versículo 5. “Exaltad a Jehová nuestro Dios, y postraos ante el estrado de sus pies; Él es santo. Y:
Vers. 9. “Exaltad a Jehová nuestro Dios, y postraos ante su santo monte, porque Jehová nuestro Dios es santo.
Todas estas verdades y enseñanzas llevan consigo esta primera Voz celestial, dichas por los cuatro Zoa.
Ya hemos llamado la atención al el hecho de que cada Visión vista “EN EL CIELO” se encuentra señalada por las voces celestiales; y hemos establecido que en estas locuciones  debemos buscar la llave para las escenas del juicio que se siguen después consecuentemente en la tierra. Tendremos, por tanto, que darles más atención al significado de estas declaraciones o voces; sopesar bien sus palabras, aprender sus lecciones, y notar lo que provocan y sus efectos, en lo que viene a seguir “en la tierra.”
9. Y siempre que aquellos Zoa dan Gloria y honra y acción de gracias al que está sentado en el trono, al que vive por los siglos de los siglos.
10. Los veinticuatro ancianos se postran delante del que está sentado en el trono, y adoran al que vive por los siglos de los siglos, y echan sus coronas delante del trono, diciendo:

        "Señor, digno eres,
        de recibir la gloria y la honra y el poder;
        porque tú creaste todas las cosas,
        Y por tu voluntad existen,  y fueron creadas"
]
Así, pues, la creación es el tema principal de la primera gran locución de los Zoa y de los Ancianos.  Sus voces anuncian el hecho bendito de que los juicios que van a suceder, tienen por objetivo principal remover y quitar la maldición, y a todos los impíos de sobre la tierra; y el fin del gemido y de los dolores de parto de la creación. Estos ancianos celestiales toman parte de estas locuciones, y su reconocimiento es verdadero al postrar sus rostros en adoración y homenaje.  

A, Cap.5:1-7
EL TRONO Y EL LIBRO: EL LEÓN Y EL CORDERO

Una vez que hemos considerado el elemento B, 4:-8-11, ahora llegamos al elemento A, 5:1-7, el tema principal que es El Trono, y el Libro: El León y el Cordero.

Aquí, igual que en 4:18-, tenemos el Trono. Pero, aquí el tema es más bien Él que está sentado sobre el Trono, y no el Trono mismo.

A | h | 1-.  Mano derecha.  "Y yo vi...
            i | -1. 
Un Libro.
                k | 2-5.  El León.  "Y vi...
                k | 6.  El Cordero.  "Y miré...
            i | 7-.  El Libro.  "Y vino...
      
h | -7.  Mano derecha.  "del que estaba sentado.
5: 1. Y vi en la mano derecha del que estaba sentado en el trono, un Libro (O Rollo), escrito por dentro y por fuera, sellado con siete sellos). Hay mucho de ingenuidad en las interpretaciones comunes que se han hecho de este “Libro”, y de qué es lo que representa. Algunos han llegado a sugerir que es la historia de la Iglesia Cristiana, pero estamos seguros de que nuestros lectores, a estas alturas, están ya lo suficientemente convencidos de que la Iglesia no es el tema del Apocalipsis.
Tampoco puede ser “el libro del Pacto” que se hace con Israel, porque ese Nuevo Pacto asienta en misericordia (Hebreos 10:16, 17), mientras que este libro tiene que ver con juicio. ¿Para qué tendríamos que alejarnos buscando un significado imaginario, cuando tenemos los planos indicados en la Palabra misma acerca de lo que un libro sellado denota? En Isaías 29:11 leemos: “Y os será toda visión como palabras de libro sellado, el cual si dieren al que sabe leer, y le dijeren: Leo ahora esto; el dirá: No puedo, porque está sellado”. En Daniel 12:1-3, leemos acerca de la Gran Tribulación, que es el tema central del Apocalipsis. Sin embargo a Daniel no se le permite hacer más que darnos a conocer el aspecto de la gran Tribulación de la cual el pueblo de Daniel será librado. Los detalles, y las circunstancias de esos días, no le fueron dados a conocer a Daniel en aquel tiempo. Por eso, se le dice así (Daniel 12:4): “Pero tú Daniel, cierra las palabras y sella el libro hasta el tiempo del fin”. Y cuando Daniel preguntó (vers.8) “¿Cuál será el fin de estas cosas? La respuesta es (vers.9): “Anda, Daniel, pues estas palabras están selladas hasta el tiempo del fin.” Los pormenores de la primera visión de Daniel también se le dijo que los sellase. “Y tú guarda (esconde) la Visión, porque es para muchos días” (8:26).   
¿Qué otra cosa podríamos buscar como principal en el Apocalipsis, que como hemos visto contiene el fin de los “muchos días” y “el tiempo del fin” como su gran sujeto o tema principal, que no fuesen las cosas no selladas, si de las selladas habla tan preeminentemente  el libro de Daniel? Cuando haya llegado el tiempo para que se cumpla todo lo que está escrito en este libro, entonces será cuando los sellos sean abiertos. Hasta entonces, aunque estos siete sellos hayan sido abiertos, todavía hay ciertos asuntos que aun  el propio Juan tuvo que “sellar”, esto es, “las voces que emitieron los siete truenos” (10:4). Nosotros tomamos por tanto, que la apertura de los sellos de este libro es la ampliación, el desarrollo y la  continuación del Libro de Daniel, describiendo, de parte de Dios, los juicios necesarios para asegurar el cumplimiento de todo lo que Él ha predicho antes. La apertura de cada uno de los sellos contiene un juicio especial con un resultado inminente o inmediato. El rollo dado a Ezequiel fue de contenido similar. “Y lo extendió delante de mí, y estaba escrito por delante y por detrás; y había escritas en él endechas y lamentaciones y ayes” (Ezequiel 2:10). De la misma manera la apertura de los sellos de este libro despliegan tribulaciones, lamentaciones y ayes también. Pero hay más en el “Libro” que todo esto. También contiene el objetivo de los juicios. Ese objetivo es la redención de la herencia profetizada. (Vea las notas anteriores en el vers. 2). La especial importancia de este “Libro” (y de todo lo que envuelve) se desprende por su estructura, que es la siguiente:    
LA EXPANSIÓN DE  k., 5: 2-5.
k | l | 2-.  La proclamación del Ángel.  "Y vi...
        m | -2.  Pregunta.  "¿Quién es digno...?
                Primera consecuencia: Inhabilidad
                n | o | 3-.  Y ninguno podía.  (Agente).
                        p | -3.  Abrir el Libro.  (Acción).
                Segunda consecuencia: Lamentaciones.
                n | o | 
4-.  Ninguno digno.  (Agente).
     l | 5-.  La consolación del Anciano.  "Y uno...
        m | 5.  Respuesta a la pregunta.  "He aquí...        

LA TRADUCCIÓN DE k, 5: 2-5.
5:2 Y vi a un ángel fuerte que pregonaba a gran voz – “¿Quién es digno de abrir el libro y desatar sus sellos?”] Parece como si hubiera algo más en estos 7 sellos del Libro de lo que hemos dicho en el versículo 1. Evidentemente hay más cosas en este libro que la mera continuación de las profecías de Daniel. Están allí, sin sombra de dudas, pero deben ser aquellas cosas por las cuales se da a continuación el juicio, y se requieren para desencadenar todo este poder. Si el Libro tiene que ver con la totalidad del tema o sujeto principal de la profecía, con su causa, y no meramente con sus consecuencias y su final, entonces será bueno que regresemos al principio, al punto que nos señala los querubines, cuando el hombre fue expulsado del Paraíso, cuando perdió su heredad; y la promesa de un Libertador y Redentor venidero fue dada.
La Primera Visión “en el Cielo” (4:5) resalta la historia del hombre en relación al Trono, al punto que dejamos atrás en Génesis 3:24. El Trono aquí está establecido; pero el hombre no está ya aquí sino fuera, y además es incapaz de ganarse el acceso al “Árbol de la Vida”. Por eso se proclama “¿Quién es digno?” ¿Quién tiene el derecho de redimir la heredad perdida, el Paraíso perdido? Satán está en posesión de este mundo ahora. Él es su “Dios” y “príncipe” (Juan 12:31; 14:30; 16:11. Efesios 2:2). Y como tal él fue capaz de tentar de una peculiar manera a Quien vino a redimirle en la única ley posible en que podía ser redimido. (Vea Levítico 25; Dt. 25:5; y Rut 4:1-6). Si esto es así, entonces entendemos esta proclamación, que tiene tan importante posición o lugar en esta visión celestial. Y el asunto resuelto será el mismo que aquel de Booz, que actuará como Mediador  (o Redentor) para el hombre y para Israel, y recobrará para ellos su posición perdida. Jeremías 32 nos muestra que un libro sellado aparece y se da en conexión con una tal transacción (lea los versículos 6-16); y si es así, entonces sirve de ilustración para una redención mucho más importante y de mayor peso, como la de la nueva canción que viene a continuación en esta Visión Celestial; la canción cuyo tema es nada más y nada menos que la Redención de toda la Creación, cumplida y llevada a cabo por Aquel que es plenamente digno, tanto por  derecho irrefutable, como por ser inigualablemente poderoso y capaz. Porque el Mediador es tanto vengador como Redentor. 
3. Y ninguno, ni en el cielo ni en la tierra ni debajo de la tierra podía abrir el libro, ni aun mirarlo] La dignidad y capacidad requerida es tan grande que ninguna criatura creada es capaz ni tan siquiera de contemplarlo. No había ninguno que pudiese hacer frente a este heráldico desafío.
4. Y lloraba yo mucho porque no se había hallado a ninguno digno de abrir el libro, ni de leerlo, ni de mirarlo] La escena ha debido ser muy viva y real para Juan, para producirle esta tristeza. ¡Estas lágrimas no fueron causadas solo por la decepción de su curiosidad! Seguramente, él se debe de haber dado cuenta, de alguna cosa que, le hizo ver las serias consecuencias envueltas si no se encontrase alguno digno. Debió haber surgido algo, y suficientemente claro en el carácter o apariencia del Libro, para darse cuenta de eso: porque ninguna voz se ha levantado todavía que nos diga algo acerca de la naturaleza de su contenido. Pero uno de los Ancianos rompió el silencio.
5. Y uno de los ancianos me dijo: “No llores. He aquí que el León de la tribu de Judá, la raíz de David venció* para abrir el libro y desatar sus siete sellos] Ninguno de los Ancianos, o de los Querubines, o Ángeles, o Espíritus, podía cumplir la obra del Mediador (o Redentor). Ninguno de estos podía ser “próximo del linaje,” ningún otro sino el Hijo del Hombre, que era el hijo de David y Señor de David. Ningún otro sino Aquel que era al mismo tiempo la “Raíz” de donde David procedía, y la “descendencia” que procedía de David, podía ser próximo al linaje, y por tanto con el derecho a redimir la Heredad perdida del Trono, el Territorio, y las Gentes. Él era “el León de la Tribu de Judá” (Génesis 49:8-10. Números 24:7-9. Isaías 9:6, 7. 11:1. Salmos 99:20-29).
*No “ha vencido”, como si fuera refiriéndose a algún acto reciente, sino que “venció”, esto es, en la Cruz.
El Señor Jesús vencerá como el León; y es de esto que trata el Libro; pero, Él, primero venció como Cordero inmolado. Por eso cuando Juan se volvió, lo que vio, no fue un León, de acuerdo al anuncio del Anciano, sino un Cordero, de acuerdo al hecho histórico anterior.
Él primero toma la posición de hombre fuera del paraíso y del árbol de la vida (Génesis 3:24). Su obra de Redención comenzó en la tierra y por Su venida, no en un paraíso o jardín, sino en el desierto (Mateo 4:1). Él se acercó a la flameante espada y escuchó las palabras de Aquel que dijo “Levántate, oh espada, contra mi Pastor, y contra el hombre compañero mío, dice Jehová de los ejércitos” (Zacarías 13:7). Esta espada le fue envainada en Él, y por eso llegó a estar titulado, o llegó a tener el derecho para entrar y ser digno de tomar este Libro.  
Cuando Juan al principio miró (vers. 5: 1), solamente vio “el Trono y el Libro”, los cuales están separados de lo segundo por la estructura. Porque cuando el mira la segunda vez (vers. 6), él ve “el Cordero”. El Cordero es ahora visto en el medio del Trono. Ya no ocupa una posición exterior. Él es titulado, recibió el derecho para entrar y aproximarse al trono, porque sólo Él es “digno”.
6. Y miré, y vi que en medio del trono y de los cuatro Zoa, y en medio de los ancianos – estaba en pie un Cordero como inmolado, que tenía siete cuernos, y siete ojos, los cuales son los siete espíritus de Dios enviados por toda la tierra]  El anciano habló de un León: sin embargo Juan se vuelve y ve un Cordero. El anciano habló de la consecuencia: Juan lo que vio fue la causa. El León tiene que ver con Su poder y con quitarle al usurpador su dominio. “El príncipe de este mundo (ya) ha sido juzgado” (Juan 16:11). Las sentencias han sido cumplidas; un juicio se ha llevado a cabo (Juan 12:31; 16:11); y su ejecución está a punto de tener lugar (Ap.12). Pero todo esto se nos muestra aquí primeramente en virtud del “derecho” obtenido por el pago del precio de la redención: eso es por lo que Juan ve un Cordero “como inmolado”.
El pago que se hizo en el pasado, es la base del poder futuro (Colosenses 2:15. Hebreos 2:14). Eso es lo que establece la dignidad del verdadero Mediador. Los cuernos del Cordero nos relatan Su poder (1ª Samuel 2:1. 2ª Samuel 22:3; 132:17; 148:14. Lamentaciones 2:3. Ezequiel 29:21. Daniel 8:5, 20, 21, etc.). Este poder es Divino y tiene que llevar a cabo un espiritual y todopoderoso cometido. Los siete ojos, Zacarías 4:10 y 3:9, denotan el hecho que el Señor está a punto de quitar  la iniquidad de la Tierra de Israel.
7. Y vino y lo tomó* de la mano derecha del que estaba sentado en el trono] Aquí acaba el elemento que tiene por sujeto “El Trono y el Libro; el León y el Cordero”. que corresponde con Daniel 7:9-14, donde el Hijo del Hombre es visto acercándose a un Anciano de Días y recibiendo un reino, dominio y gloria; y esto es lo que inmediatamente es celebrado en la Nueva Canción que sigue en el cap. 5:8-14, concluyendo esta primera Visión “En el Cielo”.
* Omiten "el Libro", L.T.Tr.A. WH. y RV.
B., Cap. 5:8-14. 
LA NUEVA CANCIÓN DE LOS ZOA Y LOS ANCIANOS.
El Tema – La Redención.
Llegamos ahora al último miembro de C1. En la estructura está marcada B, y consiste del cap. 5:8-14 siendo su tema principal, “La Nueva Canción de los Zoa, y los ancianos, y las voces celestiales de otros Seres Angelicales”.  
Se presenta en una secuencia ordenada; siendo los oradores y sus palabras separadas y colocadas en cinco pares, o grupos.
EXPANSIÓN DE B., cap. 5:8-14.
La Nueva Canción de los Zoa y de los Ancianos.
B | q1 | 8, 9-.  Los cuatro Zoa, y 24 Ancianos.
            r1 | -9, 10.  Su Nueva Canción.
     q2 | 11, 12.  Muchos Ángeles.
            r2 | -12.  Sus voces, o proclamaciones.
     q3 |  13-.  Toda Criatura.
            r3 | -13.  Sus voces, o proclamaciones.
     q4 | 14-.  Los cuatro Zoa.
            r4 | -14-.  Sus voces, o proclamaciones.
     q5 | -14-.  Los 24 ancianos.
            r5 | -14.  Sus voces, o proclamaciones.
Aquí en q1 a q5 tenemos los oradores celestiales y cantores; mientras que, en r1 a rtenemos su canción y sus voces. Las voces relatan la escena que está a punto de tener lugar “en el cielo”, y el resultado a punto de ser visto en los consecuentes juicios que siguen y tienen lugar “en la tierra”. El punto en el cual comienzan las voces celestiales es el momento cuando el Cordero, quien es el único digno y titulado, toma el Libro. 
8. Y cuando hubo tomado el libro, los cuatro Zoa y los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero; todos tenían arpas, y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones de los santos]  En el Antiguo Testamento, las arpas se asocian con gozo y regocijo (vea 1ª Crónicas 25:1, 6; 2ª Crónicas 29:25; Salmos 22; 92:3; 149:3); así como la tristeza se expresa por su ausencia: “Cesó la alegría del arpa” (Isaías 24:8). Las arpas también se asocian especialmente con profecía (1ª Samuel 10:5; 1ª Crónicas 25:3; Salmos 49:4). 
Las copas de oro eran los vasos que pertenecían al altar (Zacarías 14:20), y la Septuaginta utiliza la palabra para los vasos del Templo (1ª Reyes 7:45, 50; 2ª Crónicas 4:22; Éxodo 25:23-29; 27:3; 37:10-16). Las “oraciones de los santos” son las oraciones referidas por nuestro Señor en la parábola del Juez, donde se aplica la parábola sobre sí mismo, y pregunta, “¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a Él de día y de noche? ¿Se tardará en responderles? Os digo que pronto les hará justicia. Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?” (Lucas 18:7,8). La fe que se refiere aquí es la misma de la que habla Ap. 2:19; 13:10; 14:12. Estos escogidos son los santos referidos y de los cuales habla Mateo 24:31, y Daniel 7:18, 22, 27. Son los “Santos del Altísimo”; El Altísimo, siendo como es un título Divino, siempre se emplea en conexión con la tierra; y no con la Iglesia. Los Ancianos realizan servicios sacerdotales, porque lo hacen en respaldo de otros. Esto es algo que la Iglesia no puede hacer. Si los “Ancianos” son la Iglesia, entonces los “Santos” no lo pueden ser, porque la Iglesia no puede ofrecer para sí misma; ¡ni una de sus partes puede ofrecer por otra parte! ¡No! La Iglesia es “una sola en Cristo Jesús”, y no puede ser separada o dividida.
9. Y cantaban un Nuevo cántico, diciendo] Los Zoa hablan solamente en esta primera Visión “en el Cielo” y en la última, en el cap. 19:4; y en ninguna otra parte. Los Ancianos hablan en la primera y en la última, pero también una tercera vez en 11:17. Esto es significativo; mostrando el peso y la importancia de estas locuciones respectivamente. En esta primera Visión “en el Cielo” sus voces son oídas dos veces: primero, en conexión con el Trono y con Aquel que se sienta sobre él (separadamente); porque los Zoa hablan primero (4:8); y los Ancianos después (4:11); siendo su tema la Creación. La segunda vez que hablan es en conexión con el Cordero, y el Libro, y cantan juntos (cap. 5:9, 10), siendo su tema la Redención.
Seis veces en esta primera Visión “en el Cielo”, son oídas estas Voces Celestiales. Todo el Cielo participa y se dedica a cantar la dignidad de Dios como el Creador; y la dignidad del Cordero como el Redentor. Con toda certeza, pues,  estos son los personajes dominantes de todo el Libro. Estos son los temas que forman su sujeto principal: esto es, la erradicación de la maldición de la creación, la redención por precio pagado de la heredad, la expulsión del gran usurpador; y todo eso cumplido legalmente a través del pago que hizo el precio de la Redención por los méritos del Cordero, y la puesta en marcha del poder de la Redención. Por lo tanto, en conexión con Él y con el libro tenemos la primera de las cuatro locuciones celestiales:
La Nueva Canción de los Zoa y los Ancianos. 5:9,10.
“Digno eres
De tomar el Libro
Y de abrir sus sellos
Porque tú fuiste inmolado
Y con tu sangre has redimido*  para nuestro Dios* * 
De todo linaje y lengua y pueblo y nación
Y  has hecho*  para Dios
Un Reino/ y sacerdotes
Y “ellos” reinarán// sobre la tierra”]
* Lachmann, Tischendor, Alford, Wordsworth, Westcott y Hort, y la RV. omiten (...) (hemas) nosotros, o nuestro. De hecho, todas las autoridades críticas son unánimes en sustituir la 3ª persona por la 1ª en el siguiente versículo. Pero si esto es así, entonces debemos tener la 3ª persona aquí y no la 1ª persona. 
** Alford omite "para nuestro Dios".
| Así traducen L.T.Tr.A. WH. y RV.
|| Así traducen L.Tr.A. WH. y RV.
Este es el tema de la Nueva Canción. La dignidad del Cordero de tomar el Libro, debido a la Redención que realizó y cumplió. El Pueblo había sido una vez redimido de Egipto, por eso está en conexión con el Éxodo, porque es donde se menciona en la Biblia la Redención por primera vez, en la Canción de Éxodo 15:13. “Condujiste en tu misericordia a este pueblo que redimiste; lo llevaste con tu poder a tu santa morada”. Pero ahora el Pueblo se encuentra esparcido o disperso entre “todo linaje y lengua y pueblo y nación”, y por eso tiene que ser redimidos  “una segunda vez”, “igual que lo fue Israel en el día en que salió de la tierra de Egipto” (Isaías 9:11, 16). 
Veremos y notaremos la importancia de las diversas traducciones en el vers.9; porque sobre ellas gira la interpretación de todo el Libro. Las traducciones verdaderas separan a los cantores de los Redimidos, y estos cantores aparecen como seres celestiales que no precisan de ser redimidos, sino que cantan la redención obtenida para otros. 
Pero el precio pagado es solamente una parte de la obra de redención. Si el precio hubiese sido pagado y no hubiese el poder, para tomar posesión y ejecutar el dominio, el pago hubiese sido en vano. Y si el poder fuese ejecutado y ejercitado para expulsar al usurpador, sin el previo pago del precio de la redención, no podría ser un acto justo. Así que para la redención de la herencia perdida son absolutamente necesarias dos cosas, el precio y el poder. La canción de la primera redención tiene por tema el pago del precio. En la segunda se celebra la puesta en marcha del poder.
Primeramente se nos dice por quien es hecha esta segunda locución.
11. Y mire y oí la voz de muchos ángeles alrededor del trono, y de los seres vivientes, y de los ancianos; y su número era millones de millones que decían a gran voz:
“El Cordero que fue inmolado es digno
De tomar el poder
(y) Las riquezas
(y) La sabiduría
(y)La fortaleza
(y) La honra
(y) La gloria
Y la alabanza”   
Le dan estos siete atributos debido a la dignidad del Cordero. Las palabras “Poder” y “Fortaleza” divide las siete entre tres y cuatro. Todas están marcadas en los textos críticos por la Figura Polisíndeton (la aparición de “muchas conjunciones y) que nos lleva a considerar cada una de estas siete características de la dignidad del Cordero separadamente. Cuando así se hace,  notamos que el gran tema es el poder y la fortaleza de la Redención.   
13. Y a todo lo creado que está en el cielo y sobre la tierra y debajo de la tierra, y en el mar, y a todas las cosas que en ellos hay, oí decir
“Al que está sentado en el trono
Y al Cordero
Sea la alabanza
(Y) la honra
(Y) la gloria
 Y el poder
Por los siglos de los siglos”]*

Estos son atributos hablando de toda la creación. Por eso son cuatro, porque están en conexión con la tierra (de la que cuatro es su número) y porque Aquel que se sienta en el Trono está allí en relación a la tierra. Mientras que las atribuciones a la Persona del Cordero inmolado son siete porque la sangre de la Redención fue ofrecida “a través del Espíritu eterno” (Hebreos 9:14).
14. Y los cuatro Zoa decían
                      “Amén”
Y los veinticuatro ancianos se postraron sobre sus rostros y adoraron]
* G.L.T.Tr.A. WH. y RV. omiten “Por los siglos de los siglos”, por ser una adición posterior al texto por algún escriba.
Nos parece casi profano intentar explicar, y hacer algún comentario sobre estas locuciones celestiales. Son los comentarios del propio Cielo sobre el hecho maravilloso visto y oído por Juan, que se nos presentan en esta primera Visión contemplada “en el Cielo”. Cuando en otra ocasión introdujo en el mundo su Unigénito, Él dijo “Adórenle todos los ángeles de Dios” (Hebreos 1:6). Esta es la traducción también de la Septuaginta de Deuteronomio 32:43, las palabras finales de la canción de Moisés. ¿Y por qué son aquí llamadas todas las naciones a “Regocijarse”? ¿Y por qué son llamados todos los ángeles de Dios a adorarle? Debido a que está a punto de cumplirse la venganza que allí pronunció y registró:
“PORQUE EL vengará la sangre de sus siervos
Y tomará venganza de sus enemigos
Y hará expiación por Su Tierra,
Y por Su pueblo.”
Estas son las palabras conclusivas de “la canción de Moisés”. Ahora, “toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto” (Romanos 8:22), pero entonces, cuando llegue el día en que se cante esta canción, y la gloria del Señor brille una vez más sobre Israel, entonces la canción se entonará en las palabras escritas:
“Haga resplandecer su rostro sobre nosotros
Para que sea conocido en la tierra tu camino y en todas las naciones tu salvación
Alégrense y gócense las naciones
Porque juzgarás los pueblos con rectitud” (Salmos 67).

“Entonces todos los árboles del bosque rebosarán de contento.” (Salmo 96)

“Los ríos batan las palmas
Los montes todos hagan regocijo” (Salmo 98).

“Las bestias del campo
Las aves de los cielos y los peces del mar
Todo cuanto pasa por los senderos del mar
Oh Jehová, Señor nuestro
Cuán grande es tu nombre en toda la TIERRA” (Salmo 8)

“Y todo lo que respira” alabe al Señor (Salmo 150) y diga
ALELUYA.


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