Cubierto, protegido, liberado. Devocional. De Joseph Prince
Éxodo
13:21 Y Jehová iba delante de ellos de día en una columna de nube para guiarlos
por el camino, y de noche en una columna de fuego para alumbrarles, a fin de
que anduviesen de día y de noche.
Cuando los hijos de
Israel estaban vagando en el desierto, Dios los guio yendo delante de ellos en
una columna de nube durante el día y una columna de fuego durante la noche.
Durante el día, Dios
extendió la columna de nube como una cubierta sobre Su pueblo en el desierto
para evitar que el sol abrasador los golpeara. La gente estaba a la sombra y se
mantenía fresca. Hoy, tú también estás bajo Su cubierta. Él no permitirá que seas
consumido en abatimiento (ve Salmo 121: 3–8), ni que te sientas oprimido por el
"calor" del día (ve Isaías 54:14).
En la noche, cuando el
desierto se volvía oscuro y frío, Dios le dio a Su pueblo la columna de fuego
para iluminar el camino para ellos, así como para mantenerlos cálidos y
seguros. Hoy, mientras caminas con Dios, no serás abrumado por los lugares
fríos y oscuros de la vida porque la Palabra de Dios dice: “Ustedes son hijos
de luz e hijos del día. No somos de la noche ni de las tinieblas” (1
Tesalonicenses 5: 5). No temerás al terror nocturno ni a pestilencia que ande
en oscuridad porque Dios te librará de ellos (ver Salmo 91: 5–6).
Al igual que los hijos de
Israel, que solo necesitaban mirar hacia arriba y mantener sus ojos en la
columna de nube y la columna de fuego, todo lo que necesitas hacer tú hoy es
mirar hacia arriba y mantener tus ojos en Jesús. Cuando necesites Su dirección
para una situación, mira a Jesús que tiene palabras de vida eterna (ver Juan
6:68). Cuando veas síntomas de enfermedad en tu cuerpo, mira a Jesús, quien se
ha llevado todas las enfermedades y aflicciones físicas (ver Mateo 8:17).
Cuando los hijos de
Israel fueron mordidos por serpientes en el desierto, Dios le dijo a Moisés que
hiciera una serpiente de bronce y la colocara en un poste, esto es una representación
de Cristo siendo juzgado en la cruz (ver Juan 3:14). Los que miraron a la
serpiente de bronce en lugar de sus heridas fueron sanados (ver Números 21: 9).
¡Aquel que pone sus ojos en Jesús vive!
Amado, pon tus ojos en
Jesús. ¡Él es tu cubierta, protección y liberación!
Extraído del sitio Joseph Prince Ministries:
https://www.josephprince.org/
https://www.josephprince.org/
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