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La Mejor Noticia Que Jamás Has Escuchado. De Joseph Prince



Estas son las notas sobre el sermón, La Mejor Noticia Que Jamás Has Escuchado, predicadas por el Pastor Joseph Prince el domingo 21 de abril de 2019, en el Centro de Artes Escénicas “The Star”, en Singapur. ¡Esperamos que las notas de este sermón sean de gran aliento para ti!

Visión General

1.     Introducción: Dios sabe todo sobre ti y te ama.
2.     Tienes el don de la vida eterna a través de Jesucristo.
3.     La ley fue dada desde lejos, pero la gracia y la verdad se acercaron a nosotros.
4.     Jesús, nuestro perfecto Cordero, ha quitado todos nuestros pecados.
5.     Puedes esperar que te pasen cosas buenas.
6.     Eres justo a los ojos de Dios e irreversiblemente bendecido
7.     Oración de salvación
8.     Oración final

Introducción

¡El Pastor Prince desea a todos un bendecido domingo de resurrección!

Puedes venir a la iglesia esperando recibir del Señor porque Él es un Dios de milagros.

Si te sientes abatido o deprimido porque recibiste un mal informe del médico, sabe que Dios es un Dios de milagros que puede sanarte. Él creó tu cuerpo y también ha redimido tu cuerpo a través de la sangre de Jesucristo.

Dios te ama. Tú no estás solo. No eres solo un rostro entre la multitud.

El Señor te conoce. Él sabe la cantidad de cabellos que hay en tu cabeza y sabe exactamente por lo que estás pasando, incluso las cosas que no compartes con las personas más cercanas a ti.

Dios sabe todo acerca de ti y te ama tal como eres. Ese es el mejor tipo de amor que puedes recibir.
Dios te ama tanto que envió a Su Hijo a morir por tus pecados. En este día, hace 2000 años, Jesús resucitó de entre los muertos como testimonio de que todos tus pecados han sido borrados. Por eso hoy podemos cantar: "Porque él vive, puedo enfrentar el mañana".

Tú tienes el don de la vida eterna por medio de Jesucristo.

¿Cómo ves a Dios hoy? ¿Lo ves como un Dios viejo y débil que está enojado y es tacaño?

Tenemos que cambiar la forma en que vemos a Dios.

En el cielo, todos son jóvenes por siempre.

Dios no es un anciano sentado en Su trono en el cielo hoy. Es un Dios dinámico que es joven y nunca envejece.

Como creyente, puedes experimentar esa misma vida que fluye a través de ti hoy.

La vida eterna no es solamente vivir para siempre. Se trata de vivir una buena vida para siempre. La vida eterna es la vida de Dios, la vida a través de la cual Dios vive. Es una vida libre de enfermedad, sin edad, ¡y se vuelve tuya a través de Jesucristo!

Romanos 6:23 Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.

Todos nosotros pecamos porque somos pecadores. No nos hacemos pecadores porque pecamos. Cuando nacimos en este mundo, nacimos en pecado.
Tal vez estás pensando, "Pero eso no es justo".

La verdad es que nuestras vidas están estrechamente vinculadas con los que nos precedieron, nuestros padres y nuestros abuelos, etc. Cuando el primer hombre, Adán, tomó la decisión de comer del árbol del conocimiento del bien y del mal en el jardín del Edén, el pecado entró en toda la humanidad.

Cuando Dios hizo al primer hombre y mujer, Adán y Eva, los puso en un lugar hermoso llamado Edén. Estaba lleno de belleza y bondad.

Dios pudo haber creado robots, pero Él no lo hizo. Él hizo al hombre a Su imagen, conforme a Su semejanza (Génesis 1:26-27), y le dio al hombre libre elección.

Si Dios hubiera creado todo para que fuera bueno y perfecto, el hombre no habría podido ejercer su libre voluntad.

Así que Dios plantó muchos árboles buenos, incluido el Árbol de la Vida, y les dijo que podían comer libremente de todos los árboles excepto uno, el Árbol del Conocimiento del Bien y del Mal (Gen. 2:16–17). Pero Adán y Eva eligieron comer de ese árbol, y el pecado entró en el mundo.

La paga del pecado es muerte. No puedes hacer una elección y no experimentar las consecuencias.
La muerte vino al mundo, pero nunca fue el corazón de Dios que el hombre muriera.

El deseo de Dios es que seas para siempre joven. Dios nunca diseñó al hombre para que enfermara, envejeciera y muriera. Es por eso que Jesús lloró cuando Lázaro murió a pesar de que sabía que estaba a punto de resucitarlo de entre los muertos. Jesús lloró porque conocía el plan original del Padre para el hombre.

Dios nunca diseñó al hombre para que muriera. Innatamente, todos odiamos la muerte. Es algo ajeno para nosotros.

CELEBRAMOS EL DOMINGO DE RESURRECCIÓN PORQUE ESTE DÍA, ¡JESÚS CONQUISTÓ LA MUERTE!

Cuando Jesús resucitó de entre los muertos, resucitó corporalmente.

Su resurrección prueba que nuestros pecados han sido quitados.

El pecado es lo que separa al hombre de Dios. Dios odia el pecado porque el pecado destruye todo lo hermoso que Dios ha hecho. El pecado nos lastima.

Por ejemplo: si tu hijo tuviera cáncer, tú odiarías el cáncer porque amas a tu hijo. Odiarías el cáncer en la misma medida en que amas a tu hijo. De la misma manera, Dios odia el pecado porque te ama a ti. Odia el pecado porque el pecado destruye todo lo bueno que Él ha creado y tiene la intención de que disfrutes.

Mientras que Dios es amor, Dios también es justo.

Dios tuvo que castigar el pecado, pero también amó al hombre.

¿Cómo fue que nuestro Dios justo castigó el pecado y aun así salvó al hombre?

Solo había una solución, y Él la tomó: Él envió a Su Hijo sin pecado, Jesucristo, a morir por nuestros pecados.

La ley fue dada desde lejos, pero la gracia y la verdad se acercaron a nosotros.

Juan 1:17 Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo.

Este es uno de los versículos favoritos del Pastor Prince, y es un versículo que marca su ministerio.
La ley fue dada a través de Moisés, un siervo. La gracia y la verdad vinieron a través de Jesucristo, el Hijo.

La ley exige, pero la gracia provee.

Bajo la ley, Dios exige justicia de un hombre que está pecadoramente en bancarrota.
Pero bajo la gracia, Dios dice: “¡Toma el don de la justicia! Está listo solo para ser recibido".
El primer milagro que hizo Moisés fue convertir el agua en sangre, dando como resultado muerte.
El primer milagro que hizo Jesús fue convertir el agua en vino, lo que resultó en una celebración gozosa en una boda.

Él puede hacer lo mismo por tu matrimonio; Él puede convertir lo que es insípido y mundano en un embriagante vino.

Bajo la ley, Dios dijo: "De ninguna manera pasaré por alto tus pecados, sino que visitaré tus pecados hasta la tercera y cuarta generación" (Éxodo 34:7 KJV).

Bajo la gracia, Dios dice: "Nunca más me acordaré de tus pecados" (Hebreos 8:12).

La ley dice: "Haz, haz, haz".

La gracia dice: "Hecho".

En la cruz, las últimas palabras pronunciadas por la Persona de Gracia, Jesús, es: "¡Consumado es!"
Esas palabras significaron el total cumplimiento de cada requisito que Dios tiene para nosotros.
Cuando Dios dio los Diez Mandamientos, sabía que el hombre los rompería. Él sabía que incluso el mejor de los hombres fallaría.

El estándar de Dios es perfecto. Para Él, el adulterio ocurre en el momento que codicias en tu corazón. El asesinato ocurre en el momento en que odias a alguien (ver Mateo 5:21–30).
Ninguno de nosotros puede guardar la ley de Dios.

La ley nos lleva al final de nosotros mismos. Jesús vino para mostrarnos que nuestra única esperanza está en Él, en nuestro Salvador.

Jesús, nuestro perfecto Cordero, ha quitado todos nuestros pecados.

Los rituales en el Antiguo Testamento son ayudas visuales que apuntan a la obra terminada de Jesús en la cruz.

Veamos la ofrenda por el pecado en el Antiguo Testamento:

1.     Cuando un hombre pecaba, traía un cordero al sacerdote en el tabernáculo.
2.     El sacerdote examinaba al cordero para asegurarse de que no tuviera imperfecciones ni defectos.
3.     El hombre que pecó ponía sus manos sobre el cordero en un acto de identificación para que sus pecados fueran transferidos al cordero.
4.     El hombre mataba al cordero que estaba llevando sus pecados.
5.     El cordero sacrificado se colocaba sobre un altar y se quemaba.
6.     El hombre salía del tabernáculo con algo que nunca antes había tenido: la justicia del cordero.

1. Cuando un hombre pecaba, traía un cordero al sacerdote en el tabernáculo.

En los tiempos del Antiguo Testamento, cuando alguien pecaba, tenía que llevar una ofrenda por el pecado al sacerdote en el tabernáculo.

En esta situación, el sacerdote representa a Dios; sus ojos representan los ojos de Dios.

2. El sacerdote examinaba al cordero para asegurarse de que no tuviera imperfecciones ni defectos.

Cuando el pecador llevaba el cordero al sacerdote, el sacerdote examinaba al cordero para asegurarse de que no tuviera imperfecciones ni defectos. El sacerdote no examinaba al hombre por el pecado (porque es obvio que el hombre había pecado, por eso está allí con el cordero). El sacerdote solo examinaría al cordero.

¿Por qué el sacerdote en el Antiguo Testamento tenía que revisar al cordero para asegurarse de que no tuviera defectos o imperfecciones? Porque el cordero tenía que ser una buena representación del Cordero de Dios sin pecado, Jesucristo.

Hoy, nosotros somos como el hombre que llevaba el cordero al sacerdote. Venimos ante Dios con nuestro Cordero, el verdadero Cordero, el Cordero de Dios, Jesucristo.

Cuando traemos a Jesús, Dios no nos está examinando a nosotros por el pecado. Él sólo está mirando a Jesús.

NO ES CUESTIÓN DE LO BUENO QUE TÚ ERES, SINO DE LO BUENO QUE ES TU CORDERO.

¿Qué tan bueno es tu Cordero hoy? Él es perfecto.

Hoy, Dios está mirando a Jesús, El Perfecto, en lugar de a ti.

Solo alguien sin mancha, sin pecado, podía tomar tu lugar legítimamente.

3. El hombre que pecó ponía sus manos sobre el cordero en un acto de identificación para que sus pecados fueran transferidos al cordero.

Una vez que el sacerdote en el Antiguo Testamento ha examinado al cordero y se ha asegurado de que esté sin mancha, entonces tiene lugar el acto de identificación: el pecador pone sus manos sobre el cordero que ha traído. Ahora el cordero que una vez estuvo sin pecado lleva los pecados del pecador. Ahora, el cordero es culpable en lugar del pecador.

4. El hombre mataba al cordero que lleva sus pecados.

El sacerdote entonces le pasaba al pecador un cuchillo y mataba al cordero. El cordero moría en su lugar, cargando sus pecados.

Eso es lo que sucedió cuando Jesús estuvo colgado en la cruz. Él estuvo colgado en la cruz cargando nuestros pecados y murió por nuestros pecados. Él tomó nuestro lugar.

Juan 3:16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.

El amor da. En amor, Dios dio a Su único Hijo por nosotros.

A través de las ofrendas por el pecado en el Antiguo Testamento, el pecado era cubierto una y otra vez. El pecado era cubierto año tras año hasta que Jesús vino.

Jesús no vino a cubrir nuestros pecados. Él vino a quitarlos completamente.

Juan 1:29 El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.

Ahora, nuestro pecado no solo está cubierto, sino que ha sido quitado por la sangre de Jesús, el verdadero Cordero de Dios.

Dios pudo haber elegido un gran palacio para que Jesús naciera, pero eligió un humilde pesebre lleno de corderos y bueyes.

5. El cordero sacrificado se colocaba sobre un altar y era quemado.

El cordero sacrificado se colocaba luego sobre un altar. El altar tenía cuatro esquinas que representan la cruz de Jesucristo. Cuando Jesús colgó de la cruz, colgaba del altar de todos los altares, el altar final. Él es la perfecta y final ofrenda.

El cordero se quemaba delante de Dios. El fuego que consumía al cordero representaba el juicio de Dios. En la cruz, Jesús consumió el fuego del juicio de Dios a nuestro favor. Hoy en día, no hay más juicio ardiente de Dios sobre nosotros.

La paga del pecado es muerte, y Jesús tomó nuestra muerte. Tomó nuestro castigo en la cruz.
6. El hombre salía del tabernáculo con algo que nunca antes había tenido: la justicia del cordero.

Ahora, el hombre que trajo el cordero mira el altar, sabiendo que esa debería haber sido su muerte, pero el cordero tomó su lugar. No solo se va sin sus pecados, sino que también se va con algo que nunca antes había tenido: la justicia del cordero. Porque tiene la justicia del cordero, tiene la bendición de Dios. Se va como un hombre libre, ya no es un pecador.

Hoy, debido al trabajo terminado de Jesús, ¡somos como este hombre! Justos y bajo las bendiciones de Dios.

Tú puedes esperar que cosas buenas te ocurran.

Proverbios 10:6 Hay bendiciones sobre la cabeza del justo; Pero violencia cubrirá la boca de los impíos.

A los ojos de Dios, ahora eres la justicia de Dios en Cristo. No hay más juicio sobre ti; puedes irte confiado de que te pasarán cosas buenas porque Dios te está mirando y te trata como al Cordero de Dios sin culpa.

¡Hoy, la luz del favor de Dios brilla sobre ti y Su favor abunda hacia ti!

El Pastor Prince comparte un video de lo que le pasó a Jesús en la cruz.



En la cruz, Jesús absorbió todo pecado, condenación, enfermedad, maldición y la muerte. Él recibió el juicio completo de Dios por todos nuestros pecados, de modo que hoy no camináramos bajo el juicio de Dios o el temor de Su juicio, sino que caminamos bajo Su cielo abierto de bendiciones y Sus promesas.

Hoy, debido al trabajo terminado de Jesús, estamos parados donde el fuego ya ha ardido.

No tenemos que experimentar el fuego, el juicio de Dios. Tú estás ante Dios como Jesús es, justo y sin culpa.

TÚ PUEDEs VENIR A DIOS DENODADAMENTE PORQUE JESUCRISTO SE HA LLEVADO LEJOS TU PECADO. ¡NO HAY NADA QUE TE DESCALIFIQUE PARA VENIR A DIOS!

¡La divina transferencia ha tenido lugar!

Tú eres justo ante los ojos de Dios e irreversiblemente bendecido

El Pastor Prince comparte un video de Jesús encontrándose con el leproso en Mateo 8.


Después de que Jesús predicó el Sermón de la Montaña, se encontró con un leproso que se le acercó y le preguntó si estaba dispuesto a sanarlo.

Muchas veces, la gente no duda que Dios es capaz de sanar. Ellos dudan si Él está deseoso de sanarlos.

Mira la respuesta del Señor a este leproso y sabe que Su respuesta es la misma para ti hoy: Él extendió su mano para tocar al leproso y dijo: “Quiero, sé limpio” (ver Mateo 8:2–3).
La lepra es una imagen del pecado. Bajo la ley, el pecado es contagioso. Bajo la ley, si tocas a un leproso, te vuelves impuro.

BAJO LA GRACIA, CUANDO JESÚS TOCÓ AL IMPURO, ¡EL IMPURO LLEGÓ A SER LIMPIO!

Su gracia es mayor que todos nuestros pecados.

El leproso es una representación de todos nosotros: atados al pecado.

Jesús vino desde muy lejos para buscarnos y alcanzarnos.

El cristianismo no es una religión, es una relación.

No se trata de que nosotros hagamos e intentemos nuestro mejor para ser aceptados por Dios, se trata de que Dios ha dado Su mejor para nosotros.

El Hijo de Dios bajó a nosotros, a nuestro nivel, y declaró Su amor por nosotros al morir por nuestros pecados.

Romanos 4:25 YLT (en inglés) “... quien fue entregado a causa de nuestras ofensas, y fue resucitado debido a que fuimos declarados justos.

Jesús fue entregado a la cruz por nuestras ofensas contra un Dios santo, y fue resucitado de entre los muertos porque fuimos declarados justos por Dios. La resurrección de Jesús significa que hoy estamos absueltos. Somos justos.

"[Jesús fue] resucitado debido a que fuimos declarados justos" - ¿Cómo sabes que un prisionero ha cumplido con sus obligaciones a la ley? Cuando ha cumplido su condena y es liberado de la cárcel. Cuando Jesús fue resucitado de entre los muertos, fue "liberado de la cárcel".

El mismo cuerpo que llevó tus pecados y cargó tu juicio resucitó de entre los muertos sin tus pecados. ¡Eso significa que Jesús hizo una obra perfecta en la cruz y Dios está completamente satisfecho con ella!

DEBIDO A QUE JESÚS SE LEVANTÓ DE LOS MUERTOS, PODEMOS ESTAR SEGUROS DE QUE HEMOS SIDO DECLARADOS JUSTOS EN ÉL.

La única opción que tienes que hacer hoy es creer en Jesús, y serás salvo. Tú no eres tu propio salvador. Él es tu Salvador

El Pastor Prince nos alienta a continuar viniendo a la iglesia para recibir más y más de la vida abundante de Dios. Nunca saldrás de la iglesia de la misma manera en que entraste. El ladrón viene a robar, ¡pero Jesús ha venido para darte vida y una vida más que abundantemente (ver Juan 10:10)!


Oración de salvación

“Padre celestial, te agradezco por Tu regalo, el regalo más grande de todos, Tu Hijo, Jesucristo. Él murió en la cruz por mis pecados, tomó todo mi juicio y mi condena sobre Sí mismo, y la cumplió toda. No hay más juicio de Ti en mi vida. No hay más condenación. De ahora en adelante, te agradezco que me ves en Cristo, como si yo fuera Jesús y que me bendices de acuerdo a esto. Jesucristo es mi Señor y Salvador, y Tú lo resucitaste de entre los muertos porque me declaraste justo y absuelto. Gracias Padre. En el nombre de Jesús, amén ".

Oración Final

“Padre Celestial, te agradezco, Señor, que debido a que somos justos ante Tus ojos, todas las oraciones de la gente aquí, cuando oran, Tú las escuchas. Esta es la oración eficaz y ferviente del hombre justo que toma ventaja de ello. Gracias Padre.

Ahora mismo en el nombre de Jesús, el Señor los bendiga a ustedes y a sus familias la semana que viene. El Señor te bendiga con las bendiciones del padre Abraham. El Señor te bendiga y todo lo que toques prosperará. El Señor te proteja de todo mal, a ti y a tus seres amados, de todo peligro, de toda enfermedad y de todo el poder del maligno a través de la sangre de Su Hijo, a través de la sangre que ha remitido tus pecados. A través de esa misma sangre, tienes protección divina. Lo confieso y lo declaro sobre ustedes y sus familias. Verás días muy, muy buenos delante de ti. El Señor te muestre Su rostro y te concede a ti y a tus seres amados Su paz shalom. En el nombre del Señor Jesucristo. ¿Y todas las personas dicen? Amén."

¡Esperamos que las notas de este sermón te bendigan! Si lo hicieron, te alentamos a que obtengas el sermón (en inglés) y a permitas que el Señor te hable personalmente mientras lo miras o escuchas.

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Estas notas de sermón fueron tomadas por voluntarios durante el servicio. No son una representación textual del sermón.

Extraído del sitio:

Traducido por Claudia Juárez Garbalena

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