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Discerniendo el cuerpo del Señor. De Joseph Prince



1 Corintios 11:24 y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en memoria de mí.

¿Alguna vez has mirado de cerca el pan de Matzá que comen los judíos durante su comida de Pascua? El pan, que es sin levadura, está perforado con hileras de pequeños agujeros que forman franjas. También está ligeramente quemado. Muchas iglesias usan hoy este pan para la Santa Comunión.

¿Sabes por qué el pan está perforado, marcado con rayas y quemado?

Amigo mío, el pan que tienes en tus manos cuando participas de la Cena del Señor habla del cuerpo de nuestro Señor Jesucristo cuando llevó nuestros pecados y enfermedades en la cruz.

Como el pan, él fue perforado en su frente por la corona de espinas y en sus manos y pies por los clavos. Él también fue traspasado en su costado por la lanza de un soldado. El profeta Isaías dice: "Él fue traspasado por nuestras transgresiones ..." (Isaías 53:5, NVI)

Como el pan, Él fue azotado en Su espalda hasta que Su carne fue desgarrada y ensangrentada, y Sus huesos quedaron expuestos, para que hoy, tú puedas decir: "Por su llaga he sido curado" (Isaías 53:5).
¿Qué hay acerca de las marcas de quemadura en el pan? El completo fuego de la ira de Dios cayó sobre Jesús, quemando nuestros pecados hasta hacerlos cenizas, y al mismo tiempo, sacando la fragancia de la ofrenda de Jesús. ¡Hoy, tus pecados y trasgresiones no son más que cenizas, y tu Padre en el cielo no los recuerda más! (Hebreos 8:12)

Entonces la próxima vez que participes del pan durante la Santa Comunión, debes saber que Jesús fue traspasado por tus pecados y azotado por tu sanidad. ¡Él cargó el ardiente juicio de Dios para que nunca seas juzgado por tus pecados! ¡Él también cargó tus enfermedades y soportó tus dolores para que puedas caminar en salud divina!

Cuando disciernes estas preciosas verdades sobre el cuerpo de nuestro Señor, participas de la Santa Comunión de una manera digna. Y no estarás débil y enfermizo, ni morirás antes de tiempo (1 Corintios 11: 27-30). ¡No!, ¡estarás fuerte y sano, y tendrás una larga vida!


Extraído del sitio “Joseph Prince Ministries”

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