El antídoto para el temor. Devocional. De Joseph Prince
1 Juan 4:18: En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor…
Los expertos nos dicen
que los bebés tienen dos miedos naturales: el miedo a caerse y el miedo a los
ruidos fuertes. Se realizó un estudio sobre el miedo en 500 adultos de
diferentes edades, antecedentes y estilos de vida. Los resultados mostraron que
compartían unos 7,000 miedos diferentes. Esto significa que deben haber
aprendido 6,998 miedos desde que nacieron. ¡Esos son muchos miedos!
De hecho, nuestros
cuerpos están diseñados para la fe. El miedo era extraño para el hombre hasta
que Adán pecó contra Dios. Por primera vez, Adán conoció el miedo, y se
escondió de Dios y dijo: "Escuché tu voz ... tuve miedo ... me
escondí" (Génesis 3:10).
Desde entonces, el hombre
ha estado viviendo en el reino del miedo: miedo al futuro, miedo a lo que otros
puedan decir, miedo a las enfermedades, miedo a volar ... En realidad, cada
miedo nace de la sensación de estar separado de Dios. Si crees que Dios todavía
está enojado contigo, que está dispuesto a castigarte, ¿cómo puedes tener fe en
que todo estará bien? ¿Cómo puedes tener fe para tu milagro?
Pero tengo buenas
noticias para ti. Hay un antídoto seguro para el miedo. El apóstol Juan dice
que "el perfecto amor echa fuera el temor". Cuando sabes que Dios te
ama tanto que dio a Su Hijo para recibir la paliza que era para ti para que
puedas recibir Sus bendiciones, dejarás de temer.
Dios te ama tanto que en
la cruz, Jesús fue rechazado para que pudieras convertirte en el amado de Dios.
No fueron los clavos los que mantuvieron a Jesús en la cruz. Fue su amor por
ti. Y si Dios no escatimó a Jesús, ¿por qué crees que retendría de ti sanidad, recursos
financieros o un matrimonio bendecido (ver Romanos 8:32)?
Hoy, cuando escuchas Su
voz, lo escucharás decir: "Tú eres mi hijo amado, en quien tengo complacencia".
Y no tienes que esconderte, sino correr hacia Él sin miedo porque Él no está ahí
para castigarte. Él está ahí para protegerte y proveerte, ¡así que no temas!
Tomado del sitio: Joseph Prince Ministries
Gracias, es muy edificante entender la grandeza del amor de Dios.
ResponderEliminar