Perfecto amor. Por Joseph Prince
1 Juan 4:18 En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo (“tormento” en la KJV).
El miedo es una
esclavitud destructiva. El miedo te paraliza y te impide cumplir el asombroso
destino que Dios tiene para ti. El miedo te hace sentir inadecuado e inseguro y
viene con efectos secundarios poco saludables que van desde ataques de pánico
hasta trastornos del sueño. El miedo es irracional.
El miedo es una condición
espiritual, es por eso que no puedes alejar el miedo a través de la razón. No
puedes simplemente decirle a alguien que está luchando contra el miedo y que es
presa de ataques de pánico que deje de tener miedo.
Una condición espiritual
no se puede remediar de forma natural. El miedo sólo se puede erradicar mediante
un encuentro personal con la persona de Jesús.
Amado, si lo que acabo de
describir sobre el miedo te resulta demasiado familiar, quiero que sepas que no
es el corazón de tu Padre celestial que vivas atormentado por el miedo. No hay
temor en el amor de Dios. Su perfecto amor expulsa todos los miedos.
No sé si alguna vez hayas
experimentado el amor de Dios, pero mi deseo es que HOY recibas una revelación
de Su amor por ti de una manera profunda y personal. Y mientras Su amor inunda
tu corazón, hago oración para que todo temor que te ha atado sea echado de tu
vida para siempre.
Juan 3:16 nos dice: “Porque
de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo
aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.”
Oh, cuán claramente este
versículo proclama que Dios te ama MUCHO. Y si supieras cuánto valora y atesora
a Su amado Hijo, vislumbrarías cuánto te ama, porque entregó a Su hijo por ti.
Ese es por qué predico y
escribo sobre el evangelio de la gracia. El evangelio de la gracia se trata de
revelar el amor perfecto de Dios, un amor cuya longitud, profundidad y altura
se demostraron en la cruz. Un amor que entregó al Hijo de Dios como sacrificio.
Un amor que cargó con tus pecados y los míos para que podamos recibir Su vida
eterna y vivir libres de cualquier esclavitud.
Amigo mío, cuanto más que
te sumerjas y ancles tu corazón en el amor perfecto e incondicional de Dios por
ti, ¡lo más que el miedo perderá su poder en tu vida!
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