Experimenta Su calidad de vida y Su salud. De Joseph Prince
Capítulo
3
Vive una vida dejando ir
Muchas personas me han
preguntado qué es lo que me gusta hacer para relajarme y liberar estrés después
de un largo día. Mi primera respuesta siempre es estar con mi familia. Amo
estar con Wendy y los chicos. Para mí es simplemente tan sanador y vivificante.
Ellos son el gozo de mi vida y mi corazón se desborda de agradecimiento al
Señor cada vez que puedo estar con ellos. La otra cosa que realmente disfruto
es tomar caminatas por las tardes. Después de todo el ajetreo y las muchas
demandas del día, me gusta salir a un hermoso parque cerca de mi casa. Me
encanta tomar aire fresco y tener conversaciones de calidad con mi Señor Jesús
mientras paseo en medio de la exuberante vegetación.
Durante una de mis
caminatas nocturnas, tuve una experiencia realmente única. Mientras estaba
caminando, el Señor comenzó a darme un mensaje completo. Durante una hora y
media, el Señor me abrió un pasaje completo de Mateo 6 que tenía memorizado.
Versículo por versículo, Él comenzó a abrir mis ojos a nuevas perspectivas y
revelaciones. Fue como una conversación entre nosotros: le hacía una pregunta
al Señor y Él me respondía. Escuché su voz interna y claramente mientras
pacientemente abría verdades para mi y me enseñó de Su palabra.
Permíteme ser el primero
en decirte que normalmente no es así como recibo o preparo mis mensajes. La
mayoría de las veces, preparo mi mensaje en mi estudio, mis ideas y
pensamientos dispersos como versículos, ayudas bíblicas y referencias están
dispersas por todos lados. Sin embargo, para este mensaje en particular, Él me
lo dio línea por línea.
Donde sea que era torpe para
entender, me lo aclaraba más y se aseguraba que comprendía lo que me estaba
mostrando. Desearía que fuera así cada vez que preparó un mensaje, pero esto
fue realmente una excepción y no la norma.
¡Creo que el mensaje que el Señor nos tiene en Mateo 6 es de una importancia tan critica que Él quería asegurarse de que lo entendiera! Antes de esta experiencia, había predicado extensamente de la misma porción de la Escritura y realmente pensé que había extraído todo lo que tenía para ofrecer. ¡Sin embargo, el Señor abrió mis ojos a algunas verdades realmente poderosas ese día y no puedo esperar para compartirlas contigo!
“No
te preocupes”
Mateo 6:25–34 es uno de
los pasajes más hermosos que puedes leer en la entera Biblia, hablado por
nuestro propio Señor en el Monte de las Bienaventuranzas. Yo hice el compromiso
de memorizar estos diez versículos aparentemente sencillos pero profundos, y si
estás luchando por vivir una vida despreocupada de dejar ir, te recomiendo mucho
que lleves estas palabras a tu corazón. ¡Cambiarán tu perspectiva y tu vida! El
poder de vivir la vida dejando ir está en estas palabras pronunciadas de la
boca misma de nuestro hermoso Salvador. Cualesquiera que sean los gigantes que
tengas delante de ti hoy, escucha estas palabras:
Por tanto os digo: No os
afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por
vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el
cuerpo más que el vestido? Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni
siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No
valéis vosotros mucho más que ellas? ¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que
se afane, añadir a su estatura un codo?
Y por el vestido, ¿por
qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni
hilan; pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió así como
uno de ellos. Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el
horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe?
No os afanéis, pues,
diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? Porque los
gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis
necesidad de todas estas cosas. Mas buscad primeramente el reino de Dios y su
justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. Así que, no os afanéis por el
día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su
propio mal. Mateo 6:25–34
En este capítulo, quiero
compartir contigo lo que el Señor me reveló en este pasaje sobre la correlación
entre el estrés y nuestra salud. La ciencia médica ha demostrado que un gran
porcentaje de enfermedades físicas, incluida la hipertensión, problemas
cardíacos, úlceras estomacales y, en algunos casos, incluso el cáncer se
remonta al estrés crónico. Como pastor de una iglesia grande, he pasado por
muchas dificultades y circunstancias. Habiendo trabajado y aconsejado a muchas
personas preciosas de todo el mundo en las últimas dos décadas de ministerio,
he tenido asientos en primera fila para observar cómo la gente elige vivir sus
vidas y en qué resultaron esas elecciones. He visto personas que lucharon y
pelearon, permitiéndose ser consumidos por el estrés, y esto a menudo condujo a
condiciones físicas muy graves y complicadas en sus cuerpos. Al mismo tiempo,
también he observado a aquellos que comenzaron a dejar ir sus preocupaciones al
Señor por fe, y comenzaron a caminar en mayores niveles de victoria y paz, y
algunos incluso experimentaron sanidad de problemas crónicos de salud.
Quizás estés pensando, el
estrés es irrelevante para mí. Estoy bien. Bueno, déjame solo
decirte que eso es lo que yo solía creer también. Hace años, comencé a
experimentar síntomas en mi cuerpo relacionados con el síndrome del colon
irritable, y fui a consultar a un doctor al respecto. Después de examinarme, el
médico me preguntó: “¿Estás bajo estrés?” Me sentí algo insultado por la
pregunta. En mi mente, estaba pensando, ¿de qué que está hablando este
doctor? Soy un creyente en Jesús. Soy el amado de Dios, ¡un hombre de fe
y poder! ¿Cómo puede incluso sugerir que puedo estar bajo estrés?
La verdad era que, estaba manejando muchos problemas en nuestra iglesia en nuestro rápido crecimiento mientras estaba aprendiendo a ser un buen padre para Jessica, que era de preescolar en aquel momento. Había muchas cosas sucediendo, y ni siquiera me había dado cuenta de que estaba bajo estrés y que eso estaba comenzando a afectar mi cuerpo físico. Esa experiencia realmente me hizo prestar atención a los niveles de estrés en mi vida y me hizo aprender lo que significa vivir una vida dejando ir.
El
estrés no respeta a nadie
Vivimos hoy en un mundo
de alta velocidad y gratificación instantánea en donde todo literalmente exige
demanda. Incluso la aparentemente despreocupada e inconformista generación del
milenio es una generación bastante estresada. De hecho, investigaciones han
demostrado que el estrés entre los estudiantes en edad universitaria ha tenido
un aumento constante. Una encuesta reciente de la Asociación de Salud
Universitaria Estadounidense entre aproximadamente 100,000 estudiantes mostró
que:
• El 86% se sentían
abrumados por todo lo que tenían que hacer, en comparación con 64.5% en 2000.
• El 82% se sentían
agotados (no por actividad física), en comparación con el 63.8% en 2000.
• El 66% se sentían muy
tristes, en comparación con el 60.7% en 2010.
• El 60% se sienten solos,
en comparación con el 56.4% en 2010.
• El 59% sintieron
ansiedad abrumadora, en comparación con 48.4% en 2010.
• El 54% sintieron que
habían estado bajo un estrés tremendo más que el usual en los últimos doce
meses, en comparación con el 50.7% en 2010.
De acuerdo a otro estudio
de más de 3,000 adultos de dieciocho a más de sesenta y nueve años de edad en
todo Estados Unidos realizado por la Asociación Americana de Psicología, el 75
por ciento de los estadounidenses informaron haber experimentado al menos un
síntoma de estrés en el último mes, y esto incluía sentirse irritable o
enojado, ansioso, fatigado, deprimido, abrumado o con falta de interés en la
vida. El estudio mostró que los que tendían a la lucha constante con el estrés
incluyen mujeres, milenials y de la Generación X, así también como padres con
hijos menores de dieciocho años. El estudio también destacó las cuatro
principales fuentes de estrés: el dinero, el trabajo, las responsabilidades
familiares y problemas de salud.
El punto es que el estrés
es intergeneracional: al joven o al viejo, no perdona a nadie. El estrés puede
hacer que tengas más canas de las que deberías tener y más arrugas de las que
quieres tener. Puede hacer que pierdas el sueño y comas en exceso. Puede
llevarte a pensamientos oscuros, depresivos e incluso suicidas. El estrés puede
causar estragos en tu cuerpo físico y en tu salud mental. El estrés es un
problema serio.
¿Pero sabes que nuestro
Señor Jesús ya ha señalado los problemas de los que hemos acabado de hablar?
Siempre pensé que Mateo 6:25–34 era sobre comida, bebida y ropa. Pero cuando el
Señor me abrió todo el pasaje ese día, empecé a ver que se trataba de mucho más
y que Él de hecho enfatizó la salud. Yo realmente creo que Él mostró el tema a
detalle Mateo 6:25–34 para nuestro beneficio, porque Él nos ama. Incluso si no
sientes que estás bajo mucho estrés, espero que prestes atención a las verdades
que estoy a punto de compartir. No esperes hasta que sea demasiado tarde y el
estrés en tu vida haya alcanzado niveles destructivos. El momento de superar el
estrés, la ansiedad, la depresión y el miedo es ahora.
El
momento de superar el estrés, la ansiedad, la depresión y el miedo es ahora.
Algunos de ustedes pueden
tener un miedo constante de ser despedidos y siempre estar en alerta por
señales que puedan confirmar sus miedos. Algunos de ustedes podrían estar
luchando para manejar dos trabajos y casi nunca se toman el tiempo para
relajarse. Algunos de ustedes podrían ser atrapados por el miedo al fracaso en
la escuela y eso los ha llevado a golpear los libros sin cesar, no
permitiéndose descansar lo suficiente. Tales temores sostenidos y otros
factores que te mantienen estresado te ponen en un riesgo incremental de
numerosos problemas de salud, incluidas enfermedades mentales, trastornos
alimenticios, infertilidad, deterioro de la memoria y la concentración, ataques
cardíacos y arritmias. El estrés crónico también te hace más propenso a
infecciones virales frecuentes y severas.
Ahora, ¿hay una forma de
salir?
¡La respuesta es sí, y
eso es lo que el Señor quiere que te muestre! Vayamos directo a la Palabra:
Por tanto os digo: No os
afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por
vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el
cuerpo más que el vestido? Mateo 6:25
Aquí, el Señor me reveló
que debería leer esta Escritura en el contexto de tener una vida de calidad y
un cuerpo de calidad. Recuerda, Jesús vino a darnos vida ¡y vida en abundancia!
La vida abundante habla de la calidad de nuestra vida y la calidad de nuestros
cuerpos.
Esto es lo que el Señor
abrió mis ojos para ver:
Por tanto os digo: No os
afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por
vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida [de calidad] más
que el alimento, y el cuerpo [de calidad] más que el vestido? Mateo 6:25
(las palabras en negrillas son mías)
Nuestro Señor Jesús nos
estaba hablando más allá de la comida y la bebida. Nos estaba hablando acerca
de experimentar una vida de calidad y tener una salud de calidad para nuestros
cuerpos. ¿De qué sirve llevar trajes de tres piezas de marca y camisas
impecablemente confeccionadas si tu cuerpo está decayendo y está plagado de
enfermedades? Lo que el Señor está diciendo es que un cuerpo de calidad es más
importante que la ropa que usas, y una calidad de vida es más importante que la
comida que comes. Nuestro Señor Jesús nos da dos ilustraciones vívidas, y
simplemente me sorprendió.
Para ilustrar cómo una
vida de calidad es más que solo comida, Él habló sobre cómo Dios
alimenta a las aves del cielo. Cuando Dios nos da una vida de calidad, ¡habrá
comida! Podemos tener una vida de calidad porque, como mencioné en el capítulo
anterior, tenemos un Padre celestial que nos valora y tomará cuidado de todas
nuestras necesidades prácticas. Cuando amas a alguien, quieres verlo libre de
preocupaciones. Incluso como padre terrenal, una de mis mayores alegrías es ver
a mis hijos rodar por el suelo con grandes carcajadas, jugando y divirtiéndose
sin preocuparse por el mundo. ¿Puedes imaginarte cuánto más quiere nuestro Abba
vernos por completo sin preocuparnos? Nuestra parte es no estar estresados. Amigo
mío, incluso mientras administramos nuestros trabajos y nuestras varias responsabilidades,
podemos vivir libremente y sin preocupaciones ¡porque Él es nuestro
proveedor!
Tenemos un Padre celestial que nos valora y que tomará cuidado de todas nuestras necesidades prácticas.
La
clave a la salud divina
Para enseñarnos acerca de
tener un cuerpo de calidad, nuestro Señor Jesús nos dice cómo viste Dios
a los lirios y la hierba del campo. Esta fue la otra revelación a la que el
Señor abrió mis ojos y quiero acampar sobre esto aquí. Miremos los versículos
nuevamente:
¿Y quién de vosotros
podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo? Y por el vestido,
¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan
ni hilan; pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió así
como uno de ellos. Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el
horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe? Mateo
6:27–30
¿Te imaginas a nuestro
Señor Jesús en el Monte de las Bienaventuranzas, dirigiendo Sus dedos sobre la
hierba o agacharse para tocar una de las flores a su alrededor, mientras
enseñaba a la gente con gran ternura y una sonrisa? Oh, como amo a mi Jesús. Él
siempre baja a nuestro nivel. Él es tan gentil y, sin embargo, tan majestuoso.
Él es todo amor.
En Mateo 6, Jesús habló
sobre cómo la belleza, la gloria y el esplendor con que Dios vistió las flores
y la hierba superó a la gloria con la que se vistió Salomón, el hombre más rico
que jamás haya existido. Pero no cometas el error que yo solía cometer,
pensando que nuestro Señor solo hablaba de ropa física. Déjame preguntarte
esto: ¿Qué tipo de ropa tienen las flores? El Señor me mostró que las flores no
cambian su ropa como nosotros; su ropa es su cuerpo. ¡Entonces la ropa de la
que el Señor estaba hablando era en realidad su salud! ¡Él estaba
hablando sobre la salud de los lirios!
Ahora, ¿qué quería
nuestro Señor que consideráramos acerca de los lirios del campo? Él dijo:
"Consideren los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni
hilan" (negrillas mías). ¿Las flores crecieron físicamente sanas y fuertes
al trabajar e hilar? ¡No, tu Padre celestial las vistió! Con toda su
riqueza, Salomón podía comprar la ropa más exquisita, pero no podía comprar lo
que tenían los lirios, salud. El dinero puede comprarte acceso a los mejores
médicos e instalaciones médicas, pero no puede comprarte salud. ¡La salud
divina viene sólo del Señor! Te viste con la mejor ropa, divina y sobrenatural,
que uno podría tener. ¡Y tu ni siquiera tienes que trabajar duro o hilar,
porque es un regalo que simplemente puedes recibir por lo que hizo Cristo!
¡Aleluya!
El
dinero no puede comprarte salud. La salud divina viene solo del Señor.
La salud divina no proviene de pasar horas en
la caminadora, de extenuantes ejercicios, o pasando por el último ejercicio o
la dieta de moda. Si eso fuera así, incluso los no creyentes podrían caminar en
salud divina. Puedes ponerte en forma naturalmente, pero la salud divina —la
calidad de salud que visten los lirios— proviene del Señor. Así que por
supuesto, ve al gimnasio, levante, corre, haz caminata y come sabiamente,
simplemente hazlo sin estar estresado por la condición de tu cuerpo. Deja ir
los miedos sobre tu cuerpo físico y permite que el Señor te supla Su vida
abundante y de calidad, así como Su salud divina y el poder de resurrección.
Pierdes
tus temores cuando sabes que Dios te ama
Sabes, solía leer apresurarme
sobre la hierba del campo, pero durante mi conversación con el Señor, Él me
dijo que me detuviera aquí y meditara en lo que Él dijo. Muchos de nosotros
pensamos que Dios solo está interesado en cosas grandes e importantes, cosas de
valor eterno. Pero considera esto: la Biblia nos dice que la hierba del campo
está viva hoy, pero será cortada y arrojada al horno como combustible mañana. Y
aun así, Dios la viste y la cuida. Si Dios incluso se ocupa de cosas temporales
que tienen una existencia tan transitoria, ¡cuánto más cuidará de ti y te vestirá
de buena salud, a ti, que eres su querido y amado hijo!
¿Tienes miedo de tu
futuro porque los médicos te han dicho que no hay esperanza y que no hay ninguna
cura para la condición con la que estás luchando? ¿O temes la posibilidad de
que puedas desarrollar una enfermedad particular porque se "supone"
que es hereditaria? Quizá has comenzado a experimentar síntomas en tu cuerpo y
estás aterrorizado de lo que podrían estar señalando. Yo te digo, no temas.
Considera los lirios y la hierba del campo. Tu Padre celestial los viste con
salud divina y vida robusta brotando de su interior. ¿No tienes más valor que
ellos? ¡Cuánto más te vestirá a ti con salud!
¿Sabes por qué nuestro
Señor Jesús podría hablar sobre salud divina? Porque él sabía que la pagaría
por nosotros. Él sabía lo que iba a pasar a través de la cruz por ti y por mí.
Sabía que nos compraría salud, completitud y fortaleza con Su propio cuerpo.
Hoy vivimos del otro lado de la Cruz. Él ya ha pagado el precio para que en
este momento puedas declarar que por Sus llagas tú has sido curado (ve Isaías
53:5). No vas a ser curado; ¡tú ya has sido curado en Cristo!
Jesús
ya ha pagado el precio para que puedas declarar que por Sus llagas, tú has sido
curado.
No importa cuál sea el
diagnóstico o dónde está el tumor. No importa qué tan avanzada está la
enfermedad o cuántos años hayas sufrido. La Biblia dice que nuestro Señor Jesús
está "muy por encima de todo principado y potestad y poder y
dominio, y sobre todo nombre que se nombra, no solo en este siglo sino también
en el venidero" (Efesios 1:21, negrillas mías). Si la afección que tienes
se llama cáncer, tuberculosis o depresión, ¡el nombre de Jesús está muy por
encima de ella!
Los médicos pueden pensar
que algunas afecciones no se pueden tratar, pero la Biblia dice que con Dios, nada,
nada, es imposible (ver Lucas 1:37).
Los médicos pueden
decirte que tienes una alta probabilidad de desarrollar una determinada
afección, pero la Biblia declara esto: "Caerán a tu lado mil, y diez mil a
tu diestra; mas a ti no llegará” (Salmos 91:7, la negrillas mías). ¿Cuál
informe vas a creer hoy?
Sanado
de treinta y ocho años de enfermedad crónica de la piel
Quiero terminar este
capítulo compartiendo contigo un precioso testimonio enviado por Benson de
California. Le dijeron una y otra vez que su condición en la piel no se podía
curar. Pero veamos qué sucedió cuando simplemente creyó que Dios bendice a los
que ama:
Sufrí de foliculitis (una
inflamación de los folículos pilosos) por más de treinta y ocho años (desde que
tenía quince años). Vi más de cien los médicos y todos y cada uno de ellos me
dijeron que esta condición no podía ser curada. Hice de todo. Compré todo tipo
de cremas y medicinas disponibles y la mayoría de ellas empeoraron mi
condición. Había miles de puntos rojos en toda mi espalda, pecho y brazos.
Nunca podía quitarme la camisa en público y evitaba salir porque la gente
pensaría que tenía una enfermedad infecciosa. Se
estremecían cuando veían mi piel.
La condición producía
picazón y empeoraba cuando transpirara. Si se enfriaba y secaba de repente, la
piel de mi espalda se rasgaba y sangraba cuando me estiraba a alcanzar algo.
Perdí la cuenta de la cantidad de veces que alguien me dijo que había sangre en
mi espalda filtrándose a través de mi camisa. Si bien eso era
horrible, el daño real era emocional. A lo largo de mis días escolares, rechacé
invitaciones a fiestas en la piscina o en la playa. Cuando iba a la playa, iba
en un lugar remoto e impopular para evitar a la gente.
He sido cristiano desde
1982 pero dejé de asistir a la iglesia en los últimos cinco años porque cada
sermón parecía decir que tenía que intentar ser más fuerte. Después de treinta
años de tratar de llegar al cielo, estaba exhausto.
Luego, hace dos años,
comencé a escuchar sermones del Pastor Prince durante largas caminatas por la
mañana. Esto continuó durante meses y las cosas comenzaron a cambiar. Empecé a
creer que Dios bendice a los que Él ama, y comencé a descansar en lo que Él ha
hecho por mí y dejé de confiar en lo que yo estaba tratando de hacer por Él.
¡Hoy mi piel ha sido
milagrosamente sanada! ¡Es perfectamente clara y suave como el trasero de un
bebé! Incluso mi esposa está completamente asombrada. Por primera vez en treinta
y ocho años, puedo quitarme la camisa cuando juego al tenis con amigos.
El pastor Prince compartió sobre la restauración del Señor en algunos de sus mensajes, y he sido restaurado. Mi nueva piel es la menor de las bendiciones. Dios también me ha devuelto Su perfecta paz. Ya no me preocupo más, simplemente arrojé mis preocupaciones en Él y recibí Su favor. El miedo y opresión está lejos de mí. Gracias Jesús por ir a la cruz por mí.
Puedo imaginar lo que
pasó Benson durante esos treinta y ocho años. Pero todos alabamos a nuestro
Señor y Salvador, Jesús, quien hizo lo que más de cien doctores no pudieron
hacer, ¡sanar la condición de la piel de Benson! No hubo esfuerzo ni trabajo
duro por parte de Benson. Él simplemente descansó en el amor de Dios por él,
dejó de preocuparse y disfrutó al Señor. Y así, recibió sanidad por una
condición que lo había acosado durante casi cuatro décadas. Por cierto, me di
cuenta de que Benson estaba escuchando sermones y pasando tiempo con el Señor
mientras daba largas caminatas. (Estamos en la misma frecuencia, Benson. ¡Me
encanta pasear con el Señor también!)
Amigo mío, por lo que sea
que estés pasando hoy, oro para que, como Benson, tú también recibas el milagro
que necesitas al echar tus preocupaciones y angustias en manos de tu amoroso
Salvador. ¡Tú eres profundamente amado!
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