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Experimenta Su calidad de vida y Su salud. De Joseph Prince

 


https://youtu.be/sgsLSxiZVKQ 

Capítulo 3

Vive una vida dejando ir

Muchas personas me han preguntado qué es lo que me gusta hacer para relajarme y liberar estrés después de un largo día. Mi primera respuesta siempre es estar con mi familia. Amo estar con Wendy y los chicos. Para mí es simplemente tan sanador y vivificante. Ellos son el gozo de mi vida y mi corazón se desborda de agradecimiento al Señor cada vez que puedo estar con ellos. La otra cosa que realmente disfruto es tomar caminatas por las tardes. Después de todo el ajetreo y las muchas demandas del día, me gusta salir a un hermoso parque cerca de mi casa. Me encanta tomar aire fresco y tener conversaciones de calidad con mi Señor Jesús mientras paseo en medio de la exuberante vegetación.

Durante una de mis caminatas nocturnas, tuve una experiencia realmente única. Mientras estaba caminando, el Señor comenzó a darme un mensaje completo. Durante una hora y media, el Señor me abrió un pasaje completo de Mateo 6 que tenía memorizado. Versículo por versículo, Él comenzó a abrir mis ojos a nuevas perspectivas y revelaciones. Fue como una conversación entre nosotros: le hacía una pregunta al Señor y Él me respondía. Escuché su voz interna y claramente mientras pacientemente abría verdades para mi y me enseñó de Su palabra.

Permíteme ser el primero en decirte que normalmente no es así como recibo o preparo mis mensajes. La mayoría de las veces, preparo mi mensaje en mi estudio, mis ideas y pensamientos dispersos como versículos, ayudas bíblicas y referencias están dispersas por todos lados. Sin embargo, para este mensaje en particular, Él me lo dio línea por línea.

Donde sea que era torpe para entender, me lo aclaraba más y se aseguraba que comprendía lo que me estaba mostrando. Desearía que fuera así cada vez que preparó un mensaje, pero esto fue realmente una excepción y no la norma.

¡Creo que el mensaje que el Señor nos tiene en Mateo 6 es de una importancia tan critica que Él quería asegurarse de que lo entendiera! Antes de esta experiencia, había predicado extensamente de la misma porción de la Escritura y realmente pensé que había extraído todo lo que tenía para ofrecer. ¡Sin embargo, el Señor abrió mis ojos a algunas verdades realmente poderosas ese día y no puedo esperar para compartirlas contigo!

“No te preocupes”

Mateo 6:25–34 es uno de los pasajes más hermosos que puedes leer en la entera Biblia, hablado por nuestro propio Señor en el Monte de las Bienaventuranzas. Yo hice el compromiso de memorizar estos diez versículos aparentemente sencillos pero profundos, y si estás luchando por vivir una vida despreocupada de dejar ir, te recomiendo mucho que lleves estas palabras a tu corazón. ¡Cambiarán tu perspectiva y tu vida! El poder de vivir la vida dejando ir está en estas palabras pronunciadas de la boca misma de nuestro hermoso Salvador. Cualesquiera que sean los gigantes que tengas delante de ti hoy, escucha estas palabras:

Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas? ¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo?

Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan; pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió así como uno de ellos. Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe?

No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal. Mateo 6:25–34

En este capítulo, quiero compartir contigo lo que el Señor me reveló en este pasaje sobre la correlación entre el estrés y nuestra salud. La ciencia médica ha demostrado que un gran porcentaje de enfermedades físicas, incluida la hipertensión, problemas cardíacos, úlceras estomacales y, en algunos casos, incluso el cáncer se remonta al estrés crónico. Como pastor de una iglesia grande, he pasado por muchas dificultades y circunstancias. Habiendo trabajado y aconsejado a muchas personas preciosas de todo el mundo en las últimas dos décadas de ministerio, he tenido asientos en primera fila para observar cómo la gente elige vivir sus vidas y en qué resultaron esas elecciones. He visto personas que lucharon y pelearon, permitiéndose ser consumidos por el estrés, y esto a menudo condujo a condiciones físicas muy graves y complicadas en sus cuerpos. Al mismo tiempo, también he observado a aquellos que comenzaron a dejar ir sus preocupaciones al Señor por fe, y comenzaron a caminar en mayores niveles de victoria y paz, y algunos incluso experimentaron sanidad de problemas crónicos de salud.

Quizás estés pensando, el estrés es irrelevante para mí. Estoy bien. Bueno, déjame solo decirte que eso es lo que yo solía creer también. Hace años, comencé a experimentar síntomas en mi cuerpo relacionados con el síndrome del colon irritable, y fui a consultar a un doctor al respecto. Después de examinarme, el médico me preguntó: “¿Estás bajo estrés?” Me sentí algo insultado por la pregunta. En mi mente, estaba pensando, ¿de qué que está hablando este doctor? Soy un creyente en Jesús. Soy el amado de Dios, ¡un hombre de fe y poder! ¿Cómo puede incluso sugerir que puedo estar bajo estrés?

La verdad era que, estaba manejando muchos problemas en nuestra iglesia en nuestro rápido crecimiento mientras estaba aprendiendo a ser un buen padre para Jessica, que era de preescolar en aquel momento. Había muchas cosas sucediendo, y ni siquiera me había dado cuenta de que estaba bajo estrés y que eso estaba comenzando a afectar mi cuerpo físico. Esa experiencia realmente me hizo prestar atención a los niveles de estrés en mi vida y me hizo aprender lo que significa vivir una vida dejando ir.

El estrés no respeta a nadie

Vivimos hoy en un mundo de alta velocidad y gratificación instantánea en donde todo literalmente exige demanda. Incluso la aparentemente despreocupada e inconformista generación del milenio es una generación bastante estresada. De hecho, investigaciones han demostrado que el estrés entre los estudiantes en edad universitaria ha tenido un aumento constante. Una encuesta reciente de la Asociación de Salud Universitaria Estadounidense entre aproximadamente 100,000 estudiantes mostró que:

• El 86% se sentían abrumados por todo lo que tenían que hacer, en comparación con 64.5% en 2000.

• El 82% se sentían agotados (no por actividad física), en comparación con el 63.8% en 2000.

• El 66% se sentían muy tristes, en comparación con el 60.7% en 2010.

• El 60% se sienten solos, en comparación con el 56.4% en 2010.

• El 59% sintieron ansiedad abrumadora, en comparación con 48.4% en 2010.

• El 54% sintieron que habían estado bajo un estrés tremendo más que el usual en los últimos doce meses, en comparación con el 50.7% en 2010.

De acuerdo a otro estudio de más de 3,000 adultos de dieciocho a más de sesenta y nueve años de edad en todo Estados Unidos realizado por la Asociación Americana de Psicología, el 75 por ciento de los estadounidenses informaron haber experimentado al menos un síntoma de estrés en el último mes, y esto incluía sentirse irritable o enojado, ansioso, fatigado, deprimido, abrumado o con falta de interés en la vida. El estudio mostró que los que tendían a la lucha constante con el estrés incluyen mujeres, milenials y de la Generación X, así también como padres con hijos menores de dieciocho años. El estudio también destacó las cuatro principales fuentes de estrés: el dinero, el trabajo, las responsabilidades familiares y problemas de salud.

El punto es que el estrés es intergeneracional: al joven o al viejo, no perdona a nadie. El estrés puede hacer que tengas más canas de las que deberías tener y más arrugas de las que quieres tener. Puede hacer que pierdas el sueño y comas en exceso. Puede llevarte a pensamientos oscuros, depresivos e incluso suicidas. El estrés puede causar estragos en tu cuerpo físico y en tu salud mental. El estrés es un problema serio.

¿Pero sabes que nuestro Señor Jesús ya ha señalado los problemas de los que hemos acabado de hablar? Siempre pensé que Mateo 6:25–34 era sobre comida, bebida y ropa. Pero cuando el Señor me abrió todo el pasaje ese día, empecé a ver que se trataba de mucho más y que Él de hecho enfatizó la salud. Yo realmente creo que Él mostró el tema a detalle Mateo 6:25–34 para nuestro beneficio, porque Él nos ama. Incluso si no sientes que estás bajo mucho estrés, espero que prestes atención a las verdades que estoy a punto de compartir. No esperes hasta que sea demasiado tarde y el estrés en tu vida haya alcanzado niveles destructivos. El momento de superar el estrés, la ansiedad, la depresión y el miedo es ahora.

El momento de superar el estrés, la ansiedad, la depresión y el miedo es ahora.

Algunos de ustedes pueden tener un miedo constante de ser despedidos y siempre estar en alerta por señales que puedan confirmar sus miedos. Algunos de ustedes podrían estar luchando para manejar dos trabajos y casi nunca se toman el tiempo para relajarse. Algunos de ustedes podrían ser atrapados por el miedo al fracaso en la escuela y eso los ha llevado a golpear los libros sin cesar, no permitiéndose descansar lo suficiente. Tales temores sostenidos y otros factores que te mantienen estresado te ponen en un riesgo incremental de numerosos problemas de salud, incluidas enfermedades mentales, trastornos alimenticios, infertilidad, deterioro de la memoria y la concentración, ataques cardíacos y arritmias. El estrés crónico también te hace más propenso a infecciones virales frecuentes y severas.

Ahora, ¿hay una forma de salir?

¡La respuesta es sí, y eso es lo que el Señor quiere que te muestre! Vayamos directo a la Palabra:

Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Mateo 6:25

Aquí, el Señor me reveló que debería leer esta Escritura en el contexto de tener una vida de calidad y un cuerpo de calidad. Recuerda, Jesús vino a darnos vida ¡y vida en abundancia! La vida abundante habla de la calidad de nuestra vida y la calidad de nuestros cuerpos.

Esto es lo que el Señor abrió mis ojos para ver:

Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida [de calidad] más que el alimento, y el cuerpo [de calidad] más que el vestido? Mateo 6:25 (las palabras en negrillas son mías)

Nuestro Señor Jesús nos estaba hablando más allá de la comida y la bebida. Nos estaba hablando acerca de experimentar una vida de calidad y tener una salud de calidad para nuestros cuerpos. ¿De qué sirve llevar trajes de tres piezas de marca y camisas impecablemente confeccionadas si tu cuerpo está decayendo y está plagado de enfermedades? Lo que el Señor está diciendo es que un cuerpo de calidad es más importante que la ropa que usas, y una calidad de vida es más importante que la comida que comes. Nuestro Señor Jesús nos da dos ilustraciones vívidas, y simplemente me sorprendió.

Para ilustrar cómo una vida de calidad es más que solo comida, Él habló sobre cómo Dios alimenta a las aves del cielo. Cuando Dios nos da una vida de calidad, ¡habrá comida! Podemos tener una vida de calidad porque, como mencioné en el capítulo anterior, tenemos un Padre celestial que nos valora y tomará cuidado de todas nuestras necesidades prácticas. Cuando amas a alguien, quieres verlo libre de preocupaciones. Incluso como padre terrenal, una de mis mayores alegrías es ver a mis hijos rodar por el suelo con grandes carcajadas, jugando y divirtiéndose sin preocuparse por el mundo. ¿Puedes imaginarte cuánto más quiere nuestro Abba vernos por completo sin preocuparnos? Nuestra parte es no estar estresados. Amigo mío, incluso mientras administramos nuestros trabajos y nuestras varias responsabilidades, podemos vivir libremente y sin preocupaciones ¡porque Él es nuestro proveedor!

Tenemos un Padre celestial que nos valora y que tomará cuidado de todas nuestras necesidades prácticas. 

La clave a la salud divina

Para enseñarnos acerca de tener un cuerpo de calidad, nuestro Señor Jesús nos dice cómo viste Dios a los lirios y la hierba del campo. Esta fue la otra revelación a la que el Señor abrió mis ojos y quiero acampar sobre esto aquí. Miremos los versículos nuevamente:

¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo? Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan; pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió así como uno de ellos. Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe? Mateo 6:27–30

¿Te imaginas a nuestro Señor Jesús en el Monte de las Bienaventuranzas, dirigiendo Sus dedos sobre la hierba o agacharse para tocar una de las flores a su alrededor, mientras enseñaba a la gente con gran ternura y una sonrisa? Oh, como amo a mi Jesús. Él siempre baja a nuestro nivel. Él es tan gentil y, sin embargo, tan majestuoso. Él es todo amor.

En Mateo 6, Jesús habló sobre cómo la belleza, la gloria y el esplendor con que Dios vistió las flores y la hierba superó a la gloria con la que se vistió Salomón, el hombre más rico que jamás haya existido. Pero no cometas el error que yo solía cometer, pensando que nuestro Señor solo hablaba de ropa física. Déjame preguntarte esto: ¿Qué tipo de ropa tienen las flores? El Señor me mostró que las flores no cambian su ropa como nosotros; su ropa es su cuerpo. ¡Entonces la ropa de la que el Señor estaba hablando era en realidad su salud! ¡Él estaba hablando sobre la salud de los lirios!

Ahora, ¿qué quería nuestro Señor que consideráramos acerca de los lirios del campo? Él dijo: "Consideren los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan" (negrillas mías). ¿Las flores crecieron físicamente sanas y fuertes al trabajar e hilar? ¡No, tu Padre celestial las vistió! Con toda su riqueza, Salomón podía comprar la ropa más exquisita, pero no podía comprar lo que tenían los lirios, salud. El dinero puede comprarte acceso a los mejores médicos e instalaciones médicas, pero no puede comprarte salud. ¡La salud divina viene sólo del Señor! Te viste con la mejor ropa, divina y sobrenatural, que uno podría tener. ¡Y tu ni siquiera tienes que trabajar duro o hilar, porque es un regalo que simplemente puedes recibir por lo que hizo Cristo! ¡Aleluya!

El dinero no puede comprarte salud. La salud divina viene solo del Señor.

 La salud divina no proviene de pasar horas en la caminadora, de extenuantes ejercicios, o pasando por el último ejercicio o la dieta de moda. Si eso fuera así, incluso los no creyentes podrían caminar en salud divina. Puedes ponerte en forma naturalmente, pero la salud divina —la calidad de salud que visten los lirios— proviene del Señor. Así que por supuesto, ve al gimnasio, levante, corre, haz caminata y come sabiamente, simplemente hazlo sin estar estresado por la condición de tu cuerpo. Deja ir los miedos sobre tu cuerpo físico y permite que el Señor te supla Su vida abundante y de calidad, así como Su salud divina y el poder de resurrección.

Pierdes tus temores cuando sabes que Dios te ama

Sabes, solía leer apresurarme sobre la hierba del campo, pero durante mi conversación con el Señor, Él me dijo que me detuviera aquí y meditara en lo que Él dijo. Muchos de nosotros pensamos que Dios solo está interesado en cosas grandes e importantes, cosas de valor eterno. Pero considera esto: la Biblia nos dice que la hierba del campo está viva hoy, pero será cortada y arrojada al horno como combustible mañana. Y aun así, Dios la viste y la cuida. Si Dios incluso se ocupa de cosas temporales que tienen una existencia tan transitoria, ¡cuánto más cuidará de ti y te vestirá de buena salud, a ti, que eres su querido y amado hijo!

¿Tienes miedo de tu futuro porque los médicos te han dicho que no hay esperanza y que no hay ninguna cura para la condición con la que estás luchando? ¿O temes la posibilidad de que puedas desarrollar una enfermedad particular porque se "supone" que es hereditaria? Quizá has comenzado a experimentar síntomas en tu cuerpo y estás aterrorizado de lo que podrían estar señalando. Yo te digo, no temas. Considera los lirios y la hierba del campo. Tu Padre celestial los viste con salud divina y vida robusta brotando de su interior. ¿No tienes más valor que ellos? ¡Cuánto más te vestirá a ti con salud!

¿Sabes por qué nuestro Señor Jesús podría hablar sobre salud divina? Porque él sabía que la pagaría por nosotros. Él sabía lo que iba a pasar a través de la cruz por ti y por mí. Sabía que nos compraría salud, completitud y fortaleza con Su propio cuerpo. Hoy vivimos del otro lado de la Cruz. Él ya ha pagado el precio para que en este momento puedas declarar que por Sus llagas tú has sido curado (ve Isaías 53:5). No vas a ser curado; ¡tú ya has sido curado en Cristo!

Jesús ya ha pagado el precio para que puedas declarar que por Sus llagas, tú has sido curado.

No importa cuál sea el diagnóstico o dónde está el tumor. No importa qué tan avanzada está la enfermedad o cuántos años hayas sufrido. La Biblia dice que nuestro Señor Jesús está "muy por encima de todo principado y potestad y poder y dominio, y sobre todo nombre que se nombra, no solo en este siglo sino también en el venidero" (Efesios 1:21, negrillas mías). Si la afección que tienes se llama cáncer, tuberculosis o depresión, ¡el nombre de Jesús está muy por encima de ella!

Los médicos pueden pensar que algunas afecciones no se pueden tratar, pero la Biblia dice que con Dios, nada, nada, es imposible (ver Lucas 1:37).

Los médicos pueden decirte que tienes una alta probabilidad de desarrollar una determinada afección, pero la Biblia declara esto: "Caerán a tu lado mil, y diez mil a tu diestra; mas a ti no llegará” (Salmos 91:7, la negrillas mías). ¿Cuál informe vas a creer hoy?

Sanado de treinta y ocho años de enfermedad crónica de la piel

Quiero terminar este capítulo compartiendo contigo un precioso testimonio enviado por Benson de California. Le dijeron una y otra vez que su condición en la piel no se podía curar. Pero veamos qué sucedió cuando simplemente creyó que Dios bendice a los que ama:

Sufrí de foliculitis (una inflamación de los folículos pilosos) por más de treinta y ocho años (desde que tenía quince años). Vi más de cien los médicos y todos y cada uno de ellos me dijeron que esta condición no podía ser curada. Hice de todo. Compré todo tipo de cremas y medicinas disponibles y la mayoría de ellas empeoraron mi condición. Había miles de puntos rojos en toda mi espalda, pecho y brazos. Nunca podía quitarme la camisa en público y evitaba salir porque la gente pensaría que tenía una enfermedad infecciosa. Se estremecían cuando veían mi piel.

La condición producía picazón y empeoraba cuando transpirara. Si se enfriaba y secaba de repente, la piel de mi espalda se rasgaba y sangraba cuando me estiraba a alcanzar algo. Perdí la cuenta de la cantidad de veces que alguien me dijo que había sangre en mi espalda filtrándose a través de mi camisa. Si bien eso era horrible, el daño real era emocional. A lo largo de mis días escolares, rechacé invitaciones a fiestas en la piscina o en la playa. Cuando iba a la playa, iba en un lugar remoto e impopular para evitar a la gente.

He sido cristiano desde 1982 pero dejé de asistir a la iglesia en los últimos cinco años porque cada sermón parecía decir que tenía que intentar ser más fuerte. Después de treinta años de tratar de llegar al cielo, estaba exhausto.

Luego, hace dos años, comencé a escuchar sermones del Pastor Prince durante largas caminatas por la mañana. Esto continuó durante meses y las cosas comenzaron a cambiar. Empecé a creer que Dios bendice a los que Él ama, y comencé a descansar en lo que Él ha hecho por mí y dejé de confiar en lo que yo estaba tratando de hacer por Él.

¡Hoy mi piel ha sido milagrosamente sanada! ¡Es perfectamente clara y suave como el trasero de un bebé! Incluso mi esposa está completamente asombrada. Por primera vez en treinta y ocho años, puedo quitarme la camisa cuando juego al tenis con amigos.

El pastor Prince compartió sobre la restauración del Señor en algunos de sus mensajes, y he sido restaurado. Mi nueva piel es la menor de las bendiciones. Dios también me ha devuelto Su perfecta paz. Ya no me preocupo más, simplemente arrojé mis preocupaciones en Él y recibí Su favor. El miedo y opresión está lejos de mí. Gracias Jesús por ir a la cruz por mí.

Puedo imaginar lo que pasó Benson durante esos treinta y ocho años. Pero todos alabamos a nuestro Señor y Salvador, Jesús, quien hizo lo que más de cien doctores no pudieron hacer, ¡sanar la condición de la piel de Benson! No hubo esfuerzo ni trabajo duro por parte de Benson. Él simplemente descansó en el amor de Dios por él, dejó de preocuparse y disfrutó al Señor. Y así, recibió sanidad por una condición que lo había acosado durante casi cuatro décadas. Por cierto, me di cuenta de que Benson estaba escuchando sermones y pasando tiempo con el Señor mientras daba largas caminatas. (Estamos en la misma frecuencia, Benson. ¡Me encanta pasear con el Señor también!)

Amigo mío, por lo que sea que estés pasando hoy, oro para que, como Benson, tú también recibas el milagro que necesitas al echar tus preocupaciones y angustias en manos de tu amoroso Salvador. ¡Tú eres profundamente amado!

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