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Liberación del espíritu de depresión. Joseph Prince

 

Notas oficiales del sermón de Joseph Prince

Liberación del espíritu de depresión

Predicado por el pastor Joseph Prince el domingo 21 de julio de 2024 en el Centro de Artes Escénicas “The Star”, en Singapur. ¡Esperamos que estas notas te sean de gran aliento!

Resumen

1.     ¡Levántate y resplandece, porque tu luz ha llegado!

2.     Jesús ha cargado tu dolor y tristeza

3.     El gozo del Señor es tu fortaleza

4.     Gana sobre el desaliento cuando pasas tiempo en adoración

5.     La fe que purifica tu corazón

Isaías 60:1 Levántate, resplandece; porque ha venido tu luz, y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti.

2 Porque he aquí que tinieblas cubrirán la tierra, y oscuridad las naciones; mas sobre ti amanecerá Jehová, y sobre ti será vista su gloria.

Está claro que en estos días finales, el mundo está cayendo en una oscuridad cada vez más profunda. Podemos verlo a nuestro alrededor en el mundo, en la economía, en los asuntos mundiales y en las vidas de las personas que nos rodean. Pero Isaías 60 nos dice que cuando “tinieblas cubran la tierra” y “densa oscuridad a las naciones”, la gente de Dios está llamada a “levantarse, a resplandecer” y que Su gloria será vista sobre nosotros.

Así que, aunque el mundo se vuelva cada vez más oscuro, la Palabra de Dios nos asegura que la iglesia llegará a ser cada vez más y más brillante. Y en estos tiempos oscuros, nosotros como creyentes estamos llamados a levantarnos y a alcanzar al mundo en amor y gracia.

“Tinieblas cubrirán la tierra”: esta oscuridad a la que se refiere el profeta Isaías no es una oscuridad física. Es una oscuridad espiritual que engendra depresión y tristeza, un sentimiento que ha invadido gran parte de nuestro mundo actual. Muchas personas están sufriendo esta oscuridad en forma de depresión, pesimismo, ansiedad, preocupaciones, inquietudes y simplemente una sensación de desmotivación y hastío.

Algunos de nosotros podríamos pensar que esto no es relevante para nosotros porque no estamos sufriendo de depresión clínica o una crisis de salud mental, pero todos nosotros en un momento u otro de nuestras vidas experimentamos cierto grado de desánimo, tristeza o depresión. ¿Por qué? Porque todavía vivimos en este mundo caído y enfrentamos los mismos desafíos que todos los demás. Y también porque como creyentes, a menudo somos el blanco del enemigo que ha salido a robar, matar y destruir (Juan 10:10).

Pero el corazón de Dios es que Sus amados hijos vivan una vida abundante libre de depresión, preocupaciones y ansiedades. Por eso es importante que captemos el corazón de Dios para nosotros en el sermón de hoy, porque ahí se encuentran las claves para que experimentemos libertad de este espíritu de depresión. Si bien la medicación puede ayudar a tratar algunos de los síntomas que podamos experimentar, debemos ser conscientes de que la raíz del problema es espiritual. Y como es un asunto espiritual, debemos resolverlo utilizando los medios de Dios.

Necesitamos tener cuidado de no permitir que esta depresión se convierta en lo que Isaías describe en el versículo 2 (KJV), como una “densa oscuridad” que nos cubre. Y la Biblia nos advierte de sus peligros:

2 Corintios 7:10 Porque la tristeza que es según Dios produce arrepentimiento para salvación, de que no hay que arrepentirse; pero la tristeza del mundo produce muerte.

¡La tristeza del mundo puede llevar a la muerte! Por lo tanto, no permitas que las tristezas, las preocupaciones y los afanes que encontramos en nuestra vida diaria se queden y echen raíces en nuestro corazón. Aprende a dejarlos ir y a entregarlos al Señor.

Aquí, el pastor Prince también comparte un consejo práctico para las parejas: No permitan que el sol se ponga sobre su enojo (Efesios 4:26-27) porque puede llevar a la discordia o incluso a la separación en su matrimonio. ¡Elijan siempre mostrar gracia y perdón a su cónyuge!

 

Jesús ha cargado tu dolor y tristeza

Volviendo a 2 Corintios 7:10, vemos que “la tristeza que es según Dios produce arrepentimiento para salvación”. En el griego original, arrepentimiento es “metanoia”, que se refiere a un cambio de mentalidad. Y salvación es “soteria”, que significa “liberación, preservación, seguridad”, salvación en cada área de nuestra vida.

Así que experimentar la tristeza que es según Dios nos lleva a cambiar nuestras mentes y a alinear nuestros pensamientos con los de Dios, para creer correctamente acerca de Dios y lo que el Señor ha hecho por nosotros, y esto es lo que produce completitud y paz mental.

Entonces, ¿qué es lo que necesitamos creer correctamente a la luz del tema de hoy?

Necesitamos saber y creer que a través de la obra terminada de nuestro Señor Jesús en la cruz, tenemos redención del dolor y la tristeza.

Isaías 53:4 (YLT) Ciertamente él llevó nuestras enfermedades (“choli”),

y nuestros dolores (“makov”) los sufrió,

y nosotros lo tuvimos por azotado,

herido de Dios y afligido.

Si bien el contexto de Isaías 53:4 se refiere principalmente a que nuestro Señor Jesús tomó nuestras enfermedades y dolores en la cruz, las palabras “enfermedades” y “dolores” también incluyen el significado de “dolores” y “penas o tristezas”. En la cruz, nuestro Señor Jesús no solo llevó todas nuestras enfermedades y dolores, sino que también llevó nuestras penas y nuestros dolores. De hecho, la Biblia nos dice que se convirtió en un Varón de dolores por nosotros (Isaías 53:3) …

Amado, ¿sabes lo que esto realmente significa?

Nuestro Señor Jesús es la persona más gozosa que puedas encontrar jamás, tanto que el Padre lo describe como Aquel que fue ungido con óleo de alegría más que Sus compañeros.

Hebreos 1:8 Mas del Hijo dice:

Tu trono, oh Dios, por el siglo del siglo;

Cetro de equidad es el cetro de tu reino.

9 Has amado la justicia, y aborrecido la maldad,

Por lo cual te ungió Dios, el Dios tuyo,

Con óleo de alegría más que a tus compañeros.

La única vez que nuestro Señor dijo que estaba triste fue en el huerto de Getsemaní:

Mateo 26:38 Entonces Jesús les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí, y velad conmigo.

39 Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú.

Se entristeció porque estaba tomando las tristezas del mundo... y eso lo afligió tanto, hasta el punto de la muerte; no porque contemplara quitarse la vida, sino porque ese era el grado de tristeza que sentía.

El Señor es la personificación del gozo, pero en la cruz, Él eligió vaciarse de Su gozo y tomar sobre sí todas nuestras penas, tristezas y dolores para que hoy podamos tener Su gozo. Este intercambio es posible solo gracias a la obra redentora de nuestro Señor en la cruz, ¡y hoy tenemos derecho inquebrantable a su espíritu de alegría!

Amado, la verdad es que nuestro Señor Jesús ya llevó todas tus penas, tristezas y dolores en la cruz. Incluso cuando piensas que nadie las sabe, incluso cuando te sientes solo, Él te ve y entiende completamente por lo que estás pasando. Y Él no solo está familiarizado con tu dolor, sino que tomó la plenitud de este para que ya no tengas que llevarlo hoy. En vez de eso, Él quiere que recibas Su gozo y camines en la vida abundante que Él ya pagó para que disfrutes (Juan 10:10).

¿Cómo podemos entonces levantarnos por encima de nuestras penas y experimentar libertad de la depresión?

Podemos hacerlo:

- Fortaleciéndonos con el gozo del Señor, y

- Pasando tiempo en adoración

 

El gozo del Señor es tu fortaleza

Nuestro Señor Jesús está tan lleno de gozo (Hebreos 1:9), y a través del intercambio divino en la cruz, ¡nosotros también podemos ser partícipes de este óleo de alegría! Cuando nos mantenemos en Su gozo, nos fortalecemos (Nehemías 8:10), entonces necesitamos recordarnos a nosotros mismos regocijarnos en el Señor una y otra vez.

Por último, mis hermanos, regocijaos en el Señor. Para mí no es tedioso escribiros las mismas cosas, pero para vosotros es seguro.

Filipenses 3:1 Por lo demás, hermanos, gozaos en el Señor. A mí no me es molesto el escribiros las mismas cosas, y para vosotros es seguro.

Si la tristeza puede producir enfermedad, entonces el gozo puede producir sanidad, porque “el corazón alegre constituye buen remedio” (Proverbios 17:22). Hay seguridad cuando nos regocijamos continuamente en el Señor. Así como un vaso se llenará constantemente de agua si lo rellenamos constantemente, regocijarse en el Señor es estar continuamente lleno del gozo del Señor.

Y podemos rellenar nuestro gozo cuando nos sumergimos en las revelaciones y verdades de lo que el Señor ha hecho por nosotros, cuando nos tomamos tiempo para recordar o contar Su bondad hacia nosotros, y cuando damos gracias por todas las bendiciones que Él ya nos ha otorgado.

La fe que purifica tu corazón

1 Pedro 5:9 Resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo.

Amado, si estás pasando por un desafío, aliéntate sabiendo que no estás solo. Los mismos tipos de aflicciones han sido y están siendo experimentados por miembros de la familia de creyentes en todo el mundo. ¡Sigue mirando al Señor y ten fe!

El Señor no hace acepción de personas, pero sí de fe. La fe le agrada tanto que puede pasar por alto a cientos de personas en una multitud para centrarse en el que tiene fe en Él. Basta con echar un vistazo a la mujer con el flujo de sangre que tocó el borde de Su manto (Marcos 5:25-34). A pesar de la multitud que lo apretujaba, con solo un toque de su fe, el Señor se detuvo para buscarla y ministrarla.

¡Cuando tienes fe, el Señor se enfoca en ti! No sólo eso, sino que la fe es lo que purifica nuestros corazones (Hechos 15:9). Nuestros corazones no son purificados por nuestras obras, sino por nuestra fe en nuestro Señor Jesús. Y es esta fe la que purifica nuestros corazones para producir los frutos de santidad en nuestras vidas: victoria, libertad, paz, amor y alegría.

Nuestro Dios ama la fe, y donde Él encuentra fe, lo encontrarás obrando, sanando a la gente. Así como nuestro Señor Jesús animó al hombre cuyo hijo estaba poseído por un demonio: “Si puedes creer, al que cree todo le es posible”, y el hombre respondió: “Señor, creo; ayuda mi incredulidad” (Marcos 9:23-24), lleva incluso tu falta de fe al Señor. Eso en sí mismo es fe. ¡Y cuando hay fe, habrá milagros y bendiciones!

 

© Copyright JosephPrince.com 2024

Estas notas del sermón fueron tomadas por voluntarios durante el servicio. No son una representación textual del sermón.

 


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