El Shalom que todo lo abarca. De Joseph Prince
El Shalom que todo lo abarca
Capítulo
10 de “Vive la vida dejando ir”
Mientras meditas en las
enseñanzas de las escrituras en este libro, mi oración por ti es que comenzarás
a tomar posesión de la paz que nuestro Señor Jesús te ha dado como tu herencia.
Nuestro Señor Jesús declaró que nos ha dado Su paz. No estamos tratando de
obtener Su paz, Su paz ya es nuestra porción. ¡Entremos en Su paz
y disfrutemos todo lo que Él nos ha dado!
No
estamos tratando de obtener Su paz. Su paz ya es nuestra porción.
El
poder de Shalom
Cuando nuestro Señor
Jesús habló a sus discípulos acerca de dejarles Su paz en la Última Cena,
siendo judío, les debió haber hablado en hebreo. El nuevo Testamento fue, sin
embargo, escrito en griego, por lo que la palabra usada para “paz” en Juan
14:27 es eirene. Pero como Jesús habló en hebreo, la palabra que
realmente habría usado es la palabra hebrea para “paz”: shalom. Esto
significa que le habría dicho a sus discípulos: “Shalom, les dejo, mi shalom
les doy”. Y él le habría dicho a la mujer con el problema de flujo de sangre: “Entra
en shalom”.
¿Porque es esto
importante?
Porque shalom es
una palabra hebrea que es muy rica en significado. No solo significa “paz
mental”: es una palabra que lo abarca todo y que incluye mucho más. Según James
Strong, un erudito hebreo, shalom significa “bienestar”, “salud”, “prosperidad”,
“paz”. También significa “un estado de bienestar sin problemas ni
perturbaciones”. Esto significa que lo que el Señor nos legó como nuestra
herencia fue Su propia salud, Su propia provisión y Su propia paz.
El
Señor nos legó como nuestra herencia Su propia salud, provisión y paz.
La
paz puede ser multiplicada
¿Sabías que puedes
caminar en una mayor medida de shalom? La Biblia nos dice:
2 Pedro 1:2 Gracia y paz
os sean multiplicadas, en el conocimiento de Dios y de nuestro Señor Jesús.
La Nueva Traducción
Viviente (en inglés) lo expresa así:
Que Dios te dé más y más
gracia y paz a medida que creces en tu conocimiento de Dios y de Jesús nuestro
Señor.
¡Esto significa que el
favor y el shalom de Dios pueden multiplicarse en nuestras vidas! Pero Su
shalom no se multiplica en nuestras vidas haciendo más o tratando de
lograr más. Es multiplicado en nuestras vidas a través del conocimiento de Dios
y de Jesús nuestro Señor, o como dice Kenneth Wuest, un destacado erudito
griego, “a través del pleno conocimiento de nuestro Dios, y de Jesús, el Señor”.
Lo más que conocemos a Jesús, lo más que experimentaremos Su shalom siendo
multiplicado para nosotros. La Palabra de Dios nos dice que nuestro Señor Jesús
es el Príncipe de Paz (ver Is. 9:6). Mientras participas de la hermosa persona
de Jesús a través de pasar tiempo en Su presencia y en Su Palabra, Su paz será
infundida en cada fibra de tu ser. Incluso cuando te enfrentes a una crisis, Su
paz te hará un refugio y fortificará tu corazón.
El
favor y el shalom de Dios se multiplican en nuestras vidas a través del
conocimiento de Dios y Jesús nuestro señor.
¿Por
qué no estamos experimentando más paz?
Una vez que tenemos paz con
Dios a través de la preciosa sangre de nuestro Señor Jesucristo, tenemos la paz
de Dios en nuestros corazones. Todos los beneficios inherentes de Su shalom:
salud, provisión y paz ya nos han sido entregados. Entonces la pregunta por
hacer no es, “¿La tenemos?” ¡Ya es nuestra! La pregunta que debemos hacer es: “¿Por
qué no estamos experimentando más de Su shalom?”
Para entender esto,
volvamos a lo que Jesús dijo:
Juan 14:27 La paz os
dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro
corazón, ni tenga miedo.
Presta mucha atención al
final del versículo. Nuestro Señor nos dice: “No permitas que tu corazón se
turbe, ni tenga miedo” (KJV). En el texto griego original, esto está dicho como
un imperativo, lo que significa que es una orden o un mandato dado con autoridad.
Como mencioné anteriormente, todo el versículo tiene que ser leído en su
contexto. Creo que nuestra parte es honrar ese mandato de “no permitir” que
nuestros corazones se turben. Porque el Señor nos ama tanto, no quiere que
nuestros corazones se turben. Él nos ama tanto que incluso Sus órdenes, son
órdenes de amor, instándonos a no dejar que nuestros corazones se turben. Pero
esto es algo que tenemos que hacer nosotros mismos. Los pastores y líderes no
pueden “no permitir” por nosotros. Tú no puedes “no permitir” por tu cónyuge.
No puedes “no permitir” por mí. Incluso nuestro Señor no podía “no permitir”
por sus discípulos.
Nuestra parte es creer y
caminar por fe al no permitir que nuestros corazones sean turbados o atemorizados.
Cuando hacemos eso, la paz shalom de Dios que lo abarca todo puede fluir
en medidas crecientes en nuestras vidas. Cuando elegimos no permitir que
nuestros corazones se turben, la paz que está en nuestros espíritus irá de
nuestros corazones a nuestras almas y a nuestros cuerpos, ¡y experimentaremos
la plenitud de la salud, provisión y paz que Él pagó para que los disfrutemos!
El
corazón es una puerta de entrada
¿Por qué es tan
importante para nosotros no dejar que nuestros corazones se turben?
Nuestro corazón es la
puerta de entrada de nuestro espíritu. Todo el shalom en nuestros
espíritus no nos beneficiará si nuestros corazones están obstruidos con
preocupaciones, angustias y ansiedades. Tenemos que remover esas
preocupaciones. En la parábola del sembrador, nuestro Señor Jesús habló sobre
cómo “las preocupaciones de este mundo” y “el engaño de las riquezas” son las
espinas que ahogan la Palabra y hacen que el oyente sea infructuoso (ve Mateo
13:22).
Las semillas no pueden
germinar y dar fruto cuando están atestadas y ahogadas por espinas. De la misma
manera, cuando nuestros corazones están llenos de preocupaciones, no podemos
dar fruto. Cuando nuestros corazones están llenos de preocupaciones sobre la
educación de nuestros hijos o síntomas molestos en nuestros cuerpos, estrangulamos
la paz y no puede fluir en nuestras vidas. Nuestros corazones son las válvulas
por las cuales fluye la paz; si nuestros corazones están turbados, Su paz no
puede fluir.
Si
nuestros corazones están turbados, Su paz no puede fluir.
Amigo mío, sé que somos
confrontados con luchas reales. Las demandas están siempre presionándonos. Tus
clientes podrían estar persiguiéndote a medida que se acercan las fechas
límite. Es posible que hayas tenido otra pelea con tu cónyuge por las facturas
que parece que se están juntando más rápido de lo que puedes pagar. El nuevo
año escolar podría estar comenzando, y quizá no tienes el dinero para pagar los
útiles de la escuela de tus hijos. Quizá sientes todo menos paz. Pero si sientes
Su paz o no, por fe en Su Palabra cree que Él ya te la ha dado, y yo oro para
que tomes posesión de tu herencia.
La
paz guarda lo que la gracia da
Sé que no es fácil. Hubo
un tiempo en que me consideraba un adicto a las preocupaciones, pero el Señor
me llevó a un lugar donde comencé a tomar seriamente el shalom que me
dejó. Yo me dije a mi mismo esto: “No importa si la siento o no en este
momento. Ya que mi señor Jesús pagó el precio por legarme Su shalom, voy
a poseerlo por fe y no por lo que siento”.
Durante ese tiempo, el
Señor abrió mis ojos para ver que en la Biblia, la gracia y la paz siempre va
de la mano. Muchas de las epístolas de Pablo comienzan con un saludo de gracia
y paz (mira 1 Co. 1:3; Fil. 1: 2; Ro. 1:7). Necesitamos ambas cosas, gracia y
paz. El Señor también me dijo: “Hijo, Mi gracia te da todas las cosas
libremente porque la sangre de Jesús ha pagado por ellas. Pero”, continuó Él, “Mi
paz conservará o guardará todo lo te que he dado”. La paz de Dios retendrá y
guardará todo lo que la gracia ha dado. ¿No crees que esto es muy poderoso?
¿Recuerdas lo que nuestro Señor Jesús le dijo a la mujer con el flujo de
sangre? Él le dijo que entrara en la paz y conservara su sanidad. ¡La paz
guarda lo que la gracia da!
Cómo
ser “indevorable”
No debería sorprendernos
entonces que nuestro enemigo, el diablo, busque robar nuestra paz, porque antes
de que pueda robarnos algo, debe hacernos tener corazones turbados ¿Cómo sé
esto? Mira estos versículos conmigo:
1 Pedro 5: 6–8 Humillaos,
pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo;
echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros.
Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente,
anda alrededor buscando a quien devorar. (Negrillas
mías).
El diablo anda buscando a
quien puede devorar, lo que significa que no puede devorar a cualquiera.
Hay personas a quienes puede devorar y personas a quienes él no puede devorar.
Así que tiene que andar buscando a quien puede devorar. Dejemos
que siga buscando.
Pero, ¿te gustaría saber
a quién puede devorar el enemigo? La respuesta está en el versículo
anterior, que te dice que eches todas tus preocupaciones sobre el Señor. En
otras palabras, si estás lleno de ansiedad y preocupación, y tu mente siempre
está preocupada, el enemigo puede devorarte. Pero si te rehúsas a permitir que
tu corazón se vea turbado echando tus preocupaciones al Señor, el enemigo no
puede tocarte. De hecho, la Biblia nos dice que “el Dios de paz aplastará a
Satanás bajo nuestros pies” (Ro. 16:20). ¡Cuando caminas en paz y en el poder
de Jehová Shalom, puedes caminar por encima del enemigo y no tener temor!
Si
te rehúsas a permitir que tu corazón se turbe echando tus preocupaciones al
Señor, el enemigo no puedo tocarte.
Cuando el Señor me estaba
enseñando a caminar en Su shalom, me dijo esto: “Hijo, haz que sea un
juego cada día el echarme tus preocupaciones”. Así es como el “juego” funciona:
cada vez que el diablo te pone una preocupación, se la arrojas a Jesús tan
rápido como sea posible. No puedes retenerla porque es como un veneno. En el
momento en que una preocupación viene, el pensamiento lo arrojas al Señor.
Cualquier cosa que te inquiete y te preocupe, arrójala a Aquel que cuida de ti con
el afecto más profundo, a Aquel que entregó Su vida en la cruz por ti ¡y deja esas
preocupaciones y ansiedades en sus manos! Según el Diccionario de Oxford, echar
significa “arrojar (algo) con fuerza en una dirección específica”. No te tomes
tu tiempo y permitas que esa preocupación permanezca en tu corazón. Arrójala al
Señor de inmediato. Déjala ir rápidamente a Él porque Él se preocupa por ti ¡y llegarás
a ser “indevorable”!
El Señor también me dijo
que citara esta porción de Juan 14:27 cuando me sintiera preocupado: “No permitas
que se turbe tu corazón”. Entonces eso fue lo que hice. Lo encontré muy difícil
al principio porque había tantos asuntos por los que sentía que era mi
responsabilidad estar preocupado. Pero el Señor me dijo: “Tu única
responsabilidad es cuidar el interior de tu corazón. No permitas que tu corazón
se turbe. Y Yo me ocuparé de tu exterior”.
Tu
única responsabilidad es cuidar el interior de tu corazón y Él se encargará de
tu exterior
Pruébalo por ti mismo.
Cada vez que sientas que tu corazón esté preocupado, di: “no permitas que tú
corazón se turbe”, y creo que te encontrarás caminando cada vez más en salud,
provisión y paz. Creo que hay tanto poder cuando memorizamos, meditamos y
citamos las palabras de nuestro Señor. Así que aprende a hablar esas palabras
cada vez que tu corazón se sienta turbado. Tu corazón obedecerá la voz de
nuestro Señor Jesús mientras declaras Sus palabras: “¡No permitas que tu
corazón se turbe”!
Sanado
de condiciones crónicas
Rosabel, una terapeuta
ocupacional de Texas, escribió para compartir lo que sucedió cuando ella le
enseñó a uno de sus pacientes sobre permanecer en paz y confesar versículos
como Juan 14:27, la misma Escritura que el Señor me dijo que citara. Lee este
asombroso testimonio por ti mismo:
Soy
una terapeuta ocupacional que trata a pacientes en sus hogares. Una de mis
pacientes había estado severamente debilitada por cinco años debido a
enfermedades crónicas, enfermedad pulmonar obstructiva, obesidad y dolor
artrítico severo. Le pedí que viera el programa del pastor Prince en televisión
y su perspectiva cambió después de eso. Cosas que solían molestarle ya no
tenían más poder sobre ella porque sabía que el Señor se encargaría de ellas.
Llevé
sets de la Santa Comunión a su casa y le enseñé a enfocarse en la obra finalizada
de Jesús y no en la confesión de pecados cuando ella participaba de la Cena del
Señor. Compartí con ella lo que había aprendido sobre permanecer en paz del
sermón del pastor Prince, Vive la vida dejando ir. También le escribí
algunos versículos para confesar, tales como: “No permitas que tu corazón se
turbe, ni tengas miedo” (Juan 14:27). Ella continuó con estas confesiones
diarias cuando la preocupación intentaba colarse en su mente y continuó viendo
al pastor Prince enseñar en televisión.
En
unos pocos meses, ella fue sanada milagrosamente. Ya no tenía más dolor de
rodilla, el médico no pudo encontrar evidencia de enfermedad pulmonar, su falta
de aire mejoró drásticamente, perdió treinta y siete libras (más de 16 kg) y pudo
realizar de forma independiente actividades diarias.
He
sido terapeuta durante más de veintitrés años y puedo decir por experiencia,
que nadie, en lo natural, recupera su independencia después de estar debilitado
por enfermedades crónicas durante cinco años. ¡Solo Jesús puede restaurar tan
completamente y sin esfuerzo!
Qué
poderoso testimonio de creer correctamente en Jesús y en nuestro Papá Dios.
¡Alabado sea el nombre de nuestro Señor y Salvador Jesucristo!
¡Toda la gloria a nuestro
Señor y Salvador!
El
precio de nuestra paz ha sido pagado
Quiero mostrarte algo más
sobre la palabra hebrea shalom. Si estudias su etimología, descubrirás
que está relacionada con la palabra hebrea shalem. Habiendo estado en
Israel muchas veces, he aprendido la frase hebrea “Ani mi shalem”. Así
que después una comida con mis pastores, a menudo iba al cajero y decía: “Ani
mi shalem” lo que significa “yo pagaré”. Pago la cuenta para que ninguno de los
otros pastores tenga que pagar. ¿Ahora ves cómo shalom está vinculado a shalem?
No podemos tener shalom: bienestar, salud, provisión y paz, sin un pago.
¿Sabes quién pagó el
precio de tu shalom?
Cuando nuestro Señor
Jesús fue llevado a la casa de Caifás, el sumo sacerdote, aquellos que se
reunieron allí le lanzaron preguntas, lo acusaron falsamente, “escupieron en su
rostro y le pegaron” (Mateo 26:67). Luego fue atado y llevado a la residencia
de Poncio Pilato, donde fue despojado de sus ropas y azotado salvajemente por
los soldados romanos. Los soldados deben haber usado un látigo hecho de tiras
de cuero anudadas con muchos pedazos de hueso afilado y metal dentado. Cada
golpe habría envuelto el látigo alrededor del cuerpo de nuestro Señor y la piel
y la carne fueron arrancadas, dejando su espalda destrozada y exponiendo sus
huesos (ver Sal. 22:17).
Pero su terrible y
dolorosa experiencia no se detuvo allí. Fue llevado al pretorio, donde toda la
guarnición se reunió a su alrededor. Luego lo desnudaron frente a la guarnición
y fue humillado y escarnecido antes de ser llevado para ser crucificado (ver
Mt. 27:27-31). Solo he arañado la superficie de las cosas horribles que le
hicieron a nuestro Señor Jesús… a nuestro Rey. ¿Por qué nuestro Señor permitió
que todo eso le sucediera, cuando sabemos que él pudo haber llamado a más de
doce legiones de ángeles para luchar contra sus captores (ver Mateo 26:53)?
El profeta Isaías nos
dice por qué:
Isaías 53:5 Mas él herido
fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra
paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.
Amado, el castigo por
nuestra paz-shalom cayó sobre Él. En hebreo dice que la demanda y el
requisito del pago de nuestros pecados fue exigido a Cristo, para que la paz
pudiera venir sobre nosotros (Is. 53:7 YLT). Él soportó golpe tras golpe, azote
tras azote, porque decía: “Ani mi shalem”: “Yo estoy pagando el precio
de tu shalom. Estoy pagando el precio por tu bienestar, de tu integridad,
de tu completitud y de tu salud”.
La
demanda y el requerimiento del pago de nuestros pecados se exigió a Cristo, de
modo que la paz pudiera venir sobre nosotros.
Nuestros pecados fueron
castigados en el cuerpo de nuestro Mesías y hoy somos completamente perdonados
porque en la cruz, Él estaba diciendo: “Ani mi shalem”: “Yo estoy
pagando el precio de tu perdón”. Él permitió que le escupieran y que fuera despojado
de toda dignidad porque cuando el hombre pecó contra Dios, el hombre se dio
cuenta de que estaba desnudo y comenzó a esconderse avergonzado de Dios.
Nuestro Señor Jesús tomó nuestro lugar y Él dijo: “Ani mi shalem”: “Yo estoy
pagando el precio para que recibas doble honor” (ver Is. 61:7).
Quizás estés pensando, pastor
Prince, usted no sabe las cosas que he hecho. No sabe los pensamientos que tengo.
¡No merezco paz o salud o perdón!
Amigo mío, tienes razón.
No te mereces nada de eso, y yo tampoco. De hecho, se supone que tú y yo
debemos ser castigados por nuestros pecados. Se supone que debemos ser
maldecidos. Se supone que debemos encontrarnos en el lugar equivocado en el
momento equivocado. Y eso es el por qué necesitamos conocer el fundamento del shalom
que Jesús nos legó. Nosotros no lo ganamos, Jesucristo pagó por él. Cuando
resucitó de entre los muertos, Sus primeras palabras a los discípulos fueron
“paz a vosotros”, y luego les mostró Sus manos perforadas por los clavos: los
recibos del pago que había hecho (ver Juan 20:19-20). ¡Debido a que el precio ya
ha sido pagado, tenemos todo el derecho a la paz, completitud, bienestar,
provisión y salud que nos ha legado!
Gracias Claudia. El Señor abrió mis ojos y mi entendimiento. Gracias por traducir los mensajes. Son de mucha bendición. Irene de Argentina
ResponderEliminarGLORIA A DIOS, hermana! Bendiciones y paz shalom a ti!
EliminarBuenas noches hermana Claudia!! Me fascina la fácil y nutrientes lecturas de los libros y enseñanzas de Joseph Prince, pero más, por ese arduo trabajo suyo y de su equipo para traducir y entregarnos de parte de Dios, ese pan fresco, esa refrescante agua
ResponderEliminarNo lo digo sólo por los de Joseph Prince, sino también por la gran cantidad de libros que han traducido, y que nos ayudan a conocer más a la Palabra de Dios, y por supuesto a Jesús.
Dios te bendiga sobremanera grande!!
Dios le bendiga hermano! Es un placer y un privilegio para mi! Shalom!
EliminarGracias...gracias...gracias...
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