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Ore por acontecimientos oportunos. De Joseph Prince

¿Qué ocurre con la palabra "qarah"? La primera vez que se menciona qarah es en Génesis 24:12, cuando Abraham envió a su siervo a conseguir una novia para su hijo Isaac. El siervo no sabía qué chica sería la oportuna, así que oró: “Oh Jehová, Dios de mi señor Abraham, dame, te ruego, el tener hoy buen encuentro, y haz misericordia con mi señor Abraham”. La frase “dame, te ruego, un buen encuentro” es la palabra qarah. El siervo le pidió a Dios que le diera qarah, un acontecimiento oportuno. ¿No le recuerda eso lo que dijimos antes acerca de pega qarah, que era “acontecimientos orados”? Si sigue la historia, verá que el siervo de Abraham tuvo un buen encuentro, y encontró una esposa excelente para Isaac.

Quiero que se enfoque en la postura del siervo. Oró pidiendo la ayuda, intervención y guía de Dios; tuvo una postura de humildad. Todos necesitamos al Señor en nuestra vida diaria. No importa lo inteligentes que seamos, no podemos estar en el lugar oportuno y en el momento oportuno el cien por ciento de las veces. Solo el Señor puede hacer eso por nosotros. Si nos humillamos para oírle, Él nos guiará y protegerá. La Biblia dice: “Encaminará a los humildes por el juicio, y enseñará a los mansos su carrera” (Salmo 25:9). Es importante que nos mantengamos “bajos” y buscando en el Señor sabiduría, guía y entendimiento. Orar es adoptar una postura de humildad (los orgullosos no oran). Es decirle a Dios: “Padre, no puedo, pero tú puedes”.

Por eso me gusta llamar al Salmo 91 la oración de protección. Cuando hacemos esta oración, estamos diciendo: “Señor, no podemos protegernos a nosotros mismos, pero tú puedes. Nos humillamos delante de ti. Sé nuestra esperanza, nuestro castillo y nuestro Dios. Estamos seguros de que nos protegerás y nos librarás del mal en estos tiempos peligrosos. Guíanos para estar en el lugar oportuno en el momento oportuno...”.

De Joseph Prince. Del libro "La oración de protección": Vivir sin miedo en tiempos peligrosos. (pp. 38-39).

Comentarios

  1. Padre gracias porque cuidas de mi y de nuestros seres amados, los cercanos y los lejanos

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