Los hechos pueden cambiar, pero la Palabra de Dios permanece. De Joseph Prince
Juan 8:32 Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.
Considera los fríos y
difíciles hechos que estas tres personas enfrentaron: La tía de una dama de
nuestra iglesia vio sus placas de Rayos X que mostraban que uno de sus dos
riñones tenía cáncer. Una pareja de
nuestra iglesia leyó su reporte médico que decía que ellos nunca serían capaces
de engendrar a un bebé. Una dama de
nuestra iglesia que participó como fiadora ante una institución financiera,
terminó siendo la responsable del pago de 34 millones de dólares de Singapur.
Cuando este tipo de
situaciones nos golpean y dejamos que estos hechos se asienten en nuestro
corazón, terminamos sintiéndonos muy perturbados. Pero cuando permitimos que las verdades de
la Palabra de Dios se asienten dentro de nosotros, vamos a sentir al Espíritu
Santo dar testimonio de estas verdades que estamos creyendo. Él es el Espíritu de verdad (Juan
16:13). Él no es el Espíritu de hechos y
no da testimonio de los hechos.
Un hecho puede ser que tú
estás enfermo. Los doctores dicen que tú
estás enfermo. Las placas de Rayos X muestran
que tú estás enfermo. ¡Pero la
Palabra de Dios dice que por las llagas de Jesús tú has sido curado! (Isaías
53:5). Esa es la verdad acerca de tu
situación. ¿Cuál es la diferencia entre
un hecho y una verdad? Los hechos
cambian, ¡pero la verdad —la Palabra de Dios— permanece!
Cuando los hijos de Dios
escogen desafiar los hechos y caminar en Su verdad, según su situación,
el Espíritu Santo en ellos va a dar testimonio de esa verdad que están
creyendo.
La dama con el riñón
enfermo de cáncer, se sometió a una operación para que le removieran este
órgano. Pero alabado sea Dios, ella
recibió restauración sobrenatural, de la cual se dio cuenta en el siguiente
examen de Rayos X que mostraba ¡dos riñones saludables en vez de uno! ¡Dios había formado un nuevo riñón para ella!
La pareja que no tenía
hijos recibió como un milagro su pequeño paquete de alegría luego de siete
años. Hoy, ellos son padres orgullosos
no de uno, sino de ¡cuatro niños!
La dama con la deuda de
S$34 millones le dijo a la institución financiera que eso no era justo para
ella y que Dios iba a protegerla. ¡La
administración de la institución milagrosamente decidió cancelar su deuda!
La próxima vez que seas
golpeado por hechos perturbadores, deja que la Palabra de Dios asiente en ti
la verdad acerca de tu situación. Y
mientras el Espíritu Santo da testimonio de esas verdades en las que estás
creyendo, los hechos van a cambiar, ¡y tú vas a recibir tu milagro!
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