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EL APOCALIPSIS O "EL DIA DEL SEÑOR" - Por E.W Bullinger ( 9a. Publicación)


Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas; porque el tiempo está cerca. Apocalipsis 1:3

Por
E.W. Bullinger, D.D.
Segunda edición
(Revisada y corregida)
1909
Traducción al español por Juan Luis Molina
Con la colaboración de
Claudia Juárez Garbalena

La Primera Visión “En La Tierra” (Los Seis Sellos y el Sellado de los 144,000)
El  Primer Sello (el falso Cristo, 6: 1,2)
El Segundo Sello (Guerras, 6: 3,4)
El Tercer Sello (Hambres, 6: 5,6)
El Cuarto Sello (Pestes, 6:7,8)
El Quinto Sello (Martirio, 6: 9-11)
El Sexto Sello (Señales en el Cielo, 6:12-17)
El Sellado o marca de los 144, 000 (6: 1-8)

LA PRIMERA VISIÓN “EN LA TIERRA.”
E1, cap. 6: 1—. 8. Los Seis Sellos y el sellado de los 144.000
Por la totalidad de la primera Visión “en el Cielo” (H1, vi. 1-7. 8) hasta la ejecución del poder “sobre la Tierra” en la realización de la redención de la herencia adquirida. El precio ha sido pagado en el derramamiento de la preciosa sangre del Cordero; y ahora, el poder necesario va a ser ejercido para garantizar sus maravillosos resultados, arrebatando la heredad de las manos del enemigo y  por arrojar al presente usurpador tomando posesión de ella por la fuerza. Vemos este poder ejecutado en los Sellos, Trompetas  y Copas que rebosan en el cumplimiento de los juicios activos de Dios: y que concluirán con la venida del Señor Mismo (cap.19).
Este es el gran objetivo establecido en la anterior Visión “en el Cielo”; y ahora vamos a ver el resultado de todo ello como consecuencia “en la Tierra.”
Juan lo ve todo, por supuesto, “en el Cielo”, pero aquello que vio (6:1-7:8) “en el Cielo” tendrá lugar “en la Tierra”, igual que lo ve (caps. 4 y 5.) teniendo lugar “en el Cielo,” se hace y tendrá lugar allí.
Esta es la primera Visión de lo que tendrá lugar “en la Tierra” en el día del Señor”. El gran sujeto o tema principal es:
LA APERTURA DE LOS SEIS SELLOS
Porque los Seis Sellos están separados del séptimo de una manera muy significativa; para señalarnos que el séptimo no es inmediatamente consecutivo después del sexto, tanto como que los demás sellos son consecutivos el uno en el otro.
El sexto sello nos lleva evidentemente al final del tiempo; porque habla de las señales en el sol y la luna y las estrellas (6:12,13), que el Señor asocia con Su presencia personal (Mateo 24:29. Vea Joel 2:28, 31, donde se le denomina como “el gran y terrible día del Señor”, como si fuese el culminar de todo el periodo conocido como “el día del Señor.”). El sexto sello se le llama “el gran día de Su ira” (6:17), y las señales en el cielo son el gran escenario final (6:14) como está descrito en 2ª Pedro 3:10.   
Si esto es así, entonces estos primeros seis sellos están muy separados, definitivamente, del séptimo; y el silencio que se hace en el cielo a seguir a la apertura del séptimo indica una pausa.
Los seis sellos nos presentan un resumen preliminar de los juicios, que cubre todo el periodo; el sexto nos guía o conduce a un final en  la inminente venida de Cristo; o, dicho de otra manera, al final del capítulo 18. 
Tenemos todas las razones posibles para creer que “el día del Señor” será un periodo prolongado. No debe estar limitado a los “siete años”, como se supone generalmente. El tiempo que transcurrirá entre la venida del Señor en el aire para reunir a Su Iglesia, y Su venida sobre la Tierra con Su Iglesia, en poder y gran gloria, deben corresponder a los treinta y tres años que transcurrieron entre Su aparición en Belén (Miqueas 5:2) y Su venida  en Jerusalén (Zacarías 9:9). Todos los acontecimientos entre estas dos, decimos que constituyen Su “primera venida”. De la misma manera, todos los acontecimientos descritos en este Libro, que tendrán lugar entre Su venida “por” y Su venida “con” Su Iglesia, podemos llamarles “Su segunda venida” o “el día del Señor”. (Vea El CARACTER DEL ADVIENTO DE CRISTO).
Estos acontecimientos deben ocupar un periodo similar de treinta y tres años por lo que sabemos; y si sumamos a estos los siete años de la última semana de Daniel obtenemos un periodo de cuarenta años.
Sabemos que en Mateo 24:4-6, en respuesta a la primera pregunta de los discípulos, “¿Cuándo serán estas cosas?,” es decir, cuando iría a ser destruido el templo, el Señor categóricamente añade: “aun no es el fin (telos).”
Y entonces continua y responde a la segunda pregunta, ¿Qué señales habrá de tu venida, y de la Sunteleia de las edades?” (Versículo 3). Él describe cuatro de estos sellos (vers. 7), y añade “y todo esto será principio de dolores.”
Todo esto establece a estos primeros sellos como el “principio” de la Sunteleia del “día del Señor” – Este principio se debe extender durante algunos años antes de que la propia Gran Tribulación venga.
Así que estos seis sellos son nuevamente separados del séptimo.
Ahora vamos a dar la primera Visión, E1, 6: 1- 7: 8, mostrando los acontecimientos en la Tierra, en su totalidad.
Podremos observar que están divididos entre dos temas principales: los perseguidores y los perseguidos; Aquellos que se encuentran del lado del Anticristo (B1 y B2); y los que sufren (A2), o están inmunes de sufrir (A3), por rehusarse a adorarle, etc.
Notaremos también cuán perfectamente corresponde Mateo 24 con la primera escena en la tierra – todo el sumario de la Sunteleia y el Telos. (Vea LAS PROMESAS A LAS SIETE ASAMBLEAS - Pág. 61 y siguientes)
E1, 6: 1 – 7: 8.  EL Sexto Sello y los Sellados
E1 | A1 | 6: 1, 2.  El Falso Cristo que sale para hacer guerra contra los santos. (Primer Sello) Mateo 24:4,5. 
B1 | 6: 3-8. Juicios contra él y sus seguidores. (Segundo, tercero, y cuarto Sellos). Mateo 24:6,7.
            A2 | 6: 9-11.  Los efectos de la Guerra con los santos. Su martirio. (Quinto Sello). Mateo 24:8-28
            B2 | 6: 12-17.  Juicios sobre él y sus seguidores (sexto Sello) Mateo 24:29-30. Y pregunta, “¿Quién podrá sostenerse en pie?”
        A3 | 7: 1-8. Respuesta a la Pregunta, sellando a los 144.000 capacitándoles para estar firmes en el juicio (Mateo 24:31). 
Queremos que nuestros lectores entiendan claramente nuestra sugerencia acerca de estos Sellos. Los hemos separado de las Trompetas y Copas, que aparecen continuamente una vez que comienzan. Esto se observa por el hecho, como hemos visto anteriormente, de que, las dos últimas Trompetas y la primera Copa están unidas y juntas como siendo los “tres Ayes”. Están así señaladas de forma consecutiva.   
Los Sellos, sin embargo, nos sentimos inclinados a aceptar, por los acontecimientos bajo el sexto sello,  que corresponden a un sumario de TODOS los juicios Divinos que tendrán lugar en el Día del Señor: incluyendo la totalidad de la Sunteleia, “la Tribulación”, y que nos llevan hasta el Telos o fin, - los últimos “siete años”, y “el gran día de Su ira”. Así que cubren la totalidad del periodo en líneas generales. Después del último Sello hay una pausa, señalada por un “silencio en el cielo”, y nos vuelve dar más detalles acerca de estos juicios – comenzando, podríamos decir de nuevo con las Trompetas. Después de la última Trompeta no existe una tal pausa, ningún “silencio en el cielo” o en la tierra, sino que la última trompeta lleva consigo y contiene y desarrolla los juicios finales de las siete Copas, que acaba con los misterios o propósitos secretos de Dios; porque, en Ap.10:7 leemos que, “en los días de la voz del séptimo ángel, cuando él comience a tocar la trompeta, el misterio de Dios se consumará, como él lo anunció a sus siervos y profetas”. La séptima Trompeta se expande en las siete Copas, y estas acaban con la destrucción final de Babilonia, que cierra las escenas de los juicios terrenales. 
Ahora vamos a dar un resumen de los cuatro primeros Sellos A1 y B1, 6:1-8:
A1 y B1, 6: 1-8.  Los Cuatro Sellos.
A1 & B1 | a | 6: 1, 2. El Primer Sello. Caballo Blanco. El que lo monta con un arco, (Mateo 24:-5)
                        b | 6: 3, 4. El Segundo Sello. Caballo Rojo. Guerra (Mateo 24:6,7-)
                 a | 6: 5, 6.  El Tercer Sello. Caballo Negro.
Hambruna. El que lo monta con una balanza en su mano (Mateo 24:-7- ).
                        b | 6: 7, 8. El Cuarto Sello. Caballo Amarillo. Peste. (Mateo 24-7-).

A1 (6: 1, 2) El Primer Sello
6:1. Vi cuando el Cordero abrió uno de los siete* sellos, y oí a uno de los cuatro Zoa decir: ¡Ven!**
* Así traducen G.L.T.Tr.A. WH. y RV.
** Las palabras “y mira” deben ser omitidas de acuerdo a G.L.T.Tr.A. WH. y RV.
2. Y mire, y he aquí un caballo blanco; y el que lo montaba tenía un arco, y le fue dada una corona ((...) stephanos), una corona de triunfo), y salió venciendo, y para vencer] Si interpretamos estos Sellos por las palabras de Cristo en Mateo 24, donde está describiendo este mismo tiempo en respuesta a las preguntas de sus discípulos, no tendremos dudas en cuanto a su significado y realidad. Sus primeras palabras relatan a los falsos Cristo que aparecerán como una señal cuando estas cosas sucedan (esto, es, cuando el Templo fuese destruido). Y así sucedió; pero esto fue simplemente el preludio de lo que sería lo que señaló siendo “el principio de dolores”. Comenzarían, no por muchos “falsos Cristos”. Sino por solamente uno, que aparecerá y dirá:
“Yo soy el Mesías,
Y engañará a muchos”
 (Mateo 24:5). Este primer Sello, por tanto, debe señalar la primera aparición de este Falso Cristo. Este es el silencio secreto preliminar ligado a su aparición. En Ap. 13 se nos dan detalles posteriores acerca de lo mismo, donde está expresamente dicho que “se le permitió” hacer guerra contra los santos y vencerlos, y que se le dio autoridad sobre toda tribu, pueblo, lengua y nación, y la adoraron todos los moradores de la tierra cuyos nombres no estaban escritos en el libro de la vida del Cordero que fue inmolado desde el principio del mundo” (Ap. 13:7,8). Es imposible separar todo esto del que monta al caballo blanco (en 6:1,2), porque sobre él leemos de igual manera que “le fue dada” una corona de victoria para vencer. Si el Cordero que abre el sello fuese este efecto producido por la apertura, y al mismo tiempo ser aquel que monta un caballo blanco, entonces no podemos entender nada. Pero si, por otro lado, vemos en este que lo monta una imitación del “fiel y verdadero” Mesías cuando aparezca en un caballo también blanco para realmente vencer, como se describe en Ap. 19:11, entonces, veremos con naturalidad que el falso y engañador Mesías aparezca de una manera similar y calculada para “engañar a muchos” Una curiosa manera de interpretarlo mal, describe primeramente a los Zoa como parte de la Iglesia, y después hace que el jinete del primer Sello sea Cristo; ¡haciendo así que un miembro de la Iglesia le de la orden a Cristo que aparezca para ejecutar su poderoso juicio! Pero qué sencillo es, teniendo en cuenta las palabras de Mateo 24 como la llave, dejar a un lado a los Zoa, y confinarlos como seres celestiales o espirituales especialmente interesados en el juicio venidero sobre la tierra, y dándole autoridad al Falso Cristo de aparecer y de ser “revelado en su tiempo”, igual que Cristo le dijo a Judas, “Lo que vas a hacer, hazlo más pronto” (Juan 13:27). Todos los demás caballos son caballos de juicio: ¿Para qué iríamos inconsistentemente a quebrar esta uniformidad e iríamos a separar uno de los Jinetes  tomándolo como Divino y a los demás como humano? ¿Cómo sería posible comprender que uno apareciese en gracia, y los demás en juicio?   
Las descripciones de la trayectoria del Anticristo en otras Escrituras coinciden plenamente con esto. Será erguido y reconocido por todos los moradores que haya sobre la tierra. Su principio es “Paz”, pero su deseo íntimo es el dominio universal, que finalmente adquirirá. Cuando su caída haya llegado, el comentario de los que la contemplen será: - “¿Es este aquel varón que hacía temblar la tierra, que trastornaba los reinos; que puso el mundo como un desierto, que asoló sus ciudades” (Isaías 14:16,17). En Daniel se dijo que  “Su poder se fortalecerá… y causará grandes ruinas” (Daniel 8:24) y que “Extenderá su mano contra las tierras” (Daniel 11:36,42).
En cuanto a la Orden, que obedece “y salió,” muestra que el verbo (…) (erchomai) venir o ir,  debe ser tomado en el sentido posterior, “¡Fue!” O entonces la ocurrencia del verbo sería “Vino”. La comisión “que se le dio” concernía a la guerra, así como lo explica el segundo sello. Los Caballos están asociados especialmente con la guerra. Vea Job 39:19, 25; Proverbios 21:31 (“el caballo se prepara para el día de la batalla”). Así también Salmos 76:6; Zacarías 9:10; 10:3; Jeremías 6:23; Isaías 43:17. Pero porque el jinete del caballo blanco en Ap. 19 sea Cristo, eso no quiere decir, ni es razón para que el jinete aquí de este caballo en el cap.6 también lo sea, especialmente una vez que en este mismo versículo lo tenemos representado como un Cordero, que abre el sello para que este caballo blanco sea enviado.   
No tendremos ningún problema en mostrar que este caballo blanco no es el Imperio Romano, como algunos afirman; o propiamente Roma, como el Sr. Eliott cree. Ni nada puede hacerle suponer a nuestros lectores que el “Arco” en la mano del jinete simbolice la isla de Creta. No precisamos tener un conocimiento de los autores Clásicos o de Historia para entender este Libro; pero si necesitamos un conocimiento de la Escritura; y claro está, de sentido común.  
 El Segundo Sello (6:3,4).
6:3. Y cuando abrió el Segundo sello, oí al segundo Zoon que decía: ¡Ven! * 4. Y salió otro caballo, bermejo; y al que lo montaba le fue dado poder de quitar de la tierra la paz, y que se matasen unos a los otros; y se le dio una gran espada] El hecho de que esto se relaciona con toda la tierra, y no meramente con el Territorio, se determina por la referencia hecha por nuestro Señor al sujeto o tema del segundo sello , en Mateo 24:6,7: “Y oiréis de guerras y rumores de guerras…porque se levantará nación contra nación”. Estas palabras, acopladas con el segundo sello, señalan un enfrentamiento general entre las naciones en el proceso de absorción dentro del reino universal del Anticristo. En Ezequiel 38:21, está escrito: “Y en todos los montes llamaré contra él la espada dice Jehová el Señor; la espada de cada cual será contra su hermano.” Jeremías 25 habla de este segundo sello; cuando Dios tenga su confrontación con las naciones; Lea desde el vers.15 al 33, y observe el vers.29: “porque espada traigo sobre los moradores de la tierra, dice Jehová de los ejércitos…porque Jehová tiene juicio contra las naciones; entregará los impíos a la espada, dice Jehová” (vers.31). También contra Israel vendrá la espada, “Traeré sobre vosotros espada vengadora en vindicación del pacto” (Levítico 26:25-33). La “espada” es uno de los “cuatro terribles juicios” de Dios enviados sobre la tierra (Ezequiel 14:13-21).     
* Omiten "y vé" G.L.T.Tr.A. WH. y RV.
“Y se le dio”. Debemos notar bien estas significativas palabras. Se refieren al primer jinete del caballo blanco; y similarmente a todos los juicios. Todos se iniciaron desde el trono. Sucederá, como sucedió en otro periodo de la historia de Israel en los días de Asa, “En aquellos tiempos no hubo paz, ni para el que entraba ni para el que salía, sino muchas aflicciones sobre todos los habitantes de las tierras. Y una gente destruía a la otra, y una ciudad a otra ciudad, porque Dios los turbó con toda clase de calamidades” (2ª Crónicas 15:5,6). Un tiempo igual describe Josefo (Guerras, Libro 2. 18.2, 1,5). Nada nuevo es referido en este segundo sello. La totalidad del cap. 7 de Miqueas debe ser leída. Es demasiado largo como para referirlo ahora aquí. Pero debemos citar Daniel 11:33: “Y los sabios del pueblo instruirán a muchos; y por algunos días caerán a espada y a fuego, en cautividad y despojo”. Ciertamente tenemos en estas escrituras la explicación, suficientemente del segundo sello; y no parece concordar con interpretaciones tales como la ofrecida por el Sr. Eliott cuando dice que el segundo equitador simboliza los pretorianos perfectos de Roma. Sobre este fundamento, pareciera que la espada le fue “dada” por el Emperador Romano, ¡teniendo por objetivo la preservación de la paz y no con el objetivo de quitar la paz de sobre la tierra, como aquí se declara!
Será bueno añadir que hasta después del tercer siglo esto no fue considerado como que ya había sido ya cumplido ni cubierto por acontecimiento histórico alguno. Así lo establece Origen en su Comentario sobre S. Mateo (Cap. 24.)
El Tercer Sello (6:5,6).
6:5. Cuando abrió el tercer sello, oí al tercer Zoon que decía: ¡Ven! * Y mire y he aquí un caballo negro; y el que lo montaba tenía una balanza en su mano. 6 Y oí una voz de en medio de los cuatro Zoa que decía:
    Dos libras de trigo por un denario,
    Y seis libras de cebada por un denario, pero no dañes
    el aceite ni el vino”]

* Omiten "y mira," L.T.Tr.A. WH. y RV.
** Así traducen L.T.Tr.A. WH. y RV.
Este es el juicio próximo mencionado por el Señor en Mateo 24:-7-, y habrá pestes y hambres: eso es lo que el caballo “negro” denota. (Vea Lamentaciones 4:4-8; 5:10; Jeremías 14:1,2). En los primeros tiempos era así como Dios se refería al hambre. Vea 2ª Reyes 8:1. Así también en profecía. Hageo 1:11; 2:16, 17; Jeremías 16:4.
La “balanza ha sido traducida por algunos “yugo”; y como los yugos son generalmente cargados por bueyes, y no conducidos por las manos del jinete, ¡los comentadores lo hacen un yugo espiritual y un hambre espiritual! Y así nos dejan estos comentaristas preguntándonos, ¿!qué tiene que ver un hambre espiritual con pesos y medidas y con el precio del trigo y de la cebada!? Nosotros preferimos antes la evidencia tan simple del significado de las palabras. El pan “por medida” siempre denota escasez. Cuando Dios describe, a través de Ezequiel, el hambre durante la siega de Jerusalén, Él Mismo dice, “La comida que comerás será por peso… y beberán el agua por medida.” (Lea Ezequiel 4:10, 16,17). Esto es exactamente lo que declara la misteriosa voz que sale en medio de los Zoa. La hambruna puede ser que venga por cusas secundarias, pero la primera causa de esta hambruna proviene “del trono”. La medida es conocida de antemano: “Dos libras de trigo por un denario.” Sabemos por Mateo 20:2,9 que un denario era el salario de un día de trabajo; y además sabemos que una libra de trigo era la ración diaria para un esclavo (Odiss. 19:27, 28; Atenas.3:20; Herod.6:57; 7:187,231; Xen. Anab. 1:5,6; Thucyd. 4:16).
El precio habitual de una libra era 1/8 de un denario; así que el trigo, aquí, en esta hambruna, tendrá ocho veces su valor habitual. Se nos dice que un denario podría comprar 16 libras de trigo en el tiempo de Cicerón, y 20 en los tiempos de Trajano. Entonces habrá una gran escasez, por tanto, cuando un denario solamente pueda comprar una.
Hambrunas literales a menudo han sido predichas, y han sucedido, desde Génesis en adelante (2ª Reyes 6:25; 7:1; Hechos 11:28). ¿Por qué no sería también literal esta hambruna en Apocalipsis? Y sin embargo los intérpretes parecen estar determinados a tomarla por cualquier cosa excepto por una hambruna literal. Algunos, como ya hemos referido, hacen de ella una errada aplicación espiritual de Amós 8:11,12. “No dañes el aceite ni el vino” es literal; y el Señor mismo, hablando del comienzo de estos días tan sombríos, dice, “habrá hambrunas”. El grano, el aceite, y el vino son tres palabras que generalmente aparecen juntas para dar la idea de abundancia (Vea Deuteronomio 11:14; 28:51).    
El Sr. Eliott, en su Horae Apocalyticae (Tiempo Apocaliptico), la ha tomado con los requisitos de historia, y dice “no hay nada correspondiente con una era tal de hambruna” (vol.1; pág.149). Más de uno debe haber pensado, por tanto, que lo mejor sería abandonar la interpretación histórica. ¡Pero no! La historia debe sobreponerse, y la Escritura (la voz proveniente del Trono) debe sujetarse a lo que diga. Así que el Sr. Elliot primero insiste en  otra libra de mayor peso; pero por fin, viendo que eso no tiene fundamento posible, muda de opinión en una tercera edición de su comentario, ¡y se refugia ahora en un denario de “menor valor” o “denario adulterado”! Ahora dice actualmente, “Yo no era consciente de esta adulteración cuando imprimí mis dos primeras ediciones, y por eso me basé en una libra de más peso y más rara, para responder a lo que se declara del precio en el profecía.” Admiramos el candor e infantilismo de esta confesión, pero condenamos el principio de interpretación que precisa y requiere. Nosotros preferimos las palabras de nuestro Señor más simples, ¡“Habrá hombres” (Mateo 24:7)! Esta postura jamás precisará de rebuscar que sirva para ataduras o resortes para otras interpretaciones.   
            El Cuarto Sello (6:7,8).
6:7. Cuando abrió el cuarto sello, oí la voz del cuarto Zoon, que decía: ¡Ven! * 8. Y mire, y he aquí un caballo Amarillo, y el que lo montaba tenía por nombre Muerte, y el Hades le seguía; y le fue dada potestad sobre la cuarta parte de la tierra, para matar con espada, con hambre, con mortandad (pestes), y con las fieras de la tierra] Este es el resultado de la apertura del Cuarto Sello; y es el cuarto juicio mencionado por nuestro Señor en Mateo 24:7, “pestes”.
* Omiten  "y ve," L.T.Tr.A. WH. and RV.
Aunque la palabra en el Griego aquí es (…) (thanatos) mortandad, se toma, por la fig. literaria Metonimia, por la causa la muerte, que es con la peste. En la O.T. es la Septuaginta traducida por (…) (Dever) destrucción, esto es, plagas y pestes, que causan la muerte. Aparece unas treinta veces, tal como en 1ª Reyes 8:37; Jeremías 14:12; 21:7. A la plaga oriental que se extendió en Europa en el siglo 14 la denominamos “la muerte negra” por la misma Figura.
“Pestes”, así personificada, es seguida por la sepultura (Gr. Hades), también personificada. Las dos palabras aparecen juntas debido a que la segunda depende de la primera. Vea 1:18; 6:8; 20:13; 1ª Corintios 15:55; e Isaías 27:15, 18. El Hades le sigue en el tren de la Muerte, porque la Muerte acaba en la Sepultura. Por eso se les da la autoridad juntándolas.
La tradición se enreda en la oscuridad cuando todo está tan claro. ¿Qué es lo que viene después de la muerte? Con toda seguridad, es la sepultura. En el cap. 20:13 leemos (“Y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos”, es decir, los muertos en poder de ellos fueron vivificados. El Hades es el lugar que encierra a los muertos; y Cristo, quien resucita a los muertos, por tanto se dice nos dice que tiene las llaves del Hades, o sepultura. La palabra Hades sucede once veces en el Nuevo Testamento, y en ninguna de las dejaría de ser apropiada la traducción sepultura.* Siendo que, sepultura, (a través de la Metonimia) no se toma por una sola sepultura; sino como teniendo en vista las sepulturas todas en su totalidad; o entonces, como podíamos llamarla el dominio de la Sepultura. El objetivo o comisión de la “Mortandad” tiene relación con “el principio de dolores” en Mateo 24:8, donde tanto allí como aquí se dicen ser: “guerra, hambres y pestes.” Estos son los agentes  que la “Mortandad” (personificada) utiliza; y estos agentes son seguidos naturalmente por el común resultado: la sepultura.
*Mateo 11:23 Hasta el hades (la sepultura) serás abatida.
Mateo 16:18 Y las puertas del Hades (sepulcro) no prevalecerán.
Lucas 12:5 tiene poder para echar en el infierno (sepultura).
Lucas 16:23 y en el hades (la sepultura) alzó sus ojos.
Hechos 2:27 no dejarás mi alma en el Hades (la sepultura).
Hechos 2:31 su alma no fue dejada en el Hades (la sepultura).
1ª Corintios 15:55 ¿Dónde está sepulcro tu victoria?
Apocalipsis 1:18 las llaves de la muerte y del Hades (sepulcro).
Apocalipsis 6:8 Muerte, y el Hades (sepulcro) le seguía.
Apocalipsis 20:13,14 la muerte y Hades (el sepulcro).
Las “fieras de la tierra”  traen consigo otros agentes, porque comen los cadáveres de los cuerpos muertos, y asaltan a los que están indefensos (Números 21:6; Ezequiel 33:27; Levítico 26:22; Deuteronomio 22:24; Josué 24:12; 2ª Reyes 17:25; 2:24; Ezequiel 14:21; Jeremías 5:6; Isaías 30:6*). Estas tres – “espada, hambres y pestilencias”, aparecen una al lado de las otras frecuentemente (Jeremías 14:12; 21:7; 24:10; 44:13; Ezequiel 6:11,12; 5:12, etc.); y juntas, como aquí, a las “fieras de la tierra, tal como en Ezequiel 14:21. Las tres se le ofrecieron a David en 1ª Crónicas 21:12.    

            *El opuesto de esto está prometido como parte de la futura bendición sobre la tierra. Isaías 11:7, 9; Ezequiel 34:25.
El significado de estos tres Sellos nos parece que es muy sencillo y está muy claro. Son la expansión de la breve declaración que hizo nuestro Señor mismo en Mateo 24:7 que muestra lo que vemos aquí, “el principio de dolores”. En otras palabras, las guerras con sus consecuencias naturales, hambres y plagas, y a las bestias rabiosas se les habrá mandado comenzar el asalto en la parte de la tierra donde Satanás reunirá sus ejércitos.
Cuando estos tres juicios sucedan, entonces tendrán lugar otros del Señor provenientes de Sus ejércitos reservados para esta hora. No será antes del  sexto sello, el cual, como ya vimos, nos transporta más adelante, hacia el tiempo del final de las lamentaciones, que los hombres harán suyos estos juicios y maneras de proceder de Dios como autor de ellos
Debemos volver a repetir aquí que, ninguno de estos Sellos ha sido abierto todavía. Ni podemos señalar un solo periodo de la historia en el cual estos “cuatro juicios” hayan estado en operación simultáneamente sobre la extensión  aquí definida “la cuarta parte de la tierra.”
La descripción de Gibbon* del reinado de Justiniano, alrededor de 550 D.C., muestra como posiblemente será  tener una tan desoladora escena de juicio.
* Vol. 6: p. 331.
El Quinto Sello (6:9-11).
El quinto Sello se encuentra señalado y separado de todos los demás. Permanece solo, dándonos otra perspectiva del cuadro. El primer Sello muestra la gran compañía u organización empleada por Satanás como el líder terrenal de la porción terrenal de sus huestes reunidas. La acción de estas fuerzas Satánicas es asumida por los tres próximos Sellos (el segundo, tercero y cuarto), una vez que son dirigidas contra las fuerzas enemigas de Satanás.
En este conflicto terrenal solo puede haber sufrimiento y martirio para todos aquellos que en la tierra sostengan y mantengan el testimonio de la Palabra de Dios, es decir, aquellos que adhieran a la verdad especifica y comunicada en este libro y sus contenidos, como está definido en 1:2, 9; 12:17. En el cap. 20:20 se nos explica posteriormente que estos son los que no adoran a la Bestia ni reciben su marca en sus frentes.    
Las dos grandes fuerzas se ven entabladas en hostilidades; las huestes enemigas se encuentran cara a cara; y aquellos que están del lado del Señor sufren las consecuencias.
Por tanto, en el quinto Sello, tenemos este episodio introducido para dar el cuadro completo, y dar todas las caras o perspectivas del gran conflicto.
Los cuatro primeros Sellos están conectados entre sí porque cada uno comienza con una locución de los cuatro Zoa, y la aparición de un jinete.
Los tres restantes por tanto están así señalados como una serie separada.
La primera serie de cuatro tiene que ver con el hombre como tal. En la primera de la segunda serie tenemos a los santos del Altísimo.
El orden de la gran profecía del Señor (Mateo 24) también es muy cercanamente seguido así. En los versículos 6-8 había estado hablando de (1) guerra, (2) hambres y (3) pestes “el principio de dolores”; y entonces en el versículo 9 continuó él diciendo “ENTONCES os entregarán a tribulación, y os matarán, y seréis aborrecidos de todas las gentes por causa de mi nombre”. Estas palabras de nuestro Señor (vers. 9-28) son la llave para el quinto sello.    
A2, 6: 9-11.  El Quinto Sello. 
A2 | c | 9.  Los Mártires bajo el Altar. Descripción.
            d | 10.  Sus clamores.
        c | 11-.
Los Mártires bajo el Altar. Donación.
            d | -11.  La respuesta a sus clamores.
c. 6:9. Los Mártires bajo el Altar. Su Descripción.  
6:9. Cuando abrió el quinto sello vi bajo el altar las almas (siendo que almas se pone por la figura sinécdoque por personas. Ver notas aparte) de los que habían sido muertos por causa de la palabra de Dios y por el testimonio que tenían] todo el misterio desaparece cuando sencillamente tomamos la palabra “almas” aquí por “personas” por la figura Sinecdoque. Por esta figura una parte es puesta por la totalidad. Esto se denomina “Sinecdoque de la parte”. Por ella, la cabeza se pone por el hombre en sí (Salmos 3:3; 7:16; 66:12; Proverbios 10:6; Isaías 35:10). La cara o rostro se pone por el hombre en sí, Génesis 3:19; 19:21; 2ª Samuel 17:11; 1ª Reyes 2:16; 10:24 etc. El ojo se pone por toda la persona, Génesis 3:19; 19:21; 2ª Samuel 17:11; 1ª Reyes 2:16; 10:24 etc. Así también la boca Proverbios 8:13). El vientre (Romanos 16:18; Filipenses 3:19). El corazón también (Génesis 31:20; Lucas 21:34, etc.) El pie (Proverbios 1:16; 6:18; Isaías 53:7; Romanos 3:15). De igual manera la mano; nosotros ponemos la “mano” por la totalidad de la persona cuando hablamos de “la mano de obra” empleada. “Cuerpo” se pone por persona, especialmente en el caso de los esclavos, Éxodo 21:3; Ap. 18:13. Creemos que esta es la misma figura que se emplea aquí en Ap. 6:9. “Alma” se pone generalmente por persona. Cuando decimos que la población consiste de tantas almas (en ingles), no queremos decir “alma” en vez de cuerpo, sino que hablamos de muchas personas. En Génesis 12:5 leemos (en la versión inglesa) de “las almas que salieron de Haran.” En Génesis 14:21 (vers. Inglesa), el Rey de Sodoma dice “Dame a las almas (esto es, los cautivos), y toma para ti los bienes.” En Génesis 17:14 (vers. Inglesa) “aquella alma (es decir, aquella persona) será cortada de su pueblo.” Y también, muy frecuentemente, tenemos “el alma del que pecaré morirá.” La palabra “alma” es frecuentemente utilizada hablando de una persona*, y es así como se traduce.      
*Vea Génesis 46:15, 26,27; Éxodo 12:19; 16:16. Levítico 5:2, 4. Josué 20:3. Ezequiel 18, 4:20. Lucas 6:9.Hechos 2:41,43; 7:14. Romanos 13:1. 1ª Pedro 3:20.
La palabra (…) (psuche) no tiene un significado fijo como el que se le ha dado por la teología y la tradición. Aparece 105 veces en el Nuevo Testamento, y se traduce (en la Biblia en ingles) vida, 40 veces; alma, 58 veces; mente, 3 veces; corazón una; de corazón una (Colosenses 3:23); con (…) (humon) vuestras, una vez (2ª Corintios 12:15); y con (…) (hemon) una (Juan 10:24).
Así, pues, no hay ningún motivo para adherirse a la traducción tradicional, “alma”, en este pasaje como denotando una parte del hombre. Las palabras significan simplemente “Yo vi aquellos que se les había dado muerte”. Juan también escuchó lo que dijeron. Para hablar se requieren los órganos vocales. Es necesaria la lengua. Los órganos vocales son indispensables para pronunciar las palabras. Estos eran los santos mártires personificados y representados aguardando. Ellos mismos fueron muertos; porque en Apocalipsis 20:4, Juan los vuelve a ver, y dice “y volvieron a vivir” en la primera resurrección. “El resto de los muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años” (Ap. 20:5). ¿Por qué iría a decir “no volvieron a vivir” si, todo el tiempo, hubiesen estado vivos en algún otro lugar? Además, ¿cómo podrían las “almas” vestirse de indumentarias blancas? Pero si psuche aquí se pone por personas, entonces todo se vuelve claro. Juan pudo verlos, y oírlos, y ver lo que les fue otorgado, y lo que se hizo con ellos individualmente. Aun de acuerdo a la creencia popular, el “alma”, como tal, no puede ser vista. No es verdad que pueda existir algo como el alma material, que podamos decir sin los órganos vocales corporales.  
 “Lo que Juan ve es una visión que tenía como objetivo instruirle; igual que la parábola de Jotam instruyó a los hombres de Israel cuando representaba árboles hablando.
Además, las palabras “suyos” le dan una fuerte connotación. La palabra griega no la define así. Juan ve a los santos mártires al pie del altar de las ofrendas. No está viendo víctimas animales, sino seres humanos. Igual que a sacrificios, a ellos se les había dado muerte debido a sus testimonios. No sacrificados para expiación, sino por devoción. Se les denominó “ofrendas de libaciones”; y el verbo (…) (spedomai) se utiliza hablando de un derramar la ofrenda. Vea Filipenses 2:17; y 2ª Timoteo 4:6. 
La condición aquí como muertos está puesta en claro contraste con su condición posterior de resucitados. Apocalipsis 20:4 muestra que en 6:9 ellos no podían estar reinando con Cristo hasta que “viviesen de nuevo”. Hasta entonces deberían aguardar, como la respuesta que recibieron a sus lamentaciones y clamores les declara. Y así ahora llegamos a:
d., 6:10 Sus clamores 
6:10. Y clamaron a gran voz (como se dice que clamó la sangre de Abel), diciendo:
         “Hasta cuando, Señor (Soberano Señor, en la versión en inglés)
           Santo y verdadero]

 (3:7. 1ª Juan 5:20). La palabra aquí traducida por “Señor” en AV. Y por “Maestro” en RV., es una palabra muy significativa. Nunca se utiliza en las Epístolas a la Iglesia. La palabra griega es (…) (Despotes), de donde obtenemos nuestra palabra Déspota*. Sería muy difícil hacer encajar aquí esta palabra; y es preferible “Soberano Señor” como significando un más alto mérito que el de “Maestro” meramente de la RV., y denotando el gran y soberano juez de toda la tierra. Un cuidadoso estudio de los pasajes donde aparece este Título no solo nos dará más luz en estos pasajes; sino que también nos servirán para mostrar que nosotros no tenemos nada que ver aquí con esta Iglesia, ni con ningún verdadero martirio Cristiano; sino, con una especial y definida clase de mártires, a los cuales, en los días de la gran tribulación, les será otorgado un peculiar Testimonio y sufrirán un peculiar Martirio. El otro título “Santo y Verdadero”, se utiliza en 3:7, y le pertenece especialmente a Dios en relación con el pacto de Su pueblo. (Salmos 89:28, 34,35. Isaías 55:3).     

            *Aparece diez veces en el Nuevo Testamento. Cinco veces se traduce (vers. En inglés) como Amo o Maestro (1ª Timoteo 6:1,2. 2ª Timoteo 2:21. Tito 2:9. 1ª Pedro 2:18); y cinco veces se traduce Señor (Lucas 2:29. Hechos 4:24. 2 ª Pedro 2:1. Judas 4. Ap. 6:10).
La Iglesia de Dios en este día de gracia, ni hace ni puede hacer clamores por venganza. De hecho, se nos enseña expresamente que no lo hagamos (Romanos 12:19). Es evidente que estas palabras no son apropiadas para esta presente administración en la cual vivimos y tenemos que amar a nuestro próximo como a nosotros mismos, y no clamar por venganza sobre ellos. ¡No! Pero estos mártires se hallan en una muy distinta administración; en la cual estos clamores por venganza serán completamente apropiados y en armonía. A través del uso del título Soberano Señor, ellos poseen  todo el derecho de utilizar estos clamores como Él quiere, y para hacer lo que le plazca arriba en el cielo y también sobre la tierra.
        No juzgas y vengas
        Nuestra sangre en los que moran en la tierra "]
(Oseas 4:1). Este clamor es, como hemos dicho, apropiado para la Dispensación venidera, así como lo fue en la pasada. (Vea Salmos 13:1,2; 79:5, y muchos otros Salmos). De hecho, el Cántico de Moisés finaliza con la segura y cierta bendición en la cual se basa este clamor de fe (Deuteronomio 32:43):
“Alabad, naciones, a su pueblo;
Porque Él vengará la sangre de sus siervos
Y tomará venganza de sus enemigos
Y hará expiación por la tierra de su pueblo.”
Igual que Él vengó la sangre de Sus “siervos los profetas” en los tiempos de Acaz y Jezabel (2ª Reyes 9:7). Cuando ésta presente administración de gracia termine, entonces este clamor será consistente con la posición de aquellos que lo pronuncien. Debemos recordar este gran principio, y dividir correctamente las Dispensaciones en cuanto a sus naturalezas y caracteres.   
En Lucas 18:1-8 tenemos una palabra profética que no podremos entender si la interpretamos de la Iglesia de Dios; sin embargo no solamente está perfectamente claro, si la dividimos correctamente en cuanto a su carácter dispensacional, sino que además nos sirve de ayuda para que podamos comprender mejor este quinto sello.
Es el clamor de Israel representado como si fuese el de una “viuda”. ¡Esta no puede ser la Iglesia! Sino que es el título apropiado para Israel en una cierta y determinada condición (Isaías 54:4,5. Lamentaciones 1:1). El clamor, “Véngame de mis adversarios”, no puede ser utilizado por ningún hijo de Dios, ahora.
El corte en nuestros capítulos divide la cercana conexión entre Lucas 17 y 18 y separa la parábola en Lucas 18:1-8 de la venida del reino referida en Lucas 17:20 hasta el final. La sección comienza (Lucas 17:20) con la pregunta de los fariseos acerca de “¿Cuándo vendrá el reino de Dios? El Señor responde: “El reino de Dios no vendrá (dicho con hostilidad) con advertencia (tal como vosotros practicáis. Vea el uso del verbo, Lucas 6:7. Marcos 3:2. Lucas 14:1. Hechos 9:24). Ni dirán: Helo aquí, o helo allí; porque he aquí el reino de Dios está entre (en medio de) vosotros (por medio de la persona del rey. ¡ No puede ser hasta que el corazón de sus enemigos hayan antes procurado sus vidas!)
El Señor continua hablando de la venida del Hijo del Hombre hasta el final del capítulo, comparándolo con los juicios de Sodoma y Gomorra, y conectándolo con el final mismo de la Tribulación, como en Mateo 24:27, “Porque como el relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así será también la venida del Hijo del Hombre. Porque dondequiera que estuviere el cuerpo muerto, allí se juntarán las águilas”. (Vea Job 39:30).
Entonces el Señor continua, en Lucas 18:1-8, describiendo la posición de Sus siervos durante aquellos terribles días, y los define como siendo días de aguardar y de orar. Sus clamores por venganza son casi idénticos con aquellos que escuchamos en el quinto sello. Él dice, con respecto a aquellos días, que “debían orar continuamente sin desmallar” porque sus deseos no serían inmediatamente cumplidos (Lucas 17:22).
Pero ahora observe la Parábola en sí. “Había en una ciudad (Jerusalén, Ap.11 (Isaías 1:10). Ezequiel 16:26, 46; 20:7), un juez, que ni temía a Dios, ni respetaba a hombre; Había también en aquella ciudad una viuda”. La viudez es la condición de Israel. Por eso el grueso de las naciones puede decir, igual que Babilonia, “Yo estoy sentada como reina, y no soy viuda” (Ap.18:7), Dios habla de ella en su verdadera condición desolada. El enemigo de la viuda no puede ser otro que el Anticristo, que perseguirá a este remanente en Jerusalén. Tenemos el clamor en Salmos 79:1-3:
“Oh Dios, vinieron las naciones a tu heredad:
Han profanado tu santo templo;
Redujeron Jerusalén a escombros.
Dieron los cuerpos de tus siervos por comida a las aves de los cielos.
Las carnes de tus santos a las bestias de la tierra.
Derramaron su sangre como agua en los alrededores de Jerusalén
Y no hubo quien los enterrase.”                                                                                         
Esto está claro que se refiere a Ap. 11. Y entonces viene la apelación lastimera del vers. 5.
“¿Hasta cuándo, oh Jehová estarás airado para siempre?
¿Arderá como fuego tu celo?”
La totalidad de este Salmo (79) debe ser leído en esta conexión así como otros Salmos, tales como el 10 y el 11; 54:5; 55:9; 94; 143:12, etc. Vea también Isaías 63:15, etc., y 64. Es curioso notar, cómo, después de que el Señor llame la atención a la acción del juez injusto, Él de manera exultante declare de Si Mismo que es Santo y Verdadero – “¿Y acaso Dios no hará justicia a sus elegidos, que claman a Él de día y de noche? ¿Se tardará en responderles? Os digo que pronto les hará justicia.” (RV.).
Pero tuvo que añadir, y preguntar: “Pero, cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe (la fe) en la tierra?” (R.V.) o, puede ser también en el Territorio, el Territorio Judío, como en el primer Adviento.
Si dividimos correctamente la palabra de verdad, con respecto a sus Dispensaciones, entonces vemos que las imprecaciones e invocaciones por venganza, siendo como son opuestas al espíritu de la presente dispensación de gracia, son sin embargo muy apropiadas para la pasada administración de las obras, y la futura dispensación del juicio.
Los Romanistas, sin dividir correctamente las Dispensaciones, imprimieron este tipo de Escrituras en sus servicios actuales; usándolas para justificar sus persecuciones. Mientras que los intérpretes Protestantes, fracasando también en este importante deber, tienen que explicar tales pasajes por separado, o se esfuerzan en vano en reconciliarlos con nuestra posición en gracia.
c., 6:11-. Los Mártires bajo el Altar. Lo que les fue otorgado. 
6:11-.Y se les dieron* vestiduras blancas]   Esta misma fue la promesa hecha en Apocalipsis 3:4, haciéndoles justos, y considerándoles siervos de Dios. Las Vestimentas de honra siempre hicieron parte de las recompensas. (Vea Génesis 41:42; 45:22. Ester 6:8, 9. Isaías 3:7. Zacarías 3:5). La acción implica que sus pedidos serán concedidos; y las palabras anuncian que habrá alguna demora antes de que sus deseos puedan ser alcanzados.
d., 6:-11. La Respuesta a sus Clamores.
6:-11. Y se les dijo que descansasen (no meramente que desistiesen de sus clamores; sino que aguardasen) todavía un poco de tiempo (esto es, por una corta demora o atraso, así como en 10:6 y 20:3) hasta que se completara el número de sus consiervos (aquí tenemos el correlativo de Despotes, así como la propia posición que ostentan como “siervos”) y sus hermanos que también debían de ser muertos como ellos] “Consiervos y hermanos” es la figura Hendiadis, que denota no dos distintas clases de personas, sino a una clase; sus consiervos mismo para aquellos entre sus hermanos. Esto se hace para definir quienes eran estos consiervos; puesto que los ángeles pueden ser denominados así (19:10; 22:9), pero no “hermanos”. Ellos van a ser asesinados durante la Tribulación por rehusarse a recibir la marca de la Bestia o a adorarla. Estos asesinatos son vistos por Juan en una visión posterior en 13:7,15; 17:6. Aquí se encuentra revelado proféticamente; porque, como hemos dicho, los Sellos cubren la totalidad del periodo resumidamente, y en líneas generales, los detalles vienen posteriormente completados por las Trompetas y Copas. 
Sin duda esto debería ser suficiente para convencer a todos los cristianos actuales de que el evangelio no está hecho con la finalidad de convertir al mundo, o para traer paz y bendición universal. Esta dispensación de gracia (rechazada) será seguida por una dispensación de juicio.
No será antes, sino después de esto que Jerusalén venga a ser el centro de la presencia y del gobierno de Dios, y que la gloria more en el Territorio (Salmos 75:9). Entonces Judá “será habitada para siempre, y Jerusalén por generación y generación. Y limpiaré la sangre de los que no había limpiado; y Jehová morará en Sion. (Joel 3:20, 21. Vea también Isaías 4:4 y Deuteronomio 32:43). Cuando el número señalado sea alcanzado, será ejecutado el juicio y será seguido por la dispensación de gloria. 
El Sexto Sello (6:12-17). 
En este sexto Sello se nos lleva más adelante al tiempo del fin. Los Sellos, como hemos dicho, son un sumario, en breve, de todo el periodo de la Tribulación; y, al igual que el primer Sello corresponde exactamente con la gran profecía de Cristo en Mateo 24, así este sexto Sello tiene su lugar en aquel capítulo. Podemos exhibir así el paralelismo:
       Mateo 24.            Los Sellos.                                               Ap.6



4, 5




El Falso Cristo


1,2
6, 7-
Guerras
3, 4
-7-
Hambres
5, 6
-7
Pestes
7, 8
8-28
Martirios
9-11
29-30
Señales en el Cielo del Adviento
12-17

Así podremos ver cuán exactamente Mateo cubre la totalidad del periodo de los seis Sellos; y muestra que este sexto Sello nos lleva a las señales inmediatas y precedentes al Adviento del Señor en Gloria, como vimos en Ap. 19.
Siendo así, esto prueba que cualquier interpretación de este Sello que considera que está relacionado con algún evento histórico del pasado es condenable por este mismo hecho. 
Este sexto Sello es el examen crucial de toda la Apocalíptica interpretación.
Nadie puede leer Mateo 24:30 con Ap.6:12-17 sin darse cuenta de que en ambos lugares se está hablando del mismo acontecimiento. El actual Adviento de Cristo es diferido, en Ap.6, porque así forma una especial y separada descripción por sí misma en el cap. 19. El sexto Sello no incluye por tanto la aparición visible del Hijo del hombre, aunque está señalado que, mientras (en A3) que en Ap.6:13 tenemos el símil de una Higuera, y el sello de los elegidos de Israel (7:1-8; así, en Mateo 24:31 tenemos la reunión de los elegidos de Israel, y en los versículos 32, 33 tenemos el símil de la Higuera otra vez. El Señor finaliza esta especial profecía de la Tribulación añadiendo: “De cierto os digo, que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca” (“hasta que todas estas palabras comiencen a suceder”, dice en la versión en inglés). No que hayan sido “cumplidas”. La palabra es (…) (genetai) proveniente de (…) (ginomai) comenzando a ser, estar sucediendo,  y es muy diferente de (…) (pleroo), completar, finalizar. En Lucas 21:32, que es el pasaje paralelo, tenemos la primera palabra, completado. Lo que el Señor dijo fue “esta generación no pasará hasta que todas estas cosas comiencen a suceder.” Y realmente comenzaron a tener lugar durante aquella misma generación; porque el periodo inmediato que siguió a la muerte del Señor quedó marcado por la aparición de muchos que vinieron diciendo “Yo soy el Cristo”. Pero para que pudiésemos entenderlo claramente, Cristo añade inmediatamente: “Pero todavía no es el fin” (Mateo 24:6).    
Pero ahora, volviendo al sexto Sello; notamos primeramente su Estructura, que es la siguiente:
B2, 6: 12-17.  El Sexto Sello.
B2 | e | 6: 12-.  La Gran Convulsión.
               
f | -12, 13.  Efectos en el Cielo.
       e | 14-.  La  Gran Convulsión.
                
f | -14-17.  Efectos en la Tierra.

TRADUCCIÓN DE B2 6: 12-17.
6:12. Miré cuando abrió el sexto sello, y he aquí hubo un gran terremoto (gran convulsión); y el sol se puso negro como tela de cilicio, y la luna se volvió toda como sangre; (13) y las estrellas del cielo cayeron sobre la tierra, como la higuera deja caer sus higos cuando es sacudida por un fuerte viento]
Aquí tenemos la gran convulsión de la Naturaleza, y sus efectos en el cielo. Es imposible que tomemos todo esto como simbólico; o por otra cosa distinta de lo que dice literalmente. Las dificultades de una interpretación simbólica son insuperables, y sin embargo no aparece ningún obstáculo si atendemos a la interpretación literal. Porque de acuerdo a algunos interpretes historicistas* este Sello se cumplió en los tiempos de la Conversión de Constantino. Ellos toman el Cielo como  símbolo del término inventado “cielo Político”; pero debía ser llamarlo “el Cielo Religioso”, una vez que suponen que el evento sea cristiano. De acuerdo a otros** se cumplió en la Revolución Francesa de 1798. Como ninguno de los dos puede estar correcto, ¿No será mejor para nosotros creer exactamente lo que nos dice Dios? En Hageo 2:6,7, nos predice los acontecimientos de este sello, y se conecta como en Mateo 24 con el inmediato Adviento del Hijo del Hombre:
“Porque así dice Jehová de los ejércitos,
De aquí a poco yo haré temblar los cielos y la tierra,
El mar y la tierra seca
Y haré temblar a todas las naciones, y vendrá el Deseado de todas las naciones.”
*Mede, Newton, Elliot.
**Cunninghame y otros.
Aquí se predice claramente la gran convulsión del sexto Sello. Decimos “convulsión,” porque la palabra (…) (seísmos) significa mucho más que un simple terremoto, como el contexto muestra con toda claridad. Tiene que suceder una convulsión de las naciones, de la cual se dice ser distinta de la de los Cielos, y que es la que precede a la inmediata Revelación de Cristo,  y la gloria del Templo. Hageo la predice de nuevo en el cap. 2:21, 22 y otra vez hace la distinción entre los cielos y la tierra.
“Yo haré temblar los cielos y la tierra.
Y trastornaré el trono de los reinos.
Y destruiré la fuerza de los reinos de las naciones
Trastornaré los carros y los que en ellos suben,” etc. (Vea también 2ª Pedro 3:7-13, y compare el vers. 7 con 2ª Ts. 1:8).
Una vez que ha hablado de la gran convulsión y de sus efectos en el cielo, la profecía una vez más nos habla de la  convulsión y sus efectos sobre la tierra.
14. Y el*  cielo se desvaneció como un pergamino que se enrolla; y todo monte y toda isla se removió de su lugar] Esto se encuentra referido en Mateo 24:35, y se predice en Isaías 34:4 (lea los vers. De 1 a 5 y en Isaías 13:6-13), donde tenemos exactamente el mismo fenómeno descrito. Si el sexto Sello significase la conversión de Constantino, también estos pasajes en Isaías deberían serlo.  
* El artículo no está en el Texto Recibido, y tampoco en el AV. Es añadido por C.L.T.Tr.A. WH. y RV.
15. Y los reyes de la tierra, y los grandes (los oficiales civiles del Estado), los ricos*, los capitanes (los oficiales militares), los poderosos** siervo y todo*** libre, se escondieron (huyeron para refugiarse)  entre las peñas de los montes. (16) Y decían a los montes y a las peñas: Caed sobre nosotros, y escondednos del rostro de aquel que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero”. (17) Porque el gran día de su ira ha llegado; ¿y quién podrá sostenerse en pie? ] En conexión con todo esto debemos leer Salmos 2:2; 48:4; 97:5. Isaías 24:19-23; 34:12; 2:10-22. Nahúm 1:5, Hebreos 12:26. También el Señor se refiere a lo mismo en Lucas 23:30, citando las mismas palabras de Oseas 10:8. El singular fenómeno se menciona de nuevo bajo la cuarta Trompeta, y los siete Candeleros (16:20), mostrando así que en el sexto Sello tenemos los anuncios preliminares de aquello que tendrá lugar “inmediatamente después de la tribulación de esos días.” (Mateo 24:29) e “inmediatamente” antes del personal Adviento de Cristo. Con esto concuerdan las palabras de Joel 2:31. 
* G.L.T.Tr.A. WH. y RV. invierten las palabras, concordando con este orden.
** G.L.T.Tr.A. WH. y RV. traducen (...) (ischuroigrandiosos, en vez de (...) (dunatoipoderosos.
*** L.T.Tr.A. WH. y RV. omiten "todo".
En Ap. 19:19 tenemos la disposición de las filas de las fuerzas armadas aquí descritas detalladamente.
Si las palabras que describen los terribles juicios del “gran día de Su ira” se interpretan acerca de cualquier acontecimiento histórico pasado de la presente dispensación, entonces, ¿qué palabras son las que describen los juicios futuros que el Antiguo Testamento predice? El lenguaje así, se hace inútil para el propósito de revelarnos y de instruir si, como hemos dicho, “este Sello exhibe la derrota del paganismo” en la conversión de Constantino. Eusebio retrata esa escena (lib.10) como de gozo y de alegría, y lo junta con la venida del reino prometido. No hubo convulsión alguna ni en el cielo ni en la tierra; ninguna huida a las montañas y peñas; ningún grito de terror. El sol lucía brillante y el cielo despejado, en vez de “negro como tela de cilicio”.  
Y así llegamos al final del primer sexto Sello. Es un sumario de los juicios que están distribuidos a través de todo el libro; un breve resumen de lo que sucederá en “el día del Señor”, hasta el tiempo de Su actual Revelación o Descubrimiento en el cap.19.
Están así asentados aquí, para mostrarnos que estos juicios no se dan por acaso, sino que están debajo del control Divino. El gran Falso Mesías del primer Sello no puede ser revelado hasta que el tiempo señalado no haya venido y aparezca la voz del trono dando la orden permisiva diciéndole: “!Ve!” Los juicios no pueden acontecer hasta que la misma orden no sea dada. Aquí observamos la importante conexión que hay entre “el Trono” de los caps. 4 y 5 visto “en el Cielo” y el consecuente resumen (en los Sellos) de todo aquello que tiene lugar posteriormente “en la tierra.”
Nos guían hasta “el gran día de Su ira”; y el capítulo acaba con la solemne pregunta: “¿Y quién podrá sostenerse en pie?”
Esta pregunta está respondida en el cap. 7, donde se nos muestra primeramente el sellado de los 144.000 “de entre todas las tribus de Israel”, que pasan ilesos a través de aquella gran tribulación; y el rapto de la gran multitud que ningún hombre puede contar y que son los salvos a través de ella y fuera de la misma. Estos no son la Iglesia de Dios, porque se encuentran firmes delante del trono. No se sientan sobre él. Son salvos, por supuesto, a través de la misma preciosa sangre del Cordero. Se encuentran referidos en Isaías 26:9: “porque luego que hay juicios tuyos en la tierra, los moradores del mundo aprenden justicia”. ¿Dónde aparecen posteriormente si no es en la gran multitud de Apocalipsis 7? (Lea también Salmos 64:7-10). La pregunta, ¿Quién podrá sostenerse en pie? Va ahora a ser respondida.  
EL SELLADO O MARCA DE LOS 144.000
(6:1-8). La respuesta a la pregunta de 6:17.
Pocas Escrituras han sufrido más en las manos de los cristianos gentiles que esta. Sin tener en cuenta el hecho que le concierne a “todas las tribus de los hijos de Israel”, y que las doce tribus se nombran separadamente, la interpretación popular insiste en tomarla como si estuviera hablando de la Iglesia de Dios.
Cualquier sistema de interpretación que tenga esto por su fundamento debe ser juzgado y condenado desde fuera no solamente inútil, sino también malévolo. Tal sistema ha sido muy bien descrito por Hooker como siendo un sistema “que mudó el significado de las palabras como lo hizo la alquimia, o lo haría, la sustancia de los metales, haciendo algo diferente de lo que esté catalogado; y causando, al final, la anulación de toda la verdad.”
Está perfectamente claro que aquí lo que tenemos es el plan Divino y la acción para proteger al Remanente de la nación de Israel a través de todos los juicios y persecuciones que caracterizarán la Gran Tribulación.
La Visión, aunque se vea después del Sexto Sello, lo que realmente describe es lo que tendrá lugar antes del cap. 6 y antes de abrirse el Sello. Sus números no son dejados al acaso. El consejo que Dios ha declarado concerniente a este Remanente debe permanecer. Por eso es por decreto Divino que este propósito será protegido y asegurado desde fuera.
Aquí se nos dice, por tanto, los medios empleados para asegurar este Divino propósito.
La Estructura es como sigue:
A3, 7: 1-8. El Sellado de los 144.000.  
La respuesta a la pregunta de 6:17.
A3 | g | 7: 1-. Cuatro ángeles.
            h | -1-.  Lugar. “Los cuatro ángulos de la tierra…
                i | -1-.  Agente o medio  “Que detenían los cuatro vientos…
                    k | -1. Propósito (neg.).
“No sopla sobre la tierra, el mar, o los árboles.
        g | 2-.  Otro ángel.
            h | -2-. Lugar. “de donde nace el sol…
                i | -2, 3-.  Agente o medio.  “Tenía el Sello…
                    k | -3-8. 
Propósito (neg.).  “No herir la tierra, ni el mal ni los árboles.

Todo se ve perfecto en el orden Divino. Nada se deja al acaso aquí y comprendemos bien lo que está descrito. Todo luce perfecto en las palabras y en las obras de Dios. Y el registro es tan verdadero como su estructura es perfecta. No requiere explicación alguna. Nos explica a nosotros la verdad de una manera y forma Divina.
TRADUCCIÓN DE 7:1-8. 
7:1[Y]* después de esto] Mostrando que la visión anterior está completa, y las dos visiones que siguen, comienzan con palabras similares, vienen en modo de episodio: la primera, anterior en el tiempo a los Sellos; y la segunda, durante el periodo de los Sellos, y posterior en tiempo.
* L. WH. y RV. omiten "y" — Tr. y A. la ponen entre paréntesis.
Vi a cuatro ángeles en pie sobre los cuatro ángulos de la tierra, que detenían (o, controlan) los cuatro vientos de la tierra, para que no soplase viento alguno sobre la tierra, ni sobre el mar, ni sobre ningún árbol] El número cuatro marca esta visión como perteneciente a la tierra. Los vientos son también así designados en Jeremías 49:36. Daniel 7:2; 8:8; 11:4, los cuatro comprenden o abarcan todos los vientos; o simplemente señalan los cuatro puntos del compas. El punto que hay que enfatizar aquí es la Quietud, como cuando decimos que “no se mueven ni las hojas”: eso nos dice que este sellado o marcar tendrá lugar antes de los primeros acontecimientos de la Gran Tribulación.
2. Vi también otro ángel que subía de donde sale el sol, y tenía el sello del Dios vivo; y clamó a gran voz a los cuatro ángeles, a quienes se les había dado el poder de hacer daño a la tierra y al mar: (3) diciendo No hagáis daño a la tierra, ni al mar, ni a los árboles, hasta que hayamos sellado en sus frentes a los siervos de nuestro Dios”] Esto es, por supuesto, preliminar a Mateo 24:31. Precede a la Tribulación, como se muestra por la razón que da para el sellado. Pero por Mateo 24:31 sabemos que después de la Tribulación, serán enviados ángeles para reunir a Sus elegidos provenientes de los cuatro vientos, desde un extremo al otro del cielo”. Los dos pasajes permanecen en la más próxima relación, y muestran que la “elección” en Mateo 24:31 pertenece a Israel, y no a la Iglesia. Se encuentran sobre la tierra durante la Tribulación y este marcar o sellar, sea lo que sea, les protege y los preserva ilesos. Este sellar era evidentemente visible, como las langostas son dirigidas en el cap.9:4 para dañar aquellos “que no lleven el sello de Dios en sus frentes”. La Bestia tiene este sello, con el cual sellará a sus seguidores; y esta es la marca distinta Divina que Dios pondrá sobre Sus siervos. Justo como en los días de los Patriarcas Él pudo protegerlos, diciendo “No toquéis a mis ungidos, ni hagáis mal a mis profetas” (Salmos 105:15): así también aquí, con este elegido Remanente. Aquellos que ostenten la marca de la Bestia son idólatras de la muerte más profunda; pero los que tienen la marca Divina, están sellados con “el sello del Dios Viviente”. Este título aquí (como en otras partes en que aparece), siempre se emplea con referencia a los ídolos y a la idolatría (vea Deuteronomio 5:26. Josué 3:10. Jeremías 10:2-11. Daniel 6:26. 1ª Tesalonicenses 1:9,10). Entonces será cuando el Salmo 91 reciba una nueva aplicación de una manera muy significativa. En Ezequiel 9:3,4 tenemos un sellado similar por el cual un devoto remanente es contado en la corrupta ciudad de Jerusalén. Deben ser parte de este mismo número en Apocalipsis 7. En Éxodo 12:7 las casas de los israelitas fueron marcadas con un propósito similar. En Apocalipsis 2:17 esta es la marca prometida, y la promesa se consuma en 22:4.     
Los romanos marcaban a sus soldados en la mano; y a sus esclavos en la frente. Herodoto (2:113) habla de los adoradores de un cierto dios que poseían su nombre marcados sobre ellos. De la misma forma son marcados los adoradores de la Bestia (13:16-18; 14:9,11; 16:2; 19:20; 20:4; y los sellados Divinamente son marcados como los adoradores del Dios verdadero.  
4. Y el número de los sellados: ciento cuarenta y cuatro mil sellados de todas las tribus de Israel]  Alford dice acerca de este número: “Nadie que yo sea consciente lo ha tomado literalmente!” Es muy cierto: pero nosotros estamos agradecidos de ser una excepción a la regla, y de creer lo que Dios dice. Existe algo denominado como Figuras Literarias, pero, preguntamos, ¿cuál es la figura que se emplea aquí? ¿Cómo se denomina? La verdad es que aquí no hay Figura alguna; sino la simple declaración del hecho: un definitivo número en contraste con el indefinido número en este mismo capítulo (vers.9). Si el número total no es exacto, entonces todo lo que se haga para averiguarlo es también indefinido. Si este número fuese simbólico, entonces,  ¿cuál sería el número en las Escrituras que tomaríamos como literal? No puede ser, de acuerdo a este principio de interpretación, que sustituye la propia vana imaginación del hombre antes que la revelación de Dios. Una vez más, repetimos, nosotros preferimos creer a Dios. Y creyéndole a Él, concluimos que así como Él Se reservó a 7.000 en los días de Acab (1ª Reyes 19:18. Romanos 11:4), de igual manera Se reservará a 144.000 en la Gran Tribulación.  
Aquí tenemos, por tanto, el núcleo de las nuevas naciones referidas por Cristo en Mateo 21:43. Tenemos también lo que será el cumplimiento de la profecía de Daniel 12:1: “En aquel tiempo se levantará Miguel (el otro ángel), el gran príncipe que está de parte de los hijos de su pueblo (Israel); y será tiempo de angustias, cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces; pero en aquel tiempo será libertado tu pueblo, todos los que se hallen en el libro”. Aquí, en Apocalipsis 7, tenemos el sellado de los que tienen sus nombres escritos, que serán “librados”. (Compare Joel 2:28-32). Lo que este sello era lo aprendemos del cap. 14:1
5. De la tribu de Judá, doce mil sellados. De la tribu de Rubén, doce mil sellados. De la tribu de Gad, doce mil sellados; (6) De la tribu de Aser, doce mil sellados. De la tribu de Neftalí, doce mil sellados. De la tribu de Manasés, doce mil sellados; (7) De la tribu de Simeón, doce mil sellados. De la tribu de Leví, doce mil sellados. De la tribu de Isacar, doce mil sellados. (8) De la tribu de Zabulón, doce mil sellados. De la tribu de José, doce mil sellados. De la tribu de Benjamín, doce mil sellados] En esta numeración tenemos que observar la omisión de las tribus de Dan y de Efraín: Siendo que las de Leví y  José aparecen injertadas tomando sus lugares. El motivo de que sea así nos parece ser bastante obvio. En Deuteronomio 29:18-21, leemos que tanto el hombre o la mujer o familia o tribu” que introdujese idolatría en Israel, “se asentará sobre él toda maldición escrita en este libro, y Jehová borrará su nombre debajo del cielo, y lo apartará Jehová de todas las tribus de Judá para mal, conforme al todas las maldiciones del pacto escrito en este libro de la ley… todas las naciones dirán: Por qué hizo esto Jehová a esta tierra?...y responderán: Por cuanto dejaron el pacto de Jehová el Dios de sus padres…y fueron y sirvieron a dioses ajenos y se inclinaron a ellos, dioses que no conocían” (Versículos 24-26).
* L.T.Tr.A. WH. and RV. omiten "sellados."
La tribu de Dan fue la primera que se puso debajo de esta maldición. Vea Lev. 24:10-16.
Es muy significativo que estas dos tribus, Dan y Efraín, participasen en introducir idolatría más tarde (Jueces 18:2, 30, 31). Y posteriormente fue Jeroboam quien sacó el becerro de oro y lo introdujo asentándolo en la tribu de Dan (1ª Reyes 11:26; 12:28-30. Vea también Oseas 4:17).
Es cierto, nos encontramos con Dan y Efraín restaurados en la futura distribución del Territorio (Ezequiel 48), porque “irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios” (Romanos 11:29). Pero eso es algo diferente, y tiene que ver con la herencia terrenal. Pero aquí tiene que ver con la preservación celestial. La omisión en Apocalipsis 7 es para mostrar que estas dos tribus permanecen sin ser protegidas por la garantía de seguridad que otorga este sellado. Habrá, por supuesto, miles, juntos con estos, de cada una de las tribus restantes sobre la tierra; la diferencia estará en que ellos no serán sellados, y en su falta de protección contra las envestidas de la Bestia. Que están y hacen parte de los habitantes de la tierra está claro por Jeremías 4:5-31 (vea vers.15); 8:13-17 (vea vers. 16). Amós 8:11-14.
Tenemos una ilustración muy significativa acerca de esto en Números 31, cuando para ejecutar juicio sobre los Madianitas fueron escogidos 1.000 de cada tribu. Y de la misma forma que los 144.000 aquí sobreviven a través de toda la gran Tribulación, así sucedió también con los 12.000 enviados contra los Madianitas; porque cuando al final recontaron el número de ellos, los oficiales se acercaron a Moisés y le dijeron “Hemos hecho el recuento de los hombres de guerra a nuestro cargo, y ninguno ha faltado de nosotros” (vericulos.48, 49).
Lo mismo se hará cierto para estos 144.000, cuando se encuentren posteriormente en el Monte Sión (14:1-5).



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