EL APOCALIPSIS O "EL DIA DEL SEÑOR" - Por E.W Bullinger ( 9a. Publicación)
Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas; porque el tiempo está cerca. Apocalipsis 1:3
Por
E.W. Bullinger, D.D.
Segunda edición
(Revisada y corregida)
1909
Traducción al español por Juan Luis Molina
Con la colaboración de
Claudia Juárez Garbalena
La
Primera Visión “En La Tierra” (Los Seis Sellos y el Sellado de los 144,000)
El Primer Sello (el
falso Cristo, 6: 1,2)
El Segundo Sello (Guerras, 6: 3,4)
El Tercer Sello (Hambres, 6: 5,6)
El Cuarto Sello (Pestes, 6:7,8)
El Quinto Sello (Martirio, 6: 9-11)
El Sexto Sello (Señales en el Cielo, 6:12-17)
El Sellado o marca de los 144, 000 (6: 1-8)
LA PRIMERA VISIÓN “EN LA TIERRA.”
E1, cap. 6: 1—. 8. Los Seis
Sellos y el sellado de los 144.000
Por la totalidad de la
primera Visión “en el Cielo” (H1,
vi. 1-7. 8) hasta la ejecución del poder “sobre
la Tierra” en la realización de la redención de la herencia adquirida. El precio ha sido pagado en el
derramamiento de la preciosa sangre del Cordero; y ahora, el poder necesario va a ser ejercido para
garantizar sus maravillosos resultados, arrebatando la heredad de las manos del
enemigo y por arrojar al presente
usurpador tomando posesión de ella por la fuerza. Vemos este poder ejecutado en los Sellos,
Trompetas y Copas que rebosan en el
cumplimiento de los juicios activos de Dios: y que concluirán con la venida del
Señor Mismo (cap.19).
Este es el gran objetivo establecido en la anterior
Visión “en el Cielo”; y ahora vamos a ver el resultado de todo ello como
consecuencia “en la Tierra.”
Juan lo ve todo, por supuesto, “en el Cielo”, pero
aquello que vio (6:1-7:8) “en el Cielo” tendrá lugar “en la Tierra”, igual que
lo ve (caps. 4 y 5.) teniendo lugar “en el Cielo,” se hace y tendrá lugar allí.
Esta es la primera Visión de lo que tendrá lugar
“en la Tierra” en el día del Señor”. El gran sujeto o tema principal es:
LA APERTURA DE LOS SEIS SELLOS
Porque los Seis Sellos están separados del séptimo
de una manera muy significativa; para señalarnos que el séptimo no es
inmediatamente consecutivo después del sexto, tanto como que los demás sellos
son consecutivos el uno en el otro.
El sexto sello nos lleva evidentemente al final del
tiempo; porque habla de las señales en el sol y la luna y las estrellas
(6:12,13), que el Señor asocia con Su presencia personal (Mateo 24:29. Vea Joel
2:28, 31, donde se le denomina como “el gran y terrible día del Señor”, como si
fuese el culminar de todo el periodo conocido como “el día del Señor.”). El
sexto sello se le llama “el gran día de Su ira” (6:17), y las señales en el
cielo son el gran escenario final (6:14) como está descrito en 2ª Pedro
3:10.
Si esto es así, entonces estos primeros seis sellos
están muy separados, definitivamente, del séptimo; y el silencio que se hace en
el cielo a seguir a la apertura del séptimo indica una pausa.
Los seis sellos nos presentan un resumen preliminar
de los juicios, que cubre todo el periodo; el sexto nos guía o conduce a un
final en la inminente venida de Cristo; o, dicho de
otra manera, al final del capítulo 18.
Tenemos todas las razones posibles para creer que
“el día del Señor” será un periodo prolongado. No debe estar limitado a los
“siete años”, como se supone generalmente. El tiempo que transcurrirá entre la venida del Señor en el aire para reunir
a Su Iglesia, y Su venida sobre la
Tierra con Su Iglesia, en poder y gran gloria, deben corresponder a los treinta
y tres años que transcurrieron entre Su aparición
en Belén (Miqueas 5:2) y Su venida en Jerusalén (Zacarías 9:9). Todos los
acontecimientos entre estas dos, decimos que constituyen Su “primera venida”.
De la misma manera, todos los acontecimientos descritos en este Libro, que
tendrán lugar entre Su venida “por” y Su venida “con” Su Iglesia, podemos
llamarles “Su segunda venida” o “el día del Señor”. (Vea El CARACTER DEL ADVIENTO DE CRISTO).
Estos acontecimientos deben ocupar un periodo
similar de treinta y tres años por lo que sabemos; y si sumamos a estos los
siete años de la última semana de Daniel obtenemos un periodo de cuarenta años.
Sabemos que en Mateo 24:4-6, en respuesta a la
primera pregunta de los discípulos, “¿Cuándo serán estas cosas?,” es decir,
cuando iría a ser destruido el templo, el Señor categóricamente añade: “aun no es el fin (telos).”
Y entonces continua y responde a la segunda
pregunta, ¿Qué señales habrá de tu venida, y de la Sunteleia de las edades?” (Versículo 3). Él describe cuatro de
estos sellos (vers. 7), y añade “y todo
esto será principio de dolores.”
Todo esto establece a estos primeros sellos como el
“principio” de la Sunteleia del “día del Señor” – Este
principio se debe extender durante algunos años antes de que la propia Gran
Tribulación venga.
Así que estos seis sellos son nuevamente separados
del séptimo.
Ahora vamos a dar la primera Visión, E1,
6: 1- 7: 8, mostrando los acontecimientos en
la Tierra, en su totalidad.
Podremos observar que están divididos entre dos
temas principales: los perseguidores y los perseguidos; Aquellos que se
encuentran del lado del Anticristo (B1 y B2); y los que sufren (A2), o están
inmunes de sufrir (A3), por rehusarse a adorarle, etc.
Notaremos también cuán perfectamente corresponde
Mateo 24 con la primera escena en la tierra – todo el sumario de la Sunteleia y el Telos. (Vea LAS PROMESAS A LAS SIETE ASAMBLEAS - Pág. 61 y
siguientes)
E1, 6: 1 – 7:
8. EL Sexto Sello y los Sellados
E1 |
A1 | 6: 1, 2. El Falso Cristo que sale para hacer guerra
contra los santos. (Primer Sello) Mateo 24:4,5.
B1 |
6: 3-8. Juicios contra él y sus seguidores. (Segundo,
tercero, y cuarto Sellos). Mateo 24:6,7.
A2 | 6: 9-11.
Los efectos de la Guerra con los santos. Su martirio.
(Quinto Sello). Mateo 24:8-28
B2 |
6: 12-17. Juicios sobre él y sus seguidores (sexto Sello)
Mateo 24:29-30. Y pregunta, “¿Quién podrá sostenerse en pie?”
A3 | 7: 1-8. Respuesta a la
Pregunta, sellando a los 144.000 capacitándoles para estar firmes en el juicio
(Mateo 24:31).
Queremos que nuestros lectores entiendan claramente
nuestra sugerencia acerca de estos Sellos. Los hemos separado de las Trompetas y Copas, que aparecen
continuamente una vez que comienzan. Esto
se observa por el hecho, como hemos visto anteriormente, de que, las dos
últimas Trompetas y la primera Copa están unidas y juntas como siendo los “tres
Ayes”. Están así señaladas de forma consecutiva.
Los Sellos, sin embargo, nos sentimos inclinados a
aceptar, por los acontecimientos bajo el sexto sello, que corresponden a un sumario de TODOS los
juicios Divinos que tendrán lugar en el Día del Señor: incluyendo la totalidad
de la Sunteleia, “la Tribulación”, y
que nos llevan hasta el Telos o fin,
- los últimos “siete años”, y “el gran día de Su ira”. Así que cubren la
totalidad del periodo en líneas generales. Después del último Sello hay una
pausa, señalada por un “silencio en el cielo”, y nos vuelve dar más detalles
acerca de estos juicios – comenzando, podríamos decir de nuevo con las Trompetas. Después de la última Trompeta no existe
una tal pausa, ningún “silencio en el cielo” o en la tierra, sino que la última
trompeta lleva consigo y contiene y desarrolla los juicios finales de las siete
Copas, que acaba con los misterios o propósitos secretos de Dios; porque, en
Ap.10:7 leemos que, “en los días de la voz del séptimo ángel, cuando él
comience a tocar la trompeta, el misterio de Dios se consumará, como él lo
anunció a sus siervos y profetas”. La séptima Trompeta se expande en las siete
Copas, y estas acaban con la destrucción final de Babilonia, que cierra las
escenas de los juicios terrenales.
Ahora vamos a dar un resumen de los cuatro primeros
Sellos A1 y B1, 6:1-8:
A1 y
B1, 6: 1-8. Los Cuatro Sellos.
A1 & B1 |
a | 6: 1, 2. El Primer Sello. Caballo Blanco. El que lo monta con un arco, (Mateo
24:-5)
b | 6: 3, 4. El Segundo Sello. Caballo Rojo. Guerra (Mateo 24:6,7-)
a | 6: 5, 6. El Tercer Sello. Caballo Negro. Hambruna. El que lo monta con una balanza en su mano (Mateo 24:-7- ).
b | 6: 7, 8. El Cuarto Sello. Caballo Amarillo. Peste. (Mateo 24-7-).
b | 6: 3, 4. El Segundo Sello. Caballo Rojo. Guerra (Mateo 24:6,7-)
a | 6: 5, 6. El Tercer Sello. Caballo Negro. Hambruna. El que lo monta con una balanza en su mano (Mateo 24:-7- ).
b | 6: 7, 8. El Cuarto Sello. Caballo Amarillo. Peste. (Mateo 24-7-).
6:1. Vi
cuando el Cordero abrió uno de los siete* sellos, y oí a uno de los cuatro Zoa decir: ¡Ven!**
* Así traducen G.L.T.Tr.A. WH. y RV.
** Las palabras “y mira” deben ser omitidas de acuerdo
a G.L.T.Tr.A. WH. y RV.
2. Y mire, y he aquí
un caballo blanco; y el que lo montaba tenía un arco, y le fue dada una corona ((...) stephanos), una corona de
triunfo), y salió venciendo, y para vencer] Si interpretamos estos
Sellos por las palabras de Cristo en Mateo 24, donde está describiendo este
mismo tiempo en respuesta a las preguntas de sus discípulos, no tendremos dudas
en cuanto a su significado y realidad. Sus primeras palabras relatan a los
falsos Cristo que aparecerán como una señal cuando estas cosas sucedan (esto,
es, cuando el Templo fuese destruido). Y así sucedió; pero esto fue simplemente
el preludio de lo que sería lo que señaló siendo “el principio de dolores”.
Comenzarían, no por muchos “falsos Cristos”. Sino por solamente uno, que
aparecerá y dirá:
“Yo soy el Mesías,
Y engañará a
muchos”
(Mateo
24:5). Este primer Sello, por tanto, debe señalar la primera aparición de este
Falso Cristo. Este es el silencio secreto preliminar ligado a su aparición. En
Ap. 13 se nos dan detalles posteriores acerca de lo mismo, donde está expresamente
dicho que “se le permitió” hacer
guerra contra los santos y vencerlos, y que se
le dio autoridad sobre toda tribu, pueblo, lengua y nación, y la adoraron
todos los moradores de la tierra cuyos nombres no estaban escritos en el libro
de la vida del Cordero que fue inmolado desde el principio del mundo” (Ap.
13:7,8). Es imposible separar todo esto del que monta al caballo blanco (en
6:1,2), porque sobre él leemos de igual manera que “le fue dada” una corona de victoria para vencer. Si el Cordero que
abre el sello fuese este efecto producido por la apertura, y al mismo tiempo
ser aquel que monta un caballo blanco, entonces no podemos entender nada. Pero
si, por otro lado, vemos en este que lo monta una imitación del “fiel y
verdadero” Mesías cuando aparezca en un caballo también blanco para realmente
vencer, como se describe en Ap. 19:11, entonces, veremos con naturalidad que el
falso y engañador Mesías aparezca de una manera similar y calculada para
“engañar a muchos” Una curiosa manera de interpretarlo mal, describe
primeramente a los Zoa como parte de
la Iglesia, y después hace que el jinete del primer Sello sea Cristo; ¡haciendo
así que un miembro de la Iglesia le de la orden a Cristo que aparezca para
ejecutar su poderoso juicio! Pero qué sencillo es, teniendo en cuenta las
palabras de Mateo 24 como la llave, dejar a un lado a los Zoa, y confinarlos como seres celestiales o espirituales
especialmente interesados en el juicio venidero sobre la tierra, y dándole
autoridad al Falso Cristo de aparecer y de ser “revelado en su tiempo”, igual
que Cristo le dijo a Judas, “Lo que vas a hacer, hazlo más pronto” (Juan
13:27). Todos los demás caballos son caballos de juicio: ¿Para qué iríamos
inconsistentemente a quebrar esta uniformidad e iríamos a separar uno de los
Jinetes tomándolo como Divino y a los
demás como humano? ¿Cómo sería posible comprender que uno apareciese en gracia, y los demás en juicio?
Las descripciones de la trayectoria del Anticristo
en otras Escrituras coinciden plenamente con esto. Será erguido y reconocido
por todos los moradores que haya sobre la tierra. Su principio es “Paz”, pero
su deseo íntimo es el dominio universal, que finalmente adquirirá. Cuando su
caída haya llegado, el comentario de los que la contemplen será: - “¿Es este aquel
varón que hacía temblar la tierra, que trastornaba los reinos; que puso el
mundo como un desierto, que asoló sus ciudades” (Isaías 14:16,17). En Daniel se
dijo que “Su poder se fortalecerá… y
causará grandes ruinas” (Daniel 8:24) y que “Extenderá su mano contra las
tierras” (Daniel 11:36,42).
En cuanto a la Orden, que obedece “y salió,” muestra que el verbo (…) (erchomai) venir o ir, debe ser tomado en el
sentido posterior, “¡Fue!” O entonces la ocurrencia del verbo sería “Vino”. La
comisión “que se le dio” concernía a la guerra, así como lo explica el segundo
sello. Los Caballos están asociados especialmente con la guerra. Vea Job 39:19,
25; Proverbios 21:31 (“el caballo se prepara para el día de la batalla”). Así
también Salmos 76:6; Zacarías 9:10; 10:3; Jeremías 6:23; Isaías 43:17. Pero
porque el jinete del caballo blanco en Ap. 19 sea Cristo, eso no quiere decir,
ni es razón para que el jinete aquí de este caballo en el cap.6 también lo sea,
especialmente una vez que en este mismo versículo lo tenemos representado como
un Cordero, que abre el sello para que este caballo blanco sea enviado.
No tendremos ningún problema en mostrar que este
caballo blanco no es el Imperio Romano, como algunos afirman; o propiamente
Roma, como el Sr. Eliott cree. Ni nada puede hacerle suponer a nuestros
lectores que el “Arco” en la mano del jinete simbolice la isla de Creta. No
precisamos tener un conocimiento de los autores Clásicos o de Historia para
entender este Libro; pero si necesitamos un conocimiento de la Escritura; y
claro está, de sentido común.
El Segundo Sello (6:3,4).
6:3. Y
cuando abrió el Segundo sello, oí al segundo Zoon que decía: ¡Ven! * 4. Y salió otro caballo, bermejo; y al que lo
montaba le fue dado poder de quitar de la tierra la paz, y que se matasen unos
a los otros; y se le dio una gran espada] El hecho de que esto se relaciona
con toda la tierra, y no meramente con el Territorio, se determina por la
referencia hecha por nuestro Señor al sujeto o tema del segundo sello , en
Mateo 24:6,7: “Y oiréis de guerras y rumores de guerras…porque se levantará
nación contra nación”. Estas palabras, acopladas con el segundo sello, señalan un
enfrentamiento general entre las naciones en el proceso de absorción dentro del
reino universal del Anticristo. En Ezequiel 38:21, está escrito: “Y en todos
los montes llamaré contra él la espada dice Jehová el Señor; la
espada de cada cual será contra su hermano.” Jeremías 25 habla de este segundo
sello; cuando Dios tenga su confrontación con las naciones; Lea desde el
vers.15 al 33, y observe el vers.29: “porque espada traigo sobre los moradores
de la tierra, dice Jehová de los ejércitos…porque Jehová tiene juicio contra
las naciones; entregará los impíos a la espada, dice Jehová” (vers.31). También
contra Israel vendrá la espada, “Traeré
sobre vosotros espada vengadora en vindicación del pacto” (Levítico
26:25-33). La “espada” es uno de los “cuatro terribles juicios” de Dios
enviados sobre la tierra (Ezequiel 14:13-21).
* Omiten "y vé" G.L.T.Tr.A. WH. y RV.
“Y se le dio”. Debemos notar bien estas
significativas palabras. Se refieren al primer jinete del caballo blanco; y
similarmente a todos los juicios. Todos se iniciaron desde el trono. Sucederá,
como sucedió en otro periodo de la historia de Israel en los días de Asa, “En
aquellos tiempos no hubo paz, ni para el que entraba ni para el que salía, sino
muchas aflicciones sobre todos los habitantes de las tierras. Y una gente
destruía a la otra, y una ciudad a otra ciudad, porque Dios los turbó con toda
clase de calamidades” (2ª Crónicas 15:5,6). Un tiempo igual describe Josefo (Guerras, Libro 2. 18.2, 1,5). Nada nuevo
es referido en este segundo sello. La totalidad del cap. 7 de Miqueas debe ser
leída. Es demasiado largo como para referirlo ahora aquí. Pero debemos citar
Daniel 11:33: “Y los sabios del pueblo instruirán a muchos; y por algunos días caerán a espada y a fuego, en cautividad y
despojo”. Ciertamente tenemos en estas escrituras la explicación,
suficientemente del segundo sello; y no parece concordar con interpretaciones
tales como la ofrecida por el Sr. Eliott cuando dice que el segundo equitador
simboliza los pretorianos perfectos de Roma. Sobre este fundamento, pareciera
que la espada le fue “dada” por el Emperador Romano, ¡teniendo por objetivo la
preservación de la paz y no con el objetivo de quitar la paz de sobre la tierra, como aquí se declara!
Será bueno añadir que hasta después del tercer siglo
esto no fue considerado como que ya había sido ya cumplido ni cubierto por
acontecimiento histórico alguno. Así lo establece Origen en su Comentario sobre S. Mateo (Cap. 24.)
El Tercer Sello (6:5,6).
6:5. Cuando
abrió el tercer sello, oí al tercer Zoon que decía: ¡Ven! * Y mire y he aquí un caballo negro; y el que
lo montaba tenía una balanza en su mano. 6 Y oí una voz de en medio de los cuatro Zoa que decía:
Dos
libras de trigo por un denario,
Y seis
libras de cebada por un denario, pero no dañes
el aceite
ni el vino”]
*
Omiten "y mira," L.T.Tr.A. WH. y RV.
**
Así traducen L.T.Tr.A. WH. y RV.
Este es el juicio próximo mencionado por el Señor
en Mateo 24:-7-, y habrá pestes y hambres:
eso es lo que el caballo “negro” denota. (Vea Lamentaciones 4:4-8; 5:10;
Jeremías 14:1,2). En los primeros tiempos era así como Dios se refería al
hambre. Vea 2ª Reyes 8:1. Así también en profecía. Hageo
1:11; 2:16, 17; Jeremías 16:4.
La “balanza ha sido traducida por algunos “yugo”; y
como los yugos son generalmente cargados por bueyes, y no conducidos por las
manos del jinete, ¡los comentadores lo hacen un yugo espiritual y un hambre
espiritual! Y así nos dejan estos comentaristas preguntándonos, ¿!qué tiene que
ver un hambre espiritual con pesos y medidas y con el precio del trigo y de la
cebada!? Nosotros preferimos antes la evidencia tan simple del significado de
las palabras. El pan “por medida” siempre denota escasez. Cuando Dios describe,
a través de Ezequiel, el hambre durante la siega de Jerusalén, Él Mismo dice,
“La comida que comerás será por peso…
y beberán el agua por medida.” (Lea
Ezequiel 4:10, 16,17). Esto es exactamente lo que declara la misteriosa voz que
sale en medio de los Zoa. La hambruna puede ser que venga por cusas
secundarias, pero la primera causa de esta hambruna proviene “del trono”. La
medida es conocida de antemano: “Dos libras de trigo por un denario.” Sabemos
por Mateo 20:2,9 que un denario era
el salario de un día de trabajo; y además sabemos que una libra de trigo era la
ración diaria para un esclavo (Odiss. 19:27, 28; Atenas.3:20; Herod.6:57; 7:187,231; Xen. Anab. 1:5,6; Thucyd. 4:16).
El precio habitual de una libra era 1/8 de un
denario; así que el trigo, aquí, en esta hambruna, tendrá ocho veces su valor
habitual. Se nos dice que un denario podría comprar 16 libras de trigo en el
tiempo de Cicerón, y 20 en los tiempos de Trajano. Entonces habrá una gran
escasez, por tanto, cuando un denario solamente pueda comprar una.
Hambrunas literales a menudo han sido predichas, y
han sucedido, desde Génesis en adelante (2ª Reyes 6:25; 7:1; Hechos 11:28).
¿Por qué no sería también literal esta hambruna en Apocalipsis? Y sin embargo
los intérpretes parecen estar determinados a tomarla por cualquier cosa excepto
por una hambruna literal. Algunos, como ya hemos referido, hacen de ella una
errada aplicación espiritual de Amós 8:11,12. “No dañes el aceite ni el vino”
es literal; y el Señor mismo, hablando del comienzo de estos días tan sombríos,
dice, “habrá hambrunas”. El grano, el aceite, y el vino son tres palabras que
generalmente aparecen juntas para dar la idea de abundancia (Vea Deuteronomio 11:14;
28:51).
El Sr. Eliott, en su Horae Apocalyticae (Tiempo Apocaliptico), la ha tomado con los
requisitos de historia, y dice “no
hay nada correspondiente con una era tal de hambruna” (vol.1; pág.149). Más de
uno debe haber pensado, por tanto, que lo mejor sería abandonar la
interpretación histórica. ¡Pero no! La historia debe sobreponerse, y la
Escritura (la voz proveniente del Trono) debe sujetarse a lo que diga. Así que
el Sr. Elliot primero insiste en otra libra de mayor peso; pero por fin, viendo que eso no tiene fundamento posible, muda de
opinión en una tercera edición de su comentario, ¡y se refugia ahora en un
denario de “menor valor” o “denario adulterado”! Ahora dice
actualmente, “Yo no era consciente de esta adulteración cuando imprimí mis dos
primeras ediciones, y por eso me basé en
una libra de más peso y más rara, para responder a lo que se declara del
precio en el profecía.” Admiramos el candor e infantilismo de esta confesión,
pero condenamos el principio de interpretación que precisa y requiere. Nosotros
preferimos las palabras de nuestro Señor más simples, ¡“Habrá hombres” (Mateo
24:7)! Esta postura jamás precisará de rebuscar que sirva para ataduras o resortes para otras
interpretaciones.
El Cuarto Sello (6:7,8).
6:7. Cuando
abrió el cuarto sello, oí la voz del cuarto Zoon, que decía: ¡Ven! * 8. Y mire, y he aquí un caballo Amarillo, y el
que lo montaba tenía por nombre Muerte, y el Hades le seguía; y le fue dada
potestad sobre la cuarta parte de la tierra, para matar con espada, con hambre,
con mortandad (pestes), y con las
fieras de la tierra] Este es el resultado de la apertura del Cuarto Sello;
y es el cuarto juicio mencionado por nuestro Señor en Mateo 24:7, “pestes”.
* Omiten
"y ve," L.T.Tr.A. WH. and RV.
Aunque la palabra en el Griego aquí es (…) (thanatos) mortandad, se toma, por la
fig. literaria Metonimia, por la
causa la muerte, que es con la peste. En la O.T. es la Septuaginta traducida
por (…) (Dever) destrucción, esto es,
plagas y pestes, que causan la muerte. Aparece unas treinta veces, tal como
en 1ª Reyes 8:37; Jeremías 14:12; 21:7. A la plaga oriental que se extendió en
Europa en el siglo 14 la denominamos “la muerte negra” por la misma Figura.
“Pestes”, así personificada, es seguida por la sepultura
(Gr. Hades), también personificada.
Las dos palabras aparecen juntas debido a que la segunda depende de la primera.
Vea 1:18; 6:8; 20:13; 1ª Corintios 15:55; e Isaías 27:15, 18. El Hades le sigue en el tren de la
Muerte, porque la Muerte acaba en la Sepultura. Por eso se les da la autoridad
juntándolas.
La tradición se enreda en la oscuridad cuando todo
está tan claro. ¿Qué es lo que viene después de la muerte? Con toda seguridad,
es la sepultura. En el cap. 20:13 leemos (“Y la muerte y el Hades entregaron
los muertos que había en ellos”, es decir, los muertos en poder de ellos fueron
vivificados. El Hades es el lugar que encierra a los muertos; y Cristo, quien
resucita a los muertos, por tanto se dice nos dice que tiene las llaves del Hades, o sepultura. La palabra Hades sucede once veces en el Nuevo
Testamento, y en ninguna de las dejaría de ser apropiada la traducción sepultura.* Siendo que,
sepultura, (a través de la Metonimia) no
se toma por una sola sepultura; sino como teniendo en vista las sepulturas
todas en su totalidad; o entonces, como podíamos llamarla el dominio de la Sepultura. El objetivo o comisión de la
“Mortandad” tiene relación con “el principio de dolores” en Mateo 24:8, donde
tanto allí como aquí se dicen ser: “guerra, hambres y pestes.” Estos son los
agentes que la “Mortandad”
(personificada) utiliza; y estos agentes son seguidos naturalmente por el común
resultado: la sepultura.
*Mateo 11:23 Hasta el hades (la sepultura) serás
abatida.
Mateo 16:18 Y las puertas del Hades (sepulcro) no prevalecerán.
Lucas 12:5 tiene poder para
echar en el infierno (sepultura).
Lucas 16:23 y en el hades (la sepultura) alzó sus ojos.
Hechos 2:27 no dejarás mi alma
en el Hades (la sepultura).
Hechos 2:31 su alma no fue
dejada en el Hades (la sepultura).
1ª Corintios 15:55 ¿Dónde está
sepulcro tu victoria?
Apocalipsis 1:18 las llaves de
la muerte y del Hades (sepulcro).
Apocalipsis 6:8 Muerte, y el Hades (sepulcro) le seguía.
Apocalipsis 20:13,14 la muerte
y Hades (el sepulcro).
Las “fieras de la tierra” traen consigo otros agentes, porque comen los
cadáveres de los cuerpos muertos, y asaltan a los que están indefensos (Números
21:6; Ezequiel 33:27; Levítico 26:22; Deuteronomio 22:24; Josué 24:12; 2ª Reyes
17:25; 2:24; Ezequiel 14:21; Jeremías 5:6; Isaías 30:6*). Estas tres – “espada, hambres
y pestilencias”, aparecen una al lado de las otras frecuentemente (Jeremías
14:12; 21:7; 24:10; 44:13; Ezequiel 6:11,12; 5:12, etc.); y juntas, como aquí,
a las “fieras de la tierra, tal como en Ezequiel 14:21. Las tres se le ofrecieron
a David en 1ª Crónicas 21:12.
*El opuesto de esto está prometido como parte de la futura bendición sobre la tierra. Isaías 11:7, 9; Ezequiel 34:25.
El significado de estos tres Sellos nos parece que es
muy sencillo y está muy claro. Son la expansión de la breve declaración que
hizo nuestro Señor mismo en Mateo 24:7 que muestra lo que vemos aquí, “el
principio de dolores”. En otras palabras, las guerras con sus consecuencias
naturales, hambres y plagas, y a las bestias rabiosas se les habrá mandado
comenzar el asalto en la parte de la tierra donde Satanás reunirá sus
ejércitos.
Cuando estos tres juicios sucedan, entonces tendrán
lugar otros del Señor provenientes de Sus ejércitos reservados para esta hora.
No será antes del sexto sello, el cual,
como ya vimos, nos transporta más adelante, hacia el tiempo del final de las
lamentaciones, que los hombres harán suyos estos juicios y maneras de proceder
de Dios como autor de ellos
Debemos volver a repetir aquí que, ninguno de estos
Sellos ha sido abierto todavía. Ni podemos señalar un solo periodo de la
historia en el cual estos “cuatro juicios” hayan estado en operación
simultáneamente sobre la extensión aquí
definida “la cuarta parte de la tierra.”
La descripción de Gibbon* del reinado de Justiniano,
alrededor de 550 D.C., muestra como posiblemente será tener una tan desoladora escena de juicio.
* Vol. 6: p. 331.
El quinto Sello se encuentra señalado y separado de
todos los demás. Permanece solo, dándonos otra perspectiva del cuadro. El
primer Sello muestra la gran compañía u organización empleada por Satanás como
el líder terrenal de la porción terrenal de sus huestes reunidas. La acción de
estas fuerzas Satánicas es asumida por los tres próximos Sellos (el segundo,
tercero y cuarto), una vez que son dirigidas contra las fuerzas enemigas de
Satanás.
En este conflicto terrenal solo puede haber
sufrimiento y martirio para todos aquellos que en la tierra sostengan y
mantengan el testimonio de la Palabra de Dios, es decir, aquellos que adhieran
a la verdad especifica y comunicada en este libro y sus contenidos, como está
definido en 1:2, 9; 12:17. En el cap. 20:20 se nos explica posteriormente que
estos son los que no adoran a la Bestia ni reciben su marca en sus frentes.
Las dos grandes fuerzas se ven entabladas en
hostilidades; las huestes enemigas se encuentran cara a cara; y aquellos que
están del lado del Señor sufren las consecuencias.
Por tanto, en el quinto Sello, tenemos este episodio
introducido para dar el cuadro completo, y dar todas las caras o perspectivas
del gran conflicto.
Los cuatro primeros Sellos están conectados entre
sí porque cada uno comienza con una locución de los cuatro Zoa, y la aparición de un jinete.
Los tres restantes por tanto están así señalados
como una serie separada.
La primera serie
de cuatro tiene que ver con el hombre como tal. En la primera de la segunda
serie tenemos a los santos del Altísimo.
El orden de la gran profecía del Señor (Mateo 24)
también es muy cercanamente seguido así. En los versículos 6-8 había estado
hablando de (1) guerra, (2) hambres y (3) pestes “el principio de dolores”; y
entonces en el versículo 9 continuó él diciendo “ENTONCES os entregarán a
tribulación, y os matarán, y seréis aborrecidos de todas las gentes por causa
de mi nombre”. Estas palabras de nuestro Señor (vers. 9-28) son la llave para
el quinto sello.
A2, 6:
9-11. El Quinto Sello.
A2 | c |
9. Los Mártires bajo el Altar. Descripción.
d | 10. Sus clamores.
c | 11-. Los Mártires bajo el Altar. Donación.
d | -11. La respuesta a sus clamores.
d | 10. Sus clamores.
c | 11-. Los Mártires bajo el Altar. Donación.
d | -11. La respuesta a sus clamores.
c. 6:9. Los
Mártires bajo el Altar. Su Descripción.
6:9. Cuando
abrió el quinto sello vi bajo el altar las almas (siendo que almas se pone por la figura sinécdoque por personas. Ver notas
aparte) de los que habían sido muertos
por causa de la palabra de Dios y por el testimonio que tenían] todo el
misterio desaparece cuando sencillamente tomamos la palabra “almas” aquí por
“personas” por la figura Sinecdoque. Por
esta figura una parte es puesta por la totalidad. Esto se denomina “Sinecdoque de la parte”. Por ella, la cabeza se pone por el hombre en sí
(Salmos 3:3; 7:16; 66:12; Proverbios 10:6; Isaías 35:10). La cara o rostro se pone por el hombre en sí, Génesis 3:19; 19:21; 2ª Samuel
17:11; 1ª Reyes 2:16; 10:24 etc. El ojo se
pone por toda la persona, Génesis 3:19; 19:21; 2ª Samuel 17:11; 1ª Reyes 2:16;
10:24 etc. Así también la boca
Proverbios 8:13). El vientre (Romanos
16:18; Filipenses 3:19). El corazón también
(Génesis 31:20; Lucas 21:34, etc.) El pie
(Proverbios 1:16; 6:18; Isaías 53:7; Romanos 3:15). De
igual manera la mano; nosotros
ponemos la “mano” por la totalidad de la persona cuando hablamos de “la mano de
obra” empleada. “Cuerpo” se pone por persona, especialmente en el caso de los
esclavos, Éxodo 21:3; Ap. 18:13. Creemos que esta es la misma figura que se
emplea aquí en Ap. 6:9. “Alma” se pone generalmente por persona. Cuando decimos
que la población consiste de tantas almas (en ingles), no queremos decir “alma”
en vez de cuerpo, sino que hablamos de muchas personas. En Génesis 12:5 leemos
(en la versión inglesa) de “las almas que salieron de Haran.” En Génesis 14:21 (vers. Inglesa), el Rey
de Sodoma dice “Dame a las almas (esto es, los cautivos), y toma para ti los
bienes.” En Génesis 17:14 (vers. Inglesa) “aquella alma (es decir, aquella persona) será
cortada de su pueblo.” Y también, muy frecuentemente, tenemos “el alma del que
pecaré morirá.” La palabra “alma” es frecuentemente utilizada hablando de una persona*, y es así como se traduce.
*Vea Génesis 46:15, 26,27; Éxodo 12:19; 16:16. Levítico 5:2, 4. Josué
20:3. Ezequiel 18, 4:20. Lucas 6:9.Hechos
2:41,43; 7:14. Romanos 13:1. 1ª Pedro 3:20.
La palabra (…) (psuche) no
tiene un significado fijo como el que se le ha dado por la teología y la
tradición. Aparece 105 veces en el Nuevo Testamento, y se
traduce (en la Biblia en ingles) vida, 40
veces; alma, 58 veces; mente, 3 veces; corazón una; de corazón una
(Colosenses 3:23); con (…) (humon) vuestras,
una vez (2ª Corintios 12:15); y con (…) (hemon) una (Juan 10:24).
Así, pues, no hay ningún motivo para adherirse a la
traducción tradicional, “alma”, en este pasaje como denotando una parte del hombre. Las palabras
significan simplemente “Yo vi aquellos que se les había dado muerte”. Juan
también escuchó lo que dijeron. Para hablar se requieren los órganos vocales.
Es necesaria la lengua. Los órganos vocales son indispensables para pronunciar
las palabras. Estos eran los santos mártires personificados y representados
aguardando. Ellos mismos fueron muertos; porque en Apocalipsis 20:4, Juan los
vuelve a ver, y dice “y volvieron a vivir” en la primera resurrección. “El
resto de los muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años”
(Ap. 20:5). ¿Por qué iría a decir “no volvieron a vivir” si, todo el tiempo,
hubiesen estado vivos en algún otro lugar? Además, ¿cómo podrían las “almas”
vestirse de indumentarias blancas? Pero si psuche
aquí se pone por personas, entonces
todo se vuelve claro. Juan pudo verlos, y oírlos, y ver lo que les fue
otorgado, y lo que se hizo con ellos individualmente. Aun de acuerdo a la
creencia popular, el “alma”, como tal, no puede ser vista. No es verdad que pueda existir algo como el alma material,
que podamos decir sin los órganos vocales corporales.
“Lo que Juan
ve es una visión que tenía como objetivo instruirle; igual que la parábola de
Jotam instruyó a los hombres de Israel cuando representaba árboles hablando.
Además, las palabras “suyos” le dan una fuerte
connotación. La palabra griega no la define así. Juan ve a los santos mártires
al pie del altar de las ofrendas. No está viendo víctimas animales, sino seres humanos.
Igual que a sacrificios, a ellos se les había dado muerte debido a sus
testimonios. No sacrificados para expiación, sino por devoción. Se les denominó “ofrendas de libaciones”; y el verbo (…)
(spedomai) se utiliza hablando de un
derramar la ofrenda. Vea Filipenses 2:17; y 2ª Timoteo 4:6.
La condición aquí como muertos está puesta en claro
contraste con su condición posterior de resucitados. Apocalipsis 20:4 muestra
que en 6:9 ellos no podían estar reinando con Cristo hasta que “viviesen de
nuevo”. Hasta entonces deberían aguardar, como la respuesta que recibieron a
sus lamentaciones y clamores les declara. Y así ahora
llegamos a:
d., 6:10 Sus clamores
6:10.
Y clamaron a gran voz (como se dice
que clamó la sangre de Abel), diciendo:
“Hasta cuando, Señor (Soberano Señor,
en la versión en inglés)
Santo
y verdadero]
(3:7. 1ª
Juan 5:20). La palabra aquí traducida por “Señor” en AV. Y por “Maestro” en
RV., es una palabra muy significativa. Nunca se utiliza en las Epístolas a la
Iglesia. La palabra griega es (…) (Despotes),
de donde obtenemos nuestra palabra Déspota*.
Sería muy difícil hacer encajar aquí esta palabra; y es preferible “Soberano
Señor” como significando un más alto mérito que el de “Maestro” meramente de la
RV., y denotando el gran y soberano juez de toda la tierra. Un cuidadoso
estudio de los pasajes donde aparece este Título no solo nos dará más luz en
estos pasajes; sino que también nos servirán para mostrar que nosotros no
tenemos nada que ver aquí con esta Iglesia, ni con ningún verdadero martirio
Cristiano; sino, con una especial y definida clase de mártires, a los cuales,
en los días de la gran tribulación, les será otorgado un peculiar Testimonio y
sufrirán un peculiar Martirio. El otro título “Santo y Verdadero”, se utiliza
en 3:7, y le pertenece especialmente a Dios en relación con el pacto de Su
pueblo. (Salmos 89:28, 34,35. Isaías 55:3).
*Aparece diez veces en el Nuevo Testamento. Cinco veces se traduce (vers. En inglés) como Amo o Maestro (1ª Timoteo 6:1,2. 2ª Timoteo 2:21. Tito 2:9. 1ª Pedro 2:18); y cinco veces se traduce Señor (Lucas 2:29. Hechos 4:24. 2 ª Pedro 2:1. Judas 4. Ap. 6:10).
La Iglesia de Dios en este día de gracia, ni hace
ni puede hacer clamores por venganza. De hecho, se nos enseña expresamente que no lo hagamos (Romanos 12:19). Es
evidente que estas palabras no son apropiadas para esta presente administración
en la cual vivimos y tenemos que amar a nuestro próximo como a nosotros mismos,
y no clamar por venganza sobre ellos. ¡No! Pero estos mártires se hallan en una
muy distinta administración; en la cual estos clamores por venganza serán completamente
apropiados y en armonía. A través del uso del título Soberano Señor, ellos poseen
todo el derecho de utilizar estos
clamores como Él quiere, y para hacer lo que le plazca arriba en el cielo y
también sobre la tierra.
No juzgas y vengas
Nuestra
sangre en los que moran en la tierra
"]
(Oseas 4:1). Este clamor es, como hemos dicho,
apropiado para la Dispensación venidera, así como lo fue en la pasada. (Vea
Salmos 13:1,2; 79:5, y muchos otros Salmos). De hecho, el Cántico de Moisés
finaliza con la segura y cierta bendición en la cual se basa este clamor de fe
(Deuteronomio 32:43):
“Alabad, naciones,
a su pueblo;
Porque Él vengará
la sangre de sus siervos
Y tomará venganza
de sus enemigos
Y hará expiación
por la tierra de su pueblo.”
Igual que Él vengó la sangre de Sus “siervos los
profetas” en los tiempos de Acaz y Jezabel (2ª Reyes 9:7). Cuando ésta presente
administración de gracia termine, entonces este clamor será consistente con la
posición de aquellos que lo pronuncien. Debemos recordar este gran principio, y
dividir correctamente las Dispensaciones en cuanto a sus naturalezas y
caracteres.
En Lucas 18:1-8 tenemos una palabra profética que
no podremos entender si la interpretamos de la Iglesia de Dios; sin embargo no
solamente está perfectamente claro, si la dividimos correctamente en cuanto a
su carácter dispensacional, sino que además nos sirve de ayuda para que podamos
comprender mejor este quinto sello.
Es el clamor de Israel representado como si fuese
el de una “viuda”. ¡Esta no puede ser la Iglesia! Sino que es el título
apropiado para Israel en una cierta y determinada condición (Isaías 54:4,5.
Lamentaciones 1:1). El clamor, “Véngame de mis adversarios”, no puede ser
utilizado por ningún hijo de Dios, ahora.
El corte en nuestros capítulos divide la cercana
conexión entre Lucas 17 y 18 y separa la parábola en Lucas 18:1-8 de la venida
del reino referida en Lucas 17:20 hasta el final. La sección comienza (Lucas
17:20) con la pregunta de los fariseos acerca de “¿Cuándo vendrá el reino de
Dios? El Señor responde: “El reino de Dios no vendrá (dicho con hostilidad) con
advertencia (tal como vosotros practicáis. Vea el uso del verbo, Lucas 6:7.
Marcos 3:2. Lucas 14:1. Hechos 9:24). Ni dirán: Helo aquí, o helo allí; porque
he aquí el reino de Dios está entre (en medio de) vosotros (por medio de la
persona del rey. ¡ No puede ser hasta que el corazón de sus enemigos hayan
antes procurado sus vidas!)
El Señor continua hablando de la venida del Hijo
del Hombre hasta el final del capítulo, comparándolo con los juicios de Sodoma
y Gomorra, y conectándolo con el final mismo de la Tribulación, como en Mateo
24:27, “Porque como el relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el
occidente, así será también la venida del Hijo del Hombre. Porque dondequiera
que estuviere el cuerpo muerto, allí se juntarán las águilas”. (Vea Job 39:30).
Entonces el Señor continua, en Lucas 18:1-8,
describiendo la posición de Sus siervos durante aquellos terribles días, y los
define como siendo días de aguardar y de orar. Sus clamores por venganza son
casi idénticos con aquellos que escuchamos en el quinto sello. Él dice, con
respecto a aquellos días, que “debían orar continuamente sin desmallar” porque
sus deseos no serían inmediatamente cumplidos (Lucas 17:22).
Pero ahora observe la Parábola en sí. “Había en una
ciudad (Jerusalén, Ap.11 (Isaías 1:10). Ezequiel 16:26, 46; 20:7), un juez, que
ni temía a Dios, ni respetaba a hombre; Había también en aquella ciudad una
viuda”. La viudez es la condición de Israel. Por eso el grueso de las naciones
puede decir, igual que Babilonia, “Yo estoy sentada como reina, y no soy viuda”
(Ap.18:7), Dios habla de ella en su verdadera condición desolada. El enemigo de la viuda no puede ser otro
que el Anticristo, que perseguirá a este remanente en Jerusalén. Tenemos el
clamor en Salmos 79:1-3:
“Oh Dios, vinieron
las naciones a tu heredad:
Han profanado tu
santo templo;
Redujeron Jerusalén
a escombros.
Dieron los cuerpos
de tus siervos por comida a las aves de los cielos.
Las carnes de
tus santos a las bestias de la tierra.
Derramaron su
sangre como agua en los alrededores de Jerusalén
Y no hubo quien
los enterrase.”
Esto
está claro que se refiere a Ap. 11. Y entonces viene la apelación lastimera del
vers. 5.
“¿Hasta cuándo, oh Jehová
estarás airado para siempre?
¿Arderá como fuego tu celo?”
La totalidad de este Salmo (79) debe ser leído en
esta conexión así como otros Salmos, tales como el 10 y el 11; 54:5; 55:9; 94;
143:12, etc. Vea también Isaías 63:15, etc., y 64. Es curioso notar, cómo,
después de que el Señor llame la atención a la acción del juez injusto, Él de
manera exultante declare de Si Mismo que es Santo y Verdadero – “¿Y acaso Dios
no hará justicia a sus elegidos, que claman a Él de día y de noche? ¿Se tardará
en responderles? Os digo que pronto les hará justicia.” (RV.).
Pero tuvo que añadir, y preguntar: “Pero, cuando
venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe (la
fe) en la tierra?” (R.V.) o, puede ser también en el Territorio, el
Territorio Judío, como en el primer Adviento.
Si dividimos correctamente la palabra de verdad,
con respecto a sus Dispensaciones, entonces vemos que las imprecaciones e
invocaciones por venganza, siendo como son opuestas al espíritu de la presente
dispensación de gracia, son sin embargo muy apropiadas para la pasada
administración de las obras, y la futura dispensación del juicio.
Los Romanistas, sin dividir correctamente las
Dispensaciones, imprimieron este tipo de Escrituras en sus servicios actuales;
usándolas para justificar sus persecuciones. Mientras que los intérpretes
Protestantes, fracasando también en este importante deber, tienen que explicar
tales pasajes por separado, o se esfuerzan en vano en reconciliarlos con
nuestra posición en gracia.
c., 6:11-. Los
Mártires bajo el Altar. Lo que les fue otorgado.
6:11-.Y se
les dieron* vestiduras blancas]
Esta misma fue la promesa hecha en Apocalipsis 3:4, haciéndoles justos, y
considerándoles siervos de Dios. Las Vestimentas de honra siempre hicieron
parte de las recompensas. (Vea Génesis 41:42; 45:22.
Ester 6:8, 9. Isaías 3:7. Zacarías 3:5). La acción implica que
sus pedidos serán concedidos; y las palabras anuncian que habrá alguna demora
antes de que sus deseos puedan ser alcanzados.
d., 6:-11. La
Respuesta a sus Clamores.
6:-11. Y se
les dijo que descansasen (no meramente que desistiesen de sus clamores; sino
que aguardasen) todavía un poco de
tiempo (esto es, por una corta demora o atraso, así como en 10:6 y 20:3) hasta que se completara el número de sus
consiervos (aquí tenemos el correlativo de Despotes, así como la propia posición que ostentan como “siervos”) y sus hermanos que también debían de ser
muertos como ellos] “Consiervos y hermanos” es la figura Hendiadis, que
denota no dos distintas clases de personas, sino a una clase; sus consiervos
mismo para aquellos entre sus hermanos. Esto se hace para definir quienes eran
estos consiervos; puesto que los ángeles pueden ser denominados así (19:10;
22:9), pero no “hermanos”. Ellos van a ser asesinados durante la Tribulación
por rehusarse a recibir la marca de la Bestia o a adorarla. Estos asesinatos
son vistos por Juan en una visión posterior en 13:7,15; 17:6. Aquí se encuentra
revelado proféticamente; porque, como hemos dicho, los Sellos cubren la
totalidad del periodo resumidamente, y en líneas generales, los detalles vienen
posteriormente completados por las Trompetas y Copas.
Sin duda esto debería ser suficiente para convencer
a todos los cristianos actuales de que el evangelio no está hecho con la
finalidad de convertir al mundo, o para traer paz y bendición universal. Esta
dispensación de gracia (rechazada) será seguida por una dispensación de juicio.
No será antes, sino después de esto que Jerusalén
venga a ser el centro de la presencia y del gobierno de Dios, y que la gloria
more en el Territorio (Salmos 75:9). Entonces Judá “será habitada para siempre,
y Jerusalén por generación y generación. Y
limpiaré la sangre de los que no había limpiado; y Jehová morará en Sion. (Joel 3:20, 21. Vea también Isaías 4:4 y Deuteronomio
32:43). Cuando el número señalado sea alcanzado, será ejecutado el juicio y será
seguido por la dispensación de gloria.
El Sexto Sello (6:12-17).
En este sexto Sello se nos lleva más adelante al
tiempo del fin. Los Sellos, como hemos dicho, son un sumario, en breve, de todo
el periodo de la Tribulación; y, al igual que el primer Sello corresponde
exactamente con la gran profecía de Cristo en Mateo 24, así este sexto Sello
tiene su lugar en aquel capítulo. Podemos exhibir
así el paralelismo:
Mateo 24. Los Sellos. Ap.6
4, 5
|
1º
|
El Falso Cristo
|
1,2
|
6, 7-
|
2º
|
Guerras
|
3, 4
|
-7-
|
3º
|
Hambres
|
5, 6
|
-7
|
4º
|
Pestes
|
7, 8
|
8-28
|
5º
|
Martirios
|
9-11
|
29-30
|
6º
|
Señales en el Cielo del Adviento
|
12-17
|
Así podremos ver cuán exactamente Mateo cubre la
totalidad del periodo de los seis Sellos; y muestra que este sexto Sello nos lleva
a las señales inmediatas y precedentes al Adviento del Señor en Gloria, como
vimos en Ap. 19.
Siendo así, esto prueba que cualquier interpretación
de este Sello que considera que está relacionado con algún evento histórico del
pasado es condenable por este mismo hecho.
Este sexto Sello es el examen crucial de toda la
Apocalíptica interpretación.
Nadie puede leer Mateo 24:30 con Ap.6:12-17 sin
darse cuenta de que en ambos lugares se está hablando del mismo acontecimiento.
El actual Adviento de Cristo es diferido, en Ap.6, porque así forma una
especial y separada descripción por sí misma en el cap. 19. El sexto Sello no
incluye por tanto la aparición visible del Hijo del hombre, aunque está
señalado que, mientras (en A3) que en Ap.6:13 tenemos el símil de una Higuera,
y el sello de los elegidos de Israel (7:1-8; así, en Mateo 24:31 tenemos la
reunión de los elegidos de Israel, y en los versículos 32, 33 tenemos el símil
de la Higuera otra vez. El Señor finaliza esta especial profecía de la
Tribulación añadiendo: “De cierto os digo, que no pasará esta generación hasta
que todo esto acontezca” (“hasta que todas estas palabras comiencen a suceder”,
dice en la versión en inglés). No que hayan sido “cumplidas”.
La palabra es (…) (genetai) proveniente de (…) (ginomai)
comenzando a ser, estar sucediendo, y es muy diferente de (…) (pleroo), completar, finalizar. En Lucas
21:32, que es el pasaje paralelo, tenemos la primera palabra, completado. Lo que el Señor dijo fue
“esta generación no pasará hasta que todas estas cosas comiencen a suceder.” Y realmente comenzaron a tener lugar durante aquella misma generación; porque
el periodo inmediato que siguió a la muerte del Señor quedó marcado por la
aparición de muchos que vinieron diciendo “Yo soy el Cristo”. Pero para que
pudiésemos entenderlo claramente, Cristo añade inmediatamente: “Pero todavía no es el fin” (Mateo 24:6).
Pero ahora, volviendo al sexto Sello; notamos
primeramente su Estructura, que es la siguiente:
B2, 6:
12-17. El Sexto Sello.
B2 |
e | 6: 12-. La Gran Convulsión.
f | -12, 13. Efectos en el Cielo.
e | 14-. La Gran Convulsión.
f | -14-17. Efectos en la Tierra.
f | -12, 13. Efectos en el Cielo.
e | 14-. La Gran Convulsión.
f | -14-17. Efectos en la Tierra.
TRADUCCIÓN DE B2 6: 12-17.
6:12. Miré
cuando abrió el sexto sello, y he aquí hubo un gran terremoto (gran
convulsión); y el sol se puso negro como
tela de cilicio, y la luna se volvió toda como sangre; (13) y las estrellas del cielo cayeron sobre la
tierra, como la higuera deja caer sus higos cuando es sacudida por un fuerte
viento]
Aquí tenemos la gran convulsión de la Naturaleza, y
sus efectos en el cielo. Es imposible que tomemos todo esto como simbólico; o
por otra cosa distinta de lo que dice literalmente. Las dificultades de una
interpretación simbólica son insuperables, y sin embargo no aparece ningún
obstáculo si atendemos a la interpretación literal. Porque de acuerdo a algunos
interpretes historicistas* este Sello se cumplió en los tiempos de la
Conversión de Constantino. Ellos toman el Cielo como símbolo del término inventado “cielo Político”;
pero debía ser llamarlo “el Cielo Religioso”, una vez que suponen que el evento
sea cristiano. De acuerdo a otros** se cumplió en la Revolución Francesa de
1798. Como ninguno de los dos puede estar correcto, ¿No será mejor para
nosotros creer exactamente lo que nos dice Dios? En Hageo 2:6,7, nos predice
los acontecimientos de este sello, y se conecta como en Mateo 24 con el
inmediato Adviento del Hijo del Hombre:
“Porque así dice
Jehová de los ejércitos,
De aquí a poco yo haré temblar los cielos y la tierra,
El mar y la tierra seca
Y haré temblar a todas las naciones, y vendrá el Deseado de todas las naciones.”
*Mede, Newton,
Elliot.
**Cunninghame y otros.
Aquí se predice claramente la gran convulsión del
sexto Sello. Decimos “convulsión,” porque la palabra (…) (seísmos) significa mucho más que un simple terremoto, como el
contexto muestra con toda claridad. Tiene que suceder una convulsión de las naciones, de la cual se dice ser
distinta de la de los Cielos, y que
es la que precede a la inmediata Revelación de Cristo, y la gloria del Templo. Hageo la predice de
nuevo en el cap. 2:21, 22 y otra vez hace la distinción entre los cielos y la tierra.
“Yo haré temblar los cielos y la tierra.
Y trastornaré el trono de los reinos.
Y destruiré la fuerza de los reinos de las naciones
Trastornaré los carros y los que en ellos suben,”
etc. (Vea también 2ª Pedro 3:7-13, y compare el vers. 7 con 2ª Ts. 1:8).
Una vez que ha hablado de la gran convulsión y de
sus efectos en el cielo, la profecía una vez más nos habla de la convulsión y sus efectos sobre la tierra.
14. Y el* cielo se desvaneció como un pergamino que
se enrolla; y todo monte y toda isla se removió de su lugar] Esto se
encuentra referido en Mateo 24:35, y se predice en Isaías 34:4 (lea los vers. De
1 a 5 y en Isaías 13:6-13), donde tenemos exactamente el mismo fenómeno
descrito. Si el sexto Sello significase la conversión de
Constantino, también estos pasajes en Isaías deberían serlo.
* El artículo no está en el Texto Recibido, y
tampoco en el AV. Es añadido por C.L.T.Tr.A. WH. y RV.
15. Y los
reyes de la tierra, y los grandes (los oficiales civiles del Estado), los ricos*, los capitanes (los oficiales militares), los poderosos** siervo y
todo*** libre, se escondieron (huyeron
para refugiarse) entre las peñas de los montes. (16) Y decían a los montes y a las peñas: Caed
sobre nosotros, y escondednos del rostro de aquel que está sentado sobre el
trono, y de la ira del Cordero”. (17) Porque
el gran día de su ira ha llegado; ¿y quién podrá sostenerse en pie? ] En
conexión con todo esto debemos leer Salmos 2:2; 48:4; 97:5. Isaías 24:19-23; 34:12; 2:10-22. Nahúm 1:5, Hebreos 12:26. También el Señor se refiere a lo mismo en Lucas
23:30, citando las mismas palabras de Oseas 10:8. El singular fenómeno se
menciona de nuevo bajo la cuarta Trompeta, y los siete Candeleros (16:20),
mostrando así que en el sexto Sello tenemos los anuncios preliminares de
aquello que tendrá lugar “inmediatamente después de la tribulación de esos
días.” (Mateo 24:29) e “inmediatamente” antes del personal
Adviento de Cristo. Con esto concuerdan las palabras de Joel 2:31.
* G.L.T.Tr.A. WH. y RV. invierten las palabras,
concordando con este orden.
** G.L.T.Tr.A. WH. y RV. traducen (...) (ischuroi) grandiosos,
en vez de (...) (dunatoi) poderosos.
*** L.T.Tr.A. WH. y RV. omiten "todo".
En Ap. 19:19 tenemos la disposición de las filas de
las fuerzas armadas aquí descritas detalladamente.
Si las palabras que describen los terribles juicios
del “gran día de Su ira” se interpretan acerca de cualquier acontecimiento
histórico pasado de la presente dispensación, entonces, ¿qué palabras son las
que describen los juicios futuros que el Antiguo Testamento predice? El lenguaje
así, se hace inútil para el propósito de revelarnos y de instruir si, como
hemos dicho, “este Sello exhibe la derrota del paganismo” en la conversión de
Constantino. Eusebio retrata esa escena (lib.10) como de gozo y de alegría, y
lo junta con la venida del reino prometido. No hubo convulsión alguna ni en el
cielo ni en la tierra; ninguna huida a las montañas y peñas; ningún grito de
terror. El sol lucía brillante y el cielo despejado, en vez de “negro como tela
de cilicio”.
Y así llegamos al final del primer sexto Sello. Es
un sumario de los juicios que están distribuidos a través de todo el libro; un
breve resumen de lo que sucederá en “el día del Señor”, hasta el tiempo de Su
actual Revelación o Descubrimiento en el cap.19.
Están así asentados aquí, para mostrarnos que estos
juicios no se dan por acaso, sino que están debajo del control Divino. El gran
Falso Mesías del primer Sello no puede ser revelado hasta que el tiempo
señalado no haya venido y aparezca la voz del trono dando la orden permisiva
diciéndole: “!Ve!” Los juicios no pueden acontecer hasta que la misma orden no
sea dada. Aquí observamos la importante conexión que hay entre “el Trono” de
los caps. 4 y 5 visto “en el Cielo” y el consecuente resumen (en los Sellos) de
todo aquello que tiene lugar posteriormente “en la tierra.”
Nos guían hasta “el gran día de Su ira”; y el
capítulo acaba con la solemne pregunta: “¿Y quién podrá sostenerse en pie?”
Esta pregunta está respondida en el cap. 7, donde
se nos muestra primeramente el sellado de los 144.000 “de entre todas las
tribus de Israel”, que pasan ilesos a través de aquella gran tribulación; y el
rapto de la gran multitud que ningún hombre puede contar y que son los salvos a
través de ella y fuera de la misma. Estos no son la Iglesia de Dios, porque se
encuentran firmes delante del trono. No se sientan sobre él. Son salvos, por
supuesto, a través de la misma preciosa sangre del Cordero. Se encuentran
referidos en Isaías 26:9: “porque luego que hay juicios tuyos en la tierra, los
moradores del mundo aprenden justicia”. ¿Dónde aparecen posteriormente si no es
en la gran multitud de Apocalipsis 7? (Lea también
Salmos 64:7-10). La pregunta, ¿Quién podrá sostenerse en pie? Va ahora a ser
respondida.
EL SELLADO O MARCA DE LOS 144.000
(6:1-8). La
respuesta a la pregunta de 6:17.
Pocas Escrituras han sufrido más en las manos de
los cristianos gentiles que esta. Sin tener en cuenta el hecho que le concierne
a “todas las tribus de los hijos de Israel”, y que las doce tribus se nombran
separadamente, la interpretación popular insiste en tomarla como si estuviera
hablando de la Iglesia de Dios.
Cualquier sistema de interpretación que tenga esto
por su fundamento debe ser juzgado y condenado desde fuera no solamente inútil,
sino también malévolo. Tal sistema ha sido muy bien descrito por Hooker como
siendo un sistema “que mudó el significado de las palabras como lo hizo la
alquimia, o lo haría, la sustancia de los metales, haciendo algo diferente de
lo que esté catalogado; y causando, al final, la anulación de toda la verdad.”
Está perfectamente claro que aquí lo que tenemos es
el plan Divino y la acción para proteger al Remanente de la nación de Israel a
través de todos los juicios y persecuciones que caracterizarán la Gran
Tribulación.
La Visión, aunque se vea después del Sexto Sello,
lo que realmente describe es lo que tendrá lugar antes del cap. 6 y antes de
abrirse el Sello. Sus números no son dejados al acaso. El consejo que Dios ha
declarado concerniente a este Remanente debe permanecer. Por eso es por decreto
Divino que este propósito será protegido y asegurado desde fuera.
Aquí se nos dice, por tanto, los medios empleados
para asegurar este Divino propósito.
La Estructura es como sigue:
A3, 7: 1-8. El
Sellado de los 144.000.
La respuesta a la pregunta de 6:17.
La respuesta a la pregunta de 6:17.
A3 | g | 7:
1-. Cuatro ángeles.
h | -1-. Lugar. “Los cuatro ángulos de la tierra…
i | -1-. Agente o medio “Que detenían los cuatro vientos…
k | -1. Propósito (neg.). “No sopla sobre la tierra, el mar, o los árboles.
g | 2-. Otro ángel.
h | -2-. Lugar. “de donde nace el sol…
i | -2, 3-. Agente o medio. “Tenía el Sello…
k | -3-8. Propósito (neg.). “No herir la tierra, ni el mal ni los árboles.
h | -1-. Lugar. “Los cuatro ángulos de la tierra…
i | -1-. Agente o medio “Que detenían los cuatro vientos…
k | -1. Propósito (neg.). “No sopla sobre la tierra, el mar, o los árboles.
g | 2-. Otro ángel.
h | -2-. Lugar. “de donde nace el sol…
i | -2, 3-. Agente o medio. “Tenía el Sello…
k | -3-8. Propósito (neg.). “No herir la tierra, ni el mal ni los árboles.
Todo se ve perfecto en el orden Divino. Nada se
deja al acaso aquí y comprendemos bien lo que está descrito. Todo luce perfecto
en las palabras y en las obras de Dios. Y el registro es tan verdadero como su
estructura es perfecta. No requiere explicación alguna. Nos explica a
nosotros la verdad de una manera y forma Divina.
TRADUCCIÓN DE 7:1-8.
7:1[Y]* después de esto]
Mostrando que la visión anterior está completa, y las dos visiones que siguen,
comienzan con palabras similares, vienen en modo de episodio: la primera,
anterior en el tiempo a los Sellos; y la segunda, durante el periodo de los
Sellos, y posterior en tiempo.
* L. WH. y RV. omiten "y" — Tr. y A. la
ponen entre paréntesis.
Vi a cuatro
ángeles en pie sobre los cuatro ángulos de la tierra, que detenían (o, controlan)
los cuatro vientos de la tierra, para que no soplase viento alguno sobre la
tierra, ni sobre el mar, ni sobre ningún árbol] El número cuatro marca esta visión como
perteneciente a la tierra. Los vientos son también así designados en Jeremías
49:36. Daniel 7:2; 8:8; 11:4, los cuatro comprenden o abarcan todos los vientos;
o simplemente señalan los cuatro puntos del compas. El punto que hay que
enfatizar aquí es la Quietud, como
cuando decimos que “no se mueven ni las hojas”: eso nos dice que este sellado o
marcar tendrá lugar antes de los primeros acontecimientos de la Gran
Tribulación.
2. Vi
también otro ángel que subía de donde sale el sol, y tenía el sello del Dios
vivo; y clamó a gran voz a los cuatro ángeles, a quienes se les había dado el
poder de hacer daño a la tierra y al mar: (3) diciendo No hagáis daño a la tierra, ni al mar, ni a los árboles, hasta
que hayamos sellado en sus frentes a los siervos de nuestro Dios”] Esto
es, por supuesto, preliminar a Mateo 24:31. Precede a la Tribulación, como se
muestra por la razón que da para el sellado. Pero por Mateo 24:31 sabemos que
después de la Tribulación, serán enviados ángeles para reunir a Sus elegidos
provenientes de los cuatro vientos, desde un extremo al otro del cielo”. Los
dos pasajes permanecen en la más próxima relación, y muestran que la “elección”
en Mateo 24:31 pertenece a Israel, y no a la Iglesia. Se encuentran sobre la
tierra durante la Tribulación y este marcar o sellar, sea lo que sea, les
protege y los preserva ilesos. Este sellar era evidentemente visible, como las
langostas son dirigidas en el cap.9:4 para dañar aquellos “que no lleven el
sello de Dios en sus frentes”. La Bestia tiene este sello, con el cual sellará
a sus seguidores; y esta es la marca distinta Divina que Dios pondrá sobre Sus
siervos. Justo como en los días de los Patriarcas Él pudo protegerlos, diciendo
“No toquéis a mis ungidos, ni hagáis mal a mis profetas” (Salmos 105:15): así
también aquí, con este elegido Remanente. Aquellos que ostenten la marca de la
Bestia son idólatras de la muerte más profunda; pero los que tienen la marca
Divina, están sellados con “el sello del Dios Viviente”. Este título aquí (como
en otras partes en que aparece), siempre se emplea con referencia a los ídolos
y a la idolatría (vea Deuteronomio 5:26. Josué 3:10.
Jeremías 10:2-11. Daniel 6:26. 1ª Tesalonicenses
1:9,10). Entonces será cuando el Salmo 91 reciba una nueva aplicación de una
manera muy significativa. En Ezequiel 9:3,4 tenemos un sellado similar por el
cual un devoto remanente es contado en la corrupta ciudad de Jerusalén. Deben
ser parte de este mismo número en Apocalipsis 7. En Éxodo 12:7 las casas de los
israelitas fueron marcadas con un propósito similar. En Apocalipsis 2:17 esta es la marca prometida, y la promesa se consuma
en 22:4.
Los romanos marcaban a sus soldados en la mano; y a
sus esclavos en la frente. Herodoto (2:113) habla de los adoradores de un
cierto dios que poseían su nombre marcados sobre ellos. De la misma forma son
marcados los adoradores de la Bestia (13:16-18; 14:9,11; 16:2; 19:20; 20:4; y
los sellados Divinamente son marcados como los adoradores del Dios verdadero.
4. Y el
número de los sellados: ciento cuarenta y cuatro mil sellados de todas las
tribus de Israel] Alford dice acerca de este número: “Nadie que yo
sea consciente lo ha tomado literalmente!” Es muy cierto: pero nosotros estamos
agradecidos de ser una excepción a la regla, y de creer lo que Dios dice.
Existe algo denominado como Figuras
Literarias, pero, preguntamos, ¿cuál es la figura que se emplea aquí? ¿Cómo
se denomina? La verdad es que aquí no hay Figura alguna; sino la simple
declaración del hecho: un definitivo número
en contraste con el indefinido número
en este mismo capítulo (vers.9). Si el número total no es exacto, entonces todo
lo que se haga para averiguarlo es también indefinido. Si este número fuese
simbólico, entonces, ¿cuál sería el
número en las Escrituras que tomaríamos como literal? No puede ser, de acuerdo
a este principio de interpretación, que sustituye la propia vana imaginación
del hombre antes que la revelación de Dios. Una vez más, repetimos, nosotros
preferimos creer a Dios. Y creyéndole a Él, concluimos que así como Él Se
reservó a 7.000 en los días de Acab (1ª Reyes 19:18. Romanos 11:4), de igual
manera Se reservará a 144.000 en la Gran Tribulación.
Aquí tenemos, por tanto, el núcleo de las nuevas
naciones referidas por Cristo en Mateo 21:43. Tenemos también lo que será el
cumplimiento de la profecía de Daniel 12:1: “En aquel tiempo se levantará
Miguel (el otro ángel), el gran príncipe que está de parte de los hijos de su
pueblo (Israel); y será tiempo de angustias, cual nunca fue desde que hubo
gente hasta entonces; pero en aquel tiempo será
libertado tu pueblo, todos los que se hallen en el libro”. Aquí, en
Apocalipsis 7, tenemos el sellado de los que tienen sus nombres escritos, que
serán “librados”. (Compare Joel 2:28-32). Lo que este sello era lo aprendemos
del cap. 14:1
5. De la
tribu de Judá, doce mil sellados. De la tribu de Rubén, doce mil sellados. De
la tribu de Gad, doce mil sellados; (6) De la tribu de Aser, doce mil sellados.
De la tribu de Neftalí, doce mil sellados. De la tribu de Manasés, doce mil
sellados; (7) De la tribu de Simeón, doce mil sellados. De la tribu de Leví,
doce mil sellados. De la tribu de Isacar, doce mil sellados. (8) De la tribu de
Zabulón, doce mil sellados. De la tribu de José, doce mil sellados. De la tribu
de Benjamín, doce mil sellados] En esta numeración tenemos que observar
la omisión de las tribus de Dan y de Efraín: Siendo que las de Leví y José aparecen injertadas tomando sus lugares.
El motivo de que sea así nos parece ser bastante obvio. En Deuteronomio 29:18-21,
leemos que tanto el hombre o la mujer o familia o tribu” que introdujese idolatría en Israel, “se asentará sobre él
toda maldición escrita en este libro, y Jehová borrará su nombre debajo del cielo, y lo apartará Jehová de todas
las tribus de Judá para mal, conforme al todas las maldiciones del pacto
escrito en este libro de la ley… todas las naciones dirán: Por qué hizo esto
Jehová a esta tierra?...y responderán: Por cuanto dejaron el pacto de Jehová el
Dios de sus padres…y fueron y sirvieron a dioses ajenos y se inclinaron a
ellos, dioses que no conocían” (Versículos 24-26).
* L.T.Tr.A. WH. and RV. omiten "sellados."
La tribu de Dan fue la primera que se puso debajo
de esta maldición. Vea Lev. 24:10-16.
Es muy significativo que estas dos tribus, Dan y
Efraín, participasen en introducir idolatría más tarde (Jueces 18:2, 30, 31). Y
posteriormente fue Jeroboam quien sacó el becerro de oro y lo introdujo
asentándolo en la tribu de Dan (1ª Reyes 11:26; 12:28-30. Vea también Oseas 4:17).
Es cierto, nos encontramos con Dan y Efraín
restaurados en la futura distribución del Territorio (Ezequiel 48), porque
“irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios” (Romanos 11:29). Pero eso
es algo diferente, y tiene que ver con la herencia terrenal. Pero aquí tiene que ver con la preservación celestial. La omisión en Apocalipsis 7
es para mostrar que estas dos tribus permanecen sin ser protegidas por la
garantía de seguridad que otorga este sellado. Habrá, por supuesto, miles,
juntos con estos, de cada una de las tribus restantes sobre la tierra; la
diferencia estará en que ellos no serán sellados, y en su falta de protección
contra las envestidas de la Bestia. Que están y hacen parte de los habitantes
de la tierra está claro por Jeremías 4:5-31 (vea vers.15); 8:13-17 (vea vers. 16). Amós 8:11-14.
Tenemos una ilustración muy significativa acerca de
esto en Números 31, cuando para ejecutar juicio sobre los Madianitas fueron
escogidos 1.000 de cada tribu. Y de la misma forma que los 144.000 aquí
sobreviven a través de toda la gran Tribulación, así sucedió también con los
12.000 enviados contra los Madianitas; porque cuando al final recontaron el
número de ellos, los oficiales se acercaron a Moisés y le dijeron “Hemos hecho
el recuento de los hombres de guerra a nuestro cargo, y ninguno ha faltado de nosotros” (vericulos.48, 49).
Lo mismo se hará cierto para estos 144.000, cuando
se encuentren posteriormente en el Monte Sión (14:1-5).
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