Donaciones
Fuera de México:

Check out with PayPal

EL AMOR DE DIOS Y EL DE SU HIJO JESUCRISTO POR SU PADRE - Charo Quesada

ARCHIVO DE ARTÍCULOS ANTERIORES
CARTAS ENTRE CREYENTES
Madrid, a 22 de Octubre del 2010.

Amados hermanos:
Siempre me conmovió y sigue conmoviéndome hoy profundamente, el amor de Dios por la humanidad. Cuando medito en Su infinito e incondicional AMOR siempre, una y otra vez, me lleva a la raíz más profunda: Su Hijo Jesucristo
Siempre pienso en la inmensidad, estrecha y sublime relación de AMOR que el Padre tenía con Su hijo y el hijo con Su Padre, medito en la profundidad y dimensión de ese AMOR…  Qué intensidad, qué fusión debió tener Jesucristo con su Padre y por su Padre para cumplir mansamente con Su voluntad, sin quebrantar, sin cuestionar, con una obediencia absoluta, con tal confianza en su Padre que fue hasta la muerte, para pagar el precio en rescate por todos nosotros, por toda la humanidad… 
Y me sigo preguntando pero ¿¿¿¿Qué clase de amor tuvo Jesucristo proveniente de su Padre y hacia su Padre en retorno, que le hizo amarnos hasta el punto de morir por nosotros, por toda la humanidad????? Cuanto amor tenía por su Padre, hasta qué punto amó Jesucristo a Dios, que ese amor le llevó a amar a los hombres de manera tal  que pudo decir a su Padre: Padre perdónalos porque no saben lo que hacen.
·         Lucas 23:34 Y Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Y repartieron entre sí sus vestidos, echando suertes.
Vemos que el sacrificio de Jesús fue “el acto de amor supremo” por la humanidad.
Poco antes de la Pascua en que iba a ser sacrificado, Jesús dijo: “Para esto he llegado a esta hora... Y yo, si fuere levantado de la tierra, a todos atraeré a mí mismo” 
·         Juan 12:27, 32 Ahora está turbada mi alma; ¿y qué diré? ¿Padre, sálvame de esta hora? Más para esto he llegado a esta hora. 32 Y yo, si fuere levantado de la tierra, a todos atraeré a mí mismo.
Yyyyyy…, perooooo…. ¿Por qué tuvo que morir Jesús?
Nuestro Salvador tenía que morir porque era la única forma de que nuestros pecados pudieran ser perdonados, limpiados, pagados.
Por  la caída de un hombre (Adán) la muerte de un justo (Jesucristo): “El cordero sin mancha que quitó (que pagó, que borró) el pecado del mundo”. Por la caída de Adán, todos pecamos, la humanidad quedó muerta espiritualmente, muerta en delitos y pecados, la humanidad en su absoluta totalidad, heredamos de Adán esta condición, viene impresa en el código genético, todos descendemos de la línea de sangre de Adán.
·         Romanos 5:12 Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron. 13 Pues antes de la ley, había pecado en el mundo; pero donde no hay ley, no se inculpa de pecado. 14 No obstante, reinó la muerte desde Adán hasta Moisés, aun en los que no pecaron a la manera de la transgresión de Adán, el cual es figura del que había de venir. 15 Pero el don no fue como la transgresión; porque si por la transgresión de aquel uno murieron los muchos, abundaron mucho más para los muchos la gracia y el don de Dios por la gracia de un hombre, Jesucristo. 
·         Romanos 6:23 Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro. 
·         Romanos 5:6-8 Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos. 7 Ciertamente, apenas morirá alguno por un justo; con todo, pudiera ser que alguno osara morir por el bueno. 8 Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros
·         2ª Cor5:21 Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.
·         Juan1:29 El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.
Amados hermanos, leamos ahora las altísimas leyes de Justicia de Dios, a la luz del por qué tuvo que morir nuestro hermano Jesucristo:
·         Hebreos 9:11 Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta creación, 12 y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención. 13 Porque si la sangre de los toros y de los machos cabríos, y las cenizas de la becerra rociadas a los inmundos, santifican para la purificación de la carne, 14 ¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo? 15 Así que, por eso es mediador de un nuevo pacto, para que interviniendo muerte para la remisión de las transgresiones que había bajo el primer pacto, los llamados reciban la promesa de la herencia eterna. 16 Porque donde hay testamento, es necesario que intervenga muerte del testador. 17 Porque el testamento con la muerte se confirma; pues no es válido entre tanto que el testador vive. 18 De donde ni aun el primer pacto fue instituido sin sangre. 19 Porque habiendo anunciado Moisés todos los mandamientos de la ley a todo el pueblo, tomó la sangre de los becerros y de los machos cabríos, con agua, lana escarlata e hisopo, y roció el mismo libro y también a todo el pueblo, 20 diciendo: Esta es la sangre del pacto que Dios os ha mandado.21 Y además de esto, roció también con la sangre el tabernáculo y todos los vasos del ministerio.22 Y casi todo es purificado, según la ley, con sangre; y sin derramamiento de sangre no se hace remisión.23 Fue, pues, necesario que las figuras de las cosas celestiales fuesen purificadas así; pero las cosas celestiales mismas, con mejores sacrificios que estos. 24 Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios; 25 y no para ofrecerse muchas veces, como entra el sumo sacerdote en el Lugar Santísimo cada año con sangre ajena. 26 De otra manera le hubiera sido necesario padecer muchas veces desde el principio del mundo; pero ahora, en la consumación de los siglos, se presentó una vez para siempre por el sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el pecado
La Biblia dice que el pecado es la infracción de la ley de Dios.
·         1ª Juan 3:4 Todo aquel que comete pecado, infringe también la ley; pues el pecado es infracción de la ley. 
·         Mateo 22:35-40 Y uno de ellos, intérprete de la ley, preguntó por tentarle, diciendo: 36 Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la ley? 37 Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. 38 Este es el primero y grande mandamiento. 39 Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. 40 De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas.
Y este es al amor que Jesucristo sin duda tenía por su Padre: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente…  
Nadie, absolutamente nadie, podría haber amado, ni aún hoy podría amar de “esta manera a Dios” de no haber sido porque Dios nos amó primero, de no haber sido a través del amor de Su amado Unigénito en quien tuvo complacencia, de no haber sido a través de la muerte de nuestro hermano Jesucristo.
·         Juan 3:16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.17 Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.
·         1ª Juan 4:10 En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados. 
·         Romanos 5:5 y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado
En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados, esta es la clave, un pilar, a tener siempre muy presente y a no menospreciar jamás.
Nunca y digo NUNCA, podríamos haber amado a Dios si Él no nos hubiese AMADO a nosotros primero, nunca podríamos amar a Dios si Jesucristo no hubiera amado primero a su Padre de forma tal que murió por todos nosotros menospreciando el “oprobio” la “infamia” que contra él acometieron, poniendo “el gozo” delante de él, esto es sabiendo lo que estaba por venir, sentarse a diestra del trono de su amadísimo Padre…
·         Hebreos 12:2 puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios. 
Deleitémonos ahora leyendo estos versículo de Juan 17, los cuales hablan por sí solos, referentes al tema que nos ocupa: El amor que Jesucristo profesaba a Su Padre, lo que a mi entender, es la fuente, la raíz y la consecuencia del amar tanto a sus hermanos como a toda la humanidad, en esta entrega total y absoluta a su Padre, hasta la muerte:
·         Juan 17:1 Estas cosas habló Jesús, y levantando los ojos al cielo, dijo: Padre, la hora ha llegado; glorifica a tu Hijo, para que también tu Hijo te glorifique a ti; 2 como le has dado potestad sobre toda carne, para que dé vida eterna a todos los que le diste. 3 Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado. 4 Yo te he glorificado en la tierra; he acabado la obra que me diste que hiciese. 5 Ahora pues, Padre, glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese. 6 He manifestado tu nombre a los hombres que del mundo me diste; tuyos eran, y me los diste, y han guardado tu palabra. 7 Ahora han conocido que todas las cosas que me has dado, proceden de ti; 8 porque las palabras que me diste, les he dado; y ellos las recibieron, y han conocido verdaderamente que salí de ti, y han creído que tú me enviaste. 9 Yo ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por los que me diste; porque tuyos son, 10 y todo lo mío es tuyo, y lo tuyo mío; y he sido glorificado en ellos. 11 Y ya no estoy en el mundo; mas éstos están en el mundo, y yo voy a ti. Padre santo, a los que me has dado, guárdalos en tu nombre, para que sean uno, así como nosotros. 12 Cuando estaba con ellos en el mundo, yo los guardaba en tu nombre; a los que me diste, yo los guardé, y ninguno de ellos se perdió, sino el hijo de perdición, para que la Escritura se cumpliese.13 Pero ahora voy a ti; y hablo esto en el mundo, para que tengan mi gozo cumplido en sí mismos. 14 Yo les he dado tu palabra; y el mundo los aborreció, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.15 No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal. 16 No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. 17 Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad. 18 Como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo. 19 Y por ellos yo me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad. 20 Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos, 21 para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste. 22 La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno. 23 Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado. 24 Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, también ellos estén conmigo, para que vean mi gloria que me has dado; porque me has amado desde antes de la fundación del mundo. 25 Padre justo, el mundo no te ha conocido, pero yo te he conocido, y éstos han conocido que tú me enviaste. 26 Y les he dado a conocer tu nombre, y lo daré a conocer aún, para que el amor con que me has amado, esté en ellos, y yo en ellos.
A nuestro hermano Jesucristo, le golpearon y azotaron de tal modo que no se le podía reconocer, la hermosura de su rostro fue absolutamente desfigurada, ¡no podían ni mirarle del espanto! Jesucristo llevó en su propio cuerpo nuestras enfermedades, por su llaga y heridas fuimos nosotros sanados, y con su sangre pagó el precio de nuestros pecados, la redención, el perdón de nuestros pecados, ¿y qué hemos hecho nosotros para merecernos esto, si estábamos muertos en delitos y pecados? 
·         Isaías 53:1-5 ¿Quién ha creído a nuestro anuncio? ¿y sobre quién se ha manifestado el brazo de Jehová? 2 Subirá cual renuevo delante de él, y como raíz de tierra seca; no hay parecer en él, ni hermosura; le veremos, mas sin atractivo para que le deseemos. 3 Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos. 4 Ciertamente llevó el nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. 5 Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.
Sin embargo:
·         Mat 27:46 cerca de la hora novena, Jesús clamó a gran voz, diciendo: Eli, Eli, ¿lama sabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío, por qué me has desamparado?
Las palabras que JC pronuncia en este versículo, son palabras Arameas.  La lengua que Jesús hablaba cuando estuvo en la tierra, era arameo al igual que la de sus discípulos.  Los textos más antiguos fueron escritos en arameo.  En el siglo V pasaron a ser escritos en sirio, el cual era un dialecto del arameo.  Este dialecto sirio del siglo V se usaba en la tierra correspondiente a la que actualmente denominamos Iraq.
Los traductores debieron tener problemas para traducir estas palabras arameas, dejándolas así escritas, y las tradujeron a nuestras lenguas como si se trataran de palabras griegas
·         La palabra Eli es: Mi Dios o Dios mío.
·         Le ma= para
Na es la contracción de D´na
·         D´na = esto
De modo que: Lamana o” Lemana=  “para esto
Sabachthani o Shabaqthani
·         Shebak = apartar, reservar, guardar, mantener
·         Thani = he sido, he estado
Por tanto, la traducción es:
Dios mío, Dios mío, para esto (para este fin, para este propósito) fui guardado (fui reservado).
·         Juan 16:32 He aquí la hora viene, y ha venido ya, en que seréis esparcidos cada uno por su lado, y me dejaréis solo; mas no estoy solo, porque el Padre está conmigo
·         Juan 10:30 Yo y el Padre uno somos
Si Jesucristo y el Padre uno son, como podría Dios desampararle, abandonarle o separarse de JC?
En el siguiente versículo podemos ver la consagración y entrega de Jesucristo hacia su Padre
·         Lucas22:42 diciendo [JC]: Padre si quieres pasa de mi esta copa; pero no se haga mi voluntad sino la tuya
Veamos también la absoluta confianza que Jesucristo tenía en el amor de su Padre y en el tremendo poder y respaldo con el que siempre podía contar de su Padre
·         Mat 26:53 ¿acaso piensas que no puedo ahora orar a mi Padre y que él me daría más de doce legiones de ángeles?
Por supuesto que Dios estaba con Jesucristo y le habría mandado más de doce legiones de ángeles para rescatarlo y sacarlo de la cruz, si JC se lo hubiera pedido; pero Jesucristo vino a cumplir con la voluntad de su Padre y esta era: “reconciliar al mundo con Diosy este era el precio que habría de ser pagado.
El “Grito de Victoria” de Jesucristo antes de morir: “consumado es”, y entregó su espíritu.  
No hermanos, a Jesucristo no le mataron, Jesucristo “libremente” entregó su espíritu.
·         Juan19:28 y 30 Después de esto, sabiendo Jesús que ya todo estaba consumado, dijo para que la Escritura se cumpliese: Tengo sed. 30 Cuando Jesús hubo tomado el vinagre, dijo: Consumado es. Y habiendo inclinado la cabeza, entregó el espíritu
Jesucristo, aquel que no conoció pecado, fue hecho pecado por nosotros, para que tú y yo fuéramos hechos justicia de Dios en él. 
Tu redención y la mía fueron sobre él,  en la cruz,  consumada (acabada) y JC entregó su espíritu;  no le mataron, no le quitaron la vida,  JC entregó libremente su espíritu. 
JC podía haber salido de esa cruz llevado por doce legiones de ángeles a su mando, pero el amor que profesaba a su Padre, era tan grande que se entregó, confió y obedeció a Su Padre, amando de tal manera a sus hermanos que entregó su propia vida en rescate por nosotros. 
Lo que Jesucristo dijo en la cruz fue: ¡Dios mío, Dios mío, con este propósito fui reservado, para este propósito, para este fin, fui guardado!
El apóstol Pablo nos describe la profundidad del amor de JesucristoSi la pena, el pago por nuestros pecados no hubiera sido pagada en alguna forma, todos estaríamos condenados a la muerte eterna. Jesús, quien vivió una vida perfecta como el inmaculado Cordero de Dios, murió en lugar nuestro, en sustitución nuestra, en pago por nosotros; de hecho, su sacrificio era lo único que podía librarnos de la pena de muerte eterna. Jesús murió en lugar nuestro para que tuviéramos la oportunidad de vivir con él y con el Padre para siempre, eternamente.  Él pagó el precio supremo, y los que han sido llamados y han confesado a Jesucristo como EL SEÑOR de sus vidas y han creído que Dios le levantó de los muertos (Romanos 10:9), han venido a ser posesión de Dios, hijos de Dios, comprados por precio. Los redimidos de Dios y reconciliados con Dios, ya no viven conforme a sus propios deseos carnales, de forma natural lo rechazan, lo detestan, pues veamos cual es la transformación que el hijo de Dios experimenta al renacer.
Pablo en:
·         1ª Corintios 6:12 Todas las cosas me son lícitas, mas no todas convienen; todas las cosas me son lícitas, mas yo no me dejaré dominar de ninguna. 13 Las viandas para el vientre, y el vientre para las viandas; pero tanto al uno como a las otras destruirá Dios. Pero el cuerpo no es para la fornicación, sino para el Señor, y el Señor para el cuerpo. 14 Y Dios, que levantó al Señor, también a nosotros nos levantará con su poder
·         1ª Corintios 6:19-20 ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?
6:20 Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios
Claro que para el renacido todas las cosas le son "lícitas" bajo la libertad que Dios por Su “Gracia” (favor divino, regalo del cielo, a cambio de nada) nos ha otorgado, pero esta gracia, no es una "licencia" para el mal, para pecar o para transgredir, al contrario, cuando sucumbimos tocados íntimamente por el incondicional amor y entrega tanto de Dios como de Su Hijo Jesucristo, en quien el Padre tenía complacencia y a quien no escatimó, el espíritu de Dios va haciendo la transformación en nosotros de modo tal, que nuestro deseo más íntimo y profundo es “agradar al Padre”, “es amar y adorar al Padre”... Jamás querremos presentarnos aprobados ante los hombres, jamás querremos servir a los hombres, jamás querremos dejarnos dominar por los deseos de la carne, jamás nos esclavizarán las cosas del mundo, por el contrario todo esto lo rechazaremos, y libremente consagraremos nuestro ser, nuestras almas, nuestras vidas a servir a Dios, a hacer Su bendita, santa y perfecta voluntad y no la nuestra (nuestros 5 sentidos).
·         Gálatas 1:1 Pablo, apóstol (no de hombres ni por hombre, sino por Jesucristo y por Dios el Padre que lo resucitó de los muertos),
·         Gálatas1:10 Pues, ¿busco ahora el favor de los hombres, o el de Dios? ¿O trato de agradar a los hombres? Pues si todavía agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo.
Cuando confesamos a Jesucristo como el Señor de nuestras vidas, lo que literalmente estamos haciendo, es: “otorgarle la llave de nuestro ser”, de nuestro hogar, permitiéndole que sea él quien gobierne, quien rija y dirija nuestro ser, quien lleve el mando de nuestro ser, quien impere y se sobreponga ante nuestra carne, ante nuestros vasos de barro, sobre nuestra naturaleza heredada de Adán, permitiendo que esta (la carne) quede muerta y enterrada. Esto es romper el vaso de barro, para permitir que la “perfecta semilla: CRISTO el ascendido”, aflore en su totalidad, con todo su esplendor, quedando nuestro cuerpo y mente carnal absolutamente enterrados.
·         Romanos 6:3 ¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? 4 Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva. 5 Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección [Cristo en nosotros]; 6 sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado. 7 Porque el que ha muerto, ha sido justificado del pecado. 8 Y si morimos con Cristo, creemos que también viviremos con él; 9 sabiendo que Cristo, habiendo resucitado de los muertos, ya no muere; la muerte no se enseñorea más de él. 10 Porque en cuanto murió, al pecado murió una vez por todas; mas en cuanto vive, para Dios vive. 11 Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro. 12 No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias; 13 ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia. 14 Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia.15 ¿Qué, pues? ¿Pecaremos, porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? En ninguna manera
·         Gálatas 2:20 Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí
Jesús dejó a sus discípulos un recordatorio permanente acerca de la importancia de servir a los demás con desinterés y humildad. Esto reafirmó una lección que ya antes les había dado, como podemos ver en:
·         Mateo 20:25-28: “Entonces Jesús, llamándolos, dijo: Sabéis que los gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que son grandes ejercen sobre ellas potestad. Mas entre vosotros no será así, sino que el que quiera ser grande entre vosotros será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro siervo; como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos”.
Para concluir, sin AMOR esta vida es tan estéril, tan seca, tan vacía, tan ruin, tan hueca, tan muerta que para nada aprovecha, es literalmente hablando: ¡muerte!!!… Hermanos ¿¿¿veis cuán privilegiados somos??? Poder amar a Dios sobre todas las cosas es un honor altísimo, y cuando le amamos, Dios se derrama, y la esencia de Dios por excelencia es AMOR, siiii Dios derrama SU AMOR en nosotros, de manera que fluye a raudales SU AMOR en nosotros por los nuestros, por nuestros hermanos, por nuestro prójimo… ¿No es grandioso? ¿No es sobrenatural???? Siiii claro que lo es, porque es DIVINO es de DIOS… no es del hombre, no es carnal…. ¡Qué alivio, qué descanso, cuanto honor, cuanto privilegio!!!! ¡Padre a qué camino más excelente nos has llevado Padre!!!!!
·         1ª Corintios 12:31 Procurad, pues, los dones mejores. Más yo os muestro un camino aun más excelente. 13:1 Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe. 2 Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy. 3 Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve. 

Hermanos, quería compartiros mi corazón, mi mente y el anhelo de mi espíritu grabado “a fuego” de amar a Dios, a nuestro Padre sobre todas las cosas, y desde luego, fue Dios quien produjo este deseo en mi ser a través de Su espíritu santo en nosotros.
·         Juan 15:16 No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé

Gracias Padre por TU INFINTO E INCONDICIONAL AMOR, ME CAUTIVASTE PADRE, cautivaste todo mi ser, es por ello que libremente te lo consagro, soy tuya Padre mío, comprada fui por precio. A Tu servicio Padre y al de todos tus santos con toda mi consagración y reverencia.
Charo Quesada

Comentarios