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EL APOCALIPSIS O "EL DIA DEL SEÑOR" - Por E.W Bullinger ( 10a. Publicación)



Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas; porque el tiempo está cerca. Apocalipsis 1:3

Por
E.W. Bullinger, D.D.
Segunda edición
(Revisada y corregida)
1909
Traducción al español por Juan Luis Molina
Con la colaboración de
Claudia Juárez Garbalena


Temas de la 10a. Publicación:

La segunda Visión “en el Cielo” (7:9 – 8:6)
La Gran Multitud (6: 9-17)
El Séptimo Sello (8: 1-6)

La Segunda Visión “en la Tierra” (7:9- 11:14)
La Primera Trompeta (Granizo y Fuego, 8:7)
La Segunda Trompeta (La Montaña Ardiendo, 8:8,9)
La Tercera Trompeta (La estrella Cayendo, 8:10,11)


LA SEGUNDA VISIÓN “EN EL CIELO”.
H2, cap. 7:9-6. 
La Gran Multitud y el Séptimo Sello.
Ahora llegamos a la segunda Visión “en el Cielo”. Contiene una todavía posterior respuesta a la pregunta de 6:17: “¿Quién podrá sostenerse en pie” en el juicio? Por eso comienza el segundo par de Visiones: esto es, la apertura del séptimo Sello “en el cielo”, y el consecuente sonido de la sexta Trompeta “sobre la tierra”.
La Estructura de la Visión, en su totalidad, es la siguiente:
H2. 7: 9—. 6. La Segunda Visión en el Cielo. 
La Gran Multitud y el Séptimo Sello.
H2 | A | 7: 9-12. Las Voces Celestiales y locuciones.
               
B | 13, 14. La Gran Multitud. De dónde provienen.
                B | 15-17.  La Gran Multitud. Dónde están.
        
A | 7: 1-6.  El Silencio Celestial y Actividades (Séptimo Sello).
Cada uno de estos grandes miembros debe ser expandido; y damos la expansión en orden, con traducción, como anteriormente. 
A. 7: 9-12. Las Voces Celestiales y Locuciones. 
A |     a | 9.  La Gran Multitud.
                b | 10. Sus Locuciones. “La salvación pertenece a nuestro Dios”.

         a | 11, 12-.  Todos los Ángeles. 
                b | -12.  Sus Locuciones “Bendiciones y Gloria”.

            TRADUCCIÓN DE “a”, 7:9.
La Gran Multitud.
7:9. Después de esto] La expresión señala una separación de lo que venía anteriormente, e introduce la segunda distinta Visión “en el cielo”.
Miré, y he aquí una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas las naciones, tribus y pueblos y lenguas (Gn. 10: 5, 20, 31. Dn. 3: 4, 5; 4: 1; 4: 25), que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y palmas en las manos;] El número definitivo de Israelitas (7:1-8 permanece en vivo contraste con esta innumerable compañía de gentiles. Decimos gentiles, porque esta Visión nos transporta hasta el fin, así como la Visión anterior nos llevó atrás al principio. Aquí estamos, más allá de Mateo 24, e incluso de 25. Son dos distintas compañías las que se nombran, primeramente la “Judía”, y después la de los “Gentiles.” Ambas son distintas o están separadas de la “Iglesia de Dios”, la cual está compuesta indistintamente por ambos, tanto judíos como gentiles. Las doce tribus de 7:4-8 son distintas del resto de las personas de fuera de “todas esas tribus”. Ellas son distintas también de la “iglesia de Dios” se ve muy claro, en que ellos se encuentran “de pie” en la posición de siervos (y no sentados); y están “delante del trono” (no sobre el trono). Es cierto, comparten la misma salvación, y por los mismos preciados méritos de la sangre del Cordero. Pero igual que “una estrella es diferente a otra estrella en gloria” (1ª Corintios 15:41), de igual manera son estos diferentes entre sí en cuanto a su posición, dignidad y honor. Ellos son salvos, ¿pero por qué medio? Y ¿para cual de las “muchas moradas” (En la casa de mi Padre, muchas moradas hay)? Son descritos en el “cielo,” pero solo después que pasen la Gran Tribulación a través de la cual, y fuera de la cual tendrán que pasar.
No solamente será elegido este remanente de Israel para sobrevivir “a través” de la Tribulación, sino que también una incontable multitud proveniente de las naciones gentiles será salva “de” ella. 
Constantemente encontramos en la Escritura la bendición a los gentiles, como consecuencia de la bendición a Israel. Primeramente, Dios trata con Israel, y después con la humanidad en general. Esto se establece en muchos pasajes: por ejemplo, Salmos 67:1:
“Dios tenga misericordia de nosotros, y nos bendiga
Haga resplandecer su rostro sobre nosotros
Para que sea conocido en la tierra tu camino
En todas las naciones tu salvación.”

El mismo hecho se da también en el vers. 7:
Bendíganos Dios
Y témanlo todos los términos de la tierra.

Y de Nuevo en Salmos 98:3, leemos:
Se ha acordado de su misericordia
Y de su verdad para con la casa de Israel;
Todos los términos de la tierra han visto la salvación de nuestro Dios.”

Igual que en Isaías 49:6, Jehová le dice al Mesías:
Poco es para mí que tú seas mi siervo
Para levantar las tribus de Jacob
Y para que restaures el remanente de Israel
También te di por luz a las naciones
Para que sea mi salvación hasta lo postrero de la tierra.

También en Isaías 52:9,10:
“Cantad alabanzas, alegraos juntamente, soledades de Jerusalén.
Porque Jehová ha consolado a su pueblo
A Jerusalén ha redimido
Jehová desnudó su santo brazo
Ante los ojos de todas las naciones
Y todos los confines de la tierra verán
La salvación del Dios nuestro.”
Las ramas de palmeras que portan en sus manos no hablan meramente de Victoria, al igual que con los paganos, sino de la Fiesta de los Tabernáculos (vea Levítico 23:39-43). No era una fiesta para el periodo del desierto, sino para el tiempo “cuando ya estaban en el Territorio”. (Levítico 23:10). Y sin embargo nunca fue guardada en el Territorio por todo Israel. No fue sino hasta el regreso de Babilonia que se guardó (Vea Nehemías 8:16,17). Entonces “hubo alegría muy grande” (Esdras 3:11,12. 2ª Crónicas 20:19). También aquí, de igual manera se volverá a guardar.
            b., 7:10. Sus Locuciones
10: Y clamaban a gran voz, diciendo
“La salvación pertenece a nuestro Dios
Que está sentado en el trono
Y al Cordero”.
Le dan a Dios todo el mérito de su salvación y liberación de la Tribulación por la cual han pasado. Una paráfrasis sería: “Alabado por nuestra salvación sea nuestro Dios”, etc. La iglesia llama a Dios “mi Padre” (“Abba”, Romanos 8:15), pero el Ángel que sella habla de Él como “nuestro Dios” (cap. 7:3). La asamblea de ángeles dice “nuestro Dios” (cap.7:12), y esta gran multitud dice “nuestro Dios” (cap.7:10).
 a., 7:11,12- , Todos los ángeles, etc., y b., Sus locuciones
7:11: Y todos los ángeles estaban en pie alrededor del trono, y de los ancianos y de los cuatro Zoa, y se postraron sobre sus rostros delante del trono, y adoraron a Dios, (12) diciendo,
               “!Amén!
La bendición y la gloria y la sabiduría
Y la acción de gracias y la honra y el poder y la fortaleza,
 Sean a nuestro Dios, por los siglos de los siglos.
               !Amén!”
Tales son las siete imputaciones o inscripciones de las huestes celestiales que están de pie alrededor del trono, los ancianos y los Zoa. Es muy similar a lo que vemos en el cap. 5:12, pero el orden de las palabras es diferente, y acción de gracias aparece aquí en vez “riquezas”. En esta, la inscripción era al Cordero. Aquí es a “nuestro Dios”.
A seguir tenemos la explicación de la Visión; y la Pregunta que uno de los Ancianos coloca a Juan muestra que deberíamos tener un mismo espíritu de inquirir santamente. No es una mera admiración abstracta lo que Dios procura en nosotros ahora, sino un respetuoso interés en lo que ha revelado en las Visiones de este libro.
La siguiente es la Estructura de B., cap.7:13,14;
B. 7: 13, 14.  La Gran Multitud: De dónde provienen.
B |     c | 7: 13-. El Anciano.
                Pregunta
        
                d |    f | -13-. 
Personas
                            g | -13-.  Lugar.
                                e | 14-.  Juan.
        c | -14-.  El Anciano.
                Respuesta
                d |         g | -14-.  Posición
                        f | -14.  Personas
 TRADUCCIÓN de B, 7:13,14
7:13. Entonces uno de los ancianos habló, diciéndome: “Estos que están vestidos de ropas blancas, ¿quiénes son, y de donde han venido.
(14) Yo le dije, Señor, tú lo sabes. Y él me dijo:
“estos son los que han salido de la gran tribulación
 Y las han emblanquecido a través  de la sangre del Cordero]

         No “en la sangre”; nunca bajo la ley hubo nada que se lavase “en sangre”, nada se podía volver blanco “lavándolo en” sangre. Es a través de un significado forzado literal de la preposición (…) (en) que ha guiado a muchos a esta falsa noción. Esta preposición significa invariablemente por, o a través de: y se ha traducido “por” 142 veces y “a través” 37 veces (vers. En inglés). (Vea Mateo 9:34; 5:34,35.Gálatas 3:11. 2a Timoteo 2:10). En este mismo libro (Ap.5:9) está puesto “por”. Así que aquí y en 1:5 este debe ser el significado. Este es el estándar de las “obras”; y no nuestra posición o estándar en “gracia”, como en la presente dispensación. Nosotros estamos “lavados, justificados, y santificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios” (1ª Corintios 6:11). Sin embargo, estos, tienen que lavar sus propias ropas, y que emblanquecerlas. A todo esto sigue la consecuencia:
B. 7: 15-17.  La gran multitud: De dónde son.
B |     h |     i | 15-.  La Multitud. Posición delante del trono.
                        j | -15.  Dios sobre el trono.
        h |     i | 16.  La Multitud. Sus Bendiciones.
                        j | 17.  Dios. El Cordero Bendito.


15. Por esto están delante del trono de Dios, y le sirven día y noche en su templo, y el que está sentado sobre el trono extenderá su tabernáculo sobre ellos]. Esto es exactamente lo que leemos en Isaías 4:5,6.
“Y creará Jehová
Sobre todas las moradas del monte Sión
Y sobre los lugares de sus convocaciones
Nube y oscuridad de día
Y de noche resplandor de fuego que eche llamas
Porque sobre toda gloria habrá un dosel
Y habrá un abrigo para sombra para el calor del día
Para refugio y escondedero
Contra el turbión y contra el aguacero”
Ellos realizaban servicios sacerdotales día y noche, y ejercían las labores de los “siervos”, porque dice que “servían delante del trono”. Otros pasajes del Antiguo Testamento que también se refieren a esto son Levítico 26:11, Ezequiel 37:27.
Y después, aludiendo a las carencias y tribulaciones que tendrán que atravesar, tenemos bendiciones terrenales posteriores:
h. 7: 16, 17.  La Bendición  y Quien Bendice.
La Bendición: Negativa
h |    
 k | 16-.  Sin hambre.
                l | -16-.  Sin sed.
                    m | -16.  Sin sufrimientos.
        Quien Bendice: Positivo.
h|
       k | 17-.  Hambre satisfecha.
                l | -17-.  Sed mitigada.
                    m | -17.  Pesares abolidos.

16. “Ya no tendrán hambre ni sed, y el sol no caerá más sobre ellos, ni calor alguno; (17) porque el Cordero que está en medio del trono los pastoreará, y los guiará a fuentes de vida; y Dios enjugará toda lágrima de los ojos de ellos”] Así termina la descripción del Anciano acerca de la gran multitud y su bendición final. Las bendiciones de la Iglesia son celestiales. Tenemos la misma bendición profetizada en Isaías 49:8-10; 25:8; y 65:19. Jeremías 31:16. Así son las bendiciones de Israel extendidas a los gentiles. El cumplimiento se ve en Apocalipsis 21:3, 4; 22:1 y Ezequiel 47.
El Séptimo Sello (8:1-6).
Por la Estructura de esta Segunda Visión “en el Cielo” vemos que este largo miembro A (7:1-6) está puesto en contraste y correspondencia con A (7:9-12), las voces Celestiales y locuciones.
Hemos visto que el sexto Sello no solo cubre el periodo completo de la Gran Tribulación, sino que además nos lleva hasta el gran día de la ira; coincidiendo, aparentemente, con el cap. 11:17,18 (la séptima Trompeta), y el cap. 20 (el juicio final).
Pero esto, mientras que la séptima Trompeta se expande en las siete Copas –que son consecutivas – el sexto Sello es seguido por el silencio en el cielo, como quebrando toda la continuidad, y para enseñarnos que tenemos que volver atrás y aprender cómo los detalles de los juicios de los Sellos deben completarse.
La siguiente es la Estructura de 8:1-6, que describe el cierre de esta segunda Visión “en el Cielo”:
A. 8: 1-6.  El Silencio en el Cielo y Actividades. 
(El Séptimo Sello.)
A |     n |     p |     1.  Silencio en el cielo.
                        q | 2.  Los 7 ángeles y las 7 Trompetas.
                               
o |     r | 3.  Otro ángel con incienso y oraciones.
                                                s | 4.  Resultado. Humo ascendiendo al cielo.

                                o |     r | 5-. El ángel con incienso y fuego.
                                                
s | -5-. Resultado. Fuego descendiendo a la tierra.
A |      n |     p | -5. Sonidos en la tierra.
                        q | 6. 
Los 7 ángeles y las 7 Trompetas.
La apertura del Séptimo Sello, en vez de producir un solo resultado, como lo habían hecho las otras seis, es seguido por este “silencio”, que a Juan le pareció como de una media hora; después del cual, a Juan se le muestra cómo son presentadas las oraciones de los santos debajo del quinto Sello (vers. 3,4), y respondidas (vers.5), por el comienzo de una serie de juicios introducidos por el sonido de siete Trompetas. Pero primeramente vamos a dar la traducción de 8:1-6.
8:1. Cuando abrió el séptimo sello, se hizo (llegó a hacerse, vino, o fue seguido de) silencio en el cielo como por media hora] Al tiempo del sonido de la séptima Trompeta aparecen “grandes voces en el cielo” (11:5). Y al tiempo del derramamiento de la séptima Copa, aparece una voz proveniente del trono (16:17).
Pero este “silencio” significa más que eso. Señala muy solemnemente una pausa entre la oración y la respuesta, que convertirá la oración en alabanza. En la tierra, el clamor de los santos había sido incesante. Ellos “clamaban de día y de noche”. En el cielo el clamor va ahora a ser respondido, y aparece una solemne pausa –el silencio de la expectación.
La palabra hebrea (…) (dumeyyah) silencio (adj. fem.) que aparece cuatro veces, expresa exactamente la posición.
(1)    “Dios mío, clamo de día, y no respondes
Y de noche y no hay para mi reposo.
Pero tú eres santo.
Tú que habitas entre las alabanzas de Israel. (Salmos 22:2,3 (3,4)
(2)   “Enmudecí con silencio (Salmo 39:2(3).
(3)   En Dios está acallada mi alma
De él viene mi salvación (Salmos 62:1).
(4)   Salmo 65:1,2.
En todos estos cuatro pasajes la palabra denota un periodo de espera entre la oración ofrecida, hasta que se da la respuesta pedida por alabanza. El adverbio en Lamentaciones 3:26 expresa exactamente eso mismo: “bueno es esperar en silencio la salvación de Jehová”.
Esto bueno lo vemos aquí, porque las oraciones ofrecidas en la tierra son, durante este periodo de silencio, formalmente presentadas delante de Dios, y la respuesta es formalmente anunciada en la preparación de los siete ángeles para hacer sonar sus Trompetas y declarar la guerra contra Satán y todas sus huestes. Esto es lo que Juan está viendo ahora.
2. Y vi a los siete ángeles] esto es, al acabar el plazo de la media hora. No meramente siete ángeles, sino que LOS siete, debido a que son bien conocidos ya, y anteriormente referidos como “los siete espíritus que están delante del trono” (1:4; 3:1; 4:5; 5:6), porque “él hace a sus ángeles espíritus” (Hebreo 1:7).
En el momento de la apertura del séptimo Sello se da el silencio. Esto muestra que aquí tenemos una pausa teniendo en vista un retorno, que culmine los detalles. Mientras que en los otros dos (las Trompetas y las Copas) tenemos una acción continua y consecutiva y consecuente originándose de la séptima Trompeta.
Que estaban en pie ante Dios;] En el cap.4:5, son los denominados LOS siete espíritus de Dios (Igual que en 3:1) porque de sus ángeles dijo: Él “hace a Sus ángeles espíritus” (Hebreos: 1:14). La palabra (…) (pneumatas) espíritus, se utiliza para cualquier ser espiritual. En el cap. 5:6 también leemos de Nuevo acerca de “LOS siete espíritus enviados a toda la tierra.” 
Creo que no hay duda alguna en cuanto a que estos pasajes relatan a las mismas siete “Presencias - Ángeles”.
En Daniel 4:13 (10), 17 (14), 23 (20), son denominados (…) (irin) vigilantes (Griego, (…) (egregoroi), Lamentaciones 4:14). Este término es de Salmos 103:20, es decir,  aquellos que son vigilantes y aguardan por los mandamientos Divinos. Está claro por Lucas 1:19, que GABRIEL es uno de ellos, y MIGUEL debe ser otro.
Y se les dieron siete trompetas.] A través de quien les fueron dadas no está registrado. Pero fueron ofrecidas bajo la dirección proveniente del Trono; la acción del cual está ahora renovada, ya que ha cambiado. El Cordero abrió los Sellos, pero son los ángeles los que hacen sonar las Trompetas. Los Sellos fueron abiertos en secreto; las Trompetas proclaman públicamente la guerra (Vea Números 10:9. Jueces 6:34; 3:27; 7:8, 16,18. 1ª Samuel 13:3. Jeremías 4:5. Job 39:25. Apocalipsis 14:14). También señalan la presencia del gran y terrible día del Señor. Vea Sofonías 1:14-16. 
3. Otro ángel vino entonces y se paró ante el altar, con un incensario de oro;] No se nos informa de la identidad de este otro ángel, así que no es más que simple especulación el afirmar, como hacen muchos, que era el Señor Jesús mismo. El incensario de oro pertenecía al Lugar Santísimo (Hebreos 9:4), y fue sobre el altar dorado donde el incienso fue ofrecido.   
Y se le dio mucho incienso para añadirlo a las oraciones de todos los santos, sobre el altar de oro que estaba delante del trono. (4) Y de la mano del ángel subió a la presencia de Dios el humo del incienso con las oraciones de los santos.] Aquí tenemos una Visión de acontecimientos en el Cielo, de la cual aprendemos que el Cielo es un lugar de majestuosas y grandes realidades; el lugar o habitación de Dios, en donde la adoración a Dios se lleva a cabo permanentemente. El Tabernáculo sobre la tierra y su adoración; y posteriormente el Templo con sus ordenanzas, no eran sino solamente la sombra o copia de las realidades existentes en el cielo; “figura del verdadero”, y “modelo de las cosas celestiales”, “Moisés fue advertido por Dios cundo se preparaba para erguir el Tabernáculo: diciéndole, mira, haz todas las cosas conforme al modelo que se te ha mostrado en el monte” (Hebreos 8:5; 9:23,24). De la misma forma fue avisado David, cuando recibió los planes y el modelo del Templo “copiándolos” de Dios (1ª Crónicas 28:11-13,19).
Las oraciones de los santos mártires habían cesado, pero el clamor de su sangre desde la tierra se pronuncia en palabras (6:10). Estos que oraban son santos vivientes, la gente del libro; los 144.000, y la gran multitud antes de ser librados de la gran Tribulación, los escogidos que “claman sin cesar de día y de noche a Dios” (Lucas 18:7). Tenemos muestras de estas oraciones, dadas (anticipadamente) en los Salmos:
        “Dales conforme a su obra,
        Y conforme a la perversidad de sus hechos;
        Dales su merecido conforme a la obra de sus manos;
        Por cuanto no atendieron a los hechos de Jehová.” (Salmos 28:4).

       “Hazle como a Madián
        Como a Sísara, como a Jabín en el arroyo de Cisón” (Salmos 83:9).   
            
Y el mismo Salmo que junta las oraciones con el incienso, también contiene oraciones similares (Salmos 141:1, 2, 7,10).
            “Jehová a ti he clamado:
            Apresúrate a mí;
Suba mi oración delante de ti como el incienso
El don de mis manos como la ofrenda de la tarde…
Como quien hiende y rompe la tierra
Son esparcidos nuestros huesos a la boca del Seol…
Caigan los impíos a una en sus redes
Mientras yo pasaré adelante.

El altar Dorado “está delante del trono”. Así estaba también en la copia terrenal del modelo celestial. Estaba “delante del velo que se pone junto al arca del testimonio, delante del propiciatorio que está sobre el testimonio” (Éxodo 30:6; 40:5,26).
5. Y el ángel tomó el incensario, y lo llenó de fuego del altar (Levítico 16:12), y lo arrojó a la tierra; y hubo truenos, y voces, y relámpagos, y un terremoto.] Tenemos una escena similar en Ezequiel 10:2, etc., donde el fuego se toma de entre los querubines bajo el trono, y lo propagan sobre la ciudad de Jerusalén produciendo su destrucción. Igual sucede aquí: allí donde el fuego cae es consumido y destruido. Esta es la respuesta a las oraciones que habían sido solemnemente ofrecidas. En otras partes el “fuego” es mencionado como uno de los juicios que Él enviará sobre la tierra. (Vea Ezequiel 39:6; 38:22. Oseas 8:14. Amós 1:4, 7, 10,12; 2:5). Compare con Deuteronomio 32:22). 
Esta misma escena está profetizada en palabras similares en Salmos 18:4,6-8:
       “Torrentes de perversidad me rodearon…
        En mi angustia invoqué a Jehová,
        Y clamé a mi Dios:
        El oyó mi voz desde su templo
        Y mi clamor llegó delante de él, a sus oídos
         La tierra fue conmovida y tembló
         Se conmovieron los cimientos de los montes
         Y se estremecieron porque se indignó él,
         Humo subió de su nariz
         Y de su boca fuego consumidor;
         Carbones fueron por él encendidos.”         
El cumplimiento del siguiente versículo, que habla de este inminente descenso, se sustituye aquí por la descripción de otros acontecimientos que tienen también que suceder.
6. Y los siete ángeles que tenían las trompetas se dispusieron a tocarlas.] La prohibición del cap.7 va a ser quitada ahora. Dos veces se dan las siete enunciaciones, y el reproche de Salmos 79:11,12 está a punto de ser recompensado “siete veces”, en respuesta a las oraciones que habían sido ofrecidas.
Esta visión celestial es una visión que muestra lo que literalmente tendrá lugar y sucederá un determinado día. Si son Figuras, son figuras de solemnes realidades. Si son Figuras, no son literarias sino de hechos. Al igual que los juicios de Dios en el tiempo del Éxodo fueron también reales y literales; y los anuncios que se hicieron sobre ellos, se cumplieron por completo y literalmente, así serán estas visiones también. Porque son exactamente lo que se predijo. “Yo les mostraré maravillas como el día que saliste de Egipto” (Miqueas 7:15).  
De hecho, de una manera clara se nos dice que las maravillas físicas de aquel día serán “iguales que fueron las de Israel en el día que salieron de la tierra de Egipto” (Isaías 11:15, 16).
También se nos dice en Jeremías 23:7,8 que los juicios venideros (por los cuales ahora se llevan a cabo los preparativos, Ap.8:1-6) excederán aquellos que realizó Dios en Egipto, y el pacto de las maravillas debemos citar una vez más que es conclusivo acerca de este punto:
“He aquí, yo hago con pacto delante de todo tu pueblo; HARÉ MARAVILLAS que no han sido hechas en toda la tierra, ni en nación alguna, y verá todo el pueblo en medio del cual estás tú, la obra de Jehová; porque será COSA TREMENDA la que yo haré contigo.” (Éxodo 34:10, y compare con Deuteronomio 28:10).

LA SEGUNDA VISIÓN “EN LA TIERRA.”
E2, LAS PRIMERAS SEIS TROMPETAS (8:7-11:14).
 A., Las Primeras Cuatro Trompetas (8:7-12).
Antes de dar la Estructura de esta sección debemos una vez más llamar la atención a el hecho de que el sexto Sello nos lleva al tiempo del fin; y el séptimo Sello nos lleva de vuelta y comienza una nueva serie de juicios que tuvieron su inicio por las siete Trompetas y seguidos por las siete Copas. Así que todo el resto del Apocalipsis viene debajo del séptimo Sello.  Mientras que la séptima Trompeta desencadena y contiene las siete Copas. 
Antes que nada tenemos (como hemos visto) los seis Sellos (capítulos 4 y 7).
Después, el séptimo Sello contiene y  expande ambas: tanto en las siete Trompetas (8:7 – 11:14) y las siete Copas (16:1-18:24).
Finalmente, la séptima Trompeta se expande y contiene las siete Copas (16:1 – 18:24).
Así, pues, el séptimo Sello abarca la totalidad del gran periodo de Juicio de las Trompetas y Copas (desde 8:7 – 18:24) y es inmediatamente seguido por la Revelación (Apocalipsis) del Hijo del Hombre en poder y gran gloria.
Un cuidadoso estudio de la siguiente Presentación explicará nuestro punto de vista; y asentará el orden de los acontecimientos generales de estas Visiones de juicios, 8:1 – 18:24:
El Séptimo Sello, 8:1 – 18:24.
El
Séptimo
Sello
consiste de
Las Siete Trompetas
y las Siete Copas

8: 7. La 1ª Trompeta. Fuego mezclado con sangre. La tercera parte de los árboles y de la hierba es quemada.
8: 8, 9. La 2ª Trompeta. Una montaña ardiendo es precipitada en el mar. La tercera parte del mar se convierte en sangre.
8: 10, 11. La 3ª Trompeta, Una estrella ardiendo cae sobre la tercera parte de los Ríos (“Ajenjo”).
8: 12, 13. La 4ª Trompeta. La tercera parte del sol es oscurecida. La luna y las estrellas en tinieblas. 
9: 1-12. La 5ª Trompeta. (El primer ¡AY!). El Abismo abierto. Langostas.  
9: 13- 11:14. La 6ª Trompeta. (El Segundo AY). Los 4 ángeles del Éufrates desatados. Jinetes.
11: 15.
La Séptima Trompeta(10: 7)
El tercer AY (Ap. 11: 14).
Consiste de las Siete Copas.

16: 1, 2. Copa I.  (El tercer AY). En la tierra. Úlceras en los Adoradores de la Bestia.  
16: 3.  Copa II.  En el Mar. El mar convertido en sangre.
16: 4-7. Copa III. En los Ríos. Los ríos convertidos en sangre. 
16: 8-9.  Copa IV. En el Sol. Los hombres quemados con fuego. 
16: 10, 11.  Copa V. En el Trono de la Bestia. El Reino lleno de tinieblas. 
16:12-16. Copa VI. Sobre el Rio Éufrates. El Éufrates se desborda. 3 espíritus como Ranas. Armagedón. 
16: 17—18:24.  Copa VII.  “Está consumado.” El juicio de la Gran Babilonia.  
La totalidad del periodo de este gran juicio, cubierto por las Trompetas y las Copas, se da en dos pares de alternadas Visiones de los acontecimientos “en el Cielo” y “sobre la Tierra”.  
La 2ª Visión “en el Cielo” (8:1-6) contiene la apertura del séptimo Sello. La 2ª Visión “en la Tierra” (8:7-11:14) contiene los efectos de esta apertura (las primeras seis trompetas).
La 3ª Visión “en el Cielo” (11:15-19- ) contiene el Sonido de la séptima Trompeta. La 3ª Visión “en la Tierra” (11:-19) consta de los efectos de este sonido.
Entonces somos (en el cap.12) llevados de vuelta a un tiempo anterior al cap.4; donde la secuencia de los juicios  de la Trompeta y de la Copa se quiebra para admitir este corte parentético.  
Los juicios de la Trompeta y de la Copa son continuos una vez que se inician. Son solamente sus descripciones (no su curso) las que se interrumpen, para permitir que sea dada la necesaria información que muestre la necesidad de tales juicios.
Este paréntesis comienza en el cap.12:1 y se extiende hasta el 15:8. Entonces la descripción de los Juicios de la Copa se retoman y continúa, dando los resultados “en la Tierra” del sonido de la séptima Trompeta; un epitome del cual ha sido dada en unas pocas palabras en 11:-19.
Estos Juicios de la Copa son así continuados desde 16:1- hasta 18:24, donde acaba la misión que tienen, cumpliendo sus objetivos, y acaban en la Revelación de Cristo desde el Cielo en poder y gran gloria (cap.19).
Pero ahora debemos regresar a la segunda Visión “en la Tierra,” que va desde 8:7- hasta 11:14.

E2. 8. 7—11: 14. LA SEGUNDA VISIÓN “EN LA TIRRA” 
            Las Primeras Seis Trompetas

E2 | A | B | a | 8: 7-. La PRIMERA Trompeta. 
                        b | 8: -7-. La Tierra azotada (granizo y fuego, etc.)
                            c | 8: -7. La Tercera parte de los árboles.
                               
C | d | 8: 8-.  La SEGUNDA Trompeta.
                                            e | 8. -8-.  El Mar afectado (Montaña ardiendo, etc.)
                                                f | 8: -8. Tercera parte del mar, sangre. 
                                                    g | 8: 9. La muerte de los seres vivos en el mar. 
                                C | d | 8: 10-. La TERCERA Trompeta.
                                            e | 8: -10, 11-.  Las Aguas afectadas (Estrella cayendo, etc.).
                                                f | 8: -11-. La Tercera parte de las aguas amargas.

                                                    g | 8. -11.  Muerte del hombre.
             
B | a | 8:12-. La CUARTA Trompeta.
                        b | 8: -12-.  Los Cielos afectados (el Sol, la Luna, y las Estrellas).
                            c | 8: -12.  A Tercera parte en tinieblas.
      A | D | 8: 13. Tres Ayes todavía por aparecer. 
                E | h | ix. 1-11.  La QUINTA Trompeta. (El primer AY).
                        i | 9: 12. El final del Primer Ay (“el primer ay pasó”). 
                E | h | 9: 13—11: 13. La SEXTA Trompeta. (El Segundo AY).
                        i | 11: 14-.  El final del Segundo Ay (“El Segundo Ay pasó”).
            D | 11: -14. 
“El tercer Ay viene pronto”.         

            Aquí tenemos la totalidad de las seis Trompetas. El seis se refiere a la tierra; la séptima consiste de la tercera Visión “en el cielo”. Igual que los Sellos: seis referidos a la tierra, y el séptimo fue abierto “en el cielo”. Lo mismo sucede con las siete Trompetas; seis Trompetas se refieren a la tierra, la séptima se refiere al cielo. Además, se encuentran divididas entre cuatro y tres: siendo las cuatro (A.8:7-12) agrupadas juntas, y las tres últimas (A 8:13- 11:14, etc.) siendo las Trompetas de los tres “Ayes”.
Las primeras cuatro Trompetas y sus resultados son registrados brevemente; mientras que las tres últimas aparecen más detalladamente. Las cuatro ocupan solamente siete versículos; las tres últimas se extienden a través de unos cincuenta versículos.  
La primera de las cuatro afecta a la tierra; la cuarta afecta los cielos; mientras que la segunda y tercera afectan las aguas en la tierra. Así todo se registra en perfecto orden.
LA PRIMERA TROMPETA (8:7).
8:7. Y el primero* tocó su trompeta,] El verbo (…) (salpizo) significa tocar una trompeta; el nombre (…) (salpingx) se ha incluido en el verbo. 
* G.L.T.Tr.A. WH. y RV. omiten la palabra "ángel."
Y hubo granizo y fuego mezclado con sangre, que fueron lanzados sobre la tierra; y la tercera parte de los árboles se quemó, y se quemó toda la hierba verde] En las plagas de Egipto, en las que estos juicios se asemejan, la séptima plaga fue de “granizo, y fuego mezclado con el granizo” Éxodo 9:22-28), y las plantas de la tierra se vieron afectadas (versículos 31 y 32). Aquí además se mezcla también la sangre con el granizo y con el fuego. Somos conscientes de que la vasta mayoría de los intérpretes mantienen que los resultados de esta primera Trompeta no son literales. Parecen tan ansiosos de separar lo milagroso y sobrenatural de la Interpretación, como los Racionalistas están de eliminarlas de la Inspiración. Pero ¿a qué se debe? A menos que las plagas de Egipto tampoco fuesen plagas literales, no podemos entenderlo. Una vez más preguntamos, ¿por qué no deberían ser literales estos juicios que están por venir sobre la tierra? ¿Dónde se halla la dificultad? Dios a dicho con respecto a los acontecimientos del día del Señor: “Y daré prodigios en el cielo y en la tierra, sangre, y fuego”. (Joel 2:30). ¿Cómo irá a realizar esto que aquí se nos dice?    
Explicar todo esto de manera diferente es manifestar una falta de fe en el poder de Dios, y en la Palabra de Dios. Estas cosas ya han sucedido antes en la tierra. ¿Por qué no irían a ocurrir de nuevo?
Cicerón* nos dice que la palabra se puso delante del Senado Romano, en una ocasión, que había llovido sangre, y que el río Atratus fluía con sangre.
De Div. 2: 27.
En el 17 de agosto de 1819, el Dr. Seiss nos dice que “el Capitán Ross vio las montañas en la Bahía de Baffin cubiertas por ocho millas con nieve de color rojo-sangre con muchos pies de profundidad”. También que Saussare la encontró sobre el Monte S. Bernardo, en 1778; y que Ramond la encontró sobre los Pirineos; y Summerfield en Noruega.  
¿Por qué no irá a ser vista de nuevo?
Los intérpretes históricos difieren tanto entre sí que podemos con razón preguntar, ¿A cuál de ellos debemos creer? Es esta misma diversidad tan disparatada la que ha causado que tantos estudiantes hayan dejado de lado el Apocalipsis, desesperados. Nuestro objetivo escribiendo es que vuelvan a retomar de nuevo el libro con esperanza; pidiéndoles simplemente que crean a Dios. Será mejor estar errado en tal simplicidad de fe en la Palabra de Dios, que adoptar los más plausibles esquemas basados sobre la opinión del hombre; y que no solamente difieren de Dios, sino de cualquier otro tipo de interpretación humana. 
Por ejemplo, Elliott dice que esta primera Trompeta denota las guerras de Alarico el Godo y de Rhadagaisus el Vándalo contra la parte Oeste del Imperio Romano. Jamás deberíamos hacer este tipo de suposiciones por nosotros mismos. No existe nada acerca de este evento o incluso nada parecido en esta Escritura. Juan vio un resultado, el Sr. Eliott nos da dos. Juan vio la lluvia de sangre roja de granizo y fuego del cielo; ¡esto nos da sangre humana en la tierra!
Uno dice que “árboles” significa príncipes y grandes hombres; y “hierba” significa el poder y la gloria de los hombres (Wordsworth).
J. N. Darby dice “que lo que está en alto, en eminencia, y grandioso debe ser entendido por los árboles; lo chico, débil y envejecido por la hierba verde”.
Wetstein dice “Árboles significan ciudades fortificadas; hierba, ciudades sin muros”.
Otros dicen “por árboles se entiende apóstoles y grande doctores; por hierba, los cristianos comunes” (Paralus).
Alford sostiene que “parece antes indicar algunos caracteres generales de los juicios, que requieren una interpretación especial en cada uno de los casos”.
A todo esto tenemos un simple comentario que hacer: Nosotros preferimos creer la propia y especial interpretación de Dios acerca de Sus propios juicios, en el sentido sencillo, claro, llano y literal de las palabras.

            LA SEGUNDA TROMPETA (8:8,9).
8:8. El segundo ángel tocó su trompeta, y como una gran montaña ardiendo en fuego fue precipitada en el mar; y la tercera parte del mar se convirtió en sangre; (9) Y murió la tercera parte de los seres vivientes que estaban en el mar, y la tercera parte de las naves fue destruida.] No dice que sea una montaña, sino que era como una montaña. Esto nos muestra lo que no debe ser tomado literalmente, acerca de lo que lo es. Era algo que se asemejaba a una montaña. Juan no dice que vio un volcán (como algunos aseguran). Lo que Juan vio fue una masa ardiendo como una montaña lanzada al mar, que lo volvió en sangre. “Esto no puede ser literal” exclaman los intérpretes. Pero otra vez preguntamos, ¿Y por qué no? En una de las plagas de Egipto está escrito que Moisés “levantó su vara y golpeó las aguas que había en el rio, a la vista de Faraón y a los ojos de sus siervos, y todas las aguas que había en el rio se convirtieron en sangre” (Éxodo 8:20). En Salmos 105:29 está escrito: “Volvió sus aguas en sangre”; igual que en Salmos 78:44. Hasta el lector más pobre y humilde puede entender esto. No requiere una educación especial para poder creer a Dios. Todo lo que se necesita  es un entendimiento espiritual, y una mente como la de un niño. (1ª Juan 5:20 y 1ª Corintios 2:14.) No se requiere una profunda lectura para entender a Dios. Se requiere fe.
Para seguir lo que dice el hombre se requiere solamente credulidad. ¿Cuáles de las siguientes interpretaciones vamos a creer?
Una de las interpretaciones nos pide que creamos que:
La montaña ardiendo representa Satán.
El mar significa las naciones.
La mortandad de los peces denota la persecución y matanza de los cristianos.
La destrucción de las naves la extinción de las congregaciones.

(1)              Otro sistema (E.B. Elliott) nos dice que:
La montaña era Genseric con sus Vándalos, presionado por los Hunos desde su territorio nativo.
El mar fue su asalto en África a través de Francia y España, asentando en el territorio conquistado.
La destrucción de los peces, etc., fue su depredación de las islas vecinas y lugares del Mediterráneo.


 (3) Un tercer sistema nos dice que:
El mar es la iglesia con sus aguas bautismales.
La montaña es una gran herejía.
La sangre es la corrupción de algún error mortal
La destrucción de los peces es la destrucción de las almas.
La destrucción de las naves la destrucción de iglesias.

 (4) Otro sistema es que
El mar es el mar de Galilea, puesto por Palestina.
La montaña es Vespasiano.
Los peces son los judíos.
Las naves las ciudades de Palestina.

 (5) Un quinto esquema es que:
El mar es la pura doctrina.
La montaña es el prelacía.
El fuego las ambiciones Episcopales.
Las aguas rojas de sangre significan la introducción de falsa doctrina.
Los peces son monjes.
Las naves los portadores del Evangelio.

 (6) Un sexto sistema es que:
La montaña es Roma.
El incendio es la quema de Roma por Alarico.
La destrucción de las naves es el saqueo de Roma.
 (7) Si tuviésemos que creer a William Kelly, él dice:
 “La segunda quema supone un gran cambio; se lanza sobre el mar, y así por tanto se refiere no a la esfera que se encuentra debajo de un especial gobierno, sino a uno que está, o estará entonces, en un estado de confusión y de anarquía”. Y otra vez “la montaña ardiendo en fuego representa un sistema de poder, puesto bajo los juicios de Dios y la ocasión de juzgar a otros” (Ap. Pag.141).
Preguntamos una vez más, ¿No sería mejor creer a Dios? ¿No es más fácil entender lo que Él dice?
Esta perfectamente claro que todos los sistemas anteriores no pueden ser correctos. ¿Cuál de ellos, entonces, aceptamos? ¿Por qué existe este universal esfuerzo de tener que creer que Dios siempre quiere decir algo diferente de lo que textualmente dice? ¿De dónde proviene este espíritu? Bien se cuestiona el Dr. Seiis, “¿Qué tenemos que ver con Vespasiano y Alarico y Rhadagasius, Atila, Genseric, Romanos, Godos, Vándalos, Arianos, Prelados, o el Diablo, cuando Dios nos dice que era una masa ardiendo parecida a una montaña lanzada al mar?” Que los juicios venideros de Dios afectarán a los peces y a las naves se nos declara abiertamente en Oseas 4:13. Sofonías 1:3. Isaías 2:16. Etc.
Todos los lectores y comentaristas bíblicos creen que las aguas se volvieron en sangre en las plagas de Egipto. ¿Por qué entonces no podemos creer que se volverán así de nuevo? Si Dios hubiese dicho tinta en vez de sangre, también le creeríamos. Todas las cosas son posibles para Dios.
De hecho, recientemente se nos ha informado que esto ha sucedido; o algo similar. El periódico The Daily Express (Londres, 19 de mayo de 1900) dice: “En Santa Cruz (California, EEUU) se ha producido un gran revuelo causado porque las aguas del mar se han vuelto de repente negras”, y da un extracto del San Francisco Examiner, que dice:  
 “Hay muchas teorías para explicar la posible causa de esta mudanza tan remarcable. Un hombre piensa que se debe a las mareas. Otro dice que las aguas turbias son el resultado de modificaciones submarinas en los oscuros lodos del canal. Un tercero cree que las aguas están repletas de plancton -el alimento de las ballenas. Sin embargo hay otro que declara que una tormenta ocurrida en el Océano es la que modificó las aguas, y disertó sabiamente además de terremotos marinos y cosas similares. Todos concordaban que la bahía nunca antes había parecido el mar de tinta que ahora parecía.”    
Si, en nuestros días, el mar puede tornarse negro, ¿Por qué no puede así de  fácilmente volverse rojo? Y cuando suceda, cuando estas palabras “del libro de esta profecía” se hayan cumplido, los hombres especularán acerca de la causa que lo provoque tal y como en el caso del mar de Santa Cruz: y permanecerán tan ignorantes como siempre, porque “no tienen a Dios en cuenta en ninguno de sus pensamientos”.  
De igual manera, la división en dos partes del Monte de los Olivos en Zacarías 14:4 es tratada por la mayor parte de los comentaristas como algo muy distinto de una interpretación literal: y sin embargo, unos pocos años atrás, el periódico The Ilustrated London News dio algunos interesantes acontecimientos sobre la erupción volcánica en North Island, Nueva Zelandia. Recordaremos que la erupción de la energía volcánica comenzó por la explosión del MONTE TARAWERA, una montaña que no poseía cráter alguno en su cima, y que no mostraba señales de actividad volcánica reciente. TARAWERA se dividió en dos partes debido a la súbita apertura de un gran separación o línea de cráteres a cuatro millas de distancia, con cerca de 500 pies de anchura, y, en muchos lugares, con 400 pies de profundidad.  
Lo que ocurrió en este caso puede muy fácilmente volver a suceder; no que nosotros precisemos, o procuremos requerir, ningún tipo de confirmación para nuestra fe; porque nosotros creemos que Dios quiere decir exactamente lo que dice, tanto en esta como en cualquiera de Sus profecías.

 LA TERCERA TROMPETA (8:10,11).
8:10. Y el tercer ángel tocó su trompeta, y cayó del cielo una gran estrella, ardiendo como una antorcha, y cayó sobre la tercera parte de los ríos, y sobre las fuentes de las aguas. (11) Y el nombre de la estrella es Ajenjo (…) (apsinthos) (Absenta). Y la tercera parte de las aguas se convirtió en ajenjo; y muchos hombres murieron a cusa de esas aguas, porque se hicieron amargas] Que las estrellas caerán de los cielos es un tema de profecía (6:13). Aquí se trata de una estrella específica, más pequeña, evidentemente, que la montaña ardiendo. Cuando se nos dice específicamente que era “como una antorcha” no hay lugar para introducir aquí la idea de un cometa (como hace el Dr. Seiss), o un meteorito, o cualquier otra cosa. Al ser como una antorcha debemos notar que se encuentra encendida solamente en uno de sus extremos, y no ardiendo en su totalidad como en el caso de la montaña. Todo se vuelve muy claro tal y como se ilustra. No se requiere explicación alguna si creemos lo que está escrito.
Por otra parte, las ideas de los intérpretes históricos son una salvaje confusión y se hallan en mutua oposición entre sí. En relación a la “estrella”, las interpretaciones incluyen a Mahoma, Simón el mago, Montano, Ario, Cerinto, y Pelagio entre los eclesiásticos. Aquellos que sostienen que debe ser un personaje militar dicen que debió ser algún líder judío, tal como Eleazar, o Josefo, etc. Otros refieren al pobre Genseric de nuevo, o Atila y una larga lista de asesinos. 
Pero unas pocas preguntas deshará todas estas ideas: ¿De qué cielo cayeron todos estos personajes? ¿Cuál fue su caída? ¿Cómo se incendiaron estos? ¿Cómo amargaron las fuentes y los ríos y los hicieron amargos como ellos mismos? ¿Cuándo fueron llamados con el nombre de “Ajenjo” o Absenta?”
No hay respuesta posible ni razonable para estas preguntas. Es una muy triste reflexión pensar que, con la sencillez que tienen, estas definitivas y particulares revelaciones del Espíritu Santo puedan significar o querer decir alguna otra cosa.
Nosotros mismos podemos añadir otra interpretación; y por muy extravagante que pueda ser, a los hombres no les importaría eso. Algunos probablemente la aceptarían. Sin embargo osamos cometer el imperdonable pecado de adoptar un principio de interpretación que nos lleva a  creer que esas cosas “significan” exactamente lo que Dios dice, y  consecuentemente somos tomados como “desvariados” por hacerlo así.
Y sin embargo acontecimientos similares han sucedido ya. En el Registro Anual de 1823, pag.683, leemos que, como resultado de una explosión volcánica, lluvias de arena oscurecieron el cielo y “las aguas del mar se volvieron densas, y los ríos se volvieron del color de la cerveza, y eran las aguas tan extremamente amargas que no se podían beber ni usar. Esto sucedió en las Islas Aleutian, y es citado por el Sr. Govett en su Apocalipsis Expandido .Algo similar fue predicho como castigo de Dios de Su Pueblo (Jeremías 9:1315): “He aquí que a este pueblo yo le daré a comer ajenjo, y les haré beber aguas de hiel”. También en Jeremías 23:15. Lamentaciones 3:15. Jeremías 8:14; 9:15.  
El resultado de una de las plagas de Egipto fue que “los egipcios no pudieron beber de las aguas del rio” (Éxodo 7:18-24). Esto fue real y literal. Así sucederá también.


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