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Jesús es el fin de tus luchas. De Joseph Prince



Romanos 7:1 ¿Acaso ignoráis, hermanos (pues hablo con los que conocen la ley), que la ley se enseñorea del hombre entre tanto que éste vive?

2 Porque la mujer casada está sujeta por la ley al marido mientras éste vive; pero si el marido muere, ella queda libre de la ley del marido.

3 Así que, si en vida del marido se uniere a otro varón, será llamada adúltera; pero si su marido muriere, es libre de esa ley, de tal manera que si se uniere a otro marido, no será adúltera.

Ahora lo que está ocurriendo es esto, el versículo 4 dice:

Así también vosotros, hermanos míos, habéis muerto a la ley mediante el cuerpo de Cristo, para que seáis de otro, del que resucitó de los muertos, a fin de que llevemos fruto para Dios.

Así que esta mujer de los primeros versículos que hemos leído estuvo casada. De hecho, esa mujer somos ustedes y yo, el cuerpo de Cristo, nosotros somos esta mujer. Digamos que una vez estuvimos casados con “el señor ley”, Israel se encontró con la ley antes de que Jesús viniera, años después, miles de años después la gracia vino y fue manifestada, porque la gracia estaba desde el principio de los tiempos.

Antes de manifestarse la gracia se manifestó la ley, y después la gracia vino en Cristo Jesús. Dios es realmente sabio, y no tiene límites, Su entendimiento es inescrutable. Él trajo primero a Jesús porque mucha gente no habría visto la necesidad de Jesús, muchos de ellos pensaban, “¿para qué necesito un salvador? ¿Para qué necesito ser salvo? Yo no soy una prostituta, no soy un asesino, no soy un gánster”, mucha gente tiene esa actitud, incluso muchos de nuestros amigos piensan así, que no necesitan salvación.

Así que la ley vino primero, y les dijo: “A ver, intenten guardarla”, y lo más que intentaban guardarla peor era el resultado, como el apóstol Pablo en este mismo capítulo dice: “lo más que intento no pecar, eso hago”. Así que Dios es muy sabio, dio la ley primero para que el hombre viera su necesidad de Jesús, porque nos encontramos que todos nosotros rompemos los diez mandamientos, todas las personas rompen los diez mandamientos.

Podemos pensar de otras personas que ellos realmente han roto los diez mandamientos, pero no, todos nosotros hemos roto los diez mandamientos, porque el pecado no es solamente hacer las cosas, si no también pensarlas, y todos nosotros hemos roto los diez mandamientos, nos quebrantaron los diez mandamientos, todos nosotros éramos grandes pecadores cuando Jesús nos salvó, por eso le amamos tanto, porque aquel al que se le ha perdonado mucho, ama mucho.

“El Señor ley” es tan severo, es muy demandante, esta mujer que se casó con él ve que él es perfecto, no hay nada malo con él, pero la mujer no es perfecta, y la mujer somos ustedes y yo. Él quiere su café bien caliente pero que no esté hirviendo, quiere sus huevos bien cocinados pero que no estén ni quemados ni nada crudos, es muy demandante. Así que ella cada mañana quema los huevos, y quema sus labios con el café y, ¿qué hace la ley cuando no la cumples ya que su demanda es muy fuerte?, te maldice y te rechaza, así que te encuentras viviendo con un hombre que siempre te está maldiciendo y reprendiendo. Pero después viene un hombre muy bien parecido, nuestro Señor Jesucristo, y nota esto, sus demandas morales son incluso más altas que las de la ley, pero él no espera nada de la mujer, cualquier cosa que él pudiera demandar ya la hizo por ella, así que ¿con cuál de estos dos quieres estar casado? por supuesto con el segundo hombre, porque él nos ha amado desmesuradamente en la cruz.

Pero ¿cómo la mujer puede casarse con Jesús si está casada con la ley?, mucha gente judía no quiere convertirse al cristianismo, porque piensan que están traicionando a su familia, se sienten como adúlteros. Pero es asombroso, cuando Jesús murió en la cruz él proveyó esta muerte para el esposo, para la ley, así que ella ya no está más sujeta a ese marido, al “señor ley”, así que la muerte fue provista también para ella en la cruz, y ahora nos dice: “Tú estás muerto a la ley por el cuerpo de Cristo”. Así que Jesús murió por ella y en vez de ella, y ahora Jesús nos ha traído a ustedes y a mí a él, ahora estamos del otro lado de la resurrección. ¡Alabado sea Dios!  donde la ley no puede seguirnos, donde el diablo no puede seguirnos, tú estás del lado de la resurrección, tú estás casado con el Resucitado ¿Cuál es el propósito? El versículo 4 dice: para que seáis de otro, del que resucitó de los muertos, a fin de que llevemos fruto para Dios. ¡Aleluya!

Así que este pasaje no tiene nada que ver con salvación, tiene que ver con llevar fruto, pueden llamarle de una práctica santidad, este pasaje no tiene nada que ver con la paz de Dios, todo eso se habló en los primeros capítulos de Romanos, los capítulos 3, 4 y 5 explican cómo hemos sido justificados por fe. En Romanos 5:1 dice: Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo.

Así que el capítulo 7 no está hablando de salvación, está hablando de que ahora que tú eres salvo, y Pablo comienza a explicar, a desarrollar esta tesis donde dice: “Porque lo que hago, no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago. Y si lo que no quiero, esto hago, apruebo que la ley es buena. De manera que ya no soy yo quien hace aquello, sino el pecado que mora en mí”, ¿esto les suena familiar?

Así que escuchen, si estás en esclavitud de adicciones, las personas piensan que las adicciones son solamente ciertas cosas, pero de hecho todos nosotros somos adictos a algo, puedes ser adicto a la depresión, a los negativos, a mirar el lado negativo de la vida, puedes ver un paisaje hermoso y hay una mosca ahí y puedes decir, “¡ay!, mira esa mosca fea”, siempre miras el lado oscuro, el lado feo, y siempre estás deprimido, eres adicto a la depresión y el problema es este, la raíz y el problema de todo eso es LA CARNE, repito el problema es LA CARNE.

¿Qué es la carne? la Biblia no está hablando del cuerpo, ¿saben quién habita en nuestro cuerpo? una vez que eres salvo, el espíritu santo mora en ti. Pero tienes algo en ti llamado la carne, no es tu cuerpo, habita en tu cuerpo, y es esa parte en ti que quiere hacer lo malo, que tiende a la depresión, a la conmiseración, que se ocupa en sí misma, que es egoísta, esa parte en ti que no quiere perdonar, esa parte en ti que es floja, que desea la esposa de otro, esa parte de ti que quiere ver pornografía, esa parte de ti, se llama la carne, pero tú no eres la carne, como creyente, tú tienes la carne, pero no eres la carne, tú vives en el espíritu. Si por ejemplo tengo una astilla en mi mano, en mi cuerpo, eso es un pedacito de madera en mí, yo siento dolor, siento el efecto de tener eso allí, pero no voy a decir: “soy de madera”, tener un pedazo de astilla en una parte de mi cuerpo, no me hace de madera. De la misma forma la carne nos da muchos problemas, es como una piedra en el zapato, la carne es esa parte en ti que quiere hacer lo malo, y ¿qué activa la carne?, vas a sorprenderte, porque es la ley.

El versículo 6 dice: Pero ahora estamos libres de la ley, por haber muerto para aquella en que estábamos sujetos…

El versículo 4 dice: Así también vosotros, hermanos míos, habéis muerto a la ley.

La mayor parte de los creyentes no se dan cuenta de que han muerto a la ley, quieren seguir viviendo para la ley, predican la ley, actúan como si tuvieran obligación para con ella, quieren hacerla y no me malentiendan, cuando estás casado con Jesucristo andas honorablemente de forma natural. No cometes adulterio, por ejemplo, porque amas a tu esposa, eso es el cumplimiento de lo que Dios quiere ¿ok? hay personas que no cometen adulterio porque no tiene la oportunidad, eso no significa que aman a su esposa, pero la más noble razón, la razón más santa para no cometer adulterio es porque amas a tu esposa. ¡Amén!

El versículo 6 entonces dice: Pero ahora estamos libres de la ley, por haber muerto para aquella en que estábamos sujetos, de modo que sirvamos bajo el régimen nuevo del Espíritu y no bajo el régimen viejo de la letra.

Así que en este pasaje dice “porque no hago el bien que quiero si no lo que aborrezco eso hago” y la gente se pregunta, ¿esta experiencia es de un cristiano o de alguien que no es cristiano? Permítanme decirles esto, alguien que no es cristiano no tiene esta lucha, no le importa y no está consiente de esa lucha, si siente el deseo de hacer algo malo, si siente un impulso, simplemente lo hace. Pero este pasaje dice que Pablo se deleitaba en la ley de Dios, pensaba en la Palabra de Dios, pero él veía esta parte en él que se inclinaba hacia lo malo. Esta es la experiencia de todo cristiano después de haber sido justificado por la gracia, después de haber encontrado paz con Dios entra dentro de esta experiencia, y ¿qué es lo que esta experiencia trata de enseñarle? vamos a encontrarlo ahora.

En caso de que te estés preguntando ¿es por justicia que eres liberado de todas estas cuestiones? Todo esto está cubierto en los primeros capítulos de Romanos. Romanos 6:14 dice:

Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia.

El capítulo 7 de Romanos expande esta verdad, te explica como el pecado (toda clase de sentimientos y emociones de la carne, la enfermedad, etc.), no tiene dominio sobre ti cuando estás bajo la gracia y no bajo la ley.
Romanos 7:6 Pero ahora estamos libres de la ley, por haber muerto para aquella en que estábamos sujetos, de modo que sirvamos bajo el régimen nuevo del Espíritu y no bajo el régimen viejo de la letra.
¿Cómo puedes servir a Dios bajo el régimen nuevo del espíritu? La Biblia nos lo dice, ¿cómo puedes llevar frutos para Dios? Este capítulo 7 está hablando de esto, de la vida practica cristiana, de la vida practica en santidad, de la vida practica en victoria sobre la carne, ¡Aleluya! ¡Gracias Jesús!

7 ¿Qué diremos, pues? ¿La ley es pecado? En ninguna manera. Pero yo no conocí el pecado sino por la ley; porque tampoco conociera la codicia, si la ley no dijera: No codiciarás.

Todos aquellos que piensan que esta libertad se refiere al ceremonial de ley, pero no a los diez mandamientos, no es así, el pasaje completo nos dice claramente que Pablo está hablando de los diez mandamientos, de la ley, porque el contexto aquí dice: pero no conocí el pecado sino por la ley; porque tampoco conociera la codicia, si la ley no dijera: No codiciarás.

Así que lo más que Pablo trataba de hacer el bien, se encontraba fallando, ¿es esto verdad? lo más que tratas de no codiciar, ¡codicias! Lo más que tratas de amar a alguien, más enojado que estás con esa persona, entonces ¿qué tengo que hacer con esa persona? ¿aplastarla?, no, no, momento, paciencia, el versículo 8 dice: Mas el pecado, tomando ocasión por el mandamiento, produjo en mí toda codicia; porque sin la ley el pecado está muerto.

Dice la versión KJ en inglés: “pero el pecado tomando oportunidad por el mandamiento produjo en mi toda manera de malos deseos. Porque aparte de la ley el pecado está muerto”.

Permítanme entonces explicarles algo. Digamos que Egipto está en una línea, y el monte Sinaí era un punto a donde los israelitas iban a llegar. Ahora, cuando los hijos de Israel salieron de Egipto, ¿ellos tenían pecado? Claro que sí, antes de que Dios diera los diez mandamientos, todo Israel, todos ellos habían pecado, había pecado en ellos, pero el pecado no se había manifestado. ¿Ellos hicieron un becerro de oro entre el camino cuando salieron de Egipto y antes de que llegarán al monte Sinaí? ¡No! ¿adoraron otros dioses? ¡no! ¿ellos siguieron la columna de nube que era la presencia de Dios? ¡Si! ¿y tenían pecado en ellos? ¡Sí!, ¿eran ellos perfectos? ¡No! pero ¿estaba Dios ahí para ellos? ¡Si! ¿Dios abrió un camino donde no había camino para que ellos atravesaran el Mar Rojo? ¡Si! ¿estuvo Dios allí para ellos? ¡Si! ¿ellos eran perfectos? ¡No! ¿Dios es perfecto? ¡Si! ¿Dios los ama perfectamente? ¡sí! ¿eran ellos perfectos? ¡no!

Así que ellos siguieron su camino y llegaron al monte Sinaí, y cuando estuvieron ahí comenzaron a alardear, ellos dijeron “todos estos mandamientos de Dios nosotros los podemos hacer, todo lo que Dios ordenó podemos hacerlo”, se jactaron de su propia fuerza.

La ley te hace ocuparte contigo mismo, eso hace la ley: “No harás”, “no harás”, “no harás”, eso te hace ocuparte y verte a ti mismo. Así que ellos vieron esos mandamientos y dijeron “sí, podemos hacerlos”, pero Dios sabía que ellos no podían, ellos pensaron que podían y Dios quería demostrarles que no podían, así que Dios les dio estos diez mandamientos, entonces en:

1 Corintios 15:56 ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder [ “la fuerza” KJ] del pecado, la ley.

Cuando Dios dio los diez mandamientos, observa esto, ¿había pecado en ellos desde que salieron de Egipto hasta el monte Sinaí? sí, pero noten que en el momento en que la ley fue dada, el pecado se evidenció el ellos como una transgresión.

Y, ¿Por qué propósito fue dada la ley? fue dada para hacer el pecado una transgresión. La transgresión y el pecado son dos cosas diferentes, por ejemplo, pecar significa pasarte de la marca, como cuando tiras una flecha y no das al centro, tú perdiste el blanco, en griego significa, que perdiste la marca o el centro.

Digamos que estoy manejando por el camino y no hay señalamientos y voy manejando a 120 km p/h y yo no veo ningún señalamiento, a lo mejor hay uno, pero yo no lo veo, así que en lo que a mi concierne no hay ninguna restricción, yo voy a 120, pero ¿cuantos de ustedes saben que me pasé de la raya, me pase del límite? ¿yo sé que me pase del límite? No, yo no lo sé.

Bueno ahora supongamos que yo veo un señalamiento que dice 90 km p/h, y si vengo manejando a 80 y veo que el límite es 90, algo en mí me hace ir todavía más rápido. Eso se llama pecado, es la carne, ahora eso no es más pecado sino transgresión, estas transgrediendo la ley, el pecado estaba en Israel, pero ellos salieron de ahí y se manifestó el pecado en ellos cuando la ley fue dada, no hay nada malo con la ley, pero eso saca de ti el pecado, el poder o la fuerza del pecado es la ley (1 Corintios 15:56).

Romanos 7:9 Y yo sin la ley vivía en un tiempo; pero venido el mandamiento, el pecado revivió y yo morí.

¿Cómo se reaviva el pecado en cada iglesia, en la vida de cada cristiano? reintroduciendo la ley, porque cuando el mandamiento viene la ley es avivada.

10 Y hallé que el mismo mandamiento que era para vida, a mí me resultó para muerte;

11 porque el pecado, tomando ocasión por el mandamiento, me engañó, y por él me mató.

El pecado no te mata directamente, sino que la ley reaviva eso en ti. Por ejemplo, voy manejando en el camino y voy haciendo algo malo y yo no lo sé, pero en el momento que sé que hago algo malo, la culpa viene en mí y la culpa me mata, la culpa al no cumplir la ley me mata a mí. Algunas personas piensan que hacer sentir culpable a la gente les ayuda, que eso les motiva hacer cosas buenas, no, el amor de Cristo es lo que nos constriñe el corazón.

Ahora, no me malentiendan la ley es justa, santa y buena, el problema es que nosotros no lo somos y la ley no puede ser flexible para nosotros. El versículo 13 dice: ¿Luego lo que es bueno, vino a ser muerte para mí? En ninguna manera; sino que el pecado, para mostrarse pecado, produjo en mí la muerte por medio de lo que es bueno, a fin de que por el mandamiento el pecado llegase a ser sobremanera pecaminoso.

Algunos cristianos ni siquiera sueñan con cometer ciertos pecados, pero después que ellos llegan a ser creyentes y escuchan enseñanza incorrecta, quizás ellos han escuchado algo acerca de los diez mandamientos siendo dilucidados en detalle, escuchan cada forma de pecado de los diez mandamientos, y ellos ni siquiera habían soñado antes cometer ese tipo de pecado, este fenómeno está aquí descrito en Romanos 7, el pecado a través del mandamiento llega a ser sobre manera pecaminoso.

14 Porque sabemos que la ley es espiritual; mas yo soy carnal, vendido al pecado.

15 Porque lo que hago, no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago.
Así que, chicos si ustedes están en esclavitud a la pornografía, esto es lo que está ocurriendo con ustedes, y vamos a encontrar la forma de salir de esto, ¡amén! y también puede haber mujeres adictas a la pornografía no solamente los hombres llegan a ser adictos a esto, pero esto en realidad incluye cualquier problema, como mal temperamento, tú puedes decir “tengo un problema con mi temperamento”, no, tú tienes un problema con la carne.

16 Y si lo que no quiero, esto hago, apruebo que la ley es buena.

17 De manera que ya no soy yo quien hace aquello, sino el pecado que mora en mí.

18 Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo.

En el versículo 18 dice “en mi carne”, no en mi cuerpo, en mi carne “no mora el bien”. En mi cuerpo habita el espíritu santo, ¿ven la exactitud?, pero en la carne, que te lleva hacer lo malo, no habita nada bueno, “porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo”.

19 Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago.

20 Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí.

21 Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley (Una ley es por ejemplo que todo lo que arrojo al aire va a caer): QUE EL MAL ESTÁ EN MÍ.

22 Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios; (¡Pablo se deleitaba en la ley de Dios!)

23 pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros.

Por favor no se preocupen, esto se va a poner mejor.

24 !Miserable de mí! ¿quién me librará de este cuerpo de muerte?

No dice “qué”, ¿qué formula puedo aprender? O ¿qué técnicas puedo aplicar? No, no es nada de esto es “quién”, habla de una persona, “¿quién me librará de este cuerpo de muerte?”

Ahora, hay una ley muy interesante en el Antiguo Testamento acerca de la lepra. En aquellos días tenían muchísimo miedo de esta enfermedad, y cuando había un brote de lepra, ya sea en la cabeza o en el cuerpo, cuando surgía algo blanco ahí, traían a la persona al sumo sacerdote que era el médico de aquellos tiempos, y el examinaría a la persona para confirmar si realmente era lepra. Si era lepra, la persona era separada, se ponía en cuarentena para que los demás no se contaminaran, para que los demás no llegaran a ser inmundos, pero hay algo muy interesante en este pasaje. En Levítico dice que si la lepra se había extendido, si el hombre estaba completamente cubierto de lepra desde la cabeza a los pies, si estaba completamente blanco, él estaba limpio ¿alguna vez han leído esto?

Levítico 13:12 Mas si brotare la lepra cundiendo por la piel, de modo que cubriere toda la piel del llagado desde la cabeza hasta sus pies, hasta donde pueda ver el sacerdote,

13 entonces éste le reconocerá; y si la lepra hubiere cubierto todo su cuerpo, declarará limpio al llagado; toda ella se ha vuelto blanca, y él es limpio.

Si la lepra cubre todo su cuerpo, ¡será declarado limpio!, ¡qué cosa tan extraña!, esto significa que, si tú dices: “Pastor Prince, yo soy setenta por ciento bueno, solo en un treinta por ciento mío quizá tenga mal temperamento”, tú eres inmundo, tu lepra esta solamente en una parte, pero si dices: “Pastor Prince, yo tengo un problema con la codicia”, entonces tu problema está en la cabeza, “yo soy sesenta por ciento bueno y cuarenta por ciento, bueno… a veces pierdo el control”, tú sigues siendo inmundo. Pero si alguien viene a Jesús y dice: “Señor yo soy completamente inmundo, no puedo esperar nada de mí mismo, no puedo confiar en mí mismo”, Jesús voltea hacia ti y te dice “eres limpio”.

Entonces nuestro problema es que todavía esperamos algo bueno de nosotros mismos, condenamos la mala carne o lo malo en la carne, pero aceptamos lo bueno en la carne. Bueno, pues eso es todavía es carne, ¿entienden eso?, si eres setenta por ciento bueno y treinta por ciento malo, entonces Jesús es bueno solamente para ti el treinta por ciento, porque Jesús es el Salvador de pecadores, y no puede trabajar con tu otra parte que tú consideras buena. Por eso el Señor vino, si tú tratas de producir con tu sesenta por ciento en la carne algo bueno, vas a tener esta lucha que está descrita en Romanos 7.
Así que el Señor permite que atravesemos esta lucha hasta que lleguemos al final de nosotros mismos ¿entienden esto? El apóstol Pedro tenía un problema mucho antes de que él negara a nuestro Señor Jesucristo maldiciendo y diciendo que no lo conocía, él tenía un problema, y Jesús la noche anterior oró por Pedro en Lucas 22:31-32:

Dijo también el Señor: Simón, Simón [le habló afectivamente], he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo.

Satanás había encontrado algo en Pedro, noten que satanás no es todopoderoso, él tiene que pedir permiso, tiene que encontrar una puerta, tiene que buscar la forma de pedirle a Dios permiso para zarandear a Pedro como trigo, porque había encontrado algo en Pedro que Pedro no se daba cuenta que estaba en él. Pedro no se daba cuenta que algo en Pedro le estaba dando espacio al diablo, pero fíjense lo que le dijo Jesús en el versículo:

32: he orado por ti para que tu fe no falte

¿Quieren escuchar algo asombroso? Jesús no oró para que Pedro no fallara sino para que su fe no le faltara, en otras palabras, él sería tentado, Jesús permitió esta prueba para mostrarle a Pedro, a Pedro, para que viera su propia humanidad, su debilidad en la carne, su incapacidad, justo lo que está describiendo Romanos 7.

¿Cuántos de ustedes entienden esto? Muchos de nosotros no nos damos cuenta, pensamos que podemos producir cosas buenas, pero al final tenemos que darnos cuenta que todo se trata de Jesús y no nosotros mismos. Así que Jesús no pidió que Pedro fuera protegido de esta tribulación, él oró para que su fe no le faltara.

Ahora, ¿qué es fe? hemos oído toda clase de definición de fe. La Escritura dice:

Hebreos 11:1 Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.

La fe dicen es tener confianza en Dios, es creer en Dios, la fe es que ves algo realizado antes de que suceda, todo esto está bien, pero hasta un niño puede entender cuando vemos los evangelios que todo aquel que venía a Jesús consciente de sus pecados o con enfermedad cuando venían a Jesús como ellos eran, él se volteaba a ellos y les decía: “tú fe”, “tu fe”, en otras palabras “cuando falles, no pares de venir a mí, no sientas que hay una distancia, no sientas que estoy lejos de ti, no pienses por un instante que voy a dejarte, yo estoy orando por ti que cuando falles tu fe no te falte, esta es mi oración, en otras palabras debes creer que nunca voy a dejarte, nunca voy abandonarte, debes creer eso”, eso es fe, la razón porque la cual fariseos no podían aceptar a Jesucristo es porque él hizo a Dios tan cercano, los que venían a él enfermos eran sanados, aquellos que eran poseídos por demonios fueron hechos libres, Jesús hizo tan accesible a Dios, pero los fariseos querían mantener a Dios en el Santo de los santos, que nadie pudiera entrar ni acceder a Él sino el sumo sacerdote y solamente una vez al año, querían mantener a Dios en una caja en algún lado, lejos de la gente, y aquí Jesús de Nazaret, el hijo del Dios viviente estaba haciendo a Dios accesible ¡Amén! ¡Aleluya!

Ahora, aun cuando haces mal, porque tú no eres perfecto todavía y vienes a él, él llama a eso fe. Hubo muchas mujeres que tenían enfermedades, pero esta mujer con flujo de sangre vino denodadamente a Jesús a obtener su sanidad, y él le dijo: “Hija tú fe te ha hecho sana”.

Así que Jesús le dijo a Pedro “cuando falles, no huyas de mí, ven a mí, yo oro para que tu fe no te falle”, el diablo quería empujar a Pedro al lugar donde pensara “se terminó todo, Dios te ha dejado, hay una distancia entre Dios y tú, ahora tú y él están lejos”, eso no es fe.

Es asombroso, esa gente que enseña que cuando pecas estas lejos de Dios, que te has separado de Dios, yo les preguntaría, ¿si estás separado de Dios, que puedes hacer tú en tu separación de Dios, para regresar a Dios? ¿Qué puedes hacer tú? ¿Por ti mismo puedes hacer algo? Incluso ¿puedes ver por ti mismo que has pecado?, porque si estamos en la presencia del Dios es donde vemos la luz, así que fuera de la presencia de Dios ¿cómo puedes ver el camino de regreso a casa? Esto es asombroso, es una realidad que aunque peques, él nunca va a dejarte, aunque falles, él va ayudarte. 

¿Saben lo que hizo Jesús en la última cena? él se despojó de sus ropas, tomó un lino, se puso sobre sus rodillas y lavó los pies de todos sus discípulos, ahora, todos ellos le permitieron lavar sus pies, excepto uno ¿quién? Pedro, y Pedro dijo: “Señor no puedes lavarme”, bueno eso suena muy “piadoso”, pero esto era un espíritu de religión hablando, Pedro dijo, “no puedes lavarme”, y Jesús le dijo: “si no te lavo, no tendrás parte conmigo”, esto no está hablando de salvación está hablando de su ministerio, “no tendrás parte conmigo” no en mi.

Juan 13:8 Pedro le dijo: No me lavarás los pies jamás. Jesús le respondió: Si no te lavare, no tendrás parte conmigo.

9 Le dijo Simón Pedro: Señor, no sólo mis pies, sino también las manos y la cabeza.

Jesús le dijo algo muy profundo:

10 …El que está lavado (se refiere a la salvación, “luo”), no necesita sino lavarse (“nipto”) los pies, pues está todo limpio; y vosotros limpios estáis, aunque no todos (se estaba refiriendo a Judas Iscariote).

Por la sangre de Cristo hemos sido lavados una sola vez y para siempre. Cada cristiano necesita lavarse los pies, ¿con qué? con el agua de la Palabra de Dios, yo ahora mismo estoy lavando sus pies, aunque no soy yo, es Cristo mismo lavando sus pies, cada vez que vienen a la casa de Dios, la contaminación, el polvo, la tierra en sus pies, todo eso es lavado por el agua de la Palabra de Dios, ¿quién hace este lavado? ¡Jesús!, aquel que está lavado, aquél que ha sido renacido solamente necesita lavar sus pies, porque está completamente limpio.

¿Entonces cuál es la respuesta? ¿Debo seguir mi vida como cristiano haciendo lo que no quiero y haciendo lo que aborrezco? ¿Me voy a mantener haciendo el mal? ¿esta es mi vida, en esta eterna lucha? ¡No! debo llegar al lugar donde diga: “¡miserable de mí! ¿quién me librara de este cuerpo de muerte?, “quién”, no, ¿cuál formula puedo adoptar?, ¿qué método practico puedo hacer para superar esto? ¡no!, “quién”, dijo Pablo, “¿quién me librará de este cuerpo de muerte?”

Romanos 7:25 Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Así que, yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios, mas con la carne a la ley del pecado.

Así que obviamente Pablo encontró algo que le hizo salir de esta lucha, ¿les gustaría saber qué es? Lo que sea que Pablo encontró, fue a través de Jesucristo nuestro Señor, repito, esto no es salvación, Pablo ya era salvo cuando tuvo esta lucha, así que ¿cuál es la respuesta? ¿qué quiere decir a través de nuestro Señor Jesucristo? ¿qué encontró a través de nuestro Señor Jesucristo? la segunda parte del versículo dice “así que, yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios, mas con la carne a la ley del pecado”.

Pablo dijo “cuando descubrí esta lucha, mi mente estaba todavía ahí para la ley de Dios, pero mi cuerpo seguía haciendo lo que era malo”, es lo que él dice en otras palabras, esta liberación viene en la mitad de esta lucha, ¿quiénes de ustedes quiere escuchar cuál es esta liberación?

Romanos 8:1 Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús.

Ahora este versículo en muchas versiones tiene algo que lo interpola que dice: “a los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu”. Bueno, los eruditos ahora están de acuerdo que esta última parte en este versículo no debería estar ahí, y hay algunas versiones nuevas que lo dan exactamente, ya no tienen esa parte. Esto que fue añadido estaba en el versículo 4 de este capítulo 8. Porque bueno, algún traductor en el pasado no pudo manejar que solamente porque un creyente este en Cristo no haya condenación para él, él dijo “no, esto no, esto no es suficiente”, tengo que añadir, “a los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu”, entonces, en pocas palabras volvió al andar y el andar está en el versículo 4, no argumentemos sobre esto, pero vemos que en los capítulos 3, 4, 5 dicen que en el momento que tú crees en Jesucristo eres salvo, y eso nada tiene que ver con tu andar, no está implícito tú esfuerzo en esta salvación, cuando crees en Jesucristo has pasado de muerte a vida, tienes paz con Dios, ahora has sido justificado por la fe. Y si esto no es todo, veamos el final del capítulo:

8:34 ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aún, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros.

¿Está hablando de nuestro esfuerzo? no, ¡todo se refiere a Cristo! nada tiene que ver con nuestro esfuerzo, no tiene nada que ver con nuestras obras, no tiene nada que ver con nuestro andar, si esto no es suficiente en Romanos 8:33 dice:

8:33 ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica.

Entonces los eruditos están correctos, el original no tenía esta última parte que ha sido añadida, ahora no hay condenación para los que están en Cristo Jesús. ¿Cuántos de ustedes quieren saber el secreto de la santidad? ¿Qué significa estar en Cristo Jesús? 

Estar en Cristo Jesús significa aceptar al Señor Jesucristo cómo tu Salvador, cómo tu sustituto. ¿Cómo fueron salvos? ¿por sus propios esfuerzos? ¿por el treinta por ciento de tu esfuerzo? ¿tomó el veinte por ciento de tu esfuerzo? ¿el diez por ciento de tu esfuerzo? ¿qué tal el cinco por ciento de tu esfuerzo? ¿acaso el uno por ciento? No fuiste salvo por ningún esfuerzo tuyo, toda la obra fue completamente del Señor Jesucristo y su obra finalizada, así es como llegaron a ser salvos.

Ahora en el área de santidad la misma cosa aplica. Dios quiere que entiendan que ahora están en Cristo Jesús ¿Qué significa estar en Cristo Jesús? Eso significa que tú aceptas a Cristo como tu salvación, como el perdón de tus pecados. Estar en Cristo Jesús es aceptar al Señor Jesús a la diestra de Dios como tu verdadero “yo”, no ese “yo” que tiene esta lucha constante de Romanos 7, ese no es tu “yo” verdadero. Si tú me dices “Pastor Prince estoy luchando con esto”, no, ese no es el verdadero “tú”, a los ojos de Dios el verdadero “tú” es el hombre sentado a Su diestra. Esto significa que estar en Cristo Jesús es que tu identidad ante los ojos de Dios ha cambiado. Dios no está viendo incluso esa lucha que mantienes. En lo que concierne a Dios hemos muerto, porque fuimos crucificados con Cristo.

Permíteme decirte tú historia en Cristo, cuando Jesús estaba en la cruz, entiendan esto, Dios nos tomó a todos nosotros y nos puso en Cristo, él murió por nosotros y también en vez de nosotros [es decir, sustituyéndonos a nosotros]. En lo que concierne a Dios tú no estás más vivo, yo no estoy más vivo, esa persona que hace una y otra vez las cosas mal, esas cosas que no quiere hacer, ya no vive. “Pastor Prince, usted está vivo todavía, está hablando con nosotros”, ya no vivo yo, más Cristo vive en mí, ¡este es el misterio! vivo yo, pero ya no vivo yo, sino que es Cristo el que vive en mí.

Cuando mañana se enfrenten a esos prospectos del futuro o a sus problemas o vayan alguna entrevista de trabajo o se enfrente a cualquier reto no son ustedes quien van a enfrentar esa situación, es Cristo enfrentando el problema por ustedes, descansen en él. Ya no vives tú, más vive Cristo en ti. Así que la cosa es esta, Dios te está diciendo “déjate de mirarte a ti mismo, deja de mirar tu propia incapacidad, tus pecados, de tener esa introspectiva a ti mismo y ve el hombre sentado a la diestra de Dios, él eres “tú” hoy, él es tu “yo” verdadero. Cuando Dios te mira, cuando Dios te juzga, Él no te está viéndote a ti, Él ve a Jesucristo, porque Jesús es el nuevo “tú”, eso es lo que significa estar en Cristo Jesús. Nuestra identidad hoy está en Cristo Jesús, él nos representa.


Ustedes saben que Jesucristo está a la diestra de Dios, finalmente el corazón de Dios, puede descansar en una divina complacencia. El corazón de Dios está descansando en gozo en ese perfecto hombre, por fin ha encontrado al hombre perfecto y ¿saben algo? Ese hombre eres tú en lo que concierne a Dios, ese hombre eres tú. ¿Ese hombre puede ser condenado de nuevo? Nunca más, ni tú tampoco. Los ojos de Dios están siempre en este hombre perfecto, Cristo Jesús a Su diestra, tú piensas que Dios está poniendo sus ojos en ti o te está viendo a ti, pero Él te ve a ti en él, te ve como él, él eres tú en lo que a Dios concierne.


Traducción Claudia Juárez Garbalena



Mi gratitud a Élida Scarano por su ayuda en la transcripción de este documento.


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