Las Ciudades de Refugio o, “El Nombre de Jesús”. II. Por John MacDuff.
Amado lector:
Esta es la segunda
entrega de la pequeña y hermosa joya “Las
Ciudades de Refugio o El Nombre de Jesús”, de John MacDuff, escrita en 1874.
Tomemos en cuenta que su descripción de la Tierra Santa es previa a 1948,
cuando se fundó la nación de Israel tal y como la conocemos hoy día. Esto es
solo un pequeño detalle en comparación con la muy bella revelación contenida en
este libro de nuestro Señor Jesucristo como nuestro REFUGIO. ¡A nuestro amado Dios sea la gloria!
¡Dios les bendice!
En el amor de Cristo,
Claudia Juárez
Garbalena
Hebreos 2:18 (KJV) Que por dos cosas inmutables, en las
cuales era imposible que Dios mintiera, pudiéramos tener un fuerte consuelo,
aquellos que hemos huido por refugio
para aferrarnos a la esperanza puesta delante de nosotros.
o, “El Nombre de Jesús”
II
II
UN LIBRO
PARA JÓVENES
Por John
MacDuff, 1874.
Hebrón es la más
antigua de todas las ciudades de Canaán. Después de vagar de un lugar a otro en
la tierra de la promesa, levantando sus tiendas y altares, fue aquí donde los
patriarcas tuvieron por primera vez un hogar asentado. No nos sorprendemos por
la selección de la antigua ciudad cananea, en la tranquila ladera de las
colinas del sur, en medio de olivares y árboles de terebinto, y con vista hacia
abajo a uno de los valles más fértiles de Palestina, con sus huertos y campos
de granos. En su elevación oriental está el lugar que le da en este día su interés
más sagrado: la cueva de Macpela,
donde han reposado los huesos de los patriarcas durante cuatro mil años. Debió
estar fuera de sus murallas cuando los ángeles se le aparecieron a Abraham, mientras
estaba sentado a la puerta de su tienda. El cerro colindante es tal vez el
lugar desde el cual el patriarca vio el humo ardiente de Sodoma saliendo de su
propio valle profundo. Fue en Hebrón que David fue ungido como rey sobre
Israel. Fue en medio de sus viñedos y montañas que Juan el Bautista creció como
de niño, antes de aparecer en el desierto de Judea, para hablar de Uno más
poderoso que él, "cuyo calzado" él no era “digno de desatar” (Marcos
1:7).
En hebreo, significa
"comunión" o "amistad". JESÚS ha llevado al hombre culpable
a tener comunión con Dios. A causa del pecado, habíamos perdido esta comunión.
¡No habíamos hecho a Dios nuestro amigo, sino nuestro enemigo! Fuimos cortados
de la comunión con todo lo que es santo y feliz. Los ángeles, en sus
asignaciones de misericordia a través del universo, pasaron de largo por
nuestro mundo; no podían mantener ninguna comunión con aquellos que se habían
rebelado contra su Creador. ¿Ninguno podía salvar este amplio abismo que separa
la tierra del cielo? ¿No podía ser dejada una escalera desde el cielo a la
gente pecadora, para que el hombre caído pudiera una vez más levantarse para
mantener "comunión" con Dios?
JESÚS es el verdadero
HEBRÓN: la verdadera escalera de Jacob
que descendió del cielo y llegó hasta la tierra. Jesús ha "reconciliado
las cosas en la tierra y las cosas en el cielo" (Colosenses 1:20 KJV). “Y juntamente
con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo
Jesús" (Efesios 2:6). Nosotros que una vez estuvimos "lejos" hemos
sido hechos "cercanos por la sangre de Cristo" (Efesios 2:13).
Confío en que muchos
cristianos que lean esto, amarán visitar en pensamiento la vieja ciudad de los
patriarcas, y morar en su nombre y significado: "comunión". ¡Piensa en lo que tú hubieras sido sin Jesús, tu
Hebrón-Ciudad de Refugio! Habrías sido un pobre marginado de Dios, un
extranjero de todo lo que es santo y feliz. Pero a causa de Jesús, todo ha
cambiado. Dios es tu Padre, Cristo es tu Hermano mayor. En Jesús, Dios te ama -el Espíritu Santo te enseña- el cielo está
abierto para ti. Tú estás inscrito como ciudadano de la gran Hebrón celestial, de "la ciudad que
tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios". Cristo los ha
hecho miembros de la gran familia celestial; ¡para que el pequeño que ama a
Jesús, sea hermano o hermana, esté ante el trono eterno del cielo! Puedes ser
privado de la amistad y comunión humana. El
hermano o hermana, padre o madre, o el amigo que alguna vez has amado
cercanamente, puede caer en un absoluto silencio. ¡Pero regocíjate! Nada puede
separarte de un mejor amigo y de una comunión más duradera. A pesar de que todas
las alegrías terrenales perezcan, siempre puedes correr dentro de las puertas
de la poderosa Hebrón de refugio y decir: "¡Nuestra
verdadera COMUNIÓN es con el Padre y con su Hijo Jesucristo!"
"Los
amigos terrenales pueden causarme dolor y apesadumbrarme,
Un
día son amables, al siguiente me dejan;
Pero
este Amigo nunca puede defraudarme,
¡Oh,
cuanto Él me ama!”
Cuarta Ciudad: BESER
Beser estaba situado
más allá del Jordán, en la tribu de Rubén. Aunque no se ha descubierto su sitio
preciso, pensamos que estaba encaramado en una de las muchas alturas rocosas
del gran monte Nebo, de cuya cumbre se permitió a Moisés, antes de morir,
obtener una vista de la Tierra Prometida. La porción norte de las aguas del Mar
Muerto sería vista desde ella, y las montañas para pastar de Judá a la
distancia. Por su nombre, así como por ser una ciudad fronteriza, y sujeta a
ataques de la tribu guerrera de Moab, Beser probablemente estaría fuertemente
fortificada -similar, tal vez, en este respecto a las ciudades vecinas, con las
cuales los israelitas estaban tan impresionados en su primer acercamiento a
Canaán, con "sus imponentes y altas murallas, que se acercaban al
cielo".
Literalmente significa
"fortaleza" o ROCA. Jesús
es el BESER del creyente. El pecador está en peligro en todas partes, pero en
Jesús está seguro. Se le invita a "recurrir a la FORTALEZA" como un
"prisionero de la esperanza", y una vez dentro de sus puertas,
"aunque un ejército acampe contra él", él no necesitará "temer
mal alguno".
¡Qué poderosa fuerza
acampa contra él! Hay una Ley Santa de
Dios, con todas sus amenazas y maldiciones terribles. Pero refugiado en el
verdadero BESER, puede decir triunfalmente: "¿Quién acusará a los elegidos
de Dios? ¡Dios es el que justifica!" (Romanos 8:33).
Está Satanás, con sus maquinaciones y
ardides engañosos e innumerables tentaciones. Él mismo fue alguna vez un ángel
de luz. Él sabe lo que son la santidad y la felicidad. Pero siendo ahora un
espíritu malvado y perverso, ¡busca hacer a otros tan malvados e infelices como
él mismo! Se habla de él en la Biblia como "el hombre fuertemente
armado" (Lucas 11:21). ¡Pero Jesús es "más fuerte" que este hombre
fuerte! Si has huido por refugio a este gran evangelio de Beser, y te has asentado dentro de sus fortalezas seguras, puedes
exclamar con alegría: "Jehová, roca
mía y castillo mío, y mi libertador; Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré; mi
escudo, y la fuerza de mi salvación, mi alto refugio". (Salmo 18:2).
Está tu
propio Corazón Perverso, con sus pensamientos pecaminosos, sus
imaginaciones vanas y sus profundas corrupciones; porque el peor enemigo de un
hombre está dentro de él. El enemigo de tu corazón te tentará a decir una
mentira, a jurar, a ser deshonesto, a ser egoísta, a estar enojado, a ser
cruel. Pero Aquel que está a favor tuyo
es mayor que todos los que están en
contra de ti. Estás más seguro que en cualquier castillo terrenal, puedes
hacer tuya esta canción de guerrero: "¡Torre
fuerte es el nombre de Jehová; a él correrá el justo, y será levantado!"
(Proverbios 18:10).
Allí están las Aflicciones,
los Dolores y las Angustias de este mundo, esas cosas que causan corazones tristes y muchas lágrimas. Pero ese bendito Salvador: tu Roca y Fortaleza,
"conoce tus dolores", porque Él los sintió. Él conoce tus lágrimas,
porque Él mismo las derramó. Huyendo al verdadero BESER en el tiempo de la
aflicción, puedes secar tus lágrimas y cantar: “Jehová será refugio del pobre [“oprimido”], refugio para el tiempo de angustia. ¡En ti confiarán los que conocen tu
nombre, por cuanto tú, oh Jehová, no desamparaste a los que te buscaron! (Salmo
9: 9, 10).
Y allí está la Muerte,
el postrer enemigo de todos. Pero aun
sobre este Rey de terrores y Terror de reyes,
puedes gritar en triunfo desde tu Divino refugio: “¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón?... ¡Más gracias sean
dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo!” (1 Corintios 15:55,57).
Y Jesús es una
Fortaleza para todos los que realmente huyen a Él. Ya he hablado de los niños
pequeños corriendo hacia Él y sonriendo sin temor en los brazos del Salvador.
Él combina la majestad de la Deidad,
con la ternura del hombre. Y, ¿qué
dice el profeta Isaías de este verdadero BESER? "Y será aquel varón como escondedero contra el viento, y como refugio
contra el turbión [“tempestad”]; como
arroyos de aguas en tierra de sequedad, como sombra de gran peñasco en tierra
calurosa" (Isaías 32: 2).
En una de las grandes fortalezas
británicas que fueron asediadas en la última rebelión india, las madres
cristianas estaban acostumbradas a silenciar a sus hijos para que durmieran cantando:
"Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las
tribulaciones". Mis amigos cristianos, "como aquel a quien
consuela su madre" así Dios "te consolará". Aquí está su palabra de consuelo: "Jehová es bueno, fortaleza en el día de la
angustia; y conoce a los que en él confían" (Nahum 1:7). En las
antiguas Ciudades de Refugio, no se permitía ningún arma de ningún tipo. Los
que las poseían tenían que entregarlas. Esto es cierto en un sentido más noble
y mejor, con respecto a la Fortaleza del
Evangelio. No puede haber armas mortales forjadas allí. Pierden filo:
"No hay condenación para los que
están en Cristo Jesús". (Romanos 8:1) El arsenal de Satanás ha sido
saqueado; El "más fuerte que él"
lo ha "despojado de sus armas, y se
llevó sus pertenencias" (Lucas 11:22 KJV).
He dicho que la palabra
BESER significa "ROCA", y también "fortaleza". "Confía siempre en el SEÑOR siempre, porque el
SEÑOR DIOS es la Roca eterna" (Isaías 26:4 KJV). Él es la verdadera
ROCA DE LAS EDADES. Nunca podrás expresar lo suficientemente bien con tus ojos
puestos en este glorioso “Refugio”:
"Amado
NOMBRE, la ROCA en quien yo edifico mi vida,
Mi
escudo y escondite;
Mi
tesoro que nunca falla,
¡lleno
de almacenes ilimitados de gracia!
"La
roca de las edades, traspasada por mí,
¡Deja
que me esconda en Ti! "
Ramot estaba situada en
Galaad, dentro de la tribu de Gad, y en algún lugar cerca de las orillas del
arroyo Jaboc, donde Jacob luchó en
oración con el ángel. Debió haber
ocupado una posición dominante entre los gloriosos bosques de Galaad. Al igual
que Beser, debió estar fuertemente fortificada, debido a los muchos asedios que
soportó. Siendo una ciudad fronteriza de Palestina, estaba situada en la ruta
directa tomada por los ejércitos sirios invasores, y debió estar constantemente
expuesta a ataques hostiles.
Se puede pensar en
Ramot, entonces, entre las colinas y laderas al otro lado del Jordán, con sus
bosques de robles nativos, donde vagaban los famosos "toros de Basán" (manadas de ganado salvaje); mientras que las
manadas más pacíficas recorrían los prados que bordeaban los arroyos de las
montañas.
¿Qué nos dice el nombre
RAMOT respecto a Cristo?
Ramot literalmente significa
EXALTACIÓN. ¡Jesús es el verdadero Ramot! ¡Él es "exaltado para ser un Príncipe y Salvador!" Una vez fue pobre,
despreciado, rechazado, crucificado y muerto brutalmente. Él se compara a sí
mismo con un pobre proscrito y exiliado en medio de estos bosques de Galaad:
"Me han rodeado muchos toros;
fuertes toros de Basán me han cercado. Abrieron sobre mí su boca como león
rapaz y rugiente" (Salmo 22:12,13). Pero habiendo sido humillado en la
cruz como Salvador sufriente, Él
ahora está exaltado en el trono como un glorioso
Rey. "Dios lo ha EXALTADO"
(Fil. 2:9). Los ángeles lo exaltan, los serafines lo adoran, los santos lo
alaban, la Iglesia lo magnifica, ¡y la Iglesia redimida cuando esté en el cielo
lo magnificará y exaltará para siempre!
Lector cristiano,
deléitate constantemente en caminar alrededor de los muros de Ramot, y pensar
en Jesús "exaltado a la diestra de Dios". Él está allí para defender
tu causa. Aunque exaltado, no ha olvidado a los más abatidos o humildes de su
pueblo. Él es el más Grande de todos
los seres creados, pero también es el más bondadoso de todos. Después de su
exaltación, cuando se apareció al anciano y apóstol Juan, Juan se preguntaba si
las glorias del cielo habían alterado el amor y la ternura de Jesús. Él recordaba
cuantas veces se recostó antes sobre el pecho de Jesús. Cuando miró, sin
embargo, ahora, al glorioso Ser que estaba delante de él en Su gloriosa
vestimenta, con "Sus ojos como llama de fuego", "Juan cayó a sus
pies como hombre muerto". Pero la
misma gentil mano le tocó, la
misma dulce voz que solía escuchar
tan a menudo en tiempos pasados, le dijo: "¡No temas!" ¡Qué dulce es
para nosotros pensar que exaltamos,
en su alto trono en el universo, a un Salvador inalterado e inmutable, a un
Amigo que vivirá para siempre y que nunca morirá!
“Aunque ahora está ascendido en las alturas,
Nos
mira con ojos de un hermano”.
JESÚS está exaltado en
el cielo y es exaltado por toda la gloriosa familia del cielo. Pero, ¡Ay!, hay
un lugar donde a menudo no es
exaltado, sino más bien derribado, y ese es el corazón humano. Ese corazón ha sido comparado con la posada de Belén, donde había sitio para
cada huésped, ¡menos para el Señor de gloria! Tú que realmente crees en Él, tú a
quien Cristo amó tanto en la tierra, a quien Él acarició en sus brazos de misericordia; ve que no suceda
así contigo. "Hijo mío", dice Él, "¡Dame tu corazón!" Mira entonces,
que JESÚS sea entronado en tu corazón, como Señor de todo. Exáltalo en todo: en
tus pensamientos, en tus palabras, en tus obras. Dale la bienvenida, como los
hijos del templo le dieron la bienvenida en la antigua Jerusalén. Toma su canto
y di: “Hosanna al Hijo de David, ¡Bendito
el que viene en el nombre del Señor! Hosanna en las alturas”.
Sexta Ciudad: GOLÁN
Golán estaba situada en
Basán, en la tribu de Manasés, entre las montañas de pastores al norte del lago
de Genesaret. Era el Santuario-Refugio más al norte en el lado este del Jordán,
como Cedes en el oeste; pero no hay acontecimientos particulares relacionados
con él en la historia de la Biblia.
¿Qué nos dice el nombre
de esta última Ciudad de Refugio con respecto a Jesús?
GOLAN literalmente significa
GOZO. Jesús es verdaderamente el GOLAN de su gente; ellos pueden tener muchas
otras alegrías, pero Él es su "principal alegría". Ellos pueden muy
bien llamarle GOLAN; Porque ninguna verdadera alegría podría haberlos visitado nunca,
si no hubiera sido por él. El mundo habría sido para ellos, desde el principio
hasta el fin, un "valle de Baca" (llanto), si Jesús no hubiera muerto
por sus pecados, y salvado sus almas. Bien dijo el ángel, cuando llegó a las
llanuras de Belén para anunciar el nacimiento del Salvador: "¡He aquí, os doy buenas nuevas de GRAN GOZO!"
No hay un solo paso que el cristiano tome, sin que Jesús
sea GOLÁN para él, su "gozo". Él se desvía, llega a ser una oveja
perdida en las montañas oscuras, en busca de paz, pero Jesús lo encuentra, y le
dice: "¡Todos tus pecados son
perdonados!" Y él se goza de ello. Él está vagando como un pródigo,
lejos de la casa de su Padre, y Jesús lo lleva a su hogar que había perdido, y Dios
lo llama Su propio hijo, y el cristiano está gozoso con eso. Él tiene que recorrer un largo y triste viaje antes de
llegar a su verdadero hogar en el cielo: Jesús le da su brazo para apoyarse en
él; Y él "sigue su camino regocijándose".
Él tiene muchas pruebas fieras. Jesús le dice que no piense en estas cosas
"incomprensibles", sino que "se regocije", ya que es
"participante con Él de sus padecimientos" (1 Pedro 4:12, 13). Él camina
por el oscuro valle de sombra muerte. Jesús lo encuentra allí y lo ayuda allí.
Él ve "al Rey en su hermosura", y el hogar que está aún "lejos";
y, creyendo, "os alegráis con gozo
inefable y glorioso" (1 Pedro 1:8). Y cuando Jesús lo contemple desde
su trono en juicio, ¿cuáles serán sus benditas palabras de bienvenida? "¡Entra en el GOZO de tu Señor!"
(Mateo 25:21). Y cuando, como un rescatado, entre en la dicha de la gloria
eterna, él clamará: "¡En Tu presencia, oh mi Salvador, hay plenitud de GOZO!"
Lector cristiano, el
amor se asoma en las paredes de esta Ciudad de Refugio. El escritor sagrado, al
dar la lista de estas seis ciudades, parece haberla guardado hasta el último
porque es una palabra feliz, y habla de las felices perspectivas de todos
aquellos que aman sinceramente al Señor Jesús. Créanme, no hay verdadero gozo, sino en Dios. La alegría de los
malvados es como la de una corriente ruidosa, ruidosa porque es poco profunda. El gozo, por otra parte, que
Jesús da, es como un gran río: profundo, tranquilo, siempre fluyendo, desbordante
-no lleno en invierno y seco en verano- ¡sino lleno, claro y refrescante
durante todo el año! Puede decirse siempre de Jesús, el gran Refugio del Evangelio,
y de aquellos que huyeron a Él, lo que se dijo en la antigüedad acerca de
Samaria: "Había gran gozo en esa CIUDAD" (Hechos 8:8). Ese fue el
objeto de todo lo que Cristo hizo y dijo en la tierra: darte este gozo. "Estas cosas os he hablado, para que mi gozo
esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido." (Juan 15:11). Ámale ahora, y sírvele ahora, y síguele
ahora, para que llegues finalmente al verdadero Golán, en su gloriosa presencia
celestial, y "¡TE REGOCIJES para
siempre!"
"Un día esta pobre lengua tartamuda y
balbuceante
Permanecerá en
silencio en la tumba,
Pero luego, con
una más noble y dulce canción,
¡Yo cantaré de Tu
poder para salvar!
Traducción: Claudia Juárez Garbalena
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