Oraciones que proclaman. Devocional. De Joseph Prince
Lucas
13:12 Cuando Jesús la vio, la llamó y le dijo: Mujer, eres libre de tu
enfermedad.
Cuando tienes una
necesidad, ¿oras o suplicas? ¿Comienzas tus oraciones con palabras como, "por
favor, Dios, ¡por favor! ¡Dios, te ruego que tengas misericordia!"
Las oraciones que
imploran y ruegan implican que tu Padre celestial no está dispuesto a hacer lo
que le pides. Sin embargo, Él es mucho más que rico en gracia y está mucho más
que dispuesto a darte mas de lo que tú estás dispuesto a pedir, pensar o
imaginar (Efesios 3:20). Él desea sobre todas las cosas que prosperes y tengas
salud, así como prospera tu alma. (3 Juan 1:2).
De hecho, mucho antes de
tener una necesidad, Dios ya ha suplido esa necesidad. Mucho antes de que
supieras que necesitabas un Salvador, Él envió a Su Hijo para ser tu Salvador. ¡Este
es tu Dios! Él es un Dios bueno. Entonces, cuando le imploras algo, en realidad
estás diciendo que Él es reacio a dar y necesita ser persuadido fuertemente
antes de que se mueva. Sin embargo, Él no es así.
Jesús conocía el corazón
del Padre. Cuando vio a la mujer atada por un espíritu de enfermedad, no oró:
"¡Oh Padre! ¡Ella ha estado sufriendo durante 18 largos años! Te ruego,
Padre, ten piedad de ella. ¡Por favor, por favor, sánala!" No, cuando
Jesús la vio, inmediatamente proclamó: "Mujer, eres libre de tu
enfermedad", porque él conocía el corazón del Padre. Sabía que el Padre
quería que fuera liberada de su condición incapacitante.
Al final de un servicio en
la iglesia, yo no oro: "Oh Dios, por favor bendice a tu pueblo". Oh
Dios, guárdalos. ¡Oh Dios, sé siempre muy misericordioso con ellos!" En vez
de eso, proclamo: "El Señor los bendiga. El Señor los guarde ¡Que el Señor
haga resplandecer Su rostro sobre ustedes y les muestre Su gracia!”
Amado, cuando ores,
proclama tu sanidad, protección y provisión porque el corazón de tu Padre
rebosa de amor por ti. Y cuando tú lo declaras, Él lo afirma. Cuando lo
declaras, ¡Él lo establece!
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EFESIOS
1:15-23 (Del N.T. en inglés de J.B. Phillips).
Por
eso, desde que escuché de su fe en el Señor Jesús y del amor que profesan a los
hermanos cristianos, doy gracias a Dios continuamente por ustedes y nunca me
rindo orando por ustedes; y esta es mi oración:
Que
el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de toda gloria, les dé sabiduría
espiritual y discernimiento (agudeza, percepción, revelación) para que conozcan
más de él;
Que
reciban esa iluminación interior del espíritu que les hará darse cuenta de cuán
grande es la esperanza a la que Él les está llamando, pido que vean la
magnificencia y el esplendor de la herencia prometida a los cristianos.
Y
que tan tremendo es el poder disponible para nosotros los que creemos en Dios.
Ese
poder es la misma energía divina que fue demostrada en Cristo cuando Él lo
resucitó de entre los muertos y le dio a él, el lugar de más alto honor en el
Cielo.
Un
lugar que es infinitamente superior a cualquier dominio, autoridad, poder o
control, y que lleva consigo un nombre mucho más allá que cualquier nombre que
jamás podría utilizarse en este mundo o en el mundo venidero.
Dios
ha puesto todo bajo el poder de Cristo y lo ha establecido como cabeza suprema
de la Iglesia. Porque la Iglesia es su cuerpo, ¡y en ese cuerpo vive plenamente
Aquel que llena todo el universo!
¡¡Amén!!...qué seguridad, qué confianza nos dá continuamente nuestro Padre cuando nos recuerda que puso todo, sin excepción, bajo el control del poder de Cristo....
ResponderEliminarEn cuanto a la oración, es una gran bendición saber que no pedimos para tener sino que desde que somos su Hijos yá nos concedió todo lo que necesitamos. Qué gran diferencia que nos marca "saber que sabemos" que tener todo suplido nos muestra sú fidelidad y mantenernos en esa posición cada vez que vamos a ÉL en oración es descansar en la obra TERMINADA de nuestro Señor JESUCRISTO.
ResponderEliminarNuestro mejor puente, JESUCRISTO, funciona las 24 hs., siempre está dispuesto, señalizado, sin baches.
¡Shalom!
cuando aprendí del Dios de Pactos, escudriñando cada uno, según su contexto histórico, social, cultural, fui viendo el carácter del verdadero Dios y Creador, ÉL es Justicia, es el Amor, es TODO y cumple Su Palabra. Por eso en cada Pacto cumplió y ahora estoy en su nuevo Pacto, la Gracia en Cristo. El Padre y el Hijo un solo Espíritu, no es un abuelito con barba y bastón. Ese Espíritu bendito actúa en mí, en la medida de mi fe en Él. La conversión es diaria, la lucha es diaria. La fe y el Espíritu del Padre son eternos y siempre nos acompaña si es que se lo permitimos, quiera Dios que así sea!
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