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Mantén tus ojos en Aquel cuyo amor perdura para siempre. De Joseph Prince






Toma tiempo para adorar al Señor, especialmente cuando sientes que hay probabilidades abrumadoras contra ti. Haz lo que el rey Josafat hizo cuando sus enemigos unieron fuerzas y reunieron un ejército formidable para destruir a Israel. En lo natural, Josafat sabía que Israel no tenía ninguna posibilidad de ganar la batalla. Pero él eligió hacer algo que tú y yo debemos aprender a hacer siempre que nuestros enemigos nos asedien. Él clamó al Señor, diciendo: "No sabemos qué hacer, pero nuestros ojos están puestos en ti" (2 Crónicas 20:12 NIV-inglés). Josafat entonces colocó no comandos especializados sino adoradores a la cabeza de su ejército, y esto es lo que cantaron: "Dad gracias al Señor, porque su amor permanece para siempre" (2 Crónicas 20:21 NIV-inglés).

En lugar de desesperarse por sus enemigos, decidieron fijar sus ojos en el Señor, dándole gracias y cantando acerca Su amor. Esto sucedió mucho antes de la cruz de Jesús. ¡Cuánto más podemos cantar tú y yo sobre Su amor, que nunca falla, que permanece para siempre!

¿Y sabes lo que ocurrió? El Señor derrotó a los enemigos de Israel volviéndolos unos contra otros, y las tropas de Josafat ni siquiera tuvieron que levantar ni un dedo para luchar. En vez de eso, cuando aparecieron en el lugar que se suponía sería su campo de batalla, sus enemigos ya estaban muertos, y todo lo que terminaron haciendo fue recoger el botín de enseres, ropa y artículos valiosos. De hecho, la Biblia registra que había tanto que recoger que pasaron tres días recolectando el botín. Este es un registro tan poderoso, y yo espero que leas los detalles por ti mismo en 2 Crónicas 20:1–30.

En el nombre de Jesús, que esto también te suceda a ti. Cuando te abrumen los desafíos y no sepas qué hacer o incluso cómo sentirte, solo clama al Señor y dile: “Señor, no sé qué hacer, pero mis ojos están puestos en ti". Esa es la postura más poderosa que puedes tomar, poner tus ojos fijos no en tus enemigos sino en tu Salvador. Mientras te enfocas en Su amor que permanece para siempre, el Señor mismo peleará tu batalla por ti (2 Crónicas 20:15). ¡Que seas tan consciente de Su perfecto amor que cada miedo sea arrojado de tu vida, y que salgas de ahí mucho más fuerte que antes de que tus enemigos trataran de venir contra ti!

EL SEÑOR MISMO PELEARÁ TU BATALLA.


EL AMOR DE DIOS NO DEJA LUGAR PARA EL MIEDO
Tu Padre celestial se preocupa por cada detalle de tu vida. No hay nada demasiado grande o demasiado pequeño para Él. Ya sea una simple espinilla o un crecimiento perturbador en tu cuerpo, si es importante para ti, es importante para tu Papi Dios. Nuestro Señor Jesús nos dice: “Pues aun los cabellos de vuestra cabeza están todos contados. No temáis” (Lucas 12:7). Encuentro eso tan asombroso: ¡tu Abba te ama tanto que se toma el tiempo para contar los cabellos de tu cabeza!
Yo amo mucho a mi hija, Jessica, y a mi hijo, Justin, pero nunca he contado ni guardado un registro de cuántos mechones de cabello tienen en la cabeza. Aparentemente, la mayoría de las personas tienen un promedio de aproximadamente cien mil folículos capilares y pierden entre cincuenta y cien cabellos por día. Por lo tanto, incluso si yo tratara de contar cuántos cabellos tienen mis hijos, los números cambiarían constantemente. Pero, el Señor sabe con precisión cuántos cabellos tienen cada una de nuestras cabezas en cualquier momento.

CADA PEQUEÑO DETALLE SOBRE TU CUERPO LE IMPORTA A ÉL.

¿Cuánto más crees que le importa tu cuerpo cuando está bajo el ataque de una enfermedad que te roba la salud? Amado, Él te ama mucho, y cada una de tus células, cada tejido y cada órgano de tu cuerpo le importan. No temas, porque el Señor mismo, el que alimenta a las aves del cielo y viste las flores del campo, cuida de ti (Mateo 6:25–33). Cada vez que tengas miedo, pon tus ojos en Su perfecto amor que echa fuera todo temor.

Joseph Prince. De “Ven a la mesa”.
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RECIBE LA PALABRA QUE DIOS HA ENVIADO PARA SANARTE. DE JOSEPH PRINCE



Salmos 107:20: Envió su palabra, y los sanó, y los libró de su ruina.

Tu Biblia no te servirá de nada si la dejas en tu mesita de noche, acumulando polvo. No te hará ningún bien si la sostienes como un osito de peluche cuando enfrentas a tus "gigantes". ¡Pero la Palabra de Dios te hará mucho bien cuando la recibas como la verdad y la hables, la confieses como la verdad! Entonces, verás tu sanidad y liberación de toda mala condición que ha sido enviada para destruirte.

La Biblia dice que Dios "envió Su palabra y los sanó, y los libró de su ruina". Ahora, cuando Dios quiere sanarte, ¿qué es lo que hace? Él envía Su Palabra. Antes de que Dios te libere de tu ruina o destrucción, Él envía Su Palabra.

¿Aún estás esperando para experimentar la bendición de sanidad por la cual Jesús murió en la cruz para darte? No te sientas condenado. Tu Padre celestial te ama y quiere que estés bien. Pero, ¿cómo viene tu sanidad? Al recibir la Palabra sobre sanidad que Él ya te ha enviado. Sus promesas de sanidad están todas en tu Biblia. Pero ¿las has recibido?

Durante uno de nuestros servicios en la iglesia, una señora sacó su teléfono celular, y comenzó a enviar mensajes de texto de cada escritura, y casi cada punto clave que estaba predicando ese día a su amiga que estaba en casa muriendo de cáncer. Yo le estaba diciendo a la congregación que siguieran confesando las escrituras de sanidad sobre sus cuerpos, sin importar que tan mala fuera su condición. Les señalé Isaías 53:5, que dice: "Por su llaga fuimos nosotros curados". ¡La señora se emocionó tanto que le dijo a su amiga que siguiera creyendo y confesando todos los días!

Su amiga, al leer los mensajes de texto, simplemente recibió la Palabra de Dios y la confesó por fe. Esa misma semana, cuando volvió al médico, ¡el médico no pudo encontrar un solo rastro de cáncer en su cuerpo!

Nunca subestimes el poder de la Palabra de Dios. La amiga de esta mujer fue sanada porque recibió la Palabra de Dios con fe. Ella gustosamente leyó los mensajes que su amiga le había enviado, fue alentada por la Palabra, la confesó y recibió su milagro. ¡Dios envió Su Palabra y la sanó, y la libró de su ruina!

Extraído del sitio “Joseph Prince Ministries”

Comentarios

  1. Que tremenda enseñanza de Joseph Prince, sobre el libro que comentó más arriba que esta en Amazon solo esta en Inglés, ¿seria mucho en bendecirnos con traducirnos algunos capítulos a español?... muchísimas gracias hermana amada por todas las traducciones que nos a regalado en esta página, yo los imprimí y ya tengo una tremenda biblioteca, no sabe cuánto me a revelado el padre a través de sus traducciones de este ungido pastor Joseph Prince, un gran abrazo a la distancia desde Talagante, Chile.

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    1. Dios te bendiga hermano (a)! no puedo traducir el libro porque tiene derechos de autor, solo segmentos. Lo que tengo permitido traducir son sus devocionales y sermones que son por completo del Ps Prince, los libros son material que también pertenece a editoriales. Shalom!

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  2. Qué hermoso compartir, así nos bendice Dios cada día de nuestras vidas, adhiero a lo que dice Unknown siempre y cuando puedas Claudia.
    ¡¡Shalom!!

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    1. Dios te bendiga fe! no puedo traducir el libro porque tiene derechos de autor, solo segmentos. Lo que tengo permitido traducir son sus devocionales y sermones que son por completo suyos, los libros son material que también pertenece a editoriales. Shalom!

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