Guerra Espiritual mitos y verdades. Capítulo 2. De Joseph Prince. Del libro "Guerra espiritual"
Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino, contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.
Efesios
6:12
La Verdad Acerca del
Padre de Mentiras
Muchas
cosas se han escrito acerca de la guerra espiritual. Algunas son mitos, otras
son verdad. Veamos algunas de ellas para que sepamos cómo permanecer
victoriosos. Primero que todo, tienes que saber que hay un diablo. ¡Hay algunos
cristianos que no creen que el diablo sea real! Ellos no creen que exista.
Algunas personas tratan de decirnos que el diablo no es real al decir: “Oh, eso
es sólo poesía imaginaria de la Biblia”.
En
el otro extremo, ¡hay cristianos que creen que el diablo puede hacer todo y
cualquier cosa! Ellos creen en el diablo tanto que piensan que está activo en
sus vidas todo el tiempo.
Permíteme
decirte la verdad. El diablo no tiene los mismos atributos que Dios. Dios es
omnisciente o lo sabe todo. El diablo no. Él, ni siquiera sabía que Jesús
ganaría la victoria a través de la cruz. De hecho, él maquinó para poner a
Jesús en la cruz. ¡Si él hubiera sabido que la cruz significaría su derrota, no
hubiera crucificado al Señor de gloria! (1Corintios 2:8).
Así
que el diablo no puede saber todas las cosas. Y él no puede leer tu mente. Él
no sabe qué es lo que estás pensando hasta que tú abres la boca. Si estás
temeroso, él no lo sabe hasta que abres tu boca y lo confiesas. Él sólo puede
decir lo que hay en tu mente y en tu corazón por lo que sale de tu boca. ¡Entonces
cuida tu boca! ¡Observa lo que confiesas!
Segundo,
al contrario de Dios, el diablo no es omnipotente. Él no es todopoderoso.
¿Sabes que el diablo no quiere que leas este libro? ¡Él detesta cuando tú oyes
la Palabra de Dios porque la Palabra te recuerda a ti y a él su derrota! ¿Puede
él detenerte de leer este libro? Bueno, tú estás leyéndolo ahora mismo,
¿verdad? ¡Felicidades!
Si
el diablo es todopoderoso, como algunos cristianos dicen que es, entonces él
también podría hacerte dejar de ir a la iglesia. De hecho, podría detenerte de
recibir a Cristo. Pero el hecho de que has sido salvo muestra que él no es
todopoderoso. Ahora bien, si él realmente es todopoderoso, ¿no te habría matado
hace tiempo atrás?
No,
el diablo no es omnipotente. 1 Pedro 5:8 dice: “Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león
rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar”. Observa que dice: “buscando a quien devorar”. Esto nos
dice que él no puede devorar simplemente a quien él quiera—él no es
todopoderoso.
La
Biblia lo llama también un mentiroso (Juan 8:44). Piensa acerca de esto: ¿Por
qué necesita el diablo mentir si él tiene todo el poder para hacernos lo que
quiera a nosotros? Las personas mienten cuando no tienen el poder para que las
cosas sucedan. Las personas que no tienen poder tienen que mentir o dar la
impresión de que ellos tienen el poder. Amigo mío, Cristo ha derrotado al
diablo y lo ha desarmado (Colosenses 2:15). El único “poder” o arma que él
tiene contra ti son sus mentiras.
Tercero,
el diablo no es omnipresente o estar en todas partes todo el tiempo. Sólo Dios
es omnipresente. Tú podrías decir: “Bueno, Pastor Prince, anoche tuve un ataque
terrible de Satanás en mi casa”. Amigo, probablemente no es Satanás. No te
adules a ti mismo. Probablemente Satanás estuvo anoche buscando a alguien como
Billy Graham. Cuando Jesús estuvo en la tierra, fue el mismo Satanás quien
personalmente atendió a Jesús. ¿Por qué? Porque tú y yo sabemos que no podemos
confiar completamente a nuestros subordinados las tareas más importantes. Es
por eso que te estoy diciendo que probablemente no fue Satanás quien te atacó
anoche, pero sí algunos de sus espíritus malvados menores. Él no puede estar en
todas partes todo el tiempo, atacando a cualquiera que él quiera.
Dios no necesita que
derrotes al diablo, porque Jesús ya lo derrotó
Es
importante que nos demos cuenta que Dios nos ha dado recursos para imponer la
derrota del diablo. El diablo una vez tuvo cierta medida de poder, pero todo el
poder que tuvo fue despojado de él por la cruz. Colosenses 2:15 dice: “y despojando a los principados y a las
potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz”.
¿Quién destruyó el poder del diablo? ¡Jesús lo hizo! ¿Quién “descolmilló” al
diablo?¡Jesús lo hizo! 1 Pedro 5:8 dice: “el
diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar”. Pero,
¡no te olvides que él ya no tiene más dientes! Por esa razón es que ruge—para
asustarte. ¡Algunos cristianos están tan llenos de miedo que permiten que el
diablo, los masque como chicle hasta la muerte!
El Enfoque Correcto te
Deja Firme
La
manera en que te acercas a la guerra espiritual es muy importante. Si entras
tratando de ganar una batalla que ya ha sido ganada por Cristo, entonces esta
es una forma de auto justicia. Así que tu enfoque debe de ser de estar en pie
en la victoria que Cristo ya ha ganado por ti.
Hay
algunos cristianos que están tratando de derrotar al diablo. Ellos piensan para
ellos mismos: “Bueno, tú sabes, Dios me ha puesto para derrotar al diablo.” Amigo
mío, esta es una forma de orgullo. Dios no necesita que tú derrotes al diablo
porque él ya ha sido derrotado. ¿Quién lo derrotó? ¡Jesús lo hizo! Y Él te dio
la victoria. Tu parte simplemente es creer y estar firme, en la victoria.
Esta
es la razón por la que encuentras la palabra “firme” cuatro veces en Efesios 6.
El versículo 11 dice: “… estad firmes contra las asechanzas del diablo”.
El versículo 13 dice: “…resistir [“permanezcan firmes” en la
versión KJ en inglés] en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes”. Y el versículo 14 dice: “Estad, pues, firmes …”. Cuatro veces en este pasaje, el Espíritu Santo nos
dice que estemos “firmes”. ¡Estamos tan firmes, firmes, firmes y…firmes! Así
que, cuando tomas parte en la guerra espiritual a la manera de Dios, permanecerás
firme.
¿Qué
significa en realidad estar “firmes”? ¿Has visto alguna vez las clásicas escenas
de tiroteos en las películas de vaqueros? Ya conoces la típica escena: Dos
tipos parados solos. Entonces, caminan alejándose lentamente uno del otro en la
calle principal del pueblo. De pronto, ambos sacan sus pistolas, se voltean y ¡bang!
Por un segundo, nadie sabe quién ha sido herido. Entonces, uno de ellos cae al
polvo y el otro tipo se mantiene en pie. El tipo que se mantiene en pie es el vencedor.
Amigo mío, si tú enfrentas la guerra espiritual a la manera de Dios, ¡entonces
serás el que permanezca de pie también!
Es
lo mismo en las películas japonesas de samuráis. Dos tipos se enfrentan con sus
espadas. Se acercan y golpean sus espadas en un duelo a muerte. De pronto, ves
que un tipo acuchilla al otro, pero no sabes quién cortó a quién porque se
movieron muy rápido. Un tipo está mirando para un lado, y el otro está mirando
en la dirección opuesta. Están parados ahí por un tiempo, y por un momento no
sabes quién ganó. ¿Es el tipo bueno o el malo? De repente, el tipo malo sonríe
como si hubiera ganado. Pero entonces, ves sangre escurriendo por un lado de su
boca. Él cae al suelo. Ha perdido el duelo. ¡El tipo bueno triunfa otra vez!
La táctica numero uno del
diablo es hacerte pensar que tú no tienes lo que tú ya tienes.
El
punto es que el que permanece en pie siempre es el vencedor. Dios quiere que tú
permanezcas en pie. Él mencionó la palabra “firme” cuatro veces en Efesios
6:11-14. Ahora, estar firme significa
que no tienes que pelear. Así que no pelees, sino está firme. Estar firme
significa que ya has ganado. La victoria ya es tuya. ¿Quién te dio la victoria?
¡Jesús lo hizo!
Alardea Como El Diablo
La
Biblia dice en Efesios 1:3 que ya tenemos todas las cosas en Cristo—“Bendito sea el Dios y Padre de nuestro
Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares
celestiales en Cristo”. Así que la táctica número uno del diablo es hacerte
creer que no tienes las cosas que ya tienes. Digamos que tú estás creyendo a
Dios por bendiciones financieras en tu vida. Necesitas hacer los pagos de tu
casa y tu auto. Miras al balance de tu cuenta de banco y dices: “Es patético”.
El diablo viene y te ataca al decirte: “Sí, es patético. No tienes en lo
absoluto muchos recursos económicos. De hecho, tú tampoco tienes esto, ni
aquello…”
¿Qué
deberías responderle? Deberías alardear como él. Así que dices: “No estoy tratando
de ser rico. Soy rico. ¡En Cristo, tengo todas las cosas!”. Recuérdate
la promesa de Dios en Filipenses 4:19—“Mi
Dios, pues suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en
Cristo Jesús”. No importa si te han reducido el sueldo. ¿Por qué? Porque
Dios es quien suple. Y Él lo hace conforme a Sus riquezas en gloria, no
conforme al estado de la economía. Así que Él te suplirá un mejor empleo, y una
mejor paga. Ningún hombre sobre la tierra es tu fuente de provisión. El hombre
solamente te hará más pobre. No, Dios es tu fuente de provisión y Él suple
conforme a Sus riquezas en gloria.
Amigo
mío, en realidad no importa cuánto tienes en el banco. Tú eres rico porque
estás en Cristo. Y mientras tus necesidades aumenten, descubrirás que la
provisión estará ahí si crees que eres rico en Cristo. Es lo mismo con la
sanidad. El diablo tratará de atacarte con síntomas en tu cuerpo. Tratará de
poner dolor en tu cuerpo o hacerte sentir terrible en ciertas áreas de tu
cuerpo. Tratará de hacerte sentir débil y te hará pensar que te estás
enfermando. Su objetivo es hacerte creer que ya no tienes tu sanidad. ¿Cuál
debe de ser tu respuesta? Otra vez, debes alardear como él aquí y allá. Dile:
“¡No! ¡No estoy tratando de ser sanado,
yo soy sano! Ya estoy en el terreno
victorioso que Jesús me dio. ¡Tengo
sanidad! ¡Y tú no te la llevarás!
No Pelees por la
Victoria, Pelea Desde la Victoria
Hace
un mundo de diferencia cuando entras a la guerra espiritual con el conocimiento
de que se te ha dado la victoria. Esa es la manera que Dios quiere que tú
“pelees”. No estás peleando por la
victoria, estás peleando desde la
victoria. Si piensas que no has sido sanado y dices: “Debo persuadir a Dios
para que me sane. ¡Oh, Dios, ¡por favor sáname!”, entonces en realidad has
caído de tu alta posición. Has caído directamente en las manos del diablo. Él
quiere que pienses que no tienes aquello que ya Dios te ha dado. Así que debes alardear
como él. Dile: “¡No, diablo! ¡Yo tengo la victoria!”
Ahora
bien, él puede responder diciendo: “Si ya eres sano, entonces, ¿cómo es que te
viene ese dolor o aquel dolor?”. Bueno entonces, tú declaras, “En Cristo tengo
mi sanidad, diablo. Esto es solo temporal. Tus palabras son mentiras. No estoy tratando de ser sano. ¡Yo soy sano!”. Haz esto y descubrirás que
esos síntomas que estás experimentando se irán en el poderoso nombre de Jesús.
Pero
si caes en su trampa y dices: “Bueno, creo que no soy sano. Siento aquel dolor,
y siento aquella debilidad. ¡Oh, Dios, ¡por favor sáname!” entonces cediste tu alta
posición. ¿Por qué? Porque ahora tú estás peleando por la victoria, en lugar de estar peleando desde la victoria. Hay una gran diferencia entre estas dos.
El Amo Del Engaño
Efesios
6:11 dice: “Vestíos de toda la armadura
de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo”.
¿Cuáles son las “asechanzas” del diablo? Son sus mentiras y engaños. Recuerda,
Cristo lo ha despojado de su poder, así que él ha recurrido a engañarte. Él te
ha hace creer que no tienes lo que Dios ya te ha dado, cuando en realidad lo
tienes porque Dios ya te ha dado todas las cosas en Cristo. Y porque él no tiene
poder, él te timará usando tu propio poder contra ti mismo. El diablo es el maestro
del engaño, el padre de mentira (Juan 8:44)
Dios
les dio todas las cosas a Adán y a Eva en el Jardín del Edén. Sin embargo, el
diablo les señaló el único árbol el cual Dios les había dicho que no comieran
de él. Él les hizo sentir como que se estaban perdiendo de algo.
Hombre,
puedes estar casado con la mejor mujer del pueblo, sin embargo, el diablo puede
hacerte creer que no tienes todo lo que realmente necesitas. Puedes estar viviendo
en una casa hermosa, sin embargo, el diablo puede engañarte haciéndote pensar
que necesitas una casa mejor. Él siempre te hará pensar que no tienes lo
suficiente o que no tienes lo que ya Dios te ha dado. Esta es la razón por la
que él es el padre de mentira.
No Compres las Mentiras
del Diablo
Déjame
decirte otra historia que ilustrará mi punto. Una noche, un tipo se paseó en un
pequeño pueblo. Caminó directo al jefe del pueblo y declaró: “Tengo una piedra mágica
la cual puede hacer cualquier cosa perfecta. Por ejemplo, si pones esta piedra
en tu comida, sabrá deliciosa”.
El
jefe estaba muy emocionado: “¿De verdad?” preguntó.
“Seguro”,
dijo el hombre.
“Señor,
¿Puedo tener esta piedra?” preguntó el jefe.
“Te
diré lo que voy a hacer”, dijo el hombre. “Normalmente, no permito que las
personas usen mi piedra, pero haré una excepción contigo. Pero debes prometerme
que seguirás mis instrucciones.” El jefe estuvo de acuerdo.
Así
que el hombre le dijo al jefe que preparara ciertos ingredientes. Entonces, él dijo:
“Toma esta gallina y aquel conejo, y mézclalos con papas, zanahorias y
cebollas. Añade estas especias y aquellas hierbas, y lanza mi piedra dentro del
caldero. Finalmente muévelos sobre un pequeño fuego por una hora.”
Cuando
la comida estuvo lista, el jefe la probó. “¡Dios mío, esto está delicioso!
“dijo. La familia del jefe y todos los pueblerinos probaron la comida.
Invitaron al hombre a comer también. Todos comieron de la comida hasta que
quedaron satisfechos.
Cuando
hubieron terminado, el jefe le dijo al hombre, “Disculpe, señor, pero ¿podría,
por favor, tener la piedra?”
“Con
el debido respeto”, replicó el hombre, ¿no ha sido suficiente con que yo lo
haya dejado usar mi piedra en su comida? ¿Y ahora quiere que yo le permita
tenerla?
“Sí,
me gustaría comprársela a usted” dijo el jefe.
“Bueno”,
dijo el hombre, poniendo su brazo alrededor del jefe, “Usted me agrada, jefe,
así que se la venderé”. El jefe estaba alborozado y le ofreció una gran suma de
dinero por la piedra.
¡Este
hombre ya había comido una gran comida a expensas de los pueblerinos y ahora,
también le habían ofrecido dinero!
A
la mañana siguiente, tomó el dinero y dejó el pueblo. Hacia el anochecer, llegó
a otro pueblo. Pero antes de entrar al pueblo, escogió otra piedra de la orilla
del camino, la recogió y ¡entró al pueblo buscando al jefe!
¿Cuántos
de ustedes saben que este hombre era simplemente un buen cocinero que recibió
cada día una comida gratis, una cama donde dormir y un poco de dinero fácil? El
diablo trata de hacer lo mismo contigo y conmigo. Aun cuando todas las cosas ya
se te han sido dadas, él te hace pensar que todavía necesitas algo más.
¿Quién es tu Verdadero
Enemigo?
Efesios
6:11 dice: “Vestíos de toda la armadura
de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo”. ¡El
diablo es muy, muy astuto! El versículo
12 añade: “Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra
principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de
este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes”.
Amigo
mío, hay una jerarquía en los poderes de las tinieblas. Hay niveles de poder en
el reino espiritual. Hay un demonio jefe y tiene sus subordinados. Hay un
demonio “jefe-gánster”, y hay demonios “gánster”. Así es como es en el reino de
las tinieblas. Si estás empezando a sentirte un poco temeroso ahora mismo, ¡No
lo hagas! No necesitamos preocuparnos por estos poderes de las tinieblas porque
Dios nos ha dado Su armadura para protegernos de sus asechanzas y ataques. Nota
que la primera frase del versículo 12 dice que: “Porque no tenemos lucha contra carne ni sangre…” sino contra
poderes de las tinieblas.
Si
eres un creyente, necesitas despertar y darte cuenta de esto. Tu batalla no es
contra tu jefe en el trabajo. Podrías decir: “Pastor Prince, mi jefe es el
problema. Por alguna razón, él está sobre mí todo el tiempo. ¡Hago todo bien, hago
más de lo que me piden, trabajo tiempo extra y aun así no le agrado!”. Escucha,
si este es el caso, su desagrado hacia ti probablemente sea sobrenatural. Entonces,
¿qué haces? Para empezar, no lo odies. En lugar de eso, ámalo y perdónalo. Si
vas a atacar a alguien, ataca al diablo en el nombre de Jesús. Tu lucha no es
contra carne ni sangre. No es con tu jefe. Tu lucha es con los poderes de las
tinieblas que están detrás de él.
He
visto parejas riñendo en frente de mí. Ahora bien, puedes solamente mirar la
situación en lo natural y tratar de encontrar quién está fallando. Pero así es
como yo respondo: Yo digo: “¡En el nombre de Jesús, yo ato el espíritu que está
causando esta pelea!”. Descubro que después de un rato, la pareja deja de reñir
y comienzan a hacer las pases. Comienzan a hablarse amablemente.
Algunos
años atrás, estuvieron circulando algunos correos electrónicos venenosos y
difamatorios. Eran acerca de mí y de mi iglesia. El Señor me mostró que el
diablo estaba tratando de detener mi ministerio y la efectividad de la iglesia
para impactar más vidas. Verás, en realidad estábamos impactando la vida de
muchas personas por la gracia de Dios. Así que pude ver que el diablo estaba
tratando de detenernos. Un día, llegué a conocer la identidad de uno de los
escritores de estos mensajes. Pero mi corazón no estaba lleno de amargura
contra la persona, porque sabía que mi lucha no era contra carne ni sangre,
pero era contra los poderes de las tinieblas que estaban detrás de esta
persona.
No
veas a las personas como el problema. El problema no es la carne ni la sangre.
En Daniel 10, Daniel había estado orando por un tiempo, y sin embargo, su
oración parecía no tener resultados. De hecho, la respuesta a su oración no
vino sino hasta 21 días después que comenzara a orar. En Daniel 10:12-13, vemos
que un ángel se le apareció y le dijo a Daniel:
12 Daniel no temas;
porque desde el primer día que dispusiste tu corazón a entender y a humillarte
en la presencia de tu Dios, fueron oídas tus palabras; y a causa de tus
palabras yo he venido. 13 Mas el príncipe del reino de Persia se me opuso
durante veintiún días; pero he aquí Miguel, uno de los principales príncipes,
vino para ayudarme, y quedé allí con los reyes de Persia.
Desde
el primer día, Dios había oído la oración de Daniel y había enviado al ángel
para darle a Daniel la respuesta. Pero el príncipe de Persia, un poder de los
aires sobre Persia, detuvo al ángel de ir a Daniel. Tú sabes, fue tan solo en
la última centuria que los ingleses comenzaron a llamar Irán a Persia. Hay un
poder sobre Irán e Irak, porque estas naciones fueron conocidas alguna vez la
antigua Babilonia. El problema no ha sido Saddam Hussein. Puedes matar a Saddam
Hussein, pero otro “Saddam Hussein” se levantará en el poder porque el
verdadero poder es una fuerza demoníaca. Debemos entender que la respuesta está
en la oración. Si los cristianos ataran este poder de las tinieblas, no sería
capaz de operar.
Amigo
mío, hay una guerra espiritual en marcha y no es visible en el reino físico.
Nuestro enemigo real no es de carne y sangre, y él usa la mentira como su arma
porque Cristo lo ha despojado de sus poderes. Nosotros ya estamos parados en
terreno victorioso debido a la obra terminada de Cristo. ¡Y podemos permanecer
en este alto terreno y estar firmes contra las asechanzas del diablo porque
tenemos la armadura de Dios!
Gracias hna...un abrazo en Cristo...Miriam
ResponderEliminarExcelente. Dios te bendice en el nombre de Jesucristo.
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